Lam-rim 57: El sufrimiento de la vejez

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Repaso

Atravesamos las etapas graduales del camino para desarrollarnos espiritualmente. Estas etapas corresponden a los tres niveles de motivación: inicial, intermedio y avanzado. Inicialmente, pensamos en vidas futuras, buscando asegurarnos de seguir teniendo mejores estados de renacimiento, en particular renacimientos humanos valiosos, para poder continuar en el camino espiritual. Esto subraya que no es un objetivo espiritual solo beneficiar esta vida, aunque, obviamente, queremos progresar en ella. La motivación de nivel intermedio es superar por completo el renacimiento incontrolablemente recurrente, o samsara. La motivación de nivel avanzado es alcanzar el estado iluminado de un buda para poder ser de la mejor ayuda para todos. 

En el nivel inicial, queremos superar el sufrimiento del sufrimiento, es decir, el dolor. En el nivel intermedio, queremos superar el sufrimiento del cambio, que es nuestra felicidad ordinaria que nunca satisface, y también el sufrimiento que todo lo impregna, que es el renacimiento incontrolablemente recurrente, la base de los dos primeros tipos de sufrimiento. En el nivel avanzado, queremos superar nuestras limitaciones que nos impiden ser de la mejor ayuda para todos. 

Nivel inicial

El preciado renacimiento humano

La base del nivel inicial de motivación, y la base de todos estos niveles, es el preciado renacimiento humano. Ante todo, necesitamos reconocerlo, aceptarlo y luego apreciar su existencia. El preciado renacimiento humano es un estado en el que nos liberamos, aunque solo temporalmente, de diversas condiciones que nos impedirían progresar espiritualmente. Estas incluyen renacimientos peores, tener graves limitaciones que nos dificultan el aprendizaje, etc. Particularmente terrible es tener una actitud muy negativa hacia cualquier tipo de crecimiento espiritual, estar completamente cerrado y ser antagónico. Somos muy afortunados de no tener eso. No hemos nacido en circunstancias horribles sin enseñanzas, sin maestros ni apoyo para las enseñanzas que nos ayuden a salir adelante. Nuestra vida, en cambio, está llena de cualidades, factores y circunstancias que nos permiten crecer espiritualmente. Esto es extremadamente raro. No es algo que debamos dar por sentado. Definitivamente se basa en causas, y debemos comprender cuáles son. Estas, básicamente, son actuar éticamente refrenándonos de comportamientos negativos, haciendo plegarias para poder continuar en el camino espiritual, practicando la generosidad, autodisciplina ética, paciencia, perseverancia, concentración y usando nuestra inteligencia de forma positiva y discriminante, etc. 

Muerte e impermanencia

Los preciados renacimientos que tenemos definitivamente terminarán. Necesitamos reconocerlo, y debe ser muy real para nosotros que la muerte llegará con seguridad. No hay certeza de que estaremos vivos ni siquiera en la próxima hora, y mucho menos al día o año siguiente. Si pensamos en términos de renacimiento, que aquí es un hecho, vemos que lo que nos ayudará en el momento de la muerte y en vidas futuras no es cuánto dinero hayamos ganado, ni cuántos amigos tengamos, etc. Lo único que nos ayudará son los hábitos positivos que hemos desarrollado en nuestro continuo mental, las llamadas medidas preventivas del Dharma que nos impiden experimentar sufrimientos cada vez peores.

Tener cautela de los peores estados de renacimiento

Si no hemos desarrollado suficientes potenciales positivos, predominarán los negativos, y nos encontraremos en un horrible estado de renacimiento, que puede durar muchísimo tiempo. Podríamos nacer como un ser atrapado en un reino sin alegría, generalmente conocido como los "reinos infernales", que son los peores estados de sufrimiento que podríamos experimentar; como un fantasma aferrado, una especie de espíritu plagado de hambre, sed y paranoia, completamente frustrado al no poder satisfacer sus necesidades; o como un animal. Y por animal, debemos pensar en el sufrimiento de los animales que son cazados por otros animales o por el hombre, ya sea por diversión o por comida. Pasan por situaciones muy difíciles cuando son explotados por el hombre, viviendo constantemente con miedo, etc. Esto sería horrible. Hay muy poco que podríamos aprender, excepto quizás a buscar una pelota si tenemos suerte o a balancearla sobre la nariz. Eso no nos asegura un mejor renacimiento, ¿verdad? 

Ver eso nos lleva a un estado de miedo saludable. Realmente no queremos que esto suceda. Lo encontraríamos absolutamente horrible e inaceptable. No es un miedo paralizante que nos haga sentir impotentes y desesperanzados, porque sabemos que hay una manera de evitarlo. La manera de evitarlo es darle una dirección positiva a nuestra vida. Eso se llama "dirección segura" o "refugio". Esto significa ir en la dirección del Buda, el Dharma y la Sangha. Específicamente, pensamos en términos del Dharma. El Buda dijo: "Que el Dharma sea tu guía" al morir. 

