Comprender algo: no conceptual vs conceptual

En las sesiones pasadas hablamos sobre lo que es la comprensión conceptual, y usamos el ejemplo del entendimiento de la vacuidad. Vimos que, básicamente, además de aprehender el sonido vacuidad correcta y decisivamente a través de la categoría de audio vacuidad, la categoría de objeto el sonido de una palabra, y la categoría de significado una ausencia de formas imposibles de existencia, que también es la categoría de objeto vacuidad, tenemos como antecedente que hemos resuelto todas las implicaciones de su significado. Lo hemos empatado con muchas otras enseñanzas y aplicado a diversas situaciones. Así que, cuando nos enfocamos conceptualmente en la vacuidad, nuestra comprensión conceptual se sostiene por la fuerza de las latencias provenientes de haber elaborado estas implicaciones y de nuestras experiencias de haberlas aplicado. Esto es lo que hemos explicado sobre la comprensión conceptual.

Hay un factor adicional involucrado, que no creo haber mencionado. La razón por la que nuestra comprensión conceptual es precisa y decisiva y, por lo tanto, una aprehensión de la vacuidad, es que se genera por medio de una cognición válida inferencial basada en la lógica. 

El darse cuenta que discrimina que surge de escuchar, pensar y meditar

Existe otra forma en la que podríamos describir los pasos para obtener una compresión conceptual de la vacuidad. Observemos eso por un momento antes de continuar. 

Estudiar y aprender el Dharma conlleva el desarrollo de tres niveles de darse cuenta que discrimina (shes-rab): el darse cuenta que discrimina que surge de oír y escuchar las palabras de los maestros, pensar sobre su significado y luego meditar sobre dichos significados. En el caso de escuchar y pensar, el darse cuenta que discrimina acompaña a la aprehensión conceptual. En el caso de meditar, el darse cuenta que discrimina primero acompaña a la aprehensión conceptual y luego a la aprehensión no conceptual. Nuestro análisis previo de la aprehensión conceptual nos ayuda a entender lo que implican estos tres tipos de darse cuenta que discrimina. 

[1] Escuchamos una clase de nuestro maestro y oímos el sonido “vacuidad”. Si oímos este sonido de manera precisa y decisiva – tenemos seguridad de que eso fue lo que escuchamos – hemos aprehendido el sonido no conceptualmente. Esta aprehensión no conceptual, es seguida inmediatamente por una aprehensión conceptual de este sonido a través de la categoría de audio vacuidad – es correcto que empata con todas las otras veces que hemos escuchado este sonido, pronunciado en diferentes voces y volúmenes, y tenemos seguridad de eso. Dicha aprehensión conceptual, es seguida por una segunda aprehensión conceptual a través de la categoría de objeto sonido de una palabra – es preciso que este sonido encaja en la categoría del sonido de palabras, y de eso también estamos seguros. 

Entonces, esta segunda aprehensión conceptual es seguida por una tercera aprehensión conceptual, ahora a través de la categoría de objeto palabras encontradas en fuentes de información budistas válidas. Es preciso que estas palabras encajan en la categoría de palabras encontradas en los textos clásicos budistas. Cuando esta tercera aprehensión conceptual va acompañada por el darse cuenta que discrimina – el darse cuenta que añade certeza a nuestro distinguir el sonido vacuidad, que escuchamos como el sonido de una palabra encontrada en los textos clásicos budistas, entonces tenemos el darse cuenta que discrimina que surge de escuchar y oír el sonido de la palabra vacuidad

Pasamos por los mismos pasos para desarrollar el darse cuenta que discrimina que surge de escuchar y oír el sonido de las palabras en la definición, o significado, de vacuidad – una ausencia de formas imposibles de existencia. Ahora entendemos que el sonido vacuidad, y el sonido una ausencia de formas imposibles de existencia, son sonidos de palabras encontradas en los textos clásicos budistas. 

