Desarrollar un anhelo por la bodichita a través de intercambiar al yo con los demás

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Base para el desarrollo de la ecuanimidad

Para generar el anhelo iluminador de la bodichita con el que deseamos alcanzar la iluminación para beneficiar a todos los seres vivos, primero es necesario desarrollar un sentido de ecuanimidad y una actitud igualitaria hacia todos. Si tenemos gran hostilidad y enojo hacia los enemigos y un gran apego y favoritismo hacia los amigos, entonces no tendremos una actitud igualitaria hacia todos. Por tanto, es importante trabajar primero para superar estas actitudes. Los métodos para desarrollar tal estado de ecuanimidad se discutieron en la sesión anterior. No es suficiente tener una actitud de ecuanimidad solo hacia aquellos por quienes tenemos hostilidad y apego. Como base, también es necesario construir sobre esto con el reconocimiento de que, de hecho, todos han sido muy amables con nosotros en el pasado, y que en vidas pasadas todos han sido nuestra madre. Esto es algo que es necesario reconocer.

Renacimiento

¿Cómo podemos establecer o demostrar que todo el mundo ha sido nuestra madre? Hemos renacido durante una cantidad infinita de tiempo. No hay comienzo para el número de vidas pasadas que hemos tenido. No es razonable pensar que siempre hemos tenido la misma madre en todas las vidas. No es un solo ser quien ha sido nuestra madre durante todas nuestras vidas. De hecho, durante vidas sin principio, todo el mundo en algún momento ha sido nuestra madre. Así como nuestra madre en esta vida ha sido muy amable con nosotros, del mismo modo todos, cuando han sido nuestra madre, también lo han sido con nosotros. Si no logramos la iluminación en esta vida, entonces, en las próximas, necesitaremos tener una madre. Tendremos que nacer y tener una madre hasta que alcancemos la iluminación. Excepto en las pocas ocasiones en las que podríamos aparecer por una transformación milagrosa, debemos nacer de una madre. Esto es cierto: vamos a tener madres.

Creencia confiada en las vidas pasadas y futuras

Es muy importante para nosotros tener una creencia confiada en la existencia de vidas pasadas y futuras. Si tuvimos una vida pasada inmediatamente anterior a nuestra vida presente, lógicamente se deduce que debe haber existido una vida antes de esa y otra antes de esa. Se vuelve una regresión infinita, retroceder sin comienzo. Hay algunas personas especiales que pueden recordar sus vidas anteriores. Por ejemplo, algunos de los nacidos en ciertos infiernos a menudo saben cómo era su vida inmediatamente antes de eso. Además, podemos tomar los ejemplos de los altos lamas. Por ejemplo, Su Santidad el Karmapa, durante dieciséis encarnaciones se ha encarnado con plena intención y pleno conocimiento de su pasado renacimiento y de dónde renacerá en el futuro. Además, con respecto al linaje de los Dalái Lamas, ahora es la decimocuarta encarnación. Cuando murió el decimotercer Dalái Lama y estaban buscando la próxima encarnación, había un lago especial en el Tíbet donde se podían ver ciertas letras que aparecían en él, indicando el lugar donde nacería. Ciertas letras indicaban la casa y otra información sobre el renacimiento y, efectivamente, ahí es donde lo encontraron. Necesitamos tener esta creencia confiada en la existencia de vidas pasadas y futuras.

Incluso si no podemos obtener una creencia confiada en la existencia de renacimientos pasados y futuros, no podemos probar de manera decisiva que no existen. Por lo tanto, debemos pensar con mucho cuidado sobre la existencia de renacimientos pasados y futuros. Una vez que nos hemos convencido de su existencia, debemos pensar que, si hemos tenido un número infinito de renacimientos sin principio en el pasado, entonces cada ser vivo debe haber sido nuestra madre en al menos una de estas vidas anteriores.

