Lam-rim 62: El sufrimiento de los antidioses

Otros idiomas

Repaso

Estamos recorriendo estas etapas graduales del camino, hablando no solo de cómo desarrollamos estos estados mentales, sino también de cómo nos familiarizamos con ellos a través de la meditación. Para ello, necesitamos no solo estar seguros de cuáles son estos estados mentales, sino también tener la convicción de que son válidos y que vale la pena desarrollarlos, y que, si los desarrollamos, producirán el resultado deseado. Esto es muy importante en general en la meditación: necesitamos saber en qué nos estamos enfocando, cuál es el propósito, qué estado mental necesitamos generar para enfocarnos, etc. 

Los tres niveles de motivación

Generalmente nos desarrollamos a través de tres niveles de motivación. La motivación significa que aspiramos a algo, a una meta, y que tenemos una razón para aspirar a ella. 

En el nivel inicial, aspiramos a un mejor renacimiento. Esto se debe a un temor sano a un peor renacimiento después de morir. Nos vemos impulsados a hacerlo porque pensamos en nuestros preciados cuerpos humanos y en que se perderán al morir. El objetivo de un mejor renacimiento, en concreto un preciado renacimiento humano, es continuar el camino y, en última instancia, alcanzar la iluminación para poder ser de la mejor ayuda a los demás. 

La manera de lograrlo —y saberlo también es importante al enfocarnos en un objetivo durante la meditación— es ir en una dirección segura: la del Buda, el Dharma y la Sangha. Ir en esa dirección significa trabajar para lograr una verdadera detención del sufrimiento y sus causas, y saber, o al menos tener la idea, de que esto puede ayudarnos a evitarlo. Y eso significa estar convencidos de la relación causa-efecto en el comportamiento. Si eliminamos la causa, eliminaremos el efecto. Inicialmente, debemos trabajar para eliminar el sufrimiento de la infelicidad y el dolor, el llamado sufrimiento del sufrimiento. La manera de lograrlo es evitando el comportamiento destructivo.

Esto es lo que intentamos hacer con este nivel inicial: aspirar a un mejor renacimiento a partir de un preciado cuerpo humano. Deseamos alcanzar esta meta porque comprendemos que, con un preciado renacimiento humano, podemos alcanzar mayores metas espirituales, que podemos usar como peldaños hacia la liberación y, finalmente, la iluminación. Lo que nos permitirá alcanzar estas metas es seguir la dirección segura del Buda, el Dharma y la Sangha, y evitar el comportamiento destructivo. 

Ese es el nivel inicial.

En el nivel intermedio, nuestro objetivo es liberarnos del renacimiento incontrolablemente recurrente. ¿Cuál es nuestra razón? No es solo no desear un peor renacimiento. En este caso, nos disgusta cualquier tipo de renacimiento en el ciclo incontrolablemente recurrente de renacimientos (samsara), y estamos absolutamente decididos a superarlo, a detenerlo. Nos motiva pensar, primero, en los sufrimientos generales del samsara y, luego, en los sufrimientos de los estados de renacimiento superiores. Estos sufrimientos se relacionan con el sufrimiento del cambio, que es nuestra felicidad ordinaria, y también con el sufrimiento que todo lo impregna, que es el sufrimiento de seguir generando más y más bases para experimentar el renacimiento y experimentar los dos primeros tipos de sufrimiento: el sufrimiento del sufrimiento y el sufrimiento de la felicidad ordinaria. Para superar esto, debemos desarrollar los tres entrenamientos superiores: el entrenamiento en autodisciplina ética, la concentración y el darse cuenta que discrimina de la vacuidad. 

De esto se trata el nivel intermedio: aprender a alcanzar la liberación y motivarse para alcanzarla. Estamos decididos a liberarnos del samsara. Nos disgustan, nos hartan los diferentes tipos de sufrimiento, no solo el de la infelicidad, sino también el de la felicidad ordinaria y el sufrimiento incontrolablemente recurrente. Estamos decididos a deshacernos de ellos. Lo que nos impide hacerlo son las emociones perturbadoras, la ignorancia o el no darse cuenta subyacente a las emociones perturbadoras, y también los potenciales kármicos que acumulamos, tanto positivos como negativos, basados en este no darse cuenta. Todo esto continúa perpetuando nuestro samsara. Comprendemos los 12 eslabones (que también se encuentran en el nivel intermedio), que describen cómo todo el ciclo samsárico se regenera una y otra vez. Y sabemos qué debemos hacer para liberarnos de él, que, de nuevo, son los tres entrenamientos superiores.

