¿Qué significa comprender algo?

Introducción

La comprensión es crucial no solo en el estudio y la práctica del Dharma, sino también en la vida diaria. Necesitamos comprender no solo varios puntos del Dharma, por ejemplo, la vacuidad, sino también a otras personas, sus problemas, lo que dicen, lo que quieren decir con lo que dicen, etc. Necesitamos entendernos a nosotros mismos y a nuestros propios problemas. Pero, ¿qué significa comprender algo, en contraposición a conocerlo o simplemente aprehenderlo de manera precisa y decisiva? Nuestras palabras para tales cosas tienen varios significados y no son precisas. "Sé francés" y "entiendo francés" significan más o menos lo mismo. Pero "aprehendí lo que dijiste", "sé lo que dijiste" y "entiendo lo que dijiste", son diferentes. Por otro lado, “sé lo que leo” y “entiendo lo que leo” pueden tener significados ligeramente diferentes, dependiendo de lo que el hablante quiera decir con estas declaraciones.

En tibetano, diferenciamos: 

  • sems - actividad mental, mera claridad y darse cuenta (gsal-rig-tsam). Esto significa dar surgimiento (shar-ba) a un objeto mental (un holograma mental, un "aspecto mental" de algo - rnam-pa) y tener un involucramiento mental (’jug-pa) con él, sin que haya un “yo” o una mente separada haciéndolo, observándolo o controlándolo.      
  • shes-pa - conocer un objeto, rig-pa – darse cuenta de un objeto, y 'dzin-pa - tomar un objeto. Todos estos son sinónimos. Cada uno de ellos significa sostener activamente un objeto válidamente conocible, de una manera cognitiva, continuamente, siempre que y durante tanto tiempo como el objeto válidamente conocible sirva como el objeto de la propia cognición. Hay muchas formas de conocer un objeto. Algunas son válidas, es decir, no fraudulentas (mi-bslu-ba) y otras no.     
  • rtogs-pa - aprehender algo. Esto significa conocer un objeto válidamente conocible tanto de manera precisa como decisiva.
  • go-ba - entender algo. Este término no está claramente definido en tibetano.

"Aprehender" y "comprender" no son sinónimos. Si necesitamos entender algo, también lo aprehendemos. Pero si lo aprehendemos, no necesariamente lo entendemos. Para descubrir la diferencia entre aprehender y comprender, exploremos primero "aprehender". (Nota de la editora: En español, comprender y entender son sinónimos, así que en este texto se utilizan indistintamente). 

Aprehensión

Aprehender algo significa conocerlo tanto de forma precisa (yang-dag-pa) como decisiva (nges-pa). Hay cuatro posibilidades de que una cognición sea precisa y decisiva:  

  • Precisa y decisiva: la persona dijo "sí", tú escuchaste "sí" y estás seguro de ello.
  • Imprecisa y decisiva: la persona dijo "sí", tú escuchaste "no" y estás seguro de ello.
  • Precisa e indecisa: la persona dijo "sí", tú escuchaste "sí", pero no estás seguro de ello.
  • Imprecisa e indecisa: la persona dijo "sí", tú escuchaste "no", pero no estás seguro de ello.  

Sin embargo, incluso si lo aprehendemos de manera correcta y decisiva, es posible que aún no comprendamos realmente lo que la persona quiso decir al decir "sí".  

Aprehensión explícita e implícita

La aprehensión puede ser explícita (dngos-su rtogs-pa) o implícita (shugs-la rtogs-pa). La diferencia es si surge o no un holograma mental del objeto involucrado (’jug-yul). Por ejemplo, cuando aprehendemos explícitamente el sonido de pasos en las escaleras, aprehendemos implícitamente la presencia de alguien allí. Un holograma mental de la persona en las escaleras no surge en la cognición, pero sabemos que alguien está allí de manera precisa y decisiva.            