Breve repaso de tener recordación de la bondad de nuestras madres y de todos los demás

El siguiente paso en el que debemos pensar, después de haber reconocido que todos en algún momento han sido nuestra madre, es recordar su amabilidad cuando fueron nuestra madre. Así como la madre de esta vida ha sido amable con nosotros, del mismo modo, cuando otros han sido nuestra madre, también han sido muy amables con nosotros. Y los demás no solo han sido amables con nosotros cuando han sido nuestras madres, también han sido amables con nosotros en muchas otras ocasiones. En realidad, no hay nadie más amable con nosotros que otros seres. La ropa que usamos, las cosas que comemos y bebemos, como la leche, el yogur y la carne, todas estas cosas provienen de otros seres vivos. Es debido a la bondad de su existencia que podemos tener cosas para comer y vestir. Incluso nuestros enemigos nos han sido de gran ayuda, porque sobre la base de tener enemigos podemos practicar la paciencia. Al practicar la paciencia, podemos perfeccionar lo que se conoce como “la perfección de la paciencia”, que es esencial para alcanzar la iluminación. Por lo tanto, nuestros enemigos también han sido muy amables con nosotros al ayudarnos a perfeccionar la paciencia.

Podemos ver en la biografía de Jetsun Milarepa que, cuando era joven, tuvo dos parientes mayores que fueron muy crueles con él y su madre, lo que les causó muchas dificultades. Como resultado, Milarepa se volvió al Dharma y estudió con el gran traductor Marpa y alcanzó la iluminación. Podemos aprender de la biografía de Milarepa que, de hecho, aquellos que nos causan dificultades nos brindan la oportunidad de mejorarnos.

Puntos que conducen a un amor reconfortante y a retribuir la bondad de los demás

Al tener recordación de la bondad de los demás, desarrollamos la actitud de valorar a los demás y sentirnos muy molestos si algo les sale mal. Esta actitud se conoce como “amor reconfortante”.

Repasemos brevemente y relatemos los diversos puntos que se han mencionado hasta ahora. El primero es desarrollar una actitud de ecuanimidad hacia todos; el segundo es reconocer que todo el mundo ha sido nuestra madre alguna vez; el tercero es recordar la bondad de los demás. Este tercer punto tiene dos aspectos: recordar la bondad cuando han sido nuestra madre y también la forma especial de recordar su bondad en todos los demás momentos en que no fueron nuestra madre. El cuarto punto es el deseo de retribuir esa bondad.

Si les damos a otros algo de comer o beber, o un poco de dinero, básicamente esto es un poco de ayuda; sin embargo, no es realmente de gran beneficio para ellos. Si preguntamos: “¿Cómo podemos realmente retribuir la bondad que los demás nos han mostrado?”. Es practicando el Dharma muy intensamente y alcanzando la iluminación. Al alcanzar la iluminación, realmente seremos capaces de cumplir los deseos de todos los demás y beneficiarlos. Esta es la mejor manera de retribuir la bondad de los demás. Como dijo Jetsun Milarepa con respecto a su gurú paterno Marpa: “No tengo ninguna riqueza o posesiones materiales para recompensarte, mi gurú paternal; la mejor manera de retribuir tu amabilidad es practicando y realizando las enseñanzas yo mismo”.

Hubo un discípulo de Jetsun Milarepa conocido como Dagpo Lhajey o Gampopa. Gampopa permaneció durante muchos años con Milarepa deseando recibir todas las instrucciones guía. Después de estudiar muchos años, Gampopa se mudó y, en el viaje, Milarepa lo acompañó parte del camino como era la costumbre. En el punto en el que Gampopa iba a continuar solo, le pidió a Milarepa algún tipo especial de instrucción guía, cualquier cosa que él sintiera que no había recibido. Mientras Gampopa se dirigía solo por el camino, Milarepa se dio cuenta de que había una instrucción que no había dado. Llamó a Gampopa y le dijo que se diera la vuelta y regresara. Gampopa regresó con Milarepa. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Milarepa se dio la vuelta, se levantó la bata y le mostró el trasero. Debido a que Milarepa había practicado tan intensamente y se había sentado durante tanto tiempo en la práctica intensiva, sus posaderas se habían vuelto extremadamente callosas y duras, como el suelo. Mostrándole esto a Gampopa, dijo: “Debes practicar tan duro como esto. Esta es la instrucción guía que te faltaba”.

Podemos ver con este ejemplo que la mejor manera de recompensar la bondad de los demás es practicar el Dharma intensamente para alcanzar la iluminación. Es solo cuestión de hacerlo.

Cuando vemos a los animales, debemos entender que se han convertido en animales debido a las acciones destructivas que hicieron por nuestro bien, tal vez robando para conseguir comida para alimentarnos cuando eran nuestros padres y madres. Debido a que hicieron estas acciones para ayudarnos, renacieron como animales. Tienen todo este sufrimiento intenso como animales debido a las cosas negativas que hicieron por nosotros cuando eran nuestros padres. Claramente, no es apropiado simplemente sentarse ahora, hacer picnics, divertirnos y salir a pasear sin pensar en practicar muy intensamente para ayudarlos.

