Lidiar con los daños

Versos 12 al 16

Lidiar con los daños

Queremos alcanzar la budeidad para poder beneficiar a todos los seres sintientes. Es algo muy pesado para digerir. Estamos leyendo el texto de Gyalse Togme Zangpo llamado 37 Prácticas del bodisatva. Hemos llegado al verso 12, y aunque lo discutimos bastante en la última sesión, hoy me gustaría continuar un poco más con el verso 12.  

(12) La práctica de un bodisatva es, aun si alguien bajo el poder de un gran deseo roba o provoca que otro robe toda nuestra riqueza, dedicarle nuestro cuerpo, recursos y acciones constructivas de los tres tiempos.

Como dije antes, estas son hermosas palabras, pero también es muy difícil ponerlas en práctica. La pregunta que surge automáticamente es: “¿Por qué debería dar mi cuerpo, mi estatus, mis méritos a alguien más?”. Quizás sintamos que está bien dar estas cosas a nuestra familia o a alguien que amamos profundamente, pero ¿a extraños que no conocemos? ¿Por qué deberíamos hacerlo? La pregunta ciertamente vendrá a nosotros y esto es totalmente normal, pero si los bodisatvas no dan todo se sentirán muy extraños. Es totalmente lo opuesto de nosotros. Para ellos, es normal dar su cuerpo y su mérito; para nosotros, no es normal.  

Es una forma diferente de pensar y hay lógica detrás de ambas. Si amas a alguien profundamente, entonces no sientes arrepentimiento de darle tu cuerpo o tu riqueza – no tenemos dudas. Eso es normal. Los bodisatvas hacen esta práctica con todos por igual, incluso con sus enemigos y también con completos extraños. Los bodisatvas, a través de su práctica, ven el inmenso beneficio de regalar su cuerpo, méritos y posesiones. Les da mucho placer y felicidad, y les brinda mucha energía. Un ejemplo vivo de ello es Su Santidad el Dalái Lama. Él viaja mucho e, incluso a los 85 años, su fortaleza aún está ahí. Sus doctores siempre le dicen que no viaje tanto, pero es normal para él. Dice que es muy cansado, pero al final del día lo hace feliz. Vale la pena invertir energía en esta práctica.  

Entonces, ¿cuándo podemos ser como él? La respuesta es cuando obtenemos la bodichita. Aquí, ahora mismo, estamos investigando la bodichita. No lo hacemos solamente porque el Buda o Su Santidad el Dalái Lama dijeron que es muy importante. Investigamos la bodichita porque estamos interesados en desarrollar este tipo de pensamiento en nosotros. Hasta ahora solo nos hemos enfocado en el yo, lo mío, mi familia, mis amigos. Hemos puesto a todos los demás a la distancia. No nos importan los enemigos ni los extraños, pero todo esto es ignorancia. Si un enemigo nos insulta, nos sentimos totalmente listos para atacarlo; en cambio, si nuestra familia hace lo mismo, tratamos de entender. Para los bodisatvas, todos los seres sintientes son su familia. 

Lo que sea que digan los seres sintientes, los bodisatvas lo aceptan. Si los seres sintientes quieren golpear a los bodisatvas, ellos lo aceptan. No son tontos en absoluto.  En verdad, si alguien quiere golpearlos, se lo permiten. Quizás nosotros sentimos que eso es estúpido, pero los bodisatvas no lo ven así. Tratarán de evitarlo si es posible, pero si no hay forma de evitarlo, los bodisatvas aceptarán la paliza y generarán tanta paciencia como sea posible. 

Mahatma Gandhi fue un muy buen practicante hindú. Escribió en su libro acerca de la paciencia, que si alguien quiere golpearte trates de detenerlo, pero si realmente quiere golpearte, se lo permitas. Es como cuando Jesús dice en la Biblia: si alguien te golpea la mejilla derecha, ofrece también la mejilla izquierda. Una vez que tal ser sintiente esté satisfecho, ya no habrá más mejillas que golpear; este es solo un ejemplo. No estoy diciendo que permitamos que otros nos golpeen. Pero, si nos sucede algo así, podemos desarrollar una forma diferente de pensar. 

