Entrevista con la Venerable Dra. Chönyi Taylor

23:40
Study Buddhism se sentó con la Venerable Dra. Chönyi Taylor en los hermosos jardines del Monasterio de Kopan para hablar sobre la convergencia de la psicología occidental y la budista, la ciencia de las adicciones y su superación, y la diferencia entre la felicidad y el placer.
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Es primavera en Katmandú, Nepal, hogar de muchos sitios budistas antiguos y sagrados. En esta época del año, la contaminación de la ciudad en constante crecimiento puede ser sofocante, pero el Monasterio de Kopan, ubicado en lo alto de una colina que domina el valle, ofrece un oasis de paz lejos del ajetreo y el bullicio. Estoy aquí en los hermosos jardines esperando conocer a alguien de quien he escuchado muchas cosas buenas y cuyo libro leí para prepararme para la entrevista: Venerable Chönyi Taylor.

La Venerable Chönyi Taylor, cuyo nombre de nacimiento es Diana Taylor, es una monja, maestra y psicóloga budista tibetana, conocida por su trabajo acercando la psicología occidental y la budista, específicamente en el campo de la adicción.

Mientras estudiaba para obtener su título en psicología en su natal Melbourne, Australia, la Dra. Taylor también se sumergía en el budismo bajo la dirección de Lama Yeshe y Lama Zopa Rinpoche, cofundadores del Monasterio Kopan y la Fundación para la Preservación de la Tradición Mahayana. Tras una impresionante carrera profesional en psicología y cuidados paliativos, fue ordenada por Su Santidad el Dalái Lama en 1995. Ahora, como monja budista, continúa su trabajo ayudando a las personas con la psicología occidental y los métodos budistas para lograr la paz mental.

La Dra. Taylor es actualmente profesora y supervisora de la Asociación Australiana de Consejeros y Psicoterapeutas Budistas y es profesora honoraria de Medicina Psicológica en la Universidad de Sídney. Su libro sobre la adicción, "¡Suficiente!: Un enfoque budista para encontrar la liberación de patrones adictivos", combina terapias cognitivas con enseñanzas budistas y es adecuado para el autoaprendizaje o como parte de un programa guiado para cualquier persona que busque romper el ciclo de la adicción, cualquiera que sea.

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Study Buddhism: Tiene un doctorado en psicología y es una monja ordenada, por lo que está situada en ambos campos, tanto en el profesional como en el espiritual. Para usted, ¿cuál es el punto de encuentro entre el budismo y la psicología occidental? 

Cuando estudiamos budismo por primera vez, encontramos que hay enseñanzas muy prácticas que pueden ayudarnos con el tipo de cosas que experimentamos aquí y ahora. Porque, aunque lo llamemos religión, fundamentalmente es una psicología.

Lama Yeshe dijo que el budismo es la ciencia de la mente porque es una psicología y porque los humanos son prácticamente iguales, independientemente de su origen cultural. La razón por la cual las personas se enojan, se asustan, se deprimen, se sienten infelices o se ven atrapadas en adicciones provienen de procesos comunes en la mente.

Al estudiar estos procesos, aprendemos cómo utilizar la mente para cambiar la mente. Creo que el Buda fue un muy buen psicólogo. Una vez di una charla a psicólogos, diciendo que el Buda fue el primer psicólogo cognitivo conductual, porque sus técnicas eran las mismas. Se usan en el budismo y funcionan porque somos seres humanos. Ya sea TCC (Terapia Cognitiva Conductual), como decimos en la psicología occidental, o las variaciones budistas sobre eso, no importa, aun así, funciona. “¿Qué estoy pensando sobre esto? ¿Mi pensamiento es correcto o incorrecto? ¿Cómo puedo evitar reaccionar de forma exagerada? ¿Qué puedo implementar para detenerlo?”. Estas son preguntas de TCC, pero también son preguntas budistas.

Eso es muy interesante. A pesar de haberse desarrollado con miles de años de diferencia y en continentes completamente diferentes, la forma en que lo describe hace que parezca que estos dos sistemas son similares en muchos aspectos. Entonces, ¿de qué manera diverge la psicología occidental de las enseñanzas budistas sobre la mente? 

