Ejercicio para armonizar los diversos aspectos de nuestra personalidad
Otra aplicación de este método de meditación utilizando los cinco tipos de conciencia profunda es como un método para ser más conscientes de todas las diferentes facetas de nuestra personalidad y tratar de integrarlas y ponerlas en equilibrio. Hacemos esto sin ser juzgadores; en cambio, vemos objetivamente las ventajas y desventajas de cada faceta para equilibrarlas. Esto requiere una atención especial a esas facetas que tendemos a descuidar, o a las que exageramos y que tienden a dominarnos. Comencemos el ejercicio haciendo lo siguiente:
- Para armonizar todas las facetas de nuestra personalidad comenzamos por traer a la mente, con una conciencia profunda cual espejo, las diversas facetas de nuestra personalidad, tantas como sea posible.
- Luego, con la conciencia profunda de la igualdad, consideramos todas las diversas facetas como partes iguales, ninguna más importante que otra.
- Con la conciencia profunda de la individualidad, nos centramos en una faceta particular que tal vez hemos trivializado o descuidado o, por otro lado, que hemos enfatizado demasiado.
- Con la conciencia profunda del logro, extendemos nuestra energía y voluntad hacia esta faceta de nuestra personalidad para atenderla y no ignorar o exagerar su importancia.
- Con la conciencia profunda de la realidad, somos conscientes de lo que es esta faceta y, al reconocer y potenciar sus buenas cualidades y al reconocer y disminuir sus cualidades negativas, somos conscientes de cómo equilibrarla en nuestra vida.
- Luego nos aquietamos, nos enfocamos en la respiración y dejamos que la experiencia se asiente. Poco a poco, abrimos los ojos y volvemos al momento presente.
Pregunta sobre cómo aplicar este método en nuestra vida
Durante el ejercicio, me vino a la mente casi como un menú de los diferentes aspectos de mi personalidad, como automáticamente, listados de los burdos a los sutiles. Además, descubrí que, incluso cuando me enfoco en los aspectos inconvenientes o negativos de mi personalidad, pude encontrar algo positivo que pudiera ser tomado para mejorar su potencial de una manera positiva. Mi pregunta es: en la vida diaria y en nuestra práctica del Dharma, ¿sugieres que trabajemos con estos aspectos de nuestra personalidad uno a la vez o en conjunto?
El sistema que utilizo proviene de la tradición Karma Kagyu, que examina nuestra personalidad con lo que esta tradición llama "conciencia base", "conciencia general" y "conciencia específica". Estos tres tipos de conciencia se correlacionan respectivamente con los tipos de conciencia profunda cual espejo, de la igualdad y de la individualidad. En cada momento, nuestra actividad mental da lugar al campo cognitivo de las apariencias, del que somos conscientes con la conciencia de base, la imagen general de lo que aparece en el campo, que es de lo que somos conscientes con la conciencia general, así como los diversos detalles, que son los objetos que conocemos con la conciencia específica. Básicamente, las tres trabajan juntas, pero con este ejercicio las llevamos por etapas. Dentro del campo de nuestra vida, traemos a la mente todo el alcance de nuestra personalidad, pero luego trabajamos para equilibrar cada aspecto individualmente dentro del contexto de la perspectiva general.
Cada uno de nosotros tiene muchas facetas o aspectos diferentes de nuestra personalidad. Estos son los materiales básicos con los que tenemos que trabajar en esta vida en particular. Por ejemplo, podemos tener un buen sentido del humor o muy mal genio; podemos ser lentos o muy rápidos. Podríamos ser muy serios o más bien casuales, atléticos o intelectuales. Podemos ser una persona sociable o reservada. Tenemos todo tipo de rasgos de personalidad y necesitamos reconocer y trabajar con todos ellos en nuestra vida. ¿Cómo trabajamos con ellos? ¿Cómo los ponemos en equilibrio y minimizamos los aspectos negativos y maximizamos los positivos? Esto es lo que este ejercicio está destinado a ayudarnos a hacer.
Ahora, por supuesto, surge la pregunta: ¿Podemos cambiar realmente nuestra personalidad? Tal vez se trata de una distinción artificial, pero creo que hay, por un lado, rasgos de personalidad y, por otro, emociones perturbadoras. Las emociones perturbadoras no son necesariamente una parte integral de nuestra personalidad básica de esta vida en particular.
