Como primer eslabón de los doce eslabones de surgimiento dependiente, el factor mental del anticonocimiento da surgimiento y ocurre junto con los impulsos kármicos, que constituyen el segundo y décimo eslabones, los impulsos kármicos que afectan y continuar la existencia, respectivamente. Examinemos este proceso en detalle para comprender cómo el anticonocimiento es responsable de nuestro renacimiento incontrolablemente recurrente: una existencia samsárica continua, llena de sufrimientos.
Los doce eslabones en el Vaibáshika
La presentación Vaibáshika de los doce eslabones difiere bastante de la que se presenta en otros sistemas de principios del budismo indio. Los eslabones se refieren tanto a las doce etapas de surgimiento dependiente que ocurren durante el curso del renacimiento como a los cinco agregados que surgen dependientemente en cada una de ellas. Vasubandhu los define en Un tesoro escondido de temas especiales de conocimiento (Chos mngon-pa'i mdzod, sct. Abhidharmakośa) (III.21ab, 23, 24ab) (ed. Gretil, Derge Tengyur vol. 140, 7B):
[1] (El eslabón del) anticonocimiento (se refiere a) [tib. solamente: la etapa cuando hubo] (conocimientos de cosas con) los [sct. solamente: diez] factores mentales perturbadores en una (vida) anterior. [2] (El eslabón de) los impulsos kármicos que afectan (se refiere a cuando hubo) impulsos kármicos en una (vida) anterior….
[8] (El eslabón de) la sed (se refiere a la etapa en esta vida cuando) hay un deseo anhelante por objetos sensoriales placenteros y relaciones sexuales, [9] y (el eslabón de) la obtención es (la etapa cuando se) corre de un lado a otro con el fin de adquirir objetos sensoriales placenteros. [10] (La etapa cuando) actúa un impulso kármico que traerá como resultado continuar la existencia es (el eslabón de) continuar la existencia.
(sct.) pūrvakleśā daśāvidyā saṃskārāḥ pūrvakarmaṇaḥ /… vittiḥ prāk maithunāt tṛṣṇā bhogamaithunarāgiṇaḥ / upādānaṃ tu bhogānāṃ prāptaye paridhāvataḥ // sa bhaviṣyat bhavaphalaṃ kurute karma tat bhavaḥ /
(tib.) ma rig nyon mongs mngon gnas skabs/ ’du byed dag ni sngon las kyi/… longs spyod ’khrig pa chags can gyi/ nye bar len pa longs spyod rnams/ thob par bya ba’i phyir yongs rgyug pa’i// de srid ’bras bu ’byung ’gyur ba’i / las byed de ni srid pa yin/
Según el Vaibáshika, el primer eslabón, el anticonocimiento, se refiere a los diez factores mentales perturbadores ocurridos en una vida anterior. En esa vida, estos factores desencadenaron el segundo eslabón, los impulsos kármicos. Los eslabones octavo y noveno, la sed y la obtención, son el factor mental perturbador del deseo anhelante, que se presenta en dos etapas de esta vida. Estas dos etapas del deseo anhelante conducen a un impulso kármico que, al final de esta vida, dará surgimiento a continuar la existencia, esto es, el renacimiento, el décimo eslabón.
Para comprender cómo se establece la conexión entre el primer, segundo y décimo eslabón y el papel del anticonocimiento en esto, es necesario conocer la presentación Vaibáshika de los impulsos kármicos.
Impulsos kármicos
Como en todos los sistemas de principios, existen impulsos kármicos para las acciones del cuerpo, el habla y la mente. Cada uno de ellos solo puede tener una de dos valencias posibles: destructiva o constructiva, pero no inespecificadas.
Todos los sistemas de principios también aceptan que los impulsos kármicos para las acciones de la mente son el factor mental de un impulso (sems-pa, sct. cetanā): un conocimiento de algo que incita a la conciencia y a los demás factores mentales congruentes con ella a iniciar, ejecutar y finalizar una acción de la mente. Cuando la presentación de los impulsos kármicos se limita al plano de los objetos sensoriales del deseo, el enfoque está en las diez acciones destructivas y las diez acciones constructivas del cuerpo, el habla y la mente. La acción de la mente es pensar y decidir cometer una acción del cuerpo o el habla. En el contexto de los doce eslabones, esa acción de la mente ocurre en el momento del primer eslabón. Las acciones destructivas de la mente son pensar con codicia, pensar con malicia o pensar distorsionadamente con antagonismo, y las constructivas son abstenerse de estas tres destructivas. Las acciones del cuerpo sobre las que reflexionan son quitar la vida a otros, tomar lo que no nos fue dado o participar en un comportamiento sexual inapropiado. Las acciones del habla que reflexionan son mentir, hablar de forma divisoria, hablar con dureza o parlotear sin sentido. Estas acciones ocurren durante el segundo eslabón.
Cuando la presentación se amplía para incluir los planos de las formas etéreas y los seres sin forma, también se incluyen las acciones de la mente que absorben en uno de los cuatro niveles de concentración dhyana o cuatro absorciones sin forma. Al igual que en el caso del plano de los objetos sensoriales del deseo, la acción de la mente para reflexionar y decidir participar en dicha absorción meditativa ocurre en el momento del primer eslabón, y la acción de la mente que la realiza ocurre en el momento del segundo eslabón.
Sin embargo, a diferencia del Sautrántika y el Chitamatra, el Vaibáshika y el Madyámaka afirman que, aunque un impulso también impulsa a una de las cinco conciencias sensoriales y a los otros factores mentales congruentes con ella para iniciar, ejecutar y finalizar las acciones del cuerpo y del habla en el momento del segundo eslabón, no son los impulsos kármicos en esas acciones.
