Comprender algo: La cognición conceptual

Hemos estado hablando de los diferentes tipos de aprehensión, y vimos que podemos tener aprehensión decisiva y precisa tanto por cognición válida directa como por cognición válida inferencial. Ambas pueden ser conceptuales, pero solo la cognición directa puede ser también no conceptual. 

Necesitamos entender lo que queremos decir con cognición conceptual, especialmente porque en el budismo escuchamos todo el tiempo que necesitamos ir más allá de la cognición conceptual y alcanzar cognición no conceptual. Así que, para ir más allá de la cognición conceptual y alcanzar cognición no conceptual, necesitamos saber lo que son ambas ¿verdad?

La aprehensión en la cognición conceptual

Hablemos primero sobre la cognición conceptual. ¿Cómo funciona la aprehensión con eso? Tomemos la inferencia como ejemplo, que siempre es conceptual, y de los tres tipos de inferencia, usemos un ejemplo de inferencia basada en el reconocimiento. Un ejemplo sería leer o escuchar la palabra vacuidad. ¿Qué es lo que en realidad estamos viendo cuando la leemos? Vemos algunas líneas curvas y rectas – eso es lo que vemos ¿no es así? Escuchamos una vibración del aire cuando alguien dice la palabra vacuidad. Por medio de la cognición conceptual y de la inferencia basada en el reconocimiento, aprehendemos entonces el significado de lo que vemos o escuchamos – eso significa la palabra vacuidad.

¿Qué es la cognición conceptual? La cognición conceptual es la cognición de algo por medio de una categoría. Hay dos tipos de categorías: la categoría de audio (sgra-spyi) y una categoría de objeto o significado (don-spyi). Veámoslas una por una, comenzando por la categoría de audio. 

La aprehensión conceptual a través de una categoría de audio

Cuando aprehendemos conceptualmente el sonido de alguien diciendo “vacuidad”, primero lo aprehendemos no conceptualmente al escucharlo. Nuestra escucha de este sonido es precisa y decisiva. Este es el sonido que escuchamos, y estamos seguros de que es el sonido que pronunció esa persona y no otro sonido. Hemos excluido que haya dicho algo diferente, que haya pronunciado un ruido diferente o un sonido diferente. 

Entonces, a través de la categoría de audio del sonido vacuidad, conocemos conceptualmente que este sonido encaja con otros sonidos similares que hemos escuchado en la categoría de audio vacuidad. Eso significa que, independientemente de cómo la pronuncie alguien, independientemente de si es la voz de un hombre o la voz de una mujer, o la voz de una máquina, e independientemente del volumen, conocemos que todos estos sonidos encajan en la categoría de audio vacuidad: todos están diciendo vacuidad

¿Cómo sabemos que cuando escuchamos a dos personas diferentes decir “vacuidad” están diciendo lo mismo? ¿Cómo sabemos eso? Es al conocer conceptualmente los dos sonidos a través de la categoría de audio vacuidad. Los dos sonidos que escuchamos encajan en la categoría de audio vacuidad.

Eso es bastante sorprendente si lo pensamos. ¿Cómo sabemos y entendemos que dos personas diferentes están diciendo lo mismo? Los sonidos que escuchamos son en dos voces diferentes y en dos volúmenes diferentes. Aunque el texto no menciona la categoría gráfica, no cabe duda de que es el mismo mecanismo con la lectura. “Vacuidad”, ya sea escrito con este tipo de letra o ese otro, o en ese color o en aquél, o en este tipo de letra manuscrita – todas ellas son representaciones gráficas de las líneas que dibujan vacuidad. Sabemos que todas son formas escritas a mano o a máquina de las líneas que dibujan vacuidad, porque todas encajan en la misma categoría gráfica. ¿De acuerdo?

Pensémoslo. Es importante comprender lo que queremos decir con cognición conceptual. Un tipo de cognición conceptual, el tipo involucrado con el lenguaje, conlleva categorías de audio. Obviamente tenemos que aprender dichas categorías. Las representaciones de audio y gráficas de un idioma no existen en nuestra mente cuando nacemos. 

Además, necesitamos conocer conceptualmente los sonidos que encajan en una categoría de audio, tal como la categoría de audio vacuidad, como también encaja en la categoría de objeto sonidos de palabras. De otra manera, solo estaríamos escuchando sonidos sin reconocerlos como sonidos de palabras. Tal vez los consideraríamos como sonidos del viento y un ratón podría simplemente inferir de ello la presencia de un peligro potencial. 

Los componentes de una cognición conceptual

En cualquier caso, cuando aprehendemos algo a través de una categoría conceptual, existen otros componentes diversos involucrados, algo así como filtros. Si representáramos gráficamente todos estos componentes, el más cercano a la conciencia mental sería la categoría conceptual. En seguida está el reverso conceptual (ldog-pa), también llamado un “especificador”. Literalmente, el reverso conceptual es un doble negativo, “no no esto”, en un leguaje más sencillo “nada más que esto”. Entonces, la categoría es una clasificación de que es “nada más que esto”. En este sentido, la categoría en sí misma es un reverso conceptual. El reverso conceptual también aísla de la categoría todo lo demás que sea diferente a lo que encaja en la categoría. También puede especificar un ejemplo de lo que sí encaja en la categoría, así que junto al reverso conceptual está una representación mental, como un holograma mental de un ejemplo que encaja en la categoría.

Les daré un ejemplo, es muy fácil. Piensen en un perro. Todo el mundo tiene una idea diferente, una imagen diferente en su mente de cómo se ve un perro. Esa es nuestra idea de lo que es un perro. Está la categoría perro. Es un reverso conceptual de todo aquello que no es un perro y cada uno de nosotros representa esta categoría con lo que podríamos llamar en nuestro propio idioma, “nuestra idea de un perro”. Es sorprendente. Todos estamos pensando en algo diferente – cada animal que imaginamos se ve diferente – pero todos estamos pensando en un perro. Es bastante asombroso.

