Tantra: La naturaleza búdica y el logro de la iluminación que aún no ha acontecido

Repaso

Comenzamos nuestra discusión sobre cómo hacer que nuestra práctica de tantra sea más efectiva. Vimos que lo fundamental para empezar es comprender qué es el tantra y cuáles son los puntos esenciales de la práctica del tantra: cómo funciona. Además, vimos que la palabra "tantra" significa un flujo interminable de continuidad. En un nivel básico, eso se refiere a todos nuestros factores de naturaleza búdica, que son características innatas de nuestro continuo mental. "Innato" (lhan-skyes) significa literalmente "que surge simultáneamente". Los factores de la naturaleza búdica surgen simultáneamente con cada momento de nuestra actividad mental, cada momento de nuestro continuo mental. El nivel resultante de ellos es cuando todos estos factores de la naturaleza búdica están trabajando a su máxima capacidad; en otras palabras, en el estado iluminado de un buda, que también continuará para siempre.

Los factores básicos de la naturaleza búdica también ocurren en el nivel base sin principio ni fin, pero en cuanto a los oscurecimientos que limitan la capacidad de estos factores para trabajar en su máximo nivel de eficiencia, aunque no tienen principio, pueden llegar a un final. Esto se debe a que estos factores oscurecedores no se basan en la realidad ni en la comprensión correcta de la realidad, y por eso su base, el no darse cuenta, puede ser reemplazado por el darse cuenta correcto. Cuando seamos capaces de permanecer con una comprensión correcta, sin interrupción, entonces estos factores perturbadores, estos factores que oscurecen, nunca volverán a surgir. Entonces, estos factores de la naturaleza búdica ya no estarán limitados; trabajarán en su máximo nivel como tantra resultante y seguirán funcionando así para siempre.

Es muy importante estar convencidos de que todos tenemos estos factores de la naturaleza búdica para poder practicar el tantra de forma eficaz porque, sin esta convicción, es muy fácil caer a veces en una baja autoestima. Pensamos que realmente no podemos lograr nada, que “no soy lo suficientemente bueno”. Por otro lado, si nos vamos al extremo opuesto de pensar que “ya soy un buda, realmente no tengo que hacer nada para ser un buda”, entonces nos sobreestimamos a nosotros mismos, sobreestimamos estos factores de naturaleza búdica. Por supuesto, como todavía no estamos iluminados, cometemos muchos, muchos errores, estando completamente llenos de arrogancia y falso orgullo.

Hablamos del tantra base y del tantra resultante, ahora también tenemos un tantra camino. Este tantra camino se refiere a estas figuras búdicas con las que practicamos en el tantra. Estas figuras búdicas no son como seres humanos que tienen que ser concebidos, nacer como bebés y crecer. Siempre permanecen en la misma forma y siempre están disponibles, para siempre. En ese sentido, son un tantra, una continuidad interminable. 

También vimos que la práctica del tantra implica primero imaginarnos a nosotros mismos, pero luego, con el tiempo, transformarnos en estas figuras búdicas. Mientras imaginamos que nuestro cuerpo es el de un buda en la forma de una figura búdica, también imaginamos que tenemos la mente de un buda, es decir, toda la comprensión, el amor, la compasión, etc. de un buda. También imaginamos que tenemos el discurso de un buda, por eso tenemos mantras que son capaces de comunicarnos perfectamente con todos. E imaginamos que la forma en que actuamos beneficia a todos los seres, entonces imaginamos que las luces salen desde nuestro corazón y benefician a todos. 

El “yo” convencional versus el “yo” falso

Para trabajar con estas figuras búdicas, que tienen muchos brazos y caras (de modo que nos ayudan a tener en cuenta todas las cosas que representan, todas las cualidades de un buda), necesitamos comprender la realidad de lo que está sucediendo, lo que implica bastante, en realidad.

Cuando hablamos del "yo" –el yo, la persona que cada uno de nosotros llama "yo", el "yo" individual de cada uno– es un fenómeno de imputación de lo que se conoce como nuestros factores agregados. Los factores agregados incluyen el cuerpo, la mente, el habla, las emociones y todos los demás fenómenos no estáticos que comprenden cada momento de experiencia en nuestro continuo mental. Cada uno de ellos está cambiando a diferentes ritmos en cada momento de nuestro continuo, vida tras vida. 

Un fenómeno de imputación es un fenómeno que no puede existir ni conocerse independientemente de una base. Hay muchos tipos de fenómenos de imputación, pero entre los que son no estáticos, hay algunos que no son ni formas de fenómenos físicos ni formas de darse cuenta de algo. La identidad, el “yo”, es uno de ellos, al igual que la edad. Nadie tiene que imputar un yo o una edad sobre un continuo individual de agregados para que ese continuo constituya una persona, “yo”, y tenga una edad durante una vida específica.

El yo, sin embargo, no es algo idéntico a ninguno de los agregados, ni algo totalmente separado e independiente de los agregados. Entonces, ¿qué es el yo? ¿Cómo establecemos que existe algo llamado “yo”? El yo es simplemente a lo que se refiere el concepto y la categoría "yo" cuando se etiqueta conceptualmente sobre los agregados y simplemente a lo que se refiere la palabra "yo" cuando se designa sobre los agregados. Es el objeto referente (btags-chos) del etiquetado o designación mental. 

Esa palabra o concepto "yo" en realidad se refiere a algo, aunque no haya un "yo" sólido que se pueda encontrar con una gran línea alrededor, sentado en algún lugar de nuestra cabeza, hablando (la voz en nuestra cabeza) y manipulando, controlando lo que está sucediendo o simplemente observándolo. Técnicamente, se refiere al “yo” que existe como una mera convencionalidad (kun-rszob-tsam) cuando el “yo” convencional no es analizado ni desde un punto de vista convencional ni más profundo. En aras de la simplicidad, la mayoría de las discusiones no técnicas lo llaman el “yo” convencional, así que hagámoslo también. 

