Repaso
Comenzamos a analizar los cuatro principios o leyes principales del karma.
Lo primero que vimos fue la certeza del karma, que es que, si estamos experimentando infelicidad y sufrimiento, es seguro que esa infelicidad es el resultado de un comportamiento destructivo; y si estamos experimentando felicidad, es seguro que esa felicidad es el resultado de un comportamiento constructivo.
La felicidad de la que hablamos aquí se refiere específicamente a nuestro tipo de felicidad ordinaria y manchada, que no dura, nunca satisface y se transforma en infelicidad. Su causa es un comportamiento constructivo realizado sin una comprensión de la vacuidad del sí mismo, del “yo”. En otras palabras, cuando actuamos de manera constructiva (por ejemplo, absteniéndonos de lastimar a alguien, ayudando a alguien, etc.), aunque estemos libres de hostilidad, codicia y cosas por el estilo, lo hacemos sobre la base de un “yo” sólido: yo estoy haciendo eso. Yo soy esta persona sólida y verdaderamente existente que se está absteniendo, y tú eres esta persona sólida y verdaderamente existente a la que estoy ayudando. Entonces, ese tipo de comportamiento constructivo construye karma positivo dentro del samsara y es la causa de la felicidad samsárica. De todos modos, estos principios del karma tratan tanto del lado constructivo como del lado destructivo del comportamiento; el primer principio es la certeza del karma.
Luego hablamos del aumento de los resultados kármicos, el segundo principio. Esto significa que la fuerza de los potenciales y tendencias que construimos a partir de una pequeña acción puede aumentar mucho. Esto se debe a que el resultado no existe ya dentro del potencial o tendencia, esperando a salir, sino que lo que madura a partir de estos potenciales y tendencias seguirá siendo afectado por las diversas cosas que hagamos. Por lo tanto, si hacemos muchas cosas positivas, los potenciales positivos que construimos se harán más fuertes y contrarrestarán, en mayor o menor medida, la fuerza de los potenciales negativos y sus resultados. Si hacemos muchas cosas negativas, la fuerza de esos potenciales negativos y sus resultados seguirán aumentando.
Como resultado de pensar en eso, llegamos a la decisión de que definitivamente vamos a tratar de no aumentar los potenciales negativos, sino, en cambio, aplicar tantas fuerzas oponentes a estos potenciales negativos como podamos para debilitarlos. Al final, por supuesto, queremos deshacernos de ellos. Entonces, tal como hicimos cuando pensamos en el primer principio del karma, nos convencemos de que, ya que no queremos ser infelices, sino que queremos ser felices, debemos tratar de evitar las causas de la infelicidad.
El tercer principio, que es el que vimos la última vez, es que no nos encontraremos con los resultados kármicos de algo sin haber acumulado sus causas. Por lo tanto, experimentar una maduración del karma –en otras palabras, experimentar que nos sucede algo, ya sea negativo o positivo– no va a ocurrir a menos que construyamos las causas. Por lo tanto, si queremos lograr mejores renacimientos, la liberación o la iluminación, vamos a tener que construir las causas. Si no hemos acumulado las causas, no nos encontraremos con esos resultados.
Este es un punto muy profundo, en realidad, que puede inspirarnos a vivir nuestra vida de acuerdo con los principios de causa y efecto. Por ejemplo, si soy estudiante y quiero entrar en una buena escuela, necesito crear las causas para lograr ese resultado: necesito estudiar, necesito obtener buenas calificaciones, etc. Si quiero hacer un viaje a la India, necesito crear las causas para ello: necesito adquirir los medios financieros para poder pagar un boleto, etc. De la misma manera, si quiero evitar experimentar cosas terribles en el futuro, necesito debilitar las causas que he creado en el pasado y evitar crear más causas para que sucedan cosas negativas.
Estos puntos no son simplemente hechos abstractos e interesantes, sino que nos llevan a una comprensión bastante profunda de nuestro comportamiento.
No hay pérdida de resultados kármicos una vez creadas las causas
El último principio, el cuarto, que es el que queremos tratar esta tarde, es que no hay pérdida de resultados kármicos una vez que se han creado sus causas. Esto significa que, una vez que se han creado varios potenciales y tendencias kármicos, la capacidad de esos potenciales y tendencias para dar surgimiento a un resultado no va a desaparecer ni a agotarse por sí sola. Los potenciales y tendencias kármicos no se degeneran con el tiempo.