Mostrar amor a otros

Si no podemos generar una enorme cantidad de amor hacia los demás, entonces esta práctica es imposible. Una vez que somos capaces de ver a todos los seres sintientes como nuestra familia, entonces, si nos lastiman, si animan a otros a robar nuestra riqueza – cualquiera que sea la acción negativa que cometan en nuestra contra, no responderemos con violencia. Entenderemos que esta persona está acumulando mucho potencial kármico negativo y, al no reaccionar nosotros de forma negativa, ¡ellos automáticamente obtendrán un descuento! ¿No es gracioso? Este ser tiene mucha aversión por nosotros y dice muchas cosas malas de nosotros, pero no nos lo tomamos tan en serio. Solo sentimos amor por esa persona; no hay ganar ni perder. Si actuáramos en su contra y lucháramos contra ella, juntos acumularíamos una enorme cantidad de potencial kármico negativo. No vamos a participar en eso. Estamos contribuyendo menos al potencial kármico negativo de la otra persona; este es un gran beneficio que podemos darle a los demás.   

La pregunta ahora es: ¿cuál es la mejor forma de mostrarles nuestro amor? Recuerden, el amor es cuando queremos que los demás sean felices. ¿Qué es la felicidad? ¿Es riqueza? Imagina que eres la persona más rica del planeta y tienes una máquina que imprime dólares y cada día imprimes dinero y lo regalas. Podrías hacer que todos fueran ricos. Habría muchos billonarios con cantidades increíbles de dinero. Pensarías que todos son felices, pero aún tendrían problemas. Está la reputación, las expectativas de los demás y la felicidad mental continua. El dinero y la reputación no lo son todo verdaderamente. Podemos ver esto fácilmente en las celebridades. Nos gusta seguirlas, así que al menos deberíamos aprender algo de ellas. Pensamos que ser rico y famoso seguramente produce felicidad, pero hemos escuchado casos de celebridades que incluso cometen suicidio. Así, el renombre y la fama no son suficientes para producir felicidad. 

Entonces, ¿qué es la verdadera felicidad? Bueno, el Buda enseñó cómo alcanzar la felicidad genuina. Enseñó las cuatro verdades nobles y dijo que él había encontrado la felicidad duradera máxima. Dijo que, para poder obtener esta felicidad, tienes que seguir un camino. En primer lugar, tienes que entender el sufrimiento y sus causas, y luego entender cómo es posible una detención del sufrimiento, y cómo seguir el camino que detendrá el sufrimiento. 

Ver y entender el sufrimiento

De hecho, una de las cosas más difíciles es conocer el sufrimiento. Por supuesto, todos sabemos que los dolores de cabeza y de estómago son sufrimiento. Incluso los animales lo saben. Pero es difícil, incluso para la gente con educación, ver que, más allá de esto, el cambio es sufrimiento real. Con nosotros los humanos, el cambio es el sufrimiento. Somos felices, pero eso lentamente, lentamente, se convierte en sufrimiento. 

Afortunadamente, los humanos somos lo suficientemente inteligentes como para seguir los pasos de un camino. Este camino es algo que llamamos religión, y hay muchas religiones. Todas estas religiones surgen porque hay sufrimiento y tristeza en el mundo. La religión nos da esperanza. No necesitamos preocuparnos porque Dios hizo este mundo y, si haces el bien, terminarás en el cielo y, si haces mal, irás al infierno. Todas estas ideas y conceptos surgieron porque existe sufrimiento en el mundo. Pero incluso más allá del sufrimiento de los dolores de cabeza y el sufrimiento del cambio, el budismo está más enfocado en un tercer tipo de sufrimiento. En otras religiones, no hablan acerca de ello. Es el sufrimiento que todo lo impregna. El sufrimiento que todo lo impregna es la base de los otros dos sufrimientos, el sufrimiento del sufrimiento y el sufrimiento del cambio. 