[2] Luego pensamos en la vacuidad y su significado, demostrando su validez confiando en la cognición inferencial válida basada en la lógica y analizando sus implicaciones y aplicaciones. Cuando experimentamos que nuestra aplicación de la vacuidad, con este significado, a diversos problemas de nuestra vida resulta en una disminución de nuestro sufrimiento e infelicidad, somos ahora capaces de aprehender conceptualmente la vacuidad y su significado con el darse cuenta que discrimina que surge del pensamiento. Convencionalmente podríamos decir que ahora entendemos lo que significa la vacuidad. 

[3] Luego nos enfocamos de manera unipuntual en nuestra aprehensión de la vacuidad y su significado, primero conceptualmente trabajando, una vez más, a través de la prueba lógica y nuestro análisis y luego de manera no conceptual, cuando ya no necesitamos trabajar a través de la prueba para generar dicha aprehensión. El darse cuenta que discrimina que acompaña a nuestra aprehensión unipuntual – ya sea esa aprehensión conceptual o no conceptual – es el darse cuenta que discrimina que surge de la meditación. Coloquialmente, podríamos decir que ahora realmente hemos entendido la vacuidad y su significado porque hemos ido construyendo nuestra comprensión como un hábito al grado de que surge automáticamente en situaciones difíciles, y que la aplicamos automáticamente de manera efectiva. 

En un momento, hablaremos sobre cómo pasamos de esto a la aprehensión y comprensión no conceptual de la vacuidad. Primero, me gustaría explicar algo más. 

Aprehender algo de manera no conceptual 

Ya mencionamos la aprehensión no conceptual que sucede cuando se escuchan sonidos, tales como el sonido vacuidad, pero solo como un paso preliminar a la aprehensión conceptual de la vacuidad. Veamos ahora otros ejemplos de aprehensión no conceptual, a mayor profundidad. Dejemos a un lado la cognición no conceptual que sucede con la conciencia mental cuando está, en meditación, enfocada unipuntualmente en la vacuidad, y en cambio, analicemos la aprehensión no conceptual que se da en la cognición sensorial, como al ver algo. Usemos el ejemplo que usamos anteriormente, del bebé sentado frente a un perro. 

¿Qué ve el bebé? El bebé ve figuras de colores, ¿verdad? El bebé puede aprehender no conceptualmente estas figuras de colores. Tiene claro que está viendo esas figuras de colores y no otras, y que eso es preciso. Para analizar a mayor profundidad, veamos las afirmaciones Gelug relativas al análisis Sautrántika de lo que el bebé está viendo. Los no Gelugpas no están de acuerdo con ellos, pero dejaremos sus afirmaciones sobre el análisis Sautrántika a un lado. También dejaremos a un lado el análisis que hacen los otros sistemas indios. La explicación Sautrántika Gelug es, tal vez, la más fácil de entender.  

De acuerdo con el Sautrántika Gelug, el bebé no solo ve figuras de colores inconexas, y no solo ve imágenes inconexas que duran un segundo – un segundo una cosa y el siguiente segundo algo más. Más bien, el bebé ve un objeto convencional y de sentido común – uno que se extiende en el espacio y en todos sus demás atributos sensoriales, tales como un sonido, un olor, un sabor y una sensación física al ser tocado, y que perdura en el tiempo. El bebé ve algo que es un objeto completo, aunque solo aparezca la parte delantera del objeto y no la parte trasera, en su campo de visión.

Esto es cognición sensorial no conceptual. Vemos objetos de sentido común que son objetos completos; no solo vemos partes, ¿verdad? Los objetos completos se conocen técnicamente como “síntesis de colección” (tshogs-spyi). Son la síntesis de una colección de partes, marcos temporales y atributos sensoriales en un objeto completo individual. Este objeto completo y válidamente conocible que ve el bebé, es una síntesis de piernas, una cabeza y una cola, así como de figuras de colores, olores y sonidos, y todos ellos en diferentes posiciones a medida que este objeto se mueve. Por supuesto que el bebé en realidad no ve los olores y los sonidos, solamente ve las figuras de colores y al objeto completo como una síntesis de colección. ¿Tiene sentido?

Además, cuando el bebé ve estas figuras de colores y al objeto completo, distingue los rasgos característicos (mtshan-nyid) de qué tipo de elemento es – en este caso, distingue los diversos rasgos característicos de un perro. Los rasgos característicos no pueden existir o ser reconocidos independientemente de algo que posee dichos rasgos característicos (mtshan-can). Lo que posee los rasgos característicos de un perro es un perro. Entonces, un perro, es el tipo de cosa que ve el bebé. 