Los impulsos kármicos para las acciones del cuerpo y el habla son formas reveladoras dinámicas (rnam-par rig-byed-kyi gzugs, sct. vijñaptirūpa). Revelan la valencia (destructiva o constructiva) de las mentes que les dan surgimiento. El Vaibáshika afirma que, en las acciones del cuerpo, son la forma dinámica que el cuerpo toma como el método implementado para hacer que la acción tenga lugar que fue decidida por la acción de la mente. En las acciones del habla, son los sonidos de las sílabas de las palabras que se pronuncian dinámicamente como el método implementado para hacer que la acción tenga lugar que fue decidida por la acción de la mente. Los impulsos kármicos del cuerpo y el habla también incluyen formas no reveladoras (rnam-par rig-byed-kyi ma-yin-pa'i gzugs, sct. avijñaptirūpa), pero no son relevantes para los doce eslabones.
Los impulsos kármicos que constituyen el segundo eslabón son los de una acción kármica del cuerpo, el habla o la mente, tanto destructiva como constructiva. En el momento del décimo eslabón al final de esta vida, uno de estos impulsos kármicos funcionará como un "impulso kármico que arroja" (‘phen-byed-kyi las, sct. ākṣepaṇakarma). Impulsará a la conciencia, lanzándola al siguiente momento, que será el comienzo del siguiente renacimiento. Los componentes no especificados y no oscurecidos de los agregados en ese primer momento de este renacimiento son el resultado madurado (rnam-smin-gyi 'bras-bu, sct. vipākaphalam) de este impulso kármico que arroja. Incluyen solo los fenómenos internos de ese renacimiento, es decir, los conectados con una conciencia. Si uno renaciera con el cuerpo de una mosca, por ejemplo, estos resultados incluirían el tipo de sensores oculares que posee, la gama de sensaciones de felicidad o infelicidad que podría experimentar como mosca, etc. Los fenómenos externos, como la gama y los tipos de imágenes que uno podría ver como mosca, serían los resultados dominantes (bdag-po'i 'bras-bu, sct. adhipatiphalam).
Los tres tiempos
Para comprender la explicación Vaibáshika de cómo se establece la conexión entre las ocurrencias de los impulsos kármicos en los momentos del primer, segundo y décimo eslabón, necesitamos comprender la presentación Vaibáshika de los tres tiempos.
El Vaibáshika afirma que los fenómenos no estáticos existen a lo largo del tiempo como un continuo de tres fases: una fase que aún no acontece, una fase que acontece en el presente y una fase que ya no acontece. La fase que sucede en el presente dura solo un instante, mientras que las otras dos fases consisten en un continuo de momentos sucesivos. Aunque, para simplificar la expresión, podemos hablar de un impulso kármico que aún no acontece, uno que acontece en el presente y uno que ya no acontece, a lo que nos referimos con esos términos es a lo que aún no acontece y demás del impulso kármico que desempeña su función de causar que ocurra una acción.
Por ejemplo, existe la forma dinámica de nuestro cuerpo robando un banco:
- En el momento del primer eslabón, como la forma que aún no acontece que nuestro cuerpo tomará para cometer el robo que estamos pensando y decidiendo cometer.
- En el momento del segundo eslabón, como la forma dinámica que está acontece en el presente que nuestro cuerpo toma para cometer el robo.
- Durante el resto de la vida en que tuvo lugar el segundo eslabón, como la forma dinámica que ya no acontece que tomó nuestro cuerpo y que podemos recordar.
Las formas dinámicas de nuestro cuerpo robando un banco, que aún no acontecen y que ya no acontecen, no se localizan ni ocurren en ningún lugar, sin embargo existen y funcionan como objetos sobre los que podemos pensar.
La fase que aún no acontece de los componentes no oscurecidos no especificados de los agregados que madurarán a partir de ese impulso kármico de robo surge simultáneamente con el inicio de la fase que aún no acontece del propio impulso kármico. La fase que acontece en el presente de estos componentes ocurre en el momento del onceavo eslabón, la concepción.
Salidas
Cada momento en el continuo trifásico de un fenómeno no estático es la salida (rgyu-mthun-pa-las byung-ba, sct. naiṣyandikī) del momento precedente en ese continuo. Como una salida de su predecesor en el continuo, cada momento posterior mantiene la misma naturaleza identitaria (bdag-nyid, sct. ātman), la misma valencia emocional y la capacidad de desempeñar la misma función que su predecesor. Por lo tanto, cada momento en el continuo es el resultado saliente (rgyu-mthun-gyi 'bras-bu, sct. niṣyandaphalam) del momento anterior. Nótese que la traducción literal del término tibetano para un resultado saliente es “un resultado que corresponde a su causa”.
- En el contexto de los doce eslabones, este mecanismo proporciona la conexión entre el impulso kármico que aún no acontece en el momento del primer eslabón y el impulso kármico que acontece en el presente en el momento del segundo eslabón. También proporciona la continuidad entre el impulso kármico que ya no acontece, que ocurre inmediatamente después del segundo eslabón, y el impulso kármico que acontece en el presente que ocurre en el momento del décimo eslabón, cuando funciona como impulso kármico que arroja.
- En el caso de un fenómeno intermitente no estático como el anticonocimiento, este mecanismo proporciona la conexión entre una ocurrencia y la siguiente – por ejemplo, el anticonocimiento en los momentos del primer, segundo y décimo eslabones.
Adquisiciones
Simultáneamente con el inicio de la fase que aún no acontece de un fenómeno no estático, surge una adquisición (thob-pa, sct. prapti) del mismo. Una adquisición es una variable que afecta no congruente (ldan-min 'du-byed, sct. viprayuktasaṃskāra): una variable no estática que no es una forma de fenómeno físico ni una manera de conocer algo, y que afecta a otros fenómenos no estáticos para producir un resultado. Conecta algo con el continuo mental y comparte la misma valencia con aquello que conecta.
Al igual que el fenómeno no estático que conecta, su adquisición también se da en tres fases. Por ejemplo, desde el momento inmediatamente posterior al segundo eslabón hasta el décimo, existe un continuo no solo de impulsos kármicos que ya no acontecen, sino también un continuo de sus adquisiciones que ya no acontecen.