Existimos; hay un "yo", pero ese es el "yo" convencional. Lo que no existe es el falso "yo"; el falso "yo" es lo que correspondería a un concepto o palabra, que sería algo que estaría sentado allí, con una gran línea alrededor, el "yo", como si estuviera encapsulado en plástico, aislado de todo lo demás, sin cambiar nunca, una especie de mónada sólida. De todos modos, ese es el falso "yo", lo que técnicamente se llama una "cosa referente" (btags-don).

Tenemos este “yo” convencional como un fenómeno de imputación sobre la base de todos estos factores cambiantes de nuestra experiencia. Entre esos factores cambiantes de nuestra experiencia en cada momento, tenemos estas características de la naturaleza búdica, ¿no es así? ¿Recuerdan a qué nos referíamos con estos factores de la naturaleza búdica? Los evolutivos se refieren a nuestro entramado de fuerza positiva o potencial positivo y nuestro entramado de conciencia profunda, que incluye los cinco tipos de conciencia profunda como la forma en que la mente realmente funciona: recibir información, unir cosas, etc. Los factores evolutivos también incluyen tener algún tipo de cuerpo como apariencia, algún tipo de capacidad comunicativa, algún tipo de actividad mental o mente y algún tipo de actividad. También incluyen cierto nivel de buenas cualidades como la concentración, la inteligencia y emociones positivas, como el amor y la compasión.

De una vida a otra, nuestra continuidad mental operará a través de algún tipo de cuerpo físico, y estos diferentes tipos de cuerpos físicos serán la apariencia que tendremos. Estas apariencias samsáricas ordinarias (una apariencia de ser humano, de perro, de fantasma, de cucaracha, lo que sea) serán generadas por las llamadas “manchas” que oscurecen nuestros factores de naturaleza búdica.

Verán, parte de cada momento de nuestra experiencia no son solo estos factores de la naturaleza búdica, sino también las manchas que los oscurecen. Estas manchas incluyen el no darse cuenta, diversas emociones perturbadoras, impulsos kármicos, potenciales kármicos positivos y negativos, etc. Algunas de estas manchas también van a estar ahí en cada momento. Entonces, el “yo” es un fenómeno de imputación sobre la base de todos los elementos de los cinco agregados que están presentes en cada momento. 

“Yo”, entonces, se refiere al “yo” convencional real que se basa en cada momento de nuestra experiencia continua, compuesto tanto por estos factores de la naturaleza búdica como por estos factores oscurecedores. Es debido a estos factores oscurecedores –específicamente, el no darse cuenta y las emociones perturbadoras– que estos entramados de potencial kármico positivo y negativo se activan y dan surgimiento a nuestra apariencia con un cuerpo samsárico. Del entramado de fuerza positiva, será el cuerpo de uno de los mejores estados de renacimiento, y del entramado negativo, de uno de los peores estados de renacimiento. Eso sigue y sigue y sigue y sigue. 

Ese no darse cuenta y las emociones perturbadoras también harán que nuestro entramado de conciencia profunda dé surgimiento a una mente limitada en cada momento de cada renacimiento, ya sea un renacimiento como humano o como mosquito. Nuestra mente estará limitada en nuestra comprensión de las cosas y limitada en nuestro amor por los demás. Quizás nuestra preocupación por la felicidad solo se centra en nosotros mismos o solo en unas pocas personas, todas estas limitaciones.

Entonces, ¿qué estamos haciendo con la práctica del tantra en términos de imaginarnos a nosotros mismos como una figura búdica o, con el tiempo, generarnos como una figura búdica? Entendemos (esto es muy importante para que nuestra práctica de tantra sea efectiva) que estos factores oscurecedores pueden eliminarse. Se les conoce como “manchas fugaces”. No tienen una base firme, en el sentido de que no se basan en la realidad. Se basan en el no darse cuenta, que puede ser refutado y, por tanto, eliminado. No saber cómo existen las cosas puede ser reemplazado por saber cómo existen las cosas. Conocerlo incorrectamente puede ser reemplazado por conocerlo correctamente. En lugar de ser entramados constructores de samsara de potencial kármico y conciencia profunda conducidos por el no darse cuenta y los impulsos kármicos, pueden convertirse en entramados constructores de iluminación de potencial positivo y conciencia profunda de la realidad conducidas por la bodichita. Y aunque esa eliminación –esa detención de estos factores oscurecedores – no se ha logrado todavía, entendemos que se puede lograr.

Cuando se logren detener estos factores oscurecedores, entonces ese entramado constructor de iluminación de potencial positivo, respaldado por la comprensión correcta del entramado constructor de iluminación de conciencia profunda, dará surgimiento a nuestra apariencia con un cuerpo iluminador de buda y no con una apariencia del cuerpo de uno de los mejores estados de renacimiento samsárico. Sin embargo, lograrlo aún no ha sucedido, pero puede suceder. Si pensamos en términos de nuestro continuo mental, entonces, en algún momento en el futuro, es posible que todos estos factores oscurecedores sean eliminados –se logrará una verdadera detención de ellos– y entonces todos los potenciales de esta naturaleza búdica funcionarán a su máximo nivel, dando surgimiento al cuerpo, la palabra y la mente del buda individual en el que nos convertiremos. 

