Lam-rim 26: Acciones restantes para el entrenamiento de “El Texto Todo Inclusivo”

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Hemos estado viendo los diversos entrenamientos que necesitamos poner en práctica como resultado de tomar refugio, de darle esta dirección segura a nuestra vida. Hay dos grupos de cosas en las que entrenarse. El primer grupo, que cubrimos la última vez, está compuesto de acciones que son paralelas a tomar la dirección segura de las Tres Joyas individualmente. El segundo grupo está compuesto de acciones que son paralelas a tomar la dirección segura de las Tres Joyas como un todo. El primero del que hablamos la última vez: Retirar nuestra mente de la búsqueda de placeres sensoriales cuando vuelan distraídamente tras ellos y trabajar en nosotros mismos en su lugar como la tarea principal en nuestra vida. Ahora estamos en los siguientes tres grupos de entrenamientos en este grupo en particular. 

Lo que hemos estado haciendo es examinarnos a nosotros mismos para ver cuánto estamos realmente entrenando en estas formas, para ver cuán profunda y sinceramente estamos realmente dándole esta dirección segura a nuestra vida. 

Acciones restantes paralelas a tomar dirección segura de las Tres Joyas como un todo 

La siguiente acción es (6) adoptar los estándares éticos que los budas han establecido. En otras palabras, si vamos en la dirección del Buda, el Dharma y la Sangha, esa dirección segura, lo más básico que debemos hacer para ir en esa dirección es seguir las pautas éticas que especificó el Buda. 

Esto implica evitar las diez acciones destructivas. Las del cuerpo son: 

  1. Quitarles la vida a otros 
  2. Tomar lo que no nos fue dado, o robar 
  3. Conducta sexual inapropiada 

Las del habla son: 

  1. Mentir, decir lo que no es verdad 
  2. Utilizar lenguaje divisorio 
  3. Usar lenguaje rudo 
  4. Charla ociosa 

Las de las formas de pensar son:

  1. Pensar con pensamientos codiciosos: "¿Cómo puedo obtener lo que alguien más tiene?" con avaricia y codicia. 
  2. Pensar con malas intenciones cómo podemos lastimar a alguien. 
  3. Pensar de manera distorsionada, lo que significa no solo negar lo que es verdad, particularmente en términos del camino espiritual, sino ser muy terco y argumentativo al respecto.

Analizaremos estos diez aspectos con mucho más detalle en el siguiente tema importante, que es el karma, pero aquí solo queremos analizarlos en general para ver si realmente estamos tratando de llevar una vida ética, como indican en general las enseñanzas budistas. ¿Qué importancia tiene la ética (ser ético) para nosotros? Es algo que debemos examinar. ¿La ética juega un papel primordial en cómo conducimos nuestra vida?

¿Qué tan estrictos debemos ser con las pautas éticas budistas?

Lo que he visto en muchas personas, incluido yo mismo, es que cuando comienzan en el budismo, tienden a ir a los extremos y a ser muy, muy estrictos con la ética, a ser muy inflexibles. Aunque esto es digno de elogio en cierto sentido, en realidad no es una forma equilibrada de practicar la ética budista. La ética budista no tiene por objeto volvernos rígidos, paranoicos ante la posibilidad de cometer errores, etc. Hay muchas pautas diferentes y debemos ser lo suficientemente flexibles para poder aplicar varias pautas en diferentes situaciones y saber cuándo, como dice en los textos, "la necesidad prevalece sobre la prohibición". En otras palabras, debemos saber cuándo no es necesario, en cierto sentido, seguir una determinada pauta de forma muy estricta; por ejemplo, cuando no hacerlo es beneficioso para otra persona. Está el ejemplo de un cazador que persigue a un ciervo: vemos que un ciervo pasa corriendo junto a nosotros y se dirige en una determinada dirección. Cuando el cazador pregunta: "¿Viste al ciervo? ¿Adónde se fue?". No tenemos por qué sentirnos obligados a decir la verdad absoluta, ya que ello daría como resultado que el cazador matara al ciervo. En una situación así, podemos evitar dar una respuesta completamente honesta. 