El budismo y la psicología occidental se encuentran en términos de estos patrones de comportamiento que queremos cambiar. Ambos tienen métodos para lidiar con esto, pero el budismo va un paso adelante, donde la psicología occidental no lo sigue. El budismo dice que no solo es posible cambiar estos patrones, sino que es posible deshacerse de ellos por completo, totalmente. Es posible que aún experimentes algo de dolor si te fracturas la pierna, pero no experimentarás emociones negativas debido a esa experiencia. No te vas a enojar o molestar con la razón por la que te fracturaste la pierna.

Entonces, los estados mentales que acompañan al dolor se eliminan por completo, y debido a que esos estados mentales se eliminan, podemos desarrollar más y más cualidades positivas. De acuerdo con las enseñanzas, podemos ir hasta el final y hacer que la mente se despeje absolutamente de cualquier cualidad negativa. En ese momento nos convertimos en un buda, ¡lo cual es bastante agradable de imaginar!

Entonces, hay una continuidad, que se explica con detalle en los textos, que puede ser un poco aburrido de estudiar si no estás realmente interesado en las formas de llegar a esas etapas superiores. Pero si te detienes y miras a algunos de estos lamas, particularmente a Su Santidad el Dalái Lama, y preguntas: "¿Cómo llegó a ser la persona que es?" – toda su formación como niño ha sido sobre la compasión y la sabiduría y sobre cómo desarrollar la compasión y usar la compasión. Ves esto en sus ojos, y escuchas esto en sus enseñanzas si alguna vez tienes la oportunidad de conocer a Su Santidad, que yo he tenido. Te trata como a un amigo personal muy cercano.

Si pudiéramos hacer esto con todos, marcaría una gran diferencia, pero en Occidente, la compasión no se considera tan beneficiosa. Cuando estudiamos a los animales por primera vez, Darwin habló de los animales como salvajes, que devoran a otros animales y así es como sobreviven: es la supervivencia del más apto. Lo que quedó fuera cuando Darwin escribió esto fue la bondad de los animales. No escuchamos sobre la madre animal que alimenta a sus bebés. No teníamos internet, donde podemos ver fotos increíbles de animales de diferentes especies cuidándose unos a otros.

De hecho, tengo una diapositiva que uso en mis talleres: en la mitad de la diapositiva hay un mono que está rescatando a un perro, y el mono sostiene al perro. Por otro lado, hay un perro que está rescatando a un mono, el perro sujeta al mono con sus fauces y lo lleva a un lugar seguro. Las fotos son de diferentes animales, pero solo ilustran que la compasión es parte del orden natural, tanto como lo es la agresión.

La necesidad de la compasión recién comienza a ser reconocida en la psicología occidental. Particularmente cuando se trata de adicciones, hay cada vez más énfasis en el hecho de que las personas con adicciones a menudo han permanecido en un estado en el que no han experimentado ningún tipo de compasión.

Acaba de mencionar cómo la psicología occidental pone mucho énfasis en trabajar con la mente y menos en desarrollar un corazón bondadoso, mientras que en el budismo hay un fuerte enfoque en el desarrollo de la sabiduría y la compasión. ¿Cuál es el papel de la mente en el desarrollo de un corazón bondadoso y compasivo?  

La definición de la mente en el budismo, es aquello que es claro y conoce.

 "Claridad" de la mente significa que todos los pensamientos y concepciones pueden ser albergados por la mente, tal como el espacio vacío puede albergar un objeto. Por supuesto, "conocer" es la parte de la mente que se da cuenta. Dentro del budismo, la mente es diferente del cuerpo. No puedes examinar la mente haciendo exámenes de resonancia magnética. Lo único que revelaría es que algo está pasando en el cerebro, pero no te dice qué está pasando. La única forma de examinar la mente es observándola. 

