Consejo para tibetanos antes de enseñar en Occidente

Introducción

Venerables abades, lamas, gueshes y monjes, estoy muy contento de tener esta oportunidad de encontrarme con ustedes. Su Santidad el Dalái Lama me ha pedido que acuda a los tres principales monasterios de Sera, Drepung y Ganden para hablar sobre la situación del budismo y los centros budistas en países extranjeros. Ya que algunos de ustedes podrían ser invitados en el futuro a visitar países extranjeros y muchos de ustedes quizá tienen amigos que han estado enseñando en estos centros, puede ser útil explicar un poco la situación. No sé mucho, pero a lo largo de los últimos nueve años he visitado cerca de ciento cincuenta centros budistas de las tradiciones guelug, kagyu, nyingma y sakya, así como también de las tradiciones zen y teravada, en casi treinta países. Así que me gustaría darles una breve reseña, una pequeña historia, y algunos de mis comentarios y sugerencias personales basadas en mi propia experiencia.

El auge de los centros budistas en Occidente

El budismo tibetano es ahora la forma más extendida y popular del budismo que se encuentra en los países extranjeros. Dentro del budismo tibetano, los kagyu tienen probablemente el mayor número de centros, los siguientes serían los guelug, luego los nyingma y los sakya. Sin embargo, también hay un gran número de centros zen y teravada. Estos últimos centros se iniciaron antes que los budistas tibetanos. Podemos encontrar centros tibetanos en la mayoría de los países de todo el mundo: en todos los países de Europa Occidental, en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, pero también en muchos países de Sudamérica, en muchos países del Sudeste Asiático y Asia Oriental, como Singapur, Malasia, Hong Kong y Taiwán, en el sur de África, e incluso en los países comunistas de Rusia y Europa Oriental, como Polonia y Hungría. Incluso en algunos de los países comunistas donde los centros religiosos y las reuniones están prohibidas, las personas interesadas en el budismo se reúnen en secreto, y la gente contrabandea los libros budistas prohibidos para leer y traducir algunos de ellos a sus propios idiomas.

El interés en el budismo tibetano es tan grande en todo el mundo debido principalmente a los viajes y los esfuerzos de Su Santidad el Dalái Lama y otros grandes lamas. Sin embargo, no siempre hubo tal interés. El budismo llegó por primera vez a Europa hace más de ciento cincuenta años, y el primero en llegar fue el budismo teravada, principalmente de Sri Lanka. Por lo tanto, los textos teravada fueron los primeros en ser traducidos. Sin embargo, las primeras personas interesadas en el budismo eran de dos tipos: o bien eran profesores universitarios y académicos intelectuales que no tenían ningún interés en la práctica budista, sino sólo en el estudio de los idiomas, o eran misioneros cristianos que estaban interesados en aprender las lenguas con el fin de ser capaces de traducir la Biblia y convertir a los budistas al cristianismo.

No fue sino hasta mucho más recientemente, en la década de 1950, después de la Segunda Guerra Mundial, que los occidentales se interesaron más en la práctica budista, y esto ocurrió primero con la tradición zen de Japón. Luego, en respuesta a este interés en la práctica, la gente inició Centros de Dharma zen en Occidente. Antes de esto, aunque había algo de interés por los idiomas y los textos budistas, casi no había Centros de Dharma. A partir de este inicio con los Centros de Dharma zen, la gente se interesó más en ver cómo eran las prácticas budistas de las tradiciones teravada y tibetana. Gradualmente, entonces, se iniciaron los Centros de Dharma teravada y tibetanos.

Interés en el budismo tibetano

Sin embargo, desde hace más de ciento cincuenta años, las primeras personas interesadas en el Tíbet también fueron misioneros o académicos interesados únicamente en el idioma; ellos son los que hicieron los diccionarios. No obstante, debido a la formación cristiana misionera de la mayoría de ellos, las palabras en inglés que utilizaron en los diccionarios a menudo tienen un significado o connotación cristiana. No son traducciones exactas de las palabras, especialmente de las del Dharma budista. Debido a esto, ha habido una gran cantidad de malentendidos sobre el budismo, de lo cual hablaré más adelante.

El siguiente grupo de personas interesadas en el Tíbet fueron las personas que lo explotaron con el fin de aparentar que sus propias enseñanzas religiosas inventadas provenían de una fuente válida. Antes del año 1959, y en especial hace cincuenta o cien años, el Tíbet y el budismo tibetano eran cosas de las que la mayoría de las personas en el mundo no sabían casi nada. La gente sabía que el Tíbet era la tierra en donde la sabiduría antigua se había conservado, pero no sabían que se trataba de la sabiduría y las enseñanzas del Buda, y no sabían en qué consistía esta sabiduría. Sin embargo, para los occidentales era muy importante creer que esa sabiduría existía en el Tíbet debido a que, en su mayor parte, la sabiduría de sus propias tradiciones religiosas estaba perdida. Los linajes de la sabiduría y las enseñanzas occidentales se habían interrumpido y casi nadie las recordaba.

Aunque en este sentido la gente tenía cierto respeto por el Tíbet, se trataba de una situación peligrosa porque a ella subyacía una ignorancia básica del contenido de las enseñanzas conservadas en el Tíbet. La gente tenía muchas ideas extrañas y la mayoría de las personas pensaba que el Tíbet era una tierra de magia, donde ocurrían cosas muy extrañas y donde casi todos tenían poderes especiales para volar por el aire y comunicarse a través de telepatía mental.

Confusión debida a sistemas parecidos al budismo tibetano

Ocasionalmente, algunos extranjeros tenían una visión o algún espíritu podía hablar a través de ellos. Basados en estos hechos, comenzaban a enseñar un nuevo sistema espiritual. Si estos sistemas son válidos o no, es otra cuestión. En el Tíbet existe también la tradición de las visiones puras. Sin embargo, algunas veces, con la intención de hacer creer a los demás que estos nuevos sistemas que enseñaban tenían una fuente válida, estas personas decían que sus enseñanzas provenían del Tíbet, o que algún maestro tibetano les enviaba estas enseñanzas telepáticamente. Así, dado que en esos países extranjeros no había tibetanos que pudieran negarlo, y no había extranjeros que realmente supieran lo que eran las auténticas enseñanzas tibetanas, las personas llegaron a creer que los tibetanos sostenían estas diferentes creencias. Algunas veces, estos nuevos sistemas espirituales eran combinaciones de creencias hinduistas, sufí musulmanas, budistas y occidentales. Algunas veces sólo eran ideas muy extrañas. Así que, por un lado, está el sistema conocido como teosofía, el cual tiene centros y hace buenas obras alrededor del mundo, con su centro principal ubicado en Madrás. Desde la teosofía nos vamos hasta un inglés que, bajo el nombre de Lobsang Rampa, escribió que los tibetanos perforan un agujero en la frente de las personas para abrir su tercer ojo.

Aún en estos días, algunas personas nuevas que se acercan a los Centros de Dharma tibetanos, acuden porque se interesaron en el Tíbet a través de la lectura de libros provenientes de estos sistemas que claman tener una fuente tibetana. Estas personas tienen respeto por el Tíbet e incluso serían patrocinadores. Algunos centros de la Sociedad Teosófica incluso han invitado a Su Santidad el Dalái Lama a visitarlos y hablarles, y han publicado en inglés algunos de los libros de Su Santidad. Es importante, entonces, conocer un poco acerca de estos otros sistemas para ser capaces de ayudarles a estas personas a diferenciar cuáles son exactamente las enseñanzas del budismo tibetano y cuáles solamente se parecen al Dharma, y hacer esto de una manera hábil. De otra forma, las personas obtienen un entendimiento incorrecto de las enseñanzas budistas. Por ejemplo, algunos sistemas de la Nueva Era dicen que los humanos pueden renacer solamente como humanos, y los animales solamente como animales, y que el renacimiento sólo se da hacia un mejor estado y nunca hacia uno peor. Muchas de las personas que aceptan estos sistemas creen que esa es la enseñanza budista.