Aunque nuestro logro de esto aún no ha acontecido, hay un cuerpo de un buda que aún no ha acontecido y un habla y una mente de un buda que aún no han acontecido y que aún no hemos alcanzado. Todos estos fenómenos que aún no están sucediendo pueden conocerse conceptualmente de manera válida porque pueden suceder en función de sus causas, nuestros factores de la naturaleza búdica, aunque no estén sucediendo en este momento. El “yo” convencional es un fenómeno de imputación sobre la base de ese cuerpo, palabra y mente de un buda aún no acontecidos y aún no ocurridos. 

Podemos entender esto a partir de una experiencia que sin duda la mayoría de nosotros hemos tenido. Cuando éramos niños pequeños, imaginábamos cómo seríamos y qué haríamos cuando fuéramos mayores. Incluso podríamos haber jugado haciéndonos pasar por médico o madre. Nuestro cuerpo adulto aún no estaba sucediendo ni lo habíamos alcanzado en ese momento, sin embargo, era algo que podíamos imaginar y en lo que podíamos pensar como "yo".

Consideren a nuestro continuo mental, nuestra experiencia momento a momento desde que éramos un bebé, ahora como adultos y cuando seamos una persona mayor (si vivimos tanto tiempo). El “yo” convencional es un fenómeno de imputación sobre la base de todo ese continuo y no solo del momento presente. Aunque el “yo” esté cambiando momento a momento, aún es “yo” y no otra persona. El “yo” convencional es también un fenómeno de imputación válido sobre la base de ese cuerpo, palabra y mente aún no acontecidos de la budeidad que alcanzaremos.

En la actualidad, lo único que podemos hacer es representar el cuerpo, la palabra y la mente de ese estado iluminado que podemos alcanzar con algo similar a él, y eso sería algo en nuestra imaginación. El “yo” convencional es también un fenómeno de imputación válido sobre la base de este cuerpo, palabra y mente iluminadores imaginados y aún no acontecidos. Sin embargo, para poder considerar válidamente como "yo" el "yo" que es un fenómeno de imputación sobre la base de esta visualización, debemos preceder esta visualización de algo imaginario con una comprensión de la vacuidad del “yo”. 

Recuerden, el no darse cuenta, la ignorancia, es lo que está generando, en cierto sentido, a través de un proceso complicado, nuestra apariencia samsárica ordinaria, nuestra habla ordinaria limitada y nuestra mente ordinaria limitada con todas nuestras emociones perturbadoras. Sin embargo, ninguno de ellos existe en la forma imposible en la que parecen existir, como si fueran sólidamente "yo". “Ahí está, encapsulado en plástico. Nunca cambiará; existe por sí solo, sin relación con nada más que esté sucediendo o con causas o condiciones”. Así es como aparece este "yo". Es como si estuviera ahí sentado, ¡aquí estoy! Eso es falso, ya sea que el “yo” convencional sea un fenómeno de imputación sobre la base de nuestra forma samsárica ordinaria, nuestra forma de buda visualizada o nuestro cuerpo real como un buda.

Alcanzar nuestro logro aún no acontecido de la iluminación a través de una comprensión de la vacuidad 

Entonces, con la comprensión de la vacuidad, nos enfocamos en: “No existe algo que corresponda a esta apariencia”. En realidad, no existe nada parecido a esta apariencia ordinaria de mí mismo, como si estuviera encapsulado en plástico: “Así es como me veo. Si me miro en el espejo, ahí estoy 'yo'”. Con la comprensión de la vacuidad, nos enfocamos en “no existe tal cosa”. Aclaramos toda esa confusión. 

Entonces, esa comprensión de la vacuidad, más la compasión, el amor y la bodichita, hará que nuestro entramado de fuerza positiva sea un entramado constructor de iluminación y dé surgimiento a nuestra apariencia más pura como figura búdica. Luego, mientras mantenemos la comprensión de la vacuidad (que nuestra apariencia más pura no existe de ninguna manera imposible, tampoco está encapsulada en plástico), sostenemos lo que se llama el "orgullo de la deidad" sobre la base de esta apariencia más pura. Etiquetamos conceptualmente el "yo" sobre la base de eso, lo que significa que encajamos esta representación conceptual del cuerpo, palabra y mente iluminadores que aún no acontecen y que podemos alcanzar en la categoría "yo". Representar con nuestra imaginación a nuestro cuerpo, palabra y mente iluminadores que aún no acontecen funciona como una causa para alcanzar realmente el logro de este estado de iluminación, que aún no está aconteciendo, mucho más rápidamente que con los métodos del sutra solos. Esto se debe a que lo que visualizamos es similar y paralelo a lo que pretendemos alcanzar. Pero visualizar esto solo funcionará así mientras mantengamos una comprensión correcta de la vacuidad y la motivación: compasión, amor y bodichita.

La bodichita se enfoca en el logro de nuestro estado individual de iluminación que aún no ha acontecido. Por lo general, digo brevemente que se enfoca en nuestra iluminación individual que aún no ha acontecido, pero técnicamente, solo un buda puede conocer el estado de iluminación. Como seres limitados, solo podemos enfocarnos en nuestro logro que aún no ha acontecido. Pero, en cualquier caso, con la bodichita estamos visualizando algo que representa ese estado iluminado, que aún no hemos alcanzado, pero nos enfocamos en él con la intención de alcanzarlo. También nos enfocamos en ello con la intención de ayudar a todos los seres tanto como sea posible una vez que alcancemos ese estado, porque nuestra motivación para alcanzarlo es el amor y la compasión. 

Para producir el logro que acontece en el presente de nuestro estado de iluminación, el estado de un buda, entendemos que nuestro logro aún no ha acontecido, por lo que no tenemos esta sensación exagerada de un "yo", de que ahora somos un buda. Sabemos que nuestro logro aún no ha acontecido. Lo que tenemos que hacer es deshacernos gradualmente –“purificar” es el término técnico– de todos estos factores perturbadores y oscurecedores que impiden este logro. Además, necesitamos aumentar la intensidad de los factores positivos, los factores de la naturaleza búdica, que pueden evolucionar. Algunos factores de la naturaleza búdica, como los dos entramados constructores de iluminación, pueden evolucionar y crecer; otros, como la vacuidad de la mente, permanecen siempre igual ya sea que estemos iluminados o no.