Pasa lo mismo con una categoría de audio y su reverso conceptual. Tenemos algo en nuestra categoría conceptual que representa una categoría de audio, algo como una “voz interna”, que ejemplifica la manera en que se pronuncia alguna palabra. Por ejemplo, tomemos el nombre “Nagáryuna”. “NaGÁRyuna” – esa es la pronunciación sánscrita real. Termina en dos sílabas cortas: “NaGÁRyuna”. Cuando escucho que alguien dice “NagarYÚna”, me suena horrible, pero puedo entender que están diciendo “Nagáryuna” porque lo empato conceptualmente con la categoría de audio Nagáryuna, independientemente del hecho de que, en mi mente, el sonido de ese nombre está representado como “NaGÁRyuna”. El acento es en la segunda sílaba, no en la tercera sílaba, que es como la otra persona lo representó, ¿se entiende? NaGÁRyuna, MaDHYÁmaka, no MadhyaMÍka. AMÉrica, no AmerÍca. Ese es el ejemplo que uso para demostrar la pronunciación sánscrita real. No es AmerÍca; es AMÉrica. Dos sílabas cortas al final. 

De cualquier forma, nos pasa esto todo el tiempo ¿verdad? Por ejemplo, una taza de café. Yo tengo una idea de cómo debe saber una taza de café. Lo represento a través de mi idea de cierto sabor. Alguien me sirve un líquido café caliente y yo sé que, supuestamente, es café. Sin embargo, yo tengo una idea fija de cómo debe saber el café – no es igual al sabor de este líquido café que me sirvieron – pero igual puedo reconocerlo como café. 

Algunas veces llamamos a esas ideas “preconcepciones”. Tengo la preconcepción de cómo tiene que saber el café. Y entonces, nos metemos en problemas cuando estamos muy apegados a nuestras representaciones conceptuales. Pensamos: “Así es como tendría que saber una taza de café”, y con cualquier cosa diferente, pensamos: “Esta es una terrible taza de café”. Nos molestamos. Surgen las emociones perturbadoras porque el líquido café que nos sirvieron no cubre las expectativas de nuestra preconcepción de cómo tendría que saber una taza de café. No empata con lo que mentalmente representamos el sabor del café. 

Básicamente, no hay problema con el proceso conceptual; el problema llega cuando nos apegamos a nuestra propia representación y pensamos: “Este es el único sabor que el café debería tener, y tiene que ser así”. Es muy útil tratar de identificar nuestras propias ideas personales y privadas sobre cómo – y ahora usamos esta terrible palabra – deberían ser las cosas. “Debería ser así, de la manera que yo pienso que debería ser”. ¿Por qué tendría que ser así? ¿Somos dictadores mundiales decretando cómo debería saber el café y prohibiendo cualquier otra alternativa?

Para resumir una aprehensión conceptual a través de una categoría de audio, escuchamos a alguien pronunciar el sonido vacuidad, y lo aprehendemos correctamente como siendo el sonido que hemos escuchado y que es el sonido vacuidad. Además, estamos absolutamente seguros de que no fue el sonido de nada más que el sonido de vacuidad. Si lo hemos aprehendido, eso significa que no tendremos duda alguna más adelante. Podemos recordar correctamente el sonido que escuchamos que alguien pronunció. Si creemos haber escuchado un sonido diferente o no estamos seguros de lo que escuchamos, entonces no hemos aprehendido ese sonido. Si en realidad no estábamos prestando atención a lo que decían, entonces más tarde no estaremos seguros de lo que se dijo ¿verdad? Esto sucede todo el tiempo. Por ejemplo, cuando estamos escuchando una conferencia muy larga que nos parece aburrida. 

El solo haber aprehendido el sonido vacuidad que escuchamos y estar seguros de que escuchamos ese sonido y no otro, no significa que sepamos que ese sea el sonido de la palabra vacuidad y tampoco que hayamos entendido lo que esta palabra significa. Un ratón pudo también haber escuchado el sonido vacuidad y ni siquiera saber que es el sonido de una palabra. Para que nosotros, como humanos, sepamos que el sonido vacuidad es el sonido de una palabra llamada vacuidad, tenemos que haber sido enseñados y saber que la sociedad ha acordado, como convención, designar la categoría de audio vacuidad a los sonidos que encajan en ella como los sonidos de una palabra – a saber, la palabra vacuidad. Alguien nos ha enseñado esta palabra, vacuidad, y ahora nosotros recordamos que el sonido que escuchamos es el sonido de la palabra vacuidad

Pero para ir más a fondo y aprehender lo que la palabra vacuidad significa, también necesitamos haber aprendido que conocemos que la sociedad también acordó, como una convención, etiquetar conceptualmente a la categoría de audio y a los sonidos que encajan con ella, con un significado que ha sido designado con la palabra vacuidad. La sociedad los ha etiquetado con la categoría de significado: una ausencia de formas imposibles de existencia, y ahora también tenemos que recordar esa categoría de significado. Así que la sociedad se ha puesto de acuerdo en dos convenciones inseparables concernientes a la categoría de audio del sonido vacuidad y los sonidos que encajan en ella –han sido designados como ser el sonido de la palabra vacuidad, y al ser el sonido de la palabra vacuidad, han sido etiquetados conceptualmente con la categoría de significado: una ausencia de formas imposibles de existencia

La aprehensión conceptual a través de una categoría de significado

¿Qué son las categorías de significado? Las categorías de significado son fenómenos imputados que solo pueden existir y ser conocidos sobre la base de categorías de audio designadas con palabras. No puede haber un significado sin ser el significado de algo, por ejemplo, el significado de una palabra; y un sonido no puede ser el sonido de una palabra a menos que haya un significado asociado al mismo. De otra forma es solo el sonido de un ruido, como el sonido del tráfico. Pensémoslo. 

Tomemos, por ejemplo, la categoría de significado: una ausencia de formas imposibles de existencia. Cada uno de los sistemas de principios del budismo indio y algunas de las tradiciones tibetanas, afirman una diferente forma imposible de existencia que está ausente. Sin embargo, todos esos significados encajan en la categoría de significado: una ausencia de formas imposibles de existencia. Esta categoría de significado puede ser un fenómeno de imputación sobre la base de muchas categorías de audio diferentes de palabras que significan lo mismo. En este caso, esta sería la categoría de audio de las palabras voidness y emptiness en inglés, Leerheit en alemán, vacuité en francés, vacuidad en español, etc. Hay muchas palabras que han sido designadas como que tienen el significado: una ausencia de formas imposibles de existencia.  

