Los profetas de los invasores no índicos en Kalachakra

El verso de Kalachakra y su comentario indio 

El verso I.154 de El Tantra de Kalachakra abreviado (tib. bsDus-rgyud, sct. Laghu Kalacakra Tantra) dice:

Adán, Noé, Abraham y otros cinco – Moisés, Jesús, el Vestido de Blanco, Mahoma y Mahdi –con tamas, pertenecen a la casta asura-naga. El octavo será el cegado. El séptimo vendrá manifiestamente a la ciudad de Bagdad en la tierra de La Meca, (el lugar) en este mundo donde una parte de la (casta) asura tendrá la forma de los poderosos y despiadados mlecchas. 

De acuerdo con Un comentario sobre puntos difíciles llamado “Padmani” (tib. Padma-can zhes-bya-bai dka’-‘grel, sct. Padmani-nama-panjika):

Si preguntas quién propagó el Dharma de los mlecchas, dice: "Adán, Noé y Abraham de la (casta) asura y, de la casta naga, los otros cinco con tamas: Moisés, éste y El Vestido de Blanco". Uno, Mahoma, y La Emanación. Ese octavo será el cegado. El séptimo vendrá manifiestamente a las ciudades de Bagdad y demás en la tierra de La Meca". Aquellos con estos nombres de no budistas y demás, propagarán el Dharma de los asuras. Entre estos, el llamado "El Vestido de Blanco" es Mahamayin. Ese propagará el Dharma de los asuras y demás en las ciudades de la tierra de La Meca y demás. Si preguntas qué tipo de tierra es esa, dice: "(Es el lugar) en este mundo donde la casta asura tendrá la forma de los poderosos y despiadados mlecchas". 

Este verso y su comentario indio tienen muchos puntos difíciles. No puedo pretender ser capaz de resolver los problemas en ellos. Aquí, simplemente presentaré los contextos culturales e históricos y ofreceré algunos argumentos a favor y en contra de las variadas interpretaciones que se pueden hacer sobre los puntos discutibles.

El punto de vista budista tradicional es que el propio Buda enseñó El Tantra de Kalachakra en el siglo IX a.e.c. y que el primer rey Kalki de Shambhala compiló El Tantra de Kalachakra abreviado siete siglos después. Solo el último texto ha sobrevivido. Aquí seguiremos un análisis académico occidental que postula la composición de El Tantra de Kalachakra abreviado entre finales del siglo IX y principios del X e.c., como una combinación de diferentes partes compiladas quizás en varias áreas de la región que abarca el este de Afganistán, Oddiyana (actual noroeste de Pakistán, incluido el oeste de Punyab y Swat) y Cachemira. Según esta teoría, la lista de maestros no budistas citada anteriormente refleja la situación mundial en la que vivían los budistas de ese período en esas regiones.

Análisis Histórico 

El término para los invasores no índicos

El término sánscrito mleccha (tib. kla-klo), traducido con mayor frecuencia como “bárbaros”, originalmente significaba aquellos que hablaban indistintamente en un idioma no sánscrito. Específicamente, el término se refería a grupos que no hablaban sánscrito, que invadieron y luego gobernaron el noroeste de la India, comenzando alrededor de un milenio después de la invasión aria que inicialmente estableció allí los idiomas relacionados con el sánscrito.

Antes de su aparición en los textos de Kalachakra, "mleccha" se usaba en la literatura hindú temprana para referirse a los invasores griegos macedonios, liderados por Alejandro Magno en el siglo III a.e.c. La literatura hindú también aplicó el término a los invasores extranjeros posteriores, como los shakas, los kushán y los hunos blancos (heftalíes).

Una aparición temprana del término en la literatura budista anterior a Kalachakra se encuentra en Carta amistosa de Nagáryuna (tib. bShes-pa’i spring-yig, sct. Suhrllekha), escrita en el siglo II de la era común, al rey Udayana, un gobernante Shatavahana de Andhra, sur de la India. Uno de los cuatro renacimientos humanos defectuosos sin oportunidad de estudiar o practicar el Dharma se encuentra entre los mleccha en una región más allá de las cuatro cadenas montañosas que rodean la India central.

En el budismo, entonces, la connotación principal del término es un pueblo no índico, entre los cuales no hay posibilidad de estudiar y practicar el budismo. El uso hindú agrega que tales personas serán invasores del noroeste de la India.

Aunque el término sánscrito innegablemente tiene estas connotaciones despectivas, la traducción más neutral de invasores que no hablan índico, abreviado como invasores no índicos, es menos polémica que “bárbaros”.

La lista de los profetas

Algunos eruditos occidentales traducen la lista de los profetas de los invasores como "Adán, Enoc, Abraham, Moisés, Jesús, El Vestido de Blanco, Mahoma y Mathani". Una traducción de la lista como “Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús, Mani, Mahoma y Mahdi” parece tener más sentido.

Tanto Enoc como Noé aparecen en la lista de veinticinco profetas mencionados en El Corán. Enoc fue el inventor de la escritura y enseñó ciencias como la astrología. Además, entre La Pseudoepigrafía del Antiguo Testamento, El Primer Libro de Enoc es una de las fuentes más antiguas de la predicción de un apocalipsis. Un argumento para elegir a Enoc como referencia es que el Kalachakra también predice una batalla apocalíptica y que los invasores contra los que se librará tendrán conocimientos de astronomía y astrología.

Sin embargo, el nombre árabe de Enoc es "Idris", mientras que el nombre árabe de Noé es "Nuh" (pronunciado "Nuch"). Cuando la partícula demostrativa árabe “al”, normalmente antepuesta a los nombres propios, se agrega a estos últimos, formando “an-Nuh”, se parece mucho a “Anogha”, la transliteración sánscrita del nombre de este profeta. Por lo tanto, lingüísticamente tiene más sentido que el segundo profeta en la lista de Kalachakra sea Noé.

“Isha” (tib. dBang-po), “El Señor Poderoso”, es la transcripción fonética en sánscrito de “Issa”, la forma árabe de Jesús. Curiosamente, “Isha” en sánscrito también es una forma abreviada de “Ishvara”, un nombre alternativo para Shiva, uno de los principales dioses hindúes.

“Shvetavastri” (tib. Gos-gar-can), “El Vestido de Blanco”, es la traducción al sánscrito de un nombre común para Mani, el fundador de la religión maniquea en el siglo III e.c., seguida en Irak, Irán y Asia Central. El argumento de que, dado que la descripción de Kalachakra de las creencias y prácticas de los invasores no incluye ningún elemento de maniqueísmo, es insuficiente para refutar que El Vestido de Blanco se refiera a Mani. Mani podría estar presente en la lista por razones históricas que se explorarán a continuación.

“Madhumati” (tib. sBrang-rtsi'i blo-gros), “El de Mente de Miel”, es la transcripción fonética en sánscrito de Mahoma. También aparece en la literatura hindú, como la sección Pratisarga Parvana de El Bhavishya Purana, que menciona a Madhumati (Mahoma) como un maestro mleccha.

“Mathani” (tib. ‘Joms-byed), “El Destructor”, es la transcripción fonética en sánscrito de Mahdi, el mesías islámico. La elección de nombres sánscritos probablemente también tiene un segundo significado.

La fuente más antigua de enseñanzas de Kalachakra es Un concierto de nombres de Manjushri (tib. ‘Jam-dpal mtshan-brjod, sct. Manjushri-nama-samgiti), en el que Manjushri, la encarnación de la conciencia profunda (tib. ye-shes, sct. jnana, sabiduría) de todos los budas, se identifica con la figura búdica de Kalachakra. Puede fecharse a más tardar a mediados del siglo VIII e.c., ya que su primer comentario en sánscrito, de Manjushrimitra, y su primera traducción al tibetano, datan de finales de ese siglo.

El texto alaba a Manjushri como “el sustentador de la línea de las emanaciones del Buda, el que irradia diversas emanaciones para beneficiar a los seres en consecuencia”. Entre las emanaciones enumeradas entonces está Pramatha (tib. ‘Joms-byed), "El Destructor". Como atestigua la traducción tibetana, “Pramatha” y “Mathani” provienen de la misma raíz sánscrita math, “destruir”. “Pramatha” es el nombre sánscrito del líder de los asuras, los “anti-dioses” celosos. La asociación de los invasores y sus enseñanzas con los asuras, especificada en el verso de El Tantra de Kalachakra abreviado, se discutirá a continuación.

Otro nombre para Pramatha es "Vemacitra" ("Telar brillante"), para el cual la posible variante "Vimacitta" ("El de Mente Destructiva") parece más significativa. En la predicción de Kalachakra, Krinmati, el Rey de Delhi, se declarará Mahdi. "Krinmati" en sánscrito también significa "El de Mente Destructiva".

Las principales sectas del islam

Hay dos sectas principales del islam: sunismo y chiísmo. Se dividieron por la sucesión de imanes (líderes políticos de los musulmanes) tras la muerte de Mahoma en 632 e.c.

  • Los suníes siguen la sucesión del cuñado de Mahoma, Muawaiya, quien estableció el Califato Omeya en 661. El Imperio Omeya incluía a Irán.
  • Los chiítas siguen la sucesión del yerno de Mahoma, Ali, cuyo hijo Husayn fue martirizado en 670, tratando de derrocar a los omeyas. Los chiítas consideran que la línea de imanes no solo son los líderes políticos de los musulmanes, sino también las autoridades religiosas.

Aunque las sectas islámicas formales surgieron solo en el siglo XI e.c., estas dos facciones rivales se dividieron entre sí desde los primeros tiempos de los omeyas. Para facilitar la discusión, usaremos los nombres sunita y chiíta anacrónicamente para referirnos a las dos facciones. En algún momento, la mayoría de los árabes siguieron el islam sunita, mientras que la mayoría de los iraníes siguieron a los chiítas y se opusieron al gobierno árabe sunita.

Con la ayuda de los chiítas iraníes y de Asia Central, liderados por Abu Muslim, los árabes abasíes derrocaron a los árabes omeyas en el año 750 e.c. Aunque los nuevos gobernantes abasíes primero apoyaron el islam chiíta, rápidamente renunciaron a él, asesinaron a Abu Muslim y regresaron a los suníes. Los abasíes árabes continuaron desconfiando profundamente de los chiítas iraníes y de Asia Central, muchos de los cuales declararon al mártir Abu Muslim como el Mahdi, y ahora lucharon para derrocar al gobierno árabe sunita.

En 762 e.c., los abasíes construyeron Bagdad como su nueva capital. Contrataron arquitectos e ingenieros indios para diseñar la ciudad. "Bagdad" es en realidad un nombre sánscrito, "Bhaga + dada", que significa "Regalo de Dios". Por lo tanto, la especificación de Bagdad en el tantra no sorprende, ya que la ciudad habría sido ampliamente conocida entre las clases educadas de los indios. Además, su mención señala que la referencia a los invasores no índicos debe ser a grupos que existieron después del 762. Los primeros grupos a considerar, entonces, son los suníes y los chiítas mayoritarios de ese período.

La lista de profetas no corresponde con las creencias suníes o chiítas dominantes

Tanto los suníes como los chiítas de la corriente principal (que más tarde se conocerían como Ithna Ashari o chiísmo duodecimano) aceptan la lista de veinticinco profetas que se encuentra en El Corán. Ambos también aceptan que Mahoma será el último profeta. Aunque los suníes aceptan a Mahdi como mesías e imán que restablecerá la pureza del islam, le dan poca importancia. Los chiítas, por otro lado, enfatizan fuertemente a Mahdi y dicen que vengará la injusticia del martirio de Husayn. Sin embargo, ni los suníes ni los chiítas principales afirman que Mahdi es un profeta.

Por lo tanto, según la evidencia de la lista de profetas mencionados en el verso del tantra, los invasores no índicos no se refieren ni a los abasíes suníes ni a los chiítas principales que se les opusieron.

Se podría hacer un contraargumento a esta hipótesis basado en una cita del comentario de Luz Inmaculada (tib. Dri-med ‘od, sct. Vimalaprabha) a El Tantra de Kalachakra abreviado. Según la tradición, ambos textos fueron compilados en Shambhala, el tantra del primer gobernante Kalki (tib. Rigs-ldan) Manjushri Yashas (tib. ‘Jam-dpal grags-pa) y el comentario de su hijo, el segundo gobernante Kalki Pundarika (tib. Padma dkar-po).

El comentario se refiere a Mahoma como “un maestro del Dharma de los invasores no índicos, un gurú y maestro de los tayis mleccha”. El sánscrito tayi es una transcripción fonética del término árabe o arameo tayy (plural: tayayah, tayyaye) o de su forma persa, tazi. Los tayyayah eran los más fuertes de las tribus árabes premusulmanas, los tayy'id y, en consecuencia, "tayyyah" se usaba en siríaco y hebreo como nombre generalizado para los árabes desde el siglo I e.c. Los cristianos siríacos, a su vez, usaron el término para los primeros musulmanes, mientras que la forma persa moderna tazi fue el término utilizado en referencia a los invasores árabes de Irán, por ejemplo, por el último gobernante sasánida, Yazdgerd III (r. 632 - 651). Los chinos representaban fonéticamente la misma palabra persa como “dashi” (ta-shih) y también la usaban para los árabes. Por lo tanto, con base en el término tayi, se podría argumentar que los invasores no índicos serían árabes, específicamente árabes abasíes suníes.

La aparición, en la literatura de Kalachakra, del término tayi para los invasores no índicos, sin embargo, no establece necesariamente a los invasores como árabes suníes abasíes, y mucho menos como árabes. También puede indicar que los invasores serán de un área cultural iraní u otra no árabe donde gobernaron los árabes abasíes, y no necesariamente islámica sunita. Los tibetanos, por ejemplo, tradujeron “tayi” como “stag-gzig” (pronunciado “tazig”), derivado indudablemente del persa medio “tazig” o del parto “tazhig”. Esto sugiere que los tibetanos ya estaban familiarizados con el término tazig antes de su aparición como “tayi” en la literatura Kalachakra. Esto se debe a que los tibetanos también usan "stag-gzig" para la patria original de su religión nativa prebudista Bon, es decir, el área cultural iraní preislámica de Asia Central al oeste de Zhang-zhung (Tíbet Occidental). Tengan en cuenta que los tayikos actuales hablan un idioma iraní y no están relacionados con los árabes.