Para que nuestra práctica de tantra sea efectiva, debemos comprender todo esto y practicar con esa comprensión. Nos damos cuenta de que existen estos factores de la naturaleza búdica y nos damos cuenta de que también existen todos estos oscurecimientos que los limitan. También nos damos cuenta de que, tanto estos factores de la naturaleza búdica como los oscurecimientos, son parte de nuestra experiencia momento a momento. Entendemos la vacuidad de todo esto, que nada de ello existe congelado, encapsulado en plástico, existiendo de alguna manera imposible. Sabemos que, si nos deshacemos de estos factores oscurecedores, de modo que nunca vuelvan a surgir, entonces todos estos factores de la naturaleza búdica darán surgimiento al cuerpo, la palabra y la mente de nuestro estado individual de buda que aún no acontecen. 

Pero ahora, este cuerpo, palabra y mente iluminadores aún no han acontecido. Sin embargo, los fenómenos que aún no acontecen (por ejemplo, lo que vamos a cenar mañana) pueden enfocarse conceptualmente de manera válida y, por lo tanto, podemos etiquetar conceptualmente al "yo" sobre nuestro logro de ese estado de iluminación que aún no acontece, que pretendemos lograr con la bodichita. 

Aunque conceptualmente estamos etiquetando "yo" de manera válida sobre una representación conceptual visualizada del cuerpo, la palabra y la mente de ese estado iluminado que aún no acontece, entendemos perfectamente bien que un cuerpo, una palabra y una mente iluminadores reales no están aconteciendo en el presente. No pretendemos que ahora seamos realmente un buda; de lo contrario, estaríamos locos si pensáramos así. Entendemos que, para alcanzar el cuerpo, la palabra y la mente de un buda que acontezcan en el presente, no solo debemos enfocarnos, con bodichita y una comprensión de la vacuidad, en esta visualización con el orgullo divino de sentir que somos el "yo" etiquetado sobre esta visualización. Eso no es suficiente. También necesitamos debilitar –“purificar” es la palabra– y, con el tiempo, deshacernos de los factores oscurecedores que los limitan, y desarrollar los factores positivos que construyen la iluminación. 

Si nos deshacemos de los factores oscurecedores y aumentamos los factores positivos constructores de iluminación, entonces podremos permanecer enfocados continuamente, para siempre, en la vacuidad, y tener una gran compasión pura, dirigida a todos continuamente. Ahora bien, estos factores oscurecedores están limitando la capacidad de nuestros factores de naturaleza búdica. No podemos mantener estos factores funcionando a plena capacidad y de manera ininterrumpida. Nos cansamos; nos distraemos. Por lo tanto, para que nuestra práctica de tantra sea efectiva, debemos prepararnos. Hacemos esto realizando lo que se conoce como prácticas preliminares, ngondro (sngon-'gro) en tibetano.

Prepararse para el tantra: Prácticas de ngondro 

La palabra “preliminares” también puede traducirse como “preparación”, nos preparan para nuestro viaje tántrico. Hay varias formas de realizar estas prácticas preparatorias. Podríamos completarlas todas como un evento ininterrumpido antes de comenzar cualquier práctica de tantra. O podríamos hacer algunas de estas prácticas primero y luego completarlas mientras ya estamos en las etapas iniciales de nuestra práctica de tantra. En cualquier caso, estas prácticas nos ayudan, al menos, a empezar a purificar o disminuir estos factores negativos oscurecedores y a fortalecer los positivos. 

Hay muchas prácticas de ngondro diferentes; no hay solo un conjunto de ellos. En diferentes tradiciones tibetanas, habrá diferentes cosas que hacemos, e incluso dentro de una tradición, nuestro propio maestro espiritual puede aconsejarnos hacer algo diferente de lo que aconsejan a los otros estudiantes. Puede prescribirse de forma bastante individual, pero en cada tradición suele haber una práctica bastante estándar que la mayoría de la gente hará, a menos que nuestro maestro nos diga que hagamos algo diferente. Esto suele implicar, en casi todos los casos, reafirmar como nuestra base el refugio (la dirección segura que estamos tomando en la vida) y la bodichita; en otras palabras, hacer firme nuestra motivación. Para purificar los factores negativos oscurecedores, existen la postración y la meditación de Vajrasatva. Luego, para desarrollar la fuerza positiva, existen las ofrendas de mándalas y lo que se conoce como “el yoga del gurú”.

Sin entrar en muchos detalles sobre lo que implica cada una de estas prácticas, lo que hacemos es repetir cada una de ellas 100.000 veces, o en algunas tradiciones 130.000 veces, o en algunas tradiciones 108.000 veces. Realmente no importa; el caso es que es mucho. En algunas tradiciones ni siquiera contamos; simplemente hacemos cada una hasta que obtenemos algún tipo de indicación de que es efectiva. Esto se debe a que es muy fácil quedar realmente atrapado en el conteo y perder el foco en el estado mental real que estamos tratando de generar. Simplemente estamos acumulando números.

No deberíamos pensar que solo porque hemos hecho un ngondro, eso es todo: no tenemos que hacer más. Porque si miramos las prácticas de sadhana que todos hacemos, estas prácticas preliminares están ahí antes de la parte principal de la práctica. Por supuesto, hay sadhanas muy cortas que abrevian y omiten esas cosas, pero las abreviadas solo proporcionan la estructura de la sadhana completa. Se supone que debemos completar todos los detalles de la práctica larga, las prácticas completas. Todas las prácticas completas tienen, como primera parte, todas estas prácticas de ngondro nuevamente. Entonces, hacemos un poco de eso todos los días.