Un perro, como un tipo de cosa que algo es, es llamado “una síntesis de tipo” (rigs-spyi). Es una síntesis basada en un conjunto de rasgos característicos compartidos en común por muchos objetos similares. De acuerdo al Sautrántika, el tipo de cosa que es algún objeto – en este caso, un perro – es establecido desde el lado del objeto, por el poder de los rasgos característicos que lo definen, que también se encuentran ahí. Ese tipo de cosa, un perro, es objetivamente lo que ese objeto es, independientemente de haber sido etiquetado conceptualmente con el concepto de un perro y designado por convención con la palabra perro. El Sautrántika afirma la realidad objetiva. Hay un perro, objetivamente como un objeto completo, sentado en la habitación antes de que el bebé gatee hacia allá y lo vea. 

¿Qué está viendo el bebé? Objetivamente está viendo un objeto completo; no solo ve figuras de colores. Tampoco está solo viendo un objeto completo que es un mero “algo” indefinido; está, objetivamente, viendo un perro ¿no es cierto? Que sepa o no que es un perro o cómo se le llama, es otro asunto; no es necesario para ver un perro. Aunque el bebé no sepa que eso es un perro y cómo se le llama, tendríamos que decir que está viendo un objeto completo y válidamente conocible, y que ese objeto completo y válidamente conocible que está viendo, es un perro ¿o no? Esto concuerda con el sentido común. Y también tendríamos que decir que cuando el bebé ve de manera precisa este objeto completo, que en realidad es un perro y es seguro que está viendo a este objeto, está aprehendiendo de manera no conceptual lo visible de un perro. Lo está aprehendiendo no conceptualmente, aunque no sepa que es un perro o cómo se le llama. 

La diferencia entre imputación y tanto etiquetado mental como designación

Las síntesis de colección, las síntesis de tipo, las categorías de objeto y las palabras son todas fenómenos de imputación. Un fenómeno de imputación es aquél que no puede existir o ser conocido independientemente de una base para la imputación que es conocida primero y luego simultáneamente con él. 

  • En el caso de ver la síntesis de colección de un objeto completo, primero vemos, por ejemplo, un momento de una figura de colores, y luego, junto con la figura de colores, vemos la síntesis de colección del objeto completo. Y luego, junto con la figura de colores y la síntesis de colección de un objeto completo, también vemos la síntesis de tipo de qué tipo de objeto es. Todo esto ocurre con la cognición no conceptual por la conciencia ocular.
  • En caso de pensar con una categoría de objeto, primero vemos una figura de colores junto con una síntesis de colección y una síntesis de tipo, y luego, con conciencia mental, conocemos una representación conceptual de esta figura de colores, síntesis de colección y síntesis de tipo a través del filtro de una categoría de objeto o concepto en el que encaja. Esto es cognición conceptual.
  • En el caso de una palabra, seguimos los pasos arriba mencionados conociendo con conciencia mental la categoría de objeto y la representación conceptual junto con la palabra. Esto también es cognición conceptual. 

La cognición conceptual con una categoría, implica una categoría de objeto o concepto etiquetado conceptualmente sobre la base de una representación conceptual de un elemento que encaja en esta categoría. La cognición conceptual con una palabra implica una palabra designada conceptualmente sobre la base de una categoría de objeto y los elementos individuales que encajan en esa categoría.

Hay tres componentes involucrados tanto con el etiquetado conceptual de las categorías, como con la designación conceptual de palabras. Usemos el ejemplo de la cognición conceptual de un perro. Primero, el etiquetado conceptual. Están:

  • Una etiqueta conceptual – la categoría perro o el concepto de un “perro”.
  • Una base para el etiquetado – una representación conceptual de un perro. 
  • El objeto referente de la etiqueta – aquello a lo que se refiere la etiqueta – es decir, un perro. 

En el caso de la designación con palabras, están: 

  • Una designación – la palabra perro.
  • Una base para la designación – la categoría perro y todas las representaciones conceptuales de un perro. 
  • El objeto referente de la designación – todos los perros. 