Aunque técnicamente las adquisiciones no son impulsos kármicos, en tibetano se les llama “impulsos kármicos que completan” (rdzogs-par byed-pa'i las). El maestro Kadampa del siglo XIII, Chim Jampeyang (mChims 'Jam-pa'i dbyangs), afirma en Comentario a “Un tesoro escondido (de temas especiales de conocimiento)”: Una filigrana de Abhidharma (Chos mngon-mdzod-kyi tshig-le'ur byas-pa'i 'grel-pa mngon-pa'i rgyan) (edición de la Biblioteca Sera Je, 380):
Los Vaibáshika dicen: “Las adquisiciones constructivas manchadas y las adquisiciones destructivas son impulsos kármicos que completan”.
dge ba zag bcas kyi thob pa dang mi dge ba’i thob pa de dag ni rdzogs par byed pa’i las yin no/ zhes bya ba ni bye brag tu smra ba yin no//
“Manchado” se explicará más adelante.
Más precisamente, las adquisiciones son causas que completan (rdzogs-byed-kyi rgyu). Se definen como fenómenos destructivos o constructivos manchados que funcionan como una de las causas que dan surgimiento a las circunstancias del estado de renacimiento en el que se renace o a la condición de los agregados de ese estado de renacimiento. Estas circunstancias pueden ser, por ejemplo, renacer como un perro, mascota de una persona bondadosa, o renacer con sensores oculares ciegos.
A diferencia de otros sistemas de principios, el Vaibáshika afirma que un impulso kármico que arroja puede impulsar la conciencia a solo un renacimiento. Sin embargo, varias adquisiciones, como causas que completan, pueden madurar en las circunstancias de ese renacimiento. Esto se debe a que innumerables otros impulsos kármicos, además del que arroja y sus adquisiciones, también han surgido mediante el mismo mecanismo de los doce eslabones. Las adquisiciones de algunos de estos otros impulsos kármicos, así como la adquisición del impulso kármico que arroja, también funcionarán como causas que completan.
Vasubandhu afirma esto en Un Tesoro (IV.95ab) (ed. Gretil, Derge 14B):
Un (impulso kármico que arroja) arroja un nacimiento. Varios (impulsos kármicos que completan) son los que (lo) completan.
(sct.) ekaṃ janmākṣipatyekam anekaṃ paripūrakam /
(tib.) gcig gis skye ba gcig 'phen no/ yongs rdzogs byed pa du ma yin/
Además, incluso durante una vida arrojada, los impulsos kármicos que completan pueden afectar los fenómenos no especificados no oscurecidos de un estado de renacimiento, por ejemplo, los sensores cognitivos físicos. Más adelante en la vida, pueden afectar la vista y causar ceguera o sordera. Chim Jampeyang explica en Filigrana de Abhidharma (380-381):
Supongamos que preguntas: "¿No son los sensores cognitivos (físicos) resultado de un (impulso kármico) que arroja?". Aunque lo son, pueden entrar bajo la eficacia de los impulsos kármicos que completan. Si no fuera así, después de un renacimiento que ha sido arrojado, un sensor cognitivo (físico) no podría volverse incompleto.
(tib.) dbang po drug ’phen byed kyi ’bras bu ma yin nam zhe na/ de dag la yang rdzogs byed kyi las kyi nus pa ’jug ste/ de ltar min na skye ba ’phangs phan chad ’ga’ yang dbang po ma tshang par mi ’gyur ro/
Así, incluso después de que un impulso kármico que arroja haya lanzado a la conciencia a un siguiente renacimiento, las continuidades de ese impulso kármico que ya no acontece y su adquisición que ya no acontece, se extiende durante esa vida y en las siguientes. Aunque el impulso kármico que arroja no tendrá más efectos, su adquisición puede seguir produciendo resultados de vida en vida.
Factores mentales que se extienden
Hemos aprendido que cada momento del continuo de impulsos kármicos que ya no acontecen y sus adquisiciones, y cada momento del continuo de sus resultados que aún no acontecen y sus adquisiciones, es el resultado saliente del momento anterior de cada uno en estos continuos. Pero ¿qué impulsa el continuo de momentos salientes? Es un impulso (sems-pa, sct. cetanā), uno de los diez grandes factores mentales arraigados en todas las mentes que conocen.
En cada momento, un impulso incita a la conciencia, así como a los factores mentales y a las variables que afectan no congruentes que acompañan a la conciencia, a desempeñar sus funciones. Entre estas funciones que la conciencia desempeña se encuentra la de servir como condición inmediatamente precedente (de-ma-thag rkyen, sct. samanantarapratyaya) para el surgimiento del siguiente momento en su continuo. Si existen impulsos kármicos y sus adquisiciones que acompañan a la conciencia, entonces el impulso que los incita es un impulso kármico de la mente.
Este impulso kármico de la mente no solo hace que la conciencia dé surgimiento a un siguiente momento de sí misma como su flujo saliente, sino que también, al incitar a la conciencia, extiende más allá (rgyas-par 'gyur, sct. anuśerate) tanto a sí misma como a los fenómenos no estáticos conectados con esa conciencia. El impulso kármico puede hacer esto porque está “regado” (brlan-pa, sct. abhiṣyandita) por un factor mental perturbador como el deseo anhelante, como afirma Yashomitra en El significado aclarado, un comentario explicativo sobre la “Tesoro de temas especiales de conocimiento” (de Vasubandhu) (Chos mngon-pa'i mdzod-kyi 'grel-bshad don-gsal-ba, sct. Sphuṭārtha Abhidharmakośa-vyākhyā) (Gretil ed. 13, Derge Tengyur vol. 142, 10A):
“El deseo anhelante y demás se extiende a esos fenómenos (manchados)” significa que estos (estos fenómenos manchados –específicamente, los impulsos kármicos) se vuelven aptos para generar más fenómenos manchados. (Esto se debe) a que los fenómenos manchados son lo que es producido por los impulsos kármicos, regados por el deseo anhelante, etc., (como se deriva) de la afirmación (de Vasubandhu) (Un Tesoro, IV.1a): “La diversidad (de los fenómenos manchados del) mundo ha nacido de los impulsos kármicos”.
