Dos niveles de no darse cuenta
Cuando hablamos de no darse cuenta o ignorancia, nos referimos a dos niveles. Uno es el no darse cuenta de la causa y el efecto. Al no darnos cuenta de la causa y el efecto kármicos, nos involucramos en conductas destructivas, y eso nos hace experimentar el sufrimiento del sufrimiento, específicamente, el sufrimiento de los reinos inferiores. Sin embargo, en general, el no darse cuenta de la causa y el efecto también nos hace experimentar cualquier nivel de sufrimiento: el sufrimiento del dolor, la infelicidad, etc. Luego está el no darse cuenta de la vacuidad, el no darse cuenta de la naturaleza verdadera o real de la realidad. Ese no darse cuenta es lo que nos hace tener no solo el sufrimiento del sufrimiento sino también el sufrimiento del cambio, es decir, nuestra felicidad mundana ordinaria que no dura, no satisface, etc., y el sufrimiento que todo lo impregna del renacimiento incontrolablemente recurrente.
En este nivel del alcance inicial, en lo que nos enfocamos es en deshacernos del no darse cuenta de la causa y el efecto del comportamiento, que es la causa de que actuemos de manera destructiva. Deshacernos de este tipo de no darnos cuenta no significa simplemente saber que este tipo de comportamiento destructivo conduce a este tipo de sufrimiento y demás; más bien, implica tener confianza en que el comportamiento destructivo, de hecho, conduce a la infelicidad y al sufrimiento del sufrimiento.
Esto nos lleva al tema inicial del karma, que tiene que ver con las cuatro leyes del karma, causa y efecto conductual (las-'bras).
Repaso
Las cuatro leyes del karma
- La certeza del karma es que, si experimentamos sufrimiento, dolor, etc., es certero que ese sufrimiento es el resultado de una conducta destructiva; y si experimentamos felicidad, es certero que esa felicidad es el resultado de una conducta constructiva, específicamente, abstenerse de actuar destructivamente cuando surge el impulso de hacerlo.
- El aumento de los resultados kármicos – que de una pequeña causa se siguen grandes resultados.
- No se alcanzan los resultados kármicos sin haber acumulado sus causas. Por lo tanto, si no hemos creado una causa, no experimentaremos un resultado.
- No hay pérdida de resultados kármicos una vez que hemos creado sus causas. Los potenciales y tendencias construidos a partir de estas causas no desaparecen por sí solos; definitivamente madurarán, a menos que, en el caso de los potenciales destructivos, los purifiquemos.
Comenzamos entonces nuestra discusión sobre la ley de la certeza del karma. No es fácil convencerse de ella. Sin embargo, es realmente esencial tener convicción de ella porque, si estuviéramos realmente convencidos de que cualquier infelicidad que experimentemos es el resultado de un comportamiento destructivo, dejaríamos de actuar destructivamente. Esa convicción no solo nos ayudaría a superar la ingenuidad sobre las causas de nuestra infelicidad, sino que también nos ayudaría a superar la pereza. Entonces querríamos trabajar muy duro para no caer bajo la influencia de las emociones perturbadoras que nos hacen actuar destructivamente y, por lo tanto, sufrir.
En ese debate sobre la certeza del karma, de la causa y el efecto de la conducta, comenzamos nuestro análisis del karma (las) en sí. Vimos que hay dos presentaciones del karma en las tradiciones budistas de la India, una de Asanga y otra de Vasubandhu modificada por la Prasánguika Gelug.
Decidimos que solo hablaríamos de la presentación más sencilla o, mejor dicho, menos complicada, que es la de Asanga. En ella, el karma es exclusivamente un impulso mental, un factor mental. Es el factor mental que, como un imán, atrae la conciencia primaria, junto con los factores mentales que la acompañan –es decir, todo lo que está sucediendo en nuestra mente– hacia un objeto y hace que se involucre con algo constructivo, destructivo o neutro.
La sensación de que nos guste hacer algo, la intención de hacerlo y el impulso de hacerlo
Vimos que lo que precede y realmente provoca un impulso –en otras palabras, cualquier impulso kármico para una acción física, verbal o mental– es una sensación de gusto por hacer algo y que lo que acompaña y continúa con el impulso es una intención. Esto es lo que estábamos discutiendo la última vez: las diferencias entre una sensación de gusto por hacer algo, una intención de hacerlo y un impulso de hacerlo.
Asanga define la intención como “el deseo de poseer un objeto o estado mental deseado o de emprender una acción”. Gyaltsabje añade que es “un factor mental que es una conciencia diferenciadora que está dirigida a un fenómeno en el que se ha pensado previamente y en el que se tiene un profundo interés”. Gyaltsabje aclara, además: “La intención puede ser el deseo de encontrarse (con un objeto o estado mental deseado o de involucrarse en una acción en la que uno ha pensado previamente encontrarse o involucrarse), el deseo de no separarse (de un objeto, etc., con el que uno ha pensado previamente encontrarse o involucrarse) o tener un profundo interés (en un objeto, etc., con el que uno ha pensado previamente encontrarse o involucrarse)”. Así que la intención, en el sentido en que la definen Asanga y Gyaltsabje, se limita simplemente a la intención de hacer lo que definitivamente queremos hacer.