Sin embargo, solo hay dos componentes involucrados con el fenómeno de imputación de las síntesis de colección y las síntesis de tipo. En el caso de una síntesis de colección, solo hay: 

  • Un fenómeno de imputación – una síntesis de colección: o sea, un objeto completo objetivo. 
  • Una base para la imputación – partes espaciales, partes temporales y atributos sensoriales. 

En el caso de una síntesis de tipo, solo hay:

  • Un fenómeno de imputación – una síntesis de tipo: por ejemplo, un perro objetivo. 
  • Una base para la imputación – un objeto completo que posee los rasgos característicos de un perro.

De acuerdo con el Sautrántika, en el caso de un perro como algo que puede ser válidamente visto, oído, olido o tocado, el ser un objeto completo, y el ser un perro, son hechos objetivos sobre él que están intrínsecamente establecidos desde el lado del perro. Por otro lado, el que este perro sea etiquetado con la categoría perro y designado con la palabra perro, es totalmente opcional. El encajar en una categoría conceptual o concepto y el ser designado con una palabra, no son atributos intrínsecos de un perro. El bebé ve al perro, pero no tiene el concepto de “perros” y, por lo tanto, no acomoda lo que ve en la categoría de objeto perro y, ciertamente, no sabe que es llamado “perro”. Ni siquiera conoce esa palabra o lo que significa. 

En otras palabras, el bebé no necesita saber que a lo que está viendo se le llama “perro”, o cómo se le llama, para poder ver un perro. O puesto de otra manera, el bebé no necesita etiquetar conceptualmente lo que ve, como si encajara en la categoría de objeto perro o decir o pensar la palabra perro, para ver lo que objetivamente es un perro. ¿Cierto? Cuando éramos bebés tuvimos que aprender la categoría perro y la palabra perro y su significado. 

No es difícil enseñarle a un bebé una palabra como “perro”, basta señalar a un animal. Pero ¿cómo aprende el bebé la categoría de objeto perro? Hay tantas razas diferentes de perros: chihuahuas, pastores alemanes, cocker spaniel, poodles, y demás. ¿Cómo aprende un bebé que, convencionalmente, todos encajan en la categoría de objeto perro? Eso es un misterio. ¿Es el mismo proceso con el que el bebé aprende qué es comestible? Tal vez el bebé aprende qué es comestible con prueba y error, llevándose todo a la boca y excluyendo lo que no puede comerse. Pero un bebé no hace eso para aprender qué animales son perros. No creo que si apunta a un gato y se le dice que no es un perro, lo excluya entonces de la categoría perro. 

Tal vez se le muestren al bebé imágenes de diversos tipos de perros y aprenda a distinguir ciertos rasgos característicos que comparten en común y los define a todos como una síntesis de colección y una síntesis de tipo – en otras palabras, los rasgos característicos que los definen a todos como objetos completos que son perros. Por ejemplo, todos tienen colas que se mueven. El Sautrántika dice que dichos rasgos característicos están establecidos inherentemente desde el lado de estos animales, mientras que, por ejemplo, el Prasánguika dice que su existencia solo puede ser establecida conceptualmente en términos de las etiquetas mentales para ellos. Sin embargo, el Prasánguika coincide en que el factor mental de distinguir (‘du-shes) conoce dichos rasgos característicos, de otra manera no podríamos diferenciar una cosa de otra.

Además de distinguir los rasgos característicos que un perro comparte en común con muchas variedades de dicho animal, el bebé, al ver imágenes de diferentes razas de perro, también usa cuatro de los cinco tipos de conciencia profunda (ye-shes) que tiene toda actividad mental:

  • Con la conciencia profunda cual espejo (me-long lta-bu ye-shes), toma la información sobre todos los animales que ve en las imágenes, distinguiendo los rasgos característicos. 
  • Con la conciencia profunda de la igualdad (mnyam-nyid ye-shes), identifica y reúne los rasgos característicos que distingue que todos estos animales comparten en común. 
  • Con la conciencia profunda de la individualidad (sor-rtog ye-shes), identifica a cada uno de estos animales de los demás con los que comparte esos rasgos característicos – aunque comparten los mismos rasgos, no lucen exactamente igual. 
  • Con la conciencia profunda de la esfera de la realidad (chos-nyid ye-shes), identifica la realidad convencional de dichos animales – todos son objetos completos del mismo tipo, y se les llama “perros”.