Dirección segura

El Dharma, aquí, se refiere no solo a las enseñanzas, sino a lo que se logra al seguirlas: (1) la verdadera detención de los oscurecimientos emocionales y cognitivos, (2) las verdaderas mentes que son el camino: las verdaderas comprensiones que producirán esa verdadera detención y que resultarán de ella. Alcanzar estas es la mejor protección contra todo sufrimiento; es la eliminación total de las causas del sufrimiento. Los Budas son aquellos que las han experimentado y alcanzado plenamente. La Sangha Arya son aquellos que las han alcanzado parcialmente. Indican esa dirección segura mediante su inspiración, su guía, su ayuda y su enseñanza. En el nivel inicial, comenzamos el proceso de liberarnos de los oscurecimientos emocionales ejerciendo el autocontrol para no actuar destructivamente, lo cual hacemos cuando estamos bajo el control de las emociones perturbadoras.

Abstenerse de conductas destructivas

Para avanzar en esa dirección, lo primero que debemos hacer es evitar peores renacimientos, resultado de nuestro comportamiento destructivo. Ese es el enfoque del nivel inicial. Para ello, necesitamos superar el primero de los dos tipos de ignorancia, o no darse cuenta. El no darse cuenta significa que no sabemos, o que sabemos de forma incorrecta e inversa. Este primer tipo de no darse cuenta es el no darse cuenta de la causa y el efecto del comportamiento, el no darse cuenta de que actuar de forma destructiva nos traerá infelicidad y sufrimiento, mientras que actuar de forma constructiva nos traerá felicidad. 

Ahora bien, cuando hablamos de sufrimiento o felicidad como resultado de nuestro comportamiento, nos referimos a lo que experimentaremos. No a lo que haremos experimentar a otros, ya sea haciéndoles daño o ayudándolos. Ese no es el enfoque aquí. El enfoque está en lo que nos hacemos a nosotros mismos en términos de nuestras experiencias futuras. Esto es lo que debemos abordar primero. 

En el caso del comportamiento destructivo, analizamos las diez acciones destructivas: matar, robar o participar en conductas sexuales inapropiadas, dañinas o autodestructivas; mentir, hablar de manera divisiva, hablar de forma dura o abusiva, o charlar sin sentido; pensar con codicia, pensar con malicia y pensar distorsionadamente con antagonismo. Hacemos estas cosas porque no entendemos que nos traerán cada vez más infelicidad. Por supuesto, nuestras acciones destructivas estarán motivadas por la ira, el deseo anhelante, el apego, la codicia o la ingenuidad, ya sea ingenuidad sobre la causa y el efecto o ingenuidad sobre cómo existimos. Pero lo principal que se enfatiza en este nivel inicial es que nuestras acciones están motivadas por la ignorancia de los resultados y por pensar de forma inversa; en otras palabras, pensar que actuar de esta manera (matar a nuestro enemigo, por ejemplo) nos hará felices. 

El comportamiento constructivo se describe aquí como refrenarse de actuar de forma destructiva cuando tenemos ganas de hacerlo. Todo comportamiento constructivo aquí se define en esos términos. "Tengo ganas de aplastar ese mosquito, pero me doy cuenta de que eso me traerá más sufrimiento porque crea el hábito de querer matar cualquier cosa que me moleste, lo que significa que nunca desarrollo paciencia ni nada por el estilo. Para evitarlo, para detenerlo, ejerzo el autocontrol". De esa manera, comenzamos a desarrollar un darse cuenta que discrimina de lo que es útil y lo que es dañino. Por lo tanto, no estamos hablando aquí en términos de lo que se llama "comportamiento constructivo especial", que sería salvar vidas, decir la verdad, ser generoso en lugar de robar, etc. Eso no es en lo que nos enfocamos en este nivel inicial. Nos enfocamos en superar el no darse cuenta de la causa y el efecto y desarrollar el autocontrol para evitar actuar destructivamente. Ese es el primer paso. 

Cuando actuamos de manera constructiva, refrenándonos de actuar destructivamente, seguimos siendo ingenuos: somos ingenuos respecto a nuestra existencia y a la de la otra persona. Por lo tanto, persiste una emoción perturbadora. También podría haber emociones perturbadoras como el aferramiento al yo, etc.: "Voy a evitar golpearte porque estoy apegado a ti y no quiero que me dejes". Pero ese no es el enfoque. El enfoque está en refrenarse. Pero debido a que, al menos, hay ingenuidad presente, nuestras acciones constructivas generan las causas para permanecer en el samsara. Así, aunque esa acción kármica positiva no genere las causas del sufrimiento del sufrimiento, sí genera las causas del sufrimiento del cambio, el sufrimiento de nuestra felicidad ordinaria que nunca satisface y que se transforma en infelicidad. 

Creo que es muy importante comprender eso, refrenarse, como primer paso necesario. A menos que desarrollemos este tipo de disciplina, o "autocontrol", como lo llamamos en Occidente (autocontrol basado en comprender, discriminar qué es beneficioso y qué es perjudicial para nosotros mismos), nunca tendremos una base para discriminar lo beneficioso o perjudicial para los demás. Y eso solo lo sabremos como budas, porque hasta que no seamos budas, no sabemos realmente qué será de mayor ayuda para los demás. Podemos darles mucho dinero, por ejemplo, y como resultado, podrían ser robados y asesinados por tener mucho dinero. Así que no sabemos cuál será el efecto de nuestras acciones. Podría parecer que realmente vamos a hacer feliz a esa persona, pero podría no causarle felicidad en absoluto.  

En cualquier caso, tuvimos toda la discusión del karma, en la que entramos en gran detalle. 