No importa si nacemos en los reinos inferiores o en los reinos superiores, solo estamos viajando de un lado a otro. Y a donde quiera que vayamos tenemos que “regresar a casa”. Esta casa es, en realidad, nuestro sufrimiento verdadero. En donde sea que estemos en el samsara, incluso en el nivel más alto, aún hay sufrimiento. En el hinduismo también hablan de estos niveles y de los reinos celestiales. De hecho, no sienten sufrimiento alguno en los reinos superiores. Eso no es en este mundo; hablan de ello en el hinduismo. Los cristianos y los musulmanes no hablan acerca de ello. 

En el reino superior del samsara, la mente es muy sutil. No hay aferramiento, solo mente, como una pequeña meditación, muy calmada. Reconocen que esta es la cima del samsara. Encima de ello, no hay nada. Pero incluso si alcanzamos este nivel, aún tenemos que regresar de nuevo. Incluso en este nivel, morimos y renacemos. Algunas veces no es fácil ver el sufrimiento de los paraísos con dioses y diosas porque, durante su vida, parece haber placer y felicidad ilimitados. Sin embargo, al final de sus vidas, cuando están a punto de morir, de forma repentina huelen a flores podridas y se sienten débiles. Ahora, debido a su clarividencia, pueden ver en dónde renacerán. Ese es el peor sufrimiento. Debido a que han usado mucho potencial positivo en el reino de los dioses, prevén un renacimiento en los reinos inferiores, y no hay nada que puedan hacer al respecto. Quizás nosotros los humanos somos más afortunados porque no sabemos en dónde vamos a renacer. 

Los grandes practicantes y maestros hacen plegarias para no renacer en el paraíso. Eso es porque saben que, una vez ahí, disfrutarán mucho su vida, no habrá Dharma que practicar y no harán ninguna preparación para la siguiente vida. Nuestra vida humana es verdaderamente una preciada vida humana, porque podemos practicar. Tenemos una vida dulce y amarga y esto nos permite practicar el Dharma. 

Así, hay un método para poner fin a la causa de nuestro sufrimiento, que es la mente ignorante que tenemos. Podemos eliminar esto. ¿Pero qué es esta ignorancia? Cuando hablamos de ignorancia, es este no darse cuenta de cómo existimos nosotros y cómo todo existe. Nos sentimos como un “yo” sólido que es la persona más importante en el universo. De hecho, esta es una forma engañosa de pensar. Es como en el Sutra del corazón, en donde habla acerca de analizar en dónde está el “yo”. Cuando meditamos en la cabeza, la nariz, el oído, la lengua, no se puede encontrar el “yo”. Tampoco se puede encontrar el “yo” en el cuerpo físico o en la mente. La respuesta del Buda es que no hay tal cosa como un “yo” sólido. Aun así, sentimos, hablamos, vamos y comemos. Esta es la verdad relativa de la existencia, pero es solo como una apariencia. Es como un hermoso arcoíris, con bellos colores. Pero incluso si lo podemos ver claramente, no podemos agarrar un arcoíris, no hay nada que agarrar. Todo lo que sentimos y vemos y disfrutamos, tenemos que verlo como similar a este arcoíris. Tenemos que disfrutarlo como si fuera una ilusión. Esta es la enseñanza del Buda.  

Algunas veces nos enojamos y, cuando nuestra mente se calma, si pensamos por qué nos enojamos, realmente no estamos muy seguros de por qué. El gran enemigo que sentimos que existía cuando estábamos enfurecidos no parece ser como originalmente pensamos. Nos damos cuenta de lo tontos que somos. No estoy diciendo que no hay enemigo, pero no hay nada por lo que sentir odio. 