Confusión debida al estudio insuficiente

Existen otras fuentes de confusión sobre el budismo. Algunos de los primeros libros que fueron traducidos del tibetano al inglés fueron hechos por pioneros que no tuvieron la oportunidad de hacer un estudio muy profundo del budismo. Esto no fue enteramente su responsabilidad. Muchos de estos libros enfatizan la magia y presentan los aspectos más inusuales, como los implementos tántricos de hueso humano, sin explicación alguna o con una explicación muy extraña. A partir de estos libros, las personas también han desarrollado ideas muy extrañas sobre el budismo tibetano.

Asimismo, muchos libros han sido traducidos en universidades por académicos occidentales e indios que no trabajaron con ningún lama tibetano. Tenían sus diccionarios y comentarios en sánscrito y, con arrogancia, sintieron que sabían mejor que los mismos budistas lo que significaban los textos. Sin embargo, la mayoría de ellos solamente adivinó el significado de los textos. En realidad no tienen ningún interés en la práctica o en la tradición oral. Sus traducciones a menudo tienen muchos errores. Aún hay académicos universitarios occidentales traduciendo libros de esta forma, a pesar de que muchos de los académicos occidentales más jóvenes, que han tenido la oportunidad de estudiar con tibetanos, ahora son de mente más abierta.

Confusión sobre la imaginería sexual

Otra fuente de información incorrecta sobre el budismo tibetano es debida al malentendido de la imaginería sexual en el tantra. Los académicos occidentales inicialmente se percataron del budismo tibetano durante el siglo XIX, al ver pinturas de deidades tántricas en unión y al leer textos tántricos que contenían palabras con significados asociados al sexo. Este período del pensamiento europeo, especialmente en Inglaterra, fue conocido como el período victoriano, en honor a la Reina Victoria de Inglaterra. La gente pensaba que todo lo relacionado con el sexo era malo y, por lo tanto, la gente malentendió el tantra y las pinturas. Pensaron que el budismo tántrico tibetano era una forma degenerada de budismo, a la cual llamaron lamaísmo. En realidad, lamaísmo era el nombre dado por los gobernantes manchúes de China para diferenciar la forma tibetana de budismo de las escuelas chinas. Los primero académicos occidentales pensaron que los monjes y los lamas se involucraban en el sexo mundano como una práctica religiosa, y a partir de leer los textos de los protectores pensaron que los lamas realmente iban por ahí matando a sus enemigos con poderes mágicos y bebiendo su sangre de los cráneos.

Los académicos escribieron muchos libros sobre el budismo tibetano con estas ideas extrañas y fuertes críticas. Ha habido dos resultados de esto: uno es que muchas personas han sido influenciadas para creer que el budismo tibetano es degenerado y que involucra prácticas sexuales grupales, por lo que han rechazado al budismo tibetano con enorme prejuicio. Incluso si están interesados en el budismo, eligen las que creen que son las formas más puras, como el teravada.

El otro resultado es más peligroso. Por leer estos libros, algunas personas que poseen una gran cantidad de deseo sexual creen que el budismo tibetano enseña el camino de convertir el sexo ordinario en una práctica religiosa. Llegan al budismo tibetano deseando aprender más sobre el sexo y sobre cómo hacerlo más interesante. Entonces tienen sexo ordinario con sus parejas mientras quizás están sentados en la postura de las deidades y creen que son practicantes religiosos avanzados. Incluso existen algunos maestros, tanto extranjeros como tibetanos, que quieren tomar ventaja de la situación para tener sexo con muchas personas. Enseñan un camino de sexo ordinario como éste o presionan a muchos de sus estudiantes para que tengan sexo ordinario con ellos, para dar la impresión de que son avanzados practicantes tántricos. Esto realmente ocasiona un gran daño.

Dificultades debido a maestros no calificados

Otra fuente de confusión y prejuicio es que existen muchos centros alrededor del mundo con maestros, sean no budistas o incluso algunos que claman ser budistas, que solamente están intentando tener tanto poder sobre sus discípulos como sea posible y obtener tanto dinero de ellos como puedan. Les dicen a sus estudiantes que deben renunciar a todas sus posesiones y dárselas al maestro. En nombre de la “devoción al gurú”, les dicen que siempre deben hacer lo que el maestro les dice y nunca hacer preguntas. Hay un ejemplo famoso de un maestro en Sudamérica que les dijo a todos en su grupo que ingirieran veneno, y varios cientos se suicidaron.

Por lo tanto, la gente es muy suspicaz de los maestros que ponen mucho énfasis en el gurú y en la fe ciega. Y aún si los estudiantes no son suspicaces, sus padres están muy preocupados. Algunas veces existen problemas debido a esto, tanto con la policía como políticamente, en lo que respecta a las visas. Y si esto llegara a pasar con un maestro tibetano, podría ser muy dañino para el asunto del Tíbet y se reflejaría mal en Su Santidad, ya que a los extranjeros les gusta mucho escribir sobre estos temas en sus periódicos. Por lo tanto, cuando se enseña en países extranjeros es importante no enseñar tanto de primera instancia sobre la devoción al gurú, al menos, no a estudiantes nuevos.

Confusión debida a connotaciones inapropiadas de los términos de traducción

En estos días existen varios cientos de centros budistas tibetanos alrededor del mundo, y muchos de ellos tienen gueshes tibetanos o lamas enseñando ahí. Sin embargo, aún con maestros calificados, existe mucha malinterpretación. He visto por mi propia experiencia que aún si los malos entendimientos de las personas no provienen de leer textos extraños, se han confundido solamente por el lenguaje que utilizan los traductores o incluso los buenos maestros. O se han confundido por el lenguaje utilizado por los gueshes y los lamas que enseñan directamente en inglés o en otros idiomas extranjeros.

Como mencioné anteriormente, la mayoría de los diccionarios fueron hechos por misioneros cristianos o por académicos victorianos del siglo XIX. Las palabras que escogieron tienen fuertes connotaciones cristianas y la gente adquiere la idea equivocada. Al leer el diccionario, una persona occidental lee las palabras “dge-ba”, “mi-dge-ba”, “bsod-nams” y “sdig-pa” y ve las traducciones al inglés como “virtud”, “no virtud”, “mérito” y “pecado”. Naturalmente, piensan que los términos tibetanos realmente significan lo que esas palabras en inglés significan. Sin embargo, estas palabras en inglés (y en español) implican el significado de que existe un Dios creador que ha dicho que ciertas acciones son buenas y otras malas. Si actúas bien, complaces a Dios y él te recompensa. Por otro lado, si actúas mal, no estará complacido y te castigará. Así que en este contexto, la connotación de la ética que las personas entienden a partir de estas palabras en inglés “virtud”, “pecado”, etc. es muy diferente de la idea budista. De la misma forma, cuando un tibetano lee el diccionario y ve estas palabras, piensa que las palabras en inglés “virtud”, etc. realmente significan lo que las palabras tibetanas significan, lo cual no es así. De tal forma que, aunque ni la persona tibetana ni la persona occidental están cometiendo errores, se provoca mucha confusión y muchos malentendidos debido a esto.

