En Jerusalén, Israel, el Museo del Holocausto Yad Vashem conmemora la persecución y muerte de seis millones de judíos en Europa a manos de la Alemania nazi. El museo contiene una gran cantidad de fotografías de los guetos judíos, las redadas policiales de los judíos, los trenes en los que fueron transportados a la prisión, la vida en los campos de concentración y las cámaras de gas y crematorios en los que fueron asesinados los judíos. Exhibe numerosos elementos de la época, como carteles de propaganda antijudía, uniformes de presos y objetos de uso diario en los campos de concentración, zapatos, gafas y cabello de los judíos ejecutados, etc. También tiene grandes esculturas al aire libre, abstractas y modernistas, como un homenaje para honrar a los que han muerto. Uno de los propósitos principales del museo es recordar a los jóvenes israelíes que siempre estén preparados militarmente para defenderse a sí mismos de tal forma que tal destrucción nunca vuelva a ocurrir. Se les anima a no perdonar ni olvidar los horrores hechos a su pueblo.
No se dispone de un número suficiente de fotografías y artículos para hacer un museo conmemorativo similar para el holocausto tibetano. Además, las esculturas abstractas no tendrán ningún significado para los tibetanos, y los recordatorios de estar militarmente preparados y nunca perdonar a los enemigos no concuerdan con las enseñanzas budistas. Por lo tanto, inspirado en la idea de Yad Vashem, pero sin copiar su forma, se recomienda construir una réplica de la puerta de Bakhorli Chorten, destruida por los chinos, en la entrada de Gangchen Kyishong. Este es un símbolo de la destrucción del Tíbet tradicional y de una quinta parte de su población que será mucho más significativo para el pueblo tibetano y puede ser formador para los niños. Con el fin de que sirva como centro para conmemorar a los muertos de una manera más acorde con la tradición budista tibetana, se sugiere que la puerta Chorten tenga una pequeña instalación para encender lámparas de mantequilla y que los monjes de los monasterios de Nechung y Gadong mantengan las lámparas eternamente encendidas. Una placa en tibetano, hindi e inglés en el costado de la puerta Chorten puede explicar su significado como monumento conmemorativo del holocausto. Además, tal monumento no requerirá la compra de un terreno o la construcción y el mantenimiento diario de un enorme edificio y, por lo tanto, será económicamente más factible que tratar de duplicar Yad Vashem en Dharamsala. También será políticamente menos sensible para el Gobierno de la India.