Si pensamos y meditamos detenidamente sobre estos puntos, no es necesario que meditemos por separado en desarrollar la actitud con la que valoramos a los demás y nos sentimos molestos si les sucediera algo malo. El amor reconfortante surgirá automáticamente como resultado de recordar la bondad de los demás. Con el tiempo, llegará un punto en el que, cada vez que veamos a cualquier otro ser, tendremos el mismo sentimiento de amor reconfortante hacia esa persona que tendría una madre hacia su único hijo. Los valoraremos mucho y estaremos muy molestos si algo les sale mal.

Intercambiarse a sí mismo y a los demás

Hasta ahora solo hemos estado trabajando de manera egoísta, por nuestro propio bien, pensando principalmente en nosotros mismos, y hemos ignorado por completo a todos los demás. Esto no servirá. Lo que tenemos que hacer es intercambiar esta actitud entre nosotros mismos y los demás.

Intercambiarse por los demás no significa decir que ahora tú eres yo y yo soy tú. ¡Eso es imposible! En lugar de solo valorarnos a nosotros mismos y querer trabajar solo por nuestro propio bien, tenemos que cambiar eso. Necesitamos considerar a todos los demás, valorar a los demás y tener la intención de trabajar por su bien, en lugar de solo por el nuestro. Esto es un intercambio de nuestra actitud con respecto a nosotros mismos y a los demás. Es algo que tenemos que hacer con nuestros pensamientos y con nuestra mente. No es algo que hacemos simplemente agarrando a alguien y acercándolo a nosotros. No es un acto físico; es un acto mental.

Puntos a practicar para cambiar nuestras actitudes

¿Cómo podemos cambiar nuestras actitudes? Primero, tenemos que pensar: “Así como yo quiero ser feliz y no quiero ser infeliz o sufrir, todos los demás quieren ser felices y no quieren sufrir. Es tan simple como eso.

En segundo lugar, debemos pensar que, por ejemplo, si hubiera diez personas hambrientas que pidieran comida en la puerta, las diez tendrían el mismo deseo de comer para aliviar su hambre. Sería completamente injusto que le diéramos de comer solo a uno o dos de ellos y no al resto.

En tercer lugar, si hubiera diez personas enfermas, todas tendrían la misma necesidad de curarse. No sería justo que le demos medicinas a unos pocos y no curemos a todo el mundo. Las diez personas tienen el mismo derecho y necesitan ser curadas de su enfermedad.

El siguiente punto es que necesitamos pensar, como se discutió, en lo amables que han sido todos con nosotros y en cómo todos nos han ayudado mucho. Cuando pensamos en esto, a veces también podríamos pensar que, bueno, también hay muchas veces en las que nos han hecho daño. Necesitamos darnos cuenta de que las ocasiones en las que nos han lastimado son muy raras en comparación con la bondad que nos han ofrecido. En su mayor parte, de hecho, nos han ayudado y beneficiado. La ayuda que nos han brindado supera con creces el pequeño daño que nos han hecho.

Además, debemos pensar que, si alguien nos lastima, es completamente impropio que le devolvamos el daño. Si fuera el caso que todo el mundo viviera durante un tiempo tremendamente largo, podríamos pensar que sería adecuado devolverles el daño. Sin embargo, de hecho, no es necesario porque todo el mundo va a morir, es solo cuestión de tiempo. Si alguien va a morir mañana, lastimar a esa persona hoy sería completamente inapropiado, no tendría ningún sentido. Del mismo modo, si fuéramos a morir mañana, no tendría sentido lastimar a la gente hoy. Lo que hay que pensar aquí es el hecho de que todo el mundo es impermanente.

Hasta ahora, hemos tenido seis puntos, dos conjuntos de tres. El siguiente punto en el cual pensar es si un enemigo es en realidad un enemigo y un amigo es en realidad un amigo. Si un enemigo realmente existiera como enemigo, entonces el Buda debería haberlo visto de esta manera también; pero, de hecho, el Buda no veía a ciertas personas como enemigos y a ciertas personas como amigos. Al Buda no le aparecía de esta manera.