Existen cientos de ejemplos de traducciones erróneas de términos como éstos. El problema se vuelve aún peor cuando se traduce del inglés a otros idiomas extranjeros. El término en inglés, que para empezar ni siquiera es la traducción correcta, se traduce a una palabra en español o en alemán que ni siquiera significa lo que significa la palabra en inglés.

Sugerencias concernientes a los términos de traducción

Por lo tanto, cuando se enseña en países extranjeros es importante enseñar las definiciones de los términos budistas esenciales para que las personas sepan de lo que habla el budismo. No es necesario que los extranjeros debatan, pero necesitan conocer las definiciones de términos como “byams-pa” (amor), “nges-‘byung” (renuncia), y así sucesivamente. Los gueshes, lamas y traductores necesitan preguntar cuál es el significado y connotación de las palabras utilizadas en inglés o en los otros idiomas extranjeros para cierta palabra tibetana. De esta forma, entenderán cuál es el malentendido. Si la definición de las palabras tibetanas y extranjeras no concuerdan, necesitan encontrar palabras en inglés -o en el idioma extranjero de que se trate- que se acerque más al significado de los términos tibetanos. Esto es extremadamente importante. Cuando existe confusión y cuando, derivado de las preguntas de los estudiantes extranjeros es obvio que tienen la comprensión errónea, la mejor forma para aclarar esto es explicar las definiciones. Entonces expliquen que están hablando de lo que significa esa definición y no de la palabra en inglés que el traductor está utilizando. El traductor la está utilizando solamente porque está en el diccionario que los misioneros del siglo XIX escribieron, pero la palabra en inglés no es exacta.

Aunque con el tiempo sería bueno que el vocabulario de traducción estuviera estandarizado para cada idioma extranjero, es muy prematuro hacerlo ahora. Así que es necesario que los nuevos traductores no solamente adopten los términos utilizados por algunos de los más reconocidos traductores extranjeros. Algunas veces estos traductores extranjeros utilizan palabras que, aún si son exactas, son poco comunes o tan elaboradas que la mayoría de la gente desconoce su significado. Entonces la mayoría de la gente ordinaria no comprende las traducciones, especialmente si la traducción es al inglés, por ejemplo, y la persona no es angloparlante nativa. Esto ocurre con mucha frecuencia.

Asimismo, si las palabras tibetanas son sólo traducidas al sánscrito entonces, dado que la mayoría de la gente desconoce estas palabras sánscritas, no pueden comprender las enseñanzas. Y aún si conocieran las palabras en sánscrito, a menudo poseen un entendimiento incorrecto de ellas, como pensar que “karma” significa que las cosas nos pasan por destino o por la voluntad de Dios. Por lo tanto, así como tomó muchos siglos estandarizar los términos y traducir del sánscrito al tibetano o del sánscrito al chino, lo mismo ocurrirá con idiomas extranjeros modernos. Ahora es el momento, entonces, de experimentar con muchas traducciones diferentes para ver cuál es la que comunica mejor. Los extranjeros son a menudo impacientes y apresurados, pero este trabajo de encontrar los mejores términos de traducción necesita hacerse con calma.

Entonces, enseñar o traducir en Centros de Dharma en el extranjero es una gran responsabilidad. Existen muchos prejuicios y malentendidos, sin embargo, puede ser muy útil no solamente para los extranjeros, sino también puede ser de ayuda indirectamente para el asunto del Tíbet. Mientras más gente alrededor del mundo tenga una buena impresión de los tibetanos y de las enseñanzas que tienen disponibles para contribuir al mundo, más empáticos se sentirán del derecho de los tibetanos de tener su propia cultura y de las circunstancias conducentes para su seguimiento y promoción. Sin embargo, existen también otras consideraciones.

No descuidar las enseñanzas a los tibetanos jóvenes

El futuro del budismo tibetano no yace en las manos de los extranjeros, sino en las manos de la generación joven de tibetanos. Se ha traducido muy poco de la tradición y muy pocos extranjeros tienen el tiempo libre para dedicarse un cien por ciento a aprender el idioma tibetano y a recibir el entrenamiento tradicional del Dharma en tibetano. Debido a esto, no serán los extranjeros quienes sean capaces de continuar y transmitir los linajes e iniciaciones, o dar las enseñanzas y los entrenamientos completos en el futuro cercano. Serán los jóvenes tibetanos. Por lo tanto, el énfasis principal debe siempre permanecer en entrenar a los jóvenes monjes en los monasterios.

Si cada Centro de Dharma extranjero tiene un gueshe, un lama o un traductor residentes, o apunta a tenerlos, y si éstos son de las más altas cualificaciones, en el futuro podría ocurrir una seria fuga de cerebros. Como la mayoría de los extranjeros están demasiado ocupados como para ser capaces de dedicar más de dos sesiones a la semana en los Centros de Dharma, el tiempo de los gueshes y los lamas se desperdicia en su mayor parte, y se deja a los monjes de muchos de los monasterios de la India en inadecuadas condiciones de enseñanza. Como resultado, existe el peligro de que el budismo tibetano de alta calidad se pierda para la siguiente generación.

Es importante, entonces, que los mejores maestros permanezcan en la India y Nepal. Cuando se envían maestros a países extranjeros, es necesario que sean solamente aquellos gueshes y lamas que no estén comprometidos con enseñar aquí. De otra manera, es una gran pérdida para los jóvenes monjes y estudiantes que sus mejores maestros se vayan, especialmente aquellos que pueden enseñarles los grandes textos. Los maestros que se van, entonces, necesitan no ser de la mejor calidad. Sin embargo, es necesario que no sean de baja calidad, o que solamente deseen dejar los monasterios para vivir una vida cómoda en Occidente o evitar los problemas aquí. Si los maestros que van a países extranjeros tienen un conocimiento pobre del budismo o poseen una débil autodisciplina ética, las personas se llevarán una muy mala impresión. Esto se refleja pobremente en Su Santidad el Dalái Lama y es dañino para la causa tibetana. Los maestros, entonces, necesitan ser de calidad intermedia.

Políticas para enviar maestros a Occidente

Sería muy bueno, entonces, si existiera más control de los maestros que se envían a países extranjeros y de los viajes que ahí realizan los maestros y lamas en general. Quizá sería bueno si fuera necesario que los maestros tuvieran el permiso de sus abades para irse, y que todo esto estuviera bajo la supervisión del Consejo de Asuntos Religiosos y Culturales.

Aunque, si existe el interés, sería bueno que en las grandes ciudades hubiera centros de las cuatro grandes tradiciones tibetanas, algunas veces en una misma ciudad existen muchos centros de una misma tradición. Algunas veces incluso ocurre que existen muchos centros en una ciudad, cada uno de diferentes maestros dentro del mismo monasterio. Esto es muy confuso para los extranjeros que no comprenden la idea budista de un compromiso con un maestro espiritual, y a quienes les gustaría trabajar y cooperar con otros budistas extranjeros. Cuando existen varios Centros de Dharma en el mismo lugar, la tendencia es que exista competencia. De otra forma, los extranjeros no comprenden la razón de tener diferentes centros, que en la superficie parecen seguir la misma tradición y linajes. Esta confusión quizás también podría ser evitada si el Consejo Religioso tuviese más control sobre los centros extranjeros y los maestros que son enviados ahí.