Es un punto muy interesante. Tiene que ver con las continuidades.
Diferentes tipos de continuidades
Existen varios tipos de continuidades o continuos.
Hay ciertas continuidades que se van degenerando con el tiempo. Se van degenerando y desintegrando gradualmente, como, por ejemplo, el cuerpo. El cuerpo se va deteriorando momento a momento. Cada vez envejece más y se acerca más a la muerte. En cierto sentido, se trata de un proceso natural. No hay nada que debamos añadir al sistema para que el cuerpo envejezca, se desintegre y muera.
Hay otros tipos de continuos que no se degeneran en absoluto, por ejemplo, el continuo mental. La continuidad del continuo mental sigue para siempre. Es eterno. Se ve afectado momento a momento por lo que conocemos, porque el objeto que conocemos en cada momento es diferente. Por lo tanto, cuando oímos que el continuo mental, o la mente, es “permanente”, tenemos que entender “permanente” en el sentido de “eterno”. “Permanente” no significa que el continuo mental no cambie de momento a momento; es decir, su naturaleza no cambia de momento a momento, aunque el objeto que conoce sí. Por lo tanto, tenemos que ser muy cuidadosos con la forma en que utilizamos estas palabras, “permanente” e “impermanente” cuando se usan con relación a la mente. Es importante que no se malinterpreten.
Luego hay otros tipos de continuidades, como las tendencias y los potenciales kármicos. Las tendencias y los potenciales no se deterioran por sí solos. Sin embargo, pueden disminuir y aumentar en términos de su fuerza porque, como hemos visto, se ven afectados por las cosas que hacemos, es decir, por las tendencias y los potenciales kármicos adicionales que acumulamos. Se interconectan entre sí. Se pueden debilitar mediante la aplicación de fuerzas oponentes. Por ejemplo, los potenciales positivos pueden debilitarse por la ira y los potenciales negativos pueden debilitarse por la purificación. Sin embargo, aunque la intensidad de estos continuos puede disminuir, no se van a deteriorar momento a momento ni a ir cuesta abajo de forma constante como lo hace el cuerpo. A diferencia de los cuerpos físicos, no van a terminar por sí solos. Una vez más, hay diferentes formas en que las cosas terminan. En el caso de las tendencias y los potenciales, terminan cuando han dado surgimiento a sus resultados o, en el caso de los potenciales negativos, cuando se han purificado por completo. Aparte de esas dos formas de terminar, no hay otra forma de que desaparezcan. Por lo tanto, esto es algo en lo que tenemos que pensar y analizar más profundamente.
Pensemos en ello por un momento.
[meditación]
¿Cómo es que la maduración de un potencial kármico provoca que ese potencial termine?
Participante: Tengo un problema con la idea de que, cuando uno experimenta el resultado de un potencial kármico negativo, el potencial desaparece. Por ejemplo, uno mata a alguien en esta vida y luego, en una vida futura, somos asesinados. ¿Por qué el hecho de que seamos asesinados debería contrarrestar el asesinato que uno cometió antes? Está bien, uno puede purificar ese potencial negativo, eso está claro. Pero ¿cómo es que el resultado que madura contrarresta la causa?
Dr. Berzin: Utilizaste palabra “contrarrestar”. No es la palabra correcta en este caso. ¿Cómo es que la maduración del potencial kármico causa que deje de existir?
En primer lugar, hay algunos potenciales o tendencias kármicas que dan resultados solo una vez, otros que dan varios resultados a lo largo del tiempo. Un potencial kármico de una acción puede dar surgimiento a un resultado o a muchos resultados. También puede haber una combinación de muchos potenciales kármicos, y esa combinación puede dar surgimiento a un resultado o a muchos resultados. Así pues, existen todas estas posibilidades. En cualquier caso, con el tiempo, el potencial o la tendencia se terminará. Madurará y dejará de dar surgimiento a su resultado.
Así pues, la pregunta es, ¿qué es un potencial o una tendencia? Un potencial o una tendencia es una imputación que conecta una causa y un efecto. Como fenómeno imputado, es el factor de conexión. Así pues, por definición y por la naturaleza de lo que es un potencial o una tendencia –es decir, un potencial o una tendencia a dar surgimiento a un resultado– deja de existir una vez que ha dado surgimiento a su resultado.