Me imagino que esta es la manera en que un bebé aprende la categoría perro, la palabra perro y el significado de esa palabra – se refiere a un conjunto de animales que comparten rasgos característicos en común. Una vez que el bebé ha aprendido todo esto, entonces, cuando ve a un perro de manera precisa y decisiva, piensa precisa y decisivamente que eso es un perro – precisa y decisivamente encaja lo que ve, en la categoría perro. Puede o no también asociarlo con el pensar la palabra perro o decir “perro”. Ver al perro precisa y decisivamente es una aprehensión no conceptual de un perro. Pensar precisa y decisivamente en él como un perro es una aprehensión conceptual. Con aprehensión conceptual, es como si el bebé encajara lo que ve en una caja en su mente llamada “perro” y aparece ante el bebé como si estuviera verdaderamente establecido como perteneciente a esa caja.

Como adultos, nosotros también concebimos a las cosas como si existieran ahí todo el tiempo. También ponemos las cosas conceptualmente en cajas mentales, especialmente como “buenas”, “malas”, “bonitas” y “feas”, como si las cosas estuvieran verdaderamente autoestablecidas de esa manera desde su propio lado, independientemente de ser etiquetadas mentalmente así. 

En todo caso, el bebé ha aprendido lo que es un perro, y cuando ve uno, lo aprehende como un perro. El bebé puede saber que los perros mueven la cola, pero eso no significa que el bebé sepa algo más sobre los perros. Hay que enseñarle más adelante que los perros muerden, que hay que sacarlos a pasear, que hay que alimentarlos y demás. El bebé no conoce todas las implicaciones de que un animal sea un perro. Cuando aprenda eso, lo sabrá con el quinto tipo de conciencia profunda, la conciencia profunda del logro (bya-grub ye-shes). Sabrá lo que se necesita hacer con un perro. 

Por qué las diferentes personas perciben al perro de manera diferente

¿Por qué los niños tienen reacciones diferentes ante este perro? Hay niños que les tienen miedo y hay niños que les tienen mucha confianza. Hay una emoción del lado del niño – miedo, confianza y demás.

Una emoción es un factor mental que acompaña a la cognición conceptual que el niño tiene de un perro cuando ve uno. Necesitamos analizarlo a mayor profundidad. El niño que tiene miedo a los perros está conociendo conceptualmente al perro no solo a través de la categoría perro, sino también a través de las categorías peligro y amenaza. Un gato también podría conocer conceptualmente al perro como un peligro y una amenaza a través de esas mismas categorías. No solo los humanos tienen una cognición conceptual así. 

La pregunta es: ¿Por qué el niño piensa en este animal en esas categorías de peligro y amenaza? Es una pregunta interesante. ¿Qué encajamos en la categoría de peligro y por qué lo hacemos? Por lo general, aprendemos lo que es peligroso por experiencia personal; muy a menudo los niños no les creen a sus papás cuando estos les dicen que algo es peligroso. Tienen que comprobarlo por ellos mismos. Pero a veces etiquetamos con la categoría de peligro cosas que, en realidad, convencionalmente, no encajan en esa categoría. La gente paranoica mete muchas cosas, que a nadie más le darían miedo, en esa categoría. ¿Es peligrosa una mesa? ¿La abducción por alienígenas es un peligro? ¿Quiénes estarían de acuerdo con cualquiera de esas? Sin embargo, algunas personas pueden pensar en las mesas y en la abducción por alienígenas a través de la categoría peligro y acompañarlas con la emoción del miedo. 

Pero, en cuanto al niño que teme a los perros y piensa en ellos en la categoría de peligro, es posible que lo haya aprendido por la experiencia en esta vida por haber sido mordido por un perro. Pero, aunque nunca haya tenido una experiencia así en esta vida, o nunca haya visto algo así en un video, el budismo diría que tiene que haber experimentado algo así en vidas pasadas, para que en esta vida tema instintivamente a los perros. 