Busqué las definiciones en inglés de estas palabras, “impulso” e “intención”, porque parecía haber cierta confusión sobre lo que significaban. La confusión se agrava por el hecho de que la misma palabra, 'dod-pa, se usa en tibetano tanto para “tener ganas” de hacer algo como para “querer” hacerlo.
Según el diccionario inglés, “intención” es “lo que uno tiene en mente hacer o lograr; un anhelo, plan u objetivo”. Nos acercamos al significado del término budista cuando consideramos la connotación de la palabra “intención” en expresiones como “yo hice eso intencionalmente”. Aquí, está claro que definitivamente queríamos hacer lo que hicimos; lo hicimos a propósito.
Según el diccionario inglés, un impulso es un “impulso continuo hacia una actividad o un objetivo”. En realidad, se trata de algo muy parecido a lo que describimos aquí como “karma”. Es algo que realmente nos lleva a ese objetivo.
Estos son los temas que discutimos la última vez. ¿Tienen alguna pregunta al respecto antes de continuar?
Participante: No logro comprender bien esa idea de que el karma es un impulso. Dices, por ejemplo, que el “karma” de alguien era ser atropellado por un coche. ¿Significa eso que había un impulso de ser atropellado?
Dr. Berzin: Existe un impulso que nos lleva a realizar una actividad, como cruzar la calle, lo que luego nos lleva a experimentar que nos atropella un coche. Por lo tanto, había un impulso de salir a la calle.
Ahora bien, también tienen que darse circunstancias (el karma se vuelve muy complicado). Nuestro karma no hace que la otra persona nos atropelle: nuestro karma es la causa de que experimentemos ser atropellados. Por lo tanto, no estamos hablando de causas para ser golpeados; estamos hablando de causas para experimentar el ser atropellado. Causas para ser atropellado: el tipo conducía su coche. Nosotros no hicimos que el tipo condujera su coche. ¿Ven la sutil diferencia que hay ahí?
En términos de la secuencia que está involucrada aquí, lo que surge primero es un sentimiento de gusto por hacer algo. Entonces, primero, siento ganas de cruzar la calle. En el caso de donde vivo, hay una panadería al otro lado de la calle. Siento ganas de cruzar la calle y comprar una barra de pan. ¿De acuerdo? Eso es simplemente el factor mental del gusto (dga'-ba, sct. priti) por hacer algo. Eso es una maduración de una tendencia kármica a repetir una acción que es similar a lo que hemos hecho en el pasado. Eso no es karma, el factor mental de un impulso. Luego viene el impulso que realmente me mueve por las escaleras y al otro lado de la calle. Ese impulso está acompañado por una intención de comprar el pan, basado en haber tomado la decisión de comprarlo. Luego lo que sucede es que, mientras cruzo la calle, soy atropellado por un auto. Experimento ser atropellado por un auto. Esa experiencia es la maduración de otra tendencia kármica, a saber, experimentar una situación en la que nos sucede algo similar a una acción anterior que hemos cometido.
Entonces, hay varias cosas que están sucediendo juntas. Está el impulso que me llevó a la acción de cruzar la calle. Ese impulso no maduró de una tendencia kármica. Lo que maduró de una tendencia kármica fue tener ganas de cruzar la calle, que es lo que luego me llevó a experimentar ser atropellado por el auto. Ahora bien, mientras cruzaba la calle caminando, hubo, por supuesto, otro impulso que me llevó a cruzar la calle. Y, por supuesto, hubo muchas otras causas involucradas: causas para que esa persona estuviera conduciendo su auto en ese momento, causas para que me atropellara, etc. También hubo circunstancias, como que la carretera se hubiera construido, la hora del día en que era, etc. Hay muchos, muchos factores causales y circunstanciales que están involucrados.
Cuando empezamos a analizar en profundidad el karma, la causa y el efecto, vemos que lo que experimentamos es el resultado de una cantidad increíble de causas y circunstancias diferentes que se unen. No podemos decir que una sola cosa sea responsable de lo que experimentamos, de lo que sucede. Todo está interrelacionado.
Participante: ¿A qué impulso te refieres? ¿El que te hace salir de casa para ir a la panadería, el que te hace bajar las escaleras o el que te hace cruzar la calle?
Dr. Berzin: Todos estos impulsos contribuyen a que se produzcan las circunstancias que provocan que la persona sea atropellada.
También hemos visto que, cuando analizamos los impulsos involucrados en una acción, hay un impulso kármico, o apremio, que inicia la acción, uno que la sostiene y uno que le pone fin, que la detiene. Y en cada caso, en realidad estamos haciendo algo más en la secuencia que conduce a ser atropellado por el coche. Así, cuando bajamos las escaleras para salir de casa, hay un impulso de bajar el primer escalón, un impulso de bajar el segundo escalón, uno de bajar el tercer escalón, y así sucesivamente.
Participante: ¿Pero cuál impulso tiene que ver con ser atropellado?
Dr. Berzin: Todos. Pero la experiencia de ser atropellado por un coche es lo que está madurando a partir de los potenciales y tendencias kármicos previamente acumulados. De acuerdo, de nuevo, tenemos que ser un poco más precisos.