Nivel intermedio

En el nivel intermedio, empezamos a pensar en los problemas del sufrimiento del cambio, nuestra felicidad ordinaria y los problemas del renacimiento incontrolablemente recurrente para comprender que, independientemente del tipo de renacimiento que tengamos, ya sea un estado mejor o peor, la felicidad ordinaria que tenemos nunca durará. Nunca nos satisfará, y el sufrimiento de la infelicidad vendrá después, pero no sabemos cuándo. Por lo tanto, hay una incertidumbre total. 

Para comprender los diferentes inconvenientes de los llamados estados más felices, esto nos lleva a observar las emociones perturbadoras que impulsan todas nuestras acciones kármicas, ya sean positivas o negativas. Queremos superarlas para no actuar de forma constructiva, basándonos en el no darse cuenta, que se incluye entre las emociones perturbadoras. Finalmente, queremos actuar de forma constructiva, no solo completamente libre de nuestras emociones perturbadoras habituales, sino también, en particular, libre del no darse cuenta de nuestra existencia; en otras palabras, actuar de forma positiva con cierta comprensión de la vacuidad. Esto es lo que buscamos con el nivel intermedio. 

Los seis sufrimientos generales del samsara

En algunos lam-rims, se abordan primero los sufrimientos generales del samsara y luego los sufrimientos de los estados superiores específicos. En otros, el orden se invierte. Hemos seguido el orden que encontramos en Liberación en la palma de tu mano de Pabongka. Tsongkhapa lo hace en el orden inverso. 

Los seis sufrimientos generales son: 

  • No tener certeza
  • No tener satisfacción
  • Tener que abandonar nuestros cuerpos repetidamente
  • Tener que encajar en nuevos renacimientos repetidamente
  • Tener que cambiar de estatus repetidamente de ideal a humilde, de alto a bajo.
  • No tener amigos: básicamente, nacemos solos y morimos solos. 

Luego abordamos el sufrimiento de los seres humanos. La última vez hablamos del sufrimiento del nacimiento. 

El sufrimiento de los humanos (continuación)

El sufrimiento de la vejez

Ya nos toca el sufrimiento de la vejez. 

Tomar renacimiento humano como un arhat

La última vez hablamos de las opciones que tendríamos como seres liberados, como arhats. Si no quisiéramos optar por la opción de permanecer en una tierra pura, simplemente meditando indefinidamente, sino que quisiéramos, en cambio, seguir el camino del bodisatva y avanzar hacia la budeidad, ¿cómo lo haríamos?

Como arhats, por supuesto, ya tendríamos una cognición no conceptual de la vacuidad y las cuatro verdades nobles. Esto es según el Prasánguika. Así, podríamos permanecer en una tierra pura, recibir enseñanzas del Sambogakaya, estas formas sutiles de un buda, desarrollar la motivación de la bodichita en esa tierra pura y continuar trabajando hacia la iluminación. Pero también podríamos decidir: "Quiero intentar beneficiar a los demás tanto como pueda ahora y renacer en el reino humano". También hay quienes habrían estado trabajando tanto para alcanzar el estado de arhat como la budeidad desde el comienzo mismo de este nivel intermedio. 

En cualquier caso, la cuestión es que si, como arhats, eligiéramos aparecer como seres humanos y continuar en esa forma para beneficiar a los demás tanto como pudiéramos en nuestro nivel actual y avanzar hacia la iluminación en un reino humano, atravesaríamos nacimientos, vejez, etc., porque son parte del ciclo humano. Pero no sufriríamos. No experimentaríamos infelicidad, ni siquiera si sufriéramos daños físicos. Tampoco sentiríamos la felicidad ordinaria. O tendríamos una felicidad pura, o tendríamos un entumecimiento emocional, como en los estados de meditación profunda que están más allá de los sentimientos de felicidad e infelicidad. Y no tendríamos renacimientos incontrolablemente recurrentes después de la muerte. En otras palabras, al morir, no tendríamos ese apego (sed) ni ese aferramiento a un "yo" ni todas esas actitudes que activan el karma. No tendríamos ningún potencial kármico que pudiera madurar en infelicidad, por lo que tampoco experimentaríamos sufrimiento en el momento de la muerte. 

Sin embargo, nosotros, los seres comunes, experimentamos la muerte, la vejez, etc., con sufrimiento. Necesitamos reflexionar sobre ello y sobre lo horrible que sería tener que pasar por todo eso de nuevo. Sin embargo, la alternativa no es simplemente nada. La alternativa es aceptar las limitaciones de ser un bebé, una persona muy mayor, etc., porque queremos beneficiar a los demás. 

Contemplar los muchos sufrimientos de la vejez

Entonces, ¿cómo es la vejez normal? Bueno, es horrible, en muchos sentidos. Hay una larga lista de sufrimientos. Tengo 65 años y, sin duda, ya estoy experimentando algunos de ellos. No es nada agradable. No tienes mucha energía, la vista se debilita, la audición empieza a fallar, tienes dolores y molestias por todas partes, y no puedes comer muchas cosas que te gustan porque te revuelven el estómago; tu digestión no es tan buena. Tu vida sexual decae mucho (lo que no significa que tu deseo disminuya). La gente ya no te encuentra tan atractivo; así que, socialmente, tienes problemas. En tu mente, piensas que aún eres joven, pero para los jóvenes, eres muy, muy viejo y nada atractivo. 