Supongo que debería completar esta discusión hablando del nivel avanzado. 

En el nivel avanzado, aspiramos a la iluminación. ¿Por qué aspiramos a ir más allá de la liberación? Porque pensamos en el sufrimiento ajeno. Nos mueve la compasión y el amor por ellos. Han sido nuestras madres en vidas anteriores, y así sucesivamente. Para alcanzar ese objetivo, necesitamos superar no solo los oscurecimientos emocionales que impedían nuestra liberación, sino también los cognitivos que nos impiden comprender plenamente todas las cosas, especialmente la causa y el efecto kármicos. Necesitamos superar estos obstáculos para saber exactamente cómo ayudar a los demás. 

Así, movidos por la compasión y, sobre todo, impulsados por la bodichita, que busca la iluminación para beneficiar a los demás, nos damos cuenta: ¿de qué debemos deshacernos? De lo que debemos deshacernos es de nuestra actitud egocéntrica: aferrarnos solo a nosotros mismos y trabajar solo para nuestro propio beneficio. También debemos alcanzar una comprensión mucho más profunda de la vacuidad para superar el segundo conjunto de oscurecimientos. Esto significa generar una enorme fuerza positiva en nuestra comprensión de la vacuidad. Esto se logra no solo con la bodichita, sino también con actitudes de largo alcance: generosidad, autodisciplina ética, paciencia, perseverancia gozosa, constancia mental y (de nuevo) darse cuenta que discrimina. Eso es lo que necesitamos hacer para alcanzar la iluminación. 

Esta es la estructura general. Trabajamos para mejorar o ampliar nuestra motivación, lo que significa ampliar el alcance de lo que queremos lograr y también fortalecer nuestras razones para alcanzar esas metas, sabiendo exactamente qué impide su consecución y qué las propiciará, y confiando en que es realmente posible lograrlas. Esto sitúa estas meditaciones del lam-rim en el contexto de las instrucciones de Tsongkhapa sobre lo que necesitamos para meditar correctamente, las cuales ofrece en la Carta de consejos prácticos sobre el sutra y el tantra, que estudiamos aquí hace algunos años.

El sufrimiento de los mejores estados de renacimiento (Continuación)

Ya hemos hablado del sufrimiento del samsara en general. La última vez, terminamos de hablar del sufrimiento humano. Si bien, por supuesto, deseamos y necesitamos tener preciados renacimientos humanos, ya que es principalmente con un renacimiento humano que podremos alcanzar la iluminación, debemos superar nuestro apego al renacimiento humano. Queremos verlo como un paso hacia la liberación y la iluminación.

Ahora llegamos a los sufrimientos de los otros dos mejores estados de renacimiento: los sufrimientos de los llamados antidioses y los dioses. Y por "dioses", no nos referimos a Dios el Creador. Creo que debemos intentar comprender estos estados de renacimiento de la misma manera que comprendimos los peores estados de renacimiento. En otras palabras, debemos entenderlos como niveles de sensaciones, extremos de felicidad o sufrimiento que un continuo mental podría experimentar. Y ese continuo mental tendría que generar una base física capaz de experimentar esos niveles extremos de sensaciones. 

Todos estos estados de renacimiento son estados samsáricos, lo que significa que estos dioses y antidioses aún presentan ciertas emociones perturbadoras. Y, ciertamente, tienen actitudes perturbadoras: aferrarse a un "yo" sólido, etc. Así que, aunque estos renacimientos puedan parecer un poco más agradables que los renacimientos humanos, ciertamente no son lo que buscamos. 