“Tengo ganas de cruzar la calle para comprar una barra de pan”. ¿De dónde viene eso? De una tendencia, de una familiaridad con esa panadería, del hecho de que me gusta el pan que hacen, de mi deseo de pan, de mi hambre, que, por supuesto, se basa en tener un cuerpo humano, etcétera. Hay muchas causas y circunstancias para que yo tenga esa sensación. Así que por el hábito… Estoy usando “hábito” aquí, en un sentido coloquial, no en un sentido técnico. Así que, por la costumbre que tengo de comprar pan en la panadería de enfrente y por mi hambre y demás, surge la sensación de querer cruzar la calle a comprar el pan. Eso lleva al impulso de bajar las escaleras y cruzar la calle, acompañado de la intención de querer hacerlo. Cruzar la calle, basado en todos los pasos anteriores, actúa entonces como una circunstancia para que maduren otros potenciales y tendencias kármicos que, en este caso, es experimentar ser atropellado por un coche.
Cruzar la calle es solo una circunstancia. Pero esa circunstancia de cruzar la calle en ese momento tiene que combinarse con muchas otras causas y circunstancias, como que pase un coche justo en ese momento, etc. Pero éstas no surgen de las mismas causas kármicas que el sentimiento de que nos guste hacer algo, que, en este caso, es comprar pan al otro lado de la calle. De hecho, no surgen de ninguna causa kármica de nuestro lado. Surgen de causas kármicas del lado de los demás, por ejemplo, del lado de la persona que conduce el coche que nos ha atropellado. Tener ganas de hacer algo madura de una tendencia kármica a repetir una acción similar a la que hemos hecho antes. Pero también hay otras cosas que maduran de potenciales y tendencias kármicas, como experimentar situaciones en las que nos sucede algo similar a nuestras acciones anteriores; el ejemplo aquí es experimentar ser atropellado por un coche. Así que no es que yo sintiera ganas de ser atropellado por el coche.
Más adelante veremos que también maduran otras cosas a partir de los potenciales y tendencias kármicos, como la felicidad o la infelicidad, experimentar un estado de renacimiento particular, la experiencia de estar en un tipo particular de situación colectiva, etc. Hay diferentes mecanismos involucrados en esas maduraciones. La sensación de que te guste hacer algo que estaba describiendo simplemente tiene que ver con repetir una acción similar a lo que hemos hecho antes.
¿Puede mi karma hacer que otros me hagan daño? Aclaración de los versos de Shantideva sobre la paciencia
Participante: Me gustaría usar el ejemplo del conductor que me atropelló con su coche. Dijiste que no es mi karma lo que hace que el conductor me atropelle.
Dr. Berzin: Exacto. Mi karma me hace sentir que me golpean.
Participante: Recuerdo algo que dice Shantideva en su libro Involucrarse en la conducta del bodisatva. Si no recuerdo mal, dijo: “Mi karma hace que otras personas me hagan cosas malas”. ¿Cómo encaja esto?
Dr. Berzin: Shantideva estaba diciendo que, si era mi karma el que causaba que la otra persona me hiciera cosas malas, no debería estar enojado con ella; debería estar enojado conmigo mismo porque la culpa está en mí.
Hay diferentes maneras de analizar una situación, y cada una de ellas tiene un propósito diferente. Por eso, para desarrollar la paciencia, Shantideva dice… bueno, deberíamos mirar los versos exactos. En el capítulo sobre la paciencia, Shantideva escribe:
(47) Incitados por mi propio comportamiento kármico, aquellos que me lastiman llegan a mi camino y, si por sus (acciones), estos seres limitados cayeran en los reinos sin gozo, con toda seguridad, ¿no he sido yo quién los ha arruinado?
(48) Basada en ellos, mi fuerza kármica negativa se limpia en gran medida, debido a mi paciencia; pero, basados en mí, ellos caen en los reinos sin gozo, con dolor duradero.
(49) Dado que yo estoy, de hecho, causándoles daño y ellos son quienes me benefician, ¿por qué, mente irracional, haces lo contrario y te enfureces?
Entonces, “Incitados por mi propio comportamiento kármico, aquellos que me lastiman vienen a mi camino”. Verán, todo está interrelacionado. Yo –mi karma– no soy la causa de que la persona me atropelle con el auto: yo proporciono una circunstancia. No solo proporciono una circunstancia para que yo experimente ser atropellado, también proporciono una circunstancia para que ellos me atropellen. Cada uno de nosotros presenta circunstancias para el otro. Ser atropellado puede suceder solo cuando las circunstancias de ambos lados, junto con muchas otras circunstancias, se unen. Por ejemplo, tal vez había niebla, tal vez la persona que conducía el auto se distrajo, o tal vez yo me distraje, etc. Todas estas cosas tienen que ir juntas. Lo que tenemos que hacer es evitar los dos extremos. Un extremo es que nosotros solos somos la causa; el otro es que no tenemos nada que ver con eso.