Alternativamente, el término tayi podría indicar que los compiladores de la literatura de Kalachakra no diferenciaron claramente los orígenes étnicos de los diversos grupos religiosos de su época. La evidencia que respalda esta conclusión se deriva del hecho de que los comentaristas tibetanos de El Tantra de Kalachakra abreviado, como Buton (Bu-ston Rin-chen grub, 1290-1364) y Kedrub Je (mKhas-grub rJe dGe-legs dpal-bzang, 1385–1438), glosaron “tayi” como “sog-po” y “la tierra de La Meca” como “sog-yul” (la tierra del “sog-po”) en sus comentarios a los textos de Kalachakra.

En la época de estos dos comentaristas tibetanos, “sog-po” se refería principalmente a varios grupos mongoles. Durante la época de Buton, aunque los gobernantes mongoles de Mongolia y China seguían el budismo tibetano, muchos de los gobernantes mongoles de otras divisiones del mundo mongol ya se habían convertido al islam. Los Kipchak Kans en la actual Kazajistán y Rusia central, aceptaron el islam alrededor de 1260 e.c., los Il Kans en Irán aproximadamente en 1300 e.c. y los Chagatai Khans occidentales en los actuales Uzbekistán y Afganistán en 1321 e.c. En la época de Kedrub Je, los mongoles que seguían el budismo tibetano ya no gobernaban China; sin embargo, el principal contacto tibetano con los mongoles durante la vida de estos dos comentaristas de Kalachakra habría sido con los budistas, no con los musulmanes mongoles.

En cualquier caso, los mongoles se convirtieron en una fuerza importante en Asia Central solo a principios del siglo XIII e.c., mientras que los textos sánscritos de Kalachakra precedieron a este evento en varios siglos. Por lo tanto, el uso de los términos sog-po y sog-yul en el contexto de los comentarios de Kalachakra no podría haber sido en referencia a los propios mongoles. Por lo tanto, debemos examinar los grupos étnicos y religiosos pre-mongoles a los que los tibetanos aplicaron el nombre sog-po.

En algunos textos que no pertenecen a Kalachakra, el término sog-po, junto con stag-gzig, se refería a los árabes suníes, pero no necesariamente a los árabes suníes del período abasí. Por ejemplo, en su Historia del budismo en la India (rGya-gar chos-‘byung), el historiador tibetano de principios del siglo XVII e.c., Taranatha, se refirió a Hajjaj bin Yusuf Sakafi, el gobernador de principios del siglo VIII e.c. de las provincias más orientales del califato omeya, como el “stag-gzig sog-po Ha-la-lu, un seguidor de la religión mleccha.” El gobierno de Hajjaj originalmente abarcaba el este de Irán moderno, Baluchistán (Makran) y el sur de Afganistán. Pero, en 717 e.c., su sobrino y yerno, el general Muhammad bin-Qasim, lo extendió a Sindh y Saurashtra. Taranatha mencionó la regla de Hajjaj como el período en el que los mlecchas llegaron por primera vez a la India. Los omeyas eran árabes suníes. Sin embargo, la confusión histórica de Taranatha se muestra claramente cuando también afirmó que Halalu provenía de la ciudad de Ba-ga-da (Bagdad) en la tierra de Mol-ta-na (Multán), lo que hoy es el norte de Sindh, Pakistán. Bagdad solo fue construida en 762 e.c. por los abasíes, después de la caída del califato omeya. Podemos recordar que el verso de Kalachakra que enumera a los profetas mleccha dice que Mahoma vino a Bagdad en la tierra de La Meca.

Históricamente, los tibetanos han aplicado el nombre sog-po, derivado de “Sogdia” (actual Uzbekistán), a todos los asiáticos centrales, no solo a los mongoles o los árabes suníes. Durante el siglo VIII y la primera mitad del siglo IX e.c., una variedad de dinastías árabes, chinas, turcas y tibetanas lucharon repetidamente entre sí por el control de Sogdia y las áreas adyacentes de Asia Central. El nombre sog-po no necesariamente se habría aplicado solo a los árabes suníes de esos tiempos y regiones; también podría haber incluido a los sogdianos y otros asiáticos centrales reclutados en el ejército árabe. Además, aunque muchos sogdianos se convirtieron al islam durante el período abasí, muchos también conservaron sus religiones maniqueas y budistas anteriores. Por lo tanto, como en el caso de “tayi”, el término sog-po podría indicar el área cultural de Asia Central o una diferenciación imprecisa de grupos étnicos y religiosos.

Por ejemplo, en el mismo texto mencionado anteriormente, Taranatha también habla de los “stag-gzig sog-po” y su religión mleccha en el área de Multán (tib. Maultan, sct. Maulasthana). Pero en este caso, la referencia no es a los árabes suníes en las cercanías de Multán, sino más obviamente a los hunos blancos. La discusión se refiere al emperador Gupta Harsha, un gran mecenas del budismo, que conquistó el territorio gobernado por los hunos blancos. Harsha gobernó del 606 al 647 e.c. y, por lo tanto, la religión mleccha a la que se refería Taranatha no puede haber sido el islam. Los monasterios budistas en el área alrededor de Multán habían sido destruidos en 515 e.c. por el gobernante huno blanco, Mihirakula, y los heftalitas continuaron gobernando en la región hasta que Harsha los conquistó. Aunque la mayoría de los primeros gobernantes heftalitas eran mecenas del budismo, Mihirakula era antibudista y sus ataques a los monasterios supuestamente fueron fomentados por ministros cristianos maniqueos y nestorianos. No está claro cuál fue la política de los gobernantes heftalitas posteriores a Mihirakula, pero podemos postular que la religión mleccha en la referencia de Taranatha era probablemente el maniqueísmo, una de las principales religiones de los sogdianos. 

Para agregar a la imprecisión de los términos, en el mismo texto, Taranatha también usó el nombre tu-ru-shka, que significa “turcos”, indistintamente con “stag-gzig”. Sin embargo, este uso se refería a la destrucción de los monasterios de Odantapuri y Vikramashila en la India por parte de los turcos gúridas en 1200 e.c. La palabra sánscrita turushka, utilizada en la transliteración en tibetano, se ha aplicado tradicionalmente en obras sánscritas a varios pueblos túrquicos anteriores, como los kushán, los hunos blancos y los turcos shahis. Taranatha, sin embargo, ni siquiera mencionó la invasión de la India por parte de los turcos gaznávidas a principios del siglo XI e.c., que habría estado más cerca de cuando aparecieron las enseñanzas de Kalachakra en la India, y mucho menos se refirió a los gaznávidas como "tu-ru-shka". Por lo tanto, el uso de Taranatha de nombres étnicos en su historia no ofrece ninguna base para inferir válidamente que los tayi mencionados en la literatura de Kalachakra fueran los turcos gaznávidas.

La falta de precisión de Taranatha en el uso de términos étnicos y su confusión con respecto a las religiones extranjeras es aún más pronunciada en su descripción de la fundación de la religión mleccha, en este caso el islam. Informó que el fundador fue originalmente un monje budista Sautrántika, llamado Kumarasena, que dejó los hábitos y decidió fundar una religión que rivalizaría con el budismo. Tomó el nombre Ma-ma-thar (¿Mahoma?) y compuso las escrituras mleccha. Ocultó estos textos en un lugar llamado Bi-sli-mli (¿Basmala?). Fueron descubiertos por Bai-kham-pa (?), quien luego estudió su significado con Mamathar y se convirtió en un sabio de los mlecchas. Bai-kham-pa fue entonces a la ciudad de Ma-kha (La Meca) y, como consecuencia de sus enseñanzas allí, surgieron las dinastías reales de Sai-da (¿abasí?) y Tu-ru-shka. Bai-kham-pa luego pasó a ser conocido como Ar-dho (Adán).

En resumen, los términos generales mleccha, tayi, sog-po y tu-ru-shka son demasiado vagos para servir como prueba concluyente de la identidad de los invasores no índicos, para quienes Mahoma fue un maestro, mencionados en los textos de Kalachakra. La evidencia que ofrece la lista de profetas especifica con mayor precisión a los invasores y, por lo tanto, es más confiable para identificar a este grupo.

Primeras sectas chiítas abasíes

Dentro de la división chiíta del islam, una facción se dividió en 765 e.c., formando la secta ismailí. Los ismailíes afirmaron que el séptimo imán, Ismail, que desapareció de niño en 762, volverá en el futuro como el Mahdi. En consecuencia, los ismailíes pusieron un gran énfasis en el número siete. Su lista de profetas tiene siete miembros: Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús, Mahoma y Mahdi. Excepto por la omisión de Mani, esta es la misma lista que la lista de invasores mencionada en Kalachakra. Los abasíes los tildaron de herejía y los persiguieron.

Otro subgrupo dentro del islam chiíta que surgió en este momento fue el islam maniqueo. Combinó las enseñanzas de Mani con el islam chiíta y fue seguido por muchos intelectuales iraníes en la corte abasí a fines del siglo VIII e.c. Atraía a estos intelectuales porque ofrecía enseñanzas filosóficas más amplias y profundas que las que se encontraban en el islam sunita en ese momento.

Al ver las ideas maniqueas como una amenaza a su autoridad, los gobernantes abasíes suníes también calificaron a los maniqueos chiítas de herejía. No solo los persiguieron a ellos, sino también a los principales maniqueos. En contraste, los abasíes toleraron a todos los demás grupos religiosos en su dominio: cristianos nestorianos, judíos, zoroastrianos, budistas e hindúes por igual, siempre que pagaran un impuesto de capitación.

Un factor adicional que contribuyó a la intolerancia abasí hacia los chiítas maniqueos y los maniqueos podría haber sido una conexión que alegaron entre ellos y ciertas facciones rebeldes. Dos grupos disidentes principales lucharon contra los abasíes en Irán y Asia Central: los chiítas iraníes, como los seguidores del martirizado Abu Muslim, y las tribus túrquicas, como los turcos de Orkhon. Ambos vestían túnicas blancas para mostrar su oposición a los abasíes, que vestían de negro. Los maniqueos también vestían túnicas blancas. Por lo tanto, los musulmanes chiítas maniqueos podrían haber sido identificados con los disidentes y considerados una peligrosa amenaza no solo intelectual, sino también política. Este podría haber sido el caso simplemente debido a su asociación con los maniqueos, independientemente del color de la ropa que usaran los chiítas maniqueos.

La conexión con la destrucción de los templos jainistas y los monasterios budistas en Valabhi

A principios de la década de 780 e.c., los generales abasíes que gobernaban en Sindh (sur de Pakistán) atacaron y destruyeron los templos jainistas y los monasterios budistas en Valabhi, Saurashtra (sur de Guyarat, India). Esto fue durante su campaña para obtener el control de los puertos de Saurashtran, como lo habían hecho anteriormente con los puertos de Sindhi en la desembocadura del río Indo. Su objetivo principal era controlar y gravar el comercio marítimo con Bizancio y Europa que pasaba por allí.

Valabhi era el centro espiritual de la secta Svetambara (Vestido de Blanco) de los jainistas. Los abasíes probablemente confundieron a los jainistas vestidos de blanco con los disidentes vestidos de blanco y con los maniqueos y chiítas maniqueos. Es poco probable que los generales abasíes se molestaran en aprender las diferencias religiosas entre estos grupos.

Por lo tanto, los jainistas vestidos de blanco probablemente fueron el objetivo principal en Valabhi, no los budistas. Esta conclusión está respaldada por el hecho de que los abasíes dejaron solos los monasterios budistas en Sindh, desde donde lanzaron su ataque, prefiriendo gravarlos fuertemente. Los monasterios budistas continuaron funcionando en Sindh bajo el dominio abasí durante varios siglos después de la destrucción de Valabhi.

Sin embargo, ninguno de los grupos vestidos de blanco mencionados anteriormente (los rebeldes de Abu Muslim y los turcos de Orkhon, los maniqueos o los jainistas) podrían haber sido los invasores no índicos predichos en Kalachakra. Los líderes rebeldes de Abu Muslim iniciaron la secta Musalemiyya del islam, cuyas costumbres no incluían rezar cinco veces al día frente a La Meca. El Tantra de Kalachakra abreviado especifica tal oración como una característica del Dharma de los invasores. Las prácticas religiosas de los rebeldes turcos de Orkhon no están claras, pero no eran musulmanes. La primera tribu túrquica que adoptó oficialmente la fe musulmana fue la de los qarakhaníes occidentales de Kasgar, a fines de la década de 930. Las creencias maniqueas y jainistas tampoco se ajustan a los parámetros especificados mencionados en el texto.

Además, aunque Luz inmaculada se refiere en varios pasajes a los invasores no índicos como “aquellos que visten de blanco” (tib. kla-klo gos-dkar-can, sct. mleccha svetavastri), este epíteto no implica una inclusión lógica. No todos los invasores necesariamente vestirán de blanco, y no todos los que visten de blanco serán necesariamente los invasores.

En un comentario a un pasaje en El Tantra de Kalachakra abreviado que menciona "los que visten de rojo y los que visten de blanco", Luz inmaculada explica:

Los budistas visten de rojo y los invasores no índicos visten de blanco. (Esto es en referencia a) los ascetas. Los laicos (entre ambos) no tienen certeza (sobre el color de la ropa que usan). 

La aceptación de Mahoma y Mahdi como profetas sitúa a los invasores no índicos como una secta islámica. Los peregrinos musulmanes de todas las sectas visten de blanco durante el hajj en La Meca. Por lo tanto, los peregrinos invasores (ascetas) visten de blanco durante el hajj, pero no todos los que visten de blanco en el hajj son peregrinos invasores. Por lo tanto, la afirmación de que los laicos invasores no necesariamente visten de blanco es una prueba más para excluir a los grupos de rebeldes laicos de Abu Muslim vestidos de blanco como los invasores no índicos.

Exploremos más a fondo el caso de los maniqueos chiítas e ismailíes.