El sufrimiento de los antidioses (asuras)

Llegamos a los antidioses, los asuras, como se les llama en sánscrito. Hace un tiempo, comentamos que "cuasi-dioses" podría ser una mejor traducción que "anti-dioses", pero por ahora nos quedaremos con el nombre más familiar, "anti-dioses". Aquí tenemos una descripción que encaja con la cosmología del abhidharma. Viven en las orillas de los ríos que rodean la base del Monte Meru, en el centro del universo. Tienen cuatro ciudades. Tienen un rey, etc. Son materialmente más cómodos que los humanos, pero aun así experimentan la mayoría de los sufrimientos que estos experimentan en términos de nacimiento, enfermedad, vejez, muerte, etc. Sin embargo, son obsesivamente celosos. Así que, aunque en realidad son bastante adinerados, son muy celosos de los dioses. Siempre están librando guerras contra ellos y sufriendo en consecuencia. Además, los dioses siempre están asaltando las ciudades de los antidioses y llevándose a sus mujeres. Además, las esposas y los hijos de los antidioses que quedan atrás de estas guerras experimentan el sufrimiento adicional de poder ver todas las batallas que ocurren y a los que mueren en ellas en un llamado Lago Todo Visible. 

Como saben, existen seis tipos diferentes de estados de renacimiento. Puede ocurrir que los remanentes de experiencias kármicas vividas en un tipo de estado de renacimiento se transfieran a un estado de renacimiento diferente y se experimenten allí. Y aunque algunas personas podrían pensar que estos otros reinos son ficticios y que las descripciones de los sufrimientos experimentados en ellos corresponden únicamente a experiencias humanas, las experiencias humanas de sufrimiento similares a las descritas son simplemente un indicio del tipo de sufrimiento experimentado en estos otros reinos. Son mucho más intensas, mucho más severas. 

En cualquier caso, aquí tenemos una situación muy interesante. Me encanta lo del Lago Todo Visible. Es como ver la televisión y poder ver todas las batallas que se libran en Irak y Afganistán, todas las personas que mueren, etc. Quizás los antidioses no las vean por televisión, pero podrían. Es una extensión muy sencilla de esta idea. 

Envidia

Como mencioné, existe esta envidia. La envidia se dirige a los más ricos. Esto no solo se encuentra entre las personas muy pobres; a menudo se encuentra con mayor intensidad entre las personas de clase media o relativamente adineradas. En cualquier caso, estos antidioses compiten constantemente con los dioses más ricos, luchando contra ellos, etc. Pero no tienen el poder de estos. Por ejemplo, aquí, los dioses pueden matar a los antidioses de cualquier manera, mientras que estos solo pueden matar a los dioses de una manera, por lo que están mucho más limitados. Y, por supuesto, les roban a las mujeres. ¿Qué significa esto? Un paralelo que podríamos establecer es el de los hombres ricos que seducen, en cierto sentido, a las mujeres con su riqueza. Atraen a mujeres de menor poder adquisitivo, mujeres que se casarían solo por la riqueza, solo por el dinero; este tipo de cosas. 

Así que, en el ámbito humano, tenemos experiencias similares a las de los antidioses. Ya sea que las tengamos nosotros mismos o sepamos de otros que las tienen. Por lo tanto, podemos extrapolar de esto cómo sería una vida en la que uno está totalmente obsesionado de esta manera. ¿Por qué no reflexionamos sobre ello? Pensemos en el sufrimiento, la infelicidad que eso conlleva: querer siempre más, aunque estemos bastante bien económicamente, y sentir una envidia extrema de quienes tienen más.

Participante: Vemos los elementos en nosotros mismos, ¿no?

Dr. Berzin: Observamos los elementos en nosotros mismos, sin duda. Ese es el punto. 

[meditación]

Noten que la envidia aquí no se trata solo de querer lo mismo que la otra persona, pero estar bien con el hecho de que tenga una mejor situación, más dinero o fama que nosotros. No es eso. Es que queremos pelear con ella e incluso que pierda lo que tiene. “Tengo que tenerlo, y no quiero que ella lo tenga”. 

Examinen: ¿Tenemos ese aspecto de los celos en nosotros? Ciertamente podríamos tenerlo con nuestra pareja. "Esa persona tiene a esta pareja y quiero quitársela. Quiero que sea toda mía". ¿Tenemos esa actitud en otras situaciones? "No quiero que lo asciendan a él en el trabajo. Quiero que me asciendan a . Y preferiría que los bajen de puesto para que yo pueda ascender. No quiero que ambos ocupemos el mismo puesto". Así que, obsérvenlo. 