Si llegamos a conocer y practicar la vacuidad, la verdad última, y vemos que reduce el enojo y el apego en nuestra vida, sentiremos que hemos encontrado una medicina increíble. Nos puede curar de todos nuestros problemas y sufrimiento. También puede curar a todos los demás seres sintientes. Así, la siguiente pregunta es: tenemos esta medicina preciada, ¿por qué habríamos de dársela a los demás? Esto es lo que hacen los bodisatvas. Los demás seres sintientes han sido muy amables con nosotros, así que necesitamos trabajar por su beneficio. Su sufrimiento y nuestro sufrimiento es el mismo. Los bodisatvas creen que todos los seres sintientes son su propia familia. Hasta la iluminación, no hay separación. Para los bodisatvas, nacer en los reinos inferiores o superiores no es una preocupación en absoluto. Quieren renacer en donde puedan beneficiar a los seres sintientes. Eso es a lo que ellos se han dedicado a hacer – su mente, su cuerpo y tiempo. 

¿Por qué no podemos hacer eso ahora nosotros? Es muy fácil de ver. Digamos que acabamos de comprar un nuevo iPhone. Lo cuidamos muy bien. Se lo enseñamos a nuestra familia porque confiamos en ella, diciendo: “¡Asegúrense de no tirarlo!”. Si un mendigo llega y nos dice: “¡Dámelo!”, de ninguna manera, no podemos darle todo a los demás. Si mentalmente no podemos dar, físicamente ni pensarlo. 

A los bodisatvas no les importa. Incluso si tienen el último teléfono, se lo darán a quien lo quiera. Si alguien lo tira, están bien con eso. Aun si no podemos practicar de esta forma, al menos mentalmente deberíamos estar abiertos a ello. Olvidemos por el momento hacerlo físicamente, porque nos aferramos demasiado. E incluyamos a nuestros enemigos también. Su Santidad incluye a todos los oficiales chinos en sus plegarias. Si Mao Zedong estuviera vivo hoy en día y se encontrara con Su Santidad, Mao estaría infinitamente más estresado y nervioso. Mao estaría pensando que el Dalái Lama es un separatista y que entonces necesita ser muy cuidadoso. Pero Su Santidad estaría calmado porque simplemente estaría pensando que está frente a otro ser humano. Mao no tendría este tipo de método. Debido a la bodichita, Su Santidad incluye a Mao en su práctica. Es muy saludable, es bueno para la mente y el cuerpo.  

Tomar el sufrimiento como parte del camino del bodisatva

(13) La práctica de un bodisatva es, incluso no teniendo la menor falta nosotros mismos, alguien fuera a cortar nuestra cabeza, aceptar en nosotros sus consecuencias negativas, a través del poder de la compasión.

Con toda certeza, ¡no dejaría que la gente corte mi cabeza! ¡No les he hecho ningún daño, así que los demandaré! Esta es la forma en que practicamos ahora mismo, pero los bodisatvas son diferentes.  

Los bodisatvas están dedicados a ello a largo plazo, no solo por esta vida. Practicarán hasta que alcancen la iluminación plena. ¿Cuál es su trabajo hasta la iluminación? Beneficiar a otros. Cortar mi cabeza es solo una cosa pequeña. A nosotros eso nos hace sentir sorprendidos y enojados, pero los bodisatvas piensan: “Si eso les da placer, dejaré que me corten la cabeza”.

Hay una gran historia de las vidas previas del Buda acerca de un rey llamado Sanjaya y su hijo, el Príncipe Vishvantara. Este príncipe es la vida anterior del Buda Shakyamuni y era un gran practicante. El rey Sanjaya le dio toda su riqueza a su hijo e incluso le dio el reino. El príncipe Vishvantara mismo fue un gran practicante de la generosidad. Siempre que alguien necesitaba algo, él se lo daba felizmente. Pero había una importante pieza de riqueza, que era una piedra preciosa muy valiosa. Esta piedra preciosa llevó buenas cosechas, buena lluvia y estabilidad al reino. Así, el Rey Sanjaya no le dio a su hijo esta piedra preciosa porque sabía que, debido a la naturaleza compasiva de su hijo, él la regalaría. 