Si no entendemos el propósito y la importancia de estas prácticas preliminares y preparatorias, podríamos menospreciarlas o ignorarlas. Pero, sin ellas, nuestra práctica de tantra no será muy efectiva porque realmente no hemos trabajado para superar –o al menos intentar primero disminuir y, con el tiempo, superar– estos factores oscurecedores, estos alborotadores que van a causar que nuestra práctica se vea perturbada; por ejemplo, no podemos concentrarnos, o estamos practicando la sadhana con una motivación equivocada, etc. Nuestra práctica de tantra se está convirtiendo en un gran viaje del ego.

Si no entendemos la necesidad de estas prácticas preliminares mientras las realizamos, entonces estas prácticas preliminares en sí mismas no serán efectivas. En lugar de postrarnos, bien podríamos hacer flexiones en el ejército. Podríamos fácilmente practicarlas simplemente con la actitud de que se trata de un impuesto desagradable que tenemos que pagar para poder llegar a las cosas buenas y, por lo tanto, nuestro corazón realmente no está interesado en ello. Realmente no entendemos la necesidad de hacer postraciones y cómo funcionarán si las hacemos correctamente. Entonces, para que nuestra práctica sea efectiva, es absolutamente fundamental comprender lo que hacemos, por qué lo hacemos y cómo hacerlo correctamente.

Si realizamos estas diversas prácticas preparatorias, necesitamos ciertas herramientas para poder realizarlas de manera efectiva. Por ejemplo, necesitamos la capacidad de concentrarnos; si no podemos concentrarnos, entonces nuestra mente va a divagar por todos lados mientras intentamos realizar estas prácticas. Entonces, incluso antes de estas prácticas, debemos prepararnos y desarrollar algunas de las herramientas que vamos a necesitar para realizar estas prácticas preliminares de manera efectiva. Eso no significa que tengamos que perfeccionar estas herramientas, como la concentración, antes de comenzar nuestra práctica de tantra, pero no comenzamos a trabajar en ellas con la práctica de tantra. Necesitamos tener cierta familiaridad y cierto nivel de progreso en el desarrollo de estas herramientas antes de intentar utilizarlas en la práctica del tantra.

Si recitamos un verso de cuatro líneas, o las líneas que tenga –no importa lo que recitemos; en diferentes tradiciones, recitamos cosas diferentes–, pero si recitamos un verso una y otra vez, 100.000 veces, para generar una motivación de la bodichita, bueno, si no hemos trabajado de antemano en todos los pasos para desarrollar sinceramente esa motivación, simplemente repetir este verso no generará ese estado mental. Tenemos que ser capaces de generar ese estado mental de bodichita basado en nuestra práctica previa, para poder enfocarnos en ello mientras recitamos este verso.

La forma de las figuras búdicas

Otra pregunta que surge, una pregunta muy interesante, es: “¿Realmente voy a parecerme a una de estas figuras –con todos estos brazos y piernas y rostros y colores, y sostener todas estas cosas extrañas– cuando me ilumine? ¿Es eso lo que significa ser un buda, que me veo así? Por el hecho de pensar: “¡Esto es tan extraño!” y “¿Por qué querría tener ese aspecto si fuera un buda?”, es posible que no podamos realmente poner nuestro corazón en visualizarnos a nosotros mismos en esa forma. Nuevamente, la práctica no es tan efectiva porque (tal vez sea inconsciente; no estamos pensando esto conscientemente), pero inconscientemente nuestra actitud podría ser: “Esto es demasiado extraño y realmente estúpido. ¿Qué importa que tenga una rueda en esta mano, o una rueda en aquella mano, y una joya en ésta o una joya en aquella? ¿Eso qué? Eso es estúpido y arbitrario. Algunas figuras sostienen una rueda en esta mano; algunas figuras sostienen una rueda en la otra mano. ¿Cuál es el punto?”. Si tenemos este tipo de actitud, eso sabotea nuestra práctica y hace que no sea tan efectiva.

En primer lugar, como buda, podemos aparecer en cualquier forma. No estamos estancados con 24 brazos o 16 piernas, ni nada por el estilo. Podemos aparecer en cualquier forma que sea útil o beneficiosa para los demás. Como buda, ciertamente no tenemos que sostener una rueda en esta mano, un jarrón en esa mano y una flor en aquella. Estas figuras son un método, tanto un método para alcanzar la iluminación como un método que podemos utilizar para ayudar a otros a alcanzar la iluminación también. Recuerden la palabra “yidam”, es algo para establecer un vínculo estrecho con nuestra mente para lograr una meta deseada.

Recuerden también el otro significado de la palabra “tantra”: las cuerdas de un telar sobre las que se teje una tela. Estos brazos, las cosas que sostienen, etc., son una estructura. Representan diversas cualidades positivas, diversas realizaciones, diversas comprensiones, diversas partes del camino. Los brazos y las piernas son el telar sobre el que tejerlos todos juntos. Nos ayudan a ser conscientes de todos ellos simultáneamente. La “recordación” es como un pegamento mental: es el factor mental que nos impide dejar de lado aquello en lo que nos estamos enfocando. Nos permite mantener nuestra atención en todas estas cosas que representan estos brazos y piernas, y hacerlo todo al mismo tiempo. Es muy difícil mantener nuestra atención en muchas cosas simultáneamente de forma solo abstracta. Si las representamos gráficamente es más fácil.