(sct.) tathā rāgādayo 'pi teṣu dharmeṣu anuśerate. anuguṇībhavantīty arthaḥ. rāgādy abhiṣyanditakarmanirvartitā hi sāsravā dharmāḥ. karmajaṃ lokavaicitryam iti vacanāt.
(tib.) dod chags la sogs pa yang chos de dag las rgyas par ’gyur zhing mthun par ’gyur ro zhes bya ba’i tha tshig go/ /las las ’jig rten sna tshogs skyes/ /zhes ’byung ba’i phyir zag pa dang bcas pa rnams ni ’dod chags la sogs pas brlan pa’i las kyis bsgrub par bya ba yin no/
Dado que los impulsos kármicos, cuando son regados por el deseo anhelante y demás, generan nuevos fenómenos manchados, los factores mentales perturbadores se denominan “factores mentales que se extienden” (phra-rgyas, sct. anuśaya). Cabe destacar que los términos sánscritos para factores mentales que se extienden (anuśaya) y su función de extender (anuśerate) son flexiones del verbo anuśī, lo que indica la relación entre ambos.
Fenómenos manchados
Un fenómeno manchado (zag-bcas, sct. sāsrava) se define como aquel en el que se extiende un factor mental que se extiende y que extiende más allá. Los impulsos kármicos, los resultados madurados y las adquisiciones de ambos son fenómenos manchados. Los factores mentales que se extienden los extienden aún más, ya sea por ser congruentes con ellos en el caso del impulso kármico de un apremio, o por tomarlos como su objeto en el caso del impulso kármico de una forma reveladora o una adquisición. Los propios factores mentales perturbadores, como el anticonocimiento, también son fenómenos manchados; al extender otros fenómenos manchados, también se extienden a sí mismos.
Cómo los factores mentales que se extienden puede extender los fenómenos constructivos manchados
Un factor mental perturbador solo puede ser destructivo u oscurecido no especificado. Sin embargo, no necesita compartir la misma valencia que el fenómeno manchado en el cual se extiende. También puede extenderse a un impulso kármico constructivo y a su adquisición, y extenderlos aún más, siempre y cuando aún no estén aconteciendo o ya no estén aconteciendo. Por ejemplo, después de abstenernos de responder algo hiriente a alguien que nos regaña, podemos sentirnos orgullosos de lo bien que lo hicimos o una actitud engañosa hacia un entramado transitorio nos identifica como “Ese era yo, un atman, que siempre es tan bueno”.
Motivadores
Es necesario introducir una variable adicional. Un estimulador (kun-slong, sct. samutthāna) es algo que, literalmente, causa el surgimiento de un impulso kármico. Suele traducirse como “motivación”. Para facilitar la comprensión, lo traduciremos aquí como “motivador”. Tiene dos fases: como motivador causal (rgyu'i kun-slong, sct. hetusamutthāna) y como motivador contemporáneo (dus-kyi kun-slong, sct. kālasumutthāna).
Vasubandhu y sus comentaristas indios utilizan ambos términos únicamente en referencia a la relación entre una conciencia y un impulso kármico del cuerpo o el habla (una forma reveladora). En una acción mental, la conciencia mental, como motivador causal, da surgimiento a una forma reveladora aún no acontecida al reflexionar sobre ella y decidir si implementarla para que la acción del cuerpo o el habla se lleve a cabo. En una acción del cuerpo o el habla, la conciencia sensorial, como motivador contemporáneo, da surgimiento a una forma reveladora que acontece en el presente, como método que se implementa para que la acción se lleve a cabo.
Aquí, como veremos en el siguiente pasaje, el autor tibetano Sey Ngawang Tashi adopta este par de términos y los aplica a los anticonocimientos congruentes con estas dos conciencias motivadoras. Si bien las acciones mentales que reflexionan y deciden realizar una acción corporal o verbal solo tienen un motivador contemporáneo, las acciones mentales que son estar absortos en uno de los niveles de concentración de dhyana o en una de las absorciones sin forma, también pueden tener una fase causal. Durante la fase causal, reflexionaríamos y decidiríamos practicar la meditación para alcanzar estos niveles de concentración profunda.
Sey Ngawang Tashi explica en Análisis de los extremos concernientes a (los doce eslabones del) surgimiento dependiente (rTen-'bral mtha'-dpyod chen-mo) (edición de la Biblioteca Drepung Gomang, 257, 258):
En cuanto al factor mental automotivador anticonocimiento, de hecho, hay dos: un anticonocimiento motivador causal y un anticonocimiento motivador contemporáneo.
El factor mental de un factor mental que estupefacta, que es tanto una causa de un impulso kármico que afecta del segundo eslabón que será automotivado para surgir (por él) y que también es su motivador (que le da surgimiento) – así es la característica definitoria del anticonocimiento que sirve como motivador causal de un impulso kármico que afecta del segundo eslabón….
El factor mental de un factor mental que estupefacta que es simultáneo con un impulso kármico que afecta del segundo eslabón que será automotivado para surgir (por él) y que es también su motivador (que le da surgimiento) – esa es la característica definitoria del anticonocimiento que es el motivador contemporáneo de ese impulso kármico.
