Lam-rim 9: Segunda y tercera de las seis desventajas de no tener recordación de la muerte

Otros idiomas

Repaso

Comenzamos con el preciado renacimiento humano, apreciando que es un respiro temporal de los ocho estados en los que no tenemos descanso para practicar y que tenemos las diez dotes o enriquecimientos que nos permiten practicar y mejorarnos. Observamos las causas de ese renacimiento y vimos lo difícil y raro que es obtenerlo. El punto es aprovechar nuestros preciados renacimientos humanos. Para ello, debemos tener recordación de la muerte: la muerte y la impermanencia. La impermanencia suele incluirse ya que está estrechamente relacionada con la muerte. La impermanencia, por supuesto, es un tema mucho más amplio que el de la muerte. Incluso nuestras computadoras son impermanentes.

La primera parte de esta práctica de meditación sobre la muerte trata de las seis desventajas de no tener recordación de la muerte. A continuación, se tratarán los seis beneficios de tener recordación de ella y, a continuación, la forma de tener recordación de ella, es decir, las meditaciones propiamente dichas sobre ella. Aprender y meditar sobre las desventajas o deficiencias de no tener recordación de ella y las ventajas de tener recordación de ella nos motiva aún más a hacer las meditaciones sobre la muerte. 

La última vez, hablamos del primero de los inconvenientes de no tener recordación de la muerte, que es que no tendremos recordación de las medidas preventivas, o Dharma. Estoy traduciendo “Dharma” como “medida preventiva”. Literalmente significa algo que “nos detiene”. Nos detiene de sufrir; por lo tanto, es preventivo. También es una medida, algo que hacemos, no algo que simplemente aprendemos. Es algo que ponemos en práctica e integramos en nuestra vida. 

También hablamos de cómo estos puntos y meditaciones sobre la muerte presuponen que entendemos y aceptamos, al menos en cierto nivel, la idea budista de vidas pasadas y futuras. Sin eso, nada de esto tiene mucho sentido. Por supuesto, podríamos hacer una versión Dharma-light, en cuyo caso, no estaríamos pensando en términos de vidas futuras. Simplemente pensaríamos en que la vida es corta, que el tiempo se acaba y que debemos aprovecharla al máximo. Pero aquí, en el lam-rim, estamos hablando en términos de vidas futuras y de cómo, en vidas futuras, podríamos no tener de nuevo renacimientos humanos preciados, en cuyo caso, podríamos estar en serios problemas. 

El Dharma, entonces, se define en términos de vidas futuras. Nuestra intención es evitar sufrimientos futuros y beneficiar vidas futuras. Si nuestra intención es solo beneficiar esta vida, las medidas que tomamos no se consideran Dharma. Por lo tanto, hay una gran diferencia entre la versión Dharma-light y el Dharma Auténtico. 

No es que no podamos experimentar los resultados de algunas de las prácticas del Dharma que hacemos en esta vida. Sin duda, experimentamos alguna mejora en esta vida, especialmente cuando se trata de entrenar la concentración, desarrollar las diversas actitudes de largo alcance, desarrollar más amor, volvernos menos egoístas y este tipo de cosas. Pero, como ocurre con todo el samsara, las cosas tienen altibajos. Así, por ejemplo, aunque pensemos que hemos avanzado bastante en el tratamiento de una determinada emoción perturbadora, cuando sucede algo, alguna emoción perturbadora antigua que creíamos que ya habíamos solucionado, de repente vuelve a aparecer. Esto es muy común y no deberíamos desanimarnos por ello. Es lo que ocurre. Eso es particularmente así cuando hacemos un retiro. Esa es la circunstancia más propicia para que el “bagaje” antiguo y sin procesar, como decimos en inglés, surja y nos dé una bofetada en la cara. Así que no deberíamos sorprendernos cuando eso sucede. De hecho, es una muy buena oportunidad, sobre todo cuando estamos en retiro, para tratar cuestiones que están sin resolver o que solo están parcialmente resueltas. 