Asimismo, para optimizar el tiempo de los gueshes y no alejar a demasiados maestros de los monasterios, sería bueno que los Centros de Dharma extranjeros en cada región geográfica formaran un grupo de cuatro a seis centros asociados. Cada grupo podría entonces compartir a un gueshe o lama y a un traductor. Estos maestros podrían rotar su residencia en los centros, por ejemplo, un mes a la vez en cada uno, de tal forma que visitarían cada uno de los centros dos o tres veces al año. Esto también ayuda con el hecho de que los centros sean capaces de costear los gastos, ya que la mayoría de los Centros de Dharma no son acaudalados y, a excepción de la gente del sudeste y el este de Asia, los países extranjeros generalmente no tienen la costumbre de ser patrocinadores o mecenas. Además, cuando los maestros están disponibles constantemente, con frecuencia son tomados por dados y la asistencia puede ser baja, ya que las vidas de los estudiantes están muy ocupadas con otros compromisos. Si los maestros vienen solamente una vez al mes, dado que ese sería un período especial, los estudiantes quizá serían capaces de hacer tiempo extra para asistir más regular e intensivamente. Durante los períodos entre visitas, los estudiantes tomarán tiempo para pensar sobre las enseñanzas y ponerlas en práctica bajo la guía de estudiantes más antiguos.

De igual forma, no es necesario enviar a los gueshes a los centros a menos que éstos ya estén bien establecidos, de otra manera, nuevamente, su tiempo será desperdiciado. Si existe el interés, puede haber un centro para una región geográfica grande donde se realicen programas intensivos, pero éstos necesitan ser limitados.

Una posibilidad para ayudar a establecer algún control sobre la situación sería que el Consejo de Asuntos Religiosos y Culturales emitiera certificados diciendo que este es un centro budista oficial y este es un maestro oficial de budismo tibetano. De esta manera, los extranjeros pueden tener confianza en los centros y en los maestros, y saber que sus maestros están ahí con la aprobación de la comunidad religiosa tibetana. Sin embargo, estos certificados necesitan ser emitidos sin que el Consejo asuma responsabilidad moral o legal. Si alguien se comporta inadecuadamente, lo que ocurre algunas veces, el Consejo puede retirar el certificado. No debe haber expectativas de que el Consejo tenga que defender cualquier mal comportamiento.

Además, algunas veces se han tenido problemas cuando un lama o un gueshe que dirige una gran organización de Centros de Dharma invita a un gueshe y a un traductor a uno de sus centros, especialmente si el gueshe no es un discípulo del lama. Es natural que cuando un gueshe está en un centro en una ciudad, los extranjeros se vuelvan sus discípulos y deseen invitarlo a empezar otros centros en las inmediaciones. Los discípulos pueden sentir una mayor conexión con el gueshe local que con el lama que es la cabeza de la organización. El gueshe se encuentra entonces en una posición difícil si siente que tiene que ser leal al lama que lo invitó, sobre todo si ese lama no es uno de sus propios maestros. Este problema tal vez pueda evitarse si es el Consejo de Asuntos Religiosos y Culturales quien envía a un gueshe. La lealtad de todos los maestros es simplemente hacia Su Santidad el Dalái Lama, y todos tratan de servir a Su Santidad en cualquier forma que sea necesaria para la situación.

Consejo referente a los traductores

Cuando los gueshes, lamas y traductores han sido escogidos, invitados y aprobados para ir a centros budistas extranjeros, existen varias cosas que pueden hacerse de antemano a manera de preparativos. Una de las más importantes consideraciones es que debe haber una buena relación entre el gueshe y el traductor. Mejor aún si el traductor es un discípulo personal del gueshe. A menudo el gueshe y el traductor serán los únicos tibetanos en una ciudad y solamente se tendrán el uno al otro para hablar en tibetano. Si el gueshe espera que el traductor sea su asistente y cocinero, esto puede ser muy difícil si el traductor no es su discípulo. Por lo tanto, se necesita tener gran cuidado al escoger qué traductor se va con qué gueshe.

Si el gueshe o lama va a ir sin traductor, necesita tener un conocimiento adecuado del idioma extranjero antes de partir. Si va sin conocer el idioma en absoluto y siente que aprenderá el idioma cuando llegue a su destino, esto puede ser muy complicado. El gueshe no tendrá nadie con quien hablar y las personas en el centro se sentirán muy frustradas porque están gastando mucho dinero en los gastos del gueshe y no están recibiendo las enseñanzas inmediatamente. El entrenamiento en el idioma necesita empezarse antes de ir al país extranjero. Además, si no hay tibetanos disponibles para traducir, es necesario que los centros mismos tengan a alguien de su propia gente que aprenda tibetano y se convierta en traductor. No es erróneo depositar una responsabilidad de este tipo en los extranjeros.

Algunas veces un gueshe o lama que no posee un buen conocimiento del inglés de cualquier manera enseñará en ese idioma. A pesar de que existen muchos beneficios en esto, existen también varios problemas. Si solamente pueden hablar un inglés simple, solamente podrán enseñar a un nivel simple y no podrán nunca enseñar cosas más complejas o difíciles. Esto es frustrante tanto para el maestro como para los discípulos. A pesar de que a los extranjeros les agrada que el maestro enseñe directamente en su propio idioma, es quizás aconsejable hacer como hace Su Santidad el Dalái Lama. Cuando Su Santidad enseña a extranjeros, habla al principio en inglés y utiliza el inglés para tópicos fáciles de explicar. Sin embargo, después utiliza un traductor para expresar ideas complejas y también lo utiliza cuando habla inglés, para que lo ayude con palabras que podría no saber.

Otro problema de que un gueshe o un lama enseñen con un inglés deficiente es que, a pesar de que es posible que sus estudiantes extranjeros más antiguos puedan entenderle, los nuevos tendrán gran dificultad. Si no pueden entender lo que dice, no regresarán. Por lo tanto, si no hay un traductor disponible del tibetano al inglés, es útil tener un estudiante extranjero antiguo que resuma o traduzca el inglés deficiente del gueshe a un inglés apropiado. Además, es importante que el gueshe, el lama o el traductor aprendan la forma correcta de hablar inglés. Si hablan inglés al estilo “hippie”, la mayoría de la gente se formará una mala impresión de ellos, y la gente educada sentirá que el budismo es solamente para “hippies” y no asistirá.

Sin embargo, en la mayoría de los países de Europa, América del Sur y el este de Asia, no hablan inglés. En el pasado, con frecuencia se hacía doble traducción. El traductor tibetano traducía del tibetano al inglés, y luego alguna persona local traducía del inglés al idioma extranjero. Esto toma mucho tiempo cuando se enseña y a nadie le gusta. Es importante, por lo tanto, que los gueshes, lamas y traductores aprendan no solamente inglés, sino también el idioma local del país en el que están.

Además, aún si el gueshe tiene un traductor para cuando enseña, es importante que él mismo aprenda algo del idioma local. De esta forma podrá hablar un poco con la gente cuando tome el té con ellos, y podrá responder algunas de sus preguntas más sencillas. Así, existe una mejor y más directa conexión con la gente, y los extranjeros lo prefieren de esta manera. Asimismo, el gueshe llega a conocer más sobre la vida de las personas del país en donde está. Entonces, podrá utilizar ejemplos de las vidas de las personas para explicar las enseñanzas. Los ejemplos y las historias tradicionales del Tíbet o de la antigua India son con frecuencia difíciles de entender para los extranjeros.