Participante: ¿Qué pasa con las personas de la misma edad?

Dr. Berzin: ¿Personas de tu misma edad? No te atraen a ti. Como persona mayor, te siguen atrayendo las personas jóvenes y guapas de las revistas pornográficas. Eso es lo que te atrae. No te parece atractiva una mujer o un hombre de 70 años. Así que te las arreglas. Te gusta la otra persona como persona, pero no te engañas pensando que es atractiva. Ese no es tu concepto. Tu concepto de la sensualidad se mantiene bastante constante. Quizás te parezca atractiva alguien un poco mayor, pero desde luego no esta persona mayor en silla de ruedas o con bastón. 

Participante: Y todo está inestable.

Dr. Berzin: Y suelen tener mucho sobrepeso y demás. Es muy frustrante. Hay muchísimos sufrimientos propios de la vejez. 

Luego, por supuesto, está la senilidad, la incapacidad de recordar las cosas. Y aunque quieras hacer cosas... esto es lo terriblemente frustrante: quieres hacerlas. Claro, hay quienes solo quieren retirarse, sentarse y relajarse, pero si has estado haciendo muchas cosas positivas en tu vida y quieres seguir haciéndolas, te resulta cada vez más difícil. Simplemente no tienes energía. Es difícil sentarse porque te duele la espalda. Tu memoria no es tan buena. Y lo que realmente falla es tu recordación. Entras en una habitación y olvidas lo que estabas haciendo. Intentas tomar algo y agarras lo que no debías porque no estabas prestando atención. Pulsas el botón equivocado porque no estabas atento en el ordenador. Es realmente asombroso cómo disminuye la recordación, aunque estés muy bien entrenado en ella. Bueno, en la meditación, tal vez, pueda mantener la atención plena. Pero cuando voy a sacar un tenedor de la bandeja de cubiertos, tomo una cuchara en su lugar. 

Así que, existen todos estos sufrimientos, de los cuales, como alguien que experimenta estas cosas, puedo hablarles. Y aunque la sabiduría popular dice aprender a reírse de ello y no enojarse, aquí queremos pensar: "¡Qué fastidio! No quiero experimentar esto una y otra vez". Esto es especialmente cierto cuando pensamos en términos de bodichita, deseando alcanzar la iluminación. "Qué horrible es que esté limitado y que la senilidad probablemente me espere dentro de unos años. Entonces tendré que volver a ser un bebé, si tengo la suerte de volver a ser un bebé humano. Pasarán muchos, muchos años antes de que realmente pueda seguir haciendo algo positivo". Al pensar así, ya no idealizamos todo este ciclo humano. Así que, piénsenlo. 

Creo que una de las cosas más útiles es visitar residencias de ancianos e ir al ala de Alzheimer o lugares similares. Uno ve a estas personas mayores sentadas en sillas de ruedas en el pasillo, casi babeando con una toallita en el regazo, quizás murmurando para sí mismas. Y si tú, o cualquier ser humano, caminas por el pasillo, intentan tocarte para tener contacto humano. Normalmente, simplemente los ignoran. Simplemente los llevan en silla de ruedas al pasillo y los dejan allí todo el día. O los dejan frente a un televisor con concursos absurdos, noticias y anuncios constantemente. Simplemente están ahí atrapados. Imagina estar allí y que nadie viene a visitarte. O si viene la gente, se sienten muy incómodos porque no saben qué decir. Solo quieren irse cuanto antes. Vienen porque se sienten obligados a venir, y puedes sentirlo. Piensa en lo horrible que sería. Intenten imaginarlo. 

[meditación]

Si vives en Occidente, la mitad de tu vida como persona mayor, si no más de la mitad, la pasas yendo al médico por este tipo de dolor, este tipo de molestias en los ojos y los oídos. Y la mayor parte de ese tiempo lo pasas esperando en la sala de espera, una auténtica pérdida de tiempo. Gran parte de tus conversaciones con tus compañeros giran en torno a los medicamentos que tomas. Gran parte de tu tiempo lo dedicas a cuidar tu cuerpo. Nunca puedes deshacerte de todos los dolores y molestias. Te vuelves muy dependiente de la ayuda de los demás, que no siempre está disponible. 

[meditación]

Quieres seguir viviendo en tu casa, pero ya no puedes cuidarla. Te meten en una residencia de ancianos. ¿Sabes lo horrible que es estar en una residencia de ancianos? Nunca hay suficiente personal. Te quitan todo el dinero. Una vez que tu dinero se acaba, al menos en la mayoría de los países occidentales, el gobierno te mantiene. Pero luego te meten en una habitación con otra persona que, a menudo, es senil o no puede oír, así que no tienes con quién hablar. Tienes una cama y una cortina que te separa de la otra cama, y eso es todo. Tienes que esperar a que la enfermera tenga tiempo suficiente para ayudarte a levantarte de la cama e ir al baño. Si la enfermera no está disponible, tienes que ir al baño en la cama como un bebé. Puede que tengas que usar pañales, igual que un bebé. 

Participante: ¿Cómo ayuda imaginar todo esto?

Dr. Berzin: Lo que intentamos hacer es apreciar el sufrimiento de la vejez y darnos cuenta de que realmente no lo deseamos. El objetivo es desarrollar cierta renuncia, reconocer que existe este sufrimiento. Incluso si logramos renacimientos humanos valiosos, lo cual sin duda deseamos, ese no es el objetivo final. 