En cualquier caso, aunque los resultados de las medidas que tomamos para disminuir nuestras emociones perturbadoras, mejorar nuestra concentración, etc., son los que podemos experimentar en esta vida, esos resultados no son, estrictamente hablando, resultados kármicos. Los resultados kármicos –como ser rico por haber practicado la generosidad– no es probable que maduren en esta vida. Puede que sí, pero puede que no. De hecho, los resultados kármicos de la mayoría de las acciones solo madurarán en vidas futuras. Así que, sin pensar en términos de vidas futuras, muchas de las meditaciones sobre la recordación de la muerte fracasan y no se sostienen –aunque uno puede, como dije, hacer una versión Dharma-light de estas prácticas. Pero revisemos lo auténtico.

Las seis desventajas de no tener recordación de la muerte (continuación)

(2) Incluso si tenemos recordación del Dharma, no lo pondremos en práctica 

Como dije, la primera desventaja de no tener recordación de la muerte es que pensaremos solo en esta vida y no tendremos recordación de las medidas preventivas. El segundo es que, incluso si tenemos recordación de las medidas preventivas, no las pondremos en práctica. Nuestra falta de recordación constante de la muerte hará que pospongamos su adopción. 

Por cierto, lo que vimos con las medidas preventivas para evitar que las cosas empeoren en vidas futuras –que tiene que ver con el karma y, por lo tanto, con el comportamiento ético, que se tratará más adelante en este ámbito inicial del lam-rim– fue que lo principal que debemos hacer es abstenernos de la conducta destructiva. La conducta destructiva es la principal causa de renacimiento en uno de los peores reinos. Por lo tanto, el énfasis no está tanto en hacer cosas positivas, que, obviamente, también debemos hacer, sino en abstenernos de hacer cosas negativas. 

En lo que respecta al karma positivo que ya hemos acumulado, algunas personas podrían pensar, por ejemplo, que si hemos recibido mucha hospitalidad durante nuestra vida (alguien nos ha dado alojamiento, nos ha alimentado, nos ha dado cosas, etc.), hemos gastado parte de nuestro karma positivo al aceptar esas cosas. Pero el hecho de que lo hayamos gastado o no (quién sabe cuánto karma positivo tenemos) no debería ser el tema. Puede llevar al malentendido de que “no quiero gastarlo, así que evitaré cualquier situación buena”. Eso es un poco absurdo, un poco fanático. Un enfoque mejor sería pensar: “Si quiero seguir experimentando la generosidad de los demás, entonces necesito ser generoso yo mismo. Por lo tanto, voy a compensar y equilibrar la bondad que he recibido ofreciendo esa bondad a los demás. Si alguien me ha enseñado o me ha cuidado, enseñaré o cuidaré de alguien yo mismo”. 

Ahora bien, aquí, en el nivel inicial, cuando practicamos la generosidad o la bondad, lo hacemos para asegurarnos de tener mejores renacimientos. No lo hacemos simplemente para ser amables. Eso es bastante egoísta, bastante egocéntrico, ¿no? Entonces, si vamos a practicar las enseñanzas del nivel inicial de una manera Mahayana, necesitamos tener los dos tipos de motivaciones. “Estoy haciendo esto para beneficiar a los demás. Pero para poder seguir beneficiando a los demás, necesito experimentar que otras personas sean amables conmigo también en mis vidas futuras para poder entrenarme y tener las circunstancias para poder ayudarlos”. Entonces, aunque la motivación del nivel inicial está muy orientada hacia nosotros mismos, como practicantes Mahayana –por lo tanto, aquí estamos introduciendo la motivación del nivel intermedio– estamos practicando la generosidad y demás como base para poder ayudar mejor a los demás. ¿De acuerdo? Ese es un punto muy importante en realidad.

Procrastinación

El problema es que, aunque tengamos recordación de las medidas preventivas, las postergaremos; las pospondremos para más adelante. Tenemos que pensar en ello y examinarnos a nosotros mismos cuánto postergamos, en qué áreas lo hacemos y por qué lo hacemos. Normalmente se debe a la pereza. La pereza puede ser “no tengo ganas” o…

Participante: “Estoy muy cansado.”

Dr. Berzin: Estar cansado... o estar demasiado ocupado. ¿Estar demasiado ocupado es una forma de pereza?

Participante: ¿Estar ocupado con qué?

Participante: Se dice que acumular riqueza es una de las mayores formas de pereza.

Dr. Berzin: Tratar de acumular riqueza, fama, amigos y todo eso, en realidad, tendrá como consecuencia la siguiente desventaja. 