¿La envidia implican luchar y pelear con los demás? Piénsenlo. 

[meditación]

¿Algún comentario?

Participante: Me dan pena. ¿No quieren escuchar el Dharma del Buda?

Dr. Berzin: Bueno, este es exactamente el tipo de pensamiento que desarrollaríamos en el nivel avanzado. Pensaríamos en todos aquellos que sufren en estos diferentes estados de renacimiento y en cómo podríamos ayudarlos, y también en lo maravilloso que sería si se liberaran de ese sufrimiento. Pero primero, debemos querer ser parte de ese sufrimiento. ¿El deseo o la intención de intentar mejorar nuestra situación implica necesariamente envidiar a quienes tienen mejores condiciones que nosotros? No. Ese es el punto, ¿verdad? 

Participante: Creo que pensar con tantos celos y envidia implica que hay una cantidad limitada de lo que deseamos y, además, pensar que es sólido y existe por sí mismo. Por lo tanto, tenemos que obtenerlo de quienes lo poseen. Tenemos que quitárselos.

Dr. Berzin: Entonces, la envidia subyacente es una proyección. Lo que deseamos parece ser algo sólido que existe por sí mismo como algo fantástico, y creemos que hay un límite en su cantidad (aunque puede haber un límite, como en la cantidad de aceite o lo que sea), así que tenemos que tenerlo. Pero, ya sea en cantidad limitada o ilimitada, seguimos aferrándonos a ello y sobreestimamos su maravilla. Así pues, el deseo anhelante también está presente. Sin embargo, incluso más fuerte que el aferramiento al objeto es el aferramiento al “yo” —“yo tengo que tenerlo”— y pensar que obtenerlo nos hará más felices. ¿Lo hará? Creo que se ha demostrado que tener mucho dinero no necesariamente nos hace felices. Puede que estemos físicamente cómodos, pero muchas personas adineradas padecen mucho sufrimiento mental. 

Participante: La riqueza es neutral, ¿no?

Dr. Berzin: La riqueza es neutral. No es ni constructiva ni destructiva. Puede usarse de forma constructiva para beneficiar a otros, y también de forma destructiva para perjudicarlos, como comprar muchas armas para matar gente.

Participante: Pero luego hay que cuidar la riqueza.

Dr. Berzin: La riqueza trae problemas. Tenemos que cuidarla. Podemos preocuparnos de que otros nos la roben. Pero esto entra en el sufrimiento de los dioses, así que dejémoslo para esa discusión.

Participante: Estaba pensando que lo que me da celos no son tanto las cosas materiales. Es más cuando una persona a la que aprecio le presta atención a otra persona en lugar de a mí, que siento celos. 

Dr. Berzin: Entonces, el objeto del cual estás celoso es la atención de alguien.

Participante: Sí. Y creo que sería demasiado orgulloso para discutirlo o esforzarme por conseguirlo. Es más bien el dolor. 

Dr. Berzin: ¿Por qué duele?

Participante: Porque no lo entiendo.

Dr. Berzin: “Ellos lo consiguieron, no yo”. Así que, en cierto sentido, hay un fuerte apego a un “yo”. Además, la envidia es lo opuesto a la alegría. Así que, en lugar de alegrarnos por lo que tienen los demás, lo envidiamos. No solo eso, lo queremos para nosotros y deseamos que ellos no lo tengan. Bueno, es interesante. A la gente de los países en desarrollo le gustaría tener el estilo de vida que existe en los países desarrollados, pero no creo que a la gente de esos países en desarrollo necesariamente le gustaría que la gente de los países desarrollados se volviera extremadamente pobre. Algunos sí, por supuesto, pero no creo que eso sea necesariamente así.

Participante: Me gustaría tenerlo basado en la admiración, no en el deseo.

Dr. Berzin: Podríamos admirar lo que otros tienen y esforzarnos por alcanzarlo.

Participante: Podríamos esforzarnos de manera saludable.