Sin embargo, no todos los significados que son conocidos a través de la categoría de significado una ausencia de formas imposibles de existencia, encajan válidamente en esta categoría. Por ejemplo, el significado una ausencia de cualquier existencia en absoluto. Esa categoría de significado es un fenómeno de imputación válida sobre la base de la categoría de audio de las palabras la afirmación del nihilismo, pero no sobre la base de la categoría de audio de la palabra vacuidad. Por lo tanto, una aprehensión conceptual a través de la categoría de significado tal como una ausencia de formas imposibles de existencia, necesita tener un significado válido que represente la categoría tal como una ausencia de existencia autoestablecida. A menudo se traduce “existencia autoestablecida” como “existencia inherente”. 

Es importante darse cuenta de que los sonidos en sí mismos no son autoestablecidos como siendo los sonidos de palabras y que las palabras no son autoestablecidas como teniendo un significado específico. Los sonidos necesitan ser designados como sonidos de palabras, y las palabras necesitan ser etiquetadas conceptualmente con significados. En otras palabras, los sonidos son establecidos como sonidos de palabras solamente en dependencia de haber sido designados como tales, como una convención, y las palabras son establecidas con cierto significado únicamente en dependencia de haber sido etiquetadas mentalmente como tales, igualmente por convención. Además, cualquier significado que se haya asignado convencionalmente que tienen los sonidos de las palabras – tal como que el sonido de vacuidad sea designado como el sonido de la palabra vacuidad y sea etiquetado conceptualmente como teniendo el significado de una ausencia de formas imposibles de existencia – no ha de ser contradicho por la cognición válida de las enseñanzas dadas por fuentes válidas de información. 

Daré un ejemplo más sencillo – el amor. ¿Qué es el amor? Alguien pronuncia el sonido: “Te amo”, lo escuchamos y lo reconocemos como el sonido de palabras. Además, estas palabras tienen un significado para nosotros. No importa en qué idioma habla la persona – podría haber pronunciado los sonidos ich liebe dich. Pensamos que esas palabras significan en alemán lo mismo que las palabras te amo en español. Pero entonces, conceptualmente representamos la categoría de significado amor con nuestra propia idea privada de lo que significa decir: “te amo”, y proyectamos dicho significado al sonido de las palabras que escuchamos. De eso surge mucha confusión.

Permítanme darles un ejemplo clásico de mi propia experiencia. Como sabemos, en muchos países europeos cuando un hombre conoce a una mujer, mueve su mejilla para tocar, o solo acercarse, a la mejilla de la mujer y pronuncia el sonido mua para representar un beso. En algunos lugares es un beso y en otros son dos, tres o cuatro besos. Hay algunos lugares en lo que tus labios nunca tocan la mejilla de la otra persona, en otros lados sí lo hacen. Todo esto significa simplemente hola, un saludo. Sin embargo, y esto me sucedió en una ocasión cuando hice ese gesto de saludo muchas veces en una cultura europea en particular y la mujer recibió una idea totalmente equivocada. Creo que mis labios tocaron su mejilla y eso le dio a una idea totalmente equivocada de lo que eso significaba. Pensó. “Este hombre se me está insinuando sexualmente”, que para nada era mi intención ni el significado de mi gesto. Piensen en ello. 

Es interesante. Las palabras tienen diferente significado en diferentes culturas. En América Latina, por ejemplo, si dices: “Ven a las seis en punto” – bueno, por supuesto eso no quiere decir que vengas a las seis en punto. Nadie llegaría a las seis en punto cuando dices: “Vengan a las seis en punto”. Quiere decir que vengas a las siete o quizá más tarde. Cuando venimos de un origen alemán, o suizo y alguien en América Latina te dice: ven a las seis en punto – genau, estaremos ahí precisamente a las seis, y ellos todavía no estarán siquiera vestidos. 

O cuando alguien dice. “Yo te hablo”. ¿Eso significa que literalmente nos van a llamar? ¿O solamente están siendo educados? ¿Cómo entendemos el significado de estas palabras?

¿Cómo sabemos que las categorías de significado que le aplicamos a los sonidos de las palabras que escuchamos son las correctas y que hemos aprehendido y entendido correctamente lo que esas palabras significan? Bueno, podemos aplicar los mismos tres criterios para la validación de un significado específico como lo hicimos para el sonido del llanto de nuestro bebé: 

(1) Primero que nada, necesita concordar con la convención acordada por un grupo de personas, que ese sonido es el sonido de una palabra y que esa palabra tiene ese significado. Lo que quiero decir es que lo que escuchamos es tan solo un sonido, así que no hay nada inherente en el sonido que lo haga ser el sonido de una palabra y nada inherente en la palabra que la haga tener un significado específico. Básicamente, un grupo de personas han asignado este sonido como el sonido de la palabra vacuidad y esta palabra con el significado de una ausencia de formas imposibles de existencia. Es una convención. Si pensamos en ello, todo el lenguaje es así. 

Eso es lo primero que hay que verificar. ¿Existe en esta sociedad una convención que haya acordado que cierto sonido, sin importar cómo se exprese, es el sonido de una palabra y que tiene cierto significado? Eso tiene que existir ¿verdad? Y lo mismo sucede con las palabras escritas o impresas. Cuando leemos un libro, y vemos todas esas líneas; eso es todo lo que vemos. Si viéramos caracteres chinos ¿qué veríamos? Líneas. Ni siquiera reconoceríamos que son palabras, mucho menos que tienen un significado si no sabemos chino. Podríamos, simplemente, concebirlas como diseños artísticos. 

¿Alguna vez han escuchado a alguien hablar un idioma extranjero que no entienden? Para nosotros, son tan solo sonidos. Ni siquiera podemos dividir en palabras lo que oímos ¿o sí? Necesitamos aplicar las categorías de audio para los sonidos que escuchamos, reconocerlos como que son sonidos de palabras y recordar la categoría de significado para estas palabras ¿cierto?