Precisión y decisión

¿Qué significan realmente "precisa" y "decisiva" en la definición de aprehensión, por ejemplo, aprehender con cognición auditiva el sonido del llanto de nuestro bebé? 

"Precisa" significa que cumple con los tres criterios de Dharmakirti para que una cognición sea válida:  

  • Concuerda con una convención: los bebés lloran. 
  • No es contradicho por una mente que conoce válidamente la verdad convencional: otros también pueden oír el sonido. 
  • No es contradicho por una mente que conoce válidamente la verdad más profunda: los aryas no perciben el sonido del llanto de un bebé como si surgiera independientemente de causas y condiciones e independientemente de aquello a lo que se refiere la etiqueta mental "llorar".   

Sin embargo, el hecho de que escuchemos con precisión el sonido del llanto del bebé no significa necesariamente que comprendamos lo que eso significa. El perro también puede escuchar con precisión el sonido del llanto del bebé.

"Decisiva" significa distinguir (’du-shes) un rasgo característico (mtshan-nyid) del objeto que aparece (snang-yul) en una cognición y, con darse cuenta que discrimina (shes-rab), no tener titubeo indeciso (the-tshoms) sobre él, para que luego no surjan dudas al respecto. Esto significa que, cuando aprehendemos explícitamente el objeto, como cuando escuchamos el sonido del llanto del bebé y distinguimos la característica definitoria del sonido como el rasgo característico del llanto, aprehendemos implícitamente lo que se conoce como "exclusiones de objeto" (don rang-mtshan-gyi gzhan-sel), las cuales excluyen todo lo que no sea este elemento específico. Por ejemplo, “no es el sonido del bebé durmiendo” es la exclusión del rasgo característico del sonido del bebé durmiendo. Otras exclusiones de objeto incluyen “nada más que (ma-yin-pa-las log-pa) el sonido del llanto de un bebé”, “nada más que el sonido del llanto de mi bebé”, etc.           

Que sea una aprehensión decisiva significa que no es una cognición no determinante (snang-la ma-nges-pa), que sería cuando no estamos seguros de haber escuchado algo o no estamos seguros de que lo que escuchamos sea el sonido del llanto de un bebé o el sonido del llanto de mi bebé. Tampoco es titubeo indeciso: "Tal vez lo escuché o tal vez no". No obstante, incluso si escuchamos de forma decisiva el sonido del llanto de nuestro bebé, no significa necesariamente que comprendamos lo que significa.    

Cognición directa y cognición inferencial

La aprehensión ocurre ya sea con una cognición válida directa (mngon-sum tshad-ma) o con una cognición válida inferencial (rjes-dpag tshad-ma). "Válida" (tshad-ma) significa no fraudulento. El Sautrántika agrega fresco (gsar) a la definición de válida, pero el Prasánguika afirma que todos los momentos de cognición son frescos.          

"Directa", según el Prasánguika Gelug, significa que no depende o no se apoya directamente en una línea de razonamiento. La cognición directa puede ser conceptual (rtog-bcas) o no conceptual (rtog-med). Conceptual significa que conoce a su objeto a través de una categoría (spyi) como su objeto que aparece.

  • En el sistema Sautrántika, el mismo término (mngon-sum tshad-ma) se define como "cognición desnuda", que significa una cognición que no se realiza a través de una categoría. En este sistema filosófico, entonces, la cognición desnuda es siempre no conceptual.      

La cognición inferencial es siempre conceptual y se basa en una línea de razonamiento (rtags). Puede ser: 

  • Inferencia basada en el poder de la forma en que las cosas realmente son (dngos-stobs rjes-dpag) - lógica deductiva basada en la naturaleza de las cosas. Por ejemplo, basándonos en el hecho de que “donde hay humo, hay fuego”, deducimos la presencia de fuego cuando vemos un caso específico de humo.  
  • Inferencia basada en el renombre (grags-pa’i rjes-dpag) - por ejemplo, escuchamos un sonido y, basándonos en la razón de que es bien conocido por convención como el sonido de una palabra, inferimos que es el sonido de una palabra específica e inferimos el significado específico asignado, también por convención, a esa palabra.     
  • Inferencia basada en la confianza (yid-ches rjes-dpag): debido a que la fuente de información es confiable, inferimos que lo que la persona dice o escribe es cierto. Por ejemplo, inferimos la exactitud de la fecha y hora de nuestro nacimiento basándonos en la confianza de que nuestra madre es una fuente válida de información para este hecho.    