Shantideva, con el propósito de desarrollar la paciencia, está enfatizando nuestra participación en lo que sucede que, en este caso, es que estoy proporcionando una circunstancia para que la persona me atropelle. Él dice: “Incitado por mi propio comportamiento kármico”, por lo tanto, como circunstancia, “aquellos que me lastiman vienen a mi camino”. Me lastiman; así que, no es solo que vengan a mi camino. Esto genera toda una gran discusión sobre si es inevitable o no que me golpeen. Después de todo, podrían madurar otras cosas.
“Y si, por sus (acciones), estos seres limitados cayeran en los reinos sin alegría” – me atropellan o lo que fuera – “¿no fui yo quien los arruinó?”. El objetivo de verlo de esa manera es desarrollar la paciencia y no enojarse con ellos. Entonces, es con un propósito específico que uno analiza y enfatiza este aspecto en particular.
Luego dice: “Basado en ellos, mi fuerza kármica negativa se limpia en gran medida, debido a mi paciencia”. Aquí, él está hablando de después del hecho. Ahora que me han atropellado con el coche –y suponiendo que no muera– no debería enojarme con ellos. Si tengo paciencia, limpio mi fuerza kármica. Sin embargo, “basados en mí, ellos caen en los reinos sin gozo con dolor duradero” –porque me han atropellado, por ejemplo. “Dado que yo estoy, de hecho, causándoles daño y ellos son quienes me benefician, ¿por qué, mente irracional, haces lo contrario y te enfureces?”. Lo contrario sería, en lugar de ser paciente, enojarte (y si me enojo, entonces soy yo el que irá a un reino peor). Los demás me benefician, entonces, porque proporcionan una circunstancia para que desarrolle la paciencia.
Así que, al ser paciente, me libero, al menos de forma provisoria, del enojo. No es la solución más profunda para liberarse del enojo, pero es provisional, temporal.
Participante: ¿Al ser atropellado se agota el potencial kármico?
Dr. Berzin: No necesariamente, porque el potencial kármico podría ser el ser atropellado muchas veces.
Participante: ¿Él está hablando de limpiar el potencial kármico de ser atropellado por un coche?
Dr. Berzin: No. Está hablando del enojo y de los potenciales kármicos de varias cosas, no solo el enojo, para ir a un reino inferior.
¿Podemos saber si un potencial o tendencia kármica ha terminado de madurar?
Participante: ¿Existe alguna certeza de que, si nos atropella un coche, el karma de ser atropellado realmente desaparece y no nos atropellarán más veces en el futuro?
Dr. Berzin: No creo que haya forma de saberlo. Un buda lo sabría, pero no creo que nosotros lo sepamos.
Participante: ¿Existe algún tipo de entrenamiento mental para poder saber que, ahora, este karma ha terminado?
Dr. Berzin: No lo creo.
Dos maneras de “madurar”
Los potenciales kármicos pueden madurar (smin-pa), lo que significa generar o producir un resultado. Pero también existe un proceso de agotamiento (zad-pa), en otras palabras, un proceso por el cual la capacidad de un potencial o tendencia kármica para dar resultados (y hay muchos, muchos resultados que pueden dar) finalmente se desgasta de modo que ya no puede dar resultados. En otras palabras, agotamiento significa dejar de dar tantos resultados como sea posible y no tener más potencial para que maduren más resultados. No creo que sepamos cuándo se acabó realmente ese karma en particular de experimentar ser atropellado por un automóvil.
Sé por experiencia propia que había un karma que me mantenía en la India. También había un karma que me mantenía en Harvard. Luego, de repente, en un momento dado, aunque pensaba que quería quedarme en la universidad el resto de mi vida y, más tarde, en la India el resto de mi vida, sentí que el karma se había acabado. Ya no sentía ningún impulso –ahora, aquí está este impulso– que me retuviera allí. Ya no había ese impulso que me retuviera allí. Entonces, ya no deseaba estar allí. Así que, en ese sentido, me pareció que el karma se había agotado. Pero no creo que ese fuera el caso de ser atropellado por un coche.
Purificación – Superar los problemas de manera provisional
Por otra parte, podemos desactivar un potencial o tendencia kármica sin que madure y dé surgimiento a un resultado mediante prácticas de limpieza y purificación. Si, por ejemplo, recitamos el mantra de Vajrasatva 100.000 veces y lo hacemos con todos los factores de arrepentimiento, concentración perfecta, motivación perfecta y con la comprensión de la vacuidad, etc. –la mayoría de nosotros no lo hacemos, por lo que no es tan eficaz–, entonces, en cierto sentido, limpiamos lo que hemos construido hasta ahora. No nos impide construir más en el futuro, por lo que es solo una limpieza provisional.
La única manera, en realidad, de liberarnos de todo el karma es a través de la cognición no conceptual de la vacuidad. Entonces ya no tenemos las circunstancias (el aferramiento a la existencia verdadera, etc.) que hacen que maduren los potenciales kármicos. Si las circunstancias desaparecen, no podemos decir que aún tenemos los potenciales porque no habría nada que los hiciera madurar, ni ahora ni en el futuro.