(tib.) rang gi kun nas slong gi ma rig pa la yang rgyu’i kun slong gi ma rig pa dang/ dus kyi kun slong gi ma rig pa gnyis yod/ rang gi kun nas bslang byar gyur pa’i yan lag gnyis pa ’du byed kyi las kyi rgyu yang yin la/ kun slong yang yin pa’i sems byung rmongs pa yin de/ de lta bu’i yan lag gnyis pa ’du byed kyi las de’i rgyu’i kun slong du gyur pa’i ma rigs pa’i mtshan nyid//… rang gi kun nas bslang byar gyur pa’i yan lag gnyis pa ’du byed kyi las de dang dus mnyam yin la las de’i kun slong yang yin pa’i sems byung rmongs pa de/ las de’i dus kyi kun slong gi ma rig pa’i mtshan nyid/
El anticonocimiento en el momento del primer eslabón es el motivador causal de los impulsos kármicos que aún no acontecen y sus adquisiciones, mientras que el anticonocimiento en el momento del segundo eslabón es el motivador contemporáneo de estos cuando acontecen en el presente. Estos anticonocimientos son "automotivadores" (rang-gi kun-nas slong-ba) ya que, por su propia fuerza, dan surgimiento a un impulso kármico. Como hemos visto, dado que los impulsos kármicos y sus adquisiciones aún no acontecen en el momento del primer eslabón, el anticonocimiento puede provocar el surgimiento de variedades tanto destructivas como constructivas.
Un impulso, como impulso kármico de la mente, regado por un factor mental perturbador, extiende la continuidad de un impulso kármico y su adquisición momento a momento. Esto ocurre desde el momento del primer eslabón hasta el momento del décimo y más allá. En el décimo eslabón, el anticonocimiento funciona de nuevo como motivador contemporáneo del impulso kármico y su adquisición, capacitándolos para funcionar como impulsos kármicos que arrojan y que completan, respectivamente.
Con esto como antecedente, ahora podemos observar de cerca el anticonocimiento en los doce eslabones y la conexión entre el primer, segundo y décimo eslabones.
El primer eslabón incluye los diez factores mentales perturbadores
Vasubandhu define el primer eslabón no solo como anticonocimiento, sino como “la etapa en la que hubo cogniciones de cosas con los diez factores mentales perturbadores en una vida anterior”. Sthiramati, en El significado de los hechos: un subcomentario anotado al “Autocomentario de 'Un tesoro de temas especiales de conocimiento'” (de Vasubandhu) (Chos mngon-pa mdzod-kyi bshad-pa'i rgya-cher 'grel-pa don-gyi de-kho-na-nyid, sct. Abhidharmakoṣa-bhāṣyā-ṭīkā-tattvārtha) (Derge Tengyur vol. 209, 360A), explica la razón por la que se incluyen los diez factores mentales perturbadores:
(Vasubandhu) dice: “(El vínculo del) anticonocimiento (se refiere a) la etapa en la que hubo cogniciones de cosas con factores mentales perturbadores en una (vida) anterior”. Cuando dice “(vida) anterior”, es porque en la (vida) presente ellos (los diez factores mentales perturbadores) se condensan como (los eslabones noveno y décimo de) sed y obtención.
Supongamos que preguntas por qué se habla de todos los factores mentales perturbadores con el término "anticonocimiento". Es para tener certeza sobre la naturaleza esencial de la causa de los factores que afectan (los impulsos kármicos que arrojan) que lanzan (a la conciencia a) una próxima vida.
Porque un impulso kármico que ha sido producido por un factor mental perturbador llega a poseer la capacidad de arrojar (a la conciencia a) una próxima vida, por lo tanto, aunque hay impulsos kármicos (que surgen) sin (factores mentales) perturbadores, (tales como los constructivos), carecen de (la capacidad de arrojar a la conciencia a) una próxima vida.
Todos (los factores mentales perturbadores por sí solos, sin embargo) no poseen (la capacidad de impulsar a la conciencia a) una vida posterior. En otras palabras, para instaurar los factores que afectan (impulsos kármicos que arrojan), todos los (otros nueve) factores mentales perturbadores por sí solos —deseo anhelante y demás— no poseen (la capacidad de desempeñar esa) función. El anticonocimiento, sin duda, (posee esa capacidad). Por lo tanto, con ese término (“factor mental de anticonocimiento”), Vasubandhu se refiere a todos los factores mentales perturbadores.
(tib.) ma rig nyon mongs sngon gnas skabs/ zhes bya ba smos so/ sngon zhes bya ba smos pa ni da ltar ba sred pa dang len pas bsdus pa’i phyir ro/ yang ci’i phyir nyon mongs pa thams cad ma rig pa’i sgras brjod ce na, yang srid ’phen pa’i ’du byed rnams kyi rgyu’i ngo bor nges pa’i phyir ro/ gang gi phyir nyon mongs pas rab tu bsgyur ba’i las ni yang srid ’phen pa la nus pa dang ldan par ’gyur te, nyon mongs pa med pa rnams la las yod kyang yang srid med pa’i phyir ro/ thams cad yang srid can ma yin te ’du byed kyi ’jug pa la ’dod chags la sogs pa nyon mongs pa rnams thams cad kho na byed pa can ma yin no/ ma rig pa ni gdon mi za ba ste/ de’i phyir de’i sgras nyon mongs pa thams cad brjod do/
Para que el impulso kármico que arroja pueda impulsar a la conciencia al primer instante de una siguiente vida en el momento del décimo eslabón, continuar la existencia, el impulso kármico necesita ser regado por un factor mental perturbador. Como lo indican los eslabones octavo y noveno de sed y obtención que lo preceden, es el deseo anhelante el que lo riega. Los otros nueve factores mentales perturbadores se condensan, en este contexto, como el deseo anhelante.
Aunque el anticonocimiento acompaña a cada uno de los otros nueve factores mentales perturbadores, ninguno de ellos por sí solo tiene el poder de regar un impulso kármico hasta el punto de que pueda funcionar como impulso kármico que arroja. Los factores mentales que ocurren sin un anticonocimiento congruente con ellos, como los factores mentales constructivos, también carecen de este poder. El anticonocimiento es el único factor mental con el poder de hacerlo y, por lo tanto, es el anticonocimiento congruente con el deseo anhelante el que proporciona el poder de regar el impulso kármico que arroja, permitiéndole lanzar a la conciencia a su siguiente renacimiento.