Resumen

Hagamos un resumen de lo que hemos hablado hasta el momento. Hemos visto que el comprender algo requiere de varios pasos. Vemos algunas partes de algo – vemos el frente, pero no vemos la parte de atrás – y luego lo vemos como un objeto completo, seguido por ver qué tipo de cosa es. Luego, vemos los rasgos característicos de este objeto que posee dichos rasgos característicos. Todos estos pasos ocurren con la cognición no conceptual.

A continuación, con la conciencia profunda de la igualdad, encajamos una representación mental del objeto en una categoría de objeto que incluye a otros objetos similares que hemos experimentado o conocido, que comparten los mismos rasgos característicos. Esto es ahora una cognición conceptual con una categoría de objeto o concepto mentalmente etiquetado sobre una base para el etiquetado. Si sabemos de antemano cómo se llama esta categoría de objeto – si conocemos el nombre o la palabra con la cual se le designa por convención, entonces podemos designar la representación conceptual en nuestra cognición conceptual, y a través de ella al objeto que vemos, con dicho nombre. De esta manera, sabemos lo que estamos viendo. 

Si nuestro conocimiento conceptual de qué es lo que vemos es preciso y decisivo lo hemos aprehendido conceptualmente, pero eso no significa que realmente entendamos lo que vemos. Para entenderlo, necesitamos experimentarlo con objetos similares que compartan los mismos rasgos característicos. Digamos que vemos un perro. Para entender a los perros, necesitamos la experiencia de haber estado con perros, haber cuidado perros, conocer todo lo involucrado con esto y demás. Aunque nunca hayamos tenido un perro, es posible que nuestros padres nos lo hayan explicado: “A los perros hay que sacarlos a pasear. Les gustan los huesos, pero nunca trates de quitarle un hueso a un perro”. Podemos aprender de esa manera sobre los perros, pero es posible que, lo que hayamos entendido porque nos lo hayan enseñado de esa manera, realmente no lo asimilemos hasta que tengamos la experiencia, nosotros mismos, de haber cuidado a un perro. 

Un punto más. Cuando vemos un perro, la luz golpea nuestros ojos, y nuestra mente da surgimiento al holograma mental totalmente transparente (rnam-pa) de un perro. En tibetano, el holograma mental se describe como que está directamente en frente de la “cara de la mente” (sems-ngor). A través de este holograma mental totalmente transparente, conocemos de manera no conceptual al perro que está objetivamente sentado frente a nosotros. Cuando seguimos esto con la cognición conceptual del perro de tal manera que sepamos lo que estamos viendo, la categoría de objeto perro está directamente frente a la cara de nuestra mente. Esta categoría de objeto es solo parcialmente trasparente. Vela parcialmente al especificador y a la representación conceptual del perro de manera que esta representación, que también es un holograma mental, no sea tan vívida como el holograma mental que surge cuando simplemente vemos al perro. Mientras pensamos conceptualmente “perro”, con todas las asociaciones que podamos tener para la categoría perro, proyectamos la representación conceptual del perro sobre el holograma mental que surge en nuestro ver el perro y mezcla los dos. La representación conceptual se describe como totalmente transparente. 

Otro punto: La cognición conceptual siempre es engañosa porque no solo da surgimiento a una categoría, a un reverso o especificador y a una representación conceptual, sino también a una apariencia de existencia autoestablecida. Aparece como si la categoría realmente existiera, como una caja autoestablecida en nuestra mente, y como si esa representación conceptual de los elementos que encajan en esta caja, existieran verdaderamente como elementos autoestablecidos que pertenecen a esta caja. Cuando la representación conceptual del perro es proyectada y mezclada con el holograma mental de ver al perro, entonces este holograma al verlo también toma una apariencia de existencia autoestablecida. Aparece como si el perro que vemos fuera verdaderamente un objeto conocible válidamente, autoestablecido y completo, y que está verdaderamente establecido como el tipo de cosa que es, un “perro”.

Bueno, eso es aprehensión conceptual y comprensión conceptual. Démonos un momento para digerirlo. Pensémoslo. 