Pero, una vez, el país vecino de Kalinga estaba enfrentando sequía y pensaron en obtener de alguna manera esa piedra preciosa. El rey y los ministros de Kalinga tramaron un plan para aprovecharse del compasivo príncipe. Enviaron a un mendigo muy pobre con el príncipe, quien le dijo llorando: “Necesito riqueza, refugio y ropa”. El príncipe le dio dinero a este mendigo, una casa y hermosas ropas. Pero el mendigo se quedó y dijo: “¡No es suficiente!”. El príncipe le preguntó qué quería. El mendigo respondió que necesitaba la piedra preciosa. El príncipe le dijo al mendigo que no tenía la autoridad de darle la piedra preciosa. El mendigo lloró y lloró, manipulándolo. 

La compasión del príncipe hacia este mendigo se hizo cada vez más fuerte y pensó: “¿Qué valor tendrá esta piedra preciosa si la guardo? Esta persona realmente la necesita. Su vida es más importante que esta riqueza. Puedo dársela a este mendigo aun si mi padre me castiga”. Sintió tal compasión por este mendigo que le robó a su padre la piedra preciosa para dársela al indigente. Realmente tenía una buena motivación, pensando en la felicidad de todos los seres sintientes. “Con esta ofrenda, que pueda completar la práctica de la generosidad y alcanzar la plena iluminación”, rezó. Con esto, regaló la piedra preciosa. Poco después, su padre descubrió que había regalado la piedra preciosa al reino vecino. Todos los ministros exigieron que le fuera quitado el trono al príncipe y que fuera desterrado del reino junto con su esposa e hijos. 

El príncipe inmediatamente le regresó el reino a su padre y, antes de irse, también le entregó toda su riqueza. De hecho, como castigo, querían sacarle los ojos. Y, en esta etapa de la práctica, Vishvantara no tuvo dudas ni arrepentimientos sobre sacarse sus propios ojos. La historia continúa y, con el tiempo, padre e hijo se reunieron una vez que el rey se dio cuenta de que la riqueza es solo riqueza. De hecho, el rey se sintió muy conmovido por la práctica de su hijo, y dijo: “No eres una persona común. Por favor, haz que tus ojos vuelvan de nuevo, eso me produciría la mayor felicidad”. De esta forma, los ojos del príncipe surgieron de nuevo. Es difícil de creer, pero la moraleja de la historia es que, cuando damos, damos sin expectativas. 

No hay necesidad de estar sorprendidos. Si amamos mucho a alguien, podemos dar nuestra vida por ellos. Hemos visto tales historias en las noticias. Los franceses, por su nación, estaban listos para dar sus vidas en la revolución. Los bodisatvas están dispuestos a dar su vida, incluso por personas que los han lastimado y torturado. Esta es una señal de cuánto aman los bodisatvas a los seres sintientes. Lo único que piensan es: “Aun si me cortan la cabeza, los amaré igualmente y retribuiré la bondad que han tenido conmigo en vidas pasadas”. 

Lidiar con el chisme y el odio

(14) La práctica de un bodisatva es, aun si alguien fuera a publicar a través de los miles, millones o billones de mundos toda clase de cosas desagradables sobre nosotros, hablar en cambio sobre sus buenas cualidades, con una actitud de amor.

Esta es una buena práctica si hay personas chismeando sobre nosotros y nos molestamos por ello. Cuando las personas dicen cosas malas de nosotros, por lo general nos hace sentir mal. En este tipo de situaciones, los bodisatvas solo dan amor a cambio. Solo alaban a la persona que habla mal de ellos. Esto requiere mucha paciencia, pero cambia todo.  

Hablemos de Devadatta, el primo del Buda. Devadatta siempre estaba luchando contra el Buda. Incluso intentó matar al Buda en muchas ocasiones. En realidad, era muy inteligente. Los sutras a menudo hablan de sus cualidades. Devadatta podía memorizar todo y era muy bueno en muchas cosas. También el Buda era muy bueno en muchas cosas y Devadatta constantemente estaba tratando de competir con él, pero el Buda siempre ganaba.  