Podemos ver esto en el ejemplo del primo del Buda, Devadatta, quien a menudo trató de matar al Buda arrojándole piedras y utilizando varios otros medios tortuosos. Cuando Devadatta se enfermó gravemente, el Buda pudo curarlo con el poder de la verdad de sus palabras. De hecho, no tenía favoritismos y no se sentía diferente hacia Devadatta a pesar de que siempre trataba de matarlo. Nadie aparece como enemigo en la forma en que Buda ve las cosas. Debido a que el Buda no veía a ciertos individuos como enemigos, no es necesario que veamos a las personas como enemigos. Debido a que el Buda no consideró a ninguna otra persona como enemigo, pudo alcanzar la iluminación. Debemos intentar seguir su ejemplo.

El siguiente punto es considerar que nadie persiste permanentemente como enemigo. La posición o el estatus siempre está cambiando, no es definitivo. Por ejemplo, podría haber alguien que fuera nuestro enemigo el año pasado, pero este año se ha convertido en un amigo tan cercano que no podemos soportar separarnos de él ni por un minuto. Hay muchos ejemplos que nos demuestran que nadie sigue siendo un enemigo para siempre, el estatus puede cambiar.

Toda esta diferenciación que hacemos entre nosotros mismos y los demás es simplemente una función de etiquetado. Desde nuestra propia posición, somos “yo” y la persona que está allá es “otro”. Si lo vemos desde la posición de la otra persona, esa persona es el “yo” y nosotros somos el “otro”. Cuando comenzamos a analizar exactamente cuál es la posición de yo y la posición de otro, encontramos que todo se desmorona. Que tengamos las posiciones de yo y de otro es solo una cuestión de etiquetado relativo.

La actitud egocéntrica es la causa de dificultades y problemas

Si lo pensamos, nos damos cuenta de que nuestra actitud egocéntrica nos ha traído todos nuestros problemas y dificultades. Todo lo que está mal proviene de esta actitud de egocentrismo. Si vamos a considerar algo como un enemigo, el principal enemigo que tenemos es nuestra propia actitud egocéntrica.

Por ejemplo, si tenemos un ladrón que ha robado muchas cosas, es atrapado por la ley y está a punto de ser castigado severamente, todas estas dificultades le han llegado debido a su actitud egocéntrica. Esa actitud lo llevó a robar en primer lugar. En cuanto a las personas que aceleran en la carretera, el hecho de que tengan un accidente y se lastimen a sí mismos y a los demás se debe a una actitud egocéntrica. Solo piensan en ellos mismos.

Las personas que se suben al techo de su casa para repararla, si se caen y mueren, su muerte se puede atribuir a la actitud egocéntrica que los envió al tejado. Si la gente es muy pobre, entonces la razón de esto es que en el pasado les han robado cosas a otros. Como resultado del robo, ellos mismos se ven privados de riqueza y nacen en una situación de pobreza. Le han robado a los demás debido a su actitud egocéntrica. Por lo tanto, su estado actual de pobreza puede atribuirse a su actitud egocéntrica en el pasado. Cualquier cosa que no funcione para nosotros, cualquier cosa que intentemos lograr y no podamos, se debe a nuestra actitud egocéntrica. Por lo tanto, necesitamos ver que todas las fallas provienen de esta actitud de egocentrismo y egoísmo. Todos consideramos a alguien que es muy egoísta como una persona horrible. Nadie los considera muy agradables. Debemos intentar eliminar esta actitud por todos los medios posibles.

Por el contrario, todo lo que es bueno o beneficioso proviene de la actitud de valorar a los demás. Por ejemplo, la consecución de un cuerpo humano que tenemos ahora se debe al hecho de que en el pasado seguimos la autodisciplina ética de no quitar la vida a los demás. Debido a que valoramos a los demás, nos abstuvimos de matar. Como resultado, logramos nuestro renacimiento humano ahora. Incluso en este mundo, podemos ver que, si hay alguien que siempre está pensando en los demás y trabajando para beneficiar a los demás, todos consideran que esa persona es realmente excelente. Si esta persona muriera, todos estarían muy tristes y sentirían que hubo una gran pérdida. Podemos ver eso directamente en este mundo.

En resumen, necesitamos ver que todo lo beneficioso y todas las buenas cualidades provienen de haber valorado a los demás, y debemos decidir con gran certeza que queremos desarrollar esta actitud de valorar a los demás.