Por ejemplo, tener un buen sentido del humor o ser serios es muy diferente de ser muy codiciosos o muy enojones. En el contexto de las emociones perturbadoras, por supuesto, todos podemos trabajar con los métodos del Dharma para deshacernos de la codicia, el egoísmo, la ira, los celos, la arrogancia, etc. Sin embargo, dentro de esta distinción entre las emociones perturbadoras y los rasgos, una preferencia por estar con mucha gente o estar solo sería más un rasgo de personalidad. Ninguna de estas dos preferencias es necesariamente problemática.
Algunas cosas, como nuestro nivel de inteligencia, por ejemplo, no son tan fáciles de cambiar. Obviamente, podemos aumentar nuestra inteligencia con varios métodos, pero es una especie de rasgo básico que tenemos. Podemos tener una imaginación muy fuerte o no. Una vez más, podemos entrenar nuestras habilidades para imaginar, pero hay un nivel básico con el que comenzamos en esta vida. Otras características de la personalidad, por ejemplo, podrían implicar ser creativos o no tan creativos; tener una necesidad de afecto o tener muy poca necesidad; tener un deseo sexual muy fuerte o uno débil. Podemos intentar equilibrar todo lo que podamos, como aprovechar los puntos fuertes y minimizar los puntos débiles de cada una de estas facetas.
Sin embargo, independientemente de los materiales de trabajo que poseamos, es importante tratar de combinarlos en una mezcla armoniosa y bien integrada, como tener muchos instrumentos diferentes en una orquesta. Queremos mezclarlos para tocar una hermosa sinfonía, y no hacer que sean discordantes y combativos entre sí. Para utilizar este enfoque, realmente necesitamos trabajar con cada faceta de nuestra personalidad – primero, una a la vez – y luego armonizar más y más facetas juntas.
Aplicar el método para armonizar las diversas relaciones en nuestra vida
Esta metodología también puede extenderse a otras dimensiones en nuestra vida. Por ejemplo, podemos ver todas las diferentes relaciones que tenemos. Tenemos relaciones con varios miembros de nuestra familia, amigos, maestros, socios de negocios y personas que dirigen las tiendas en las que compramos. Podemos examinar todas estas relaciones y aplicar los mismos pasos para maximizar los aspectos positivos de cada relación y minimizar las cualidades negativas o cualidades insalubres de estas conexiones. Podemos tratar de armonizar todas las diferentes relaciones que tenemos en nuestra vida.
Esto no significa, sin embargo, que todos nuestros amigos y relaciones tengan que llevarse bien entre sí, o que estemos con todos ellos la misma o similar cantidad de tiempo. El punto es cómo cada relación encaja en nuestra vida. ¿Estamos exagerando demasiado la importancia de una relación y descuidando otra? ¿Una relación está saboteando otra relación? Es un área interesante para explorar, y estos cinco tipos de conciencia profunda pueden ayudarnos a hacerlo.
A veces no reconocemos la importancia de una relación en particular en nuestra vida. Por ejemplo, podríamos estar muy involucrados con nuestra familia y no darnos cuenta de la importancia de tener amistades independientes fuera del alcance de la familia y no sólo tener amigos mutuos de nuestra pareja. Es muy importante que una mujer y un hombre tengan amigos, independientemente de estar en una relación o matrimonio. Si estas relaciones se descuidan, eso puede causar dificultad en nuestra vida, contribuyendo a la sensación de que falta algo.
Integrar otros aspectos de nuestra vida
Otra dimensión de la aplicación de este método es examinar los diversos capítulos de nuestra vida y tratar de integrarlos todos. Muy a menudo, hay ciertos aspectos de nuestra historia que tendemos a enfatizar en exceso. Por ejemplo, en una determinada etapa de la vida, podríamos haber sido intimidados o abusados. Esto se convierte en el evento principal de toda nuestra vida. Puede haber otros capítulos que realmente queremos olvidar por completo, como un período de estar en una relación no muy saludable. También podríamos ver los diversos temas que hemos estudiado durante nuestra educación. ¿Cómo integramos todos estos elementos? Si hubo malas experiencias, ¿qué aprendimos de ellas? ¿Qué resultados positivos pueden derivarse de nuestras experiencias negativas? Una vez más, tratamos de conseguir un equilibrio en términos de toda nuestra vida.