Participante: Digamos que en la siguiente vida uno es asesinado. La imputación de un potencial para ser asesinado es lo que conecta este suceso con el hecho de que hayamos matado a alguien antes. Luego, una vida después, digamos que uno no muere, pero está muy enfermo durante toda su vida.
Dr. Berzin: Básicamente, lo que te preguntas es cómo sabemos cuándo algo ha terminado de madurar. No lo sabemos.
Dos tipos de maduración
Por cierto, hay dos tipos de maduración (smin-pa, madurar) que quería mencionar.
- Un tipo de maduración es como la maduración de una fruta verde: cada vez madura más hasta que está completamente madura. Eso sería como un entramado de potenciales positivos que se construyen cada vez más hasta que dan como resultado, digamos, alcanzar el estado de arya, alcanzar la liberación o la iluminación. Ese es un tipo de dar surgimiento a un resultado, de maduración.
- El otro tipo, que se refiere a la forma en que el karma madura, no implica un proceso de maduración por el cual algo se vuelve cada vez más maduro a cada momento. La maduración aquí es más como una fruta que cae de un árbol cuando está madura: la causa simplemente se agota (zad-pa) y termina.
Como digo, no sabemos si un potencial kármico ha terminado completamente de dar su resultado. Entonces, dada esa situación, ¿qué hacemos? ¿Qué sigue del pensamiento: “No sé si realmente he terminado con este karma negativo de haber hecho daño a alguien”? Lo que se sigue es que continúes con la purificación. No es como si pudieras decir: “Ahora me he ocupado de todo mi karma negativo”. Si te has ocupado de todo tu karma negativo, eres un ser liberado. Eres un arhat.
Participante: La idea de la purificación está bien. Lo que no entiendo es cómo este potencial o tendencia simplemente desaparece al dar surgimiento a su resultado.
Dr. Berzin: Un potencial o una tendencia desaparece al dar surgimiento a su resultado porque un potencial o una tendencia es una imputación que conecta la causa con el resultado.
Participante: ¿Puedo dar un ejemplo?
Dr. Berzin: Por favor, brinda un ejemplo.
Participante: Digamos que golpeas una bola de billar con un taco de billar. Esta se dirige hacia otra bola de billar a una velocidad determinada. Cuando golpea la otra bola, se detiene. Por lo tanto, el movimiento y la velocidad terminan una vez que la bola ha transmitido su fuerza a la siguiente.
Dr. Berzin: El hecho de que la primera bola de billar se detenga o no después de golpear a la segunda depende del giro que se le dé a la bola; podría continuar. ¡Pero ignoremos eso! Yo solía jugar al billar cuando estaba en la universidad. De todos modos, estás diciendo que la primera bola de billar transmite su impulso a la otra bola.
Yo modificaría tu ejemplo. No creo que sea del todo exacto. Cuando golpeas la bola, esta tiene el potencial de golpear a la otra. Una vez que ha golpeado a la otra, el potencial de golpear a la otra bola se acaba porque el potencial de golpear la otra bola se define en términos de su punto final, que es golpear la otra bola. Eso sí, puede que no tenga el impulso suficiente para alcanzar la otra bola, pero eso no viene al caso.
Participante: Entonces es más una cuestión de definición.
Dr. Berzin: Eso es lo que dije. ¿Qué es un potencial kármico? Es lo que conecta la causa y el efecto.
Participante: A mí me parece que con el efecto –la otra pelota o lo que sea– la energía sigue su camino, se va a otro lado.
Dr. Berzin: Bueno, no. Un potencial no es como una bola de billar que gira y continúa girando después de haber golpeado a la otra bola. Pongamos el ejemplo de una fruta en un árbol. La fruta tiene el potencial de madurar y caerse del árbol. Una vez que se ha caído del árbol, el potencial de caerse del árbol se acaba.
Participante: Pero luego dará surgimiento a una nueva planta.
Dr. Berzin: Sí, pero esto es solo un ejemplo. Por supuesto que dará surgimiento a una nueva planta. Lo mismo ocurre cuando alguien nos hace daño: reaccionamos, probablemente enfadándonos y lastimando a la otra persona. De esa manera, acumulamos más potencial para repetir la acción o para experimentar un tipo de acción similar. Y así sigue y sigue. Eso es el samsara.
