Aplicar las cinco sabidurías búdicas a nosotros mismos

Ejercicio para mejorar los cinco tipos de conciencia profunda

En la última sesión hablamos de mejorar los cinco tipos de conciencia profunda en términos de dirigirlos hacia los demás. Sin embargo, también podemos mejorarlos hacia nosotros mismos. Comenzaremos con un ejercicio, porque es mucho más eficaz que empezar con una larga discusión.

  • Comenzamos una vez más centrándonos en la respiración y aquietando la mente.
  • Generamos una actitud considerada con nosotros mismos: "Soy un ser humano, como todos los demás. Tengo sentimientos, como todos los demás. La forma en que me trato a mí mismo afecta lo que siento, así como la forma en que trato a los demás afecta cómo se sienten".
  • Luego dirigimos la conciencia profunda cual espejo hacia los sentimientos y emociones que estamos sintiendo en este momento. No se trata de nuestras sensaciones físicas, sino del estado emocional en el que estamos. Tratemos de tomar conciencia de los factores complejos que componen este momento, de cómo nos sentimos, sin comentar mentalmente, ser críticos o juzgar. Seamos conscientes de cualquier sentimiento de crítica que podamos tener hacia nosotros mismos. Además, podemos incluir no sentir nada, si ese es nuestro estado actual.
  • Luego, con la conciencia profunda de la igualdad, tratamos de ver que los sentimientos actuales que estamos teniendo son iguales a cualquier otro sentimiento que hayamos experimentado anteriormente. Es sólo un sentimiento o una emoción, ni más ni menos. No son la gran cosa. Esta aceptación puede permitirnos afrontar nuestras diversas emociones con ecuanimidad y sin ningún temor.
  • Luego, reuniendo la conciencia profunda de la igualdad y la conciencia profunda de la realidad, tratamos de ver e identificar los patrones en nuestros sentimientos y emociones.
  • Con la conciencia profunda de la individualidad, reconocemos la singularidad de lo que estamos experimentando en este momento.
  • A continuación, con la conciencia profunda del logro y la conciencia profunda de la realidad, tratamos de ver la mejor manera de relacionarnos con lo que estamos sintiendo. Tal vez necesitemos ser más amables con nosotros mismos. Tal vez tengamos que ser más firmes (no tratarnos como a un bebé) y levantarnos de una depresión.
  • Por último, con la conciencia profunda de la realidad, tratamos de no identificarnos sólidamente con el estado de ánimo del momento. Tratemos de ver que nuestros estados de ánimo y nosotros mismos estamos cambiando todo el tiempo y que también estamos abiertos al cambio.
  • Ahora, tratamos de combinar todos estos tipos de conciencia profunda: Con una conciencia profunda cual espejo, somos conscientes de lo que estamos sintiendo ahora. Recuerden, es igual a cualquier otra sensación que hayamos experimentado anteriormente; no es nada especial. Podemos ver el patrón, pero respetamos la individualidad, la singularidad del momento. Entendemos cómo relacionarnos con él, incluso si es sólo para dejarlo en paz. No nos identificamos con él. Entendemos que va a cambiar. Debajo de todo esto, tenemos una actitud cariñosa hacia nosotros mismos: "Soy un ser humano con sentimientos, como todos los demás. Y la forma en que me relaciono conmigo mismo, mis sentimientos y mis emociones, me va a afectar mucho, ya sea que los ignore o les preste atención y lidie con ellos".
  • Luego, guardamos silencio y dejamos que la experiencia se asiente.

Este ejercicio es una forma en la que podemos trabajar, en relación con nosotros mismos, con estos cinco tipos de conciencia profunda. Como probablemente han experimentado, puede ser bastante poderoso.

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