Otro punto: Cuando un buda ve a un perro, ¿sabe el buda que eso es un perro? Al ser omnisciente, un buda tendría que saber que es un perro. Pero los budas no tienen cognición conceptual, solo tienen cognición no conceptual. Así que un buda no conoce al perro a través del concepto de un “perro”, o de la categoría de objeto perro. Entonces ¿cómo es que un buda sabe lo que es?

Un buda sabe que es un perro simplemente al conocer no conceptualmente la categoría de tipo perro de manera simultánea con la categoría de colección objeto completo cuando ve al animal. Un buda también sabe que diferentes personas y animales etiquetan mentalmente a este animal con diversos conceptos y que diferentes personas les designan nombres diferentes perro, Hund, chien, dog y demás. Aunque el buda tiene la conciencia profunda de la igualdad, no encaja conceptualmente a todos los animales que ve como si tuvieran los mismos rasgos característicos en cajas mentales, como si pertenecieran ahí de manera autoestablecida.

Aprehender y comprender algo no conceptualmente y luego conceptualmente

En vista de que esto es un poco complicado, repasemos una vez más la aprehensión no conceptual y la comprensión no conceptual. ¿Qué está involucrado? Estábamos usando el ejemplo de un bebé viendo a un perro. Cuando el bebé ve al perro precisa y decisivamente, lo está aprehendiendo no conceptualmente. No solo ve figuras de colores, sino al perro como un objeto completo y distingue el tipo de cosa que es, un perro. Sin embargo, el bebé no necesariamente sabe qué es. 

La síntesis de tipo de qué tipo de cosa está viendo el bebé, un perro, es un fenómeno de imputación sobre la base de la síntesis de colección que establece al perro como un objeto completo.

  • El Sautrántika afirma que lo que el bebé ve es objetivamente un perro y que la síntesis de colección y la síntesis de tipo son ambas encontrables, autoestablecidas desde el dado del perro y que, por su propio poder, establecen al perro como un objeto completo y como un perro. El bebé no solo ve figuras de colores. 
  • El Prasánguika está de acuerdo con que el bebé no solo ve figuras de colores, sino que también ve esas dos síntesis. Sin embargo, ninguna de las dos están autoestablecidas ni son encontrables desde el lado del perro. Lo único que podemos decir que establece la existencia de lo que ve el bebé como un objeto completo y como un perro es el hecho de que, cuando se etiqueta mentalmente con las categorías objeto completo y perro, un objeto completo que es un perro es a lo que dichas etiquetas mentales se refieren. 

El bebé solo ve lo que aparece ante él – un objeto completo que es un perro. No tiene idea o concepto de lo que es un perro y ni siquiera conoce todavía la palabra perro. El bebé tiene que aprender la categoría perro y la palabra perro. Los humanos usualmente aprenden lo que son los objetos aprendiendo cómo se le llama a un conjunto similar de objetos, tales como los nombres de las diferentes razas de los perros. Aprenden las palabras para ellos en un idioma particular – por ejemplo, “perro” en español. Cuando el bebé sabe que es un perro y que se le llama “perro”, entonces ve al perro a través del filtro de la categoría de objeto objeto completo y perro y la categoría de audio perro

Los animales no aprenden con palabras lo que son los objetos, sino con conceptos a menudo basados en el olfato o la vista. Por ejemplo, las cabras en la India saben que ciertas plantas son comestibles y otras no. Hay una flor, roja y amarilla, muy bonita, que crece en la India y que las cabras saben que es venenosa. Las enfermaría. No se la comen. ¿Cómo lo saben? La cabra lo sabe a través de la categoría no comestible. 

¿Cómo reconoce un perro a su amo? Conoce a su amo conceptualmente a través del concepto de ellos, conceptualmente representado quizá por la representación mental de un aroma. Cuando hacemos estos análisis, necesitamos poder aplicarlos no solo a los humanos, sino también a los animales. Entonces, se pone realmente interesante. 

