Las cualidades de la mente omnisciente de un buda

Introducción y fuentes

La Filigrana de Realizaciones de Maitreya (mNgon-rtogs rgyan, sct. Abhisamaya-alamkara) delinea 21 categorías de conciencia profunda no manchada (zag-med ye-shes sde-tshan nyer-cig) de la mente omnisciente de un buda. A menudo, cuatro de estas categorías se destacan al describir las cualidades de la omnisciencia de un buda:         

  • las diez fuerzas (stobs-bcu),  
  • las cuatro (garantías) acerca de las cuales no tiene miedo (mi-‘jigs-pa bzhi),
  • las cuatro conciencias perfectas de puntos individuales (so-so yang-dag-par rig-pa bzhi),
  • las dieciocho características no compartidas de un buda (sangs-rgyas-kyi chos ma-’dres-pa bcu-brgyad).

Cuando, en La continuidad interminable (rGyud bla -ma, sct. Uttaratantra), Maitreya menciona las 64 cualidades de un buda, los 32 signos excelentes de un cuerpo iluminado son las 32 cualidades que son maduraciones (rnam-smin) de un entramado de fuerza positiva (colección de mérito). Las diez fuerzas, las cuatro garantías y las dieciocho características no compartidas son resultados que son estados de estar separados (bral-‘bras) - estar separados de todo oscurecimiento mental - y su logro proviene de un entramado de conciencia profunda (colección de sabiduría).               

Aunque los 32 rasgos físicos iluminadores son maduraciones, no son resultados madurados (rnam-smin-gi ‘bras-bu). Esto se debe a que los resultados madurados son siempre fenómenos no especificados (ni constructivos ni destructivos), mientras que los excelentes signos de un buda son siempre constructivos.  

Dado que los resultados que son estados de estar separados son fenómenos estáticos (permanentes) y no pueden ser afectados por nada, los 32 rasgos mentales iluminadores son constantes y no se ven afectados por nada. En este sentido, si bien la adquisición (thob-pa) de una mente iluminadora de un buda tiene un principio, pero no tiene un final, la conciencia profunda (ye-shes) de un buda no tiene un principio ni un final. Un entramado completamente desarrollado de conciencia profunda es la causa obtentora (nyer-len-gyi rgyu) del mero logro de estos tipos de conciencia profunda, pero las conciencias profundas en sí mismas no son creadas por nada. Los 32 tipos de conciencia profunda no solo son eternos e increados, sino que también, como aspectos de la conciencia omnisciente, conocen a todos los fenómenos válidamente cognoscibles simultáneamente, sin interrupción alguna y, por lo tanto, sus objetos tampoco cambian nunca.             

Las diez fuerzas de la mente omnisciente de un buda

(1) La fuerza de ser omniscientemente consciente de las relaciones apropiadas e inapropiadas entre varios tipos de comportamiento kármico impulsivo y su resultado. También se incluye aquí saber qué es correcto e incorrecto, y qué se puede y qué no se puede lograr.

(2) La fuerza de ser omniscientemente consciente de los impulsos kármicos (constructivos, destructivos o mixtos) y los impulsos no kármicos no manchados de los que cualquier cosa es el resultado madurado. Es consciente de las causas kármicas de todo lo que les sucede a todos, incluso de un simple dolor de cabeza.  

(3) La fuerza de ser omniscientemente consciente de las diversas aspiraciones espirituales (mos-pa) de todos los seres limitados (seres sintientes): las inferiores para esta vida, las intermedias para la liberación, las superiores para la iluminación y las que están ocultas (inconscientes o expresadas de forma no clara). De esta manera, puede orientar a cada ser en consecuencia.  

(4) La fuerza de ser omniscientemente consciente de la fuente de las cogniciones de todos, así como de la fuente de su iluminación (khams, sus rasgos búdicos familiares, naturaleza de buda). Un buda sabe de dónde provienen todos sus pensamientos, ideas y malentendidos, y también los factores en cada uno de ellos que los llevarán a la realización de su máximo potencial. De esta manera, puede corregir a todos los demás cuando se han descarriado y sacar sus puntos más fuertes.    

(5) La fuerza de ser omniscientemente consciente de los niveles superiores y menos que superiores de los poderes de todos (dbang-po). Por lo tanto, siempre enseña a los demás de acuerdo con su inteligencia y habilidades para que nunca se desanimen.  

Esto se refiere a conocer los niveles de los veintidós poderes de seres limitados, agrupados en seis categorías:

  • los seis poderes cognitivos de sus sensores visuales, auditivos, olfativos, gustativos y táctiles, y el mental de su inteligencia, 
  • los dos regenerativos de sus órganos reproductores masculino o femenino,
  • el sustentador de su fuerza vital, 
  • los cinco poderes para experimentar o sentir los resultados de sus acciones constructivas o destructivas, a saber, el poder de sus sensaciones de felicidad o infelicidad física o mental, y de sensaciones neutras,     
  • los cinco poderes para separarse de los apegos a los fenómenos de base perecedera (fenómenos mundanos, terrenales), a saber, los poderes de su creencia respetuosa, la perseverancia gozosa, la recordación, la concentración y el darse cuenta que discrimina,         
  • los tres poderes para separarse de los apegos a los fenómenos con una base más allá de lo perecedero (fenómenos supramundanos), a saber, sus tres poderes no manchados: los poderes de su mente que es el camino del ver (camino del ver), la mente que es el camino de la familiarización (camino de la meditación) y su mente que es el camino como seres liberados (arhat).   