Aprender la cultura local

Los distintos países alrededor del mundo son muy diferentes unos de otros. Dos grandes divisiones dentro de los cristianos son los católicos y los protestantes, y los países predominantemente católicos son diferentes de los predominantemente protestantes. En general, en los países católicos como Italia, España y Francia, la gente tiene más fe y respeto por la religión. Tienen su propia fuerte tradición católica de monjes y monjas y disfrutan los rituales. En general en los países protestantes, tales como Inglaterra y la parte norte de Alemania Occidental, las personas son más críticas y les gusta el estudio intelectual. Sin embargo, existen muchas excepciones a estas generalizaciones. Aún los países en los que todos hablan inglés – c oncretamente Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica – son muy diferentes unos de otros. Cada país tiene su propia historia y cultura y uno debe enseñar de acuerdo a ello.

Los países comunistas son muy diferentes de los capitalistas. En los países comunistas, no importa si uno trabaja duro y el otro no. De todas formas se obtiene un salario bajo. Debido a esto, la gente no tiene confianza en la causa y el efecto. O, tienen esperanzas no realistas de que si hacen un poquito de trabajo con prácticas preliminares como postraciones, por ejemplo, entonces ocurrirán milagros y todos sus problemas desaparecerán. Así, cuando no desaparecen, pierden toda la confianza en las enseñanzas. Una persona en Polonia hizo 100,000 postraciones, ofrendas del mandala, el mantra de las cien sílabas, etc. Después, cuando vio que aún tenía problemas y que no había alcanzado la liberación o iluminación, se deprimió tanto que se suicidó. Por lo tanto, en los países comunistas es importante enseñar una aproximación práctica a la causa y al efecto, entusiasmo positivo, y que la gente no espere resultados milagrosos o instantáneos.

En el sudeste asiático como Singapur, Malasia, Indonesia, Filipinas, Taiwán y Hong Kong, las personas interesadas en el budismo tibetano son mayoritariamente chinas y su cultura es muy diferente de la de los occidentales. Japón y Corea también son diferentes. Los países del sudeste y el este de Asia buscan que el budismo tibetano les dé explicaciones del budismo que están ausentes o son muy escasas en sus propias tradiciones budistas. Tienen gran fe en el budismo pero poco entendimiento, y les preocupa que sus hijos continúen siendo budistas. Desean que sus hijos vean la relevancia del budismo en el mundo científico moderno. También están interesados en llevar a cabo rituales para que sus negocios sean exitosos. Este no es el caso en países sin una tradición budista nativa.

Así, aunque existen algunas características generales que la mayoría de los países extranjeros modernos comparten, es importante que aquellos que acudan a enseñar y traducir en esos lugares se interesen por aprender, no solamente estas características en común, sino también sobre la cultura del país específico a donde van. Esto los ayudará a comprender mejor a las personas a quienes van a enseñar, y los habilitará para ayudarlos más.

Los Centros de Dharma mismos deben proveer oportunidades para aprender su idioma y su cultura. Adicionalmente, cuando los gueshes y los traductores que han estado viviendo en países extranjeros regresen a los monasterios en India o en Nepal a visitar o a vivir, sería bueno pedirles conferencias sobre los países extranjeros, sus costumbres y forma de pensar. Es preciso que se les pida relatar sus experiencias, las dificultades que tuvieron y cuál es la mejor forma de enseñar a los extranjeros. De esta manera, las nuevas personas que viajen a países extranjeros recibirán buenos consejos. Especialmente si alguien ha estado en el país donde el nuevo gueshe o traductor irán específicamente, necesitan pedirles una descripción de las condiciones de ese país.

Entrenarse antes de partir a Occidente

Además, antes de partir a países extranjeros, es bueno que los gueshes y los traductores tengan un período de entrenamiento en torno a cómo lidiar con los extranjeros. Es probable que haya facilidades para esto en el nuevo centro que el Consejo de Asuntos Culturales y Religiosos está construyendo en Dharamsala, quizás también en cooperación con la Biblioteca de Archivos y Obras Tibetanas. Los gueshes podrían asistir a algunas de las clases impartidas para extranjeros en la Biblioteca, por ejemplo, y hablar con los gueshes y lamas en Dharamsala que han estado enseñando a extranjeros para aprender de sus experiencias.

Para los nuevos traductores podría haber clases especiales, tanto para desarrollar habilidades de traducción como para mejorar su memoria. Los traductores podrían practicar traduciendo algunas de las cintas grabadas que están disponibles con las enseñanzas de Su Santidad el Dalái Lama, y también con las grabaciones de otros maestros. Si estas cintas ya cuentan con una traducción, mucho mejor. El nuevo traductor podría intentar traducir y luego escuchar cómo lo había hecho el traductor anterior.

Para entrenar su memoria, los traductores podrían entrenarse unos con otros de la forma en que Tsenshap Serkong Rinpoche me entrenó a mí. Siempre que estaba con Tsenshap Rinpoche, en cualquier momento del día o de la noche, volteaba hacia mí y me pedía que repitiera lo que acababa de decir, palabra por palabra, o que repitiera lo que yo mismo acababa de decir. Tales habilidades de memoria son esenciales ya que el traductor tiene que ser capaz de estar alerta todo el tiempo y traducir cualquier cosa que se haya dicho recientemente. También debe ser capaz de repetir su traducción si los estudiantes no fueron capaces de tomar nota a la primera.

Los traductores también podrían practicar escuchando tres, cinco y posteriormente diez minutos de una conferencia grabada y luego intentar traducirla, para así expandir su habilidad para recordar. Esto es necesario debido a que algunos maestros no hacen pausas para la traducción tan frecuentemente. De cualquier manera, los gueshes y lamas necesitan desarrollar el hábito de decir solamente una oración o incluso menos a la vez. Esto no solamente lo hace más fácil para el traductor y hace la traducción más exacta, sino que es también más fácil para que los estudiantes tomen notas y mantengan su atención e interés. Asimismo, es útil que el traductor escuche una conferencia completa y horas después trate de resumirla. Esto debido a que algunas veces se ofrece un discurso o conferencia sin oportunidad de realizar traducción simultánea, y más tarde el traductor debe decir a los extranjeros lo que fue dicho.

En general es importante que el traductor sea preciso y no agregue ni quite nada de lo que el gueshe ha dicho. Los traductores podrían entrenarse para ser capaces de hacer esto escuchando una conferencia grabada, traduciendo una oración al inglés, por ejemplo, y luego traduciéndola nuevamente del inglés al tibetano para compararla con lo que se dijo originalmente. Cuando un gueshe duda si el traductor ha comprendido y traducido correctamente lo que ha dicho, el gueshe necesita siempre pedirle al traductor que le diga en tibetano lo que acaba de decir.

A pesar de que cuando se traducen las enseñanzas es necesario que el traductor no edite ni cambie lo que ha dicho el gueshe o lama, es diferente cuando se traducen las preguntas de los estudiantes extranjeros. Por lo general, la mayoría de los extranjeros no sabe cómo hacer preguntas claramente; ellos no han estudiado debate. Hablan y hablan de una manera vaga. Si lo que han preguntado fuera traducido palabra por palabra al tibetano, en su mayor parte sería ininteligible. Tsenshap Serkong Rinpoche siempre me dijo que tradujera para él solamente la esencia de la pregunta, no cada palabra. Después, al traducir su respuesta, me pedía que respondiera y explicara en inglés lo que él acababa de decir de una manera en que la persona pudiera comprender, de acuerdo a la forma en la que había formulado la pregunta. Esta es otra razón de por qué es tan importante aprender la forma en que los extranjeros piensan y preguntan. Estas habilidades podrían ser aprendidas al asistir a las clases de Dharma para extranjeros en Dharamsala y pedir a los traductores del lugar que describan sus experiencias.