Una vez, el Buda estaba tomando algunas medicinas y, después de escuchar esto, Devadatta pensó: “¡Puedo tomar aún más medicinas que el Buda!”. Tomó las medicinas, pero se enfermó mucho y casi muere. Devadatta le pidió al Buda que lo curara. El Buda miró a Devadatta, esta persona que había tratado de dañarlo muchas veces, con mucha compasión. Colocó su mano en la frente de Devadatta y dijo: “Mi amor y compasión hacia Rahula [el hijo del Buda] y mi amor y compasión hacia Devadatta son iguales. Por esta verdad, que te recuperes”. Dijo esto y Devadatta se recuperó. 

Sin importar lo que los demás nos hagan, siempre podemos enfocarnos en dar amor y compasión a los demás. Los tibetanos no tienen libertad, pero vean lo que Su Santidad ha sido capaz de darle al resto del mundo. Podemos decir que esto es gracias a que los chinos invadieron China. Es como: o los tibetanos tienen su propia tierra o Su Santidad ha capturado el corazón de todas las personas en el mundo. Hay muchos chinos que son estudiantes de Su Santidad y quieren que vaya a China. Entonces, aun si China invadió el Tíbet, ¿quién ganó en realidad? ¿Mao Zedong o Su Santidad el Dalái Lama? Toma tiempo verlo, pero ciertamente, al final, el bodisatva gana. 

Esta no debería ser solo la práctica de los bodisatvas, sino de todos los seres humanos. Especialmente hacemos enemigos a partir de nuestra habla, eso es seguro, no de nuestro cuerpo. A partir de nuestro cuerpo, no tanto. Nadie puede entender bien lo que hay dentro de la mente. Es cuando hablamos que las cosas realmente suceden. De las diez acciones destructivas, hay cuatro relacionadas con el habla. Atisha y los grandes maestros Kadampa dicen que, cuando estés entre una multitud, coloca el darse cuenta en tu boca. Y cuando estés solo, coloca el darse cuenta en tu mente. Por tanto, debemos ser cuidadosos con las palabras y cómo las usamos.

Ver a los enemigos como nuestros maestros

(15) La práctica de un bodisatva es, aun si alguien expone nuestras faltas o dice palabras horribles (sobre nosotros) en medio de una reunión de muchos seres errantes, hacerle una reverencia respetuosamente, distinguiendo que (él es nuestro) maestro espiritual.

Este verso habla acerca de la paciencia. Deja que otras personas te digan cosas malas o que digan cosas malas acerca de ti. Déjalas. Cuando hablamos de desarrollar la paciencia, eso es lo que necesitamos. No podemos practicar la paciencia con personas que siempre son maravillosas y amables con nosotros. Solo podemos practicar la paciencia con personas que nos vuelven locos. Entonces, tenemos que sentir gratitud por la fuente de nuestra paciencia. ¿Cuál es la fuente? Nuestros enemigos. Hay dos formas de pensar cuando alguien nos hace algo que no nos gusta. Luchamos contra la persona o luchamos contra la acción. Normalmente, nos gusta luchar contra la persona. Los bodisatvas aman a la persona, pero combaten la acción. Cuando son lastimados, los bodisatvas sienten mucha gratitud por la lección para su práctica, la práctica de la paciencia. 

Es un poco extraño llamar gurú a tu enemigo. Cuando Atisha llegó al Tíbet de la India, llevó consigo a un estudiante que siempre estaba debatiendo con él, una persona muy ignorante. Pero Atisha siempre llevaba a esta persona consigo a todos lados y le profesaba mucho respeto. Los tibetanos se preguntaban: “¿Es tu estudiante? Es tan ignorante; ¡siempre está debatiendo contigo y no tiene respeto por ti! Pudiste haber traído mejores estudiantes. Tienes miles y miles de estudiantes en Nalanda, ¿por qué lo trajiste contigo?”. Con las manos juntas, Atisha dijo: “No digas esto. Es muy amable conmigo. Sin él, mi práctica decaería. Con él, mi práctica crece”. 

Cada día nos encontramos con personas. Si nos encerramos, eso no es divertido. Necesitamos salir y hacer cosas y enfrentar gente todo el tiempo. Tenemos que aprender y construir una práctica fuerte dentro de nosotros, de tal forma que, pase lo que pase, estemos listos para enfrentarla con paciencia. 