Cuando decimos que estamos demasiado ocupados, ¿estamos simplemente poniendo excusas? Tal vez no estemos demasiado ocupados para hacer las cosas que consideramos divertidas.

Participante: Entonces no es lo suficientemente importante.

Dr. Berzin: Ese es el problema: no es lo suficientemente importante. Estoy pensando en el ejemplo: “No iré a la clase de Dharma esta semana porque tengo una fiesta de cumpleaños a la que asistir” – o un concierto de música o algo así – “Y como esta clase es todas las semanas, puedo faltar a una”. Esto es muy, muy común entre los estudiantes de Dharma occidentales que van a un centro de Dharma donde hay un programa regular. Este es un buen ejemplo de postergación – ser perezoso en la práctica del Dharma porque consideramos que las cosas triviales son más importantes que el Dharma.

Participante: ¿Qué haces si has tomado los votos del bodisatva, como el que dice que cuando alguien te invita debes ir?

Dr. Berzin: Bueno, tenemos que leer las excepciones a ese voto. ¿Qué pasa si voy a dar una clase y alguien me invita a una fiesta? Hay ciertas cosas que tienen prioridad. También hay excepciones, como estar muy enfermo o algo así. Así que tenemos que ver. 

Pero ¿cómo estamos abordando este asunto? ¿Lo estamos abordando como lo haría un abogado, simplemente para ver si podemos encontrar salidas válidas?  

De todos modos, reflexionemos sobre este punto durante unos minutos. Tratemos de reconocer las desventajas de posponer las cosas. La muerte puede llegar antes de que podamos tomar medidas preventivas. O podemos sufrir un derrame cerebral, quedar paralizados o contraer la enfermedad de Alzheimer. ¿De acuerdo?

[meditación]

Me parece que una de las cuestiones centrales aquí es tener una práctica diaria del Dharma. ¿O practicamos solo cuando tenemos ganas?

[meditación]

Recuerdo una historia que se cuenta en las enseñanzas tradicionales. Se trata de un practicante que inmediatamente ponía en práctica lo que leía en los textos del Dharma, que es lo que realmente necesitamos hacer. No recuerdo el ejemplo exacto que se usa en la historia, pero digamos que leyó que, para cierto tipo de meditación, uno debe sentarse en cierto tipo de cojín. Inmediatamente fue a buscar ese tipo de cojín y se sentó en él. Luego leyó más adelante en el texto que si uno tiene cierto tipo de dolor de espalda o algo así, no debe usar ese tipo de cojín; debe usar un tipo diferente. Tenía ese tipo de dolor, así que inmediatamente tiró el otro cojín y consiguió el tipo diferente. 

Cuando aprendemos algo del Dharma, ¿lo ponemos en práctica inmediatamente o lo posponemos? Creo que ese es un verdadero problema. ¿O adoptamos el enfoque que adoptan muchas personas, en particular los tibetanos, que es el de “simplemente estoy plantando semillas para vidas futuras” y lo dejamos así? 

Ahora bien, poner en práctica inmediatamente lo aprendido resulta difícil cuando hemos recibido muchas iniciaciones tántricas para las que no estamos en absoluto preparados. ¿Qué hacemos entonces? 

La importancia de mantener una práctica diaria del Dharma

Debo decir que he sido traductor de muchas iniciaciones, de muchos empoderamientos, y solo traduzco para alguien que sea mi maestro. No soy un traductor contratado que traduce para cualquiera. Esto se debe a que el vínculo con el maestro es muy importante. Ahora bien, en lo que respecta a las iniciaciones para las que sí traduzco, la política que he seguido es hacer al menos una repetición de cada mantra de cada iniciación todos los días. Obviamente, sería mejor hacer cada una tres veces o más, pero como hay tantas, estoy limitado a una. Pero al decir un mantra de cada una de las deidades de las que he recibido iniciaciones, mantengo al menos cierto nivel de conexión y cierto nivel de práctica. 

Creo que este es un punto importante: no posponerlo, pensando: “Bueno, lo tomé como una bendición” – el término occidental “bendición” en realidad significa “inspiración” (byin-gyis rlabs) – “para poder pensar en hacer la práctica en algún momento más adelante”. Tomarlo solo como una bendición puede ser una excusa para no hacer ninguna práctica. Al menos podemos hacer algo mínimo. Eso es mejor que no hacer nada. 