El propio Buda Shakyamuni abandonó por completo la actitud de egocentrismo y egoísmo y, como resultado, pudo alcanzar la iluminación. Por lo tanto, la iluminación en sí misma proviene de la actitud de valorar a los demás. El hecho de que todos estemos sufriendo ahora en una existencia incontrolablemente recurrente se debe al hecho de que no hemos podido desarrollar una actitud de valoración por los demás.

Por ejemplo, están los grandes arhats de las clases pratyekabuda y shrávaka que se han liberado de la existencia incontrolablemente recurrente y han superado por completo el sufrimiento y la ilusión. Sin embargo, no han podido alcanzar el estado iluminado de un buda debido al egocentrismo que tenían. Por lo tanto, es extremadamente importante intercambiar la actitud de uno mismo por la de los demás. Necesitamos intentar desarrollar este cambio de actitud en nuestro continuo mental. Así como nos valoramos a nosotros mismos en el pasado, de ahora en adelante debemos valorar a todos los demás con la misma intensidad.

Desarrollo de la compasión

Si pensamos cuidadosamente en estos puntos anteriores, tendremos un muy buen desarrollo de las siguientes actitudes, las actitudes de amor y compasión.

¿Qué es la compasión? Es la actitud con la que deseamos absolutamente a todos que estén libres del sufrimiento, sin diferenciar entre amigos o enemigos. Es la actitud con la que deseamos con mucha fuerza: “Qué maravilloso sería si absolutamente todo el mundo estuviera libre de sufrimiento”.

Necesitamos pensar mucho en todos estos puntos que vienen en las etapas previas al desarrollo de la compasión. Si estos puntos no se han desarrollado con mucha fuerza en nuestra mente, simplemente meditar solo en la compasión y sentir: “Ahora tengo una gran compasión”, es como poner una cucharada de harina sobre un vaso con agua: la harina simplemente se quedará en la superficie del agua y no se mezclará por completo. Si, por el contrario, hemos pensado con mucho cuidado en las etapas precedentes, desarrollaremos una compasión muy bien integrada y estable.

¿Cómo podemos desarrollar esta actitud de compasión? Necesitamos pensar en algún ser vivo que esté en un estado de sufrimiento horrible. Por ejemplo, podemos visualizar ante nosotros una oveja que está siendo sacrificada al cortarle el pecho con un cuchillo, alguien mete la mano y saca el corazón; mueren así. O podríamos pensar en la forma en que se mata a los búfalos de agua en Asia: con un gran garrote de madera golpean al búfalo en la cabeza quizás una docena de veces antes de que el animal muera. También podemos imaginar cómo se mata a los cerdos en algunos lugares. El cerdo está atrapado, rodeado por personas con lanzas afiladas que apuñalan al cerdo para que las tripas y todo se derramen. Luego, mientras el cerdo aún está vivo, lo toman y lo arrojan sobre las brasas de fuego. Deberíamos considerar la forma en que se mata a las tortugas grandes en algunos lugares. Mientras la tortuga aún está viva, comienzan a cortar trozos de su carne hasta que finalmente muere. Necesitamos pensar en ejemplos así de horribles. En algunos lugares, colocan a pequeñas criaturas marinas que todavía están vivas en aceite hirviendo o agua hirviendo y las cocinan; las hierven vivas. Piensen en cuánto sufrimiento deben experimentar estas pobres criaturas. Al pensar en ejemplos tan horribles como estos, de sufrimiento absolutamente patético y horrible, seremos capaces de desarrollar la compasión.

No solo pensamos en el sufrimiento de los demás, sino que también hemos acumulado todo el potencial kármico negativo para renacer y experimentar este tipo de sufrimiento nosotros mismos. Necesitamos pensar en lo horrible que sería experimentar el sufrimiento que padecen estas criaturas. Deberíamos pensar: “Tengo todo el potencial kármico para renacer así. Si después de morir, nazco en la condición de uno de estos animales y tengo que experimentar el tipo de sufrimiento y el horrible destino que tienen, ¡qué absolutamente terrible sería!”. Necesitamos pensar con mucha fuerza en cómo sería experimentar esto.

A continuación, debemos pensar en nuestra propia madre; ella también ha acumulado una enorme cantidad de potencial kármico negativo para renacer en una de estas condiciones. Imaginen lo que sería si nuestra madre tuviera que experimentar este terrible tipo de sufrimiento. De esta manera, desarrollamos un sentido de compasión por ella. Luego, debemos pensar en nuestro padre; él también ha construido este tipo de potencial kármico negativo. Imaginen lo terrible que sería si tuviera que experimentar este tipo de sufrimiento. Empiecen por intentar sentir algo así.