Pero ¿qué pasa con todos esos detalles, con las ruedas, las flores y las joyas, y todo eso? ¿Tienen algún sentido? Esta pregunta surge cuando aprendemos que las prácticas de tantra no implican simplemente visualizarnos a nosotros mismos como una sola figura. Ya es bastante malo que esta figura tenga todos estos brazos, piernas y caras, pero también estamos en un edificio, el palacio del mándala, y hay muchas, muchas figuras en él, tanto por dentro como por fuera, y todas estas figuras también tienen muchos brazos, y algunos de ellos también muchas caras y piernas, y sostienen cosas diferentes. Estamos tratando de imaginar todo eso. En la práctica de Kalachakra, por ejemplo, el mándala tiene 722 figuras, y todas se ven diferentes y sostienen cosas diferentes. Entonces, empezamos a pensar: “Bueno, ¿qué importa que esta figura de allí, en un grupo de 30 figuras en ese rincón oscuro del palacio del mándala, sostenga esto y no aquello en sus cuatro manos? Vamos, ¿cuál es el punto de esto? ¡Eso es ridículo!". Eso también sabotea nuestra práctica.

Entonces, ¿cuál es el punto? El punto es que queremos desarrollar las causas para convertirnos en un buda. Un buda es omnisciente; la mente de un buda es consciente de todo simultáneamente. Especialmente, un buda es consciente de todos los seres limitados, simultáneamente, de todos sus problemas y de sus vidas pasadas, y de cuál sería la mejor manera de enseñarles a todos. La mente de un buda se expande completamente y contiene toda esta información simultáneamente y ve cómo todo está entretejido e interrelacionado.

¿Cómo podemos entrenarnos para poder hacer todo esto? ¿Cómo podemos entrenarnos para abrir nuestra mente y ser conscientes de más y más cosas, más y más detalles, simultáneamente? Estas visualizaciones muy complejas son un método para entrenar nuestra mente para poder hacerlo. 

Otro propósito de todo este detalle tiene que ver con otro aspecto de cómo funciona la mente. Podemos entender las cosas con imágenes. Podemos entender las cosas con palabras. Podemos entender las cosas con hechos. Podemos entender las cosas con sentimientos, emociones. Para algunas personas, en nuestro estado ordinario, una forma de entender las cosas puede ser más destacada que otras. Algunas personas son mucho más visuales, gráficas. Otras personas son mucho más verbales. Algunas personas pueden aprender mucho más fácilmente viendo las cosas escritas. Algunas personas aprenden mucho mejor las cosas escuchándolas. Todos tenemos diferentes aspectos de cómo podemos retener información, cómo podemos aprender, cómo podemos comprender a través de diferentes medios. Esto se debe a que tenemos factores de la naturaleza de buda que nos permiten realizar cada una de estas cosas. 

Queremos desarrollar todas estas formas posibles de conocer las cosas, sobre todo porque queremos enseñar a otros. Para poder hacerlo de manera efectiva, debemos ser capaces de comunicarnos a través de cada tipo de medio. Entonces, visualizamos estos detalles, recitamos versos de lo que representan, meditamos para generar los estados mentales que representan, etc., todo en las sadhanas.

Entonces, visualizar todos estos detalles gráficos nos ayuda a expandir nuestra mente y ser más capaces de enseñar a todos los demás. Además, no solo visualizamos y recitamos mantras, sino que también intentamos tener en cuenta lo que todo representa y generar diversos sentimientos como amor, compasión, paciencia, los distintos niveles de comprensión, etc. El contenido real de estas imágenes, como digo, es arbitraria, en cierto sentido – no arbitraria porque hay ciertos símbolos que siempre se usan – pero si un loto está en esta mano o en aquella, realmente no importa porque hay mucha variación.

Si tenemos un sistema con todas estas imágenes, no importa cuán complejo sea (obviamente, en nuestra práctica comenzamos con imágenes que son menos complejas y luego trabajamos con imágenes cada vez más grandes y complejas), el punto es entrenar a la mente para que pueda mantener todos estos detalles simultáneamente, con la misma concentración en todos ellos. Como dije, no importa que estas imágenes puedan ser diferentes en diferentes linajes de práctica incluso de la misma figura búdica, por lo que estas imágenes parecen arbitrarias. Eso no importa; ese no es el punto. La cuestión no es poder visualizar flores, jarrones, ruedas y demás. Ese tampoco es el punto. Es solo un método para entrenar la mente. Hay convenciones que se han establecido, aunque se establecieron en la India y, por lo tanto, pueden no ser de nuestra cultura, pero ¿qué diferencia hay? Entonces, una luna representa la bodichita; un sol representa la comprensión de la vacuidad; un loto representa la renuncia. Así está bien. ¿Por qué no? ¿Por qué tenemos que cambiarlo? No hay razón para cambiarlo.

Esto es algo interesante de investigar en términos de nuestras actitudes. ¿Por qué querríamos cambiar estas imágenes? ¿A qué otra cosa las cambiaríamos? ¿Con qué vamos a representar las cualidades que queremos desarrollar? Por ejemplo, la bodichita con la imagen de una botella de agua mineral. Quiero decir, ¿a qué otra cosa las vamos a cambiar? ¿Y por qué? "Porque no me gusta". "Porque no crecí con esto". Esa no es razón suficiente. Nuevamente, para que la práctica del tantra sea efectiva, necesitamos comprender, como vengo explicando, la base, el resultado y también el camino. ¿Qué está pasando aquí? ¿Cómo funciona? ¿Por qué funciona? ¿Por qué es de esta manera?