Ver a todos los seres como a nuestro hijo único

(16) La práctica de un bodisatva es, aun si una persona de quien hemos cuidado, valorándolo como a nuestro propio hijo, nos considerara como su enemigo, tener especial afecto por él, como una madre hacia su hijo aquejado por una enfermedad.

Cuando los bodisatvas enfrentan problemas, lo hacen con ecuanimidad. A nosotros nos causa mucho dolor que alguien nos acuse de hacer algo mal. Y más aún cuando esa persona es alguien con quien hemos sido amables. Los padres les dan mucho amor y atención a sus hijos, constantemente preocupados por su seguridad. Luego, los hijos crecen y dicen: “No hiciste esto bien y ahora tengo este problema, y todo es tu culpa”. He escuchado de hijos que demandan a sus padres; esto debe generar una enorme tristeza. 

Uno de los peores sentimientos es: “¿Cómo pueden hacerme esto?”. Este sentimiento surge automáticamente, pero no es así para los bodisatvas. Sin importar lo que les hagan, los bodisatvas amarán a los demás. Si alguien trata de lastimar a un bodisatva, el bodisatva tratará al ser como si fuera su único hijo enfermo. 

Si tenemos un hijo que está enfermo o tiene problemas mentales, haremos lo mejor que podamos para entenderlo. Si grita y nos insulta, no nos lo tomamos personal. Lo aceptamos porque sabemos que está enfermo. De la misma forma, los seres sintientes que nos atacan son influenciados por su mente ignorante. Están engañados. 

Los padres les dan mucho amor a sus hijos, sin expectativas. Bueno, de hecho, los padres tienen muchas expectativas y los hijos también. Hoy en día, los padres tienen grandes expectativas para sus hijos. En la India, si el niño obtiene bajas calificaciones en la escuela, los padres realmente los reprenden. Muchos niños incluso se han quitado la vida porque no obtienen buenas calificaciones. En China también. La presión es la expectativa. 

En Occidente, de acuerdo a mi experiencia, las personas de alguna forma siguen su propio talento. Sigues aquello que te gusta y con lo que te sientes bien. Pero en la India existe la presión de obtener buenas notas, no porque amen mucho a sus hijos, sino porque aman mucho su reputación. Con menos expectativas, no hay mucho problema. Para nosotros, sin embargo, cuando no tenemos ninguna expectativa automáticamente sentimos que estamos rompiendo el lazo, como si ya no nos importara. Pero los bodisatvas no cortan el vínculo, la conexión está ahí porque la compasión verdadera está ahí. La fuente de la bodichita es la compasión. 

Dedicatoria

Ahora dediquemos todo el potencial positivo que hemos creado juntos. 

Siempre que tengas un problema en tu vida, recuerda que está dentro de tu poder usar este problema para desarrollar muchas cualidades increíbles. Si pensamos de esta manera, veremos que entrenarnos en esto vale la pena. Cuando vamos a la tienda y empezamos a regatear y nos preguntamos por qué estamos regateando y por qué la otra persona también quiere sacarte tanto dinero es muy gracioso, en realidad. Es divertido analizar las situaciones en las que nos encontramos. Y en la India podemos practicar mucho la paciencia. Hay muchas oportunidades para practicar la paciencia, ¡empezando con el conductor del taxi cuando llegas al aeropuerto! En Occidente, son muy educados. 

Uno de mis amigos dijo que, en América, fue al área de un bosque salvaje y había un sanitario con muchas personas formadas afuera; también se formó. Quizás diez personas estaban esperando, así que preguntó qué estaban esperando. Dijeron que había una persona dentro del baño que aún no había salido. Empezaron a enojarse. Había un letrero que decía: “espera tu turno”. La puerta estaba cerrada, pero en realidad ¡no había nadie adentro! Estaban cegados por las reglas. Así, practiquen lo mejor que puedan en cualquier aspecto de la vida cotidiana y en donde enfrenten problemas. 

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