Participante: Entonces, estamos tratando de cansarnos de esto.

Dr. Berzin: Ya hemos pasado por esto. Primero, nos enojamos un poco: “Es tan injusto que esto tenga que pasar”. Luego, nos hastiamos, nos llena de hartazgo. Pero luego, simplemente nos aburre: “Tengo que vivir esto una y otra vez”.

Participante: Es difícil aburrirse con esto porque, a menos que tengamos meditaciones o habilidades increíbles, no recordamos las otras veces en que esto sucedió. 

Dr. Berzin: Es cierto. De lo que experimentamos ahora, debemos inferir que hemos pasado por esto una y otra vez. Pero debo decir que envejecer es aburrido. El tiempo que pasamos en las salas de espera de los médicos es increíblemente aburrido. 

Participante: Aunque no pensemos en la vejez para aburrirnos de envejecer, podemos pensar en esta vida: cómo aprovechar bien el tiempo siendo joven. No tengo ni 50 años y ya me cuesta recordar. Antes tenía muy buena memoria. 

Dr. Berzin: Entonces, dice que cuando uno es joven (los jóvenes no aprecian la juventud; "la juventud se desperdicia en los jóvenes", es la expresión en inglés), uno debe apreciar lo que tiene. Ella aún no tiene 50 años y, sin embargo, nota que su memoria se desvanece. Yo también lo he notado. Tenía una memoria increíblemente excelente y aprendí todo tipo de idiomas asiáticos. Cuando tenía unos 50, intenté aprender mongol. Siempre había querido aprender mongol. No había manera de que el vocabulario se me quedara grabado en la memoria, mientras que a los 18, aprendí chino con facilidad y podía recordar todos los caracteres. 

Y es aburrido. Estoy pensando en mi tía de 99 años. Está tan aburrida. Está en un asilo de ancianos. Tiene mala vista, así que no puede ver la televisión ni leer. No tiene mucha capacidad de atención, así que no puede escuchar la radio. ¿Qué hace todo el día? Está totalmente aburrida. No hay estimulación. Esto es un infierno, a menos que tengamos algún tipo de práctica de Dharma que podamos hacer. Pero incluso entonces, ¿durante cuánto tiempo podemos decir OM MANI PADME HUM? La mayoría de la gente no puede hacer eso todo el día, todos los días. Entonces, ¿qué vamos a hacer cuando no podamos usar nuestros sentidos muy bien, no podamos movernos muy bien y no podamos hacer nada? Simplemente estamos atrapados allí, probablemente en una silla de ruedas, simplemente sentados. Horrible.

Además, por cierto, uno de los puntos principales de esta meditación, en cuanto al nivel avanzado, es desarrollar cada vez más compasión por las personas mayores y reconocer que han sido jóvenes como nosotros. Han tenido vidas, carreras y familias.

Participante: Y probablemente quieran relacionarse con la gente como siempre lo hicieron.

Dr. Berzin: Y no pueden creer que se vean como se ven; no es su autoimagen. No es mi autoimagen, mi apariencia. No me veo como realmente me veo.

Participante: Eso puede ser un problema a cualquier edad.

Dr. Berzin: Cierto. Los jóvenes quieren parecer mayores.

Participante: O quieren verse más grandes o más delgadas.

Preguntas

Renuncia motivada por sentimientos positivos, no solo por hastío y aburrimiento

Participante: ¿Solo queremos sentirnos aburridos con todo esto? Si tenemos una meta más alta, podemos sentirnos cada vez más complacidos por haber tomado medidas preventivas y por poder beneficiar a esta vida humana.

Dr. Berzin: Si entiendo bien, lo que preguntas es: ¿no podemos encontrar satisfacción en lo que hacemos con nuestra preciada vida humana si trabajamos por un objetivo superior? Ciertamente, si usamos nuestros preciados renacimientos humanos, nos alegraríamos de ello. Nos alegraríamos de que nuestra vida valga la pena.

Participante: Entonces, ¿no podríamos hacer esto una y otra vez, incluso si pensamos que lo mejor sería no nacer de nuevo en un vientre?

Dr. Berzin: No lo entendí muy bien. 

Participante: Creo que preguntaba si siempre tendríamos que aburrirnos de renacer. ¿Acaso el anhelo de una meta superior no podría estar motivado también por algo positivo?

Participante: Sí. Querer la meta superior también puede sentirse de una manera más positiva.

Dr. Berzin: Definitivamente. Es necesario obtener el preciado renacimiento humano una y otra vez, incluso con sus limitaciones. Es un trampolín, y queremos aprovecharlo. Pero lo que no queremos es verlo como el objetivo final. Pero sí, definitivamente quiero seguir teniendo preciados renacimientos humanos.

Participante: Pero una motivación para querer alcanzar la liberación podría ser no querer volver a pasar por esta situación. Otra motivación podría ser liberarse de las emociones perturbadoras para no herir a otros y también para serles más útiles. Entonces, esta segunda motivación podría ser la motivación positiva.

Dr. Berzin: Añadimos eso a la cima. Primero, pensamos: “Quiero ser libre por todo el sufrimiento que me causa”. Luego, añadimos la motivación superior o más avanzada: “Yo también quiero ser libre para no enojarme con los demás y poder ayudarlos mejor”. Así que hay dos cosas: superar las limitaciones para cumplir nuestros propios propósitos y superar las limitaciones para cumplir los propósitos de los demás. 