Inspiración del maestro espiritual: algo esencial

Aspecto de un empoderamiento 

En cualquier caso, hay un factor más de la naturaleza búdica que debemos mencionar y que está relacionado con la práctica del tantra y es que estos factores positivos de la naturaleza búdica, estos factores evolutivos, pueden estimularse; se les puede estimular positivamente para que crezcan. Entonces, eso habla de inspiración. A través de la inspiración, estos factores pueden crecer. El término que traduzco como “inspiración” (byin-gyis rlabs) a menudo se traduce como “bendición”, pero eso hace que las cosas sean demasiado vagas y casi místicas y se interpolan ideas de otras religiones en el budismo: “bendiciones”. Entonces no me gusta usar ese término. Podemos inspirarnos para que estos factores se estimulen para crecer. La inspiración llega a nuestra práctica tántrica en el contexto de recibir una iniciación.

Para participar en una práctica de tantra, necesitamos recibir una iniciación. “Iniciación” es una forma occidental de entender y traducir el término. El término en tibetano, wang (dbang), significa “empoderamiento”. El aspecto más importante en el empoderamiento es el maestro espiritual. La función principal del maestro espiritual en la iniciación es inspirar a los discípulos. ¿Qué significa “inspirar” en este contexto? Los discípulos se inspiran en el sentido de que, a través de esta ceremonia, sus factores de la naturaleza búdica, estos potenciales, se activan y estimulan para crecer. Esto les permite ser utilizados eficazmente en las prácticas. 

El término sánscrito original que los tibetanos tradujeron como “empoderamiento” (abhisheka), significa “rociadura”. Así como rociamos agua sobre una semilla para que crezca, la interacción con el maestro espiritual rocía inspiración sobre las semillas que son nuestros factores de la naturaleza búdica para activarlas y estimular su crecimiento. Además, a través de experiencias especiales que los discípulos tienen durante el empoderamiento, la interacción con el maestro les rocía semillas frescas. 

Entonces, durante la iniciación, es importante tener una relación con el maestro espiritual de tal manera que realmente nos conmueva e inspire. Si no sentimos nada durante el ritual, o si el maestro no está calificado, etc., el empoderamiento no será efectivo; no se esparcirán semillas. Por eso es muy importante no recurrir simplemente a cualquier empoderamiento que alguien esté dando. Tenemos que sentir algún tipo de conexión con el maestro. “Conexión” significa que nos sentimos inspirados por ellos de manera positiva.

Durante el empoderamiento, tomamos votos. Los tomamos con un maestro, cuyas cualidades conocemos y en las que confiamos, por quien tenemos un gran respeto y que nos inspira mucho. Hacer votos es una parte esencial de cualquier empoderamiento: votos del bodisatva para las cuatro clases de tantra y, además de los votos del bodisatva, votos tántricos para las dos clases superiores. Estos votos establecen los límites dentro de los cuales vamos a practicar.

"No hay empoderamiento sin toma de votos". En otras palabras, sin tomar los votos, no hemos recibido el empoderamiento. Esto se afirma muy clara y explícitamente en muchísimos textos. Tenemos que tomar los votos conscientemente, no simplemente repetir algunas palabras en un idioma que no conocemos y sin tener idea de lo que estamos haciendo. A menudo ni siquiera sabemos que hemos estado tomando votos. Eso no cuenta. Para tomar un voto, tenemos que hacerlo conscientemente y comprometernos a no transgredirlo. 

Estos votos no son fáciles de cumplir, por lo que realmente tenemos que examinarnos a nosotros mismos antes de ir a una iniciación para ver si estamos preparados para cumplirlos. Por ejemplo, uno de los votos tántricos es estar atento (es decir, meditar y recordar) seis veces al día la comprensión de la vacuidad. Bueno, si no tenemos idea de qué es la vacuidad, ¿cómo podemos hacer eso? Eso sí, no tenemos que tener la comprensión más profunda de la vacuidad, pero sí cierta comprensión, lo que significa que siempre tenemos que estar trabajando con ella, siempre tratando de tener recordación de ella.

Durante el empoderamiento, los textos también dicen que tenemos que tener algún tipo de experiencia positiva consciente que estimule las semillas que ya están ahí en nuestro continuo mental o que plante semillas nuevas. Algunas tradiciones tibetanas hablan de tener algún tipo de experiencia consciente de la naturaleza búdica. "Tengo la naturaleza búdica". La tradición Gelug habla de tener algún tipo de experiencia de conciencia dichosa y comprensión de la vacuidad en cualquier nivel que podamos. En otras palabras, algo de comprensión de que las cosas no existen de alguna manera extraña y rara y, mientras nos enfocamos en eso, nos sentimos felices. Eso es suficiente. Realmente se reduce a lo mismo que enfocarse en la naturaleza búdica porque una sensación de felicidad es lo que proviene del entramado de fuerza positiva y la comprensión de la vacuidad proviene del entramado de conciencia profunda. Es simplemente una forma diferente de trabajar con lo mismo. Sobre la base de esta experiencia consciente durante el empoderamiento, luego, con mayor estimulación, esa experiencia crecerá. 

De esto se trata un empoderamiento. La ceremonia y todo el ritual que la rodea proporciona un entorno muy especial para sentirse inspirado, hacer los votos y vivir estas experiencias. 

Sin tomar el empoderamiento apropiadamente –lo que significa sentir inspiración, hacer los votos, comprometernos sobre cómo vamos a practicar y tener algún tipo de experiencia consciente durante el empoderamiento– nuestra práctica tántrica posterior no será efectiva. Para recibir realmente un empoderamiento, necesitamos inspiración, votos y una experiencia consciente.

No se debe subestimar la importancia de contar con un profesor cualificado y sentirse inspirado por él. Si no sentimos inspiración del maestro, si no hay conexión con el maestro, entonces la energía en nuestra práctica será bastante baja. Es muy importante tener esa inspiración.

