Aunque la práctica del tantra es extremadamente avanzada, muchos occidentales reciben iniciaciones tántricas sin una preparación apropiada, y comienzan la práctica del tantra sin un entendimiento profundo. La mayoría, al principio ve sólo las características superficiales del tantra, tal como el énfasis que pone en el ritual, la profusión de las figuras búdicas, y el uso que hace de imágenes de sexo y violencia. Algunos encuentran estas características como enredosas, problemáticas, o en todo caso, confusas. Para obtener mayor beneficio de sus prácticas iniciales, dichos occidentales necesitan entender y apreciar el significado y propósito de estos aspectos, por lo menos a un nivel superficial. Una vez que hayan superado su fascinación, objeciones o aturdimiento iniciales, podrán lentamente examinar los niveles más profundos cubiertos por la superficie.
Las formas de creatividad occidental y asiática
La práctica del tantra implica tocar campanas y mover las manos haciendo ciertos gestos (sct. mudra), mientras se cantan los textos, a menudo en tibetano, sin traducción, e imaginándose a uno mismo como una figura búdica. Algunos encuentran tales prácticas cautivadoras y mágicas ya que se pueden perder en exóticos mundos de fantasía. Otros tienen problemas con esto. Trabajar de esta manera integrada con el propio cuerpo, la propia voz e imaginación es un proceso artístico creativo, aunque parece que hay una contradicción. La práctica del tantra es altamente estructurada y ritual, sin aparente improvisación. Por ejemplo, uno imagina su propio cuerpo adoptando posturas específicas, colores, y varios brazos, sosteniendo objetos específicos en cada mano y debajo de cada pie. Uno imagina su propia habla en la forma de mantras, frases establecidas que consisten de palabras y sílabas en sánscrito; hasta la manera de ayudar a otros sigue un patrón estándar: uno emana luces de colores específicos y figuras de formas particulares. A muchos occidentales les gustaría desarrollarse espiritualmente por medio de explorar y reforzar su creatividad, pero la práctica estilizada de los rituales parece una antítesis para la imaginación. Sin embargo, su compatibilidad se vuelve evidente cuando uno comprende la diferencia entre los conceptos occidental y asiático de la creatividad.
Ser creativo, en un sentido occidental contemporáneo, requiere producir algo nuevo y único, ya sea una obra de arte o la solución a un problema. La invención es el camino incuestionado al progreso. Ser creativo también puede ser parte de una búsqueda, consciente o inconsciente, de la belleza ideal, la que los antiguos griegos igualaban a la bondad y a la verdad. Más aun, la mayoría de los occidentales consideran la creatividad como una expresión de su individualidad. Por esto, seguir los modelos preestablecidos de los rituales como un método para el auto-desarrollo espiritual, a muchos no les parece creativo, más bien les parece restrictivo.
Las culturas asiáticas más tradicionales, por ejemplo la de Tibet, ven a la creatividad desde una perspectiva diferente. Ser creativo tiene dos facetas principales: dar vida a formas clásicas y acomodarlas armónicamente dentro de varios contextos. Consideremos por ejemplo, el arte tibetano: todas las pinturas de figuras búdicas siguen reglas que indican tamaño, forma, posición y color de cada elemento, de acuerdo a convenciones y proporciones fijas. El primer aspecto de la creatividad descansa en la sensación que imprime el artista a través de las expresiones de las caras, la delicadeza de las líneas, la fineza de los detalles, la luminosidad e intensidad de los colores y el uso de las sombras. Así, algunas pinturas de figuras búdicas son más vívidas que otras, independientemente de que todos los dibujos de la misma figura tienen idéntica forma y proporciones. El segundo aspecto de la creatividad al estilo asiático descansa en lo que el artista escoge como entorno de la pintura, y la manera de colocar las figuras, para crear composiciones orgánicas y armónicas.
La práctica del tantra con figuras búdicas, es un método imaginativo de auto-desarrollo que es creativo y artístico de un modo tradicional asiático, no de uno occidental contemporáneo. Por tanto, imaginarse a uno mismo como una figura búdica que ayuda a otros, difiere significativamente de visualizarse a uno mismo como un superhéroe o superheroína, encontrando soluciones ingeniosas y elegantes a ciertos retos en la noble búsqueda de la verdad y la justicia. En vez de esto, uno trata de acomodarse armónicamente dentro de las estructuras establecidas de la práctica ritual, para darles vida creativamente, y para seguir sus formas en situaciones cambiantes para corregir desequilibrios personales y sociales.