Tal vez debería añadir que hay ciertas prácticas para las que quizá no estemos preparados todavía como, por ejemplo, la renuncia. La renuncia es, en primer lugar, la renuncia a nuestras emociones perturbadoras y a la conducta que se basa en ellas. Esto es de lo que realmente queremos deshacernos. No importa si comemos helado o no. Lo importante son todas las emociones perturbadoras que surgen con relación al consumo de helado: nuestro anhelo por el helado, nuestro enojo cuando no lo conseguimos, etc. Comer helado es, en sí misma, una actividad neutra. 

Otro ejemplo es convertirse en monje o monja, que es la situación ideal para practicar el Dharma y alcanzar la iluminación. Aunque quizás no estemos del todo preparados para ello ahora, podríamos tenerlo como un ideal, algo a lo que aspirar en el futuro. Obviamente, es posible alcanzar la iluminación como laico, pero, con el tiempo, vamos a tener que abstenernos por completo de la conducta sexual, ya que es muy difícil practicarla sin algún tipo de deseo. 

La idea de superar los impulsos biológicos y demás puede resultar demasiado para nosotros ahora, pero tener al menos alguna aspiración para superarlos es importante y es mejor que decir: “Oh, esto es solo una cosa fanática del budismo. ¡No hay manera de que lo haga jamás!”. En realidad, esto es algo que surge en un punto posterior de esta meditación: ¿cuánto confiamos en el Dharma y en que las enseñanzas son verdaderas? ¿O es que solo vamos a elegir las enseñanzas que nos gustan? Como dicen, no seas como un anciano sin dientes que solo come puré de patatas y escupe todo lo que es duro y necesita masticarse.

Participante: Pensaba más en términos de práctica diaria. Solía hacer dos sesiones al día, una por la mañana y otra por la tarde. Pero ahora veo televisión por la tarde. Pienso: "Después de eso haré mi segunda sesión", pero a veces estoy demasiado cansada.

Dr. Berzin: Esto es muy común, ya sea que uno tenga televisión o no. Por ejemplo, hay personas que han recibido iniciaciones tántricas y tienen compromisos de recitación de sadhana largos que les llevan una hora o más. Lo hacen por la noche antes de irse a dormir, en lugar de hacerlo por la mañana cuando están descansados. A menudo se quedan dormidos y luego tienen que levantarse en mitad de la noche para terminar. Es una tortura. Eso es ciertamente un ejemplo de procrastinación. 

Lo que siempre se recomienda es practicar por la mañana, porque así se está más fresco. Pero, obviamente, cada persona tiene un metabolismo y un ritmo corporal diferentes.

Pero este asunto de la televisión es bastante difícil porque es adictivo. Es difícil no quedarse viendo un programa tras otro. Tenemos que poner límites. Tengo un amigo, un estudiante, que está empezando a leer Lam-rim Chen-mo, la Gran Presentación de las Etapas del Camino, que, en traducción, es muy largo. Tiene más de 1.000 páginas. Lo que decidió fue leer veinte páginas cada día. Se mantiene dentro de ese límite. Es como cuando la gente hace ngondro (sngon-'gro, prácticas preliminares). Se fijan un límite: "Voy a hacer 300 repeticiones cada día" o algo así. Creo que pasa lo mismo con la televisión. Si vamos a poner límites a nuestros hijos -por ejemplo, que solo puedan tener una hora de televisión al día- también tenemos que ponernos límites a nosotros mismos. No tenemos necesariamente que privarnos de la televisión, pero podemos elegir qué y cuánto vamos a ver. 

Pero en lo que respecta a la práctica diaria, lo que hacemos cambiará a lo largo de nuestra vida. Cuando era más joven y practicaba el Dharma, meditaba mucho más cada día que ahora. Ahora cubro el mismo terreno –de hecho, cubro mucho más terreno–, pero en menos tiempo. Gran parte de ello está en forma abreviada. 