Recordemos nuestra discusión anterior sobre el "yo" convencional y cómo, como persona, el "yo" convencional es una imputación sobre la base de la imputación. En nuestros debates anteriores, hablamos, en general, de que la base para la imputación del "yo" son los cinco agregados: el cuerpo, la mente, etc. Pero, en realidad, la base de la imputación incluye todo sobre nosotros: todas las facetas de nuestra personalidad, todas las relaciones que tenemos con los demás, ahora y en el pasado, y todas las cosas que nos han sucedido en nuestra historia. Esa es la base para la imputación del "yo". Cuanto mayor sea la base que consideremos, más saludable será el sentido de "yo" convencional que podamos tener. Además, siempre debemos estar abiertos a ampliar esa base a nuevas relaciones, cosas nuevas que aprendamos y nuevos aspectos que desarrollemos.
El "yo" falso surge cuando identificamos el verdadero “yo” con sólo uno o dos aspectos y nos olvidamos de todos estos otros aspectos que en realidad también pertenecen a la base de imputación. Entonces, tenemos muchos problemas. Pensemos en esto por un momento.
La relación de los ejercicios y la comprensión de la vacuidad
Con la reflexión sobre los ejercicios con los cinco agregados y los cinco tipos de conciencia profunda, he descubierto que hay muchos pensamientos, emociones y sentimientos en un momento particular. Tengo la capacidad de llevarlos a la maduración de una manera positiva o de manera negativa. También he notado que hay un corto espacio en el tiempo antes de que ocurra cada uno de estos pensamientos o sentimientos, y que lo que yo piense o sienta es un proceso de surgir y desaparecer. Con todas estas cosas, tengo la posibilidad de trabajar con todos estos aspectos de forma constructiva o destructiva. ¿Me ayudarán todos estos nuevos descubrimientos a abordar la comprensión de la vacuidad, la comprensión del renacimiento y la comprensión de la experiencia del bardo?
Todos estos descubrimientos son realmente muy útiles para entender la vacuidad. Como acabamos de mencionar, una persona, el "yo" convencional, es un fenómeno de imputación sobre la base de los cinco agregados. Los factores que componen nuestros cinco agregados en cada momento están cambiando constantemente; no hay nada estático que siga siendo lo mismo en cada momento. Los cinco tipos de conciencia profunda que nos ayudan a percibir y reconocer las cosas también están constantemente recibiendo diferentes objetos y cambiando de un momento a otro. El "yo" convencional es simplemente un fenómeno de imputación sobre la base de todo eso; no hay nada encontrable del lado de esa base que sea un "yo" estático, inmutable y monolítico.
¿Pero qué me hace ser "yo"? Esa es una pregunta muy importante. Si la base del "yo" es lo que experimentamos y todos los diferentes factores de nuestra personalidad, relaciones e historia, y si todos ellos están cambiando constantemente, entonces ¿qué es lo que me está haciendo "yo"? Desde el punto de vista del Prasánguika Gelug, como hemos discutido antes, del mismo modo que el "yo" convencional no se puede encontrar del lado de los agregados, no hay nada que se pueda encontrar del lado del "yo" convencional, como una marca característica definitoria individual que, por su propio poder, me haga ser "yo". Dado que ni una persona ni la marca característica individual de una persona pueden encontrarse del lado de su base de imputación, la única manera de demostrar la existencia de la persona o la marca definitoria es que es meramente a lo que se refiere la palabra "persona" o la frase "marca característica de una persona", o el concepto de una persona, o el concepto de una marca característica de una persona, cuando se designa o se etiqueta mentalmente sobre la base de un conjunto de agregados.
Además, si no hay ninguna marca característica que se pueda encontrar del lado de la persona con el poder de hacerme "yo", entonces no hay ningún tipo de gancho del lado de la base con el que podamos sujetar la palabra "yo" o nuestro nombre, como con una aguja y el ojo de una aguja en la costura. No hay un ojo del lado de la base por el que podamos insertar el gancho de la palabra "yo".
Que no podamos encontrar el "yo" no significa que no exista y que no seamos una persona. Pero ¿qué demuestra o establece que existo como una persona válidamente conocible, como un "yo" convencional? Esta es la pregunta que abordan los diversos sistemas filosóficos del budismo. Podríamos decir que lo que demuestra que existo es que hago cosas y experimento cosas. Esa es una forma de verlo. Pero el Prasánguika aborda esta cuestión desde otro punto de vista.