Por lo tanto, debemos sentirnos cómodos con la ética budista. No se trata de que seamos “malos” si no seguimos las reglas y seamos castigados. La cuestión es que no seguir estos códigos éticos causa sufrimiento, tanto para nosotros como para los demás. Tenemos que utilizar nuestro darse cuenta que discimina para decidir qué es apropiado y qué no en una determinada situación. 

Creo que esa es una de las principales características de la ética budista: desarrollar este darse cuenta que discrimina. No se trata simplemente de seguir ciegamente una regla o una ley, sino de comprender por qué uno querría seguir las pautas éticas y saber cuándo es apropiado ser muy estricto y cuándo ser un poco flexible, pero flexible dentro de ciertos límites. 

¿Cuál es su experiencia?

Participante: No puedo seguir todas las pautas éticas de un día para otro. Para mí lo más importante es ser consciente de ellas. Por eso, cuando a veces no digo toda la verdad, por ejemplo, me parece muy importante reflexionar sobre ello y ser consciente de ello: “Vale, esto no era toda la verdad”, y darme cuenta de inmediato. Esto es mucho más importante para mí, para poder reflexionar: “Vale, no soy un mentiroso patológico, alguien que miente todo el tiempo”.

Dr. Berzin: Lo que estás diciendo es que estas pautas éticas deben ir creciendo en nosotros y que lo más importante es ser conscientes de lo que hacemos. Si somos conscientes de las pautas éticas, entonces, si en una determinada situación no decimos la verdad o no decimos toda la verdad (que es mucho más frecuente), al menos somos conscientes de ello y del hecho de que eso no está de acuerdo con las enseñanzas budistas.

Yo añadiría que la razón por la que es importante tener esa conciencia es que entonces uno puede tener el sentimiento, no de culpa –la culpa no es apropiada en este caso– sino de arrepentimiento. “Lamento no poder decir toda la verdad, pero es necesario en esta situación. Y el beneficio tal vez supere las desventajas –hasta donde puedo entender, aunque en realidad no lo entiendo del todo”. 

Participante: Mi experiencia es que ser flexible es bastante difícil. Por ejemplo, hubo un incidente en la empresa de servicios sociales donde trabajo. Dos de mis clientes, dos niños, se pelearon en la habitación y, como resultado, hicieron un pequeño agujero en la pared. Pensé: “Bueno, ¿quién va a pagar esto?”. Mis clientes no tienen dinero. Mi empresa gana muy poco dinero. Ninguno de ellos puede permitirse pagarlo. Entonces, llamé al seguro y les conté lo que pasó. En realidad, mentí un poco. La gente del seguro dijo que lo investigarían y me llamarían al día siguiente. Al día siguiente, cuando me desperté, pensé: “No puedes hacer esto. Lo que les dije no era en realidad una mentira, pero tampoco era la verdad”. Así que terminé llamando al seguro nuevamente para decirles que se olvidaran del asunto, que encontraría una manera de lidiar con el costo de la reparación yo mismo. Pero después pensé: “Bueno, ¿fui demasiado inflexible? ¿Fui demasiado rígido?”. A veces es difícil tener el darse cuenta que discrimina para tomar las decisiones adecuadas.

Dr. Berzin: Tal vez, en este caso, tomaste la decisión correcta. En realidad, lo que estabas siguiendo era una directriz que encontramos en el entrenamiento de actitudes, lojong (blo-sbyong), que es aceptar la derrota propia y dar la victoria a los demás. Así que, en lugar de hacer que la compañía de seguros pagara bajo falsas pretensiones u obligar a los niños o a la compañía a pagar, cuando no podían hacerlo, abordaste la situación asumiendo esa responsabilidad. No creo que estuvieras siendo inflexible; simplemente estabas aplicando una directriz diferente del Dharma. Y está bien hacer algo así. Si en lugar de eso hubieras llamado a la compañía de seguros y hubieras dicho: "Miren, cometí un error", y luego hubieras ido a ver a los padres para obligarlos a pagar la factura de la reparación -lo que luego haría que castigaran a sus hijos, posiblemente causándoles mucho daño, lo que, a su vez, podría producir aún más problemas-, creo que habrías estado siendo un poco demasiado honesto. Tienes que analizar las consecuencias de tu honestidad.