Además, a medida que pasamos por diferentes etapas de nuestra práctica, podemos enfatizar una cosa más que otra. Cuando hacemos las prácticas de ngondro, por ejemplo, existe la fase inicial de hacer 100.000 repeticiones de algo. Esa fase de nuestra práctica diaria será bastante diferente de las fases posteriores. Lo mismo ocurre con los retiros. Hay retiros para las diversas deidades en los que uno hace cientos de miles de repeticiones del mantra. La cantidad depende de cuántas sílabas tenga. Entonces, si es un mantra de seis sílabas como OM MANI PADME HUM, uno hace 600.000. Si es un mantra de diez sílabas, como el mantra de Tara, uno hace 1.000.000. Si tiene más de doce sílabas, entonces uno hace solo 10.000 repeticiones. Además, antes de que uno haya hecho la práctica de ngondro, su práctica puede ser más extensa. Después de haberlo hecho, se pueden abreviar algunas cosas, por lo que las cosas variarán. No se trata de procrastinar, creo que es simplemente seguir una progresión.

También es importante ser flexible con nuestra práctica diaria, lo que significa tener que establecer un límite en el número de prácticas que nos comprometemos a hacer cada día. Esto es especialmente importante cuando se hace cualquier tipo de práctica de ngondro, el tipo de práctica de cien mil repeticiones. Para quienes están haciendo retiros, Serkong Rinpoche dio este consejo muy enfáticamente: “La primera sesión, haz solo tres repeticiones del mantra. Nunca hagas más de tres repeticiones en esa primera sesión, porque este es el mínimo básico que te habrás fijado para hacer cada día del retiro. Así que, si estás enfermo y completamente incapacitado y no puedes practicar, al menos podrás hacer tres y mantener la continuidad”. Esto es importante porque, cuando hacemos una práctica de ngondro o un retiro de mantras, tenemos que hacerlo todos los días. No podemos romper la continuidad; de lo contrario, tenemos que empezar de nuevo. 

Otro ejemplo de la necesidad de ser flexibles es cuando viajamos. Si estamos en un avión o en un tren en la India durante treinta y seis horas, es posible que no podamos hacer una postración completa, pero sí podemos hacer una forma modificada de postración: un gesto con la mano o algo así. Por lo tanto, tenemos que ser flexibles, pero sin ser perezosos; no ser flexibles por pereza. Pero tampoco queremos ser rígidos. Lo hacemos todo, pero lo hacemos de modo que podamos hacerlo un poco más rápido cuando sea necesario. ¿De acuerdo?

Participante: Dijiste que al convertirse en monje no deberíamos decir: “Oh, eso no es algo para mí”. ¿Es lo mismo con respecto a la práctica tántrica?

Dr. Berzin: Exacto. La práctica tántrica puede no ser para lo que estemos preparados o lo que nos convenga ahora, pero al menos podemos ver su valor y esperar que en algún momento en el futuro –si no en esta vida, entonces en alguna vida futura– podamos seguir ese camino. Ciertamente no queremos abandonarlo. Eso se llama “abandonar el Dharma”. Bueno, abandonar el Dharma es decir: “El Buda ni siquiera enseñó eso”, pero hay otras formas de abandonar el Dharma, como decir: “Esto es estúpido y no necesito hacerlo”. Pero todo esto surgirá un poco más adelante cuando lleguemos a la cuestión de cuánto confiamos en el Dharma y, por lo tanto, estamos comprometidos a ponerlo en práctica.

(3) Incluso si lo practicamos, no lo haremos de manera pura  

El siguiente punto es que, incluso si practicamos, no lo haremos de manera pura. Por lo tanto, incluso si tomamos las medidas preventivas, todavía podríamos pensar solo en los beneficios que obtendremos en esta vida. Por ejemplo, podríamos practicar la caridad con el objetivo de recibir ayuda, elogios, amistad, fama o algo material a cambio. Obviamente, podríamos pensar: "Quiero ayuda, elogios, amistad, fama y algo material a cambio en mi próxima vida". Eso es igualmente malo. Pero, aquí, el énfasis está en querer estas cosas en esta vida.