Académicos budistas afganos e indios en Bagdad al servicio de los abasíes

El gobernante abasí que ordenó el ataque contra Valabhi fue el califa al-Mahdi (gobernó entre 775 y 785 e.c.). Aunque el califa tenía el mismo nombre que el último profeta de la lista de Kalachakra, nunca se declaró profeta ni mesías islámico. Su padre, el califa al-Mansur, le había dado este nombre para ayudar a reunir a los árabes de su lado en una rivalidad con otro líder político en La Meca, que también había llamado a su hijo al-Mahdi.

El califa al-Mahdi invitó a eruditos budistas de la India y del enorme monasterio Nava Vihara en Balkh, Afganistán, a Bagdad a trabajar en la recién construida Casa del Conocimiento para traducir textos al árabe, una prueba más de su falta de intolerancia hacia el budismo. Trabajaron allí desde finales del siglo VIII hasta principios del IX e.c. Los eruditos budistas probablemente conocían a los chiítas maniqueos y los prejuicios abasíes contra ellos por ser peligrosos para la sociedad.

Después de su persecución por parte de los abasíes, muchos seguidores chiítas maniqueos se volvieron hacia el islam chiíta ismailí, que fue un oponente más duradero al gobierno árabe abasí.

Aunque no he encontrado ningún registro de la lista de profetas chiítas maniqueos, la inclusión de Mani en la lista ismailí podría implicar varias conclusiones posibles:

  • Los chiítas maniqueos originalmente tenían la misma lista de profetas que los ismailíes, excepto por la adición de Mani.
  • Después de unirse a los ismailíes, los chiítas maniqueos adoptaron la lista ismailí, pero mantuvieron su identidad al agregarle a Mani.
  • De acuerdo con la costumbre de conversión ismailí que permitía la adhesión y el sincretismo como pasos intermedios, los ismailíes inicialmente permitieron que los maniqueos y los chiítas maniqueos que se convirtieron agregaran a Mani a la lista estándar ismailí de siete profetas. La adhesión es la adición de elementos de dos sistemas de creencias sin cambios en ninguno de ellos, mientras que el sincretismo es la combinación de dos sistemas en una nueva síntesis. Esto habría sido un precursor de la táctica que los ismailíes siguieron más tarde en la conversión de los hindúes, que identificaba a Ali, el primer imán según los chiítas y los ismailíes, con Kalki, el décimo avatar de Vishnu.

En cualquier caso, los propios ismailíes ortodoxos nunca incluyeron a Mani en su lista de profetas. Incluir un octavo profeta transgrediría su énfasis en el "siete" como un número sagrado.

De esto pueden derivarse dos posibles conclusiones:

  • Los invasores no índicos serían los descendientes de los conversos maniqueos y maniqueos-chiítas dentro de la comunidad ismailí. Teniendo en cuenta que esta minoría nunca obtuvo poder político o militar, esta conclusión es muy poco probable.
  • Los budistas afganos e indios carecieron de contacto continuo con los ismailíes una vez que cesaron sus actividades de traducción en Bagdad y, en consecuencia, fusionaron su imagen de maniqueos chiítas con la de ismailíes chiítas.

Esta segunda conclusión parece más probable, especialmente a la luz de:

  • La conversión del gobernante de Multán (norte de Sindh, Pakistán) a chiíta ismailí en 959 e.c.,
  • La presencia de maniqueos en la zona, especialmente en las regiones montañosas del norte,
  • La política de conversión ismailí de adhesión.

Dos pasajes de la Historia del budismo en la India de Taranatha que se citaron anteriormente agregan más peso a esta hipótesis de que la lista de profetas de Kalachakra es una fusión confusa de chiísmo ismailí con maniqueísmo. En el contexto de la fundación del islam, Taranatha escribió que Bagdad estaba en la tierra de Multán; mientras que en el contexto de la conquista de los hunos blancos por parte del emperador Harsha, que probablemente eran seguidores del maniqueísmo, escribió que estos hunos blancos también vivían en el área de Multán.

Contacto con el cristianismo nestoriano

La forma más predominante de cristianismo en el Imperio abasí, desde Siria hasta Asia Central, fue la rama nestoriana de la Iglesia ortodoxa siria, iniciada a principios del siglo V e.c. por Nestorio, patriarca de Constantinopla. Enseñaba que Jesús nació con una naturaleza humana y que su naturaleza divina entró en él después. El Concilio de Calcedonia lo declaró herejía en 431 e.c. Era la forma de cristianismo con la que Mahoma estaba familiarizado. En consecuencia, el islam también afirmó a Jesús como un profeta humano y agregó que sus enseñanzas fueron precursoras de las reveladas por Mahoma.

En 726 e.c., durante el período omeya, el teólogo nestoriano Juan de Damasco escribió que Mahoma fue un precursor del Anticristo. Sin embargo, la posición nestoriana, y en consecuencia la respuesta musulmana, cambió durante el período abasí, cuando los budistas habrían tenido contacto con ambas religiones. A principios de la década de 780, el califa al-Mahdi invitó al patriarca nestoriano Timoteo I a Bagdad para discutir las diferencias doctrinales entre el cristianismo y el islam. El diálogo fue cortés y amistoso, y ambas partes elogiaron tanto a Jesús como a Mahoma.

Así como los eruditos budistas que trabajaban en Bagdad en ese momento fueron testigos del sentimiento chiíta antimaniqueo de los abasíes, también fueron testigos de la actitud amistosa de los abasíes hacia el cristianismo nestoriano. Es difícil decir si adaptaron o no estas actitudes. Sin embargo, el hecho de que el nestorianismo carezca de cualquier mención de Mahoma o Mahdi como profetas descalifica aún más a los cristianos de ser los invasores no índicos contra los que se advierte en las enseñanzas de Kalachakra.

Interacción abasí con los budistas afganos

Los invasores dañaron los monasterios budistas en Afganistán solo dos veces durante los siguientes dos siglos. En ambas ocasiones, los monasterios se recuperaron rápidamente. Los monasterios budistas en el propio subcontinente indio, incluida Cachemira, no fueron atacados durante este período.

El primer ataque (815 - 819 e.c.) fue realizado por los propios abasíes, cuando los gobernantes turcos shahis (budistas) de Kabul, con sus aliados tibetanos, se unieron a otros grupos disidentes de Asia Central para tratar de derrocar a los abasíes y perdieron. El daño fue menor y los turcos shahis pronto recuperaron el control.

En la segunda mitad del siglo IX, el gobierno abasí de su imperio se debilitó y varias partes se convirtieron en estados autónomos con solo lealtad nominal a los abasíes. La segunda opresión (870 - 879 e.c.) fue infligida por el gobernante de uno de estos estados autónomos, los safáridas con sede en Irán. Causaron un daño mayor que el que había infligido el ataque anterior. Los safáridas derrocaron a los turcos shahis; mientras que Kallar, el ministro brahmán del último turco shah, huyó a Gandhara (actual Punjab paquistaní) y estableció allí y en Oddiyana (Valle de Swat) la dinastía hindú Shahi. Los Shahis hindúes gobernaron Gandhara y Oddiyana desde 870 hasta 1015 e.c. Los safáridas no gobernaron el este de Afganistán por mucho tiempo. Pronto, los Shahis hindúes se lo arrebataron y gobernaron allí desde 879 hasta 976 e.c. Los gobernantes hindúes Shahi apoyaron tanto el hinduismo como el budismo.

El ascenso de los rivales ismailíes de los abasíes

Los gobernantes de la dinastía fatimí (910 - 1171 e.c.), con centro en Egipto desde 969, eran seguidores de los ismailíes chiítas. Gobernaron un vasto imperio y, como los principales rivales de los abasíes suníes, buscaron unir a todo el mundo musulmán bajo la bandera de su secta ismailí y su promesa del mesías Mahdi. Enviaron muchos misioneros y diplomáticos al este para tratar de ganar adeptos a su causa.

El ismailismo chiíta ya estaba presente en Sistán (actual suroeste de Irán y sur de Afganistán) y Josarán (actual noroeste de Irán, sur de Turkmenistán y norte de Afganistán) a principios del siglo X e.c. En 959, el gobernante de Multán (norte de Sindh, Pakistán) se había convertido a esta rama del islam y, en 968, Multán se convirtió en un estado vasallo de los fatimíes.

En 976 e.c., los turcos gaznávidas conquistaron el este de Afganistán de los hindúes shahis y establecieron un estado autónomo bajo los abasíes. Los shahis hindúes se retiraron a las porciones de Gandhara y Oddiyana de su dominio, en el lado paquistaní del paso de Khyber, al norte de Multán. En este punto, los abasíes, junto con sus vasallos gaznávidas, fueron rodeados al este y al oeste por sus rivales fatimíes. Temían una inminente invasión de dos frentes. Para atacar a los gaznávidas, los ismailíes de Multán simplemente tendrían que atravesar el territorio de los enemigos de los gaznávidas, los Shahis hindúes.

El gobernante gaznávida, Mahmud de Gazni (gobernó entre 997 y 1030 e.c.), fue un firme defensor del islam sunita. Aunque fue tolerante con los budistas bajo su gobierno en Afganistán, demostrado por el hecho de que les impuso impuestos a ellos y a sus monasterios en lugar de imponer alguna persecución, fue intolerante con otras formas de islam, especialmente con el ismailismo chiíta. Una de sus principales prioridades era contrarrestar la amenaza política ismailí fatimí y demostrar que era el principal defensor de sus señores supremos abasíes.

En 1001 e.c., Mahmud atacó a los hindúes shahis en Gandhara y Oddiyana. Aunque Oddiyana seguía siendo un centro principal del tantra budista, carecía de monasterios budistas florecientes. Sus templos hindúes, por otro lado, abundaban en riqueza. En consecuencia, Mahmud los saqueó y los destruyó. Los shahis hindúes se retiraron más al este y formaron una alianza con Multán.

Durante las siguientes dos décadas, Mahmud no solo atacó y anexó Multán, sino que también derrotó a otra alianza hindú shahi, esta vez con los gobernantes indios Rajput del actual Punyab indio y Himachal Pradesh. Durante los años siguientes, Mahmud saqueó y destruyó los templos hindúes ricos y los monasterios budistas en las áreas de Rajput.

En 1015 o 1021 e.c. (según la fuente que se acepte), Mahmud persiguió a los shahis hindúes restantes, que estaban consolidando sus fuerzas en el fuerte de Lohara en las estribaciones occidentales que conducen a Cachemira. Sin embargo, Mahmud nunca pudo tomar el fuerte ni invadir Cachemira. Según los relatos budistas tradicionales, los mantras budistas detuvieron al gobernante gaznávida.

En resumen, la invasión de Mahmud de Gazni de Gandhara, Oddiyana y el noroeste de la India parece haber estado motivada principalmente por el deseo de contrarrestar la amenaza, planteada por los fatimíes ismailíes, a la supremacía abasí sunita como defensores del islam, y de completar la destrucción de los enemigos de su padre, los hindúes shahis, que apoyaban a Multán. En el proceso de lograr estos dos objetivos, Mahmud estableció una base financiera y de poder tan grande como pudo, saqueando y destruyendo los templos hindúes ricos y los monasterios budistas en el área. Dado el clima político dentro del mundo islámico en ese momento de la historia, parece poco probable que la principal motivación de Mahmud fuera el fanatismo religioso para eliminar todas las religiones indias y convertir a los indios al islam sunita.

La compilación del Tantra de Kalachakra abreviado 

Desde el punto de vista de la erudición occidental, El Tantra de Kalachakra abreviado y su comentario principal, Luz Inmaculada, son probablemente combinaciones de partes escritas en diferentes lugares en diferentes momentos. Sin embargo, es difícil fechar su compilación, en sánscrito, en su forma completa actual.

El Tantra de Kalachakra abreviado (I.27) afirma que 403 años antes del establecimiento del ciclo de sesenta años prabhava (tib. rab-‘byung) era el año del señor de los mlecchas, a saber, Mahoma. En consecuencia, el primer ciclo de Kalachakra de sesenta años comenzó en 1027 e.c. La tradición astrológica tibetana considera que este es el año en que las enseñanzas de Kalachakra se introdujeron en el Tíbet desde la India. Esta afirmación se refiere al calendario de Kalachakra y los cálculos para prepararlo.

Otros eruditos tibetanos han tomado 1027 e.c. como el año en que las enseñanzas de Kalachakra entraron en la India. Kedrub Je, sin embargo, después de citar esta opinión y analizar los textos, concluyó que era difícil decir con certeza que este fue el año en que Kalachakra entró en la India. Los textos de Kalachakra simplemente afirman que entonces comienza el primer ciclo de 60 años.

Al menos un lugar donde las enseñanzas de Kalachakra habrían estado disponibles en 1027 habría sido Cachemira. A finales del siglo X y principios del XI e.c., Cachemira era un centro tanto para el tantra budista como para el shivaísta hindú. La presencia de las enseñanzas de Kalachakra en Cachemira antes de 1027 podría indicar que algunos detalles sobre la batalla contra los invasores no índicos se agregaron posteriormente a un estrato anterior. Por lo tanto, a pesar de que los textos de Kalachakra predicen que la invasión no índica tendrá lugar en 2424 e.c., los textos podrían haber estado basando su descripción de la batalla futura en la pasada invasión de Cachemira por Mahmud de Gazni en 1015 o 1021 y su derrota supuestamente por los medios tántricos de los mantras budistas. Dado que los gaznávidas ya habían tomado Multán en ese momento, los compiladores de Kalachakra podrían haber confundido las creencias ismailíes con las del islam sunita. Con base en tal confusión, habrían atribuido una lista modificada de profetas ismailíes a los invasores suníes y creído incorrectamente que Mahmud de Gazni se había declarado a sí mismo Mahdi, lo que nunca hizo.

Además, según los textos de Kalachakra, la invasión no índica se lanzará desde Delhi (sct. Dili). Delhi, aquí, no puede referirse a la ciudad real con ese nombre, que se construyó solo en el siglo XII e.c., mucho después de que apareciera la literatura de Kalachakra en la India. Sin embargo, el nombre aparece en la literatura india ya en el siglo I a. c., para referirse a un área más grande alrededor de lo que más tarde se convirtió en la ciudad de Delhi, probablemente en el este de Punyab. El ataque de Mahmud al fuerte de Lohara y Cachemira, entonces, fue, de hecho, lanzado desde Delhi.