Cuando observamos nuestra propia mente y vemos los patrones, empezamos a ver que otras personas también tienen patrones similares. Por lo tanto, nos volvemos más comprensivos con otras personas también. Cuanto más miramos nuestra propia mente y la examinamos, más comprendemos nuestras reacciones, como cuando nos enojamos con alguien en una situación, por ejemplo, cuando alguien toma nuestros asientos. Necesitamos sacar al ego de esa situación, lo cual no es fácil de hacer en medio de ella: por eso necesitamos entrenarnos. Si eliminamos al ego de eso, entonces decimos: “Está bien, alguien está sentado en esta silla; pensé que yo iba a estar en esta silla. Ella no quiere moverse, así que tengo que encontrar otro lugar para sentarme”. Es simple.

No hay enojo, es solo observar la situación y examinar las reacciones. Tienes que entrenarte para dejar de estar deprimido, dejar de estar celoso, dejar de estar molesto por las cosas. Es por eso que necesitamos estudiar la mente.

Dra. Chönyi Taylor, admirando una gran estupa en los jardines del monasterio de Kopan en Katmandú, Nepal, 2017.
Como experta en psicología tanto occidental como budista, escribió un libro, “¡Suficiente!: Un enfoque budista para encontrar la liberación de patrones adictivos”, una muy querida guía práctica para liberarnos de las garras de los hábitos negativos y las adicciones que nos impiden llevar una vida significativa. ¿Podría resumir qué es realmente la adicción? 

Una adicción es simplemente un patrón, un hábito. Proviene de nuestro ego que dice: "No voy a ser feliz a menos que obtenga algo". Y el ego hace esto una y otra vez hacia una cosa. Puedes ser adicto a muchas cosas, como a tener un automóvil rápido, o puedes ser adicto al alcohol o a las drogas, pero también puedes ser adicto al chocolate.

Llamamos “adicción” a un hábito cuando el resultado es perjudicial para nosotros mismos. Y cuando es dañino para nosotros, será dañino para otras personas.

¿Podríamos decir que la adicción, en términos de la filosofía budista, está conectada con el karma? 

La adicción puede estar muy relacionada con el karma, tanto en el sentido de que el karma del pasado la hace más fácil, como también en el sentido de que la adicción crea el karma para repetir lo mismo en el futuro.

Digamos que en tu vida anterior tenías una gran afición por el chocolate, pero tu familia era muy pobre. Rara vez comías chocolate, por lo que era una gran cosa cada vez que tenías la oportunidad de conseguirlo. Te ponías muy feliz tan pronto como lo conseguías. Esto podría llevarte a tu próxima vida ya con el deseo de chocolate. Entonces, cada vez que comes chocolate, está profundizando este deseo. Está profundizando la suposición de que eso te hará feliz, y está profundizando el ego mismo que dice: "Tengo que ser feliz". 

Este deseo es, por supuesto, un concepto budista fundamental y una de las causas de nuestra insatisfacción, por lo que es fácil ver cómo una versión extrema del deseo, como la adicción, puede ser destructiva. ¿Cómo encaja la adicción en las enseñanzas budistas? 

El budismo es, de hecho, acerca de la adicción. Se trata de deshacer patrones adictivos.

De las tres aflicciones raíz, una es la ignorancia, que es obvia. Una es el enojo, que también es obvia. La otra suele traducirse como "apego", pero este apego no es el mismo apego que en la psicología occidental, como en el caso del desarrollador de la teoría del apego, John Bowlby. Más bien, es una adicción. Un aferramiento, una necesidad, un tipo de cosas que “debes tener”.

Usted enseña que cambiar el comportamiento compulsivo implica tres herramientas: atención plena o recordación, introspección y ecuanimidad. ¿Puede hablarnos de estas herramientas? 

Empecé a impartir cursos equilibrando mi conocimiento occidental con mi conocimiento budista, con la idea de elaborar una guía paso a paso para encontrar métodos que funcionaran.