Así, escuchamos el sonido vacuidad y lo aprehendemos conceptualmente a través de la categoría de audio vacuidad. Luego, aprehendemos el sonido conceptualmente acomodándolo en la categoría de significado el sonido de una palabra, y entonces la aprehendemos más allá a través de la categoría de significado una ausencia de formas imposibles de existencia. Para verificar si hemos aprendido el significado correcta y precisamente, verificamos, sí, este es el sonido de vacuidad y está la convención de que el sonido vacuidad es el sonido de una palabra y está la convención de que esta palabra vacuidad tiene este significado asignado a ella – una ausencia de formas imposibles de existencia. Y también está la convención de que el significado específico con el que yo represento una ausencia de formas imposibles de existencia, encaja válidamente en esta categoría de significado. 

(2) En segundo lugar, verificamos si ese significado de “vacuidad” no es contradicho por lo que explican los textos clásicos y los maestros calificados. Sí, existe esta definición en los textos y en las explicaciones de los maestros calificados. “Vacuidad” puede significar eso. Este es el segundo paso al verificar si hemos aprehendido el significado. 

(3) Finalmente, verificamos para ver si este significado no es contradicho por la verdad más profunda conocida no conceptualmente por los aryas. Los aryas conocen que las palabras no tienen significados establecidos inherentemente en ellas de manera independiente del etiquetado mental ¿verdad? La palabra vacuidad es usada por diferentes escuelas del budismo con definiciones muy diferentes, así que no es que inherentemente solo signifique una cosa. Es por eso que uso el término “ausencia de formas imposibles de existencia”, porque eso cubre a todas las diferentes escuelas. 

Comprender algo conceptualmente

Solo porque aprehendamos correcta y decisivamente el sonido que escuchamos como el sonido vacuidad y que ese es el sonido de una palabra, y solo porque hemos aprehendido correcta y decisivamente que el significado de la palabra vacuidad es “una ausencia total de formas imposibles de existencia”, eso no necesariamente significa que hemos entendido la vacuidad. Hay una gran diferencia entre estas aprehensiones y a lo que llamaríamos “comprender la vacuidad” realmente. 

Esto nos pasa todo el tiempo cuando leemos un texto complejo, digamos un texto de Tsongkhapa. Leemos una oración compleja y aprehendemos cada palabra y el significado de cada palabra correcta y decisivamente, pero no entendemos en absoluto la oración. Podríamos, incluso, aprehender correcta y decisivamente los diferentes niveles de significado de la palabra vacuidad – sabemos que significa esto en Chitamatra, esto otro en Svatántrika y aquello en Prasánguika – y seguir sin comprenderla. Por supuesto, antes de poder comprender lo que Tsongkhapa dice sobre la vacuidad, necesitamos primero tener aprehensión de las palabras y sus definiciones en lo que él ha escrito; ese nivel de comprensión necesita ser correcto y decisivo. 

Lo que necesitamos descubrir, además de eso, es ¿qué necesitamos para poder decir que en realidad entendemos lo que Tsongkhapa ha escrito? Pensemos en ello. ¿Qué más necesitaríamos? ¿Qué piensan? ¿Qué más necesitamos además de una aprehensión correcta y decisiva para poder decir que entendemos la vacuidad? Podemos reconocer la palabra vacuidad sin importar cómo se diga o cómo se escriba. Conocemos la definición. Además de eso ¿qué más necesitaríamos para poder decir que la entendemos?

La experiencia.

De acuerdo, ¿La experiencia de qué?

Si vivo en una isla calurosa y nunca he visto la nieve, y alguien me dice lo que es la nieve, estoy segura de que la podría describir muy bien, pero nunca he tenido la experiencia de la nieve, así que nunca sabré lo que realmente significa la nieve.

¿De qué manera se relaciona eso con la vacuidad? ¿No podemos entender realmente lo que es la vacuidad a menos que la hayamos experimentado? ¿Qué significa “experimentar”? ¿Cómo experimentamos la vacuidad? Tenemos que ser un poco más precisos.

Usted debe saberlo.

¿Qué significa eso? ¿Qué significa “saber” algo? Podemos conocer la definición de la vacuidad, pero es posible que todavía no la entendamos. En terminología occidental común, si experimentamos la nieve, sabremos entonces lo que es la nieve. Ya lo sabemos, pero es probable que no entendamos lo que es la nieve. ¿Cómo demonios se produce la nieve? ¿Por qué tiene esa forma y ese color? No entendemos eso en absoluto. Entonces, ¿hemos entendido la nieve? No, creo que no. Pero decir: “Ahora ya sé lo que es la nieve porque ya la he experimentado”, eso es diferente. Pero ¿por qué cada copo es diferente? – no sabemos ni entendemos eso en absoluto, por lo que realmente no entendemos la nieve en absoluto. 

Para comenzar, yo propongo que, para entender algo como la vacuidad, no solo necesitamos aprehender la palabra y su definición, sino que también necesitamos aprehender las implicaciones de la palabra y su definición. Tsongkhapa explica que la implicación de la palabra “vacuidad”, que significa “la ausencia de formas imposibles de existencia”, es que el surgimiento dependiente es infalible – la vacuidad no contradice el hecho de que los efectos surjan en dependencia de sus causas. 

El solo aprehender esta implicación de la vacuidad – conocerla de forma precisa y decisiva – además de haber entendido bien la definición de vacuidad, me parece que sigue siendo insuficiente para entender la vacuidad. Además, propongo que también tendríamos que ser capaces de unir nuestro entendimiento tentativo de la vacuidad con muchas otras enseñanzas que hemos recibido y aplicarlo para analizar temas tales como el karma. Entonces, el criterio para entender la vacuidad, sería que la aplicación de nuestro entendimiento de la vacuidad a una fuente de nuestro sufrimiento produzca el resultado pretendido – nos libera de ese sufrimiento o al menos lo disminuye. Entonces podemos tener la convicción de que nuestro entendimiento es correcto. 

Una vez que hemos entendido algo ¿sigue siendo algo intelectual? ¿requiere pensarlo? ¿seguimos pensando?

Esto entra en la diferencia entre comprensión conceptual y comprensión no conceptual. Llegaremos a eso más tarde. Pero respecto al pensamiento, hay una diferencia entre tener un pensamiento, que solo significa conocer un objeto con la conciencia mental, ya sea de manera conceptual o no conceptual, y pensarlo, que significa recorrer conceptualmente una línea de pensamiento, como una línea de razonamiento inferencial. Así que, para contestar a tu pregunta, necesitaríamos resolver las implicaciones lógicas entre una cognición intelectual y un pensamiento a través de una línea de razonamiento. No es algo sencillo. 