La aprehensión en la cognición conceptual

El ejemplo de aprehender el sonido del llanto de nuestro bebé es un ejemplo de aprehensión en la categoría de cognición directa no conceptual. Discutiremos cómo funciona esto a continuación. Pero primero, ¿cómo funciona la aprehensión en una cognición conceptual, por ejemplo, la inferencia basada en el renombre, como cuando se escucha o se lee la palabra "vacuidad"?

Conceptual significa conocer a través de una categoría, ya sea una categoría de audio (sgra-spyi) o una categoría de significado (don-spyi). Ocurre en pasos:     

  1. Primero aprehendemos no conceptualmente el sonido "vacuidad" que escuchamos. Escuchamos el sonido correctamente y estamos absolutamente seguros de que escuchamos ese sonido y ningún otro.
  2. A través de la categoría de audio "vacuidad", reconocemos este sonido como el sonido de la palabra "vacuidad". A través de esta categoría de audio, no importa cómo se pronuncie este sonido, a cualquier volumen y con cualquier voz, reconocemos que todos ellos son el sonido de la palabra "vacuidad". Cuando aprehendemos conceptualmente este sonido como el sonido de la palabra "vacuidad", también lo conocemos de manera precisa y decisiva. No es el sonido de ninguna otra palabra. Estamos absolutamente seguros de que fue el sonido nada más de la palabra "vacuidad". Si pensamos que escuchamos una palabra diferente o no estamos seguros de qué palabra escuchamos, entonces no hemos aprehendido la palabra.   
  3. A través de la categoría de significado "vacuidad", conocemos que la palabra "vacuidad" tiene el significado de "la ausencia total de una forma imposible de existir". No importa si escuchamos la palabra "vacío", "vacuidad", "shunyata", "tongpa-nyi", "Leerheit" o "vacuite", las conocemos todas con el mismo significado.    

Podemos aplicar los mismos tres criterios para la validez de este significado como hicimos para el sonido del llanto.

  • Concuerda con la convención de que un grupo de personas ha asignado a este sonido como el sonido de la palabra "vacuidad" y que esta palabra tenga esta definición.
  • No es contradicho por lo que explican los textos clásicos y los maestros cualificados.
  • No es contradicho por los aryas que conocen que las palabras no tienen significados establecidos inherentemente en ellas, independientemente del etiquetado mental. 

Si aplicamos un significado incorrecto a la palabra "vacuidad", o no estamos seguros de lo que significa, entonces no hemos aprehendido el significado de la palabra "vacuidad". Sin embargo, solo porque aprehendamos de forma correcta y decisiva el sonido que escuchamos como el sonido de la palabra “vacuidad” y solo porque aprehendamos de forma correcta y decisiva el significado de la palabra “vacuidad” como “la ausencia total de formas imposibles de existir”, eso aún no significa necesariamente que comprendamos la vacuidad. O consideremos el ejemplo de leer una oración compleja en un texto de Tsongkapa sobre la vacuidad: podríamos aprehender cada palabra y el significado de cada palabra de manera correcta y decisiva, pero no entender la oración en absoluto. Incluso podríamos aprehender diferentes niveles de significado de la palabra "vacuidad", como que significa tal cosa para la Chitamatra, aquello para la Svatántrika y aquello para la Prasánguika, y aún no entender realmente la vacuidad.        