Lo primero que haces es aprender a respirar. El siguiente paso es encontrar formas de detenerte en medio de un patrón. Eso no es tan fácil. Te detienes, te das cuenta del patrón de pensamiento y luego respiras. Después de eso, dices: "Está bien, ¿por qué tengo este patrón?". Este patrón es un hábito y estamos tratando de deshacerlo. Si bien no nos preocupamos por los buenos hábitos, los malos hábitos son una molestia. Por supuesto, hay hábitos neutros, como cuando se pasa de un automóvil manual a un automóvil automático.

De hecho, conduje un auto manual durante mucho tiempo y cuando probé por primera vez uno automático, lo primero que sucedió fue que mi pie seguía buscando el embrague, que por supuesto no era necesario. Incluso ahora, 15 años después, a veces mi pie busca el embrague porque no estoy pensando. Deshacer ese patrón es una cuestión de recordar que estamos cayendo en el patrón, y podemos recordar esto en etapas cada vez más tempranas de caer en el patrón.

Además de la atención plena y la introspección, la tercera herramienta es la ecuanimidad. La ecuanimidad significa esencialmente tener un enfoque emocional equilibrado de las cosas. Entonces, si eres un adicto al chocolate y ves chocolate, como adicto al chocolate automáticamente dirías "¡Quiero eso!" y si alguien lo consigue antes que tú, sentirás: "¡Eso no es justo!". En la psicología occidental se puede denominar "catastrofizar", que proviene de Jon Kabat-Zinn.

Con ecuanimidad simplemente decimos: "Bueno, aquí hay chocolate, me pregunto si podría comer algo; no hay problema si no puedo". La ecuanimidad es parte de aprender que no tenemos que ser afectados por este ego. Entonces, cuando no hay ego, no nos aferramos al chocolate.

Hablando de chocolate, que me encanta, no diría que soy adicto. Pero al mismo tiempo, tengo antojos, especialmente si es después de un largo día y estoy viendo la televisión. La mayoría de nosotros probablemente no pensaríamos en el chocolate cuando se trata de problemas de adicción, pero si quisiéramos superar una adicción al chocolate, ¿cómo podríamos hacerlo?  

¡Mucha gente tiene adicción al chocolate! Imagina esto: tú sabes que el chocolate está almacenado en el estante de la cocina, y guardas un escondite allí, para que esté allí cuando lo desees. Has decidido que vas a dejar el chocolate, pero en este día en particular, has estado ocupado trabajando en algo, estás cansado, quieres algo rápido para animarte, así que vas a la cocina, levantas tu brazo para conseguir el chocolate y abres la puerta en donde están todos los chocolates. Y de repente recuerdas, durante el proceso de abrir la puerta, que habías dicho: "No, no voy a hacer esto". Entonces, necesitas meditar en este momento de abrir la puerta y lo que está pasando allí, repasando esto una y otra vez antes de abrir la puerta, recordándote “no lo voy a hacer”.

Después de haber meditado en deshacer el patrón de abrir la puerta de la cocina, deshaces el patrón de levantar la mano. Tan pronto como vas a estirarte, haces una meditación similar. Vas a levantar la mano, te detienes antes de llegar allí, una y otra vez.

Es posible que puedas regresar hasta cruzar la puerta de la cocina y, a partir de ahí quizás seas capaz de regresar hasta el momento en que terminaste el trabajo y te das cuenta de que estás cansado. Entonces, haces estas cosas en cada etapa, y eso deshace el patrón que ha sido arraigado.

Una vez que hayamos hecho eso, tenemos que mirar las emociones detrás del patrón. Muy a menudo nos enojamos con nosotros mismos, de modo que cuando levantamos la mano para tomar el chocolate, nos enojamos mucho: "¡Soy estúpido! ¿Por qué hice esto? ¡No quería hacer esto! No tengo remedio" y demás. Y te sientes peor, lo que significa que quieres el chocolate aún más.

Cuando están tan profundamente arraigadas, algunos de nosotros podríamos preguntarnos cuál es el punto de tratar de superar las adicciones. ¿Qué respondería a esto? 

