Lo que niega el vacío o la vacuidad

Preguntas sobre la mediación de conflictos en el trabajo

Cuando tratamos de aplicar este principio de ver la validez del punto de vista de los demás, particularmente en situaciones de trabajo, cuando eres el gerente, algunas veces podemos sentirnos agobiados por los puntos de vista de los trabajadores y es difícil realmente poder manejarlo. ¿Cómo podemos equilibrarlo?

En general, está el principio de la igualación del yo con los demás, para que no caigamos en los extremos de: “Solo es válido mi punto de vista”, o bien: “Solo hay un punto de vista válido”, para que todos tengan valor equitativo. Esto nos lleva a pensar que ambos lados son igualmente serios. Eso no significa que la forma en que manejes la situación, lo que decidas hacer, solo se verá afectado por eso, solo por el hecho de que ambos lados son igualmente válidos desde el punto de vista de cada uno.

Primero que nada, para manejar la situación, necesitas los cuatro inconmensurables y las seis actitudes de largo alcance. Sobre esa base, analizas las razones: ¿por qué experimentan la situación de esa manera? y ¿cuáles son las razones que me hacen sentir que mi manera es más válida? De esta forma, evalúas con un darse cuenta que discrimina.

Describes una situación de trabajo. Digamos que los trabajadores están en huelga, quieren más salario. ¿Es por ambición? ¿O porque no tienen suficiente para vivir? Luego ves tu lado. ¿Es por tacañería? ¿O es porque la compañía no tiene suficiente dinero para pagarles más?

¿La situación existe dentro del contexto de la situación económica del país entero? y ¿cuáles son las perspectivas y demás de que la compañía genere mayores ingresos? Tomas en consideración todos estos factores. En cuanto a los factores que solo están basados en las emociones perturbadoras, no puedes darles más peso que a aquellos que están basados en la razón. Entonces llegas a algún tipo de acuerdo con los trabajadores. Pero el acuerdo se basa en el principio de que, la forma en que yo la experimento es real para mí y la forma en que tú lo experimentas es real para ti. No niegas esto.

Aquí es donde necesitas aplicar esta maravillosa enseñanza de las cuatro formas de reunir discípulos, que podemos renombrar “las cuatro formas de ser una influencia positiva para otros”. La primera es ser generoso: darles algo, lo que sea. Si solo dices: “no, no, no, no,” se desanimarán completamente. Así que dales algo, no solo algo material, sino dales también el reconocimiento de que algo de lo que ellos proponen es correcto. 

Luego, habla amablemente, no solo les grites. Habla significativamente. Luego, pon el ejemplo siguiendo tu propio consejo, no solo digas: “No les puedo aumentar el salario”, y luego te asignes un salario descomunalmente alto. Es mejor negociar: “Estoy dispuesto a tener un recorte de salario, ¿están ustedes dispuestos también?, porque la compañía no tiene dinero”.

Esto aplica, no solo a situaciones de trabajo, sino también a relaciones personales. Estos cuatro consejos son fantásticos. Esa es la manera de ser una influencia positiva en otros: ser generosos, hablar amablemente, hablar significativamente y practicar lo que se predica. 

La vida no es como una foto fija

¿El entendimiento de la vacuidad implica que la manera en que hoy entendemos está de cabeza? ¿O sea, de manera inversa a cómo son las cosas normalmente?

Así es. A eso me refería cuando hablaba en términos de ver todo como una ilusión. Las cosas aparecen como si existieran de cierta manera, pero en realidad no existen así. Lo que vemos es solo lo que está frente a nuestros ojos. Vemos a varias personas en este cuarto, y solo vemos su apariencia superficial. No tenemos la menor idea de la vida familiar de los demás, ni de las relaciones que tienen con otros, ni de su infancia. Nada de eso aparece, pero todas esas cosas (una infancia, etc.) sucedieron y tuvieron influencia en cada uno de ustedes.

Ninguno de ustedes existe como una foto fija que veo justo ahora. Eso está de cabeza, es lo contrario de la realidad. Y eso es lo que necesitamos siempre tener en mente, que las cosas no son como fotos fijas, o como una película que se está reproduciendo en este momento. Hay mucho más. 