Puedo dar otro ejemplo. Estaba teniendo un problema con el sitio web. No quiero entrar en detalles específicos, pero había un problema con alguien que quería añadir algo. Yo no quería que lo hicieran; no me parecía una buena idea. Pero si le hubiera dicho a la persona la razón por la que no era una buena idea, la habría lastimado y la habría enfadado. Así que, en lugar de incluir lo que querían añadir en una determinada sección, simplemente eliminé toda esa sección, que de todos modos no era tan necesaria, y así evité el problema. No le dije nada a la persona; simplemente eliminé la sección. Así que hay varias formas de manejar situaciones difíciles sin tener que mentir necesariamente, pero también sin tener que decir necesariamente la verdad.

Participante: Creo que es muy importante ser honesto con las cosas pequeñas e incluso permanecer más del lado de ser demasiado estricto en lugar de ser demasiado laxo. De lo contrario, ¿dónde se traza el límite? Entonces puedes decir: "Está bien, tomar una cosa pequeña de una tienda no hace ninguna diferencia". Así era yo cuando era joven. Tomábamos cosas pequeñas como lápices labiales y demás de las tiendas, pensando: "Las grandes empresas no se ven afectadas". Lo cual es cierto, pero luego empiezas a tomar esto y luego aquello. Tomas cada vez más. Entonces, ¿dónde trazas el límite: en un lápiz labial, unas gafas de sol, un vestido?

Dr. Berzin: Exacto. No necesariamente perjudicaría a la empresa, pero si adquieres el hábito de tomar cosas, la situación se te empieza a ir de las manos. ¿Qué vas a tomar a continuación, pensando que no importa? ¿Un vestido? ¿Todo el dinero del banco? Así que sí, creo que es mejor ser más estricto al principio, sin duda. Luego, a medida que nos vayamos sintiendo más cómodos, podemos trabajar para ser menos rígidos. 

Estoy pensando en el ejemplo de matar un mosquito. Podemos pensar: “Bueno, en realidad no importa. No es que vaya a cazar un ciervo o una persona. No voy a cazar. ¿Pero un mosquito? No importa”. Pero esto sienta un precedente. Si la forma en que manejamos las situaciones en las que algo nos molesta es simplemente matarlo, es decir, buscar una solución violenta para deshacernos de algo que nos molesta, se crea el hábito de reaccionar siempre de manera violenta. Entonces, cuando hay cosas aún más grandes que nos molestan, en lugar de encontrar una solución no violenta, recurrimos inmediatamente a una solución violenta. Esto puede conducir a un hábito negativo muy fuerte. Por lo tanto, estoy de acuerdo con lo que dices. 

Aunque, como dije, la gente suele ser muy rígida e inflexible con la ética budista al principio, probablemente sea necesario, en particular cuando se trata de romper viejos hábitos. Pero si uno observa cómo los tibetanos siguen el Dharma y la ética, son muy relajados al respecto. Por lo tanto, creo que hay una manera de ser bastante firmes en nuestra ética, pero, al mismo tiempo, relajados, no rígidos.

Tomemos unos minutos para considerar nuestra actitud hacia la ética.

[meditación]

El siguiente entrenamiento es (7) tratar de ser lo más comprensivos y compasivos posible con los demás. Esto no solo tiene que ver con nuestras actitudes hacia los demás –tratar de ser amables, tratar de ser comprensivos y empáticos con su sufrimiento, y tener el deseo de que se liberen de ese sufrimiento–, sino que también, creo, implica tratar de ayudar a los demás. Y si lo vemos desde una perspectiva Mahayana (sct. Mahāyāna), entonces extenderíamos este tipo de actitud para incluir a todos, no solo a aquellos que nos agradan –es decir, no sintiendo, como dice el entrenamiento del bodisatva, que algunos están cerca de nosotros (por lo que los ayudaremos) y que otros están lejos de nosotros, o no tienen relación con nosotros (por lo que los ignoraremos). 

¿Qué tan atentos estamos a las situaciones de los demás?

Por lo tanto, una vez más, tenemos que examinarnos a nosotros mismos y ver cuán compasivos somos con los demás. Creo que una manera de saber cuán compasivos somos es ver cuán atentos estamos a las situaciones de los demás. Hay muchas personas que, por ejemplo, cuando llaman o hablan con sus amigos, hablan solo de sí mismos. Nunca preguntan cómo está la otra persona. En realidad, no muestran ningún interés en la otra persona. Básicamente, solo quieren una audiencia para poder hablar de sí mismos. Eso no es mostrar empatía o compasión por los demás, ¿verdad? 