Si las personas o tú mismo no están siendo dañados, no hay problema. Si tú u otros están siendo dañados, entonces hay un problema. Así que no todo hábito es una adicción. El problema viene cuando empiezas a hacer daño a los demás. Si vemos la epidemia de "cristal" (metanfetamina cristalina), la gente consume cristal para poder divertirse durante todo el fin de semana sin quedarse dormida. Ni siquiera piensan que tal vez se volverán paranoicos y matarán a alguien, o que eso los dejará en algún tipo de parálisis. Ellos no piensan en eso.

Tenemos que tomar conciencia de lo que hace la adicción y asumir la responsabilidad por ello. Hay muchas personas en la sociedad que dicen: "No tengo que responsabilizarme de otras personas". Cuando comenzamos a mirar la compasión, nos damos cuenta de que la compasión es una necesidad para los humanos tanto como lo es la agresión, por lo que debemos preguntarnos: "¿Cómo estoy desarrollando esto?". 

Al ser un animal bebé, no puedes crecer sin una madre que te alimente. Simplemente no es posible. Alguien te ha dado esta habilidad a través de la bondad de su corazón. Ellos han hecho esto por ti, ¿y tú qué haces? Estás dando vueltas destruyendo a todo el mundo. ¿Qué efecto va a tener eso? Vas a destruir a otras personas: la gente se enfadará, destruirá a otras personas a su vez y todo escalará. Pero si practicas la bondad, entonces la gente cambiará su actitud hacia ti, y otras personas cambiarán su actitud hacia ellos, y eso escalará.

Con solo sonreír a cualquiera que te encuentres, puedes ser un agente de cambio en este mundo. No tienes que ser el presidente de los Estados Unidos o el primer ministro de Australia, de donde vengo, o cualquier otro pez gordo que se te ocurra. Puedes cambiar este mundo simplemente sonriendo a la gente.

Si nos devuelven la sonrisa, podemos estar felices de que se hayan visto afectados por esto. Si no nos devuelven la sonrisa, tal vez la persona tenga algún problema importante en el que esté trabajando. Sin embargo, la sonrisa suavizará eso, en lugar de agravarlo. No tenemos otra opción que reconocer el poder de la compasión como un factor importante en la construcción de las relaciones humanas.

La Dra. Chönyi Taylor sonriendo y rodeada de flores, después de nuestra entrevista en los jardines del monasterio de Kopan en Katmandú, Nepal, 2017.
Hoy en día, muchos de nosotros nos enfrentamos a un fenómeno bastante nuevo: la adicción a las redes sociales. Los investigadores han indicado que esto puede ser más adictivo que el alcohol y las drogas debido a la facilidad del acceso continuo a las plataformas de redes sociales a través de nuestros teléfonos. ¿Qué piensa de los muchos jóvenes que sienten una fuerte necesidad de documentar sus vidas públicamente y que se toman selfies cada vez que pueden?  

La adicción a las redes sociales es muy, muy curiosa, porque los adolescentes siempre han querido saber cómo se ven frente a otras personas. Se paran frente a un espejo durante horas mientras se visten o miran un pequeño grano y se preguntan cómo deshacerse de él, o si su vestido tiene el largo adecuado para la moda actual.

Por lo tanto, no creo que esta actitud sea propiedad de las redes sociales. Creo que es una propiedad de la mente de las personas que usan las redes sociales. Ahora tienen una herramienta muy poderosa para hacer esto. ¡No sé qué van a hacer estos niños con todas estas selfies al final! ¿Ponerlas en un disco duro en algún lugar y luego tirar el disco duro al océano?

No querrán verlas en otros diez años. Cuando se introdujeron los libros por primera vez, la gente estaba terriblemente preocupada de que los libros tuvieran un efecto negativo en la mente, que la gente no fuera capaz de recordar nada, porque podía leerlo en un libro. La gente pensó que podría haber cosas escritas en el libro que no deberían leer y demás. Puedes buscar en el Internet y encontrar citas al respecto.

Creo que las personas que se vuelven adictas a las pantallas en realidad son principalmente adictas a algo que las mantiene fuera de la sociedad. Si lo piensas bien, si alguien pasa mucho tiempo leyendo, no nos preocupamos por la adicción a la lectura. En realidad, también puede ser un escape, al igual que el Internet puede ser un escape. Creo que el Internet es una herramienta muy, muy poderosa y también puede usarse para mucho bien.