Creatividad e individualidad en la práctica del tantra
Otro factor que posiblemente contribuye a lo que parece una contradicción entre practicar un ritual tántrico y ser creativo, es una diferencia en la visión de los occidentales contemporáneos y las tradiciones asiáticas sobre la individualidad y el papel que ésta juega en el desarrollo personal. De acuerdo al pensamiento igualitario occidental, todo mundo es igual, pero cada uno de nosotros tiene algo único, ya sea que lo llamemos código genético o alma, que por su propio poder nos hace ser especiales. Una vez que “nos encontramos a nosotros mismos”, la meta del auto-desarrollo es realizar como individuos nuestros potenciales creativos únicos para poder usarlos plenamente para hacer contribuciones particulares a la sociedad. Así, los artistas occidentales contemporáneos, casi sin excepción, firman sus obras y buscan el reconocimiento público a sus auto-expresiones creativas. Los artistas tibetanos, en contraste, generalmente permanecen anónimos.
Desde el punto de vista budista, todos tenemos los mismos potenciales de la naturaleza búdica. Somos individuos, y sin embargo, nada existe en nosotros que, por su propio poder nos haga únicos. Nuestra individualidad deriva de la enorme multiplicidad de causas y condiciones internas y externas que nos han afectado en el pasado, nos afectan en el presente y nos afectarán en el futuro. El beneficio que pudiéramos traer a la sociedad viene de utilizar creativamente nuestros potenciales dentro del contexto de la naturaleza interdependiente de la vida.
Realizar nuestra naturaleza búdica, entonces, difiere grandemente de encontrar y expresar nuestro verdadero yo. Ya que todos tenemos las mismas cualidades de la naturaleza búdica, no hay nada especial acerca de ninguno. No hay nada único que encontrar o expresar. Para desarrollarnos a nosotros mismos, simplemente tratamos de utilizar nuestros materiales de trabajo universales (nuestro cuerpo, habilidades comunicativas, mente y corazón) de maneras hábiles para enfrentar las situaciones siempre cambiantes que enfrentamos, como todos podemos hacerlo. Aun más, avanzamos hacia la budeidad al imaginarnos ayudando a otros de maneras ocultas y anónimas, por medio de ejercitar una influencia iluminadora e inspirando a otros que están enfrentando dificultades, más que vernos prominentemente en primer plano, corriendo a su rescate.
De tal manera que el uso extensivo en el tantra de la práctica ritual con figuras búdicas, sólo tiene sentido dentro del contexto de realizar los potenciales de la naturaleza búdica con la creatividad al estilo asiático tradicional. Uno da vida a la estructura de los potenciales búdicos mientras se mezcla armónicamente con la sociedad y el medio ambiente, y permanece sin hacerse notar.
Beneficios del ritual del tantra para occidentales muy ocupados
Aunque los occidentales contemporáneos puedan cuestionar la importancia de practicar los rituales del tantra de la manera clásica tibetana como un método para desarrollarse espiritualmente, pueden obtener con ello muchos beneficios provisionales. Por ejemplo, muchos occidentales llevan vidas colmadas de presión sostenida, para lograr ser únicos y especiales y para intentar colocarse a la cabeza. Necesitan desarrollar continuamente nuevas ideas y productos mejorados, venderlos, y competir con los demás. A veces, la tensión de tener que probarse a sí mismos que valen la pena, les lleva a tener sentimientos de soledad y alienación. Cuando la demanda de productividad e ingenio occidental se vuelve muy estresante, la práctica de la creatividad al estilo asiático en un ritual tántrico diario, puede proporcionar un equilibrio sano. El ubicarse uno mismo armónicamente en la estructura de un ritual, puede ayudar a reforzar el sentimiento de encajar confortablemente en la familia, con las amistades, en la sociedad y en la cultura. Aun si la rutina diaria es repetitiva y el trabajo resulta aburrido, uno puede aprender a darles nueva vida poniendo cada día una expresión vívida en un ritual tántrico.