Además, creo que una de las cosas que debemos tener en cuenta es cuánta atención prestamos a los demás que nos rodean, por ejemplo, cuando utilizamos el transporte público. ¿Realmente nos fijamos en los demás? ¿Nos damos cuenta cuando algunos de ellos están en una situación terrible, parecen infelices o parecen estar pasando por un momento difícil? No significa necesariamente que tengamos que correr a ayudarlos. Simplemente nos observamos a nosotros mismos para ver cuán atentos estamos en general y en qué punto nos encontramos en nuestro desarrollo de la compasión. 

¿Y qué decir de esas personas que trabajan en los quioscos de las estaciones del metro, vendiendo chicles, revistas y cosas así? Se quedan ahí sentadas, respirando ese aire horrible. No ven la luz del día. La mayor parte del tiempo, están ahí sentadas sin hacer absolutamente nada, en esa pequeña caja. ¿Hasta qué punto nos tomamos en serio la vida de esas personas? 

Por eso, creo que ser lo más comprensivo y compasivo posible con los demás también significa prestar atención a las situaciones de quienes nos rodean. ¿Qué opinas?

Participante: Experimenté cómo incluso las cosas pequeñas pueden hacer una gran diferencia. Hace unos días, fui a una tienda y compré un pequeño panecillo de queso. Luego me fui caminando, comiéndolo. Me encontré con un hombre que estaba sonriendo de verdad, lo cual es inusual en Berlín, especialmente con este clima. Se limitó a mirarme y, con una gran sonrisa, me dijo: "Que tengas una buena comida". Le dije: "Gracias" y seguí caminando. Tenía la sensación de ser realmente feliz. Y duró media hora o algo así. Pensé: "Esto es increíble. Este hombre me da solo cinco segundos, pero funciona durante media hora".

Dr. Berzin: Exacto. Incluso hay pequeñas cosas que podemos hacer para hacer felices a los demás. 

Por supuesto, hay que tener un poco de sensibilidad hacia las costumbres de la zona. Aquí, en Berlín (y creo que también en Estados Unidos) la gente que trabaja en la caja registradora de una tienda o de un supermercado aprecia mucho que les sonrías y les hables un poco, les preguntes cómo están o lo que sea. Les hace feliz que les trates como seres humanos y no como máquinas. Sin embargo, cuando lo intenté en Moscú, recibí una reacción muy negativa. Mis amigos rusos me dijeron que, si le hablas así a una cajera o incluso le sonríes, pensará que le estás haciendo una insinuación sexual y, por lo tanto, se sentirá muy ofendida. Por eso, también hay que conocer las costumbres de la zona para saber cómo interactuar con los demás.

Participante: También es mi experiencia que algunas personas simplemente no soportan la felicidad de los demás. Una mañana, cuando estaba trabajando en una obra, entré sonriendo, diciendo: "¡Hola!" y haciendo ruidos de felicidad. Todos mis compañeros me decían: "¡Oye, tú, cállate!". Así que simplemente dejé de sonreír.

Dr. Berzin: Bueno, ser compasivo y amable con los demás no significa solo sonreír porque estás feliz. Significa sonreír porque sabes que es algo que la otra persona apreciaría. Por lo tanto, se trata de ser sensible con el otro, no solo de hacer lo que te hace sentir bien a ti. Es como cuando yo le sonreí a la cajera del supermercado ruso: uno tiene que saber qué es lo apropiado. Y tal vez sea más compasivo simplemente quedarse callado por la mañana y dejar que los demás se despierten como es debido.

Así pues, analicemos nuestro comportamiento en términos de nuestra sensibilidad hacia los demás. ¿Cuánta atención prestamos? ¿Ignoramos a todo el mundo que nos rodea o siempre hablamos de nosotros mismos? ¿O mostramos un interés sincero por los demás y sus situaciones y desarrollamos cierta compasión y simpatía?

[meditación]

Lo que me vino a la mente fue que hay personas que están tan abrumadas por sus propios problemas y sufrimientos que no son capaces de abrirse y mirar el sufrimiento de los demás; les parece demasiado. Son, en cierto sentido, demasiado sensibles. ¿Qué piensas de la situación de estas personas? 