Todos tenemos el concepto de "yo" y la palabra "yo", y el Prasánguika Gelug dice que el yo, el "yo" convencional como persona, es mera o exclusivamente a lo que el concepto y la palabra se refieren sobre la base de los cinco agregados en constante cambio. No hay nada encontrable del lado del yo o del lado de los agregados que establezca la existencia del "yo", incluso en conjunción con etiquetar mentalmente los agregados con el concepto "yo" o designarlos con la palabra "yo". No hay característica definitoria del lado de los agregados o del lado de un "yo" que se pueda encontrar que tenga el poder de hacerme "yo" y que ofrezca un ojo en el cual enganchar el concepto y la palabra "yo".
Todos aceptamos que existe la convención y la palabra "yo". Cualquiera que vea mi cuerpo caminando por la calle me ve. Nadie con visión no defectuosa estaría en desacuerdo. Pero ese "yo" y algo que me hace "yo" no se puede encontrar del lado del cuerpo, porque no hay tales cosas, y nadie que entienda correctamente la vacuidad estaría de acuerdo. Estos tres puntos establecen que existe algo como el "yo" convencional como meramente a lo que la convención o concepto y palabra "yo" se refieren sobre la base de los agregados.
Tengamos en cuenta que etiquetar mentalmente el concepto "yo" sobre los agregados y designarlos con la palabra "yo" no crea el "yo" y, si no lo etiquetáramos ni lo designáramos mentalmente, el "yo" no existiría. El "yo" convencional, la persona, es un fenómeno de imputación sobre la base de los agregados, y eso es un hecho. Pero ese "yo" es como una ilusión porque parece ser sólido; se siente como si fuera sólido y se pudiera conocer por sí mismo, pero no es así. Está cambiando de un momento a otro porque nuestras experiencias están cambiando de un momento a otro. Y esto no significa que el "yo" como persona sea algo sólido que está cambiando en cada momento a otra cosa sólida ligeramente diferente y luego a otra cosa sólida ligeramente diferente, pero siempre permaneciendo básicamente igual. Ese tampoco es el caso.
Lo que es difícil de entender es que no hay nada del lado del "yo", o del lado de la base para el "yo", que me haga ser "yo". No hay una marca característica definitoria encontrable; sin embargo, cada uno de nosotros es una persona individual, y podemos distinguir correctamente a una persona de otra, del mismo modo que los pingüinos pueden distinguir correctamente a un pingüino de otro en esa colonia en la Antártida.
Por lo tanto, hay marcas características definitorias que permiten que nuestro agregado de la distinción diferencie correctamente una cosa de otra. Pero si tal marca fuera encontrable del lado de un objeto y tuviera el poder de establecer ese objeto como una cosa válidamente conocible, sería como si estuviera sentada allí dentro del objeto, generando un recubrimiento de plástico alrededor de él y, por lo tanto, convirtiéndolo en una cosa, separada de cualquier otra cosa.
Un ejemplo sencillo de cómo no es así como funcionan las marcas características definitorias es el espectro de la luz y la gama de colores. ¿Hay algo del lado del espectro de la luz que la divida en colores distintivos – por ejemplo, esto es rojo, esto es naranja, esto es amarillo, etc. ¿Hay un recubrimiento de plástico alrededor de cada color que demarque su rango y más allá del cual la luz sea de un color diferente? ¿Hay algo existente allí que encapsule en plástico un cierto rango de luz en el espectro, convirtiéndolo en un color específico, a lo que luego la gente le da un nombre? Es imposible. No hay líneas divisorias del lado del espectro de luz. Los diversos colores son meras convenciones conceptuales. Algunas personas se reunieron y estuvieron de acuerdo en que, entre esta longitud de onda y esa longitud de onda de luz lo llamaremos rojo o naranja; sólo inventaron palabras. Si pensamos en términos de la gente de las cavernas, simplemente juntaron gruñidos y sonidos y estuvieron de acuerdo en que alguna combinación sin sentido de sonidos sería una palabra, un sonido que transmitía un significado.