Pero regresemos a la cognición conceptual de la vacuidad. Cuando tenemos un entendimiento correcto de la vacuidad, que incluye entender sus implicaciones y aplicaciones, y nos enfocamos conceptualmente en la vacuidad, aunque hemos aprehendido de manera correcta y decisiva la vacuidad en ese momento, no recordamos al mismo tiempo sus implicaciones y aplicaciones. Sin embargo, nuestra aprehensión de la vacuidad se sostiene por la fuerza de las latencias de que hayamos aprehendido previamente las implicaciones y aplicaciones. Esta fuerza está en el fondo. Diríamos que es inconsciente. Nuestra cognición conceptual está sostenida por la fuerza de eso. No traemos a la mente consciente todas las implicaciones y aplicaciones en ese momento.

¿Me siguen? Nuestra cognición es conceptual. Eso significa que nuestra cognición de la vacuidad es a través de una categoría – en este caso, la categoría de objeto vacuidad. La palabra para categoría de significado y para categoría de objeto es la misma tanto en sánscrito como en tibetano. Lo que significa la palabra vacuidad y a lo que se refiere es al objeto cognitivo vacuidad. Cada vez que meditamos en la vacuidad, el holograma mental que surge representando la vacuidad es ligeramente diferente, pero todas estas representaciones conceptuales encajan en la categoría de objeto/significado vacuidad

Tal cognición conceptual de la vacuidad a través de la categoría de objeto/significado vacuidad no precisa necesariamente estar acompañada de una segunda cognición conceptual a través de la categoría de audio vacuidad representada por un holograma mental del sonido de la palabra vacuidad. No necesitamos experimentar una voz en nuestra cabeza diciendo “vacuidad” cuando tenemos una cognición conceptual de la vacuidad. Solo necesitamos una idea precisa y decisiva de lo que “vacuidad” significa. Esa es la aprehensión. 

Si de antemano hemos resuelto las implicaciones y aplicaciones de la vacuidad y nuestra aprehensión conceptual se sostiene por la fuerza de las latencias inconscientes de estas implicaciones, entonces creo que podríamos decir que en realidad entendemos la vacuidad cuando estamos aprehendiendo conceptualmente la vacuidad. Es como si nuestro conocimiento de todas estas implicaciones y aplicaciones estuviera ahí inconscientemente en el fondo cuando nos enfocamos en la vacuidad a través de la categoría de objeto/significado. 

¿Me siguen? ¿No? Veámoslo parte por parte. 

Resolvemos las diversas implicaciones y aplicaciones de la vacuidad. Hemos analizado y aplicado la vacuidad a muchas situaciones de nuestra vida. La hemos empatado con otro tipo de enseñanzas que hemos escuchado – por ejemplo, cómo encaja con la impermanencia y con la causa y efecto del comportamiento, el karma. Sabemos que nuestros análisis son precisos y decisivos porque nuestro concepto de lo que significa la vacuidad empata con todas estas otras enseñanzas y les da sentido. Hemos llegado a esta conclusión al usar la cognición válida inferencial en la meditación analítica, y también al pensar informalmente en las enseñanzas a la luz de la vacuidad, y al aplicar lo que hemos entendido para abordar cuestiones problemáticas en nuestra vida, y esto nos ha ayudado a deshacernos de la infelicidad, al menos provisionalmente en ese momento. Hemos repetido esta meditación analítica, muchas, muchas veces para realmente familiarizarnos con todas estas implicaciones y estamos totalmente convencidos de que nuestra idea de lo que significa la vacuidad es correcta porque nos ha ayudado a afrontar los problemas. 

Ahora, en la meditación estabilizadora, nos enfocamos conceptualmente de manera unipuntual en la vacuidad. Necesitamos generar nuestra idea de lo que significa la vacuidad – nuestra representación conceptual de la vacuidad – siguiendo una línea de razonamiento, o bien, si ya estamos tan familiarizados con el concepto de vacuidad que no necesitamos seguir una línea de razonamiento, entonces solo generamos, directamente nuestra idea, nuestra representación mental de lo que significa la vacuidad. Sin embargo, sigue siendo una cognición conceptual. Es a través de la categoría de objeto/significado vacuidad

Ahora, en ese momento, cuando estamos enfocados conceptualmente y de manera unipuntual en la vacuidad a través de la categoría de objeto/significado, no estamos pensando al mismo tiempo en las diferentes implicaciones y aplicaciones de la vacuidad. Pero conocemos esas implicaciones y aplicaciones porque las hemos elaborado de antemano. La fuerza de haberlas elaborado previamente está en funcionamiento mientras nos enfocamos de esta manera en la vacuidad. 

¿Me siguen ahora? ¿Les hace sentido? Pensémoslos un momento. 

Déjenme darles un ejemplo más sencillo. Nos encontramos con un amigo, y nuestro amigo tiene un problema. Nos cuenta su problema; está deprimido. Ahora, nos estamos enfocando en su situación a través de la categoría de objeto mi amigo y a través de la categoría de objeto problema

De antemano, hemos conocido todo tipo de cosas sobre nuestro amigo. Sabemos que perdió su empleo, sabemos que tiene familia, conocemos sus antecedentes. Entre más detalles conozcamos sobre nuestro amigo y las implicaciones en su vida, mejor podremos entender su problema de estar deprimido. Cuando nos enfocamos en nuestro amigo y su problema, no estamos sacando a relucir conscientemente toda esa información ni pensando en ella conscientemente; sin embargo, todo está ahí en el fondo. 

También conocemos las diversas implicaciones de los problemas tales como estar deprimido. Ya hemos trabajado de antemano que los problemas vienen de causas y que, si cambiamos las circunstancias que sostienen y perpetúan los problemas, las situaciones cambian. No necesitamos pensar conscientemente sobre estas implicaciones en el momento en el que estamos enfocándonos en nuestro amigo y su problema. Sin embargo, hemos trabajado en todo eso de antemano basados en la experiencia, en la lógica, etc. 