Además, muchos occidentales corren ajetreados de una actividad a otra. Diariamente usan el teléfono, email e internet varias veces, escuchan música, ven la televisión, y operan un ajetreado conjunto de máquinas complejas y aparatos electrónicos. Sus vidas se sienten a menudo fragmentadas, con la familia, los negocios y las necesidades sociales y de recreación jalando en diferentes direcciones. La práctica del tantra puede ayudar a esas personas a conciliar los aspectos aparentemente discordantes de sus ocupadas vidas. La integración ocurre porque se combinan armónicamente varias emociones y actitudes constructivas y se expresan simultáneamente como un todo integrado, de manera física, verbal y visualizada. Hacer esto en la meditación diaria refuerza el reconocimiento y la convicción de que uno es por naturaleza una persona integrada. Gradualmente, una sensación de plenitud llega a permear todo el día.
Además, ya que la práctica diaria del tantra es estructurada y repetitiva, también puede proporcionar a esta gente un factor estabilizador. No importa qué tan frenético pueda parecer cada día, la creación diaria del espacio mental y emocional pacífico de un ritual tántrico, hace fluir sus vidas con corrientes estables de continuidad. Al encarar el reto de entretejer los elementos del ritual, se descubren niveles aun más profundos de significado, lo que evita que las repeticiones parezcan aburridas. Adicionalmente, el ritual del tantra proporciona una estructura alrededor de la cual se puede desarrollar la disciplina, que de otra manera podría ser difícil de obtener. La disciplina adquirida en la repetición diaria de un ritual estructurado puede también ayudar a la gente a llevar disciplina y orden a sus aparentemente caóticas vidas.
El ritual del tantra como un espacio para expresar emociones
Muchos occidentales contemporáneos sienten un profundo respeto por alguien o por algo, o gratitud por los gozos de la vida. Sin embargo, si carecen de formas confortables de expresar sus elevadas emociones, podrían encontrar sus sentimientos tan amorfos, que no pueden sacar sustento espiritual alguno de ellos. El ritual del tantra puede proveer a esas personas de formas con las cuales expresar sus emociones positivas. Por ejemplo, el juntar las palmas de las manos (una expresión ritualizada de respeto y gratitud, compartida por el tantra y las religiones occidentales) no limita las emociones elevadas; por el contrario, provee un canal comúnmente aceptado para que estas emociones fluyan desde el corazón y actúa como un contenedor adecuado para ellas. Más aun, dado que el ritual del tantra tiene formas holísticas de expresar emociones, que integran canales físicos, verbales y visualizados, su práctica continuada puede ayudar a gente emocionalmente limitada a superar la alienación de sus sentimientos.
Algunas veces, las emociones elevadas encuentran una expresión espontánea de maneras improvisadas. Sin embargo, sería tedioso si cada vez que surgieran sentimientos, uno necesitara encontrar una manera novedosa de expresarlos, para que las emociones fueran sentidas y sinceras. El estilo de creatividad asiático para expresar las emociones, puede ofrecer el equilibrio. Cuando surgen sentimientos elevados, uno puede espontánea y creativamente dar vida a las formas rituales de expresarlos para que las emociones se acomoden armónicamente en la vida personal. Sin embargo, si uno no siente nada, pasar entonces a través de los procesos de un ritual tántrico se vuelve el mero acto de llevar a cabo un ritual vacío. Por esto, los rituales del tantra incluyen el meditar en puntos específicos que ayudan a generar o acceder a sentimientos sinceros.
Comentarios y conclusiones
Participar en los rituales de las religiones tradicionales occidentales también proporciona muchos de los beneficios que ofrece la práctica ritual del tantra. Muchos occidentales sin embargo, encuentran que las ceremonias y rituales de sus religiones de nacimiento, carecen de vitalidad para ellos. En vista de que estas personas tienen menos asociaciones negativas con los rituales del tantra, practicarlos les puede ofrecer una avenida más neutral para su desarrollo espiritual. Muchos descubren que la creatividad del estilo asiático, que aprenden con el ritual del tantra, les ayuda a encontrar y poner nueva vida en las creencias tradicionales de sus ancestros.