El segundo eslabón contiene impulsos kármicos tanto destructivos como constructivos del cuerpo, el habla y la mente. Los destructivos han sido motivados contemporáneamente por factores mentales destructivos, y los constructivos por factores mentales constructivos. Sin embargo, en el momento del primer eslabón, cuando estos impulsos kármicos aún no están aconteciendo, los diez factores mentales perturbadores, que incluyen únicamente factores mentales destructivos y oscurecidos no especificados, se especifican como sus motivadores causales. Los diez se condensan como anticonocimiento en el contexto del primer eslabón para indicar que solo el anticonocimiento tiene el poder de regar un impulso kármico que arroja en el contexto del décimo eslabón.
La relación entre el primer y el segundo eslabón
Vasubandhu explica la relación entre el primer y el segundo eslabón en Autocomentario de “Un tesoro escondido de temas especiales de conocimiento” (Chos mngon-pa'i mdzod-kyi bshad-pa, sct. Abhidharmakośa-bhāṣyā) (Gretil ed. 139.25-140.03, Derge Tengyur vol. 140, 130B-131A):
Debido a (su) conocer las cosas con un estado mental que es ignorante (del hecho) de que “lo que ha surgido dependientemente (los agregados) es meramente un fenómeno afectado”, los infantiles, fijados en [tib. aferrados a] conocer las cosas con la visión de un atman y la arrogancia egoísta, emprenden (cometer) [tib.: iniciar ] las tres acciones kármicas del cuerpo y demás por el bien de la felicidad o por el bien de la felicidad o ni de la infelicidad ni de la felicidad para sí mismos – en otras palabras, los meritorios por el bien de la felicidad y los inquebrantables por el bien de la felicidad y ni de la infelicidad ni de la felicidad en vidas futuras, y los no meritorios por el bien de la felicidad en esta (presente) vida.
(sct.) bālo hi pratītyasamutpannaṃ saṃskāramātramidamityaprajānan ātmadṛṣṭyasmimānābhiniviṣṭa atmanaḥ sukhārtham[asukha]aduḥkhārthaṃ vā kāyādibhistrividhaṃ karmārabhate āyati sukhārthaṃ puṇyaṃ sukhāduḥkhāsukhārthamānaijjamaihikasukhārthamapuṇyaṃ
(tib.) byis pa ni rten cing ’brel bar ’byung ba ’du byed tsam ’di mi shes pas bdag tu lta ba dang, nga’o snyam pa’i nga rgyal la mngon par zhen cing bdag nyid bde ba’i don tam, bde ba yang ma yin sdug bsngal yang ma yin pa’i don du lus la sogs pa dag gis las rnam pa gsum rtsom ste, tshe phyi ma la bde ba’i don du bsod nams bde ba dang, bde ba yang ma yin sdug bsngal ba yang ma yin pa’i don du ni mi g-yo ba, tshe ’di la bde ba’i don du bsod nams ma yin pa rtsom ste
En El significado de los hechos: un subcomentario anotado al “Autocomentario de 'Un tesoro de temas especiales de conocimiento'” (de Vasubandhu) (Chos mngon-pa mdzod-kyi bshad-pa'i rgya-cher 'grel-pa don-gyi de-kho-na-nyid, sct. Abhidharmakoṣa-bhāṣyā-ṭīkā-tattvārtha) (Derge Tengyur vol. 209, 378A-B), Sthiramati da una explicación palabra por palabra de este pasaje:
Los "infantiles" son aquellos que no ven los (dieciséis aspectos de las cuatro nobles) verdades. En cuanto a "meramente un fenómeno afectado", la palabra "meramente" existe porque es para indicar, "no hay un (atman) como el que afecta (el funcionamiento del surgimiento dependiente)". con "(su) cognición de las cosas con un estado mental que es ignorante (de los hechos sobre el surgimiento dependiente)", se indica un anticonocimiento no mezclado.
En cuanto a “fijados en [Tib. aferrados a] conocer las cosas con la visión de un atman y arrogancia egoísta”, significa “profundamente arraigado en un conocer las cosas con la visión de un atman y arrogancia egoísta”. Con esto, indica el anticonocimiento que es congruente con conocer las cosas con la visión de un atman y la arrogancia de (pensar e identificarse como un atman) “yo”.
“(Los infantiles) inician los tres impulsos kármicos del cuerpo” – (esto es lo que el anticonocimiento) produce. “Para sí mismos” es aquel sobre quien se tiene la visión, pensando “este (yo mío) es un atman” y (es aquel sobre el que) se centra la arrogancia egoísta. En cuanto a “por el bien de la felicidad o por el bien de (ni la felicidad ni la) infelicidad” y demás, “(los infantiles) inician los tres impulsos kármicos del cuerpo y demás” – (esto se refiere a) los tres tipos (de impulsos kármicos) del cuerpo y también a los tres tipos de (cuerpo), palabra y mente.
En cuanto a "por el bien de la felicidad en vidas futuras", (significa) por el bien de la felicidad en otra vida. En cuanto a "meritorio", se refiere a experimentar (los resultados) en el plano de los objetos sensoriales del deseo; en otras palabras, involucrarse en (actos de) generosidad, autodisciplina ética y demás, con el deseo de felicidad en otra vida, como en esta (vida). Esto indica (que es así) en la mayoría de los casos, pero algunos, que son engañados por visiones distorsionadas, inician (acciones) no meritorias con el fin de (experimentar) felicidad en el futuro.
En cuanto a “(los) inquebrantables por el bien de la felicidad y ni de la infelicidad ni de la felicidad en vidas futuras”, es para experimentar (los resultados) en los planos de las formas etéreas y de los seres sin forma; en otras palabras, por el bien de (experimentar) la felicidad en vidas futuras (en el plano de las formas etéreas) hasta el reino del tercer dhyāna y por el bien de (experimentar) ni la felicidad ni la infelicidad (en el reino o en el plano) superior a eso.