Pero Alisse, no estoy segura de que hayamos entendido realmente tu pregunta.

Participante: Dices que una estrategia para querer alcanzar la meta superior es ver las limitaciones de esta vida.

Dr. Berzin: Una cosa es alejarnos de lo que tenemos en esta vida, viendo sus defectos; otra es sentirnos atraídos por lo que aspiramos lograr.

Participante: Sí, a eso me refiero. Así que, cuando actuamos constructivamente, podemos tener sentimientos positivos que nos impulsan a desear la meta superior.

Dr. Berzin: En esta vida, tenemos sentimientos positivos que nos impulsan a anhelar la meta superior de la liberación y la iluminación. Entonces, ¿qué son estos sentimientos positivos? 

Esta es una pregunta interesante. Por sentimientos positivos, ¿nos referimos a nuestra felicidad ordinaria? Bueno, es bastante agradable tener nuestra felicidad ordinaria, pero no nos referimos a eso. Podría ser, por ejemplo, la sensación de satisfacción que obtenemos al ayudar un poco a los demás. Hacemos algo por alguien y vemos que la beneficia —quizás no en última instancia, pero aun así, la beneficia— y pensamos: "Oye, eso es genial". Así que nos hace sentir bien, hace que la otra persona se sienta bien y nos hace querer hacer más. Eso podría motivarnos, sin duda. Pero tendríamos que tener cuidado de que ese tipo de cosas no nos lleven a un ego inflado, pensar: "Soy tan maravilloso", ni al apego, pensando: "Lo que hago tiene que ayudar. Si no ayuda, entonces no sirvo. No fui lo suficientemente bueno", en cuyo caso, nos castigamos.  

Participante: También quiero decir que, en cierto modo, podría experimentar la sensación de desapego. Así que, dos cosas.

Dr. Berzin: Bueno, sí. Se refiere a que, al experimentar algunas de las cualidades de la liberación, podemos sentirnos menos apegados, aunque ciertamente no al 100 %. El desapego al 100 % no es fácil. Y el progreso, como dice Su Santidad el Dalái Lama, es algo que realmente debemos medir en períodos de al menos cinco años, porque todo sube y baja. Pero si observamos que, a lo largo de un período de cinco años, la tendencia es que nos molestamos menos cuando nos critican, que nos sentimos menos heridos cuando las personas que nos agradan no nos llaman o no nos prestan atención (por lo tanto, no estamos tan apegados), que no nos sentimos tan destruidos cuando nuestras relaciones se rompen, y que todo parece más un sueño o una ilusión; así, cuando se presenta una oportunidad, no tenemos grandes expectativas ni nos aferramos demasiado: “Si sucede, sucede; si no sucede, no sucede”. Sin duda, nos sentimos muy animados. Nos sentimos motivados y pensamos: "¡Oye! ¡Me gustaría ir aún más lejos en esta dirección!". ¡Sin duda! 

Lo que realmente necesitamos experimentar para fortalecernos en la práctica del Dharma es que funciona. Si vemos que, incluso a nuestro nivel, el esfuerzo que dedicamos —que sin duda es muy poco comparado con lo que leemos de los grandes maestros— realmente da resultados, eso nos da confianza para seguir adelante. Sin duda. 

Inspiración

Participante: Cuando observo a personas que tienen más experiencia en este camino – profesores, por ejemplo – y los veo ser amables cuando no es tan fácil ser amable, pienso: “Oh, quiero ser así”.

Dr. Berzin: Este es el objetivo de la inspiración. Y no solo tienen que ser grandes maestros quienes nos inspiren. Podría ser cualquiera. Podrían ser personas que trabajan con personas con discapacidades graves, personas que trabajan en la unidad de Alzheimer. Verlos, especialmente a los que son realmente amables, etc., es muy inspirador. No tienen que ser practicantes budistas. 

Creo que una de las cosas más inspiradoras para mí fue ver a las monjas en casa de la Madre Teresa. No fui a su casa en Calcuta, pero sí a la de Nairobi. ¡Dios mío! Las discapacidades mentales y las deformidades físicas de los niños que cuidaban eran realmente espantosas, y la actitud de amor y afecto que estas monjas les mostraban era simplemente increíble. Realmente inspirador. Así que sí, la inspiración juega un papel importante. Se enfatiza mucho en el budismo, particularmente en el budismo tibetano. Lo que conlleva eso no es sentir: "Eres tan genial, y yo soy un gusano aquí abajo. No podría hacer lo que tú haces", sino sentirnos animados, basados en la naturaleza búdica, de que nosotros también podemos hacerlo. 

Participante: Hay veces que ves a alguien con más limitaciones y problemas que tú, y que está ayudando a los demás. Sonríe y es generoso. Me parece inspirador.

Dr. Berzin: Correcto. Pienso en el ejemplo de un amigo mío. Tenía distrofia muscular y no podía moverse mucho, pero se dedicó a ser terapeuta para ayudar a otras personas con afecciones similares. A veces se ve gente que ha sufrido un derrame cerebral y está paralizada o semiparalizada, etc., y aun así tiene dignidad. Su actitud hacia sí misma no es de autocompasión. Esto puede ser muy inspirador. O las personas ciegas… Me asombra la cantidad de personas ciegas que se desplazan por la ciudad. Usan el transporte público, el U-Bahn, como lo llamamos aquí en Alemania. Es increíble cómo lo hacen. Es muy inspirador.