Regresando al bebé que está viendo al perro, si su visión del perro es precisa y decisiva, verlo es una aprehensión no conceptual del perro. Si, al ver al perro, el bebé piensa de manera precisa y decisiva que eso es un perro y sabe que se llama “perro”, su pensar es una aprehensión conceptual del perro. Pero para que el bebé comprenda lo que significa que este animal sea un perro – cuáles son las implicaciones de ser un perro – necesita no solo aprender que los perros necesitan salir a pasear y que muerden, necesita también tener alguna experiencia personal con perros. Puede que tenga que esperar hasta que sea mucho mayor antes de comprender y apreciar lo que realmente significa tener un perro. 

Cuando el bebé aprehende conceptualmente al perro a través del filtro de la categoría perro, ese filtro también añade una apariencia de existencia verdadera autoestablecida. Aparece como si el perro que ve estuviera verdaderamente establecido como un perro y que encaja dentro de la caja autoestablecida, en su mente, llamada “perro”. Incluso si el bebé adquiere algo de experiencia con perros cuando sea mayor, su comprensión de lo que es un perro seguirá siendo conceptual y seguirá pensando en los perros como si estuvieran autoestablecidos como perros, porque así es como aparecerán ante él. Para superar estas apariencias engañosas y creencia en que corresponden con la realidad, requerirá aprehensión no conceptual y entendimiento de la vacuidad. 

Aprehensión no conceptual y entendimiento de la vacuidad

Ahora podemos regresar a la aprehensión no conceptual y entendimiento de la vacuidad. ¿Cómo nos enfocamos en la vacuidad no conceptualmente? Lo hacemos enfocándonos en una ausencia, en la total ausencia de existencia autoestablecida – no existe algo así. Pero no nos enfocamos en esa ausencia a través del filtro de la categoría vacuidad y una representación conceptual de una ausencia, ya que hacerlo haría aparecer a la vacuidad como si fuera una “cosa” autoestablecida. 

Entonces, ¿qué aparece en tal cognición no conceptual? Por ejemplo ¿qué vemos en la mesa cuando no vemos una manzana? Nada. La mesa es simplemente el lugar de la ausencia de una manzana, y no aparece. Por el contrario, cuando nos enfocamos solo en la ausencia, lo que aparece es simplemente nada – no una imagen conceptual de una nada, sino en realidad nada. 

Una ausencia tiene que ser una ausencia de algo. Cuando nos enfocamos en esta ausencia que aparece no conceptualmente, no solo no aparece la localización de esta ausencia, sino que tampoco aparece aquello que está ausente. Distinguimos meramente las características definitorias de una ausencia. Si lo que aparece es la ausencia de una manzana, la ausencia de un perro, la ausencia de apariencias, la ausencia de existencia autoestablecida porque está en otro lugar, pero no aquí, o la ausencia de existencia autoestablecida porque no existe tal cosa – en todos estos casos, lo que aparece es lo mismo. Lo que aparece es nada. Para que nuestra cognición conceptual sea precisa y decisiva y, por lo tanto, para que sea una aprehensión no conceptual de la vacuidad, necesitamos distinguir dicha ausencia como la ausencia de una existencia autoestablecida, porque no existe tal cosa. 

¿Cómo es que somos capaces de distinguir esta ausencia correcta y decisivamente como la ausencia de la existencia autoestablecida si no existe tal cosa? Es así, porque nuestra aprehensión no conceptual de la vacuidad fue precedida por una aprehensión conceptual de la vacuidad a través, tanto de la categoría de objeto vacuidad, como de la categoría de audio vacuidad, y la categoría de significado la ausencia de existencia autoestablecida porque no existe tal cosa. Fuimos capaces de entender este significado precisa y decisivamente porque generamos esta aprehensión conceptual, confiando en la cognición válida inferencial al probar que no existe tal cosa como una existencia autoestablecida. También habríamos descubierto ya las implicaciones y aplicaciones de la vacuidad a través de la inferencia. Por esos antecedentes, nuestra aprehensión no conceptual de la vacuidad está sostenida por la fuerza de las latencias de nuestros entendimientos previos y, por lo tanto, es un entendimiento no conceptual. Y debido a que la ausencia total que aparece no aparece a través del filtro de una categoría de objeto o una categoría de significado, no parece tener existencia autoestablecida como si perteneciera a la caja conceptual vacuidad

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