Dr. Berzin: Pero la cuestión es que, aquí, hablamos de esforzarnos por cosas mundanas que no pueden traer la felicidad suprema. Podríamos, por supuesto, admirar los logros espirituales de grandes maestros y esforzarnos por alcanzarlos sin sentir celos. Los celos conllevan un fuerte apego al “yo”, un fuerte apego a lo que la otra persona tiene, y un “pobre de mí, yo no lo tengo”. Así que, como dije, el deseo anhelante también forma parte de ello. Y, en muchos casos, también existe cierta hostilidad hacia la persona que tiene lo que deseamos.

Lo importante aquí es comprender que si este estado mental, esta emoción perturbadora, se convirtiera en una obsesión, nuestra principal forma de experiencia —que es el extremo antidios—, cuánto sufrimiento experimentaríamos, aunque, materialmente, pudiéramos estar bastante cómodos. Así, nos determinamos a no querer experimentar este tipo de vida. De ahí la importancia de pensar en el sufrimiento de los antidioses. 

Participante: ¿Cómo meditamos sobre ello? 

Dr. Berzin: Cuando pensamos en el sufrimiento de los antidioses, nos enfocamos en él con un profundo sentimiento de repugnancia: "¡Qué asco! ¡No quiero eso!", porque entendemos que, aunque ese tipo de renacimiento trae cierta felicidad material, el estado mental es de extremo sufrimiento. Además, si siempre estamos luchando por conseguir lo que tienen los dioses, nos lastimamos. Concentrémonos así.

Participante: Estaba pensando que ejemplos de eso en el ámbito humano podrían ser las personas que trabajan en los niveles superiores de un banco, el mercado financiero o algo así.

Dr. Berzin: Cierto. Conozco a gente muy rica que envidia a quienes tienen un poco más de lo que ellos tienen. No están nada satisfechos. Esto es realmente horrible. Tienen muchísimo y, aun así, quieren más. Lo que tienen no les basta. 

Pero, como digo, pelear es una característica esencial del asura, el antidios. Batallan constantemente contra los dioses y sufren en su lucha por conseguir lo que creen que realmente quieren y necesitan. ¿Se les ocurre algún ejemplo?

Participante: Recuerdo un ejemplo de cuando era niña. Quería ir a una fiesta. Una amiga estaba en mi casa y no tenía zapatos. Los únicos que le quedaban bien eran los que yo quería ponerme, los más bonitos. Me preguntó: "¿Puedo ponérmelos?". Le dije: "¡No!". Mi madre se puso furiosa, por supuesto. Había mucha gente en la fiesta: mi madre, la madre de mi amiga, la hermana... mucha gente. Yo también estaba furiosa. Le dije: "No, son míos y no voy a dejar que mi amiga los tome prestados". Mi madre fue muy dura conmigo. En fin, fui a la fiesta, pero ni siquiera recuerdo si mi amiga o yo nos pusimos los zapatos porque creo que, al final, no importaba quién los llevara. Me di cuenta de que lo único que importa son tus intenciones, tu relación con la gente o tu capacidad de soltar algo. Recuerdo que cuando llegué a la fiesta, estaba de muy mal humor por todo el asunto. Había muchos niños y muchas cosas que hacer, pero no pude disfrutarlo. Así que, lo que vi fue que, cuando uno comprende que la fuente de la felicidad es ser generoso en las relaciones con los demás, ya no importa lo que uno tiene ni lo que tiene la otra persona. Simplemente dejas de ver esas cosas como valiosas. Al final, ese par de zapatos era lo de menos.

Dr. Berzin: Entonces, la lección que aprendiste de esto fue que cuando hay muchísimos celos, ni siquiera puedes disfrutar de las cosas buenas que tienes. Es muy cierto, ¿verdad?

El ejemplo en el que pensaba era meterse en grandes litigios por herencias y cosas así, y estar muy celoso de que la otra persona reciba más dinero. Puede ser una pesadilla: todos los líos legales que uno atraviesa para conseguir un poco más de dinero, quitárselo a la otra persona para tenerlo nosotros. Esto puede durar años y costar muchísimo dinero. Y durante todo ese tiempo, no podemos disfrutar realmente de la parte de la herencia que recibimos porque estamos muy molestos y enojados por pelear con la otra persona. 