Participante: Para mí, lo importante es que el potencial sigue existiendo. No es que se acabe cuando ha dado su resultado. Cambia de otra manera, va en otra dirección.
Dr. Berzin: No es que cambie de otra manera. No se puede decir eso.
Recuerden, el karma madura de muchas, muchas maneras diferentes. Hay muchos tipos diferentes de resultados. Uno es la infelicidad, que es el resultado de haber actuado destructivamente. Bueno, debido a que eres infeliz, puedes volver a realizar otras acciones destructivas. Sin embargo, no creo que puedas decir que las acciones destructivas que realizas después de experimentar infelicidad se hayan cometido porque eres infeliz. No sé si puedes conectar esas dos cosas como parte del mismo continuo kármico de causa y efecto. El karma también puede madurar en un estado de renacimiento futuro. Debido a la conducta destructiva, podrías, por ejemplo, nacer con los agregados de un ser del reino infernal. En ese reino infernal, podrías matar a otros seres y, por lo tanto, acumular más karma negativo. Pero ese es un tipo de continuidad diferente de la que estamos hablando aquí. No es lo mismo que la continuidad de causa y efecto.
Participante: ¿De qué se trata?
Participante: Es una cuestión de la extensión de la imputación. Al menos se puede decir: “La imputación se basa únicamente en la secuencia de causa y efecto kármicos”, y entonces se termina. De lo contrario, la energía continúa.
Dr. Berzin: Bueno, esto es interesante. Él dice que una imputación puede conectar muchas cosas diferentes, como una secuencia de causa y efecto kármicos, pero que la energía continúa después de que un resultado haya madurado a partir de una causa kármica. Hay que tener un poco de cuidado aquí. ¿Qué quiere decir con “energía”? ¿Dónde está la energía aquí? Hay muchas cosas diferentes que están involucradas en el proceso kármico: potenciales, tendencias, hábitos, cosas que ya no suceden, cosas que todavía no suceden.
Participante: Sí. Pero se transforma en algo y así continúa.
Dr. Berzin: No. Tienes un resultado. Cada resultado puede actuar como una circunstancia para que surja otra acción kármica. Por lo tanto, en ese sentido, hay continuidad, ciertamente.
Participante: Entonces, si tienes una semilla, puedes tener una planta a partir de esa semilla. Una vez que la planta comienza a crecer, la semilla deja de existir. Y no puedes tener dos plantas a partir de una semilla. Pero cuando tienes la segunda planta, esa planta puede dar surgimiento a otras semillas.
Dr. Berzin: Es una buena analogía, pero hay que tener un poco de cuidado porque no es del todo precisa, aunque ninguna analogía es del todo precisa. Tenemos una semilla, que crece hasta convertirse en una planta, pero la semilla ya no está presente, se acabó. De la primera semilla surge una planta, y esa planta puede dar surgimiento a otras semillas. Bien, “semilla” es la palabra para las tendencias kármicas, la infelicidad no da surgimiento a otras tendencias kármicas, sino que lo que da surgimiento a otras tendencias kármicas son las conductas destructivas que adoptamos porque somos infelices, no la infelicidad en sí. Por tanto, nuestro ejemplo no es del todo análogo, pero, claro, hay continuidades.
Creo que esto es lo que querías decir: quieres crear un continuo, en cierto sentido, a partir de ser infeliz, de la experiencia de que te pasan cosas desagradables y, como resultado, volver a actuar de forma destructiva. Entonces, ¿cómo conectarías esas cosas en términos de una etiqueta mental? ¿Qué etiqueta mental se referiría a todo eso? Creo que la etiqueta mental que usarías sería “samsara”. Ahora bien, esa no es la definición precisa de “samsara”, pero experimentar las cosas de esa manera es algo propio del samsara. El proceso samsárico real se describe mediante los doce eslabones, que son mucho más complejos de lo que estamos hablando aquí. Los doce eslabones describen la perpetuación de todo el samsara en sí: concepción, nacimiento, envejecimiento, etc. En ese proceso, creas más hábitos de no darse cuenta, lo que genera más tendencias kármicas que se implantan en el continuo mental. Así que sigue y sigue así. Entonces, creo que eso, “samsara”, sería el nombre que le daríamos a ese tipo de continuo, el de la perpetuación de diversos patrones. Pero dentro de eso, hay causa y efecto.