El fenómeno de las selfis 

Por asociación, esto me hizo pensar en el por qué tenemos esta casi “epidemia” de personas tomándose selfis. Muchísimas personas se toman fotos de sí mismas con el celular, y fotos de lo que sea que se encuentren y se las mandan a todo mundo, como si la vida, que es tan complicada, la quisiéramos simplificar en fotos fijas o videos cortos. Es muy interesante. Si lo analizamos en términos de la vacuidad, es como si tratáramos de establecer nuestra existencia verdadera y sólida al tomarnos una foto. “Si me tomo una foto y la posteo ante todo mundo, eso me hacer real”. Este análisis se vuelve muy aplicable para identificar al objeto a ser refutado con el entendimiento de la vacuidad. ¿Cómo es que el tomarte una selfi, compartirla con otros y obtener de ello muchos “me gusta” te hace real? ¡Es absurdo!

La respuesta, si quieres manejar este asunto apropiadamente, no es decir que todas estas personas que se toman selfis son tontas, siendo muy crítico y arrogante sobre ello. Tales personas son verdaderos objetos de compasión – su vida es tan complicada, tan difícil y estresante, que quieren sostenerse de algo que las haga sentirse, de alguna manera, seguras, y por eso se toman selfis. La respuesta apropiada hacia ellos es tenerles compasión en lugar de decir “qué tontos son”. 

Yo lo veo de otra manera. El postear selfis y otras fotos en las redes sociales es un tipo nuevo de lenguaje, un lenguaje visual que está surgiendo en el mundo. ¿No es algo positivo el conectar y comunicarse con otros? Además, si vemos las cosas de manera incorrecta, como “de cabeza”, ¿no podemos, de alguna manera, enderezarlas? Y ¿hay otras imágenes que puedan ser útiles para entender la realidad, además del hecho de que vemos las cosas de cabeza? Por ejemplo, ¿la analogía de que nuestros pensamientos son como olas en el océano de la mente?

En términos del sentido de conexión cuando se postean selfis y fotos, sí, hay un sentido de conexión, pero también puedes analizarlo como una forma de tratar de establecer nuestra existencia al estar conectados. Cuanta más gente esté conectada con nosotros, más “reales” nos sentimos. Por supuesto que hay un lado positivo de estar conectado por las redes sociales, pero todo depende de tu visión de lo que estás haciendo. A menudo asumimos, con nuestras publicaciones, que otras personas están realmente interesadas en ver la rica comida que nos preparamos, y quizá no sea así, así que hay un poco de arrogancia en ello. Un compartir apropiado sería hacerlo con personas que estarían dispuestas a recibir lo que compartimos. No te hace más real, solamente te permite interactuar con los demás. Así que la motivación al tomarnos una selfi y publicarla o mandarla a nuestros amigos, es muy importante. No tendría que ser solo un reflejo compulsivo. 

En cuanto a esta imagen de que percibimos la realidad de cabeza y que entonces solo tendríamos que voltearla, hay un problema con eso. La suposición falsa subyacente es que hay algo encontrable que corresponde a esa apariencia de cabeza que tenemos que voltear y enderezar. ¡El problema es que no hay nada encontrable que podamos voltear y enderezar!

Pero esta imagen de las cosas de cabeza, puede ser útil en un principio. Veamos cómo el Buda dio enseñanzas y cómo el entendimiento de sus enseñanzas y sus comentarios posteriores fueron codificados como los sistemas de principios indios; y veamos cómo los tibetanos tuvieron una aproximación a dichos sistemas en una forma gradual. Primero obtenemos un entendimiento burdo de cómo existen las cosas con el sistema Vaibáshika y luego lo refinamos más y más y más. Muchas de las imágenes con las que comenzamos, tales como esta imagen de que las cosas están de cabeza, pueden ser muy útiles, pero necesitan ser refinadas más adelante. Tal como lo expliqué, no es como que haya algo concreto que en realidad esté de cabeza y tenga que enderezarse; pero como una manera inicial de entenderlo, esta imagen puede ser útil. 

En cuanto a la imagen de las olas en el océano, esto es algo que encontramos en las enseñanzas, en una de las presentaciones del mahamudra, la gran naturaleza selladora de la mente. En dicha presentación, la mente es como un océano y el movimiento de las energías o vientos internos, al estar muy perturbadas, hacen como olas en el océano. Son como las emociones perturbadoras y las distorsiones en nuestras percepciones y demás. Uno de los métodos es tan solo dejar que las olas se aquieten y así nos quedamos con el vasto y profundo océano en calma. 

Pero, claro que esa imagen también puede refinarse, porque en este proceso ¿dónde me encuentro yo? ¿Soy una balsa sobre el océano siendo sacudida por el mismo? ¿o soy un submarino que quiere sumergirse para escapar de la agitación? La imagen del océano puede ser refinada en términos de la relación entre el sí mismo y la mente. Pero es una imagen útil.

Regresemos a nuestra plática sobre el surgimiento dependiente. 