Ver al maestro espiritual como inseparable de la figura búdica

En algunas partes de nuestras prácticas de tantra, imaginamos a nuestro maestro espiritual en la forma de la figura búdica frente a nosotros y luego imaginamos que se disuelve en nosotros y nos erigimos como la figura búdica inseparable de nuestro maestro. Que el maestro sea en realidad un buda realizado o no, con todos los poderes de un buda, no es el punto; en lo que nos estamos enfocando es en la naturaleza búdica plenamente realizada del maestro espiritual. Estamos observando todos los factores de la naturaleza búdica del maestro funcionando en ese nivel resultante. Ver al maestro de esta manera, como inseparable de la figura búdica, ciertamente nos permite recibir una inspiración más fuerte del maestro y nos da más confianza en la posibilidad de tener una naturaleza búdica plenamente realizada. Se convierte en una fuente de inspiración y energía durante toda la práctica. Si no podemos ver a nuestro maestro (que está mucho más calificado que nosotros) como un buda en la forma de esta figura, ¿cómo podremos vernos a nosotros mismos en nuestra práctica de tantra como una figura búdica iluminadora?

Otro punto es que, durante el empoderamiento, adquirimos un compromiso con el maestro. El compromiso siempre es cumplir los votos, pero, además, muchas veces hay un compromiso de práctica, y eso lo marcará el maestro. En la mayoría de los casos, se trata de realizar una práctica diaria de sadhana todos los días durante el resto de nuestras vidas. Estas prácticas son muy repetitivas. Hacemos lo mismo todos los días y necesitamos inspiración y energía para poder seguir así. Ciertamente obtenemos esa energía al comprender lo que estamos haciendo, pero la inspiración que proviene del maestro es realmente crucial. El hecho de que realmente pasemos tiempo físico con el maestro o no, o mucho o poco tiempo, no importa. No es necesario que pasemos mucho tiempo con el maestro, pero sí inspirarnos en él.

Ya sea durante la iniciación o durante nuestra práctica diaria, no es que el maestro inseparable de la figura búdica sea alguien separado, que exista independientemente allí frente a nosotros, y que nosotros existamos independientemente acá. Si ambos realmente existiéramos de esa manera, no podríamos interactuar, y mucho menos volvernos inseparables. Necesitamos integrarnos plenamente con el maestro como un Buda en la forma de la figura búdica, y este es el objetivo de lo que se conoce como "yoga del gurú". Aunque podríamos hacer yoga del gurú – tal vez hacerlo como preliminar, y definitivamente es parte de cada práctica de sadhana – aunque podríamos hacerlo con solo una visualización de alguna figura histórica, digamos Padmasambhava (Gurú Rinpoche) en la forma de una de estas figuras búdicas, o Tsongkhapa, o lo que sea, la práctica tiene mucha, mucha más energía si hay un maestro vivo con el que hemos tenido algún tipo de contacto. Incluso si el contacto se produce en una gran audiencia de 20.000 personas, como es el caso cuando se recibe una iniciación de Su Santidad el Dalái Lama, hay algún tipo de experiencia personal. Y cuando realmente somos testigos de alguien como el Dalái Lama, eso nos da mucha más inspiración que simplemente imaginar al fundador de nuestra tradición. De hecho, a menudo imaginamos al maestro y al fundador de un linaje y a la figura búdica como uno solo. 

Por supuesto, el maestro debe estar calificado y nuestra relación con ese maestro debe ser saludable, no una mezcla de emociones perturbadoras como: “¡Lo sé mejor que tú!”, y tener arrogancia, enojarse con ellos por tal o cual motivo, o estar demasiado apegados. Tiene que estar libre de estas emociones perturbadoras. Tiene que ser una relación sana y madura, y eso no es fácil porque, después de todo, cuando tenemos un fuerte apego a un “yo” sólido, tendemos a pensar que somos especiales. Si miramos sinceramente al maestro como a un buda, bueno, un buda se preocupa por todos por igual. Nadie es especial para un buda, o todos son igualmente especiales. El punto es que un buda es igual a todos, y por eso, cuando nos inspiramos en el maestro, no debemos pensar en términos de "Oh, soy tan especial". Después de todo, no creemos que seamos tan especiales cuando nos calienta el sol. Al final, el trabajo para lograr progreso espiritual es algo que cada uno de nosotros debe hacer por su cuenta.

Estos son puntos difíciles, debo decir. Aunque en todas las prácticas de tantra se menciona y enfatiza ver al maestro inseparable de la figura búdica, en realidad no es fácil. Realmente necesitamos trabajar muy duro para entender que esto funcionará de manera saludable. Además, creo que debemos ser realistas en términos de “No me siento igualmente inspirado todo el tiempo. No me siento inspirado para practicar todo el tiempo”. Después de todo, es samsara. La naturaleza básica del samsara es que sube y baja. Por supuesto, nuestro nivel de inspiración, nuestro nivel de práctica, va a subir y bajar. Necesitamos continuar, sea que nuestro estado de ánimo sea bueno o malo, nos sintamos terriblemente inspirados o no. Solo hacerlo.

Si podemos recordar las buenas cualidades del maestro, su amabilidad, etc., e integrarlas en nuestra práctica de tantra, eso nos ayudará a mantener nuestro nivel de energía, nuestra inspiración, incluso si su nivel no es dramático. 

En resumen, es importante discriminar en términos del maestro de quien recibimos un empoderamiento. Pero primero, antes de recibir la iniciación, debemos estar suficientemente preparados y dispuestos a cumplir los votos y mantener la práctica. Entonces, el maestro que confiere el empoderamiento debe estar calificado y nosotros debemos sentir algún tipo de conexión, algún tipo de inspiración del maestro. Si falta alguno de esos tres, vamos a tener algunos problemas.

Estos son los puntos esenciales para practicar el tantra de forma eficaz.

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