Sin las circunstancias necesarias, un potencial no puede dar surgimiento a un resultado
Volvamos a la cuarta ley del karma, el cuarto principio. La última vez, alguien se opuso a la palabra “ley”. Sin embargo, no es que alguien haya inventado estas leyes y ahora nos las esté imponiendo. El cuarto principio es que hemos desarrollado una tendencia o potencial, su capacidad para dar surgimiento a un resultado no se va a agotar. Esa tendencia o potencial no va a desaparecer hasta que dé surgimiento a un resultado o hasta que ya no sea absolutamente posible que surja un resultado de ella.
¿Cuándo ya no sería posible que surgiera un resultado? Cuando las circunstancias para que surja el resultado están incompletas. Un resultado surge solo cuando están presentes las circunstancias necesarias, circunstancias como el apego y la actitud obtentora, que se describen en los doce eslabones como las que subyacen básicamente a todo aferramiento a un “yo” sólido. Por lo tanto, un potencial o tendencia no va a desaparecer, y eso se debe a que todavía tenemos aferramiento a la existencia verdadera. A menos que nos deshagamos de esa circunstancia, los potenciales y las tendencias seguirán dando surgimiento a resultados.
Ahora bien, por supuesto, podemos hablar de otros tipos de circunstancias, como las que se dan cuando un coche nos atropella, el ejemplo del que hablábamos antes. Alguien tuvo que haber conducido el coche, tuvimos que haber salido a la calle, alguien tuvo que haber construido la carretera, etc. Hay todo tipo de circunstancias que hacen que madure un potencial o una tendencia. Sin embargo, en última instancia, lo que está detrás de todo ello es el aferramiento a la existencia verdadera.
Participante: Sí, pero ¿realmente el potencial desaparece cuando se dan las circunstancias y da su resultado?
Dr. Berzin: Sí, porque el potencial es un potencial para dar un resultado. Así es como se define.
Participante: Entonces es solo una imputación.
Dr. Berzin: Exactamente. Es solo una imputación. Esa es la cuestión: es una imputación. Las imputaciones, tal como las hemos estado analizando, son abstracciones, pero solo en el sentido de que no son formas de fenómeno físico. Pero recuerden, tampoco son maneras de darse cuenta de algo. Pero el hecho de que no sean alguna de esas dos cosas no significa que no existan y no funcionen.
[meditación]
Permítanme darles otro ejemplo: una vida. Una vida –esta vida– es una imputación en un continuo que va desde la concepción hasta la muerte. Una vez que llega la muerte, la continuidad de esta vida termina. Puede haber otras cosas que continúen, que sigan, pero como esa parte llamada “esta vida” es una imputación con límites, que tiene un comienzo y un final definidos, entonces una vez que llega la muerte, termina. El límite de “esta vida” no se extiende a la siguiente vida.
Participante: Eso fue lo que dije desde el principio: es solo por definición. Se define de “esto” a “esto” lo que, en el caso de una vida, se define desde que comienza hasta que termina. Pero se podría definir de forma totalmente diferente.
Dr. Berzin: Bueno, no se podría definir un potencial kármico de esa manera. Se podría definir otra cosa de esa manera.
Participante: Mi segunda pregunta es totalmente diferente: si tengo el potencial de ser asesinado por alguien, pero luego elimino todas las circunstancias por completo, ¿podría todavía decir que existe el potencial de que me maten?
Dr. Berzin: ¡No! Así es exactamente como se purifica el karma: la comprensión de la vacuidad lo purifica. Tienes un potencial o tendencia como imputación sobre una secuencia kármica de causa y efecto, y para que el efecto ocurra, las circunstancias, las circunstancias necesarias tienen que estar presentes. Sin la presencia de esas circunstancias, el resultado no puede ocurrir. Si es absolutamente imposible que esas circunstancias ocurran, nunca puede surgir un efecto. Si un efecto nunca puede surgir, entonces no puede haber una imputación como una conexión entre causa y efecto. Recuerda, un fenómeno imputado es uno que depende de una base. Si la base ya no existe, la imputación sobre esa base ya no existe. Por lo tanto, una vez que ya no puede haber un efecto, la base –una causa y un efecto– ya no está completa y, por lo tanto, el potencial kármico o la tendencia que los conecta ya no existe. Así es como se purifica el karma. No hay otra manera. Como describí, la meditación de Vajrasatva y este tipo de cosas son solo limpiezas temporales de la pizarra. Sin embargo, no te has deshecho de las causas que te llevarían a desarrollar más tendencias.