Vacío o vacuidad — Una ausencia total de algo imposible

Vacío o vacuidad es una total ausencia de algo imposible. Nunca se ha dado el caso, es simplemente imposible. Nunca ha existido, no existe ahora y nunca existirá. Es imposible. Pero no es una ausencia total de un objeto imposible, tal como los labios de un pollo o el pelo de una tortuga. Tampoco es solo la ausencia total de una manera imposible de existir, como la existencia independiente. Esa puede ser una forma inicial de entender la vacuidad, pero la ausencia de una forma imposible de existir no es suficientemente precisa. Si analizamos la terminología que se usa tanto en sánscrito como en tibetano, de lo que se habla es de la ausencia total de formas imposibles de explicar o establecer la existencia de un fenómeno válidamente conocible. Esto es algo muy sutil, pero es muy importante de entender.

¿Cómo dar cuenta del hecho, cómo explicar el hecho, cómo establecer el hecho de que hay fenómenos válidamente conocibles y que pueden ser válidamente conocibles como esto o aquello? Esa es la cuestión con la que lidia la vacuidad; ¿qué establece que hay cosas tales en el universo como maestros y estudiantes, y que podemos conocer válidamente a alguien como maestro y que podemos válidamente conocer a alguien como estudiante? ¿cómo se explican esas cosas?

¿Entienden esto? Es muy interesante. Tenemos cosas tales como maestros y estudiantes. Tenemos actividades tales como aprender y enseñar, hacemos mil cosas durante el día, ¿cómo es que de todas esas cosas que hacemos, de alguna manera algunas de ellas se agrupan para llamarse “aprendizaje” o bien “enseñanza”? Y de todas esas cosas que alguien hace, ¿cómo podemos conocer válidamente a alguien como maestro? Hay ciertas formas de explicar eso que son válidas y posibles y ciertas formas que no son válidas y que son imposibles. La vacuidad es la ausencia de dichas formas imposibles: no corresponden a nada válido. 

Un ejemplo de vacío o vacuidad

Aquí les daré un ejemplo de lo que estamos hablando. El asunto que analizaremos es: ¿qué hace fácil o difícil aquello que acabo de explicar? ¿Cómo das cuenta del hecho o explicas el hecho de que te es fácil o difícil? ¿Es algo del lado de lo que expliqué: el asunto, las palabras que elegí para explicarlo, el sonido de las palabras, el movimiento de mi lengua y boca, lo que lo hace fácil o difícil? ¿Es algo encontrable en cualquiera de lo que mencioné que, de manera inherente, en otras palabras, tan solo por su propio poder, lo haga fácil o difícil? ¿Es eso lo que lo hace fácil o difícil? Cuando pensamos en ello, eso es imposible. La ausencia de cualquier cosa válida que corresponda a esa forma de establecer lo que expliqué, como fácil o difícil, es de lo que habla la vacuidad.

Si lo que lo estableciera como fácil o difícil fuera realmente algo desde el lado de las palabras que dije, sería fácil o difícil de comprender para todos. Pero lo fácil o lo difícil depende de muchos, muchos factores. Surge en dependencia de ustedes, del nivel de entendimiento de los oyentes, de su formación en enseñanzas budistas o en filosofía en general, etc. También depende de mis habilidades como maestro al explicarlo y, por supuesto, de mi nivel de entendimiento del tema. También depende de su estado mental, ¿están somnolientos o están alertas?

Así que ¿cómo es que a ustedes o a mí nos parece fácil? ¿Cómo es que a mí o a ustedes les parece difícil? No hay nada, del lado de las palabras, que las haga ser, necesariamente, fáciles o difíciles. Las palabras son solo palabras y los sonidos de las palabras son solo sonidos. La facilidad o dificultad solo pueden ser establecidas en dependencia de otros factores, no de algo inherente a las palabras o a su sonido. 

Las cosas son relativas

Además, adjetivos como fácil o difícil, son algo relativo. El ejemplo que siempre usa su Santidad El Dalái Lama, es el dedo anular. ¿Es corto o largo? Bueno, es largo comparado con el meñique, pero corto comparado con el dedo cordial. Solo es largo o corto en dependencia de algo más o comparado con el dedo anular de otra persona. Pero en sí mismo, no es ni corto ni largo. 

Esta idea de relatividad no es tan difícil de entender en término de adjetivos: largo, corto, fácil, difícil, bueno, malo. Así que es un buen lugar para comenzar a entender el surgimiento dependiente. Largo o corto, fácil o difícil, surgen, no solo en dependencia del “ojo de quién lo mira”, sino también en comparación con algo más. ¿Qué es bueno y qué es malo en cualquier caso? ¿Qué significan? Todo depende de cómo se definan, y diferentes personas y culturas lo definirán de manera diferente. Hay muchos niveles de entendimiento cuando hablamos sobre surgimiento dependiente. 