A continuación, debemos pensar en nuestro enemigo, alguien a quien no podemos soportar. Excepto por el hecho de que esta persona tal vez nos haya hecho un poco de daño, si experimentara este horrible tipo de sufrimiento, qué terrible sería. Traten de desarrollar algo de compasión por este enemigo.

Después de haber practicado y de habernos entrenado a nosotros mismos de esta manera, necesitamos pensar en todos los seres vivos y en lo terrible que sería si algún ser, cualquiera, tuviera que sufrir. Traten de desarrollar un fuerte deseo de que todos estén separados de experimentar un destino tan espantoso. Si desarrollamos este deseo, esta actitud de tener recordación de todos los sufrimientos que otros puedan tener y desear que se separen de él, cuando desarrollemos este tipo de compasión con mucha fuerza en nuestro continuo mental, entonces el logro de la budeidad no estará lejos.

Desarrollo del amor

Continuamos con la meditación sobre el desarrollo del amor. El amor y la compasión, aunque son dos cosas diferentes, están conectadas entre sí. Si meditamos directamente en cualquiera de ellos, indirectamente obtenemos el otro. Amor es un término general que se usa bastante. En este contexto, hay una diferenciación del amor reconfortante del que hablábamos antes. En este marco, el amor se define como la actitud con la que deseamos que todos sean felices, porque al igual que nosotros, todos quieren ser felices. Aunque quieren ser felices, la mayoría de las personas no conocen los métodos para serlo. En busca de la felicidad, algunas personas pueden salir a robar, y otras pueden aceptar un trabajo como alguien que mata animales. Si bien pueden obtener un poco de felicidad, realmente no conocen el método real para lograr una felicidad duradera.

Entrenarnos en el amor y la compasión para tomar el sufrimiento de los demás

Necesitamos entrenarnos para desarrollar esta actitud de desear que todos tengan felicidad. Una vez que hemos desarrollado la actitud de compasión, deseando que todos se separen del sufrimiento, y la actitud de amor, deseando que todos sean felices, entonces, dado que además ya tenemos este amor reconfortante -los valoramos a todos y nos sentimos molestos si algo les sale mal-, lo que tenemos que hacer es entrenarnos más.

Nuevamente, necesitamos imaginar varios seres frente a nosotros que tienen mucho sufrimiento. Por ejemplo, las criaturas del infierno o los seres humanos que sufren un gran dolor, una enfermedad o están muriendo, y necesitamos imaginar que les quitamos este sufrimiento al asumirlo nosotros mismos. Este es el tipo de visualización que debemos hacer para entrenarnos. Necesitamos tomar el sufrimiento de los demás para liberarlos de su sufrimiento.

Si desarrollamos esta actitud de desear que otros se separen del sufrimiento, entonces tenemos que, de hecho, hacerlo activamente. Debemos entrenarnos en la práctica real de liberarlos de su sufrimiento. Por lo tanto, visualizamos a estos seres sufriendo frente a nosotros y les quitamos el sufrimiento aceptándolo en nosotros mismos. Podemos imaginar que su sufrimiento los abandona y que lo inhalamos por la fosa nasal izquierda. De esta manera, tomamos todos sus sufrimientos y problemas. Cuando hemos tomado todo el sufrimiento de los demás, los demás se encuentran en un estado de no tener ningún sufrimiento. Sin embargo, necesitan más que eso. Lo que tenemos que hacer, con el aliento que sale de nuestra fosa nasal derecha, es imaginar que les damos todo lo que necesitan. En otras palabras, imaginamos que todos los resultados kármicos de todas las acciones constructivas que hemos hecho, cualquier cosa positiva que hayamos hecho en el pasado, sale de nosotros y madura en este otro ser.

Si hay alguien sin hogar, imaginamos que el resultado de todos nuestros potenciales positivos maduran en esta persona y le dan un lindo hogar. Si no tiene nada en la casa, o no tiene muebles, imaginamos que le damos muebles. Imaginamos que le damos ropa y comida y cosas así. Una vez que nos hemos ocupado de su bienestar material, debemos imaginar que le damos las enseñanzas del Dharma y que esta persona también puede desarrollar el amor y la compasión en su continuo mental. De esta manera, pasamos por un proceso completo de eliminar su sufrimiento y luego darle toda nuestra felicidad por medio de nuestras “raíces de virtud” o potenciales positivos que maduran en ella.