La pureza de nuestra práctica espiritual depende de nuestro nivel de desapego de los placeres fugaces de la vida

La pureza de nuestra práctica espiritual depende del nivel de desapego que tengamos de esta vida. Además, el desapego es un estado mental; no es algo que podamos exhibir ante los demás; por ejemplo, dormir en el suelo como un perro y no poseer nada para que, cuando la gente venga a visitarnos, pueda ver lo desapegados que estamos. Esa no es la cuestión. Podemos tener cosas bonitas. Si las tenemos, perfecto. Si no las tenemos, no importa. 

El desapego es una actitud de desinterés hacia los placeres fugaces de la vida. Con el desapego, dejamos de aferrarnos a ellos. Esta actitud se logra teniendo en cuenta el hecho de que ninguna situación en la vida es estática. Esto nos lleva al tema de la impermanencia como una forma de ayudarnos a lograr el desapego. 

Entender la impermanencia

Impermanencia (mi-rtag-pa) la traduzco como “no estatismo”, la cual no es una palabra muy bonita, pero nos ayuda a entender los dos niveles de impermanencia: la impermanencia burda y la impermanencia sutil.

La impermanencia burda (mi-rtag-pa rags-pa) se refiere a todos los fenómenos condicionados ('dus-byas, fenómenos afectados), es decir, fenómenos que se ven afectados por causas y condiciones. Todo lo que se ve afectado por causas y condiciones cambia de un momento a otro. Cambia de un momento a otro porque depende de causas y condiciones, que a su vez cambian de un momento a otro. Por lo tanto, debido a que lo que mantiene la continuidad de un fenómeno de un momento a otro cambia, el fenómeno en sí cambia. Así que ese es un argumento del tercer hombre: que las condiciones cambian porque aquello de lo que dependen cambia, y así sucesivamente. De cualquier manera, ya entienden la idea. 

Ahora bien, hay cosas que se deterioran, es decir, se deshacen y terminan, como el cuerpo. Hay otras cosas que no se deterioran, pero que, no obstante, cambian de un momento a otro, como, por ejemplo, el continuo mental. El continuo mental no se desgasta como lo hace nuestro cuerpo, pero cambia de un momento a otro. Somos conscientes de cosas diferentes de un momento a otro; el contenido de la actividad mental cambia de un momento a otro. 

La impermanencia burda se refiere a las cosas que se deterioran y llegan a su fin, como nuestros cuerpos. Nuestros cuerpos envejecen todo el tiempo. Vamos a morir, eso es seguro. O una computadora, se estropeará y se descompondrá en algún momento. Eso es impermanencia burda. Eso también incluye las relaciones. Tal vez sea mucho más difícil darse cuenta y reconocer que una relación, incluso un matrimonio, en algún momento terminará, si no con una ruptura, entonces con la muerte de alguien. Así, en ese sentido, llegará a su fin.

El otro tipo de impermanencia, la impermanencia sutil (mi-rtag-pa phra-mo), se refiere al cambio momento a momento que ocurre con los fenómenos afectados por causas y condiciones. Lo importante aquí es que llegan a su fin basándose en el hecho de que tuvieron un comienzo. Si el coche no se hubiera construido, no se descompondría. El hecho de que se haya construido es en realidad la causa de que se rompa. Por lo tanto, la causa real de la muerte es el nacimiento. El cáncer o el ataque cardíaco, o lo que sea de lo que muramos, es simplemente la condición de nuestra muerte, pero el hecho de que vamos a morir se establece a partir del hecho de que nacimos, lo cual es muy bueno de comprender. El hecho de que mi computadora se descomponga se basa en que se haya construido. Esa es la causa de su descompostura. La condición para que se descomponga fue que la dejé caer al suelo, o derramé un vaso de agua sobre ella, o que las cosas se desgastaron, lo que sea. Momento a momento, estas cosas se acercan a su fin. La imagen que se utiliza es la de estar en una cinta transportadora que se dirige hacia “la boca del Señor de la Muerte”, como lo expresa tan poéticamente Shantideva.

¿Significa esto que nunca compremos nada ni entablemos relaciones? No. Pero al menos somos conscientes de que van a tener un final. No es una píldora fácil de tragar, especialmente cuando se trata de personas y cosas a las que estamos particularmente apegados, pero comprender la impermanencia es la manera de lograr un mayor desapego.

¿El desapego significa no involucrarse emocionalmente?

Ahora bien, ¿cómo logramos el desapego? Es algo realmente difícil porque implica lidiar con las emociones. ¿El desapego significa que no me involucro emocionalmente? 