Participante: Pero ¿cómo se puede estar seguro de que es así? Al fin y al cabo, hay fenómenos que simplemente se desgastan.
Dr. Berzin: ¿Cómo puedes estar seguro de que los potenciales y tendencias kármicos no son el tipo de fenómeno que simplemente se desgasta, por ejemplo, como el cuerpo?
Participante: Sí. O incluso algo como estar muy enojado: después de un tiempo, el enojo se va reduciendo cada vez más.
Dr. Berzin: En primer lugar, estamos hablando de potenciales y tendencias. No estamos hablando de formas de fenómenos físicos o maneras de darse cuenta de algo. Hay una gran diferencia. Una manera de darse cuenta de algo, como la ira, puede disminuir cada vez más. Pero en realidad eso se refiere a una sola ocurrencia de la ira. No es que la tendencia a estar enojado vaya a disminuir por sí sola y nunca más vuelva a ocurrir. Simplemente no está presente temporalmente, temporalmente no da un resultado. Por lo tanto, la tendencia a enojarse da resultados de manera intermitente, no todo el tiempo.
Esa es, por cierto, la diferencia entre una tendencia y un hábito, al menos en la terminología que yo utilizo. En su sentido más estricto, la palabra “hábito” se utiliza solo para el hábito de aferrarse a la existencia verdadera, que da su resultado todo el tiempo. Siempre estamos aferrándonos a la existencia verdadera. Pero una tendencia da surgimiento a sus resultados solo a veces. Así que, ya sea que la tendencia sea estar enojado o experimentar el resultado kármico de sentirse infeliz, no te hará enojar o sentirte infeliz todo el tiempo. Te hará enojar o sentirte infeliz una vez o tal vez unas cuantas veces, pero no te hará enojar y sentirte infeliz a cada momento, para siempre.
Pero estos potenciales, tendencias y hábitos de los que estamos hablando son fenómenos imputados, fenómenos que dependen de una base para existir. Son fenómenos no estáticos que no son maneras de darse cuenta de algo ni formas de fenómenos físicos. Son un tipo diferente de fenómeno. Técnicamente hablando, son un tipo de variable que afecta no congruente (ldan-min 'du-byed).
¿Podemos pensar en un ejemplo de un fenómeno imputado que se desgasta? Una vida. Una vida se está acercando constantemente a su fin; se hace cada vez más corta. Aunque un potencial o tendencia es un tipo de continuo diferente de una vida, hay un aspecto de un resultado kármico, que mencionamos brevemente la última vez, que es similar, a saber, el aspecto de lo que aún no acontece del resultado: que es cinco minutos antes, luego cuatro minutos antes, luego tres minutos antes, y así sucesivamente. En ese sentido, un potencial o tendencia se acerca cada vez más a dar su resultado, aunque no se sabe con certeza cuándo lo dará porque el momento de la maduración se ve afectado por las circunstancias y depende de ellas.
Así pues, un potencial o una tendencia kármica se va acercando a su fin en el sentido de que, cuando dé surgimiento al resultado, se habrá acabado. Sin embargo, la capacidad de un potencial o una tendencia de dar surgimiento a un resultado no es algo que se desgaste con el tiempo. No es que, al principio, sea 100% seguro que dará un resultado y, si esperas un poco más, solo sea 99% seguro que dará un resultado, y si esperas aún más, solo sea 10% seguro que dará un resultado y que, al final, no dé ningún resultado. No es así. Esto es lo que dice este principio. No es que la capacidad del potencial o de la tendencia de dar un resultado vaya a perder su eficacia. Pero, sin duda, el potencial de dar un resultado se va acercando cada vez más al momento en que ya no existirá. Ya no existirá porque lo hayas purificado –si es negativo– o porque haya dado su resultado. Pero el hecho de que, si no se ha purificado, dé un resultado no es algo que se vuelva cada vez menos seguro. Este es el objetivo de este principio.