Participante: Creo que la palabra clave que usaste es “abrumada”, como cuando estás llena de tristeza después de un evento muy difícil. Hace poco pasé por un divorcio y estaba sintiendo mucho dolor. Pude permanecer presente con ese dolor, y eso realmente me hizo abrirme al sufrimiento de los demás. Por ejemplo, noté por primera vez que la secretaria de nuestra oficina siempre parece estar sufriendo mucho; siempre tiene esa cara triste. Nunca antes me había dado cuenta de eso. Además, estaba más abierta a escuchar los problemas de los amigos. Pero, tal vez, cuando no eres capaz de permanecer presente con la tristeza y estás realmente completamente abrumada, no eres capaz de abrirte.

Dr. Berzin: Correcto. Pero a lo que me refería no era a la situación de alguien que es tan estable como tú. Como dice Shantideva, el sufrimiento tiene ciertas ventajas porque nos hace desarrollar una mayor apreciación por el sufrimiento de los demás. Estaba hablando de la situación de las personas que son básicamente inestables y, debido a eso, acuden al Dharma. Para esas personas, decirles: “Ábrete al sufrimiento del universo” sería un poco abrumador. Esto subraya el hecho de que el Dharma está realmente destinado a personas que no están tan abrumadas por su propio sufrimiento y que se encuentran en estados mentales tan difíciles que no tienen la estabilidad necesaria para seguir las enseñanzas del Dharma de la manera apropiada. Es necesario que ya exista un cierto nivel de madurez y estabilidad emocional para poder recibir la dosis completa, por así decirlo, del entrenamiento del Dharma. Por lo tanto, creo que para esas personas hay que ir bastante despacio. De lo contrario, no solo se sentirán abrumadas, sino que incluso se desviarán por completo del Dharma. 

Participante: Creo que, incluso para las personas estables, hay períodos en los que uno se siente tan abrumado que no puede soportarlo. Recuerdo a una amiga que estaba recibiendo quimioterapia y radioterapia para el cáncer. Durante ese tiempo, no quería reunirse con otras personas que también tenían cáncer porque era demasiado. “Todo este asunto del cáncer, no lo soporto más. No quiero ver a otras personas sufriendo por el cáncer”. Sin embargo, más adelante todo cambió.

Dr. Berzin: Pero esto implica algo más. Mi sobrino tuvo cáncer y se sometió a quimioterapia. Dijo que lo que le resultó más difícil fue que, una vez que la gente supo que tenía cáncer, se convirtió en el único tema de conversación. Realmente no quería que su identidad se centrara al 100% en el cáncer y que todos los demás lo trataran simplemente como una víctima de cáncer. Estar con otras personas que tienen cáncer y hablar solo sobre el cáncer solo fortalece esa identidad aún más. Seguía siendo una persona profesional, un profesor en una universidad, y quería que se tuviera en cuenta ese aspecto de su vida. No quería que todo se centrara en su enfermedad. 

En otras palabras, pueden existir muchas circunstancias en las que no querríamos ser tan abiertos con los demás. Eso es cierto, incluso si somos, en el fondo, personas estables. 

Pero la dirección en la que queremos ir, por supuesto –la dirección segura, que es de lo que se trata aquí– tiene que ver con el entrenamiento. ¿Cómo nos entrenamos? Nos entrenamos para ir –gradualmente y según nuestro propio ritmo– en la dirección de ser cada vez más abiertos, compasivos y comprensivos con los demás. Después de todo, eso es lo que hacen los budas, ¿no es así? 

Y, de nuevo, el darse cuenta que discrimina: tenemos que saber cuándo las cosas nos agobian y cuándo tenemos que ir más despacio. Pero no hay que establecer límites absolutos, pensando: "Bueno, no puedo hacer esto" o "no puedo hacer aquello". 

Siempre pienso en el ejemplo de una de mis tías. Era muy, muy cercana a su madre, mi abuela. Pero cuando mi abuela enfermó gravemente y estuvo en un asilo, mi tía nunca fue a visitarla. Decía que era demasiado ver a su madre en tan terrible estado. Eso, pensé, era bastante terrible, en realidad. Así que, incluso si la situación es abrumadora emocionalmente, como lo fue para mi tía, sin embargo, es tu madre. Piensa en cómo se debe sentir.