Las enseñanzas budistas dicen que todos perseguimos la felicidad, pero la buscamos en los lugares equivocados. Nos quedamos atascados en cosas que nos dan placer temporal en lugar de felicidad a largo plazo, entonces, ¿la adicción surge de la confusión acerca de la felicidad?  

El placer y la felicidad se confunden muy a menudo, y la felicidad se usa a menudo como sinónimo de placer. Placer solo significa que tengo mucho calor y alguien me da un helado. Me refresca por un rato, tengo placer en eso. Cuando termino el helado, tengo calor otra vez.

Pero hay una cualidad en la felicidad, que es más profunda que eso. La felicidad es un estado mental, diferente del placer, que está con nosotros todo el tiempo, sin excepción. Esa felicidad está relacionada con la alegría de ver a otras personas ser felices, o lograr lo que quieren, o liberarse de alguna manera de su sufrimiento. Esa felicidad también proviene de reconocer la gran bondad que recibimos de otras personas, que en su mayoría no reconocemos.

Si miro mis túnicas, ¿de dónde provienen? Es una combinación de nailon y algodón, así que el nailon habría venido de una fábrica, y la gente tendría que construir la fábrica, la gente tendría que recoger el algodón, el algodón tendría que ser hilado, y todo esto para ser ensamblado, y luego tendría que ser teñido. Hay innumerables personas involucradas en la producción de mis túnicas. Y sin esta gente, no tendría estas túnicas.

Por lo general, sentimos que estamos solos, nadie se preocupa por nosotros. Cuando reconocemos esta gran bondad de los demás, entonces nuestro corazón se llena de placer, porque sabemos que no estamos solos, nos damos cuenta de que somos parte de un enorme sistema, donde existe la bondad.

Y luego está la felicidad, y esta es probablemente la forma más profunda de felicidad, que surge cuando nos damos cuenta de que no necesitamos este ego que creíamos que necesitábamos. El ego que asumimos que estaba dentro de nosotros, el cual tenemos que salvar. Nos damos cuenta de que todo es un mito; no existe. Todas sus reacciones, toda su ira y celos, etc., se vuelven irrelevantes.

Ya no tenemos esas reacciones, por lo que ya no tenemos sentimientos negativos hacia los demás. Por lo tanto, es mucho menos probable que tengan sentimientos negativos hacia nosotros. Pero como no tenemos esos sentimientos negativos hacia los demás, somos felices sin parar. Simplemente continúa, no hay razón para estar infeliz.

En términos de alejarse de un estado mental en el que no deseamos estar, muchas adicciones tienen un impacto en el cerebro y en la neuroquímica del cerebro. Por lo tanto, si estás en un estado mental depresivo, puedes elegir una droga que aumente la serotonina, o puedes elegir una droga que realmente te exalte, como las anfetaminas. Eso te dará esa sensación de ser feliz durante un cierto período y, a menudo, necesitarás tomar más, porque el cerebro se habitúa a la sensación positiva.

Una forma muy común de adicción es cuando dices: "Tomaré un trago cuando llegue a casa del trabajo, me tranquilizaré, me sentiré mejor". Uno puede estar bien, pero a veces eso se acumula y se convierte en un problema. Cuando esto sucede, pensamos que nuestra felicidad proviene del hecho de que tenemos nuestro suministro de cerveza en el refrigerador. Entonces seremos felices; pero esa felicidad no dura. La felicidad no viene del alcohol o de sentarse y descansar, aunque la serotonina se vea afectada; la felicidad proviene del estado mental. Pero debido a que las cosas materiales no pueden cambiar la mente, entonces las drogas mismas no pueden hacer eso. La única forma en que podemos cambiar la mente es observando cómo funciona la mente, observando los hábitos y cambiando los hábitos, pasar de los hábitos negativos -que es lo que son las adicciones- a los hábitos positivos de sabiduría y compasión.

Dra. Chönyi Taylor, fotografiada en los jardines del monasterio Kopan en Katmandú, Nepal, 2017.