Además, Cachemira parece haber sido el modelo probable para la descripción geográfica de Shambhala. Al igual que Shambhala, el valle Srinagar de Cachemira está rodeado por un anillo de montañas nevadas y tiene en su centro el lago Dal de dos secciones.

Resumen

Independientemente de la importancia de 1027 e.c. y la fecha exacta de la compilación de los textos de Kalachakra, está claro que la lista de los profetas de los invasores no índicos que se encuentra en ellos es una adaptación de la lista ismailí. Además, parece bastante probable que la referencia histórica de la invasión de Shambhala sea una combinación de la amenaza fatimí ismailí de Multán a los suníes gaznávidas en el este de Afganistán y los ataques de Mahmud de Gazni contra los hindúes shahis en Gandhara, Oddiyana y las inmediaciones punyabís indias de Cachemira.

Varios puntos más apoyan esta hipótesis:

  • Durante la última parte del siglo X y principios del XI e.c., la comunicación era bastante común entre los budistas de Oddiyana y Cachemira. Una ruta de peregrinación budista desde el oeste del Tíbet hasta Oddiyana pasaba por Kangra y Cachemira.
  • Aunque el tantra budista no parece haberse practicado en el este de Afganistán, allí se encontraron ciertas características de las enseñanzas de Kalachakra. Específicamente, los doce signos astrológicos del zodíaco fueron pintados alrededor de las paredes de las salas principales de los monasterios budistas en Kabul. Este motivo se encontró tanto en los palacios reales iraníes como en el mándala de Kalachakra, donde las deidades que representan los doce signos rodean el palacio. Mahmud de Gazni no destruyó estos monasterios.
  • El este de Afganistán, Gandhara y Oddiyana estaban todos bajo el gobierno hindú shahi antes de las campañas de Mahmud. Por lo tanto, aunque los viajes entre ellos habrían estado restringidos durante la época de esas campañas, los budistas de Oddiyana todavía habrían sido conscientes de las características encontradas en los monasterios budistas de Kabul.
  • Tanto Oddiyana como Cachemira en ese momento tenían poblaciones hindúes y budistas bajo gobernantes hindúes, al igual que Shambhala. Además, los maniqueos todavía estaban presentes en este momento en ambos.
  • Los budistas tanto en el este de Afganistán como en Oddiyana habrían estado al tanto de la amenaza fatimí ismailí desde Multán.
  • Los budistas en Oddiyana probablemente se habrían preocupado por la alianza entre sus gobernantes hindúes shahi y Multán. La advertencia que el gobernante de Shambhala, Manjushri Yashas, les dio a los sabios hindúes acerca de que sus descendientes adoptarían el Dharma de los invasores, posiblemente sea un reflejo de esta preocupación.
  • Los ataques finales de los gaznávidas contra los hindúes shahis y cachemiros se lanzaron desde Multán.

Sin embargo, un punto -si no es que más- aún parece extraño sobre esta combinación del ataque amenazado por los ismailíes fatimíes de Multán, que nunca ocurrió, con las invasiones de Mahmud de Gazni, que sí ocurrieron. Según los textos de Kalachakra, Manjushri Yashas dio la predicción de la invasión no índica en el siglo II a.e.c. La predicción fue que la invasión se lanzaría en 2424 e.c., 1800 años después de la fundación del Dharma de los invasores. El año 1027 e.c., 403 años después de la fundación del Dharma de los invasores, fue solo unos pocos años después de la época de las invasiones gaznávidas. Sin embargo, la predicción relativa a ese año no tenía nada que ver con una futura invasión. La predicción se refería simplemente al año en que comenzaría el primer ciclo prabhava de 60 años del calendario de Kalachakra.

Análisis de la profecía 

La llegada del Mahdi, la batalla con Dajjal y el juicio final

Para apreciar la urgencia de la amenaza que los suníes sintieron que representaban los ismailíes, es necesario comprender el concepto islámico de la venida de Mahdi como mesías.

La predicción de un mesías liderando una batalla apocalíptica del bien contra el mal, seguida de una edad de oro, el fin de los tiempos y un Juicio Final, apareció por primera vez en el zoroastrismo en el antiguo Irán. Esto ocurrió aproximadamente en el siglo IV a.e.c. Varias versiones de la predicción se extendieron a las civilizaciones alrededor de Irán. Hacia occidente pasó al judaísmo, de allí al cristianismo, y del cristianismo nestoriano al islam. En Irán, Irak y Asia Central, se extendió al maniqueísmo. Al este de Irán, pasó al hinduismo.

Dentro del islam, las primeras formas de la profecía siguieron las versiones cristianas nestorianas al afirmar primero la llegada del profeta engañador Dajjal, luego el verdadero mesías Mahdi y una batalla apocalíptica en la que Mahdi derrotará a Dajjal. Entonces, sobrevendrá una edad de oro del islam, seguida por el fin del mundo y el Juicio Final.

La última forma chiíta completa, que apareció por primera vez en su versión ismailí a principios del período abasí, agregó varios elementos. La mayoría de los musulmanes en ese momento creían que el mundo tenía 5500 años durante la vida de Mahoma y duraría solo 6000 años. Así, el fin del mundo era inminente; se produciría a principios del siglo XII.

Según la profecía ismailí, el séptimo imán, que había desaparecido de la tierra en el año 762 e.c., resurgiría una vez más como el Mahdi poco antes del fin del mundo. Por lo tanto, otro nombre para Mahdi será "al-Qaim", "El Resurgido". Cuando regrese, el islam se habrá dividido en sectas rivales; se ignorará la ley Sharia (islámica) y los musulmanes actuarán como bárbaros salvajes, luchando entre sí. Mahdi, que nacerá en la familia de Mahoma, vendrá como líder político y espiritual (imán). Se proclamará mesías en La Meca y conducirá un ejército a Jerusalén, donde se establecerá como gobernante del mundo. Él restaurará la ley Sharia, el orden y la paz.

El gobierno de Mahdi desde Jerusalén durará menos de una década. La gente lo abandonará por un mesías impostor, el Dajjal, la contraparte islámica de un ojo del Anticristo, quien también afirmará haber surgido una vez más después de haber desaparecido en el pasado. El Dajjal legalizará las formas negativas prohibidas por la ley Sharia, dará riqueza material a la gente y sanará a los enfermos. En consecuencia, la gente sentirá que no tiene necesidad de Alá.

Antes de que todos los creyentes se pierdan, ocurrirá la Segunda Venida de Cristo. Paralelamente a la desaparición del imán y su reaparición como Mahdi, Jesús (considerado profeta islámico) volverá igualmente a la tierra después de haber desaparecido. Vendrá a Damasco y rezará al lado de Mahdi. Usando una armadura, Jesús, en lugar de Mahdi, derrotará al Dajjal. Esta batalla, conocida como el apocalipsis, ocurrirá en Armagedón en Palestina.

Después de su victoria, Jesús romperá todas las cruces ya que estaban siendo adoradas como ídolos, matará a todos los cerdos y abolirá el impuesto de capitación sobre el “Pueblo del Libro" no musulmán, porque todos se habrán convertido al islam. Entonces Jesús gobernará la tierra en una edad de oro islámica. El período de paz que seguirá tendrá una duración de cuarenta años, después de los cuales Alá destruirá la tierra, resucitará a los muertos y promulgará el Juicio Final. Los buenos irán eternamente al Cielo y los malos arderán eternamente en el Infierno.

Las versiones musulmanas se derivan principalmente de la Biblia siríaca cristiana nestoriana revisada del 508 e.c., que agregó la visión apocalíptica a la versión anterior de Peshitta siríaca. Las principales diferencias son la adición de Mahdi y Jesús siendo un profeta musulmán.

Dado que el fin del mundo previsto fue alrededor de 1100 e.c., muchos líderes islámicos rivales, que deseaban gobernar todo el mundo musulmán, afirmaron ser Mahdi en el siglo y medio inmediatamente anterior. Tales afirmaciones podrían ayudarlos a ganar el apoyo político y religioso de las masas. Este fenómeno fue especialmente prominente entre los chiítas. No solo los ismailíes esperaban activamente la inminente llegada del Mahdi, sino que ahora también lo esperaban los principales chiítas de Ithna Ashari. Su duodécimo imán, al-Askari, desapareció cuando era niño en 873 e.c., y también se esperaba que regresara como el Mahdi.

Dado que los chiítas vieron a Mahdi como el vengador del martirio de Husayn a manos de la facción que se convirtió en los árabes suníes, los abasíes y sus vasallos se sintieron especialmente amenazados por un ataque chiíta. Dado que los Ithna Asharis dentro del Imperio abasí eran políticamente débiles, los ismailíes fatimíes eran los candidatos más probables para una invasión.

La advertencia de Kalachakra de una invasión de fuerzas no índicas dirigidas por Mahdi, entonces, se hace eco del temor de los abasíes a tal invasión. Refleja el carácter predominante de la época.

La predicción de un Mesías en el hinduismo

La predicción de un mesías se extendió al hinduismo a través del contacto indio con la cultura iraní durante la dinastía Kushán en los primeros dos siglos e.c. Apareció primero en forma abreviada en la sección interpolada Markandeya Parvan de El Mahabharata. Su forma más completa, sin embargo, apareció en El Vishnu Purana, que los eruditos datan del siglo IV e.c.

El Vishnu Purana describe el nacimiento y el paso periódico de cada universo a través de ciclos de cuatro eras y, en este contexto, analiza la astronomía y la astrología. El kaliyuga actual (tib. rtsod-pa'i dus, edad de disputas) terminará con la llegada del Kalki (tib. Rigs-ldan), el octavo y último avatar (Tib. ‘jug-pa, descenso, encarnación) de Vishnu. Nacerá en Shambhala en la familia del brahmán Vishnu Yashas. Él destruirá a los mlecchas, ladrones y todos los demás que actúan destructivamente.

El texto especifica a los mlecchas como Yavanas (griegos macedonios), shakas, hunos y turushkas (kusháns), todos los cuales eran grupos no índicos que previamente habían invadido y gobernado el noroeste de la India.

La respuesta de Kalachakra con su predicción del Mesías

Con el Kalachakra, los budistas respondieron al temor general de una invasión, afirmando su propia predicción del mesías y siguiendo las políticas ya empleadas por los hindúes y musulmanes de la época. La política era encontrar similitudes, reales o exageradas, que permitieran a los seguidores de otras religiones encajar bajo el paraguas de la religión de una facción gobernante. Desde un punto de vista sociopolítico, tal política permitió una sociedad multicultural integrada, un requisito previo esencial para enfrentar con éxito el desafío de una invasión. Desde un punto de vista religioso, sentó las bases para que los seguidores receptivos de otras religiones vieran la religión de los gobernantes como la verdad más profunda de sus propias creencias. Así, de manera sutil, no agresiva, abrió la puerta a la conversión.

Esta metodología también apareció en otros aspectos del budismo. En Involucrarse en la conducta del bodisatva (sPyod-‘jug, sct. Bodhicaryavatara), el maestro indio del siglo VIII, Shantideva, explicó que, para llevar a un oponente en un debate a una comprensión más profunda, se necesita usar ejemplos en común.

En consecuencia, al desear formar un frente unido con los hindúes, los budistas utilizaron, en Kalachakra, motivos y nombres ya familiares para el público hindú de El Vishnu Purana. En la versión de Kalachakra de la predicción del mesías, los universos pasan periódicamente por ciclos de cuatro eras, siguiendo las leyes de la astronomía y la astrología. Siete siglos antes del final de la actual cuarta era (la kaliyuga), el rey de Shambhala unificará a todos sus súbditos hindúes y budistas en una sola casta para hacer frente a la futura invasión que acabará con la era. El rey unificador será Manjushri Yashas, quien tomará el título de Kalki y será el primero de una línea de veinticinco gobernantes Kalki de Shambhala.

En El Vishnu Purana, el nombre Kalki, derivado de la palabra en sánscrito kalka que significa “suciedad” o “algo sucio”, se glosa como “Kalka-vinasana”, “El destructor de lo sucio”. Kalachakra usa el mismo nombre sánscrito Kalki, pero lo toma como una variante de "Kulika" (de "kula", casta), que significa "Sustentador de las castas", para significar que Manjushri Yashas unificará y mantendrá unidas a todas las castas. Por ello, la traducción tibetana Rigs-ldan para "Kalki" y "Kulika" (que también es el nombre de un naga).

Siete siglos más tarde, el verdadero mesías budista será Raudrachakrin (tib. Drag-pa'i ‘khor-lo), el vigésimo quinto gobernante kalki que, como el primer kalki, será una emanación de Manjushri. Durante su reinado, Krinmati, el rey de Delhi, se declarará a sí mismo Mahdi, el mesías de los mlecchas, los invasores no índicos.

Desde Delhi, las fuerzas no índicas intentarán invadir Shambhala, pero Raudrachakrin derrotará a Mahdi antes de que llegue a esa tierra del norte. Esto marcará el final del kaliyuga y el comienzo de una nueva era dorada.

Paralelos entre las predicciones hindúes y budistas

Los paralelismos entre las versiones hindú y budista de la predicción son claros. Ambos tienen al mesías que viene de Shambhala (la “Tierra de la Dicha”), quien derrota a los mlecchas, termina con el kaliyuga y provoca una nueva era dorada. En la presentación hindú, Kalki es tanto el avatar final de Vishnu como el hijo de Vishnu Yashas. En la presentación budista, el primer Kalki es Manjushri Yashas y tanto él como el último Kalki Raudrachakrin son emanaciones de Manjushri. Manjushri está estrechamente asociado con Kalachakra a través de Un concierto de nombres de Manjushri.

Al indicar a los hindúes de Shambhala que el kalki budista, entendido tanto a nivel histórico como espiritual, es en realidad el significado más profundo del kalki hindú, los budistas estaban siguiendo los mismos métodos que los hindúes habían usado anteriormente. Las primeras listas de los avatares de Vishnu tenían solo ocho miembros. Por ejemplo, El Vishnu Purana omite de la lista de diez Vamana, el Avatar Enano y al Buda. El Buda fue una adición posterior, cuando la representación de los diez apareció por primera vez a principios del siglo V e.c. Con el Buda como avatar de Vishnu, los budistas podrían encajar armoniosamente en la sociedad hindú sin renunciar al budismo.