En cuanto a lo que se aplica a iniciar actos no meritorios con el fin de (experimentar) felicidad en esta vida, (estos son), a través de la puerta del cuerpo, tomando una vida y así sucesivamente, y por medio del habla, mintiendo y así sucesivamente, y por medio de la mente, pensamiento codicioso y así sucesivamente.
(Tib.) byis pa zhes bya ba ni bden pa ma mthong ba’o, ’du byed tsam zhes bya ba tsam gyi sgra ni ’di na ’du byed pa po yod pa ma yin no zhes bstan par bya ba’i phyir ro, mi shes pa zhes bya bas ni ma ’dres pa’i ma rig pa ston to, bdag tu lta ba dang nga’o snyam pa’i nga rgyal la mngon par zhen cing zhes bya ba ni bdag tu lta ba dang, nga’o snyam pa’i nga rgyal dag la rab tu gnas shing zhes bya ba’i don te, ’dis ni bdag tu lta ba dang nga’o snyam pa’i nga rgyal dang mtshungs par ldan pa’i ma rig pa bstan to, lus la sogs pa dag gis las rnam pa gsum brtsam ste zhes bya ba ’byung ngo, bdag nyid ces bya ba ni gang du ’di bdag go snyam du lta ba dang, gang gis rlom pa de’o, bde ba’i don tam, sdug bsngal gyi don tam, zhes bya ba la sogs pa la, lus la sogs pa’i gsum dag gis zhes bya ste, lus kyi rnam pa gsum dang, ngag dang yid kyi yang rnam pa gsum mo, tshe phyi ma la bde ba’i don du zhes bya ba ni ’jig rten gzhan du bde ba’i don du’o, bsod nams zhes bya ba ni ’dod pa na spyod pa ste, ’di ltar ’jig rten pha rol tu bde ba ’dod pa rnams ni sbyin pa dang tshul khrims la sogs pa rnams la ’jug go, de dag ni phal che ba’i sgo nas bstan pa ste, lta ba log pas bslus pa ’ga’ zhig ni phyi ma la bde ba’i don du bsod nams ma yin pa brtsam mo, bde ba dang bde ba yang ma yin sdug bsngal yang ma yin pa’i don du mi g-yo ba zhes bya ba ni, gzugs dang gzugs med pa na spyod pa ste, bsam gtan gsum pa’i bar du tshe phyi ma la bde ba’i don dang, de’i gong du bde ba yang ma yin, sdug bsngal yang ma yin pa’i don du’o, tshe ’di la bde ba’i don du ni bsod nams ma yin pa brtsam ste zhes bya bar sbyar te, lus kyi sgo nas srog gcod pa la sogs pa dang, ngag gis brdzun smra ba la sogs pa dang, yid kyis brnab sems la sogs pa dag go
En el contexto de los doce eslabones, el anticonocimiento de las cosas es un conocimiento de las cosas que, por su propia fuerza, es ignorante de los dieciséis aspectos de las cuatro nobles verdades: cuatro por cada noble verdad. El término sánscrito para ignorante, aprajāna, se traduce al tibetano como mi-shes-pa, que también es el término de traducción utilizado para ajñāna, un sinónimo de avidyā. Ajñāna es un factor mental desiluminador que deja la mente en la oscuridad, ignorante de los dieciséis aspectos. Debido a que el anticonocimiento, por su propia fuerza, oscurece y ciega la mente de esta manera, no requiere la ayuda de otro factor mental perturbador para hacerlo. Por lo tanto, con respecto a ser ignorante de los dieciséis aspectos, un factor mental de anticonocimiento no está mezclado con otro factor mental perturbador. En cuanto a lo que específicamente ignora un anticonocimiento no mezclado, incluye el primer aspecto de la primera noble verdad: los agregados se ven afectados por causas y condiciones y, por lo tanto, son no estáticos. Por lo tanto, “es ignorante del hecho de que, lo que ha surgido de forma dependiente (los agregados) es meramente un fenómeno afectado”.
Cuando tal anticonocimiento, ignorante del proceso causal real de los doce eslabones, provoca el surgimiento de los impulsos kármicos del segundo eslabón, se mezcla con un factor mental perturbador. El anticonocimiento es "mixto" en el sentido de ser congruente con la arrogancia egoísta (nga'o snyam pa'i nga rgyal, sct. asmimāna) de pensar "yo" o "mío".
En una cognición destructiva, el anticonocimiento puede ser congruente y, por lo tanto, estar mezclado con solo un factor mental destructivo de los diez factores mentales perturbadores: en este caso, la arrogancia egoísta. En este caso, conocer las cosas con la visión de un atman (bdag-tu lta-ba, sct. ātmadṛṣṭi), que es un tipo de conocimiento con una visión distorsionada (log-lta, sct. mithyādṛṣṭi), no es un miembro adicional de estos diez. En cambio, es un tipo de mala discriminación (shes-rab ngan-pa, sct. kuprajñā). Como afirma Vasubandhu en Autocomentario (ed. Gretil, Derge 67B):
Porque se dice que hay algunas visiones (engañosas) como estas que constituyen un tipo particular de darse cuenta que discrimina, el gran factor arraigado en todas las mentes que conocen. Una (mente que conoce) destructiva, unida a una visión (engañosa destructiva), es aquella en la que existe una visión distorsionada, una visión engañosa de aferrarse a una visión engañosa como suprema, o una visión engañosa de sostener una moralidad o conducta engañosa como suprema.