Me imagino que la adicción suele ir acompañada de un sentimiento de vergüenza. ¿Puede tal emoción empujar a las personas a abordar su adicción, o les impide tratar de obtener ayuda? 

La vergüenza de la adicción surge de manera bastante natural cuando las personas se dan cuenta del efecto de su adicción en sí mismas y en otras personas. Muy a menudo, las personas que no quieren lidiar con su adicción dicen: "No importa, no tengo ninguna vergüenza por esto", pero por dentro realmente la tienen. Se sienten muy avergonzados por ello.

Con los sentimientos de vergüenza hay un yo interior crítico muy fuerte, que dice: "Has vuelto a caer en eso, has estado en Alcohólicos Anónimos, no ibas a volver a beber, tres semanas después, aquí estás bebiendo”. Esta misma actitud muy crítica agrava la vergüenza y la hace más dura y profunda. Tal vez esta persona nunca haya tenido ese tipo de bondad y compasión de la que hablamos cuando hablamos de madres que alimentan a sus hijos.

Pero eso es lo que debe entrar en este punto en particular. Es ser amable con uno mismo, no ser amable con uno mismo en el sentido de "oh, no importa si tengo esto o no", sino amable con uno mismo al no ser crítico. Ese tipo de juicio es muy dañino.

Al estudiar todas estas emociones negativas que tenemos, que nos causan tantos problemas, estas son nuestras señales de cómo nuestro ego nos está controlando. A veces, cuando he estado enseñando aquí en el monasterio sobre estas cosas, una de las cosas que hago es decirle a la gente: "Quiero que observen su mente cuando bajen a cenar. Quiero que observen su mente a cada paso del camino, cómo están reaccionando a las otras personas que los rodean”. 

Entonces, hacen una larga cola y, en este día en particular, digamos que hay papas fritas. Y a todo el mundo le gustan las papas fritas, por lo que las primeras personas en la cola tienden a tomar una gran cantidad y, a medida que avanza la fila, la cantidad de papas fritas se vuelve cada vez menor. ¿Qué están pensando las personas al final de la fila? “¿Cómo se atreven esas personas a tomar más de lo que les corresponde? ¡No es justo! ¿Por qué no puedo obtener algunas?”. Todo este tipo de preguntas surgen de este ego.

Es por eso que el budismo puede ser muy, muy práctico, cuando entiendes cómo aplicarlo. ¿Por qué me enfado? ¿Por qué grito a todos en la casa tan pronto como salgo de mi habitación por la mañana? Ya estoy de mal humor, ya hice suposiciones sobre el día. Es mi ego, que dice que las cosas no van como uno quiere y que es culpa de ellos. ¡No es tu culpa, siempre es su culpa! Entonces, a menos que nos detengamos y estudiemos la mente, no podremos ver cómo funciona.

¿Podría compartir una meditación guiada muy breve para que nuestros lectores cierren esta entrevista? 

Esta es una meditación muy corta, solo para detenerse por un momento. 

Permite que tu mente esté en calma. 

Eso significa simplemente dejar ir todo ese pensamiento: todas las preocupaciones que puedas tener sobre la adicción, todas las cosas que crees que deberías hacer, todas las formas en que te sientes mal.

Trae esta calma y el reconocimiento de que también hay mucha bondad en ti.

Cuando nos calmamos, la mente se aclara. En esa claridad, podemos permitir que surja la bondad. Podemos permitir que surja el amor. Felicidad para los demás. Perdón para nosotros mismos. Simplemente gozo pleno, que hay tanto en este mundo por lo que podemos sentir gozo.

Permitir que la mente se asiente, que esté clara, que reconozca la bondad y que permita que la alegría esté allí, dando gracias por haber tenido esta oportunidad de hacer esto juntos, porque cada momento de alegría es un momento en el que cambiamos el mundo.

Entonces, ¡sean felices!

Muchas gracias por su tiempo y por los fascinantes conocimientos sobre la mente adicta y cómo superar la fuerza de nuestro comportamiento compulsivo. 
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