De manera similar, los hindúes podrían encajar armoniosamente en una sociedad budista uniéndose a una casta vajra, sin renunciar al hinduismo. Después de todo, según el comentario de Padmani, los primeros ocho avatares mencionados en el verso inmediatamente anterior de El Tantra de Kalachakra abreviado eran en realidad emanaciones del Buda. La lista de Kalachakra de ocho, reveladoramente, incluye a Vamana, el Avatar Enano, pero omite a Kalki. Por lo tanto, dado que los hindúes no sintieron ningún conflicto al aceptar al Buda como el noveno avatar de Vishnu, no deben sentirse incómodos al seguir al futuro rey Kalki de Shambhala como el décimo avatar.

La respuesta hindú a la predicción de Kalachakra

El Kalki Purana vuelve a contar la profecía hindú de Kalki. Los elementos adicionales que no se encuentran en El Vishnu Purana sugieren una fecha de composición en el siglo XI o XII e.c., después de la aparición en la India de los textos de Kalachakra y antes de la asimilación del budismo al hinduismo en el norte de India con la destrucción de los principales monasterios budistas.

En esta versión, el líder de los mlecchas será Kali (“El Disputador”), la personificación del kaliyuga (la era de las disputas), el hijo de Krodha (“Ira”) y Himsa (“Violencia”). Kali contaminará el Dharma hindú puro al enseñar doctrinas que lo contradicen, como la unión de las castas, el matrimonio entre castas y la elevación del estatus de las castas inferiores. Kalki como "El destructor de lo que es sucio", derrotará a Kali y a los budistas y jainistas que siguen sus enseñanzas. Su victoria restablecerá el Dharma puro con su sistema de castas sin adulterar, terminará con el kaliyuga y anunciará una nueva era dorada.

Quizás muchos hindúes se sintieron ofendidos por la enseñanza de Kalachakra de un Kalki que mezcla y une las castas. Por lo tanto, sentirían la necesidad de rechazar este falso Kalki budista y reafirmar el verdadero Kalki hindú: el destructor de la contaminación del sistema de castas puras y los maestros que lo contaminaron. Por lo tanto, el cambio del nombre del padre de Kalki de “Vishnu Yashas” a “Vishnu Vyasa” fue quizás un movimiento de conciencia para distanciar al Kalki hindú del budista. “Vyasa” era el nombre del compositor de El Mahabharata.

Aunque El Bhavishya Purana, contemporáneo de El Kalki Purana, menciona a Mahoma como un maestro mleccha, es digno de mención que este último especifica solo a los budistas y jainistas como pertenecientes del lado de Kali, y no menciona al islam. Sin embargo, la predicción hindú revisada es paralela a un elemento de la versión musulmana. Después de su victoria sobre el Dajjal, Jesús traerá a todas las “personas del Libro” no musulmanas de regreso al islam puro. De manera similar, después de su victoria sobre Kali, el hindú Kalki traerá a todos los seguidores no hindúes de las religiones indias (es decir, los budistas y los jainistas) de vuelta al hinduismo puro.

A pesar de las fuertes palabras anti-budistas y anti-jainistas de El Kalki Purana, los hindúes nunca lanzaron un pogromo contra ninguno de los grupos, ni los persiguieron severamente bajo su gobierno. De hecho, los reyes de la dinastía Pala (750 - finales del siglo XII e.c.), que gobernaron Bihar y Bengala en el norte de la India durante este período, fueron mecenas del budismo.

Paralelos entre el Kalachakra y las versiones islámicas

Con el fin de llevar también a los invasores no índicos a una comprensión más profunda, la versión de Kalachakra de la profecía del mesías usa de manera similar ciertas características que atribuye a la versión musulmana o que realmente están allí. Por ejemplo, en Luz Inmaculada, Mahoma es llamado un “avatar de Rahman”. “Rahman” (“El Misericordioso”) es un epíteto árabe común de Alá. Mahdi, a su vez, se llama "La Emanación", al final de una línea de sucesores de imanes de la familia de Mahoma. Esto es paralelo a que el Primer Kalki es una emanación de Manjushri, y después de una línea de sucesores de Kalki, el Vigésimo quinto y último Kalki también es una emanación de Manjushri. De manera similar, es paralelo al Kalki hindú que es el último de una línea de avatares sucesivos de Vishnu.

La línea de Kalkis siendo gobernantes de Shambhala, la tierra encomendada por el Buda para preservar las enseñanzas de Kalachakra, es paralela a la línea de imanes, sucediendo a Mahoma, a quienes se confió el poder político para preservar la pureza del islam. Además, la línea de Kalkis que tiene veinticinco miembros es paralela a los profetas mencionados en El Corán que también constituyen una línea de veinticinco.

Además, Un concierto de nombres de Manjushri identifica a Manjushri como el Adibuddha (tib. Dang-po'i sangs-rgyas), un término que puede entenderse de varias maneras. La aparición más temprana en la literatura budista está en Una filigrana para los Sutras Mahayana (tib. Theg-pa chen-po'i mdo-sde rgyan, sct. Mahayanasutralamkara) de Maitreya, tal como se transmitió al maestro budista indio del siglo III e.c., Asanga. Allí, Maitreya refuta la posibilidad de un Adibuddha, que él entiende como un “Buda desde el principio”, es decir, alguien que desde el principio fue un Buda, sin tener que acumular las causas para ello.

En la literatura de Kalachakra, Adibuddha adquiere el significado más profundo de "Buda primordial", como ocurre con el epíteto paralelo en Un concierto de nombres de Manjushri, " El Supremo Primordial" (tib. mchog-gi dang-po, sct. paramadya). Manjushri (Kalachakra) representa el nivel más sutil del continuo mental de cada individuo, el nivel de luz clara, que no tiene principio ni fin. Sus cualidades de naturaleza búdica que le permiten convertirse en la mente omnisciente de un buda incluyen su pureza innata de todas las manchas fugaces y su cualidad innata o potencial de conciencia profunda sin obstáculos. Por lo tanto, es primordialmente un buda. Además, la mente de luz clara es la creadora de todas las apariencias. Esto es paralelo a que Alá es el supremo creador omnisciente. Kalachakra, sin embargo, nunca afirmó a Adibuddha como un ser específico que fue el Primer Buda, a pesar de que la palabra Adibuddha también tiene ese posible significado.

Como fue el caso en respuesta al hinduismo, el budismo en Kalachakra estaba siguiendo el ejemplo musulmán en la búsqueda de paralelos. El islam tolera otras religiones, siempre y cuando sus seguidores sean “Pueblo del Libro”. Define a tales personas como aquellas que aceptan tanto a un Dios creador como a los profetas que revelan la sabiduría primordial de tal Dios. Los gobernantes islámicos aceptaban en su sociedad a seguidores de religiones que cumplían con estos criterios, sin necesidad de que renunciaran a su fe, siempre que pagaran un impuesto de capitación.

Budistas aceptados bajo la ley islámica como "Pueblo del Libro"

La ley islámica, específicamente durante el gobierno árabe de Sindh desde el siglo VIII al X e.c., aceptaba a los budistas como "Pueblo del Libro" y, por lo tanto, incluía pacíficamente a los budistas bajo su protección. Es poco probable que los gobernantes musulmanes estuvieran al tanto del término Adibuddha en Un concierto de nombres de Manjushri. Probablemente basaron su identificación de los budistas como “Pueblo del Libro” en otros factores.

Los sogdianos comenzaron a traducir textos budistas al turco antiguo a fines del siglo VI e.c. y luego a su propio idioma a principios del siglo VII. En ambos idiomas, tradujeron el término dharma con la palabra prestada griega nom, que originalmente significaba “ley”. De hecho, estaban traduciendo el término chino para Dharma, fa (法), que también significaba ley. Así, los budistas, como pueblo del Dharma, se hicieron conocidos en Asia Central como personas que siguen un sistema superior de leyes éticas. Esta connotación de nom/dharma quizás facilitó la relación de los musulmanes con los budistas.

Los sogdianos fueron las primeras personas con una población budista que los musulmanes conocieron en su expansión del siglo VIII en Asia Central. Además, las traducciones al turco antiguo y al sogdiano de los textos budistas prevalecían en la actual Uzbekistán y el norte de Afganistán, cuando los musulmanes llegaron por primera vez a estas regiones. Por lo tanto, aunque los budistas no eran estrictamente “Pueblo del Libro” en el mismo sentido que lo eran los cristianos y los judíos, los musulmanes otorgaron a los budistas bajo su gobierno el mismo estatus y derechos que los cristianos y los judíos. Tal vez ayudado por la receptividad que infundió la palabra nom, las enseñanzas de Kalachakra establecieron una base doctrinal más firme que proporcionó puntos compartidos entre el budismo y el islam.

Además, Un concierto de nombres de Manjushri declaró que, para ayudar a ciertos seres, Manjushri emanó como Pramatha ("El Destructor"), líder de los asuras. Posteriormente, El Tantra de Kalachakra abreviado usó "Mathani", una forma relacionada del mismo nombre, como una transcripción fonética de "Mahdi", el mesías de los invasores no índicos, a quienes identificó con la casta asura. Así como Kalachakra estaba abriendo la puerta para que los hindúes aceptaran el Kalki budista como el Kalki hindú, su elección de la transcripción Mathani tal vez estaba abriendo la puerta para que los musulmanes también aceptaran a Kalki como el Mahdi y así, como los hindúes, encajar armoniosamente en una sociedad budista.

La respuesta musulmana a las profecías de Kalachakra

Algunos grupos chiítas parecen haber estado al tanto de la predicción de Kalachakra de que el rey Kalki Raudrachakrin de Shambhala derrotaría a Mahdi y se ofendieron. En siglos posteriores, surgió la creencia, por ejemplo, en Baltistán (norte de Pakistán), de que el Mesías Engañador Dajjal era el budista Kalki Raudrachakrin. A veces, la gente identificaba al Dajjal incluso con Gengis Kan y con el héroe mítico tibetano Ling Kesar. Tales identificaciones, sin embargo, eran extremadamente raras y se limitaban a unos pocos grupos marginales.

Las relaciones entre budistas y musulmanes en el Tíbet, donde florecieron las enseñanzas de Kalachakra, siempre fueron pacíficas. Por ejemplo, a mediados del siglo XVII e.c., después de un siglo y medio de guerra civil, el Quinto Dalái Lama inauguró una política para integrar en una sociedad unida las diversas facciones y grupos religiosos presentes en el Tíbet en ese momento. Debido a su política abierta y tolerante y a una grave hambruna en Cachemira, muchos musulmanes cachemiros se trasladaron al Tíbet. El Quinto Dalái Lama les otorgó privilegios especiales, como otorgarles tierras, eximirlos de impuestos y permitirles seguir su religión y resolver sus asuntos internos mediante su propio consejo de líderes y la ley Sharia. Hizo esto sin reunirlos en un mándala de Kalachakra y sin conferirles la iniciación de Kalachakra.

Temor cristiano a una invasión liderada por Mahdi

A finales del siglo X y durante el siglo XI e.c., los suníes y los budistas no eran los únicos que temían una invasión de las fuerzas dirigidas por el Mahdi. El miedo a una batalla apocalíptica inminente pronto se volvió rampante también en la Europa cristiana.

El cristianismo medieval esperaba que el Anticristo, la Segunda Venida de Cristo, el apocalipsis, el fin del mundo y el Juicio Final ocurrieran 1000 años después de Jesús. El Anticristo y el Cristo resucitado aparecerían milagrosamente, en lugar de surgir de sectores políticos. Cuando esto no sucedió en el año 1000 e.c., la gente lo esperaba 1000 años después de la Pasión de Cristo, en 1033.

Cuando el-Hakim, el califa fatimí de Egipto, destruyó el Santo Sepulcro en Jerusalén en 1009 e.c., muchos pensaron que el Anticristo predicho había llegado. Aun así, la Segunda Venida no ocurrió en 1033 y, gradualmente, la Iglesia cristiana se encargó de purgar el mundo de la herejía y la impureza, primero en Tierra Santa y luego dentro de sus propias filas.

En 1055 e.c., los turcos selyúcidas, después de expulsar a los gaznávidas de Irán, conquistaron Bagdad y derrocaron a los abasíes. En 1076, los selyúcidas tomaron Palestina y Jerusalén de manos de los fatimíes. A partir de 1090, los seguidores de la rama nizarí de los ismailíes, conocidos en las Cruzadas como la Orden de los Asesinos, llevaron a cabo una campaña de terror en Irán, Irak y Siria. Se comprometieron a preparar el camino para que su líder se hiciera cargo del mundo como Mahdi. Tanto los selyúcidas como los fatimíes los persiguieron severamente.

Aunque los selyúcidas eran suníes ortodoxos y no veían a sus líderes como candidatos al Mahdi, los cristianos europeos no diferenciaban entre los musulmanes. Identificaron a todos los musulmanes con el movimiento nizarí Mahdi. En consecuencia, en 1096 e.c., el Papa Urbano II declaró la Primera Cruzada para ganar Jerusalén de los infieles musulmanes (en este caso, los selyúcidas).

Aunque los budistas predijeron una batalla apocalíptica en la que las fuerzas de Shambhala derrotarían a Mahdi y alentaron a todos los hindúes a dejar de lado sus diferencias de casta y unirse a ellos como un frente unificado, nunca lanzaron una cruzada contra los musulmanes. De hecho, abrieron la puerta para que los musulmanes se unieran a ellos en la búsqueda espiritual de la verdad suprema.

Conclusiones del análisis histórico y del análisis de la profecía

Los abasíes suníes y sus vasallos persiguieron el budismo rara vez entre finales del siglo VIII y finales del X e.c. En su lugar, lo toleraron en su mayoría, eligiendo el curso económicamente más rentable de gravar fuertemente a sus seguidores y sus monasterios. Por lo tanto, parece inapropiado identificar a los invasores no índicos predichos en el tantra con los musulmanes suníes abasíes o sus vasallos suníes gaznávidas. La lista de los profetas de los invasores corrobora esta conclusión.