Creo que este es un buen ejemplo. La cuestión es, ¿para qué complicarse tanto? Podríamos decir: "¡Pero no es justo!", etc. Este es el estado mental de los asuras: "No es justo que ellos lo tengan y nosotros no", aunque ya tienen bastante. 

Veamos cómo sería ese tipo de vida y tengamos la firme determinación de que realmente no queremos eso

[meditación]

El oponente de la envidia: el regocijo

Bien, ¿algún comentario más sobre los asuras, los antidioses?

Participante: ¿Querríamos, en este caso, cultivar una actitud de regocijo o de desinterés?

Dr. Berzin: ¿Regocijarse en qué?

Participante: Regocijarse por lo que los demás tienen.

Dr. Berzin: Bueno, sí, el oponente de la envidia es el regocijo. Ese es el oponente provisional. El oponente más profundo es superar el apego al "yo" sólido que necesita poseer lo que la otra persona tiene. Pero en este punto de la meditación, aquí, en el nivel intermedio, lo principal es desarrollar la determinación de liberarse de este tipo de renacimiento. 

Al abordar las causas de los diferentes tipos de renacimientos, nos centraremos en las emociones perturbadoras. Por ejemplo, la ira es una característica fuerte de los seres del reino infernal. Siempre luchan entre sí por ira. Experimentan todo tipo de cosas horribles, por lo que, por supuesto, se enojan mucho. La avaricia es la característica principal de los fantasmas aferrados. Se aferran a lo que tienen y no quieren compartir; por lo tanto, son muy avaros. Los animales se caracterizan principalmente por la ignorancia o la ingenuidad. No comprenden lo que sucede ni qué les conviene o no. Actúan por instinto, etc. Los humanos se caracterizan principalmente por el deseo: siempre desean y nunca pueden satisfacer sus deseos. Los antidioses, como ya hemos dicho, tienen envidia. Los dioses, orgullo o arrogancia. Por lo tanto, analizaremos estos antídotos provisionales cuando lleguemos a esa etapa en el nivel intermedio. Pero luego también veremos el antídoto más profundo, que es la comprensión de la vacuidad.

Participante: Es una pregunta interesante: ¿Por qué el oponente de la envidia es el regocijo y no, digamos, la ecuanimidad?

Dr. Berzin: Creo que se podría decir que la ecuanimidad puede utilizarse como un tipo de oponente para cualquier tipo de emoción perturbadora. Sin embargo, no nos lleva en la dirección opuesta a una emoción perturbadora. Además, creo que los oponentes siempre se definen en términos de las cualidades positivas que encontramos en las actitudes de largo alcance, las cualidades Mahayana que desarrollamos. Desarrollamos estas cualidades también en el Hinayana, aunque allí el objetivo es alcanzar la liberación más que la iluminación. Es importante comprender que el amor, la compasión, la paciencia y todas estas cosas también se desarrollan en los caminos del Hinayana, así que no solo la ecuanimidad. 

El oponente de la ira, el deseo de herir a alguien, es el amor, el deseo de felicidad. Para la avaricia, es la generosidad, la disposición a compartir y dar a los demás. Para la ignorancia, la incapacidad de comprender, etc., es el darse cuenta que discrimina. Para el deseo, supongo que es la satisfacción. Para los celos, es el regocijo. Para el orgullo, es priorizar a los demás y pensar: “No soy tan especial”, y cosas así. El oponente de la pereza es la perseverancia gozosa. Así, nos volvemos más positivos. 

Bueno. Ya basta de antidioses, a menos que tengan algo más que quieran añadir.

Participante: No he terminado de pensar.

Dr. Berzin: Bueno, podríamos dedicar un poco más de tiempo a pensar en estos estados mentales de la envidia y los celos. Creo que es importante intentar identificar en nuestro interior qué nos provoca celos y por qué. ¿Podríamos, en cambio, alegrarnos? 

Ahora bien, cuando se trata de: “Mi amante está teniendo una aventura con otra persona y quiero recuperar a mi amante”, ¿podemos regocijarnos?

Participante: ¿Alegrarse de su felicidad?

Dr. Berzin: Esa es una pregunta difícil. 