Como les digo, es más fácil entender esto con adjetivos, como bueno o malo y largo o corto. Pero luego necesitamos aplicar la relatividad a los sustantivos, como ser una madre o un padre, o ser un maestro o un estudiante. Necesitamos aplicarlo también a actividades. De todo lo que hago, ¿qué significa que estoy aprendiendo? ¿Qué significa que estoy haciendo cualquier cosa? ¿Cómo podemos conocer válidamente eso?

Esto es muy interesante, pero mucho más difícil de entender, si me permito usar la palabra “difícil”. Primero, necesitamos entender el surgimiento dependiente y la relatividad con adjetivos, y de ahí, tomamos la idea general del surgimiento dependiente. Luego podemos considerar ¿qué es lo que me hace ser una madre o un padre? Bueno, para empezar, no se puede ser madre o padre sin un hijo. Ambos dependen de algo más. 

Una vez que comenzamos a examinar cuestionamientos como: “¿Qué estoy haciendo ahora?” podríamos decir: “Estoy aprendiendo”. Pero también estamos sentados, estamos escuchando, estamos poniendo atención, estamos respirando. ¿Pintamos un círculo alrededor de algo de eso y lo llamamos “aprender” y lo envolvemos en plástico? No podemos aislar esas actividades una de la otra, ninguna de ellas sucede por sí misma. Sin embargo, convencionalmente, estamos aprendiendo, estamos escuchando. 

Reflexión sobre el vacío o la vacuidad

Tratemos de digerir aquí este principio tan importante, de lo que en realidad hablan el vacío o la vacuidad. No estamos hablando de algún objeto imposible, como los labios de un pollo. No estamos simplemente hablando de algún modo imposible de existir, como la existencia independiente. Estamos hablando de cómo poder explicar el hecho de que podemos conocer las cosas válidamente como esto o aquello. ¿Cómo podemos conocer válidamente que esto es largo o corto? Solo podemos conocerlo válidamente en dependencia de otras cosas, es algo relativo. No hay nada, desde el lado de un objeto, que lo establezca como largo o corto, o bueno o malo, o fácil o difícil, solo por su propio poder o influencia. Solo podemos establecer algo como válidamente largo o corto, o bueno o malo, en relación o en dependencia de otros factores más allá del objeto mismo. 

Al decir esto, queremos evitar los dos extremos. No es que solo haya una forma para todos, el objeto es largo para todos o bueno para todos. Ese es el extremo del absolutismo. O que pudiera ser cualquier cosa, ese es el extremo del nihilismo. No es que el objeto pudiera ser cualquier cosa. El objeto, desde su propio lado, aislado de todo lo demás, no puede ser establecido ni como largo ni como corto, ni como ambos, ni como ninguno. 

Dediquemos unos minutos para que esto se asiente en nosotros. Una vez que podamos entender la idea general, de esta manera tan general, entonces podremos refinar nuestro entendimiento cada vez más y más. 

Por favor, apliquen esto a cuestiones con carga emocional, no solo a si mi dedo anular es corto o largo. Aplíquenlo a “¿soy una buena persona o una mala persona? ¿soy bella o fea?”; a este tipo de asuntos.

(Pausa)

Déjenme darles un ejemplo. Digamos que tenemos 40 años. Para nuestros hijos, somos viejos, para nuestros padres somos jóvenes ¿qué somos, viejos o jóvenes? ¿Somos nada? No, no somos nada, tenemos 40 años. Y es válido que nuestros hijos nos vean viejos y que nuestros padres nos vean jóvenes. Todo es dependiente. Incluso tener 40 años es dependiente de la cantidad de veces que la Tierra le ha dado la vuelta al Sol. 

El problema es cuando nos identificamos inherentemente con cualquier cosa, por ejemplo: “Soy realmente viejo”. Entonces nos convencemos de que: “Soy demasiado viejo para aprender un nuevo idioma, soy demasiado viejo para esto o aquello”. O que todavía pensemos: “Soy joven”, puedo salir y bailar toda la noche y funcionar después de dormir solo 2 horas, como si tuviera 20 años. ¿Ven la relevancia de entender la vacuidad y el surgimiento dependiente?

Me parece que estos son ejemplos útiles. Para nuestros hijos somos viejos, para nuestros padres somos jóvenes y tenemos 40 años. Todo eso es relativamente cierto, convencionalmente cierto ¿o no?

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