Eso está muy bien. Gracias por ayudar a aclararlo. Pensemos en ello.
La importancia de la purificación
Como consecuencia de la comprensión de este cuarto principio, nos damos cuenta de que “he acumulado tanto karma negativo que tengo que purificarlo; de lo contrario, no va a desaparecer”. Ese es el objetivo de este principio. Es posible que haya hecho mucho daño a alguien con lo que dije o hice hace mucho tiempo, ya sea en esta vida o en otra (al menos podemos recordar lo que hicimos en esta vida), pero el hecho de que hayan pasado tantos años no significa que no habrá ningún resultado kármico. Ese es el objetivo. Por lo tanto, tengo que purificarme. Tengo que salir de mi estado de pereza y purificarme porque estos potenciales kármicos negativos no van a desaparecer por sí solos. Ese es el objetivo.
Participante: Pero la verdadera purificación solo es posible desde el camino del ver. De lo contrario, los oponentes que utilices solo podrán debilitarla.
Dr. Berzin: Exactamente. El verdadero oponente comienza con la cognición no conceptual de la vacuidad, cuando te conviertes en arya. Ahí es cuando realmente comienza a suceder. Antes de eso, puedes purificarte solo temporalmente. E incluso si haces la meditación de Vajrasatva de manera absolutamente perfecta y correcta, no limpias completamente la pizarra porque aún existen las tendencias sutiles que pueden hacer que repitas las acciones negativas. No tienes la garantía de no repetirlas. Entonces, es solo una disminución temporal del peso de la fuerza kármica.
Participante: Entonces, no se puede hablar realmente de purificación en este contexto.
Dr. Berzin: Bueno, es purificación en el sentido de que ayuda a disminuir muchísimo la maduración de los potenciales destructivos que tenemos. ¿Qué puede resultar de eso? Una mejor oportunidad de conseguir un preciado renacimiento humano, una mejor oportunidad de obtener una visión más profunda del Dharma, una mejor oportunidad de progresar en el camino. Por eso se hace como parte del ngondro (sngon-'gro, prácticas preliminares), antes de entrar en la práctica seria del tantra: es para que surjan menos obstáculos y haya una mayor posibilidad de tener éxito. De lo contrario, cuando te metes en la práctica, surgen todo tipo de obstáculos.
Las prácticas preliminares (Ngondro) no son solo para el tantra
Además, no creo que se deba restringir este tipo de práctica del ngondro a la práctica preliminar para el tantra. Creo que eso es muy miope. Debería ser una práctica preliminar para todo lo que se refiere al Dharma, el sutra y el tantra.
Participante: Pero en realidad es para tantra.
Dr. Berzin: Los preliminares suelen realizarse en términos de tantra, pero creo que esto se debe a que los tibetanos siempre siguen una combinación de sutra y tantra. Todo el budismo tibetano lo hace. Pero se especifican en términos de preliminares "compartidos" y "no compartidos".
Los preliminares compartidos son básicamente el lam-rim, los cuatro pensamientos que dirigen la mente hacia el Dharma, etc. Pero sea cual sea el esquema organizativo que se utilice para el lam-rim, el material es exactamente el mismo; solo está organizado y nombrado de forma diferente. Esos preliminares se denominan “compartidos” porque son compartidos entre el sutra y el tantra.
Los preliminares no compartidos implican 100.000 postraciones, 100.000 recitaciones del mantra de las 100 sílabas de Vajrasatva y de un verso o mantra del yoga del gurú, y 100.000 ofrendas del mándala. Esas son las formas más genéricas de los no compartidos. En Gelugpa hay nueve preliminares, que incluyen 100.000 ofrendas de cuencos de agua, 100.000 ofrendas quemadas a Vajradaka, 100.000 recitaciones del mantra Samayavajra (para purificar cualquier ruptura del vínculo cercano con el gurú propio) y 100.000 estatuas de arcilla tsa-tsa (hacer cien mil de ellas no es ninguna broma).
Hay muchas prácticas preliminares. No deberían pensar que solo hay cuatro. Todo depende de lo que tu maestro te diga o te sugiera que hagas. Milarepa tuvo que construir algunas torres. Hay todo tipo de preliminares que se te pueden pedir que hagas. Pero, personalmente, creo que estos preliminares son extremadamente útiles no solo para la práctica del tantra sino para toda la práctica.
