Las emociones perturbadoras durante la cognición sensorial no conceptual

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Existen tres causas necesarias para que surja una emoción perturbadora (nyon-rmongs skye-ba’i rgyu gsum):

  • Consideración incorrecta (tshul-min yid-byed)
  • Proximidad del objeto
  • No habernos liberado de las emociones perturbadoras y sus tendencias (sa-bon).

Consideren el deseo anhelante hacia una mujer específica. Necesitamos, primero que nada, haber conocido o, al menos, haber visto a esta mujer, si no en persona, en una fotografía. No necesitamos estar cerca de ella cada vez que desarrollamos deseo anhelante por ella, pero la primera vez que desarrollamos ese deseo, necesitamos haber tenido este contacto con ella al menos en un momento previo. Además, necesitamos aún no habernos liberado del deseo anhelante y sus tendencias. Solo nos habríamos liberado del deseo anhelante y sus tendencias si ya hubiésemos alcanzado la liberación como un arhat. En tercer lugar, sobre la base de que se cumplan estos dos primeros criterios causales, consideramos a la mujer con uno o más de los cuatro tipos de consideraciones incorrectas: 

  • considerar lo que está sucio como limpio,
  • considerar lo que es sufrimiento como felicidad,
  • considerar lo que es no estático como estático,
  • considerar lo que carece de un yo verdaderamente existente como teniendo un yo verdaderamente existente.

Sobre la base de nuestra consideración incorrecta, entonces experimentamos el deseo anhelante de que debemos tenerla. 

Si una cognición contiene el factor mental de la consideración incorrecta, se incluye que es una cognición conceptual. En otras palabras, con la consideración incorrecta nuestra cognición mental conceptual conoce una cualidad de un objeto, tal como que esté sucio, mezclado con la categoría de “limpio”, y toma esa cualidad de estar sucio como la cualidad de estar limpio. Así, la consideración incorrecta toma a su objeto de manera opuesta (phyin-ci-log-tu ’dzin-pa) – una manera que es opuesta o inversa a la forma en que realmente existe. 

Las emociones perturbadoras ocurren no solamente en las cogniciones conceptuales, que siempre son cognición mental, sino también en la cognición no conceptual sensorial y mental. Consideren el caso del deseo anhelante que acompaña a la cognición visual no conceptual de ver a una mujer específica, a quien nos hemos encontrado antes, cuando aún no nos hemos liberado del deseo anhelante. Surgen dos preguntas. 

  • Dado que el deseo anhelante acompaña a la cognición visual, ¿acaso la consideración incorrecta de la mujer también acompaña a esta cognición visual? 
  • ¿La cognición visual toma a su objeto, la forma física de la mujer y a la mujer misma, de una forma opuesta? 

Esto es bastante complicado. La cognición visual con deseo anhelante es el cuarto paso en una secuencia. Primero, necesitamos ver a la mujer, lo cual sería sin ninguna consideración incorrecta acompañante o deseo anhelante. Luego, tendríamos cognición mental conceptual de ella acompañada por una consideración incorrecta. Esto sería seguido por la cognición mental conceptual de ella con consideración incorrecta continua y ahora con deseo anhelante. Solo después de eso seguiríamos teniendo deseo anhelante mientras la vemos. 

En este ejemplo, el deseo anhelante tanto en la cognición conceptual como no conceptual tiene las tres causas completas para que surja una emoción perturbadora. Cada una es precedida por haberse encontrado antes con el objeto de deseo, al no habernos liberado del deseo anhelante y por la consideración incorrecta. 

En cuanto a si esta cognición visual de la mujer con deseo anhelante también tiene consideración incorrecta, es así en el sentido de que el deseo anhelante que acompaña a la cognición visual es una base que tiene la marca característica (mtshan-gzhi) de una consideración incorrecta. En otras palabras, este deseo anhelante tiene la marca característica, no solo del deseo anhelante, sino también la marca característica de la consideración incorrecta que acompañó a la cognición conceptual con deseo anhelante que precedió inmediatamente a esta cognición visual.

Los fenómenos válidamente conocibles pueden tener marcas características o características definitorias de más de una cosa. Por ejemplo, una tendencia kármica (sa-bon). Una tendencia kármica para un resultado es un tipo de repercusión de una acción kármica; es una imputación en nuestro continuo mental después de que hemos terminado de cometer una acción kármica. La tendencia kármica tiene una “faceta de temporalmente no dar surgimiento a su resultado” (re-zhig-gis ma-skye-pa’i cha) y esa faceta es “lo que aún no acontece (ma-’ong-pa) del resultado”. Por lo tanto, la base para la imputación de “lo que aún no acontece del resultado” es una faceta o, literalmente, una parte (cha) de la tendencia kármica para ese resultado. Entonces, una faceta de la tendencia kármica tiene las características definitorias para la imputación de una tendencia kármica y una faceta con las características definitorias para la imputación de lo que aún no acontece del resultado. En este sentido, la tendencia kármica es una base que tiene las marcas características de los dos fenómenos: una tendencia kármica y lo que aún no acontece de un resultado. 

De manera similar, una faceta del deseo anhelante que acompaña a nuestra cognición visual no conceptual tiene las características definitorias del deseo anhelante y una faceta tiene las características definitorias de una consideración incorrecta que ya no acontece. Así, el deseo anhelante es una base que tiene las marcas características tanto del deseo anhelante como de la consideración incorrecta que ya no acontece. Sin embargo, tengamos en cuenta que, de acuerdo con el Prasánguika Gelug, las marcas características definitorias son establecidas solo por mero etiquetado mental. No se pueden encontrar del lado de este factor mental que acompaña a la cognición sensorial no conceptual. Además, estas marcas características no establecen la existencia de este factor mental, ya sea como deseo anhelante o como una consideración incorrecta.

Debido a que la cognición visual no conceptual es acompañada por un deseo anhelante que es una base que tiene la marca característica de un momento previo de una consideración incorrecta, podemos decir que la cognición visual no conceptual tiene consideración incorrecta. Sin embargo, a diferencia del deseo anhelante en la cognición visual, que comparte cinco características congruentes (mtshungs-ldan lnga) con la conciencia visual que acompaña, la consideración incorrecta no comparte cinco características congruentes con la conciencia visual. Esto es porque la consideración incorrecta y la conciencia visual no comparten el mismo tiempo: la consideración incorrecta ocurrió durante el momento precedente, que fue el momento de la cognición mental conceptual. 

Por lo tanto, la consideración incorrecta que tiene la cognición visual no es una consideración incorrecta que podría contar como una de las tres causas necesarias para que surja una emoción perturbadora. Para que una consideración incorrecta sea el tipo de consideración incorrecta que cuenta como una de estas tres causas, tiene que ser un momento que acontece en el presente de cognición conceptual que estaba ocurriendo en un momento previo de cognición. 

La consideración incorrecta en la cognición visual no conceptual es una consideración incorrecta que ya no acontece. No es un momento de consideración incorrecta que acontece en el presente. Solo la consideración incorrecta que acontece en el presente toma a su objeto de manera opuesta; la consideración incorrecta que ya no acontece no toma en el presente a su objeto de una manera opuesta. Por lo tanto, aunque la cognición visual que es acompañada por el deseo anhelante tiene consideración incorrecta, la cognición visual no toma a su objeto de una manera opuesta. Así, la cognición visual de esta mujer específica acompañada por deseo anhelante no es una cognición engañosa (’khrul-shes) de la mujer. Es válida en términos de lo que parece ante ella, a saber, la forma física de una mujer. 

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