Participante: Una amiga cercana estuvo hospitalizada. Tiene un tumor o algo en el cerebro. Aún no sabemos qué es. Dijo: “Bueno, en el peor de los casos, moriré, pero no tengo ninguna duda de que volveré a ser humana y me encontraré con el Dharma”. Me sorprendió su confianza y su calma, su relativa calma.

Dr. Berzin: Este es un excelente ejemplo. Esto es lo que buscan estas meditaciones de lam-rim: obtener confianza en que hemos tomado suficientes medidas preventivas para no temerle a la muerte. "Sí, tendré que volver a ser un bebé y todo eso, y eso será un rollo. No podré avanzar bien en el camino durante varios años, y tendré que esperar hasta tener la edad suficiente y haber aprendido todo de nuevo. Pero, tal vez, pueda aprender mucho más rápido, y tal vez las circunstancias que me permitan hacerlo sean mucho más fáciles de encontrar. Así, podré morir con un estado mental feliz", algo que se enfatiza muchísimo. Estos son los beneficios de estas meditaciones de lam-rim.

Ese tipo de serenidad que las personas pueden tener, incluso ante la muerte, es algo que necesitamos tener constantemente, porque la muerte puede llegar en cualquier momento (y no necesitamos tener un tumor cerebral para tener esa serenidad). Por eso necesitamos desarrollar estos hábitos positivos ahora. Cuando llegue la muerte, queremos estar preparados y, también, morir sin remordimientos. "Oh, no tuve tiempo porque estaba demasiado ocupado". Bueno, no es tan fácil porque nuestra vida es muy ocupada y tenemos muchas exigencias y cosas que nos atraen. Pero ¿cuáles son nuestras prioridades? Si no tenemos la capacidad, que la mayoría no tenemos, de dedicar el 100% de nuestro tiempo a trabajar en nosotros mismos... la cuestión es, sin embargo, que podemos trabajar en nosotros mismos todo el tiempo. Una vez que tengamos lo básico, podemos usar cualquier situación en la vida para practicar, para desarrollar más paciencia, más amabilidad, más perseverancia, más ecuanimidad, etc. 

Bueno, la perseverancia y la ecuanimidad me parecen muy importantes, debo decirlo, porque, siendo realistas, no nos vamos a sentir felices todo el tiempo. Yo no me siento feliz todo el tiempo. Desde luego que no. Cuando nos sentimos infelices, no es que estemos deprimidos: "¡Ay, qué infeliz soy!". Pero tampoco estamos alegres. Cuando nos sentimos infelices y tenemos esta perseverancia, decimos: "¿Y qué? ¿Y qué? ¿Y qué si no me siento feliz? ¿Qué esperaba? He estado acumulando karma, sobre todo karma negativo, desde siempre". Así que simplemente perseveramos y continuamos con cualquier cosa positiva que intentemos hacer, sin compadecernos de nosotros mismos, pensando: "Pobre de mí" y todo eso. Esto es importantísimo. 

Como siempre dice el joven Serkong Rinpoche: “Nada especial”. Así que, si somos infelices, nada especial. ¿Esperamos sentirnos felices todo el tiempo? Es irreal, a menos que estemos muy, muy desarrollados. Alguien como el Dalái Lama parece sentirse feliz casi todo el tiempo, incluso ante dificultades increíbles, como las de los tibetanos que viven en el Tíbet. Eso es inspirador. Yo no estoy a ese nivel, pero es posible. Eso es lo que resulta tan inspirador: ver que es posible. Así que, sí, esa inspiración nos impulsa hacia la liberación y la iluminación. 

Dejar atrás nuestra felicidad ordinaria

El peligro aquí es pensar que podemos alcanzar la liberación y la iluminación sin tener que descartar todo lo demás. Para alcanzar la liberación y la iluminación, tendremos que descartar nuestros apegos y todo lo demás. Como dijo uno de mis maestros: “Queremos la liberación y la iluminación a bajo precio”. Las queremos en oferta, rápido. Queremos conseguirlas a precio de ganga. Como él dijo, no hay gangas. 

Participante: Tienes que dejar atrás tu felicidad ordinaria.

Dr. Berzin: Tenemos que dejar atrás la felicidad ordinaria.

Participante: Eso es muy complicado.

Dr. Berzin: Es muy, muy complicado porque nuestra felicidad ordinaria es muy seductora. Se siente bien. Aunque no dura, se siente bien. Así que, sí, es muy difícil dejarla atrás. También es muy difícil porque no tenemos una alegría pura, eterna e instantánea.

Participante: ¿Por qué tengo que dejarla atrás?

Dr. Berzin: Porque la felicidad ordinaria es la maduración de potenciales kármicos positivos que se han acumulado con la ignorancia. 

Hay dos tipos de felicidad: la felicidad ordinaria y la felicidad pura e inmaculada. Ya no queremos la felicidad ordinaria.

Participante: Entonces no quiero seguir con eso.

Dr. Berzin: No queremos perseguirla. Conseguir ese tipo de felicidad no es nuestro objetivo.

Participante: Pero si surge, puedo disfrutarlo.

Dr. Berzin: Correcto.