Entender algo conceptualmente

Cuando entendemos algo, como la vacuidad, no solo lo aprehendemos, sino que también somos capaces de inferir sus implicaciones. Cuantas más implicaciones hayamos resuelto, mayor será nuestra comprensión. Somos capaces de unir la vacuidad con muchas otras enseñanzas que hemos recibido, tal como de qué manera la cognición de la vacuidad nos libera de las emociones perturbadoras y el karma. Podemos aplicar nuestra comprensión de la vacuidad para analizar otros temas. Esta comprensión también necesita ser precisa y decisiva.       

Cuando tenemos una comprensión correcta de la vacuidad y luego nos enfocamos conceptualmente en la vacuidad, aunque aprehendemos la vacuidad de forma correcta y decisiva, no recordamos simultáneamente todas las implicaciones. Sin embargo, nuestra aprehensión de la vacuidad es sostenida por la fuerza de las latencias (sa-bon) de haber elaborado previamente, a través de inferencias y deducciones, las implicaciones.

Aprehender y comprender algo de forma no conceptual

Para explicar cómo aprehendemos y comprendemos algo de manera no conceptual, necesitamos describir etapas progresivas. Primero usemos un ejemplo simple:

Cuando aprehendemos algo de manera no conceptual, por ejemplo, cuando un perro está frente a un bebé y el bebé ve formas de colores, lo cual es cognición no conceptual, entonces, según el Gelugpa, el bebé no solo ve formas de colores inconexas o simplemente imágenes inconexas que duran un segundo. Ve la totalidad que constituyen, tanto espacial como temporalmente. Los elementos completos se denominan "síntesis mentales de colección" (tshogs-spyi). En otras palabras, cuando aparecen formas de colores en su campo sensorial visual, el bebé puede distinguir los rasgos característicos no comunes de un conjunto de ellos que, tomados en conjunto, constituyen un elemento individual. Tal distinción se denomina “distinción que toma un rasgo característico con respecto a un elemento” (don-la mtshan-mar ’dzin-pa’i ’du-shes). Estos rasgos característicos que toma esta distinción no son compartidos con las formas coloridas que constituyen el fondo, por ejemplo, la pared detrás del perro. El elemento convencional individual que se distingue es una síntesis de formas coloridas, partes como piernas, una cabeza, una cola, etc., y también una síntesis de al menos varios momentos de percepción. Esto es así incluso cuando el animal se está moviendo, en cuyo caso el bebé ve diferentes formas de colores.               

Además, cuando el bebé ve estas formas de colores, distingue los rasgos característicos poco comunes de qué tipo de elemento es, en este caso, los rasgos característicos de un perro. En términos técnicos, ve una “síntesis mental de tipo” (rigs-spyi). 

  • Más técnicamente, distingue los rasgos característicos (mtshan-nyid, marcas características) de un perro y algo que tiene estos rasgos característicos (mtshon-bya), a saber, un perro, y distingue al perro como un objeto convencionalmente existente. Los rasgos característicos y algo que tenga esos rasgos característicos no pueden existir independientemente uno del otro. Tampoco pueden aparecer separados uno del otro.
  • Aunque, convencionalmente, los objetos válidamente conocibles tienen rasgos característicos, estas características no se pueden encontrar del lado del objeto y no tienen el poder de establecer la existencia en general del objeto, o la existencia del fenómeno específicamente como esto y no aquello. La existencia establecida por marcas características individuales (rang-gi mtshan-nyid-kyis grub-pa) es una forma imposible de establecer la existencia de algo.

En resumen, cuando el bebé ve estas formas de colores dentro de un campo sensorial visual, también ve de forma no conceptual a un perro como un elemento individual completo. Sin embargo, el bebé no tiene que saber qué es esto para poder ver a un perro.