Participante: También se puede hacer la plegaria de refugio.
Dr. Berzin: Exacto. Hay otras prácticas. Depende de cómo las cuentes. En la tradición Gelugpa, la postración se hace mientras recitas la plegaria de refugio y la de bodichita. En otras tradiciones, recitas la oración de refugio 100.000 veces, recitas la oración de bodichita 100.000 veces y haces la postración 100.000 veces. Así que las haces por separado. No importa. Es lo mismo. Es lo mismo, solo que con estilos diferentes. Como dicen en la India: “exactamente lo mismo, solo que con estilos diferentes”, que es una forma muy bonita de describirlo.
¿Dónde estábamos? Hablábamos de los potenciales y tendencias kármicos. El objetivo principal de este cuarto punto es pensar en términos de los potenciales negativos que hemos acumulado. No van a desaparecer por sí solos. Definitivamente madurarán en algún momento, a menos que hagamos algo al respecto. Por lo tanto, es mejor que hagamos algo al respecto. Como mínimo, querríamos dejar de acumular más potenciales negativos absteniéndonos de la conducta destructiva y adoptando una conducta constructiva. La forma más básica de hacerlo es abstenernos de actuar destructivamente cuando surge la sensación de querer hacer algo destructivo. Puede que tengamos ganas de aplastar a ese mosquito y matarlo, pero no lo hacemos porque pensamos en las consecuencias negativas que se derivarán y queremos evitarlas.
Eso es parte de lo que hace que una acción sea constructiva: tener la motivación de “quiero evitar la infelicidad que seguirá”. Y si queremos hacerlo de una manera Mahayana, entonces es “quiero evitar los obstáculos que causará porque esos obstáculos afectarán mi capacidad de ayudar a los demás y alcanzar la iluminación. Si hago esta acción y experimento las consecuencias de ella, seré menos capaz de ayudar a los demás; por lo tanto, no voy a matar ese mosquito. Lo atraparé en un frasco cuando se pose en la ventana, le pondré un papel debajo y lo llevaré afuera”. O, si realmente somos bodisatvas, “dejaré que se alimente de mí”. Pero esa no es una práctica para principiantes.
Participante: Supongamos que he construido un potencial negativo. ¿Cómo debilitarían el potencial negativo los potenciales positivos que he construido? Por favor, no utilice la palabra “imputación”. ¿Podría dar una explicación más física?
Dr. Berzin: Eso significa que tengo que encontrar una analogía física, aunque no estemos hablando de cosas físicas; estamos hablando de cosas no físicas.
Vale. Cuando tienes una pared negra y le aplicas una fina capa de blanco, el blanco hace que la pared sea menos negra. Por lo tanto, contrarresta el negro. ¿Qué tal ese ejemplo?
Participante: Está bien.
Participante: En ese caso ¿cuál sería la causa y cuál sería el resultado?
Dr. Berzin: La cuestión es que la fuerza de la maduración del karma no está predeterminada porque la maduración se ve afectada por las circunstancias. Sigo volviendo al punto del Samkhya que se refuta, que es que el resultado ya está dentro de la causa, esperando a salir.
El resultado –lo que va a suceder– no es fijo. No se queda ahí esperando la circunstancia adecuada para aparecer. En ese sentido, el resultado es… no usemos la palabra “imputación”. En ese sentido, el resultado es amorfo; no está formado. Varias circunstancias van a aparecer y van a afectar la fuerza del resultado y la forma que tomará. Entonces, si agregamos más cosas negativas a la pila, a esta red, el resultado de la fuerza negativa va a ser más fuerte; será peor. Si agregamos muchas cosas positivas, el resultado de la fuerza negativa será más débil. Depende de la frecuencia con la que realizamos la acción destructiva, depende de cuán fuerte sea nuestra ira, depende de si contrarrestamos la acción con cosas positivas como el arrepentimiento o la reforzamos con cosas negativas, etc. Todos estos factores afectan cómo madura un potencial negativo. Pero no van a afectar el hecho de que madure. Ese es el punto de este cuarto principio. Seguramente madurará, a menos que lo purifiquemos, claro está. Cómo madurará depende de varios factores.
¿Por qué no tomamos unos últimos minutos para digerir esto y luego terminamos?
[meditación]