Participante: Pero lo disfrutamos sin aferrarnos a ello.

Dr. Berzin: Cierto. Sabemos que no nos va a satisfacer y que va a desaparecer. Y, sin duda, cuando termine, nos volveremos a sentir infelices o simplemente desanimados. 

Participante: Al sufrimiento de la vejez y cosas así es fácil renunciar, pero no a la felicidad ordinaria.

Dr. Berzin: Es totalmente cierto. Y es una de las cosas más difíciles de hacer. Muy difícil. 

Aún más difícil es renunciar a la apariencia ordinaria de las cosas. En el tantra, tenemos que renunciar a ella porque parece absolutamente cierto que todo es autoestablecido. Las cosas parecen ser independientes de causas y condiciones, de nuestras percepciones, de cómo las etiquetamos, etc. En otras palabras, nuestra percepción ordinaria de la realidad es algo a lo que tenemos que renunciar. Eso es aún más profundo. Y además de todo esto, está la biología: los impulsos biológicos, etc. A eso también tenemos que renunciar. 

Así que la liberación y la iluminación no son baratas. Para nada. Pero decir "renunciar" quizás no sea la forma más agradable de decirlo. "Crecer más allá". Tenemos que crecer más allá, alcanzar un nivel de mayor desarrollo. 

Participante: Estaba pensando en la historia del primo del Buda que se casó. El Buda fue invitado a la boda, y tiempo después, su primo le preguntó si lo ordenaría. El Buda lo ordenó, así que se quedó con él. Pero no podía meditar porque no dejaba de pensar en su hermosa esposa. Cuando se lo contó al Buda, El Buda lo llevó a un reino de los dioses y le mostró todas estas hermosas deidades. Dijo: “Bueno, comparadas con tu esposa, son mucho más maravillosas”. Luego añadió: “Si meditas, podrás alcanzar ese cielo, y entonces podrás estar con ellas”. El primo meditó y finalmente alcanzó el estado de arhat.

Dr. Berzin: Bueno, esto se refiere a una motivación inicial: querer superar el sufrimiento profundo y aspirar a un renacimiento mejor. Claro que, al principio, existe el apego. Así que, ya sea que intentemos evitar renacimientos inferiores o superar el apego a este renacimiento humano, aspirar a renacer en los cielos es un método que podríamos usar. Claro que eso pudo haber funcionado en el caso del primo del Buda, pero podría ser un poco peligroso para la gente de hoy en día, ya que no podemos alcanzar el estado de arhat con la misma rapidez y facilidad que en la época del Buda. 

En fin, este es el sufrimiento de la vejez. No hemos avanzado mucho. Esperaba hablar de algo más que el sufrimiento de la vejez. 

En cualquier caso, creo que todo este tema de reconocer el sufrimiento y desarrollar un fuerte deseo de evitarlo es muy importante. Obviamente, el Buda lo consideró muy importante porque esa es su primera verdad noble. Consistía en reconocer la naturaleza insatisfactoria del samsara y afirmar que hay una manera de evitarlo. Y la manera de evitarlo no es simplemente sumergirse en la nada total, sino, en cierto sentido, superarla. 

Anhelar un preciado renacimiento humano impulsados por la compasión

Bien, tomemos un momento para reflexionar sobre lo que hemos discutido y, también, para pensarlo en términos de lo que sucede al morir. Siempre intento relacionar esto con los 12 eslabones: al morir, no quiero activar los potenciales kármicos. Esa es la manera de liberarme de los renacimientos incontrolablemente recurrentes. No quiero activar los potenciales negativos, ni siquiera los positivos, aferrándome a la felicidad, aferrándome a superar la infelicidad y aferrándome a las actitudes obtentoras, al yo, yo, yo que quiere ser feliz, que quiere poder continuar, etc. En cambio, quiero morir con compasión y amor. Quiero poder seguir estando con maestros espirituales, encontrarme con el Dharma y seguir trabajando para beneficiar a los demás. Si activo estos potenciales kármicos, ya sean negativos o positivos, incluso si tengo la fortuna de volver a renacer como ser humano, experimentaré el renacimiento con todo el dolor y la infelicidad, todo el sufrimiento del cambio, todas las dificultades de la vejez, etc. Realmente quiero evitarlo. 

Este es el punto: Realmente queremos evitar ese sufrimiento. Por eso, nos motivamos mucho, especialmente en cuanto a la muerte. Por eso pienso en las meditaciones tántricas: transformar nuestra experiencia de la muerte. Realmente no quiero activar los potenciales kármicos, o quiero activar solo un mínimo de ellos para que, si logro un preciado renacimiento humano por la fuerza de la compasión, en lugar de simplemente por la fuerza de ser impulsado por potenciales kármicos positivos activados —o lo logro por la fuerza de la compasión junto con los potenciales kármicos positivos activados—, pueda atravesar el ciclo de nacer, envejecer y morir con un mínimo de sufrimiento. Y cuanto menos sufrimiento tenga, más capaz seré de ayudar a los demás. Aunque podría esforzarme al máximo por ayudarlos mientras sufro, mientras soy infeliz, sería más fácil sin el sufrimiento. Creo que esto es lo que buscamos aquí. Así que, reflexionen sobre ello por un momento.

[meditación]

Bien. En resumen, aunque quiero un preciado renacimiento humano, no quiero un preciado renacimiento humano ordinario. 

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