(6) La fuerza de ser omniscientemente consciente de las mentes que son el camino (caminos) que conducen a cada tipo de meta - a los tres estados purificados (byang-chub, sct. bodhi) de los arhats shrávaka, los arhats pratyekabuda y los arhats bodisatva (budas), así como renacer en cualquiera de los seis reinos samsáricos.     

(7) La fuerza de ser omniscientemente consciente de todos los estados de estabilidad mental (bsam-gtan, sct. dhyana), logros meditativos de concentración absorta para obtener la liberación (rnam-par thar-pa ting-nge-‘dzin snyoms-‘jug, sct. vimoksha-samadhi-samapatti), estados meditativos para limpiar las impurezas mentales (kun-nas nyon-mongs-pa rnam-par byang-ba, sct. samklesha-vyavadana) y, por lo tanto, puede conducir a seres limitados a partir de esos estados.           

Hay cuatro estados de estabilidad mental: del primero al cuarto estados de estabilidad mental, asociados con el plano de las formas etéreas (reino de la forma).    

Hay nueve logros meditativos de concentración absorta para obtener la liberación: los logros meditativos (snyoms-‘jug, sct. samapatti) de las concentraciones absortas (ting-nge-‘dzin, sct. samadhi) de (i–iv) los cuatro estados de estabilidad mental asociada con el plano de las formas etéreas y de (v – viii) los cuatro estados meditativos asociados con el plano de los seres sin forma (reino sin forma) -cuando estas ocho absorciones se convierten en la naturaleza de las mentes que son el camino que conduce a la liberación o la iluminación- y (ix) el logro meditativo de una cesación (‘gog-pa’i snyoms-‘jug, sct. nirodha-samapatti) durante la absorción total de un arya (mnyam-bzhag, sct. samahita) en la vacuidad (vacío).                     

Hay ocho estados meditativos para limpiar las impurezas mentales: las concentraciones absortas de (i) ver formas de fenómenos materiales sobre la base del propio cuerpo físico, y (ii) no sobre tal base, (iii) armonizar para eliminar la interferencia, como analizar objetos feos y bonitos para superar las sensaciones de repulsión o atracción, (iv-vii) los estados meditativos asociados con el plano de los seres sin forma, cuando tales absorciones se convierten en la naturaleza de las mentes que son el camino que conducen a la liberación o la iluminación, y (viii) el logro meditativo de una cesación.     

(8) La fuerza de ser omniscientemente consciente, con recordación constante, de todas las situaciones de renacimiento anteriores propias y ajenas, en secuencia. Debido a esto, un buda conoce las conexiones kármicas que tiene con todos.   

(9) La fuerza de ser omniscientemente consciente de la muerte, la transferencia (‘pho-ba) y el futuro renacimiento de todos hasta su iluminación, y luego donde cada uno se manifestará posteriormente. Por lo tanto, cuando enseña a alguien, sabe lo que está haciendo y cuáles serán los resultados exactos en todas las vidas futuras.   

(10) La fuerza de ser omniscientemente consciente del grado de agotamiento de los diversos factores manchados (zag-pa zad-pa) en la continuidad mental de cada ser limitado. Nadie puede engañarlo y sabe exactamente cuánto más trabajo debe hacerse para llevar a esa persona a su meta espiritual.  

Las cuatro garantías sobre las que un buda no tiene miedo

Dado que no se pueden negar, hay cuatro garantías (dam-bca’-ba, promesas) que un buda no tiene miedo de hacer. Las dos primeras se refieren a lo que es de beneficio significativo para él, mientras que las dos siguientes se refieren a lo que será de beneficio significativo para los demás. Por lo tanto, no tiene miedo de garantizar:

(1) Sus propias realizaciones (de todas las cualidades y habilidades).

(2) Sus propios estados de estar liberado (de todos y cada uno de los oscurecimientos mentales).

(3) De lo que deben deshacerse los demás (es decir, los oscurecimientos emocionales [nyon-sgrib] si desean la liberación y, además, los oscurecimientos cognitivos [shes-sgrib] si desean la omnisciencia).       

(4) Las fuerzas oponentes (en las que los otros pueden confiar para eliminar todos sus oscurecimientos mentales).

Las cuatro conciencias perfectas de los puntos individuales

Al haberse liberado de todos los oscurecimientos cognitivos, un buda tiene una conciencia perfecta de los puntos individuales de: 

(1) Todo el Dharma. 