Los budistas afganos y de Oddiyana probablemente siguieron el ejemplo de los abasíes y los gaznávidas al identificar a los ismailíes chiítas fatimíes, expandiendo su imperio bajo la bandera de un Mahdi, como la principal amenaza en ese momento para la estabilidad social. También pueden haber confundido y fusionado a los ismailíes fatimíes de Multán con los gaznávidas que conquistaron sus regiones y atacaron la India. Dado que los eruditos budistas afganos que habían trabajado traduciendo textos en Bagdad estaban familiarizados con los maniqueos chiítas, el retrato de los amenazantes invasores no índicos probablemente era una amalgama de su conocimiento de ellos y de los ismailíes. Además, también es bastante probable que los maniqueos estuvieran entre los conversos a ismailíes chiítas en el estado vasallo fatimí de Multán y, de acuerdo con la política de conversión ismailí que permitía la adhesión, añadieron a Mani a la lista ismailí de siete profetas.

Los chiítas maniqueos procedían originalmente de Bagdad (la capital abasí), al igual que los suníes. Por lo tanto, es comprensible que los budistas identificaran a Bagdad como el lugar de donde procedía el Dharma de los invasores no índicos. Probablemente identificaron a Bagdad y La Meca como las ciudades santas de todas las formas del islam.

Sin embargo, la principal amenaza que plantearon los fatimíes a finales del siglo X y principios del XI e.c. era política y no religiosa. El budismo, tal como se describe en la literatura de Kalachakra, no era antimusulmán, anticristiano, antijudío o antihindú. Simplemente respondía al espíritu de la época: el miedo generalizado a una invasión, una batalla apocalíptica y el fin del mundo, y la preocupación popular por la llegada de un mesías.

Para hacer frente a la amenaza, Kalachakra presentó su propia versión de la predicción y recomendó una política ya seguida por el hinduismo y los musulmanes abasíes gobernantes. La política era mostrar que el budismo también tenía puertas doctrinales abiertas para incluir otras religiones dentro de su esfera. Un cimiento esencial sobre el que una sociedad multicultural debe sustentarse para hacer frente a una amenaza de invasión es la armonía religiosa entre su gente. Unirse a otros en un mándala de Kalachakra simboliza este compromiso con la cooperación.

La descripción de Kalachakra de los profetas no índicos y sus profecías de una guerra futura con sus seguidores deben entenderse en este contexto histórico y cultural. A pesar de la política recomendada, ni los líderes budistas ni los maestros de la época lanzaron realmente una campaña para atraer hindúes y musulmanes a su redil. Nadie llevó a cabo una iniciación de Kalachakra con tal objetivo en mente. Sin embargo, ciertos grupos hindúes y musulmanes resintieron el llamado a la unidad de Kalachakra e identificaron al futuro rey budista de Shambhala como el falso mesías predicho en sus propios textos.

Cuando varias religiones comparten la creencia de que un verdadero mesías vence a un falso mesías en una batalla apocalíptica, y los miembros de estas religiones viven muy cerca unos de otros, pueden surgir dos resultados posibles. Varias de las religiones pueden tratar de unirse para enfrentarse a un falso mesías común al declarar que comparten el mismo mesías verdadero. Alternativamente, pueden identificar a los verdaderos mesías de los demás como sus propios mesías falsos predichos. La historia muestra que ambas políticas pueden generar desconfianza y conflicto.

En resumen, el propósito principal de las enseñanzas de Kalachakra sobre historia era describir eventos futuros de manera paralela a las etapas avanzadas de la práctica de meditación de Kalachakra. No reflejan ni dan forma a la visión budista actual de la situación mundial actual.

Análisis de las características culturales

La referencia a los invasores como una casta

La mayoría de los aspectos del sistema de Kalachakra tienen tres niveles de significado: externo o exterior (relacionado con la historia y la astronomía), interno (relacionado con la fisiología humana y la enfermedad) y alternativo (relacionado con la práctica del tantra con la figura búdica llamada “Kalachakra”). Los tres niveles siempre son paralelos entre sí.

En el nivel externo, el término rigs (sct. kula, “familia”) se refiere a la casta. Según el verso de El Tantra de Kalachakra abreviado, los invasores no índicos forman una casta especial.

Manjushri Yashas, como el Primer Kalki, unificó a la gente de Shambhala en una casta, la casta vajra, al convertirlos a todos en hermanos y hermanas vajra en el mándala de Kalachakra. Como una casta, dedicada a seguir principios éticos puros, formarían una sociedad unida con la fuerza moral para resistir una invasión de aquellos que los desviarían de sus caminos espirituales.

En otra parte, el texto del tantra da métodos para conducir no solo a los brahmanes hindúes, sino también a los invasores no índicos al camino del budismo. Esto implica que los miembros de la casta invasora también podrían unirse a la casta vajra en el mándala de Kalachakra.

Una de las características distintivas del budismo Hinayana y Mahayana es que, independientemente de las diferencias de casta, todas las personas que se unen a un monasterio o convento budista se deshacen de sus diferencias de casta y forman una comunidad (sct. sangha). La traducción literal de la traducción tibetana de “sangha” como “dge-‘dun” (“aquellos dedicados a lo que es constructivo”) indica el objetivo de la comunidad. Es seguir una agenda espiritual, no política o militar como algunas personas podrían alegar.

Sin embargo, unirse en el mándala de Kalachakra no es equivalente a unirse a una institución monástica y convertirse en budista. No era la intención del Primer Kalki que todos los hindúes y musulmanes se convirtieran al budismo, ni que forjaran un ejército de soldados cruzados. El objetivo era que vivieran juntos en armonía y paz, como una casta. Esto se deriva del uso Mahayana del mismo término rigs para la naturaleza de Buda (tib. sangs-rgyas-kyi rigs). Por lo tanto, debemos buscar en el nivel alternativo de Kalachakra el significado más profundo del término en el verso.

La relación entre la casta y la naturaleza búdica

La naturaleza búdica se refiere a los potenciales y cualidades innatos que permiten a una persona alcanzar la iluminación y convertirse en buda. En última instancia, todos ya pertenecen a una casta, la casta de aquellos con naturaleza búdica. Recibir empoderamiento tántrico (iniciación), como en el mándala de Kalachakra, despierta la naturaleza búdica de cada persona. Incluso si los no budistas no adoptan el camino del buda, su unión en el mándala de Kalachakra les recordará su unidad entre ellos en el sentido de que todos tienen la naturaleza de Buda. Al unirse como una casta vajra, todos reafirman su naturaleza búdica para alcanzar el estado más elevado de evolución espiritual y ética que sea posible.

Dentro del ámbito budista, las personas pueden pertenecer a las castas shrávaka, pratyekabuda o bodisatva (naturalezas), como tres tipos de practicantes con fuertes instintos para seguir diferentes caminos espirituales y aspirar a diferentes metas espirituales. Estas diferencias de naturaleza o casta, sin embargo, son solo provisionales. En última instancia, todos tienen la naturaleza búdica y pertenecen a la casta de Buda de aquellos que pueden convertirse en budas.

De manera similar, la literatura de Kalachakra clasifica a los no budistas dentro de castas con los nombres de diferentes estados de renacimiento: dioses, asuras (celosos "anti-dioses"), nagas ("tritones" y "sirenas"), bhutas (seres elementales) y humanos. El mantra raíz de dieciséis líneas de Vajravega (rdo-rje shugs kyi rtsa-sngags bcu-drug-pa), la forma enérgica de la figura búdica de Kalachakra, se refiere a este esquema de clasificación. En él, a Vajravega se le llama “el señor de los dioses, el señor de los asuras, el señor de los nagas (sct. phanendra), el señor de los bhutas y el señor de los humanos”. Examinaremos el significado de asuras, nagas y bhutas a continuación.

Pertenecer a una de estas castas indica un fuerte instinto de seguir el comportamiento de los seres del correspondiente estado de renacimiento (tib. skye-gnas, “lugar de nacimiento”). Los miembros de estas castas tienen las “naturalezas” de estos estados de renacimiento. Sin embargo, el hecho de que tengan, por ejemplo, naturaleza asura o naturaleza naga indica solo diferencias de casta provisionales entre todos los seres. Como en el caso de aquellos con naturaleza shrávaka y naturaleza pratyekabuda, los miembros de todas las castas (con todas las naturalezas provisionales) finalmente tienen naturaleza búdica (naturaleza vajra) y pertenecen a la casta búdica (casta vajra).

Los invasores como pertenecientes a la casta asura-naga

Según el verso, la casta a la que pertenecen los profetas e invasores no índicos es la casta asura-naga. Algunos eruditos occidentales han traducido "asura-naga" como "serpientes demoníacas". “Demonios” traduce el tibetano “lha ma-yin” (sct. asura, anti-dioses) y “serpientes” traduce “lag-‘gro”, un sinónimo de “klu” (sct. naga). Esta elección de términos de traducción es ofensiva tanto para cristianos como para musulmanes.

Los cristianos y musulmanes que leen “serpientes demoníacas” pensarán que Kalachakra está llamando a los profetas “el Diablo”. Esto se debe a que los demonios (los torturadores en el Infierno) y las serpientes (la serpiente que convenció a Adán y Eva de desobedecer a Dios) están asociados con el Diablo, que vive bajo tierra como gobernante del Infierno.

Puede haber varias razones posibles para aplicar las categorías de asura y naga en referencia a los profetas de los invasores y sus seguidores. La Biblia y El Corán a menudo describen a Dios como un dios celoso. Dentro de un contexto cultural indio, los seres, más poderosos que los humanos, celosos de los dioses indios tradicionales, cumplen las características definitorias de la categoría de seres asura. Debido a sus celos, los asuras continuamente lanzan batallas para derrocar a los dioses. El hecho de que los asuras siempre sean derrotados, sin embargo, daría esperanza a un lector indio de que cualquier invasión no índica por parte de miembros de la casta asura finalmente fracasaría.

Los nagas son criaturas con torso, cabeza y brazos humanos, y la parte inferior del cuerpo de una serpiente. Tienen una riqueza extrema, protegen las enseñanzas del Dharma, conservan la limpieza y dañan a quienes los ofenden. Si identificamos a los invasores no índicos con seguidores de formas mesiánicas del islam y observamos la impresión general del islam que tenían los budistas en ese momento, coincide con los atributos de los nagas. Los gobernantes musulmanes tenían una riqueza extrema. Eran defensores de la pureza del islam, se lavaban cinco veces al día antes de rezar y castigaban a quienes los ofendían. Si los no musulmanes les pagaban un impuesto de capitación, recibían estatus de dhimmi como ciudadanos protegidos. Si se negaban a pagar y no aceptaban el islam como alternativa, recibían un severo castigo. Así, en un contexto cultural indio, los invasores predichos tienen las características de la casta de seres naga.

Además, en la descripción del universo del Kalachakra, la mitad superior del mándala de la tierra (el primero de los cinco mándalas de elementos bajo la superficie de la tierra) tiene una mitad ocupada por los asuras y la otra mitad por los nagas. Los asuras viven debajo del océano que rodea el Monte Meru. Los nagas viven bajo tierra y bajo los océanos de los distintos continentes donde viven los humanos. Por lo tanto, tiene sentido dentro del contexto de Kalachakra agrupar a asuras y nagas.

En el tantra, las dos palabras forman un compuesto asura-naga. Los compuestos sánscritos se pueden glosar de varias maneras. Consideren el ejemplo "rey-padre". Como compuesto, dvandva significa “rey y padre”. Los dos podrían referirse a individuos separados o a la misma persona. Como compuesto, tatpurusha puede significar "padre del rey", "padre parecido a un rey" o "rey que es como un padre". Todas estas lecturas son posibles. Lo mismo ocurre con “asura-naga”.

(1) Padmani, Buton y Kedrub Je toman “asura-naga” como un compuesto dvandva: “asura y naga”.

(a) Padmani y Buton toman asura y naga como dos castas separadas. Esto está respaldado por el hecho de que los ocho profetas se enumeran en dos grupos: tres y cinco. Según su interpretación, Adán, Noé y Abraham son de la casta asura; Moisés, Jesús, Mani, Mahoma y Mahdi son de la casta naga. Además, en el mantra raíz de dieciséis líneas de Vajravega citado anteriormente, los asuras y los nagas son grupos claramente distintos.

El comentario de Padmani es consistente con su interpretación de que hay dos castas de profetas dentro de los ocho cuando dice: “El llamado 'El Vestido de Blanco' es Mahamayin. Ese propagará el Dharma de los asuras y demás en las ciudades de la tierra de La Meca y demás”. El “y demás” (tib. la-sogs-pa) después de “asuras” podría incluir los Dharmas de la casta naga de profetas.

(b) Kedrub Je acepta que los asuras y los nagas son tipos separados de seres, pero argumenta que constituyen una casta, la casta asura-naga, que en última instancia es la casta asura. Como evidencia, argumenta que muchos pasajes en otras partes del texto se refieren a toda la casta de invasores no índicos como miembros de la casta asura. Los ocho profetas son maestros de los Dharmas de los dioses celosos rivales que desafiarán a los dioses indios tradicionales. Dado que el rey Manjushri Yashas estaba advirtiendo a los sabios brahmanes hindúes de Shambhala sobre una futura invasión que amenazaría su forma de vida, tendría sentido llamar a los ocho profetas miembros de la celosa casta asura.

Además, en dos declaraciones, Padmani parece contradecir su posición de que los profetas forman dos castas:

  • Después de su glosa de las primeras tres líneas del verso, mencionando los ocho nombres, comenta: “Aquellos con estos nombres de no budistas y demás, propagarán el Dharma de los asuras”.
  • Poco después, describe a La Meca como “(El lugar) en este mundo donde la casta asura tendrá la forma de los poderosos y despiadados mlecchas”.

Si asura y naga fueran castas separadas, entonces debido a que cinco de los profetas, incluido Mahoma, pertenecen a la llamada casta naga, se seguiría la conclusión absurda de que los profetas de la casta naga enseñan los Dharmas de la casta asura.

(2) Si tomamos “asura-naga” como un compuesto tatpurusha, podría significar “ocho asuras”. Esto también llevaría a la conclusión de Kedrub Je de que los ocho profetas y sus seguidores pertenecen a la casta asura.

