Lam-rim 5: Mente sin principio ni fin

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Hemos estado cubriendo las meditaciones sobre el preciado renacimiento humano, que es la manera en que iniciamos nuestro entrenamiento espiritual en el lam-rim. Hemos visto que el preciado renacimiento humano nos brinda un respiro temporal –unas vacaciones, por así decirlo– de las ocho situaciones sin descanso para trabajar en nosotros mismos y desarrollarnos espiritualmente. También nos brinda los diez dones, o enriquecimientos, que hacen posible que nos desarrollemos espiritualmente. Hemos repasado los dieciocho factores y hemos visto cómo meditar sobre ellos. 

Hemos visto que la estructura de postular tanto la ausencia de una cosa como la presencia de otra es similar a la que encontramos con la tercera y cuarta verdades nobles: estar libre de situaciones y cualidades negativas (las verdaderas detenciones) y estar dotado de cualidades positivas (las verdaderas mentes que son el camino). En el caso de la tercera y cuarta verdades nobles, por supuesto, estas libertades y enriquecimientos duran para siempre, mientras que, en el caso del preciado renacimiento humano, duran solo un corto tiempo. 

Con la naturaleza búdica también podemos ver que, por un lado, hay una ausencia de las manchas de las emociones perturbadoras, etc., y por el otro, un enriquecimiento de las diversas cualidades de la naturaleza búdica. 

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