Participante: Creo que lo que el otro participante decía era que quizás tienes un buen amigo que, por alguna razón, le presta mucha atención a otro amigo y que quieres recibir más de esa atención para ti. Entonces, mi pregunta es, en esos casos intermedios, ¿sería posible alegrarse?

Dr. Berzin: Sí. Entonces, lo que estás diciendo es que no vayamos al extremo de pensar en términos de relaciones sexuales, sino en términos de: "Tengo pareja, y mi pareja pasa tiempo con otras personas y haciendo otras actividades. Tengo celos porque quiero que mi pareja pase todo el tiempo conmigo". Eso sucede bastante a menudo en las relaciones. En ese caso, sin duda podríamos usar la alegría como un oponente. Podemos pensar: "Mi pareja necesita equilibrio; necesita otras cosas en su vida. La hará más feliz. Además, el tiempo que paso con mi pareja será de mejor calidad. Si insisto en que esté conmigo todo el tiempo, será infeliz. Entonces no tendrá las otras cosas que necesita en su vida para equilibrar". 

Participante: Quizás también podríamos pensar: “Puedo aprovechar este tiempo para mí”.

Dr. Berzin: Correcto. También podemos aprovechar este tiempo para nosotros mismos y darnos cuenta de que nuestra felicidad no depende totalmente de la otra persona.

Participante: Otro ejemplo: Mi jefe en el trabajo elogia a mi colega por algo que hizo, pero no me elogia a mí por algo que hice.

Dr. Berzin: Shantideva tiene mucho que decir sobre eso: que desear que no elogien a alguien más no significa que me alabarán a mí. 

Participante: Creo que el sentimiento de celos es una especie de mezcla de necesidad y odio.

Dr. Berzin: Sí. Bueno, esto caracteriza los celos en general: que uno se resiente de que la otra persona tenga lo que quiere. Queramos quitárselo o no, seguimos sintiendo resentimiento. Así que hay algo de ira. Y hay un sentimiento de necesidad: "¡Pobre de mí! Necesito esto. No tengo suficiente".

Participante: También hay inseguridad.

Dr. Berzin: Por supuesto. Y también existe la falsa idea de que puedo sentirme seguro teniendo lo que tiene la otra persona.

Participante: La necesidad es un poco como la de los fantasmas que se aferran a algo porque, en cierto modo, nunca podemos tener suficiente.

Dr. Berzin: No es que nunca puedan obtener lo suficiente: nunca pueden obtener nada.

Participante: No esos fantasmas aferrados; pero con los celos, siempre podemos querer más atención, más dinero o lo que sea.

Dr. Berzin: Eso es cierto. 

Eso formaba parte del sufrimiento general del samsara: la falta de satisfacción, la insatisfacción. Sentimos que nunca tenemos suficiente porque siempre estamos sedientos, intentando alimentar el "yo" sólido, que no existe en absoluto; así que, por supuesto, nunca tenemos suficiente. Reflexionemos más sobre esto. 

[meditación]

Permítanme darles otro ejemplo. Supongamos que hay muchos funcionarios corruptos que se han vuelto muy ricos y poderosos, y que nosotros somos pobres o relativamente pobres comparados con ellos. ¿Sería lo mismo que los asuras que luchan contra los dioses si lucháramos o nos opusiéramos a estos funcionarios corruptos? ¿Sería por envidia? ¿Hay alguna diferencia? ¿Cuál sería una situación similar a la de los asuras que pelean contra los dioses, y cuál sería una situación diferente? 

Participante: Lo similar a lo que hacen los asuras es querer arrebatarles su riqueza sin importarles de dónde proviene. Pensamos: “La riqueza es riqueza”, y solo queremos esa riqueza.

Dr. Berzin: Entonces, queremos convertirnos en funcionarios corruptos. La cuestión es que los asuras quieren convertirse en dioses. Por lo tanto, nosotros quisiéramos convertirnos en funcionarios corruptos y meterlos en la cárcel. 

¿Cuál sería una manera aceptable de abordar este tipo de situación? 

Participante: Queremos justicia y estamos dispuestos a luchar por ella.

Dr. Berzin: Eso no significa que luchemos con armas y cosas así, sino que estamos dispuestos a hacer el esfuerzo, incluso aunque pueda resultar bastante difícil. 