Tanto "naga" como "serpiente" son palabras clave para el número ocho. La literatura de Kalachakra a menudo contiene tales palabras clave, que se usan con frecuencia en textos que tratan sobre matemáticas, astronomía y astrología indias. Por ejemplo, el verso en El Tantra de Kalachakra abreviado que precede inmediatamente a este comienza: "Los siete rayos, montañas, días de la semana, sabios y similares".

  • Aunque Padmani no toma "naga" como palabra clave para "ocho", glosa "montaña" como palabra clave para "siete". Por lo tanto, se podría argumentar por paralelismo que "naga" significa "ocho".
  • Kedrub Je no considera que "montaña" sea una palabra clave para "siete", sino que la toma como una categoría separada que tiene siete miembros. Del mismo modo, no glosa "naga" como palabra clave para "ocho".

No hay forma de resolver la cuestión de si traducir "asura-naga" como "asura y naga" como dos castas separadas o como una, o como "ocho asuras", o incluso como "asuras similares a naga". El pasaje del tantra no ayuda a resolver la cuestión, ya que no menciona el Dharma de la casta asura ni el Dharma de la casta naga.

"Asura" no es una traducción de "anticristo"

Algunas personas pueden sentir que el término asura (anti-dios), cuando se aplica en Kalachakra a los profetas invasores, es una traducción del término bíblico Anticristo. Después de todo, en sánscrito, "sura" significa "dios" y "a" es la partícula de negación, lo que implica que los asuras no son dioses y que están en contra de los dioses.

La palabra inglesa Antichrist proviene del griego antichristos. “Christos” significa “El Ungido” y “anti” es un prefijo que significa “en contra” o “en lugar de”. En griego, “antichristos” aparece como sinónimo de los términos pseudoprofetas (“El falso profeta”, “El profeta mentiroso”) y planos (“El impostor”, “El que engaña”).

En árabe, el falso mesías se llama “al-masih ad-dajjal” (“El Mesías Engañador”), popularmente abreviado como “Dajjal” (“El Engañador”). Un término menos frecuente es “idu masih”, que significa “Mesías Adversario”. Por lo tanto, los términos árabes son paralelos a “pseudoprofetas” y “planos”, en lugar de “antichristos”.

El islam, sin embargo, derivó muchos de sus nombres de la Biblia siríaca de los cristianos nestorianos, y no de la Biblia griega anterior. El árabe dajjal deriva del siríaco daggal, que también significa “El Engañador” o “El Mentiroso”. Con sus mentiras, Daggal/Dajjal engañó a otros para que lo aceptaran como el mesías. El siríaco, a su vez, se derivó principalmente de versiones judías esenias anteriores, que usaban términos como "hombre de mentiras" para el oponente del verdadero mesías, y no términos equivalentes a "anticristo".

Los budistas que adquirieron conocimientos sobre el islam, el cristianismo nestoriano y los chiítas maniqueos en la corte abasí de Bagdad no se habrían encontrado con el término griego antichristos. Solo pudieron haber encontrado el dajjal árabe y el daggal siríaco.

Por lo tanto, es improbable que la asociación posterior del término asura con los profetas no indios fuera como una traducción de "antichristos", que solía significar "anti-Kalki". Además, la principal característica de los asuras son los celos, no el engaño. "Asura" en Kalachakra, entonces, debe entenderse puramente dentro del contexto cultural indio.

Posibles razones para agrupar a los últimos cinco profetas

En la lista coránica de veinticinco profetas, cinco se agrupan como profetas que traen la ley: Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Mahoma. La lista de Kalachakra, sin embargo, convierte a Moisés, Jesús, Mani, Mahoma y Mahdi en un grupo de cinco. Examinemos dos posibles razones para la agrupación de Kalachakra.

(1) En el nivel de significado histórico externo, cuatro de los profetas representan tradiciones que predicen un mesías y el quinto es el mesías mismo. Moisés representa el judaísmo, el cristianismo de Jesús, el maniqueísmo de Mani, el islam de Mahoma (específicamente las diversas sectas mesiánicas del islam) y Mahdi es el mesías islámico.

Mahdi, como el mesías invasor que se encuentra con diferentes nombres en el judaísmo, el cristianismo, el maniqueísmo y el islam, será el rival del mesías indio, Kalki, que se encuentra tanto en el hinduismo como en el budismo.

(2) En el nivel alternativo, Mathani, la transcripción fonética de Mahdi, significa “el destructor”, paralelo a Krinmati, el otro nombre de Mahdi, que significa “El de Mente Destructiva”. Según El Tantra de Kalachakra abreviado, el caballo que montará Mahdi representa la ignorancia. Liderará un ejército de cuatro divisiones, que representan el odio, la malicia, el resentimiento y los prejuicios. Los cinco juntos representan las mentes que surgen de la fuerza kármica negativa (tib. sdig-pa). Tal vez Mahdi y los cuatro profetas anteriores agrupados juntos como cinco indican estos cinco, a quienes Kalki Raudrachakrin vencerá.

Además, según otros pasajes del texto del tantra, Mahoma representa el camino del karma destructivo (no virtuoso). El hecho de que Mahdi, como la emanación de Mahoma, y sus cuatro divisiones del ejército, sigan las enseñanzas de Mahoma es paralelo a la fuerza kármica negativa que proviene del camino del karma destructivo.

Los profetas que tienen la característica constitutiva primaria de tamas 

Tamas (tib. mun-pa, oscuridad) es uno de los tres constituyentes o características materiales primarias (tib. yon-tan gsum, sct. triguna, tres cualidades) en la escuela Samkhya del hinduismo. Los otros dos son rajas (gota de pasión; tib. rdul, gota de sangre menstrual) y sattva (tib. snying-stobs, fuerza mental). Para ser más inteligible y accesible para los brahmanes hindúes, Kalachakra a menudo usaba terminología Samkhya, como tamas, rajas y sattva. Usó este esquema triple en varios contextos, pero con diferentes significados.

A veces, los tres se usaban en referencia a las tres actitudes venenosas y a la liberación de ellas. Tamas es ingenuidad (tib. gti-mug, sct. moha) o ignorancia; rajas es deseo e ira; y sattva es la mente que está libre de los tres.

A veces, los tres se usaban en referencia al karma y a la liberación de él. Tamas es conducta destructiva (no virtuosa); rajas es comportamiento constructivo (virtuoso) samsárico; y sattva es una conducta que está separada de ambos y se eleva por encima de ellos. Alternativamente, tamas es un comportamiento destructivo, rajas es un comportamiento mixto destructivo y constructivo, y sattva es un comportamiento constructivo.

Padmani y Buton toman el verso del tantra en el sentido de que la característica constitutiva primaria de tamas se aplica específicamente a los últimos cinco profetas. Por lo tanto, el hecho de que sean los cinco profetas "tamas" podría referirse a que representan cinco aspectos de la ignorancia y el comportamiento destructivo. Esto se ajustaría al segundo análisis dado arriba para juntar a los cinco como un grupo.

Kedrub Je interpreta el verso del tantra en el sentido de que la característica constitutiva de tamas se aplica a los ocho profetas.

La clasificación de los cinco tipos de seres en tres categorías de estado de renacimiento

Aunque Kedrub Je no especifica lo siguiente como su razón, "tamas" que se aplica a los ocho profetas es paralelo al uso de "sattva" y "rajas" en el verso inmediatamente anterior en El Tantra de Kalachakra abreviado para referirse a listas completas de figuras. Según este verso, los siete sabios (sct. rshi, los poetas legendarios que compusieron los Vedas) y los siete cuerpos celestiales (dioses en el hinduismo) pertenecen al estado de renacimiento/casta de los dioses, derivado de un predominio de sattva. Los ocho avatares de Vishnu, la lista de diez menos los dos últimos, Buda y Kalki, pertenecen a la casta de renacimiento/estado de los seres elementales (tib. ‘byung-po, sct. bhuta), derivados de un predominio de rajas.

El término bhuta aplicado aquí a Vishnu no es único. También aparece con esta referencia en la literatura Vajrabhairava, en el mantra utilizado para hacer ofrendas a los quince protectores direccionales (tib. phyogs-skyong). Vajrabhairava es la forma enérgica de Manjushri y también se menciona en Un concierto de nombres de Manjushri. En el verso de Kalachakra, Kedrub Je toma "bhuta" para referirse a la casta del renacimiento animal y lo glosa como la casta humana. Esto se deriva del hecho de que, de los ocho avatares de Vishnu, tres tienen forma animal, uno es mitad animal, mitad humano y cuatro son humanos. Por lo tanto, la glosa de asura-naga de Kedrub Je encaja bien.

Padmani toma "bhuta" para significar la casta preta (fantasma) y lo glosa como la casta asura. Esto se deriva de la clasificación budista más común de bhuta como espíritus elementales, una categoría de fantasmas.

La glosa de “bhuta” de Kedrub Je parece tener más sentido. De su análisis, podemos concluir que las cinco clases de seres se condensan en tres categorías de estados de renacimiento. Los dioses son sattva, los bhutas (animales) y los humanos son rajas, mientras que los asuras y los nagas son tamas. Esta condensación de cinco castas en tres es paralela a la condensación de las cinco castas búdicas (familias búdicas) del tantra anutarayoga en las tres castas búdicas del tantra kriya.

Emanaciones del Buda

Según el comentario de Padmani, para domar las mentes de los no budistas (los hindúes), el Buda emanó tanto como la lista sattva de siete sabios y siete cuerpos celestiales, como la lista rajas de ocho avatares. La lista de sattva tiene un predominio de pensamientos constructivos, mientras que la lista de rajas tiene una mezcla de pensamientos tanto constructivos como destructivos. Aunque no se indica explícitamente, la lista de tamas tiene un predominio de pensamientos destructivos.

Según el verso del tantra, la lista de rajas de avatares aterrorizará a los asuras; sin embargo, Chakrapani (equivalente al vigésimo quinto Kalki Raudrachakrin) será el enemigo real que los derrote. Esto implica dos niveles de superación de pensamientos destructivos y karma negativo: uno provisional y otro último.

En el nivel provisional, rajas aterroriza a tamas, mientras que sattva está más allá del conflicto. Así, provisionalmente, el Buda se manifiesta como los avatares del dios Vishnu, que asusta a los invasores, y como los sabios y dioses védicos que están por encima de la batalla. En última instancia, sin embargo, el Buda derrotará a los invasores como Kalki, y no como los sabios. Tal presentación sería inteligible y aceptable para una audiencia hindú. El simbolismo de la figura búdica de Kalachakra, como el significado alternativo del Kalki, indica entonces la implicación más profunda a la que se puede llevar a esa audiencia.

Según la escuela hindú Samkhya, el universo está hecho de materia primordial (tib. spyi'i gtso-bo, sct. prakrti) y seres individuales o conciencia (tib. skyes-bu, sct. purusha). La materia primordial es un entrelazamiento de los tres constituyentes materiales primordiales: sattva, rajas y tamas, que unen a los seres individuales y la conciencia. Como resultado de las propias acciones, el rasgo constituyente predominante de la acción produce el tipo de estado de renacimiento al que uno pasa, mientras que varias combinaciones de los tres producen los veinticuatro factores materiales (tib. de-nyid, Skt. tattva) experimentado durante ese renacimiento. La liberación es el logro de la libertad de la materia primordial y sus tres constituyentes primordiales.

Como método hábil para enseñar a una audiencia hindú, la iconografía de la figura búdica de Kalachakra representa no solo el camino budista, sino también el hindú Samkhya. Las veinticuatro armas que Kalachakra sostiene en sus veinticuatro brazos representan su derrota de los veinticuatro factores materiales compuestos por combinaciones de sattva, rajas y tamas. La figura de Kalachakra representa en sí misma al ser o conciencia individual liberada.

La implicación es que Kalki ("mente-vajra", la conciencia gozosa de luz clara de la vacuidad) supera no solo a tamas, sino también a rajas y sattva. Supera no solo el estado de renacimiento asura-naga, sino también los estados de renacimiento bhuta-humano y dios y, por lo tanto, está libre de todos los renacimientos samsáricos. Samsara es un renacimiento incontrolablemente recurrente, lleno de sufrimiento y problemas. En otras palabras, Kalki supera no solo el karma destructivo, sino también el karma mixto destructivo y constructivo, y también el karma constructivo samsárico.

Por lo tanto, aunque la batalla apocalíptica predicha es contra las fuerzas invasoras no índicas de tamas; en última instancia, la batalla espiritual es contra todas las fuerzas samsáricas positivas y negativas, representadas tanto por las facciones índicas como por las no índicas. La derrota de tamas es solo el primer paso en el viaje espiritual; rajas y sattva también deben ser superados. Esto no implica que el budismo esté empeñado en conquistar el mundo. El budismo tiene como objetivo la liberación de todos los seres de los sufrimientos del samsara.

El verso del tantra indica, entonces, que el primer paso en el camino espiritual hacia la liberación es superar el propio comportamiento destructivo, actuando constructivamente o con pensamientos mixtos constructivos y destructivos. Al igual que los dioses, el comportamiento constructivo puro está, al principio, fuera del alcance de uno. Esto está representado por los avatares hindúes que aterrorizan a los profetas no índicos, mientras que los sabios védicos permanecen arriba. En última instancia, sin embargo, se necesita mente-vajra para superar todo el karma: negativo, positivo y mixto. Esto está representado por Kalki derrotando no solo el renacimiento invasor estado/casta, sino que, con el simbolismo de sus veinticuatro brazos, vence al renacimiento en todos los estados posibles.

Mahdi siendo el eclipsado

Según el sánscrito original (mathani yo ashthama: so 'ndhaka: syat), “Mathani (Mahdi), el octavo, será el cegado”. Según la traducción tibetana (‘joms-byed brgyad-pa gang-de mun-pa-can), “Mathani (Mahdi), el octavo, tendrá (la característica constitutiva primaria de) oscuridad (tamas)”. Padmani glosa la línea de acuerdo con el sánscrito original.

La palabra sánscrita andhaka, traducida aquí como “el cegado”, puede tener varias interpretaciones:

(1) “Andhaka” es un término astronómico que se refiere a un cuerpo celeste durante un eclipse, cuando otro cuerpo celeste lo oculta de la vista.