(2) Todos sus niveles de significado.

(3) Todas las palabras exactas (con las cuales expresarlas, para que pueda enseñarlas con la misma eficacia en todos los idiomas).

(4) Todos los aspectos del conocimiento, para que pueda enseñar con confianza en sí mismo (spobs-pa, sct. pratibhana) cualquier cosa que cualquiera desee aprender y convertirlo en una mente que es el camino que conduzca a un estado purificado de liberación o iluminación. Esta última comprensión se conoce como la de su propia confianza en sí mismo.        

Las dieciocho características no compartidas de un buda

Las dieciocho características de un buda que no se comparten con los de menor logro, específicamente con los arhats shrávaka o pratyekabuda, se refieren a cuatro aspectos generales de un buda: su comportamiento, realización, influencia iluminadora (‘phrin-las, sct. samudacara, actividad búdica) y conciencia profunda.       

Las seis características no compartidas agrupadas bajo el comportamiento de un buda

(1) La compostura física de un buda nunca se puede alterar. Dondequiera que vaya y lo que sea que encuentre, nunca se deja engañar por las apariencias. Siempre está tranquilo y claro. 

(2) El discurso iluminador de un buda nunca grita ni hace sonidos sin sentido. Sin importar lo que suceda, nunca se sorprende ni se conmociona, y nunca exclama nada con ira, dolor o placer. Además, un buda no tiene melodías, canciones o frases sin sentido que pasen compulsivamente por su cabeza, y nunca tararea ni murmura para sí mismo sin pensar.  

(3) La mente iluminadora de un buda omnisciente nunca olvida nada ni a nadie.

(4) Nunca hay un momento en que su mente no esté totalmente absorta en la vacuidad.   

(5) Nunca tiene el más mínimo reconocimiento o sensación de que algo existe de una manera diferente a la forma en que realmente existe. Al haberse liberado de sus oscurecimientos cognitivos con respecto a todos los conocibles, nunca experimenta que su mente dé lugar a apariencias discordantes y engañosas de existencia verdadera.      

(6) Un buda nunca es tan indiferente como para no estar al pendiente de los demás. Siempre se interesa por todos por igual y mantiene una vigilancia constante para ver quién está listo para hacer un progreso espiritual, con el fin de ayudarlo en consecuencia. Cuando alguien está maduro, nunca se olvida de mostrarle el camino.

Las seis características no compartidas agrupadas bajo las realizaciones de un buda

(7) Su intención de ayudar a todos nunca declina. Esto se debe a la fuerza de su gran compasión, ya que se interesa por todos como lo haría una madre por su único hijo.   

(8) Su perseverancia gozosa para ayudar a todos nunca declina. Nunca se resiste a ir a ningún lado ni a hacer nada, aun si es por el bienestar de un solo ser errante.  

(9) Su atención de la situación de todos nunca declina. Para un omnisciente no requiere ningún esfuerzo estar consciente de todos los seres. Su conciencia es como un enorme espejo claro que refleja la extensión total de lo que existe.  

(10) Su concentración absorta nunca declina. Siempre está totalmente enfocado en la vacuidad, sin importar lo que haga.   

En la lista de estas características no compartidas que se da en La continuidad interminable, esta característica se omite y se reemplaza por el hecho de que la visión de su conciencia profunda, que está completamente libre de todo oscurecimiento mental, nunca declina.   

(11) Su darse cuenta que discrimina de la vacuidad nunca declina.  

(12) Su estado de estar completamente liberado de los dos tipos de oscurecimiento mental nunca declina.

Las tres características no compartidas agrupadas bajo la influencia iluminadora de un buda

Todas las acciones de las facultades iluminadoras (13) físicas, (14) verbales y (15) mentales de un buda son precedidas y llevadas a cabo con una conciencia profunda.  

Debido a que tiene una conciencia profunda simultáneamente de ambas apariencias y de su vacuidad de existencia verdadera, puede ejercer una influencia iluminadora en todo lo que le rodea, al tiempo que conserva siempre su conciencia omnisciente.    

Las tres características no compartidas agrupadas bajo la profunda conciencia de un buda

La conciencia profunda de un buda lo permea todo, al ver (16) el tiempo que ya ha pasado (‘das-pa’i dus), (17) el tiempo que aún no ha llegado (ma-‘ongs-pa’i dus), y (18) el tiempo que está aconteciendo en el presente (da-lta-ba’i dus), todo sin ningún apego o impedimento.            

El tiempo es una cantidad o longitud de duración medida en la continuidad de la ocurrencia de una acción causal kármica y su resultado, y es una variable que afecta no congruente (ldan-min ‘du-byed) - un factor no estático (impermanente) que no es ni una forma de fenómeno físico ni una forma de ser consciente de algo, y que es imputable sobre la continuidad mental de un ser.       

Un buda no tiene apego a lo que puede ver porque se ha liberado de todo oscurecimiento emocional, y no tiene ningún impedimento porque no tiene oscurecimientos cognitivos. 

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