Pero ¿cuál sería el propósito? ¿Sería solo castigarlos? ¿O sería usar el dinero robado por los funcionarios corruptos para el bienestar y beneficio de todos? Hay una gran diferencia entre ambos. En el segundo caso, nuestro deseo de pelear no se basaría en los celos. Superar los celos no significa que no intentemos mejorar nuestra situación y corregir los desequilibrios.

Pregunta sobre evitar los extremos del samsara y el nirvana 

Participante: Me preguntaba sobre los arhats del Hinayana, esos seres realizados en el nivel intermedio. Pensé que tal vez simplemente no les importa, que les repugna todo esto del samsara, y por eso no les importa. 

Dr. Berzin: Bueno, esto es lo que se llama el "extremo del nirvana". Liberarse y luego permanecer absorto en ese estado de paz, sin preocuparse por nada, se considera un extremo. En el camino Mahayana, uno busca superar los extremos del samsara y el nirvana. 

Pero para alcanzar el estado de arhat, es necesario cultivar amor y compasión. Es necesario desarrollar cierto tipo de fuerza positiva para alcanzar el estado de arhat, y esto no se logra simplemente meditando. Todas las prácticas y caminos del Hinayana siempre incluyen lo que se llama metta-bhavana, que en pali significa "meditación sobre el amor". "Metta" significa "amor". 

Participante: También tienen compasión y regocijo.

Dr. Berzin: Correcto. Todo eso está ahí. 

Es bastante interesante que la descripción Mahayana del camino Hinayana lo lleve al extremo. Ciertamente, no es una descripción precisa de cómo practicaría alguien en el camino Hinayana, ya sea Teravada, Sarvastivada o cualquier otra forma de Hinayana. Sin embargo, creo que el objetivo es señalar hasta qué extremo se puede llegar para evitarlo. 

Participante: Creo que es importante comprender que esto es lo que el Mahayana dice sobre los arhats Hinayana. No es necesariamente cierto que quienes han seguido, por ejemplo, el camino Teravada y han alcanzado el estado de arhat sean así.

Dr. Berzin: Correcto. Los arhats que no practican el Mahayana no son necesariamente así. 

Participante: Lo que quería decir es que muchos monjes Teravada enseñaron en Occidente antes de que los maestros Mahayana, en particular los tibetanos, llegaran a Occidente. Así que sí se preocuparon por nosotros.

Dr. Berzin: Bueno, hay que analizar la historia de los británicos en Sri Lanka y su contacto temprano con los monjes budistas, la fundación de la Sociedad de Textos Pali y todo eso. Forma parte de la historia de cómo el budismo se extendió a Occidente. Su difusión no se basó únicamente en la motivación de estos monjes, sino que también hubo interés en Occidente. Pero, como saben, Occidente no tiene nada de especial. Estos monjes también enseñan en sus propios países. 

El Buda envió a los arhats a enseñar. Según los relatos del canon pali, quienes alcanzan el estado de arhat no se quedan encerrados en una cueva el resto de sus vidas. Pero esto simplemente subraya lo que dije: que la descripción Mahayana lleva a la postura Hinayana al extremo. Ese es precisamente el método Prasánguika: llevar una postura a su extremo lógico y, por lo tanto, mostrar las absurdas consecuencias que se derivan. 

Creo que esto también aplica a los sistemas de principios: los llamados sistemas superiores llevan las perspectivas de los llamados inferiores a sus extremos lógicos. Lo mismo ocurre con las presentaciones budistas de las perspectivas no budistas. La mayoría no son muy justas con estas perspectivas. Sin embargo, lo que hacen es mostrar las falacias de pensar de esa manera al llevarlas a sus extremos lógicos. Encontramos lo mismo en todos los textos tibetanos en los que argumentan contra otros comentaristas: llevan sus posturas a sus extremos lógicos. “Si piensas así, existe el peligro de que cometas este error”. Esto no significa que los demás realmente cometan ese error. Pero existe ese peligro, así que ten cuidado.

Creo que con esto terminamos nuestra clase y nuestra discusión sobre el reino asura. La próxima vez, hablaremos de los diversos reinos de los dioses para ver cómo son y luego intentaremos desarrollar la determinación de no renacer así.

Top