Hubo un gran maestro, Maitriyogui, quien fue uno de los maestros de Atisha, que hizo estas prácticas. Hay un ejemplo famoso de una vez que estaba dando un discurso y alguien golpeó a un perro con un palo. Maitriyogui vio esto e inmediatamente hizo esta práctica de tomar el sufrimiento de otro ser. En su brazo, correspondiendo con el lugar en la pata del perro, desarrolló un gran hematoma.

Hay un gran lama reciente conocido como Khunu Lama Rinpoche que vino del distrito de la India en las montañas conocidas como Khunu. Relataba la historia de un hombre en Khunu que hizo esta práctica. Acudió con alguien que tenía una lesión en la cabeza muy grave e hizo esta práctica de tomar el sufrimiento y la enfermedad de los demás. El hombre desarrolló este dolor de cabeza y la otra persona se curó.

La forma incorrecta de practicar

Había dos personas y una estaba muy enferma y acostada en la cama. La otra persona se sentó a su lado y dijo: “Que tu enfermedad venga sobre mí. Que pueda yo morir en tu lugar”. Estaba oscuro y no podían ver muy bien. Un burro tenía una bolsa de comida en la cabeza y comenzó a caminar por la puerta de la casa. Aunque la persona estaba sentada allí y decía: “Que pueda yo morir en tu lugar, que la enfermedad venga a mí”, cuando vio esta oscura figura del burro con una bolsa en la cabeza que entraba por la puerta, se imaginó que era el fantasma o espíritu maligno que causaba la enfermedad de su amigo. Inmediatamente gritó: “¡Oh! ¡Atrápalo a él, no a mí, a él!".

No deberíamos practicar así. Necesitamos ser muy sinceros sobre el sufrimiento de alguien que realmente viene a nosotros. Esto es muy difícil de practicar de inmediato, no es algo que suceda repentinamente. Por otro lado, no es algo imposible de desarrollar. Al entrenarnos constantemente con estos métodos, podremos desarrollar estas actitudes. Podemos llegar a un estado en el que tengamos una gran felicidad a través de estas prácticas.

Para desarrollarnos más, necesitamos imaginar que todas las enfermedades del mundo vienen a nosotros y que todo el mundo está libre de todas las enfermedades. Cuando estamos realmente enfermos, podemos imaginar que todas las enfermedades de todos los demás vienen a nosotros. Cuando estamos enfermos, tenemos sufrimiento físico por la enfermedad, pero también hay sufrimiento mental además de esto. Por ejemplo, podríamos enojarnos y deprimirnos, y pensar: “¿Por qué yo?”. Es muy posible deshacerse de estos pensamientos, e incluso si estamos enfermos, estar en un estado mental muy feliz. La forma de hacer esto es pensar: “Que todo el sufrimiento de los demás, de todos los demás que están enfermos, que toda esa enfermedad caiga sobre mí”. De esta manera, en lugar de tener todo el sufrimiento mental y la autocompasión, nos sentimos muy felices de tomar el sufrimiento de todos los demás.

La determinación excepcional

Hay una fase adicional después de practicar así, más allá de nuestros esfuerzos por desarrollar esta actitud de compasión, deseando que todos estén libres de su sufrimiento, y la actitud de amor, deseando que todos sean felices. A medida que estas actitudes se hacen cada vez más fuertes, la siguiente etapa es pensar: “Yo mismo voy a liberar a todos del sufrimiento. Yo solo voy a hacer felices a todos”. Esta actitud con la que asumimos esto se conoce como “la determinación excepcional”.

Aunque tengamos esta noble y extraordinaria determinación de hacerlo nosotros mismos, no somos capaces de ayudar realmente ni a un solo ser, mucho menos a todos los seres vivos. Si preguntamos si hay alguien capaz de trabajar en beneficio de todos y cumplir los deseos de todos, sí, lo hay. ¿Cómo se llama el que puede trabajar para lograr los propósitos de todos? El nombre de esa persona es un buda. ¿Podemos alcanzar el estado de buda nosotros mismos? Sí podemos. ¿Existen métodos para poder alcanzar ese estado? Sí, existen métodos. Debemos sentir que necesitamos seguir absolutamente estos métodos y que definitivamente tenemos que alcanzar la iluminación nosotros mismos para poder realmente cumplir con todos los propósitos de los demás.