Observen que cuando alcanzamos la cognición no conceptual de la vacuidad, alcanzamos una verdadera detención de los potenciales y tendencias kármicos agotados o purificados que se habían construido a través del no darse cuenta basado en la doctrina y las emociones y actitudes perturbadoras basadas en la doctrina. Sin embargo, los potenciales y tendencias kármicos agotados o purificados que se construyeron a través del no darse cuenta que surge automáticamente y las emociones y actitudes perturbadoras que surgen automáticamente aún quedan imputados sobre el continuo mental. Todavía obstaculizan y prolongan el tiempo que tomará, con una mayor cognición no conceptual de la vacuidad, para que nuestra mente que es el camino de la familiarización (el camino de la meditación) alcance una verdadera detención de la variedad que surge automáticamente de estos factores. Esta es la razón por la que se necesitan tropecientos (incontables) eones de fuerza positiva constructora de la iluminación para contrarrestar estos potenciales y tendencias kármicos negativos basados en la doctrina y un segundo grupo de tropecientos eones de esa misma fuerza positiva para contrarrestar los que surgen automáticamente].
Participante: Muchas personas descubren que cuando les sucede algo realmente malo, al menos pueden pensar: “Ahora sé que este karma se ha ido”.
Dr. Berzin: Este es un muy buen ejemplo. Se enseña que cuando nos sucede algo negativo, una manera de afrontarlo –es decir, no enojarnos, ni molestarnos, ni deprimirnos– es pensar: “Bendito sea, ahora ese karma negativo se ha ido. Ya ha madurado y podría haber sido mucho peor”. Ese es un tipo de entrenamiento mental, de transformación de la mente. No significa que ese karma haya terminado necesariamente; no obstante, es un método que podemos utilizar. Por ejemplo, para desarrollar la paciencia, Shantideva se enfoca en un aspecto. Así que aquí nos enfocamos en otro aspecto. Todos estos son métodos didácticos, métodos que podemos utilizar para ayudarnos a superar los problemas de forma provisional.
Tengan en cuenta que existen significados definitivos (nges-don) y significados interpretables (drang-don). Los significados interpretables son aquellos que no deben tomarse literalmente; requieren interpretación. Son sugerentes y conducen al significado definitivo. El único significado definitivo al que seremos conducidos es la comprensión de la vacuidad porque eso es lo único que realmente nos liberará de los problemas.
Entonces, todas estas otras interpretaciones del karma –como la de Shantideva, que dice: “Yo les proporcioné las circunstancias para que fueran al infierno”, o como el ejemplo que usaste: “Ahora mi karma se acabó; ya maduró”– nos llevarán más lejos en nuestra comprensión de la vacuidad. ¿Cómo? Porque ponen nuestra mente en un estado mucho más constructivo y propicio –no estoy deprimido, no estoy enojado, etc.– para que podamos avanzar más. Por lo tanto, es un paso en el camino hacia un estado mental que sea más propicio para comprender la vacuidad. Nos lleva más lejos en esa dirección. Así que este es el método budista. Y es muy efectivo.
Participante: Podría imaginar que algunas personas realmente se aferrarían a la verdad última y solo se sentirían felices cuando estuvieran 100% seguros de que ahora el karma se ha ido.
Dr. Berzin: Exacto. Algunas personas solo pueden sentirse tranquilas si tienen la certeza absoluta de que algo ha desaparecido. Es como hablar con un niño: le dices: “Sí, ha desaparecido”, y esperas que siga desarrollando su formación espiritual para que, si vuelve a suceder (por ejemplo, si lo atropella un coche de nuevo), no se deprima. La necesidad de tener ese tipo de certeza es aferrarse a la verdadera existencia de la cesación o la detención de algo.
Como dije, todo esto tiene que llevarnos a analizar todo esto en términos de la vacuidad, lo cual no es tan sencillo. Alguien dice: “¡Quiero una prueba absoluta de que se ha ido!”. Bueno, no se puede decir eso.
Participante: Como en el caso de eventos o patrones que se repiten en tu vida, puedes ver que hay karma que sigue dando surgimiento a situaciones que son muy similares.
Dr. Berzin: Exacto. Puede ser que siempre haya cosas que se rompan, que siempre tengas relaciones poco saludables o que siempre te lastimes físicamente.
Participante: O ser golpeado por neonazis, como me pasó a mí.
Dr. Berzin: Correcto. ¿Ese karma está 100% terminado? No se puede garantizar que esté 100% terminado, pero al menos se está quemando parte del karma. Una parte está terminada.
Participante: ¿Qué pasa con la tercera ley, que dice que sigue aumentando?
Dr. Berzin: Esa es la segunda ley, el aumento de los resultados kármicos. Llegaremos a lo que realmente se refiere.
Participante: ¿Sería correcto decir –usando el ejemplo de los neonazis que me golpearon– que si me enojara mucho y quisiera vengarme y luego hiciera planes para vengarme, mi karma sería peor? Pero, ¿si decidiera enfocarme en la compasión y practicar la comprensión de por qué lo hicieron, entonces podría ser cada vez menor?
Dr. Berzin: Sí, eso es cierto.
