Relaciones con todos los seres, un maestro espiritual y un yidam

Según el análisis budista, no solo un yo que abraza a alguien, la otra persona que es abrazada y la acción de abrazar surgen en dependencia y simultáneamente entre sí, sino que también un yo que abraza surge de manera dependiente y simultánea con muchos otros factores. Estos incluyen un cuerpo que tiene brazos que abrazan a alguien, el cuerpo de otra persona que es abrazado, la sensación física de abrazar un cuerpo, la conciencia de esa sensación física y varias emociones como el afecto, una sensación de felicidad, etc. En cada momento, a medida que el cuerpo se involucra en diferentes actividades, la conciencia se da cuenta de diferentes cosas y cambian las emociones y sensaciones de felicidad o infelicidad, el yo surge en dependencia como una imputación sobre la combinación de ellos. De esta manera, el yo que experimenta estos cambios momento a momento, a su vez cambia a cada momento. Así, según el budismo, el yo convencional constituye una continuidad dinámica: evoluciona y crece con la experiencia. 

Este análisis budista también se puede aplicar a la herramienta de la terapia contextual de las cinco dimensiones de la realidad relacional. A medida que cambian las variables en cada una de las cinco dimensiones, también lo hace el yo, el otro y la relación entre los dos, como imputaciones sobre la combinación de estas variables, cambian en concordancia y constituyen continuidades. Esto lleva a una conclusión similar a la derivada del budismo: un yo en una relación, alguien más en esta relación y las relaciones entre los dos evolucionan y crecen con la experiencia.

Aunque podemos aplicar este análisis a todas nuestras relaciones, es de particular relevancia para los practicantes de las tradiciones budistas tibetanas que puedan aplicarlo a sus relaciones con todos los seres limitados (seres sintientes), su maestro espiritual y su yidam (figura búdica, deidad meditativa). Al haber asumido el compromiso de trabajar por el bien de todos los seres, confiar su crecimiento espiritual a su maestro espiritual e identificarse en todo momento con su yidam, tales practicantes a menudo encuentran dificultades para equilibrar estos compromisos con los compromisos con sus familiares, parejas y amigos cercanos. Es especialmente cierto cuando están casados y tienen hijos. Aquí, las cinco dimensiones de la realidad relacional pueden darnos una comprensión de las formas óptimas de establecer estas tres relaciones centrales en la práctica budista mientras se mantiene un equilibrio entre ellas y nuestras otras relaciones importantes. Al revelar también los posibles obstáculos que puedan surgir, este análisis puede ayudarnos a superarlos y a practicar de manera más efectiva.    

Top