El último de esta lista es el (7) de hacer ofrendas especiales de frutas, flores, etc. en días festivos budistas, como el aniversario de la iluminación del Buda. El comentario que tengo aquí es que celebrar las fiestas religiosas con rituales tradicionales nos ayuda a sentirnos parte de una comunidad más grande. 

¿Cuál es la importancia del ritual? 

La pregunta es: ¿cuál es el propósito de hacer ofrendas y seguir algún ritual, por ejemplo, en Sakadawa, el aniversario de la iluminación del Buda? ¿Lo hacemos de la misma manera que ponemos un árbol en Navidad, porque es “lo que uno hace”? ¿O tiene algún tipo de significado?

Participante: Creo que tiene un propósito: que realmente te reúnas. Estoy pensando en Vesak. Hay muchos grupos budistas que se reúnen. Creo que esto ayuda a superar los sentimientos sectarios. Puede que veas a gente de un grupo que no te gusta mucho, pero luego ves que la gente es muy agradable. Así, se fortalece el sentimiento de comunidad.

Dr. Berzin: Vesak es en realidad la variante pali de Vaishakha, que es el nombre sánscrito del mes en el que tuvo lugar la iluminación del Buda. Sakadawa es el nombre tibetano de ese mes. En cualquier caso, todos los grupos budistas de Berlín se reúnen y celebran una reunión. Hay algunas conferencias, algunos rituales, algunas puyas y cosas así. En realidad, es muy agradable. Y como dices, esto es importante porque da un sentimiento de comunidad, que ayuda a superar los sentimientos sectarios. Pero la cuestión aquí es, cuando no estamos en un lugar donde hay una celebración grupal, ¿haríamos, todos solos, ofrendas especiales de frutas o flores, diríamos oraciones especiales, etc., en el día de la iluminación del Buda? ¿Consideramos que es importante hacerlo o no? 

Debo decir que no soy un buen ejemplo. Tal vez debería tomarme esto mucho más en serio. Estoy seguro de que debería tomarlo mucho más en serio. Obviamente, esto se señala como un entrenamiento importante. Creo que el punto es mostrar respeto y aprecio. Después de todo, los budas no necesitan flores ni frutas. ¿Qué van a hacer con ellas? Nada. El punto también es que, cuando haces ofrendas, no las dejas allí hasta que se pudran y luego las tiras a la basura. Dejas cualquier fruta por un corto período de tiempo (lo que no significa cinco minutos) y luego te la comes.

Participante: Creo que también las pequeñas cosas, como poner flores en el altar, encender una vela, etc., ayudan a alegrarte.

Dr. Berzin: En realidad, este tipo de cosas hacen que todo sea más agradable para ti, aunque no lo estés haciendo por ti mismo. Como digo, creo que se trata de mostrar respeto. También lo veremos en algunos de las entrenamientos posteriores: hacer ofrendas es una forma de mostrar respeto por lo que nosotros mismos estamos haciendo y una forma de reconocer que es algo importante. Pero hacerlo simplemente por un sentido del deber porque “tengo que hacerlo” o “tengo que ir a esta celebración”, como tengo que ir a la fiesta de Navidad de la oficina, esa no es la forma de hacerlo, ¿verdad? 

Hay ciertos beneficios en tener rituales. Obviamente, podemos participar en ellos en distintos grados. Hay personas a las que les encantan los rituales, otras a las que no les gustan en absoluto. No obstante, proporcionan una manera de expresar un determinado sentimiento. Muy a menudo podemos tener un sentimiento de respeto, pero tal vez no tengamos una manera de demostrarlo. La pregunta es: ¿es necesario mostrar ese respeto? Bueno, en cierto sentido, creo que es necesario tener una manera de expresarlo.

Así pues, en nuestros últimos minutos, pensemos y examinemos nuestras actitudes hacia estos días sagrados budistas y sobre la posibilidad de hacer algún tipo de gestos simbólicos de respeto, con sentimiento. Yo lleno cuencos de agua y enciendo una vela todos los días en mi altar, pero es muy fácil hacerlo mecánicamente, sin pensar ni sentir nada. Eso no tiene demasiados beneficios. Un pequeño beneficio, sí, pero no mucho.

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