Todo el tiempo tenemos este tipo de entendimiento conceptual. Veamos otro ejemplo. Nuestra computadora no hace lo que queremos que haga, así que lo percibimos conceptualmente a través de la categoría computadora que funciona mal. Si tenemos el entrenamiento y el conocimiento para ser capaces de descubrir cuáles son las implicaciones del mal funcionamiento, de tal forma que sabemos qué es lo que está mal y cómo arreglarlo, entonces, cuando nos enfocamos conceptualmente en la computadora que funciona mal, entendemos el problema y de manera precisa y decisiva sabemos qué hacer. Nuestro entendimiento del mal funcionamiento está sostenido por la fuerza de conocer todas sus implicaciones – que, si no hacemos esto, es porque esto o porque aquello, y que para arreglarlo necesitamos hacer esto o lo de más allá. Así es como entendemos las cosas.

Bien, ¿qué preguntas tienen?

Usar el término vacuidad

Mi pregunta es sobre el uso del término vacío, ¿qué se supone que significa? y ¿hay existe una manera diferente de hablar sobre lo que se supone que significa, que pueda resultar menos irritante? Porque muchas personas, al oír el término vacío, desarrollan todo tipo de confusión.

Bueno, muchas gracias por darme la oportunidad de explicar por qué no uso la palabra vacío, y uso en su lugar la palabra vacuidad para la palabra sánscrita shunya (śūnya) o shunyata (śūnyatā). “Shunya” es la misma palabra en sánscrito que la palabra “cero”. No significa “nada”, significa ausencia. ¿Qué está ausente? Formas imposibles de existir. No hay cosas tales como estas formas de existir; son imposibles. Entonces los diferentes sistemas de principios indios afirman diferentes formas de existir que están ausentes. 

En inglés (y en español), tenemos estas dos palabras que se usan para traducir “shunya” – “vacío” y “vacuidad”. En muchos otros idiomas, no se tienen dos términos diferentes, pero en español los tenemos. 

  • “Vaciedad” o “vacío” implica que hay algo ahí, una cosa autoestablecida inherentemente existente, que aparece convencionalmente y está ahí, pero en el nivel más profundo hay una ausencia de algo imposible dentro de ella: está vacía como un vaso está vacío.
  • “Vacuidad”, por otro lado, solo significa que no hay tal cosa como una forma imposible de existencia. Solo es vacuo. 

“Vacío” es una traducción apropiada para las afirmaciones Chitamatra y Svatántrika de shunyata. 

  • El Chitamatra afirma que las formas de fenómenos físicos tienen una existencia verdadera autoestablecida, establecida independientemente del etiquetado mental. Como tales, aparecen convencionalmente y son encontrables en la cognición sensorial. Pero, en la verdad más profunda, cuando aparecen en la cognición sensorial, están “vacías” de provenir de una fuente natal que sea diferente de aquella de la que provienen la consciencia y los factores mentales que la conocen. 
  • El Svatántrika afirma que todos los fenómenos tienen existencia autoestablecida y que aparecen convencionalmente y son encontrables como tales. Pero en la verdad más profunda, están “vacíos” tanto de tener existencia verdadera establecida independientemente del etiquetado mental, como de que su existencia esté meramente establecida en términos del etiquetado mental. 

La traducción vacío se adapta a estos dos sistemas de principios porque, para ambos, los objetos convencionales son como vasos vacíos. Sin embargo, “vacío” no funciona para las afirmaciones Prasánguika. El Prasánguika simplemente afirma que no hay tal cosa como la existencia autoestablecida, ya sea establecida independientemente del etiquetado mental o en conjunción con el etiquetado mental. Además, la existencia autoestablecida es imposible y totalmente ausente tanto en términos de la verdad convencional como de la verdad más profunda. Así que, de acuerdo con la visión Prasánguika, todos los fenómenos están simplemente “desprovistos” de formas imposibles de existencia y nada es encontrable, mientras que, de acuerdo con las visiones Chitamatra y Svatántrika, los fenómenos son como vasos vacíos encontrables – vasos encontrables que no tienen formas imposibles de existencia dentro de ellos. 

Usemos un ejemplo sencillo. Un niño piensa que hay un monstruo abajo de su cama. Tiene esta idea de un monstruo – la categoría “monstruo” – y lo representa como una especie de cosa que parece aterradora, y entonces proyecta eso como si estuviera abajo de su cama. Pero no existen cosas tales como monstruos, por lo tanto, es imposible que algo exista como un monstruo. Técnicamente diríamos que no hay objeto referente (btags-cho) para la categoría monstruo. La categoría y la palabra monstruo, no se refieren a nada real, aunque podría ser representado conceptualmente por un monstruo en caricatura. 

Análogo al entendimiento Chitamatra y Svatántrika de shunyata, sería que en realidad hay un gato encontrable abajo de la cama, pero no existe como un monstruo porque esa es una forma imposible de existencia. Análogo al entendimiento Prasánguika sería que no hay nada encontrable abajo de la cama porque la existencia como un monstruo es imposible. 

Así que para el Chitamatra y el Svatántrika, hay algo encontrable que está vacío de existir como un monstruo, lo cual es imposible. Para el Prasánguika, simplemente hay una vacuidad total de existencia como monstruo – no existe tal cosa; nunca existió y nunca existirá, es imposible. 

Objetos referentes y cosas referentes

Regresando al concepto de una representación holográfica: ¿Qué pasa si no hay un objeto referente afuera de la naturaleza de esta representación holográfica?

¿Te refieres a que, si surge un holograma mental de un monstruo, qué es eso? Ese holograma de un monstruo está construido sobre la base de las representaciones en las caricaturas y en las películas (Drácula, Frankenstein, etc.) de lo que es un monstruo. Sin embargo, no hay monstruos reales. 

El ejemplo que uso son los labios de un pollo. Podemos imaginar labios en un pollo, pero no serían labios de pollo, porque no existe tal cosa. Podemos imaginar labios humanos en un pollo. El pato Donald y la patita Daisy tienen labios, pero son labios humanos. No son labios de pato porque no existe tal cosa. 