Más técnicamente, las formas de colores, partes y rasgos característicos son la base para etiquetar "perro" y un perro es a lo que la etiqueta "perro" se refiere con relación a su base. Aunque una base para el etiquetado (gdags-gzhi) y a lo que se refiere una etiqueta (btags-chos) no existen independientemente de una etiqueta mental (btags), el bebé no conoce la etiqueta mental "perro". Ve a lo que se refiere la etiqueta "perro" y a la base para esa etiqueta, pero no conoce la etiqueta mental. Por lo tanto, para poder ver a un perro, el bebé no tiene que saber que se le llama "perro" o cómo se le llama. En otras palabras, el bebé no necesita etiquetar mentalmente “perro” o decir la palabra “perro” en su mente, o incluso saber lo que significa la palabra “perro”, para poder ver a un perro.              

Cuando éramos bebés, tuvimos que aprender la categoría "perro" y el nombre "perro" y su significado. Este fue un proceso conceptual. Ahora, cuando vemos un perro de manera precisa y decisiva, lo conocemos conceptualmente en el momento siguiente, tanto de manera precisa como decisiva, a través de la categoría de significado "perro", aunque incluso entonces, no necesariamente pensando en el sonido de la palabra "perro" en nuestra cabeza. En esta cognición conceptual, distinguimos una característica compuesta (bkra-ba) del objeto que aparece, a saber, la característica compuesta de la categoría de significado "perro", y atribuimos a esa categoría la convención de que es el significado de la palabra "perro". Esto se conoce como la distinción que toma un rasgo característico con respecto a una convención (tha-snyad-la mtshan-mar ’dzin-pa’i ’du-shes).                     

Conocer conceptualmente a un perro, entonces, es como, en nuestra mente, poner de manera precisa y decisiva lo que vemos en la caja "perros", como si realmente existiera en una caja - la categoría "perro" - independientemente de que sea solo a lo que la etiqueta "perro" se refiere. Esta compartimentación ocurre a través de un filtro adicional que aparece en la cognición además de la categoría de significado "perro", a saber, el aislado (reverso) conceptual (ldog-pa) "nada más que un perro". El aislado o reverso conceptual es una exclusión mental de todo lo que es distinto (blo’i gzhan-sel) al perro y es un fenómeno conocido por negación (dgag-pa).            

Pero también podríamos conocer de manera precisa y decisiva que es un perro de manera no conceptual cuando lo vemos de manera precisa y decisiva. En este caso, aprehendemos explícitamente las formas de colores, las partes, etc., como base para etiquetar "perro" y también aprehendemos explícitamente a qué se refiere la etiqueta “perro”. Estos son los hologramas mentales que aparecen ante la cognición visual. Simultáneamente, aprehendemos implícitamente la etiqueta mental "perro". En este caso, la etiqueta mental y la categoría "perro" no son los objetos que aparecen de nuestra cognición visual. Aunque conocemos implícitamente que es un perro, no lo conocemos explícitamente de forma conceptual a través de la categoría y la etiqueta "perro". No lo estamos conociendo a través del filtro de la caja “perros” en el cual lo encajamos.                

  • Con la aprehensión explícita no conceptual de un perro, también aprehendemos implícitamente la exclusión de objeto "nada más que un perro". Pero a diferencia del aislado (reverso) conceptual a través del cual se produce la cognición conceptual de un perro, la exclusión de objeto no aparece en la cognición no conceptual. Por tanto, aunque como un aislado conceptual, una exclusión de un objeto es también un fenómeno conocido por negación, sin embargo, la cognición no conceptual del perro conoce a su objeto involucrado simplemente como un fenómeno de afirmación (sgrub-pa). Conoce su objeto de manera afirmadora, en lugar de hacerlo a través de una exclusión de todo lo que no sea él. Esta es otra diferencia importante entre una cognición conceptual y no conceptual de un perro.              

Cuando tenemos una comprensión no conceptual de un perro, lo que tenemos es una aprehensión no conceptual de un perro, de manera precisa y decisiva, que sabe implícitamente que se trata de un perro y que es sostenido por la fuerza de las latencias de haber elaborado previamente las implicaciones de lo que es un perro: puede morder, necesita que lo paseen y, por lo tanto, no se lo puede dejar solo mientras nos vamos de vacaciones, etc.