Además, al estudiar inglés o cualquier otro idioma extranjero, es importante no estar satisfecho sólo con lo que se ha aprendido de los libros de texto y de los diccionarios. Como ya he explicado, los términos de traducción en los diccionarios no son siempre exactos. Además, en el caso del inglés, muchas expresiones utilizadas en la India no son utilizadas en otros países. También, cada uno de los países angloparlantes tienen diferentes expresiones y algunas palabras tienen diferentes significados de un país a otro. Por lo tanto, al llegar a un país extranjero, es muy útil preguntar a las personas locales lo que entienden de los términos importantes del Dharma en su idioma. El traductor debe estar siempre dispuesto a revisar y a mejorar su vocabulario.

Sin embargo, el aspecto más importante para el traductor no es que sepa solamente los dos idiomas y que tenga buena memoria. Lo más importante es que tiene que conocer bien el Dharma. Incluso con el mejor maestro, si el traductor no conoce bien el Dharma o no puede explicarse claramente en el idioma extranjero, o no puede recordar lo que el maestro dijo, la explicación del maestro no será comunicada o comprendida. Los extranjeros con frecuencia escriben cada palabra de las enseñanzas que escuchan para poder estudiarla más tarde. Lo que anotan son las palabras del traductor. Si éstas no concuerdan con lo que el maestro ha dicho, puede haber un gran malentendido. Esto a menudo se refleja en las preguntas que hacen los extranjeros. Y tanto el maestro como el traductor serán colocados en una situación embarazosa si el maestro tiene que decir: “yo nunca dije eso”.

Además, ya que el traductor habla el idioma del país al que va, la mayoría de la gente no querrá molestar al gueshe todo el tiempo y por lo tanto le harán preguntas sobre las enseñanzas directamente al traductor y le pedirán que explique más algunas cosas. Si el traductor no puede hacer esto o si está más interesado en dejar los hábitos y llevar una vida mundana, esto no ofrecerá una buena impresión del budismo o de los tibetanos. Aquellos que consideren dejar los hábitos deberían hacerlo antes de ir a los países extranjeros y no después.

Consejo para enseñar a occidentales

Enseñar a extranjeros es bastante diferente de enseñar a tibetanos. Aunque, como he dicho, cada país es diferente, existen algunas características generales en común. A los extranjeros les gusta tener explicaciones de todo y saberlo todo. No están satisfechos con meramente acumular buenos instintos para vidas futuras por escuchar las enseñanzas. A ellos les gusta saber por qué está hecha cada cosa, y en la mayoría de los países les gusta hacer muchas preguntas. La mayoría no ha nacido dentro de una familia o cultura budista, así que todo es nuevo para ellos. Por ejemplo, puede ser que nunca hayan escuchado sobre la existencia de vidas pasadas o futuras. Son críticos al principio y no provienen de un entorno de fe en las enseñanzas. Es necesario ser pacientes con ellos y no solamente pensar que son irrespetuosos o que tienen puntos de vista erróneos cuando preguntan algo.

Es muy útil aprender algo sobre las religiones extranjeras, como el cristianismo y el judaísmo, y sobre psicología. No es tan importante aprender la filosofía occidental, ya que la mayoría de los extranjeros no la estudia. Sin embargo, la psicología es algo de lo que todos saben, y es muy importante para ser capaces de explicarles las enseñanzas budistas sobre la mente.

Asimismo, los modos de pensar judeo-cristianos y psicológicos moldean muchas de las preguntas que los extranjeros hacen. Si los gueshes y los traductores pueden comprender los antecedentes culturales y religiosos de los extranjeros, entenderán mejor sus preguntas. Por ejemplo, en el cristianismo y en el judaísmo existe un énfasis en la existencia de un solo Dios y una sola verdad. Debido a esto, los occidentales no pueden aceptar que una sola enseñanza del Buda pueda tener muchos niveles diferentes de entendimiento y significado. Siempre están insistiendo y preguntando: “¿pero qué significa realmente?”. Ellos quieren la verdad única, como en sus propias religiones. Y si el gueshe explica que en un conjunto de libros de texto se explica de una forma y en otro significa otra cosa, esto es muy difícil para los occidentales. Sin embargo, si el gueshe puede explicar que su insistencia en una verdad es una idea occidental, y que en el budismo la forma de pensar es diferente, entonces las dudas y los conflictos de los occidentales pueden eliminarse más habilidosamente. Existen otros muchos ejemplos como éste.

También es muy importante tener algún entendimiento de la ciencia, especialmente acerca del cerebro, acerca del universo, de que la tierra es redonda, y demás. De otra manera, si los doctos gueshes enseñan que la tierra es plana, las personas se reirán y no tendrán fe en las enseñanzas del Buda, o solamente atraerán a gente rara, y ésto no será debido a que tengan fe en las enseñanzas, sino porque les parece diferente del punto de vista occidental normal, debido a que han tenido algunas experiencias infelices con gente que establece la norma. Como se mencionó en la cuarta conferencia no sectaria de tulkus y abades de todas las tradiciones tibetanas, llevada a cabo en Sarnath en diciembre de 1998, la esencia de las enseñanzas del Buda son las Cuatro Verdades Nobles y los dos niveles de verdad. Sin embargo, con medios hábiles, las escrituras enseñan una descripción física del universo que estaba en armonía con las creencias comúnmente sostenidas en la antigua India. Por lo tanto, la esencia de las enseñanzas del Buda necesita presentarse en armonía con las teorías modernas de la ciencia y la geografía, mientras se tiene en mente que las teorías que se sostienen actualmente podrían cambiar en el futuro. En cualquier caso, de primera instancia es preciso no dar enseñanzas a la gente nueva sobre los infiernos y sobre la descripción del Monte Meru, etc.

Cuando se enseña la descripción física del universo, un método hábil podría ser mencionar que el Buda enseñó dos descripciones: la del abidharma y la de Kalachakra. Ya que hay dos, esto quiere decir que no existe una descripción definitiva. Cada descripción fue dada por una razón específica. La del abidharma es para desarrollar sabiduría. La de Kalachakra es para tener una práctica meditativa que sea análoga a la situación del mundo externo. No hay contradicción, entonces, en aceptar una tercera descripción, la de los científicos, dada por otra razón diferente. La descripción científica tiene el propósito de enviar un cohete a la luna o navegar un barco en el océano, por ejemplo. El Buda nunca dijo que un cohete podía ser enviado a la luna basado en los modelos del abidharma o de Kalachakra. De esta forma, no existe contradicción en aceptar ambos modelos, tanto el budista como el científico, y las enseñanzas del Buda no se ven dañadas.

La misma técnica puede ser utilizada para discutir el Monte Meru. La forma del Monte Meru se describe diferente en los sistemas del abidharma y de Kalachakra. Por lo tanto, no tiene una forma definitiva. Sin embargo, se encuentra en el centro de cada universo. La ciencia moderna también acepta que el universo tiene un centro; a pesar de que no lo llaman Monte Meru, puede llevar a cabo la función de un Monte Meru. De esta manera, puede haber una tercera aseveración de la forma y ubicación del Monte Meru sin contradicciones.