¿Qué establece, entonces, que haya algo convencional como el color "rojo"? Sólo podemos decir que lo que establece que existe tal cosa como el rojo es meramente a lo que el concepto y la palabra "rojo" se refieren sobre la base de un cierto rango predefinido de longitudes de onda de luz, y un grupo de personas que están de acuerdo con esa convención. La mente conceptual divide el espectro de luz en colores específicos, no hay nada que se pueda encontrar del lado de la luz.
A pesar de ese hecho, el rojo no es azul. Los colores son colores individuales. No son sólo una sopa grande. Entonces, ¿cómo distinguimos los colores entre sí? Lo hacemos desde el lado de la mente, utilizando el factor mental de la distinción y el agregado de la distinción. Estamos distinguiendo de acuerdo con las características definitorias convencionales, que son totalmente inventadas.
¿Qué pasa con el objeto que nuestra mente conceptual etiqueta con un concepto de algo y lo designa con una palabra? ¿Es el objeto sólo una pizarra en blanco sólidamente existente sobre la que podemos proyectar cualquier cosa? No, si lo fuera, entonces podríamos dar cualquier nombre a cualquier cosa. Las palabras y los nombres son válidos simplemente por el poder de las convenciones que un grupo de personas adopta. Si no tuviéramos las convenciones de un idioma, no podríamos comunicarnos entre nosotros. Tenemos que estar de acuerdo entre nosotros a lo que llamamos cosas.
Aunque no se puede encontrar nada del lado de nada que tenga el poder de establecer la existencia de algo como un objeto válidamente conocible, distinguible de otros objetos, sin embargo, las cosas funcionan. Producen efectos; funcionan. La mesa cumple la función de sostener un vaso encima de ella. No importa cómo llamemos a este objeto. Hay tantas palabras diferentes en tantos idiomas diferentes que significan lo que queremos decir en inglés con la palabra "mesa", pero aun así este objeto delante de mí realiza una función.
Sobre la base de que los objetos son capaces de hacer cosas, algunos sistemas filosóficos budistas luego afirman que lo que verdaderamente establece que algo es realmente una mesa es que realiza la función de una mesa. Pero a lo que se refiere la palabra "mesa" puede realizar más de una función y muchos tipos de objetos muy diferentes pueden realizar lo que se llama "la función de una mesa".
¿La capacidad de realizar una función se puede encontrar del lado de un objeto? Una vez más, el Prasánguika dice "no". Incluso la función de una mesa sólo puede establecerse como existente mera y exclusivamente como a lo que el concepto y la expresión "función de una mesa" se refieren, por convención, cuando se etiqueta mentalmente y se designa en este objeto.
En cuanto a nuestro ejemplo de esta mesa, hace muchas cosas. Sostiene el vaso, la jarra de agua, la grabadora y el mantel. Adorna la habitación y hace que la habitación se vea bien. Está realizando la función de proporcionar un fondo para las flores que están enfrente de ella. También está haciendo una sombra. Claramente, está haciendo muchas cosas diferentes. ¿Están cada una de esas funciones encapsuladas en plástico como cosas que se pueden encontrar en algún lugar del lado de este objeto, como los colores separados encapsulados en plástico de alguna manera encontrables, existentes del lado del espectro de luz? No. Por otro lado, ¿es sólo un objeto en blanco que podemos etiquetar mentalmente como teniendo cualquier tipo de función y que luego será capaz de realizar esa función? No, este objeto no mantiene a los ladrones alejados de nuestra casa ni impide que el cielo se caiga, por ejemplo. No podemos simplemente etiquetar mentalmente cualquier función sobre él.
¿Qué establece que este objeto realmente realiza alguna función? Tiene que ser una cognición válida, y esto se establece desde el lado de la mente. El objeto funciona en términos de causa y efecto de acuerdo con resultados verificables. Cualquiera con una mente inalterada puede ver que está sosteniendo un vaso, pero no está impidiendo que el cielo se caiga. Claramente, lo sabríamos. Si alejamos este objeto, ¿se cayó el cielo o no? No. El cielo no se cayó. No estaba realizando esa función.
El Prasánguika Gelug diría que ni siquiera podemos encontrar algo del lado del objeto que establezca su existencia como un objeto válidamente conocible. Si pensamos que hay algún recubrimiento de plástico a su alrededor, alguna línea imaginaria que lo convierta en una cosa, un objeto por sí mismo, si exploramos, ¿podemos encontrar eso? ¿Dónde está el límite sólido entre los átomos de la mesa y los átomos del aire? No hay línea, ¿verdad?