Aprehensión y comprensión conceptual y no conceptual de la vacuidad

La forma en que tanto la aprehensión conceptual como no conceptual de la vacuidad también estaría acompañada por comprensión, es similar. En la primera fase de la meditación, aparece la base para la vacuidad (stong-gzhi), por ejemplo, los cinco factores agregados que constituyen el momento presente de la experiencia y el "yo" convencional imputado sobre ellos. En la segunda fase, surge una ausencia de estas apariencias, que aparece como un espacio en blanco, como un espacio vacío.          

En el caso de la cognición inferencial, esa ausencia surge a través de la fuerza de la línea de razonamiento de la refutación de la existencia verdaderamente establecida y se enfoca en ella a través de la categoría de significado "vacuidad". En el caso de la cognición directa de la vacuidad, surge sin depender directamente de una línea de razonamiento, aunque en el pasado hayamos trabajado con las líneas de razonamiento. Esta cognición directa puede o no ser a través de la categoría de significado "vacuidad".               

En el caso de la cognición no conceptual, entre los rasgos característicos de este espacio en blanco que surge, la aprehensión explícita de la vacuidad distingue de forma precisa y decisiva no solo los rasgos característicos de una ausencia de todas las apariencias y una ausencia de todas las apariencias de existencia verdaderamente establecida; también distingue los rasgos característicos de una ausencia total de existencia verdaderamente establecida misma: no existe tal cosa.       

Comprensión intelectual versus comprensión intuitiva

¿Qué significa tener solo una comprensión intelectual en oposición a tener una comprensión intuitiva de algo? La epistemología budista no diferencia tal división.    

Según la mayoría de las definiciones occidentales, la comprensión intelectual es la comprensión de algo que se deriva directamente de la fuerza del razonamiento lógico. También puede o no depender del conocimiento empírico a partir de la experiencia personal previa (cognición directa).  

La comprensión intuitiva no se basa directamente en el razonamiento lógico. Algunos sistemas espirituales no budistas explican que la comprensión intuitiva puede ser mística y derivar de una fuente trascendente, como Dios. En el budismo, hablamos de comprensión derivada de la inspiración (byin-rlabs, "bendiciones") de los budas o de nuestros maestros espirituales, o derivada de la maduración de nuestro entramado de fuerza positiva ("colección de mérito"). Encontramos esto de manera más prominente en la práctica de mahamudra y dzogchen en la que nuestro maestro nos ayuda, literalmente, a encontrarnos cara a cara (ngo-sprod) con la naturaleza de nuestra mente.              

El dzogchen también habla del “darse cuenta profundo o conciencia profunda que surge por sí misma” (rang-byung ye-shes) que es primordial (gnyug-ma) y surge simultáneamente (lhan-skyes, innato) en cada momento de cognición. Este darse cuenta profundo es parte de la naturaleza del darse cuenta puro o conciencia pura (rig-pa), el nivel más sutil de actividad mental, desprovisto de todas las manchas fugaces, como aquellas del no darse cuenta (ignorancia). Cuando accedemos a este nivel más profundo, se revela la conciencia profunda de las dos verdades. En términos occidentales, clasificaríamos a esta conciencia profunda como intuitiva.         

Pero la comprensión intuitiva de algo más comúnmente experimentada, aunque generalmente no somos conscientes de la razón por la que lo entendemos, en la mayoría de los casos surge del razonamiento inconsciente por analogía. Puede basarse simplemente en el conocimiento empírico de la experiencia personal presente o anterior, en esta vida o en vidas anteriores. O podría basarse en la fuerza del hábito de la cognición inferencial previa, construida en esta vida o en vidas anteriores. Un ejemplo es poder operar intuitivamente un nuevo programa o aplicación de computadora sin tener que leer las instrucciones. Pero, ¿qué pasa con una comprensión intuitiva de la impermanencia, la vacuidad, la compasión o la bodichita?         