Los potenciales y tendencias kármicos son fenómenos no estáticos; la fuerza de su maduración se ve afectada por muchos factores
De nuevo, estamos hablando de potenciales kármicos. Los potenciales kármicos son fenómenos no estáticos (mi-rtag-pa'i chos-can); cambian de un momento a otro. Por lo tanto, pueden hacerse más fuertes o más débiles, dependiendo de nuestras actitudes y de lo que hagamos. La fuerza o debilidad de los resultados que maduran a partir de los potenciales kármicos se ve afectada por muchas cosas. Hay una lista de trece factores diferentes que afectan la fuerza de la maduración. Así, por ejemplo, si continuamos haciendo un tipo similar de acción negativa, reforzándola así, los resultados serán mayores, más fuertes. Mientras que si, como en el caso de ser atacado, desarrollamos paciencia y demás, los resultados serán más débiles. El karma de experimentar ser atacado no necesariamente desaparecería por completo solo por eso, pero ciertamente sería más débil. Además, el marco de tiempo en el que experimentaríamos ese resultado podría posponerse mucho en el futuro, lo que nos da más oportunidades de debilitar aún más el resultado. Así funciona.
La vacuidad del karma – los resultados kármicos no están predeterminados
En cuanto a la vacuidad del karma, lo que es realmente esencial es entender que la posición Samkhya necesita ser refutada, es decir, que el resultado ya existe dentro de la causa (ya lo vimos con Shantideva). No es que lo que madurará de este potencial kármico esté predeterminado. No hay un resultado fijo que simplemente esté ahí esperando la circunstancia adecuada (por ejemplo, que una persona conduzca el automóvil) para que surja del potencial kármico. En cambio, lo que madura de un potencial kármico se ve completamente afectado por todo lo que hacemos desde el momento en que acumulamos ese potencial kármico. Por lo tanto, es un sistema muy dinámico. Tampoco es el caso que lo que madura sea totalmente arbitrario y que cualquier cosa pueda suceder porque lo que madura depende de todo tipo de circunstancias y se ve afectado por ellas.
Participante: Esto demuestra una vez más lo importante que es realmente comprender la vacuidad.
Dr. Berzin: Exacto. Esto demuestra lo importante que es comprender la vacuidad. Podríamos pensar que estudiar posiciones como la Samkhya es ridículo e irrelevante, pero, en realidad, si pensamos en términos de la implicación de que el resultado está predeterminado y ya existe en el potencial esperando a manifestarse, entonces vemos que es muy relevante, particularmente en el debate sobre el karma.
Participante: En realidad así es como pienso.
Dr. Berzin: Así es como pensamos la mayoría de nosotros cuando empezamos a pensar en términos de karma, y eso es incorrecto.
Participante: ¿Podría decirse que, sin haber comprendido la vacuidad, no es posible purificar realmente el karma?
Dr. Berzin: Así es. Sin la comprensión de la vacuidad, no se puede eliminar por completo el karma; solo se puede debilitar.
La razón de ello se encuentra en los doce eslabones del surgimiento dependiente. ¿Qué es lo que activa el karma para que madure realmente? Es el deseo anhelante (la sed), el aferrarse a la existencia verdadera, etc. Si te deshaces de todo eso con la comprensión de la vacuidad, entonces tu continuo mental no proporcionará las circunstancias para que un potencial kármico se active jamás. Y si un potencial kármico nunca puede activarse y nunca puede producir un resultado, no puedes decir que ese potencial sigue ahí. Un potencial solo puede plantearse si realmente puede producir un resultado. Por lo tanto, sin esa comprensión profunda de la vacuidad, los potenciales kármicos solo se debilitan.
Con Vajrasatva, lo que puedes hacer es limpiar temporalmente la pizarra, por así decirlo, pero eso no significa que los potenciales negativos nunca vayan a madurar. Y, de nuevo, es teórico cuánto puedes limpiar con solo decir 100.000 Vajrasatvas. ¿Vas a limpiar cada potencial negativo que has acumulado desde el tiempo sin principio? Uno empieza a dudar de que sea tan fuerte, incluso si cada uno de esos 100.000 se hace con una concentración perfecta del 100%. Pero ciertamente puedes debilitar los potenciales negativos. Convencionalmente, podrías decir que te has deshecho de ellos. Pero todavía hay tendencias sutiles, por lo que aún podrías acumular el potencial negativo de nuevo. Por lo tanto, la práctica de Vajrasatva no garantiza que no vayas a actuar destructivamente en el futuro y acumular más potenciales negativos. Solo te da un respiro.
Participante: Es como abrir la ventana.
Dr. Berzin: Es como abrir la ventana y sacar el aire viciado, lo cual es muy útil, muy necesario. De modo que, en cierto sentido, empiezas de nuevo. Pero eso no garantiza que no vayas a actuar de forma destructiva otra vez. Sin duda lo harás si no tienes la comprensión de la vacuidad.
Y no nos engañemos. ¿Quién hace 100.000 con una concentración y una motivación perfectas durante toda la serie de 100.000? Creo que casi nadie.