Participante: Creo que el desapego surge automáticamente al comprender la impermanencia del fenómeno. Por lo tanto, si ya estás involucrado emocionalmente, en realidad es bastante tarde.

Dr. Berzin: Bueno, si comprendieras la impermanencia del fenómeno, ¿te involucrarías emocionalmente? Esa es la pregunta. ¿Entender la impermanencia del fenómeno excluye el involucramiento emocional? ¿Qué significa “involucramiento emocional”? ¿Significa solo involucrarse con emociones perturbadoras, como el apego, o también podría significar involucrarse emocionalmente con emociones no perturbadoras, como el amor? Se podría decir que el Buda está involucrado emocionalmente con todos los seres: tiene amor y compasión, sabiendo que van a morir. Bueno, también sabe que van a renacer, así que tal vez no sea una analogía justa, pero creo que entienden el punto que estoy tratando de plantear.

Participante: Pero saber que van a renacer es un punto importante.

Dr. Berzin: Pero tendemos a suponer que obtener un preciado renacimiento humano es muy fácil. “Yo renaceré como un ser humano, y esta persona renacerá como un ser humano, y nos volveremos a encontrar en nuestras próximas vidas”. Esta es una forma de pensar muy común porque no nos hemos tomado tan en serio la rareza del preciado renacimiento humano. 

Un amigo mío que es muy, muy cercano a la comunidad laica tibetana ha señalado que hay una gran diferencia entre la forma en que los tibetanos ven las cosas – los tibetanos laicos que no tienen una educación profunda en el budismo – y la forma en que los practicantes occidentales del Dharma ven las cosas. Los tibetanos se toman muy en serio la rareza del preciado renacimiento humano y creen plenamente que, en la próxima vida, van a ser un gusano o algo así, mientras que la mayoría de nosotros asumimos que vamos a seguir siendo humanos y que nuestros amigos y seres queridos también lo serán. Esto se debe a que no tomamos en serio la rareza del preciado renacimiento humano. “Voy a seguir estando emocionalmente involucrado contigo en tu próxima vida cuando seas un mosquito”… bueno, vamos.

Participante: Es un punto muy bueno. Pero lo que estaba tratando de decir es que cuando ves que la otra persona no está terriblemente fija en ese estado y podría convertirse en algo muy diferente, puedes desapegarte más fácilmente. Por otro lado, por supuesto, la única persona con la que tienes que relacionarte es la persona que tienes frente a ti en este momento. 

Dr. Berzin: Y eso es algo que olvidamos a menudo. Así que pensamos: “En mi relación contigo solo voy a tener amor puro, compasión, generosidad, paciencia y todas esas cosas. No voy a tener emociones perturbadoras. No me voy a apegar. No me voy a enojar ni a sentir celos”, etc. Pero solo un arhat estaría libre de todas esas cosas. Así que tenemos que aceptar todo el paquete. Si vamos a involucrarnos emocionalmente con alguien, tenemos que aceptar que vamos a tener emociones perturbadoras. La cuestión es disminuirlas. Eso es lo difícil. De lo contrario, vamos a decir: “Bueno, no voy a involucrarme emocionalmente con nadie en absoluto”, lo cual es, creo, una posición un poco fanática. Incluso los monjes y monjas de los monasterios tienen buenos amigos y disfrutan de sus amigos. Obviamente, el ideal es la ecuanimidad: que todos sean iguales. Sin embargo, los monjes y monjas tienen amigos y están involucrados emocionalmente con sus amigos. 

Todo este asunto del desapego se basa en la comprensión de la impermanencia. Uno realmente tiene que pensar en toda la consecuencia emocional del desapego. ¿Cómo entendemos el desapego en términos de nuestras emociones y qué significa, entonces, practicar el Dharma con pureza? Así que pensemos en eso para nuestra meditación final de la tarde.

Participante: Entonces, ¿el involucramiento emocional significa necesariamente apego?

Dr. Berzin: Bueno, no. Lo que yo preguntaba era cuál es la relación entre el desapego y el involucramiento emocional. ¿El desapego significa que no hay involucramiento emocional? ¿Hasta qué punto pueden ser puros nuestros involucramientos emocionales? Si para practicar el Dharma con pureza necesitamos tener desapego, ¿hasta qué punto puede ser pura nuestra práctica? ¿Qué es realista en términos de lo que somos capaces de hacer, dado que no somos arhats?