Tal estado mental que desea alcanzar el estado iluminado de un buda para ayudar a otros se conoce como el anhelo iluminador de la bodichita. Para generar tal actitud en nuestro continuo mental, necesitamos practicar. Debemos entrenarnos, lenta y constantemente, en todas las actitudes y estados mentales previos que hemos estado discutiendo. Generar estas actitudes no es de ninguna manera imposible. Si practicamos mucho y generamos estos pensamientos con mucha sinceridad, lentamente seremos capaces de desarrollar tales actitudes.

Etapa de aspiración y etapa comprometida de la bodichita

Este anhelo iluminador de la bodichita tiene dos etapas diferentes. La primera es el estado de aspiración y la segunda es cuando realmente nos involucramos en la práctica. Todo lo que hemos abordado hasta ahora se refiere al estado de aspiración de la bodichita.

El material que acabamos de cubrir se aborda en las siguientes líneas del verso nueve:

(9) Con la creencia suprema en las Tres Joyas Supremas, con la rodilla doblada tocando el suelo y las palmas presionadas juntas, en primer lugar, toma dirección segura tres veces.

Estas líneas describen cómo comenzamos tomando refugio para desarrollar el anhelo iluminador de la bodichita.

Los siguientes dos versos expresan la forma de desarrollar el amor y la compasión. Como se mencionó, el amor y la compasión toman como objeto a todos los seres vivos. El aspecto de la compasión es el deseo de que estén libres de sufrimiento; del amor, es el deseo de que sean felices.

(10) A continuación, con una mente de amor hacia todos los seres limitados como un inicio, observa a todos los seres errantes, sin excluir a ninguno, que sufren del nacimiento y demás en los tres peores reinos, y de la muerte, la transferencia, etc.
(11) Después, con el deseo de que todos los seres errantes sean liberados del sufrimiento del dolor, del sufrimiento, y de las causas del sufrimiento, genera la bodichita comprometida con la cual nunca retrocederás.

La línea en el verso once, genera la bodichita comprometida con la cual nunca retrocederás, significa que, sobre la base de las prácticas anteriores, desarrollamos el anhelo iluminador de simplemente aspirar a alcanzar la iluminación para beneficiar a todos los seres. Además, necesitamos hacer una fuerte promesa de no dar marcha atrás de esta gran aspiración hasta que realmente alcancemos la iluminación. Ese es el estado comprometido de la bodichita de aspiración.

Son muchos los grandes beneficios que se pueden derivar de generar tales actitudes. Esto se menciona en el texto en el siguiente verso:

(12) Los beneficios de generar mentes de aspiración como esta han sido detalladamente explicados por Maitreya en El sutra extendido como el tronco de un árbol.

Hay más de doscientos ejemplos proporcionados en los textos escriturales sobre los beneficios de desarrollar semejante anhelo iluminador. Más específicamente, hay ejemplos de cómo comprender los beneficios de desarrollar un anhelo iluminador de la bodichita. Por ejemplo, brevemente, está una semilla. El anhelo iluminador de la bodichita es como una semilla que produce como resultado, o fruto, el estado iluminado de un buda. Otro ejemplo es un campo en el que plantamos una semilla.

Otro ejemplo más es una lanza. Con una lanza podemos superar todas las condiciones no conducentes, como enemigos u obstáculos; podemos vencerlos con una lanza atravesándolos. Lo mismo ocurre con la bodichita; podemos atravesar todas las condiciones y obstáculos no conducentes para alcanzar la iluminación.

De todas las sustancias preciosas, como el oro, la plata y las joyas, se considera que la más preciosa es el diamante. De manera similar, otro ejemplo es que la bodichita es como un diamante.

Necesitamos pensar en estas analogías sobre la importancia de desarrollar este anhelo iluminador de la bodichita. De hecho, tres veces cada mañana y tres veces cada noche, necesitamos pensar en los beneficios y tratar de generar esta actitud una y otra vez. Esto hará que nuestra generación del anhelo iluminador sea cada vez más fuerte. Sobre este punto, el texto dice:

(13) Cuando hayas leído este sutra o cuando hayas escuchado a tu gurú al respecto, y te hayas dado cuenta de los beneficios infinitos de la bodichita plena, entonces, como una causa para estabilizarla, genera esta mente una y otra vez.
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