No se puede decir que un potencial kármico negativo se purifica solo porque se ha agotado. No es así. Hay ciertas cosas kármicas que se agotarán y terminarán después de que hayan madurado, pero eso no es de lo que estamos hablando cuando hablamos de purificar el karma. El hecho de que un potencial kármico negativo haya madurado y haya terminado de dar sus resultados no significa que hayas pasado por un proceso de purificación. La purificación se deshace de algo que podría madurar, que todavía tiene la posibilidad de madurar. Eso es de lo que estás limpiando el flujo mental. Aquí tienes que diferenciar. El karma, por sí solo, madurará y terminará de dar su resultado, pero eso no significa que hayas aplicado un oponente para deshacerte de él. Y no significa que hayas tomado alguna medida para evitar la acumulación de más karma.
Ahora bien, obviamente, practicar Vajrasatva con la motivación adecuada y cosas así no garantiza, como dije, que no vayas a actuar destructivamente otra vez, pero ciertamente puede ayudar, porque, durante la práctica, habrás pensado con mucha fuerza: “No quiero volver a actuar destructivamente”. Por lo tanto, sin duda te ayuda a actuar de manera menos destructiva. Por lo tanto, es beneficioso en muchos niveles.
Dediquemos algún tiempo a analizar, meditar y tratar de digerir lo que hemos estado hablando.
Cuando hablamos de meditación, lo que realmente enfatizamos en este curso es el tipo de meditación que Su Santidad el Dalái Lama enfatiza todo el tiempo, que es la analítica. En la meditación analítica, tratamos de comprender y discernir que esto o aquello es así, examinándolo muy de cerca y en profundidad. Solo cuando tratamos de comprender las cosas de una manera muy activa y hacemos un esfuerzo por verlas de cierta manera, podemos cambiar nuestras actitudes.
Ahora bien, eso no significa que no tengamos que aquietar también nuestra mente con la meditación shámata. Por supuesto que también tenemos que hacerlo, pero ese no es el objetivo final: simplemente tener una mente tranquila. Todo tipo de personas no budistas también lo practican; no es necesariamente un método budista. Una mente tranquila es algo necesario para la concentración, pero la concentración en sí, así como una mente tranquila, es simplemente una herramienta para poder, por un lado, acceder a los diversos potenciales y demás de la mente (mirarla desde un punto de vista) y, por otro lado, utilizar la mente con fines analíticos, para comprender.
[meditación]
¿Qué conecta las causas kármicas y los efectos kármicos?
Participante: En el caso de ser atropellado por un coche, el potencial kármico para experimentar el atropello podría haberse acumulado hace cinco vidas, aunque recién ahora esté madurando. ¿Cómo puedo llegar a la convicción de que existe una conexión entre lo que se hizo hace cinco vidas y lo que está madurando ahora?
Dr. Berzin: Bueno, esto nos lleva de nuevo a lo que dijimos antes en toda esta serie, que era que la comprensión del renacimiento y de la mente sin principio es esencial para todo este lam-rim… para todo el budismo. Uno realmente necesita estar convencido del renacimiento y de la falta de principio del continuo mental. El continuo mental sigue de vida en vida. No hay principio. Y lo que experimentamos ahora no se limita solo a lo que construimos ahora. Eso significa que hay una increíble cantidad de karma negativo y positivo que, a lo largo de todas estas vidas, se ha acumulado en el continuo mental.
Lo que es realmente difícil de entender es qué hace que algo madure ahora mismo. Y lo que hace que algo madure ahora mismo es una acumulación de una cantidad increíble de circunstancias. Todas esas circunstancias provienen, a su vez, de sus propias causas. Es por eso que solo un buda omnisciente, que sabe absolutamente todo y la interconexión de todo, es capaz de saber qué va a madurar ahora mismo. Es como el ejemplo que utilicé una vez en una conferencia sobre la predicción del tiempo: hay tantos factores diferentes involucrados que es muy difícil predecir con un 100% de certeza lo que va a suceder ahora mismo y lo que va a suceder dentro de un día.
Entonces, ¿cómo nos convencemos del renacimiento? Ahora volvemos a la misma pregunta. Tiene que ver con las continuidades.
Participante: Eso es como lo del renacimiento: creas una causa y luego experimentas un resultado.
Dr. Berzin: ¿Cuál es entonces el eslabón? Si creé una causa en una vida anterior, ¿cómo es que experimento el resultado ahora? Bueno, esta es una pregunta esencial que se discute en todos los sistemas de principios budistas de la India: ¿Qué es lo que lleva karma? ¿Qué es lo que pasa de una vida a otra?
Los potenciales y las tendencias son fenómenos imputados; no son formas de fenómenos físicos ni maneras de darse cuenta de algo
Todo esto nos lleva a la discusión del etiquetado mental –y no solo del etiquetado mental sino también de la imputación en general. Los potenciales kármicos son fenómenos no estáticos, lo que significa que cambian de un momento a otro. No son maneras de darse cuenta de algo ni formas de fenómenos físicos, como el tiempo, la impermanencia, las tendencias, los hábitos o el “yo”. Un potencial kármico es una mera imputación sobre el continuo mental. Es como lo que tienes en la primera integral en cálculo. Tienes una serie de puntos, y la primera integral constituiría una línea. Por lo tanto, una línea es una imputación sobre la serie de puntos. Una imputación es una síntesis de un cierto número de componentes relacionados que constituyen la base para la imputación. Los potenciales y las tendencias son ese tipo de fenómeno; son una síntesis de muchas ocurrencias de un suceso similar. Desde un punto de vista Sautrántika, diríamos que tales imputaciones son fenómenos objetivos o hechos objetivos. Nadie necesita imputarlos activamente para que existan.