Participante: ¿Lo ideal sería estar involucrado emocionalmente sin apego?

Dr. Berzin: La práctica Mahayana implica amor, compasión, paciencia, generosidad, etc. Estos serían ejemplos de implicación emocional que no necesariamente implicarían apego, aunque a menudo lo hacen.

Participante: ¿Cómo podemos desarrollarnos sin tener relaciones cercanas? Si por desapego se entiende dejar de involucrarnos emocionalmente, nunca nos desarrollaríamos.

Dr. Berzin: Uno podría ser, digamos, enfermero y tratar a todos sin involucrarse emocionalmente porque es demasiado doloroso. Pero eso es difícil. 

¿Y qué pasa con alguien que trabaja en un hospicio? Aquí está muy claro que toda la gente va a morir. ¿Podemos seguir mostrándoles cariño? ¿Podemos seguir mostrándoles amor? ¿Cómo podemos hacer eso sin quedar devastados y deprimidos cuando realmente mueran? Ser capaz de hacer eso requiere desapego. Sin embargo, no somos arhats, así que no esperen que no vayamos a estar tristes. Estaremos tristes. No hay nada malo en estar triste. Incluso Su Santidad el Dalái Lama estaba triste cuando recibió la noticia de que su madre había muerto. Yo estaba con él cuando estaba enseñando en Bodh Gaya y recibió la noticia, aunque no estaba con él en el momento mismo en que recibió la noticia. Admitió que estaba triste, pero eso pasó. Es triste cuando alguien muere, pero el punto es no revolcarse en eso, no quedarse estancado en eso por siglos y siglos. 

De todos modos, creo que la cuestión aquí es la siguiente: ¿qué significa que para practicar el Dharma de manera pura, tenemos que tener desapego, tenemos que “renunciar al apego a los placeres fugaces”? Bueno, eso nos lleva a lo que son los placeres fugaces y lo que son los placeres reales. En cualquier caso, está el placer de estar con alguien a quien amamos, por ejemplo. Bueno, ese es un placer fugaz; no va a durar. La relación va a cambiar de una manera u otra. Se ve afectada por causas y condiciones. No somos la única variable en la vida de esta persona; le suceden muchas otras cosas y tiene muchas otras personas con las que está involucrada. Obviamente, la relación cambiará de un momento a otro, y la razón por la que inevitablemente terminará es porque nosotros entramos en la relación en primer lugar. 

Estas enseñanzas no dicen que no debemos entablar una relación con alguien y no involucrarnos emocionalmente, sino que debemos tener cierto desapego, comprender que la relación terminará y que, en un nivel más profundo, terminará con la muerte. Cuando muramos, tendremos que dejar atrás todas nuestras relaciones. Como dije, tendemos a pensar: “Oh, me encontraré con todas ellas en mi próxima vida”. Hay una hermosa historia en el Dharma sobre una persona cuyo perro fue su madre en una vida anterior, que un pez que pescó en el río había sido un amigo cercano, y todo ese tipo de cosas. Por lo tanto, no hay garantía de la forma en que podamos encontrarnos con estas personas con las que estamos tan estrechamente involucrados en una vida futura. Podríamos ser una rana y comernos a nuestro mejor amigo que ha renacido como un mosquito. 

Bien, reflexionemos sobre esto durante unos minutos. 

[meditación]

Además de las relaciones personales, otros ejemplos que podemos utilizar son nuestras mascotas. También están nuestras computadoras, los datos que contienen, nuestros libros. ¿Cómo reaccionamos cuando nuestra computadora se estropea y perdemos todos nuestros datos o cuando perdemos o nos roban nuestro portátil? ¿Y qué pasa con nuestras casas? ¿Cómo reaccionaríamos si se incendiaran y perdiéramos todo? ¿Significa eso que no disfrutamos de lo que tenemos? ¿Y qué pasa con la pasión por nuestro trabajo, por las cosas que hay en nuestra computadora? Podemos tener una gran pasión por ellas, pero si se pierden, se pierden. No es el fin del mundo. 

Top