A menudo la confusión entre las explicaciones budista y científica se debe a la traducción de términos. Por ejemplo, una de las preguntas que los extranjeros hacen con más frecuencia es si las plantas, tales como árboles y flores, tienen mente y renacen. La confusión aquí es debida a la traducción de la palabra “sems-can”. Si se traduce como “ser sensible” esa palabra no es utilizada comúnmente y no significa mucho para la mayoría de personas. Si se traduce como “ser viviente” con el fin de hacerlo más fácil de comprender, este es el origen del malentendido.

En la ciencia, una categoría de fenómenos son los fenómenos con vida. Esto incluye tanto a plantas como a animales ya que ambos conllevan nutrición, respiración, arrojo de desperdicios y reproducción. La palabra “ser viviente” se refiere, entonces, tanto a plantas como a animales. Sin embargo, las plantas no tienen mente. Como un científico explicó a Su Santidad el Dalái Lama, la diferencia principal entre plantas y animales es que las plantas no tienen nervios. Esto no es exactamente lo mismo que los nervios que forman parte de los vientos, canales y gotas de energía descritos en el budismo, pero son similares. Debido a que las plantas no tienen nervios, no tienen base para una mente y, en particular, no tienen base para experimentar los sentimientos de felicidad o sufrimiento. Si no poseen tales sentimientos, no pueden tener el deseo de ser felices ni el deseo de no tener sufrimiento. Si no tienen tales deseos motivadores, no pueden acumular karma por sus acciones. No pueden ser liberadas del sufrimiento si no pueden experimentar sufrimiento. Por lo tanto, aunque las plantas son seres vivientes, no son “seres sensibles” o “seres con darse cuenta limitado”. Y ya que el budismo habla de liberar del sufrimiento a aquellos que lo experimentan, el budismo presenta a los animales y a los humanos en una categoría separada de las plantas. Sin embargo, si las categorías se definen en forma diferente, no existe contradicción si los científicos presentan una categoría de fenómenos que incluya a los animales, a los humanos y a las plantas. De nuevo, la confusión se elimina simplemente al dar definiciones claras de los términos y categorías, y por los límites de cuáles fenómenos se incluyen en cada categoría. Si un gueshe o lama lo explica así, los extranjeros pueden comprender y también verán que no existe contradicción entre el budismo y la ciencia. Esto incrementará su confianza en el budismo.

Consejo concerniente a pedir patrocinadores

Otro punto se refiere a solicitar a los extranjeros patrocinadores para los monjes y donaciones para los monasterios. A los extranjeros no les gusta que se les pida dinero directamente, persona a persona, o ser presionados. Esta no es la costumbre. Se sienten muy incómodos, especialmente si la persona que pide dinero es un gueshe, un lama o su maestro; se sienten forzados a dar y luego podrían tener malos pensamientos sobre el maestro y no regresar de nuevo. Además, generalmente darán menos dinero que si tuvieran la oportunidad de darlo de acuerdo a sus propias costumbres. Los Centros de Dharma usualmente tienen un tablero especial de anuncios en una pared cerca de la entrada. Es mucho más hábil y efectivo, entonces, colocar una nota escrita o una solicitud en este tablero. Así, al final de una enseñanza uno puede anunciar a un gran grupo, por ejemplo, que hay una solicitud de patrocinadores en el tablero de anuncios; si la gente está interesada y puede leerla, será grandemente apreciado.

Además, la mayoría de los extranjeros están más interesados en dar dinero para escuelas y para mejorar la alimentación de los monjes y comprar medicinas, o para mejorar el agua o las instalaciones de los baños. Con excepción de los asiáticos del sudeste y el este, no están muy interesados en dar dinero para construir templos o estatuas religiosas. No piensan en términos de acumular mérito o potencial positivo por su generosidad. Les gusta especialmente ayudar a los niños. Por lo tanto, es mejor pedir dinero a los extranjeros para mejorar las condiciones de los monjes. Y si el dinero que dan no es utilizado para el propósito por el que fue dado, los extranjeros se sentirán muy infelices y es posible que en el futuro no brinden más ayuda.

Trato igualitario hacia las mujeres

La posición de las mujeres es muy diferente en los países extranjeros que en Asia. En el pasado fueron tratadas como inferiores y han estado peleando muy fuertemente contra eso. Reaccionan muy negativamente ante cualquier sugerencia en las enseñanzas de que un renacimiento femenino es inferior, o que uno necesita rezar siempre para renacer como varón. Puede explicarse hábilmente que, de acuerdo con la literatura del tantra de Guhyasamaja, uno puede alcanzar la budeidad igualmente sobre la base de un cuerpo masculino o femenino. Sin embargo, dado que la sociedad causa más dificultades a las mujeres, aunque esto no sea justo, las enseñanzas del sutra dicen que un hombre tendrá menos obstáculos para practicar el Dharma.

Es importante, entonces, que en los Centros de Dharma existan oportunidades igualitarias tanto para hombres como para mujeres, ya que en la mayoría de los países acuden más mujeres que hombres a los Centros de Dharma. Además, cuando se describan las condiciones y oportunidades para estudiar en la India, es importante mencionar que existen monjas y conventos, no solamente monjes. De otra forma, si los extranjeros piensan que los tibetanos no están tan preocupados por las mujeres practicantes como lo están por los hombres, no pensarán favorablemente de la práctica de la ecuanimidad de los monjes tibetanos.

Sensibilidad hacia las minorías

Además, algunas de las personas que acudan a los centros serán negros que viven en un país en donde han sido maltratados. O podrían ser paralíticos, ciegos o sordos. O podrían ser hombres o mujeres homosexuales, lo cual no es algo inusual en algunos países, y que, como las mujeres y los negros, están muy a la defensiva por haber sido maltratados por la sociedad. Estas personas requieren gran diplomacia y métodos hábiles especiales para ser ayudados.

Asimismo, en algunos países, especialmente en Europa del Norte y en América, algunas personas nadan desnudas en la playa o en fuentes termales, sean hombres y mujeres juntos, o solamente hombres o solamente mujeres. Las personas se bañan sin ropa y muchas personas no se sienten avergonzadas de estar desnudas delante de otras personas desnudas. Esto no es considerado barbárico o raro. Aunque no es necesario que los tibetanos sigan esta costumbre, no es hábil criticarla.

Enseñar a los niños

Entre los cristianos y los judíos, existe la costumbre de tener educación religiosa para sus hijos; a menudo es una hora a la semana la mañana del domingo. Los extranjeros estarían felices si existiera un programa similar en las enseñanzas budistas básicas para sus hijos. Estos programas podrían enfatizar la vida del Buda, la biografía de los grandes maestros, explicaciones de las fiestas budistas, cómo desarrollar un corazón amable y visualizaciones simples y práctica de mantras. Los niños extranjeros no tienen la costumbre de memorizar y recitar textos. Sin embargo, el estudio del idioma tibetano simple podría ser posible si hay interés.

También es importante celebrar las fiestas budistas en los Centros de Dharma con puyas, fiestas, grandes banquetes, etc., y hacer participar a los niños. Ya que todas las religiones extranjeras celebran las fiestas, los niños de budistas extranjeros estarían más felices de que sus familias sean budistas si contaran con sus propias celebraciones budistas, como los niños cristianos tienen las suyas. Asimismo, los extranjeros se sentirían incómodos si se les desalienta de celebrar las fiestas tradicionales de sus religiones extranjeras, tal como la Navidad. Con explicaciones hábiles, todas las fiestas religiosas y nacionales podrían ser celebradas sin contradicción.