Ahora necesitamos entrar en la terminología. Existe el término denpar drubpa (bden-par grub-pa), en sánscrito satyasiddha, generalmente traducido como “existencia verdadera”. Denpar y satya significan “verdadero”. Aunque muchas personas traducen drubpa y siddha como “existencia”, no son las palabras para “existencia”; son las palabras para “establecido”, “afirmado”, y “probado”. Se refieren a la cuestión de cómo podemos establecer, afirmar o probar que algo existe. ¿Qué establece que algo exista?

Por ejemplo, un perro. ¿Qué establece que existen cosas como perros? Bueno, ¿qué es un perro? Lo único que podemos decir es que un perro es aquello a lo que se refieren el concepto de un perro y la palabra perro, cuando una sociedad ha acordado que un grupo de ciertos animales sean etiquetados mentalmente y designados con la convención perro. Este es el caso, aunque no hay necesidad de llamarlos perros o concebirlos como perros, o llamarlos o concebirlos como nada. No hay nada dentro de algún animal que podamos encontrar que lo establezca como un perro. ¿Qué podría encontrarse? ¿Hay ahí un pequeño rótulo, o etiqueta con el nombre perro? ¿Hay algo encontrable desde el lado de estos animales?

¿Qué establece que algo sea siquiera una cosa, un objeto válidamente conocible? ¿Existe algún tipo de línea a su alrededor que lo delinee como una cosa? ¿Está encapsulado en plástico, separado de todo lo demás, y eso es lo que lo establece como cosa? ¿Existe todo como en un libro de colorear para niños, con líneas delimitando cada cosa y entonces solo les ponemos colores? Aunque los sistemas de principios no Prasánguika lo afirman así, el Prasánguika lo refuta rotundamente. 

Con el etiquetado mental con conceptos o categorías, existe una base para el etiquetado (gdags-gzhi) sobre la cual se etiqueta el concepto o la categoría. El concepto o categoría no se puede etiquetar sobre cualquier cosa. La base necesita tener ciertas características definitorias compartidas en común con la categoría y con todos los elementos individuales que encajan en la categoría. Pero, por ejemplo, aun las características definitorias de los perros, como la estructura del ADN, no puede ser encontrada y señalada desde el lado de la base. Cuando vemos de cerca y analizamos, el ADN está formado de proteínas, y las proteínas a su vez de moléculas, las moléculas de átomos, los átomos están formados de partículas subatómicas, y así sucesivamente, no podemos encontrar nada del lado de un animal que, por su propio poder, o en conjunto con el etiquetado mental, establezca que eso sea un perro. 

Entonces ¿qué establece que un animal sea un perro? Bueno, lo único que podemos decir es que un perro es simplemente aquello a lo que el concepto y la palabra perro se refieren, sobre la base de un animal con ciertas características definitorias como su base de etiquetado. E incluso la existencia de una característica definitoria de un perro, se establece simplemente en términos del etiquetado mental. Alguien tuvo que haber concebido que cierto patrón de ADN es la característica definitoria de un perro y haberlo designado y etiquetado mentalmente como tal, y otros tuvieron que haber aceptado eso como una convención. El ADN por sí mismo es tan solo un conjunto de proteínas, y las proteínas son tan solo un conjunto de moléculas, etc. 

Necesitamos diferenciar entre un objeto referente y una cosa referente. Esas son dos palabras diferentes en tibetano: takcho (btags-chos, objeto referente) y takdon (btags-don, cosa referente). El concepto y la palabra perro, se refieren a algo. Convencionalmente, son perros; son los objetos referentes del concepto y la palabra perro que han sido etiquetados mentalmente y designados sobre cierto grupo de animales. El budismo no refuta eso. Sin embargo, su existencia como perros solo puede ser establecida en dependencia de haber sido etiquetado mentalmente con el concepto convencionalmente acordado de un perro y designado con la palabra perro. No están autoestablecidos como perros por algo encontrable desde su propio lado. Son simplemente el objeto referente del concepto y la palabra perro

Por otro lado, una cosa referente, es algo autoestablecido desde su propio lado como un perro, por ejemplo, que le permite ser correctamente etiquetado y designado como perro. En este caso sería un animal que, convencionalmente, es un perro y aparece como un perro. Es lo que sirve como soporte focal (dmigs-rten) para que sea correctamente etiquetado y designado como perro. En un sentido, esta cosa referente está respaldando y sosteniendo al objeto referente del concepto y la palabra perro. Para decirlo un poco diferente, una cosa referente sería como un animal que aparenta ser un perro, pero eso, por sí solo, no establece que sea un perro. De acuerdo al Svatántrika, lo que establece que eso sea en realidad un perro, es que, adicionalmente, puede ser conocido válidamente, conceptualmente, como si encajara en la categoría perro, como un artículo concreto que cabe en una caja. De acuerdo al Prasánguika, no existen cosas tales como cosas referentes.

Permítanme darles un ejemplo más fácil. Siempre uso el ejemplo de los colores, como el color naranja, ya que es más fácil de entender. ¿Existe un color naranja? ¿Qué establece que hay algo tal como el color naranja? El color naranja es simplemente aquello a lo que la palabra y el concepto naranja se refieren, habiendo sido etiquetado mentalmente y designado naranja sobre la base de cierto rango de frecuencias en el espectro de luz. El color naranja es el objeto referente de la etiqueta mental y de la palabra naranja. No hay nada del lado del espectro de luz que establezca a cierto rango de frecuencias de luz como “naranja”. No hay paredes a los lados del espectro de luz separándolo en porciones. No es que de un lado de la pared del espectro de luz el color sea rojo y del otro lado sea naranja. La existencia del naranja y del rojo se establecen simplemente en términos del etiquetado mental. 

Sin embargo, el etiquetado mental y la designación no son simplemente arbitrarios. Para ser válidos, necesitan cumplir con los tres criterios de Dharmakirti como lo hemos presentado anteriormente – necesita haber una convención acordada del naranja y del rojo, por ejemplo, y necesita no ser contradicha por una mente que conozca válidamente la verdad convencional o la verdad más profunda. 