(sct.) yasmānmahābhūmika eva kaścit prajñāviśeṣo dṛṣṭirityucyate / tatrākuśalaṃ dṛṣṭiyuktaṃ yatra mithyādṛṣṭirvā dṛṣṭiparāmarśo vā śīlavrataparāmarśo vā /
(tib.) di ltar sa mang po pa kho na’i shes rab khyad par ’ga’ zhig la lta ba zhes bya’o/ de la mi dge ba lta ba dang ldan pa ni gang la log par lta ba’am/ lta ba mchog tu ’dzin pa’am/ tshul-khrims-dang brtul-zhugs mchog-tu ’dzin-pa yod pa’o/
Dado que la discriminación es uno de los diez grandes factores mentales arraigados en todas las mentes que conocen, puede ser congruente con el anticonocimiento y la arrogancia egoísta en una cognición destructiva con anticonocimiento mixto. Por lo tanto, dado que conocer con la visión de un atman es un tipo de factor mental destructivo de conocer con una visión distorsionada, y dado que el factor mental destructivo de conocer con una visión distorsionada es un tipo de discriminación distorsionada, por lo tanto, conocer con la visión de un atman puede ser congruente con el anticonocimiento combinado con la arrogancia egoísta.
La arrogancia egoísta es uno de los siete tipos del factor mental destructivo de la arrogancia. Vasubandhu la define en su Autocomentario (Gretil 285.02-285.03, Derge 232A):
La arrogancia egoísta es [ Sct. solamente: la arrogancia de] pensar que los cinco agregados obtentores son el atman o son (posesión) del atman.
(sct.) pañcopādānaskandhānātmata ātmīyato vā manyamānasyāsmimānaḥ /
(tib.) nye bar len pa’i phung po lnga la bdag gam bdag gis sems pa ni nga’o snyam pa’i nga rgyal lo
Los agregados obtentores (nye-bar len-pa'i phung-po, sct. upadānaskandha) son los agregados que surgen en el siguiente renacimiento debido a un factor mental perturbador que se ha regado y, por lo tanto, ha afectado el impulso kármico que arroja que lanzó a la conciencia a ese renacimiento. El factor mental perturbador afectó ese impulso kármico al iniciar una fase de transición de ya no estar aconteciendo a acontecer en el presente una vez más en el curso del noveno eslabón, un obtentor, dando surgimiento al décimo eslabón, continuar la existencia. Un factor mental perturbador también afectó una fase de transición de aún no estar aconteciendo a acontecer en el presente en el curso del primer eslabón, anticonocimiento, dando surgimiento al segundo eslabón, los impulsos mentales que afectan.
En el caso del décimo eslabón, el factor mental perturbador era el anticonocimiento mezclado con el deseo anhelante; en el caso del primer eslabón, era el anticonocimiento mezclado con la arrogancia egoísta. En ambos casos, sin embargo, la principal fuerza que causó la transición fue el anticonocimiento. El efecto que estupefacta del anticonocimiento impidió el surgimiento del factor mental de la discriminación con una visión correcta. En cambio, el factor mental de una discriminación distorsionada acompañó al anticonocimiento. En el caso del primer eslabón, la discriminación distorsionada era conocer con la visión distorsionada de un atman estático, sin partes e independiente.
Como hemos visto, en el momento del primer eslabón, un impulso insta a la conciencia mental a reflexionar y decidir realizar una acción constructiva o destructiva del cuerpo, el habla o la mente. En ese momento, el impulso kármico para la acción se encuentra en su fase aún no acontecida. De igual manera, los componentes no especificados no oscurecidos de los agregados que madurarán a partir de ese impulso kármico también se encuentran en su fase aún no acontecida. La forma de vida de estos agregados obtentores aún no acontecidos, está determinada por si el impulso kármico del cuerpo o el habla aún no acontecido es meritorio o no meritorio, o si el impulso kármico de la mente, aún no acontecido, es inquebrantable. Esto está determinado por la sensación que se busca como resultado de realizar esa acción, mientras se discrimina distorsionadamente a uno mismo como un atman que experimentará esa sensación como un componente de esos agregados y se es egoístamente arrogante al respecto de ser tal atman.
- Un impulso kármico meritorio es un impulso kármico constructivo del cuerpo o del habla que tiene como objetivo producir, como resultado, la experiencia de la felicidad en una vida futura como un atman que posee los agregados de un humano o como un dios en el plano de los objetos sensoriales del deseo.
- Un impulso kármico inquebrantable es una acción constructiva de la mente (estar absorto en estados meditativos de uno de los dhyanas o absorciones del reino sin forma) que tiene como objetivo producir, como resultado, experimentar (1) felicidad en una vida futura como un atman que posee los agregados de un dios en uno de los primeros tres reinos dhyana en el plano de las formas etéreas o (2) una sensación de entumecimiento que no es ni felicidad ni infelicidad en una vida futura como un atman que posee los agregados de un dios en el cuarto reino dhyana en el plano de las formas etéreas o en uno de los cuatro reinos en el plano de los seres sin forma.
- Un impulso kármico no meritorio es una acción destructiva del cuerpo o del habla que tiene como objetivo producir, como resultado, felicidad en esta vida como un atman que posee los agregados de un humano, aunque esa es una esperanza desinformada y distorsionada.
Resumen
En resumen, la afirmación Vaibáshika sobre la ignorancia es que esta es un factor mental de anticonocimiento. Como factor mental que estupefacta, desilumina y ofusca a la mente en la cognición de algún objeto, por ejemplo, el cuerpo. Como un bloqueo mental, se opone e impide la aprehensión de algún atributo de este, como el hecho de no ser idéntico a un “yo” que es un atman. En otras palabras, oscurece la conciencia y otros factores mentales con los que es congruente, impidiendo que la cognición que los contiene comprenda este atributo de su objeto correcta y decisivamente.
Aunque el anticonocimiento se basa en la doctrina, tras aprender y aceptar las dieciséis formas distorsionadas de aprehender los dieciséis aspectos de las cuatro verdades nobles, no discrimina, por su propio poder, su objeto con una de estas visiones distorsionadas. Solo puede cesar mediante una correcta discriminación de los dieciséis aspectos, y solo cuando dicha discriminación sea congruente con una mente que es el camino del ver y, posteriormente, con una mente que es el camino de la familiarización.