Vamos a aplicar esto a los temas de los que hemos estado hablando en el espectro de todas las emociones y sentimientos, que son partes de nuestros agregados. ¿Es posible encontrar en algún lugar dentro de nuestro cuerpo o mente estas cosas encapsuladas llamadas sentido del humor, inteligencia o cualquiera de estos tipos de rasgos de personalidad o emociones de los que hemos estado hablando? Es como el ejemplo de los colores. Su existencia como este o aquel rasgo de personalidad o emoción sólo puede ser establecida por ser meramente a lo que los conceptos y palabras para ellos se refieren sobre la base de momentos de experiencia.
Incluso las definiciones de cada rasgo y emoción se establecen exclusivamente por convención y etiquetado mental. Por ejemplo, diferentes culturas definirán de manera diferente su palabra para lo que llamamos "lealtad" en inglés. Japón, América y la Francia medieval tienen conceptos muy diferentes, ¿cierto?
Incluso dentro de una cultura, varias emociones todavía conservan su individualidad: la ira no es codicia; sólo porque no hay líneas divisorias sólidas que hagan que las cosas sean paquetes separados, como pelotas de ping-pong, no significa que todo sea como una sopa grande e indiferenciada. Hay cosas individuales; sin embargo, no hay nada del lado de las cosas que, como el recubrimiento de plástico, las haga ser cualquier cosa.
Lo mismo aplica a nuestras relaciones con otras personas. ¿Hay algún recubrimiento de plástico alrededor de cualquiera de nuestras relaciones con otra persona que la aísle y separe de todo lo demás en nuestra vida y de todas las otras personas con las que nosotros y ellas nos relacionamos? No, por supuesto que esto no es cierto. La base del fenómeno de imputación "yo" es así; no hay líneas divisorias sólidas del lado de la base, y nada encapsulando esto y aquello como una relación, rasgo de personalidad o emoción que tenemos. E incluso el "yo" como persona, como fenómeno de imputación sobre la base de estos rasgos y emociones, no es algo que se pueda encontrar, encapsulado en plástico.
El uso de esta imagen de pelotas de ping-pong puede ser muy útil: si nuestros rasgos de personalidad, emociones y otros factores mentales que componen nuestros agregados fueran como pelotas de ping-pong, y el "yo" como persona fuera como un frasco grande que las contiene, entonces ninguna de ellas podría cambiar y nunca podríamos crecer o cambiar. Nada las afectaría, ya que serían como una colección de bolas en un frasco grande. Realmente no podrían interactuar entre sí; las bolas podrían estar una al lado de la otra. No podrían integrarse entre sí y seguirían siendo una colección de pelotas de ping-pong en un gran frasco.
Sin embargo, no existen como pelotas de ping-pong. No hay nada del lado de ninguna de estas cosas que la convierta en una pelota sólida de ping-pong. Debido a esto, pueden interactuar y pueden cambiar. Y debido a eso, el "yo" que es un fenómeno de imputación sobre la base de ellas, no es como un frasco que las contiene, sino que también puede cambiar y crecer.
Por lo tanto, para responder a tu pregunta, sí, de esta manera, nuestro estudio de los cinco agregados y nuestro estudio de estos cinco tipos de conciencia profunda puede llevarnos más profundamente a la comprensión de muchos aspectos del Dharma, y particularmente, el aspecto relativo a la vacuidad.
Dedicatoria
Para que nuestra dedicatoria sea más significativa, tomemos uno o dos minutos para digerir esta última parte de nuestra discusión y lo que hayamos aprendido o experimentado en esta serie de charlas. En otras palabras, revisemos la fuerza positiva y el entendimiento que ha surgido de esta discusión. Reafirmemos que esta fuerza positiva y comprensión no son como pelotas de ping-pong que hemos recogido y el que las dediquemos a la iluminación no es como meterlas en la cesta de la iluminación. No es así.
Por lo tanto, sea cual sea el entendimiento que hayamos adquirido, cualquier fuerza positiva que haya surgido de nuestro tiempo juntos, que esto actúe como una causa para que todos alcancen la iluminación en beneficio de todos nosotros... y no sólo mi iluminación, sino la iluminación de todos. Gracias.