Consideremos el ejemplo del amor. ¿Qué es el amor? Bueno, es simplemente aquello a lo que el concepto y la palabra amor se refieren, sobre la base de algunas emociones que sienten las personas. ¿Existe tal cosa como el amor? Seguro, convencionalmente existe eso a lo que llamamos “amor” – la sociedad ha aceptado esta convención. Desde el lado de todas las emociones que cada ser humano experimenta, ¿existe esta caja de amor que se puede encontrar en todas nuestras mentes? Y cuando sentimos amor ¿es como si sintiéramos algo que pertenece a esta caja? No, no es así. 

Lo que está totalmente ausente es una cosa referente, como rodeada por una línea, encapsulada en plástico, dentro de una caja encontrable en nuestra mente, como una pieza de chocolate en una caja de chocolates, y establecido como “amor” desde su propio lado. Y cuando sentimos “amor”, es como si hubiéramos escogido un chocolate de esa caja y lo estuviéramos probando. 

Si creemos que convencionalmente existe un objeto referente encontrable, pero que en la verdad más profunda no existe como una cosa referente, entonces estamos pensando como un Svatántrika, que hay un gato encontrable abajo de la cama. Lo que establece que existe como un gato, en la manera de pensar Svatántrika, no es solo que en realidad hay un gato, sino también que puede ser válidamente etiquetado como un gato. Ninguno de los dos criterios establece que sea un gato solamente por su propio poder. Pero el solo hecho de que un niño asustado lo etiquete como un monstruo, no establece su existencia como un monstruo, porque no existen cosas tales como monstruos.

Por otro lado, si decimos que no existe algo tal como las cosas referentes, y nos enfocamos en la ausencia total de cosas referentes con la fuerza de haber entendido que la existencia de las cosas solo puede ser establecida como siendo los objetos referentes del etiquetado mental, entonces estamos pensado como un Prasánguika, que no existe tal cosa como un monstruo y que no hay nada que se pueda encontrar abajo de la cama que pueda establecerse que existe como un monstruo.

¿Entienden lo que acabo de explicar sobre objetos referentes y cosas referentes? ¿Cuáles serían los pasos para ser capaces de entenderlo?  Primero tendríamos que haber escuchado esta explicación de manera precisa y decisiva para que pudiéramos recordar precisa y decisivamente lo que dije. Bueno, tenemos grabaciones, así que eso facilita las cosas. Luego tendríamos que pensar en lo que podría significar. Para entender el significado de lo que expliqué, empezaríamos con ejemplos sencillos como el del monstruo abajo de la cama. Luego pasaríamos a ejemplos de nuestra propia experiencia. ¿Creamos infelicidad y sufrimiento para nosotros mismos cuando pensamos: “No me amas”, al imaginar que el amor es un tipo de cosa referente, autoestablecida y encontrable dentro del espectro de las emociones, y que no has llegado a la caja llamada “amor” dentro de tus emociones y no has dirigido esa emoción hacia mí?

¿Existe tal cosa como el amor? Claro. ¿Qué establece que exista tal cosa? Bueno, existen el concepto amor y la palabra amor. La sociedad ha acordado una característica definitoria de un conjunto de emociones que tienen esta característica definitoria y han acordado llamarlo “amor” y que esta palabra se refiere a algo. Pero aquello a lo que se refiere no es una cosa encontrable cuya existencia como “amor” esté establecida por el poder de una característica definitoria encontrable desde su propio lado. Su existencia como amor no puede ser establecida de esta manera imposible. Eso es lo que está ausente – una cosa referente real que corresponda al concepto o a la palabra amor. De eso es de lo que está hablando la vacuidad. No es que haya un vaso encontrable que esté vacío. Solo hay vacuidad. 

Hay un punto más que quiero aclarar. ¿Recuerdan cuando estábamos hablando sobre la cognición conceptual? Por ejemplo, tenemos la categoría amor. Estamos pensando en términos del “amor” y lo representamos con algo, nuestra representación personal de lo que es el amor. Entonces, pensamos que esa es la cosa referente real que corresponde al “amor”. Pensamos que nuestra idea personal de lo que es el “amor” es lo único real que es el amor. Así que, si la otra persona no demuestra lo que nosotros pensamos que es el amor, concluimos que no nos ama. Este es el problema ¿verdad? Pensar de esta manera nos causa problemas y sufrimiento. 

Cuando somos capaces de reconocer que la representación personal que tenemos del amor, a la cual nos estamos aferrando como la cosa referente a la que el concepto y la palabra amor corresponden – cuando somos capaces de entender precisa y decisivamente que “eso es ridículo”, que no hay cosas tales como objetos referentes encontrables que correspondan con nuestros conceptos y palabras, entonces podemos soltar nuestro aferramiento. Es como entender la vacuidad. Cuando empezamos a subirnos a ese viaje de: “No me amas”, simplemente le ponemos un alto con nuestro entendimiento del etiquetado mental y de la vacuidad. Está muy claro: “Esto es ridículo”. 

Llegamos a la decisión de que no es posible que el amor exista solo como la cosa referente que imaginamos que sea de manera exclusiva, trabajando con las consecuencias lógicas que seguirían si lo que imagináramos fuera cierto. Si el amor solo significara eso, una cosa que pensamos que es, eso significaría que lo que sentimos cuando amamos a nuestra pareja sexual, a nuestra hija (o), a nuestra mamá, a nuestro país, a nuestro coche, a nuestro perro – en todos esos casos, lo que sentimos sería exactamente igual. Bueno, eso es ridículo ¿o no? Claramente no es así. Básicamente, pensamos en las consecuencias lógicas de nuestras creencias erróneas y concluimos: “Esto es una tontería, entonces ¿por qué he de creer en eso?” – y entonces, con decisión, lo excluimos de nuestra forma de pensar. 

Si hemos entendido correctamente la vacuidad, que significa haberla entendido de manera precisa y decisiva con todas sus implicaciones, entonces, podemos aplicar nuestro entendimiento a situaciones problemáticas de nuestra vida como en este ejemplo del amor, y obtendremos los resultados pretendidos – nuestro sufrimiento desaparece o al menos disminuye, y tenemos menos problemas. Si aplicamos nuestro entendimiento y no obtenemos mejoría, o nuestro sufrimiento e infelicidad empeoran, entonces, en realidad, no hemos entendido correctamente la vacuidad, en absoluto. 

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