Aproximación de los occidentales al Dharma

De igual forma, las personas extranjeras, especialmente en Occidente, están muy ocupadas y no tienen tiempo para asistir a las enseñanzas o hacer práctica intensiva. Quieren las cosas rápido. Por lo tanto, es importante explicar mucho de una sola vez cuando asisten a una conferencia, por ejemplo, darles un esquema completo para que tengan una idea general de lo que trata el budismo o un texto específico. Si obtienen una buena impresión de esta primera conferencia, podrían sentirse motivados a regresar. Sin embargo, si desde el principio todo es hecho lentamente, los extranjeros no tendrán el tiempo o la paciencia y no regresarán.

Además, los extranjeros han tenido cierta familiaridad con centros budistas zen o teravada, así como también con algunos centros hinduistas. Para responder a sus preguntas, es muy útil conocer algo de las técnicas actuales de enseñanza de estas tradiciones. Lo que se puede encontrar en los libros de texto tibetanos referentes el hinayana o a las teorías hinduistas puede no ser en absoluto lo que enseñan y practican el teravada o el hinduismo moderno. Y los extranjeros no encuentran adecuado que se les diga franca y directamente que lo que ellos hacían seguía una visión distorsionada.

Los extranjeros, especialmente los occidentales, tienen la mayoría de sus energías y atención enfocada hacia fuera y muy pocos toman tiempo para la introspección. Además, las enseñanzas en los Centros de Dharma son principalmente por la noche y la gente llega directamente después de un ocupado día de trabajo. Por lo tanto, al comienzo de las enseñanzas y la práctica, es útil para los occidentales enfocarse en su respiración por un breve momento, ya sea contando las respiraciones o las nueve respiraciones completas o alguna otra práctica similar. Esto les permite aquietarse un poco y voltear su atención hacia adentro para que puedan escuchar las enseñanzas o meditar más.

Elegir qué enseñar

Por lo general existen muchas personas extrañas que acuden a los centros extranjeros de Dharma. Muchos de los que acuden han sido influenciados por los extraños libros y traducciones que mencioné con anterioridad, y tienen muchas ideas y preconcepciones erróneas. Algunos están interesados en obtener poderes mágicos que puedan utilizar contra las personas. Otros están interesados en prácticas sexuales exóticas. Otros simplemente buscan cualquier cosa que puedan considerar extraño. No todos son sinceros o puros en su motivación e interés. Es importante aprender a diferenciarlos y ser habilidosos con ellos.

El tipo de enseñanzas que son de mayor utilidad para los extranjeros son las de los fundamentos básicos del lam rim y la limpieza de actitudes (Lojong, blo-sbyong). Los extranjeros podrían estar atraídos por las prácticas más exóticas y avanzadas del tantra. Sin embargo, cuando tienen un cimiento pobre para ellas, o una motivación inapropiada tales como las que mencioné, puede ser muy dañino para todos los involucrados. Es importante que cualesquiera sean las enseñanzas impartidas, estén relacionadas con el diario vivir de las personas. El énfasis tiene que estar en llegar a ser una persona amable y tener un corazón cálido.

Occidentales que se convierten en monjes

Algunos extranjeros estarán interesados en convertirse en monjes y monjas. Sin embargo, la experiencia ha sido que muchos han tomado los hábitos demasiado rápido sin haber examinado muy bien su intención y motivación. Debido a esto, muchos han dejado los hábitos. No tienen una idea realista de lo que significa vivir su vida entera como monje o monja. No tenían un modelo claro de cómo actuar. Era inapropiado actuar como monjes o monjas cristianos, y el estilo de vida de un monje o monja tibetanos tampoco les convenía.

Por lo tanto, es importante que los gueshes y lamas nunca presionen a los extranjeros para que tomen los hábitos. El deseo de tomar los hábitos necesita surgir primero del lado del extranjero. Entonces el gueshe o lama necesita examinar y probarlo bien, durante varios años si es necesario, para asegurar que su intención sea estable y tenga buen fundamento. Solamente después de que ha pasado un período adecuado, necesita enviar a los extranjeros ante un gran lama para tomar los votos. Nadie está complacido si la mayoría de los extranjeros dejan los hábitos, y esto no establece un buen ejemplo para el desarrollo de la comunidad de la sangha extranjera. También sería útil si en los monasterios en la India existiera una división especial en la casa para los extranjeros, similar a lo que evolucionó para los mongoles.

Puyas al protector

En algunos centros, las puyas al protector y a la deidad tántrica son cantadas en inglés o en otro idioma extranjero, en grandes grupos abiertos al público. Éstas contienen expresiones tales como “bebedor de sangre” y demás, lo cual puede causar gran cantidad de ideas extrañas y malas impresiones en los recién llegados y en los padres visitantes. Por lo tanto, a pesar de que no existe daño en que las plegarias de refugio, bodichita, las siete ramas y las dedicatorias sean cantadas en los idiomas extranjeros, sería mejor que los textos tántricos se canten en tibetano. Por ejemplo, “Lama Chopa” podría ser recitado en tibetano y sus secciones de lam rim podrían ser recitadas en inglés. Esto es especialmente recomendado para reuniones públicas. Así, aquellos que deseen aprender y conocer el significado del tibetano estarán motivados a estudiar, y aquellos que son solamente casuales no obtendrán ideas extrañas. Entonces, las traducciones completas de los textos rituales tántricos necesitan restringirse solamente para uso privado. En otras palabras, como es la tradición en Mongolia y la República de Buriatia, la gente necesita cantar rituales tántricos en tibetano cuando están en grupos públicos.

No sectarismo

Aún existe un problema de sectarismo en muchos centros extranjeros, lo cual es extremadamente divisivo y peligroso para el futuro del budismo y del Tíbet. Como Su Santidad el Dalái Lama ha enfatizado siempre, el antídoto más poderoso contra el sectarismo de mente estrecha es la educación. Si bien es importante que cada centro conserve la pureza de su propio linaje y no mezcle todas las tradiciones en una revoltura confusa, es esencial que los estudiantes sean educados sobre otros linajes y tradiciones del budismo, tanto tibetano como no tibetano, tales como el zen y el teravada. De esta forma, serán capaces de ver por ellos mismos que nada es contradictorio en las enseñanzas del Buda.

Resumen y conclusión

En resumen, es muy diferente enseñar a extranjeros que enseñar a tibetanos. Sin embargo, si los gueshes y los traductores que viajan a países extranjeros hacen el esfuerzo de aprender acerca de las diferentes formas de pensamiento y costumbres del lugar, pueden evitarse las mayores dificultades y malentendidos. De esta manera, si los tibetanos son conscientes de las necesidades de los extranjeros, y los extranjeros son considerados con las necesidades de los tibetanos, especialmente de la necesidad de que los mejores maestros permanezcan en los monasterios, entonces la relación puede ser mutuamente muy beneficiosa.

Aunque me he enfocado en algunas de las dificultades involucradas en enseñar en países extranjeros y en que existe mucha gente extraña que acude a los Centros de Dharma, sin embargo, también existen muchas personas que son practicantes muy sinceros y entusiastas. En el pasado, el budismo llegó de la India al Tíbet y, a pesar de todas las dificultades, muchos tibetanos alcanzaron la iluminación. En el futuro, estoy seguro de que ocurrirá lo mismo en el proceso de transmisión del budismo de los tibetanos a las diversas culturas extranjeras alrededor del mundo.

Quiero agradecerles esta oportunidad de hablar con ustedes y toda la ayuda que han brindado a los extranjeros. Bajo la guía de Su Santidad el Dalái Lama, rezo para que esto continúe para el beneficio de todos.

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