El Kalachakra incluye extensas enseñanzas sobre astronomía y enfatiza los paralelos entre las características de la astronomía, la fisiología y la práctica del tantra (Kalachakras externo, interno y alternativo). Por lo tanto, es razonable que, dentro de su presentación del Kalachakra exterior, también dé paralelismos entre las características de la astronomía y la historia.

Según Ismaili Shia, el séptimo imán, según Ithna Ashari Shia, el duodécimo imán, desapareció de la vista cuando era niño, pero volverá como el Mahdi. En términos astronómicos, la luz del imán se eclipsó, pero volverá en el futuro.

(2) “Andhaka” podría indicar que Mahdi sería, literalmente, ciego.

En la versión islámica del apocalipsis, el mesías engañador Dajjal será ciego de su ojo derecho; Mahdi, sin embargo, no se describe como ciego. Según los comentarios islámicos, “ciego de un ojo” significa que al Dajjal le faltará el ojo de la sabiduría y estará ciego a la verdad del islam.

Al igual que con los ejemplos citados anteriormente, Kalachakra adopta ciertas características de la versión islámica como método didáctico. Por lo tanto, puede estar atribuyendo la característica simbólica del único ojo ciego del Dajjal a Mahdi, aunque no especifica que la ceguera es de un solo ojo.

Curiosamente, a modo de contraste, Un concierto de nombres de Manjushri, atribuye a Manjushri (de quien Raudrachakrin es una emanación) el epíteto de tener el ojo único de la conciencia profunda (tib. ye-shes mig-gcig, sct: jnana-eka-caksha). Si esto significa o no un paralelo intencional sería difícil de probar.

(3) “Andhaka” podría significar “el que está en la oscuridad” y, por lo tanto, referirse a que Mahdi tiene el rasgo constitutivo primordial de tamas, como en la traducción tibetana del verso del tantra.

De acuerdo con la línea anterior del verso, los últimos cinco profetas de los invasores tienen la característica constitutiva de tamas (oscuridad). Dado que Mahdi se encuentra entre ellos, compartiría esta característica. La repetición de tamas podría ser para enfatizar que Mahdi representa el no darse cuenta o la ignorancia de la explicación budista de la verdadera naturaleza de la realidad.

(4) Independientemente de cuántas de las hipótesis anteriores sean correctas o falsas, "andhaka" también puede tener un significado más profundo en términos de la práctica del tantra.

En Kalachakra, la oscuridad (tib. mun-pa, sct. tamas) también aparece como sinónimo del nivel de la mente del vacío que se aproxima (tib. nyer-thob, cercano logro negro). En las etapas de disolución de los niveles de la mente que crean apariencias de existencia inherente, la etapa del vacío que se aproxima es el eclipse de las etapas inmediatamente anteriores de difusión de luz (tib. mched-pa, incremento rojo) y congelación de apariencia (tib. snang-ba, apariencia blanca). Las dos fases de la etapa de vacío que se aproxima están simbolizadas por los planetas eclipsados Rahu y Kalagni, la difusión de luz por el sol y la congelación de apariencia por la luna. Finalmente, incluso el eclipse necesita ser disuelto en el nivel más sutil de actividad mental, la mente de luz clara.

Durante la secuencia de resurgimiento, el vacío que se aproxima es la primera etapa que se repite. Con la creación de apariencias de la existencia inherente viene el regreso del no darse cuenta (ignorancia) de que las apariencias no corresponden con la realidad verdadera. De ese no darse cuenta surgen emociones perturbadoras y conductas destructivas.

Raudrachakrin, quien derrotará a Mahdi, representa la "mente-vajra", en otras palabras, la mente de luz clara con el "ojo único de conciencia profunda" que realiza la vacuidad. Para que las fuerzas de Shambhala (la Tierra de la Dicha), que representan la conciencia dichosa de la vacuidad, puedan derrotar a las fuerzas de Mahdi, todas las castas en conflicto de Shambhala deben unirse en el mándala de Kalachakra y convertirse en una casta vajra. Esto representa todos los vientos de energía en conflicto del cuerpo (que sostienen la creación de apariencias de la existencia inherente) que necesitan disolverse en la mente de luz clara. Solo a través de tal disolución puede surgir el vajra mental resultante y derrotar una invasión de creación de apariencias de existencia inherente y la consecuente ignorancia.

Por lo tanto, Raudrachakrin derrotando a Mahdi (oscuridad, ceguera, el eclipse) podría representar el vajra mental destruyendo la etapa del vacío que se aproxima de los vientos de energía que resurgen (diferencias de castas divisorias que resurgen) para que nunca se repita.

El apoyo a esta hipótesis proviene del sistema de meditación tantra Guhyasamaja, que es anterior a Kalachakra por varios siglos. Allí, la disolución de Manjushri (de quien Raudrachakrin es una emanación) del mándala corporal al alcanzar la etapa del vacío que se aproxima (equivalente a Mahdi) representa la aplicación de una conciencia profunda de la vacuidad a esta etapa, para que también pueda ser superada y disuelta en el nivel de luz clara. Así, como símbolo, Manjushri ya representaba al oponente capaz de derrotar a “El Cegado” incluso antes de Kalachakra.

Lista de profetas de Padmani

La línea en la traducción tibetana de Padmani, “Moisés, éste, y el Vestido de Blanco, Mahoma y La Emanación” (tib. byi-ba ‘di-dang dkar-po'i gos-can sbrang-bdag sprul-pa), es problemática. Dado que el texto se refiere a la emanación de Mahoma como la octava en la lista de profetas, la traducción tibetana solo podría significar que “éste” se refiere a Jesús, y no a Moisés. De lo contrario, Padmani solo enumeraría siete profetas. Buton, sin embargo, enumera explícitamente a Jesús (tib. dBang-po, sct: Isha) aquí. Por lo tanto, la traducción tibetana de Padmani es sospechosa.

Los traductores tibetanos aparentemente han confundido “Isha”, la transcripción sánscrita de “Issa”, el nombre árabe de Jesús, con el pronombre demostrativo sánscrito esha, que significa “esto”. La palabra sánscrita que precede a esta es “Musa” (la forma árabe de Moisés) y, según las reglas de la gramática sánscrita, tanto “musa isha” como “musa esha” se combinarían como “musesha”. Reemplazando "esha" con "Isha", la línea en el comentario de Padmani diría: "Moisés, Jesús, el vestido de blanco, Mahoma y la emanación". Esto se ajustaría a la línea en el tantra de la que es comentario.

La interpretación de Padmani, "Entre estos, el llamado 'El Vestido de Blanco' es Mahamayin", es rechazada tanto por Buton como por Kedrub Je. La identificación de Padmani de Mani con Mahoma, sin embargo, podría haber surgido simplemente como una implicación de que Mahoma es "el maestro del Dharma-mleccha" y el término "mlecchas vestidos de blanco" en Luz inmaculada.

También podría tener otras dos explicaciones:

  • Los invasores no índicos realmente no afirmarán a Mani como uno de sus profetas, porque Mani no era en realidad un profeta separado. Esto apoyaría la hipótesis de que los compiladores de los textos de Kalachakra confundieron a los chiítas maniqueos con los ismailíes.
  • El Dharma de los invasores sería una amalgama de las enseñanzas de Mani y Mahoma.

El uso de “Mahamayin” simplemente como una transcripción fonética de Mahoma está confirmado por la traducción tibetana de Padmani, que simplemente translitera el nombre. El hecho de que “Mahamaya” (“La Gran Ilusión”, tib. sGyu-‘phrul chen-po) sea uno de los nombres de Manjushri en Un concierto de nombres de Manjushri no parece significativo.

Según el islam chiíta, el último imán, el séptimo según los ismailíes, el duodécimo según los chiítas ortodoxos, desapareció y regresará en el futuro como Mahdi. Es apropiado, entonces, desde un punto de vista budista, llamar al Mahdi “La Emanación”.

Bagdad en la tierra de La Meca

Según el verso del tantra: “El séptimo vendrá manifiestamente a la ciudad de Bagdad en la tierra de La Meca”.

Mahoma nació en La Meca en 570 e.c. y murió en 632, mientras que el segundo califa abasí, al-Mansur, construyó Bagdad como la capital del Imperio abasí solo en 762. Por lo tanto, el propio Mahoma no pudo venir a Bagdad manifiestamente. Además, "la tierra de La Meca" probablemente se refiere al Imperio abasí con sus orígenes árabes. Los califas abasíes, después de todo, eran descendientes de Mahoma.

La glosa de Padmani: “…Mahamayin (Mahoma). Ese propagará el Dharma de los asuras y demás en las ciudades de la tierra de La Meca y demás”, y su adición de la palabra “y demás” después de Bagdad en el verso del tantra, indican una interpretación que concuerda mejor con la historia. En otras palabras, las enseñanzas de Mahoma sobre un dios celoso se extenderán a Bagdad y otras ciudades del Imperio abasí, y también a otros lugares.

La relación entre la casta asura y los invasores no índicos

Al describir la tierra de La Meca, el verso del tantra dice:

(El lugar) en este mundo donde una parte de la (casta) asura tendrá la forma (sct. murti) de los poderosos y despiadados mlecchas. 

En Un concierto de nombres de Manjushri, la palabra sánscrita murti aparece en la expresión jnanamurti, la forma física (encarnación) de la conciencia profunda, utilizada en referencia a Manjushri. El primero y el vigésimo quinto Kalkis son formas físicas asumidas por Manjushri. Manjushri, a su vez, representa la conciencia profunda de la verdadera realidad (vacuidad) en una forma física. Paralelamente a esto, los invasores no índicos serán una forma física que asumirá una parte de la casta asura. La casta asura, a su vez, representa el no darse cuenta de la realidad verdadera en una forma física.

Esta interpretación concuerda con la traducción de Kedrub Je de “murti” como “gzugs” (cuerpo, encarnación) y su mención de que los traductores tibetanos de Padmani lo toman como “rnam-pa” (aspecto). Después de todo, en Kalachakra, la vacuidad con aspecto (tib. stong-nyid rnam-pa-can, sct: sakara shunyata) se refiere a la forma desprovista (tib. stong-gzugs, shunyatabimba).

Algunos traductores toman "murti" como "ídolo" y traducen la línea: "Es donde el ídolo poderoso y despiadado de los bárbaros, la encarnación demoníaca, vive en el mundo". Esta interpretación contradice la cultura islámica. Todas las formas del islam prohíben estrictamente la fabricación de imágenes o ídolos.

Además, de acuerdo con la glosa de Buton y Kedrub Je de la expresión sánscrita asuramshi (una parte de los asuras) como grupo o sección de asuras, solo algunos de los seguidores de un dios celoso constituirán los invasores no índicos, y no todos los seguidores. Traducir la expresión como “encarnación demoníaca” tiene poco sentido.

Así, la línea en el tantra significa que el Imperio abasí, la tierra de La Meca, es el lugar donde una parte de los seguidores de las enseñanzas de un dios celoso asumirá la forma de los invasores no índicos. Esta interpretación concuerda con el análisis previo de Mahoma como “un gurú y maestro del invasor no índico Tayis”.

Conclusión 

En resumen, los invasores no índicos discutidos en el Kalachakra no serán necesariamente los propios árabes abasíes ni todos los musulmanes en general. Serán los seguidores de las sectas mesiánicas del islam que comenzaron en el Imperio abasí, y que intentarán establecer a su Mahdi como gobernante del mundo.

Según el cálculo dado en el texto del tantra, la batalla apocalíptica entre Kalki Raudrachakrin y Mahdi y, por lo tanto, el final del kaliyuga, no ocurrirá pronto, a pesar de la predicción islámica del fin del mundo 500 años después de Mahoma. El Kalachakra predice una fecha 1800 años después de Mahoma, es decir, 2424 e.c. Esta fecha concuerda con la predicción de que el Dharma de los invasores perdurará durante 1800 años, después de lo cual las enseñanzas de Kalachakra prosperarán durante doce períodos sucesivos de 1800 años, uno en cada una de las doce divisiones del Continente Sur. 1800 es un número significativo que aparece repetidamente a lo largo de las enseñanzas de Kalachakra con varios significados astronómicos, fisiológicos y meditativos. En cambio, según la profecía hindú, el kaliyuga terminará dentro de 360.000 años.

Si tomamos literalmente la fecha de 2424 e.c., no podemos tomar también literalmente la identificación de los invasores como seguidores de formas mesiánicas del islam a finales del siglo X. Los invasores deben ser descendientes de una dinastía de larga vida fundada por tal grupo, o defensores de movimientos mesiánicos simplemente representados y tal vez modelados a partir de movimientos existentes en ese momento.

Por otro lado, algunos intérpretes modernos no toman literalmente la fecha predicha de Kalachakra y la consideran como una referencia a la situación actual a principios del siglo XXI. Tal interpretación se basa quizás en las predicciones de Nostradamus o en la visión milenaria de que dos mil años después de Cristo es un número significativo de años. Tales argumentos son irrelevantes para el contexto cultural de Kalachakra.

Si no tomamos el grupo predicho o la fecha predicha literalmente, la única conclusión razonable que podemos sacar es que, con la predicción, Kalachakra estaba tratando de establecer un paralelo entre la historia, la fisiología y la meditación, como lo hizo con la geografía, la anatomía y la meditación. Por lo tanto, la predicción debía encajar no solo en el contexto histórico cuando apareció por primera vez la literatura de Kalachakra. También necesitaba adaptarse a la presentación de Kalachakra del flujo de respiraciones y energías en el cuerpo, y las etapas y la estructura de la práctica avanzada de meditación tantra.

A finales del siglo X e.c., se extendió por Oriente Medio y partes del sur de Asia la creencia generalizada de que el apocalipsis y el fin del mundo ocurrirían un poco más de un siglo después. La mayoría de la gente de la época estaba preocupada por el tema de la venida de un mesías, y el budismo respondió a su necesidad presentando su camino espiritual en una estructura relevante y significativa para su situación. A pesar de la aplicación de los términos culturales indios tamas, asura, naga y mleccha a los invasores no índicos, leer más que eso en el nivel externo de significado de la predicción de Kalachakra parece exagerar el punto.

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