Con “no darse cuenta”, a menudo traducido como “ignorancia”, no sabemos cómo existen realmente las cosas o creemos incorrectamente que nuestras proyecciones de formas imposibles de existencia corresponden con la realidad. Con el darse cuenta que discrimina de la vacuidad, entendemos la ausencia total de cualquier cosa que corresponda con las formas imposibles de existir que proyectamos. Las emociones perturbadoras y las actitudes perturbadoras surgen de nuestro no darse cuenta basado en la consideración incorrecta. Consideramos incorrectamente que los fenómenos no estáticos son estáticos, que el sufrimiento es felicidad, que lo sucio está limpio, y lo que no es el yo, es el yo.