Digamos que hemos cometido un cierto tipo de acción muchas veces (por ejemplo, fumar un cigarrillo). Obviamente, aquí hay una tendencia a repetir la acción. Esa tendencia es un hecho acerca de la conducta repetida, como lo es el potencial de repetirla. La tendencia y el potencial son imputaciones; son hechos sobre la conducta repetida que son el caso independientemente de que alguien los impute o no.
Según el Chitamatra, estos potenciales y tendencias kármicos son imputaciones sobre la conciencia fundamental, el alayavinjnana. Según otros sistemas de principios budistas indios no Prasánguika, son imputaciones sobre la base de la conciencia mental. Según el Prasánguika, los potenciales y tendencias kármicos son imputaciones sobre la continuidad del “yo” convencional. Pero ya que estamos explicando el karma en términos del sistema de Asanga, digamos simplemente que los potenciales y tendencias kármicos son imputaciones sobre el continuo mental.
La pregunta más crucial del karma es, entonces, ¿qué conecta una causa kármica con un resultado kármico? ¿Cómo se proporciona la continuidad de la relación causa-efecto? Y ese es un análisis muy complejo. Por eso estoy empezando a explicarlo. No he entrado en ello del todo, pero tienes la acción. Después de eso, tienes un potencial y una tendencia, ambos fenómenos imputados. No son formas de fenómenos físicos; no son maneras de darse cuenta de algo. Cada uno es una síntesis de lo que podríamos llamar una serie de “eventos kármicos” similares. Así es como se proporciona la continuidad. Por lo tanto, tienes que pensar en términos de lo que proporciona una continuidad de formas similares de comportamiento.
Participante: ¿Qué pasa con las neuronas?
Dr. Berzin: ¿Las neuronas? Bueno, existe una base física para la conducta repetida en esta vida, como las vías neuronales. El budismo no dice que no exista una base física, pero las vías neuronales no continúan de una vida a otra. Por eso las enseñanzas del tantra anutarayoga afirman que la energía más sutil que sustenta la vida es la base física de la mente de luz clara que continúa de vida en vida, con el “yo” convencional como imputación sobre ella y, según el Prasánguika, los potenciales y tendencias kármicos como imputaciones sobre ese “yo”.
Son cosas excelentes en las que pensar. Cuando hacemos meditación analítica, eso es lo que estamos haciendo. Estamos tratando de entender estas cosas y debatirlas. Sin embargo, no tiene por qué ser un debate formal. Debatimos; planteamos nuestras dudas. Y al debatir entre nosotros, tratamos de llegar a un entendimiento. Solo cuando planteamos dudas podemos obtener una comprensión correcta. Simplemente decir: "Oh, sí, sí. Lo entiendo", pero en realidad no lo entendemos, no conduce a ningún lado en términos de cambiar nuestro comportamiento o nuestras actitudes.
Pero la pregunta más importante es qué es lo que proporciona continuidad a la relación causa-efecto de una vida a otra. Como digo, cada una de las escuelas de filosofía budista india postula algo diferente como lo que proporciona la continuidad. A excepción de la Prasánguika-Madyámaka, todas postulan algo que se puede encontrar, que se establece por sí mismo y que va de una vida a otra, lo que significa que hay algo estable, es decir, inmutable. Esto, al final, tiene que ser refutado.
Participante: Entonces, cuando te das cuenta de la vacuidad, te das cuenta de que no hay continuidad.
Dr. Berzin: Incorrecto. Tú entiendes que hay continuidad. Como diría Nagáryuna, si las cosas no estuvieran vacías, no desprovistas de existencia verdadera, si las cosas no estuvieran vacías, no podría haber continuidad porque entonces las cosas no podrían conectarse entre sí. La analogía que utilizo es que estarían encapsuladas en plástico, simplemente sentadas por sí mismas, establecidas por su propio poder y, por lo tanto, no dependerían de nada más. No podrían conectarse, por lo que no podría haber continuidad de las cosas.
Participante: Entonces, la continuidad se imputa sobre cosas individuales.
Dr. Berzin: Exacto. Sin embargo, eso no significa que se pueda dejar de imputar continuidad. La imputación no requiere que alguien la haga. Aquí solo estamos hablando de qué tipo de fenómeno es algo, es decir, un fenómeno imputablemente conocible.
Participante: Alguien más podría conectar los puntos de otra manera.
Dr. Berzin: Claro, pero eso es irrelevante.
Luego, hay pruebas para ver cuál es la forma válida de conectar los puntos y cuál no. Diferentes personas pueden etiquetar a alguien de manera diferente. Puedes etiquetar a alguien como madre, hija o amante. Todas esas etiquetas podrían referirse a la misma persona. No significa que la persona no sea ninguna de esas.
De cualquier modo, algo para reflexionar.