En el uso occidental de estos dos términos, comprensión intuitiva e intelectual, necesitamos diferenciar las categorías epistemológicas budistas de aprehensión y comprensión. En términos de aprehensión:      

  • Una llamada "comprensión intelectual" incluye una aprehensión precisa y decisiva de algo, por ejemplo, qué es la vacuidad, la compasión o la bodichita.   
  • Una comprensión intuitiva de la impermanencia, la vacuidad, la compasión o la bodichita puede o no aprehender su objeto. A veces no es muy exacta en términos de precisión o decisión, o en términos de ambas. Podemos estar convencidos de la precisión de nuestro enfoque en, por ejemplo, la impermanencia o la vacuidad, derivada de la intuición basada en la experiencia personal, pero esto a menudo es solo una suposición (yid-dpyod): simplemente suponemos que es preciso, cuando en realidad es bastante vago. Es posible que seamos capaces o no de expresar nuestra comprensión intuitiva de algo con palabras, pero este puede ser el caso tanto si nuestra comprensión intuitiva aprehende a su objeto de forma precisa y decisiva como si no.

En términos de comprender las implicaciones de la impermanencia, la vacuidad, la compasión o la bodichita, podemos derivar las implicaciones intelectualmente, lo que significa elaborarlas mediante el razonamiento lógico y a través de ensamblar lógicamente la impermanencia, la vacuidad, etc., junto con otras facetas del Dharma. O podemos comprender intuitivamente las implicaciones y cómo se ensambla con otras facetas del Dharma sin tener que trabajar con ellas; pero esto también puede ser muy preciso o decisivo, o no. Por lo general, experimentamos esto cuando todo se acomoda automáticamente, "todo hace clic".         

Sin embargo, el proceso habitual es que nos enfocamos en un tema específico, como las características definitorias de la actividad mental, y luego también en otros temas, como la naturaleza búdica y la bodichita, y luego los ponemos todos juntos, muy probablemente utilizando la conciencia profunda de la igualdad (mnyam-nyid ye-shes), y luego, sin usar una línea formal de razonamiento, entendemos cómo se ensamblan estos tres. Es difícil decir si se trata de una comprensión intelectual o intuitiva.      

Comprensión emocional

Ya sea que derivemos nuestra aprehensión y comprensión de algo, por ejemplo, de la impermanencia, la vacuidad, la compasión o la bodichita, intelectualmente apoyándonos en líneas de razonamiento o intuitivamente confiando en otros medios, ambos son fenómenos no estáticos (mi-rtag-pa). Esto significa que ambos tienen la capacidad de producir efectos (don-byed nus-pa), en este caso, efectos de transformación. Su Santidad el Dalái Lama habla de esto en términos del desarrollo de la compasión, cuando explica que la compasión basada en la razón - "todos quieren ser felices y nadie quiere ser infeliz" - es más estable que la compasión basada meramente en la emoción. Esto significa que definitivamente podemos desarrollar la emoción constructiva de la compasión basada en la razón.                  

¿Cómo sabemos que hemos desarrollado una emoción constructiva, como la compasión? Si la definición de una emoción perturbadora (nyon-mongs) es un estado mental que, cuando surge, nos hace perder la paz mental y el autocontrol, entonces podemos inferir la definición de una emoción constructiva. Es un estado mental que, cuando surge, nos da paz mental y nos permite tener autocontrol. Ya sea que desarrollemos la compasión intelectual o intuitivamente, la compasión que desarrollamos en ambos casos afecta positivamente a nuestro estado mental.     

Entendimiento profundo

Sin embargo, que apliquemos o no nuestro entendimiento a nuestra conducta, es otro asunto, y nuevamente no hay diferencia si nuestro entendimiento ha surgido al depender directamente de una línea de razonamiento o por otros medios. Cuando afecta nuestro comportamiento de manera positiva, entonces tenemos una comprensión profunda de la compasión.

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