Aplicar la vacuidad cuando estamos atascados en el tráfico

La vacuidad, o vacío, significa la total ausencia de formas imposibles de existencia. Nada puede existir establecido completamente por sí mismo, por su propio poder, sin apoyarse en nada más. Eso es imposible. Cuando, con el entendimiento de la vacuidad, deconstruimos la apariencia engañosa de que alguien existe de forma inherente como un idiota, por ejemplo, nos damos cuenta de que ser un idiota depende totalmente de la etiqueta mental y del concepto de idiota. Este entendimiento nos ayuda a no enojarnos cuando alguien toca el claxon escandalosamente y trata de rebasarnos en el camino.

No darse cuenta

El Buda enseñó en términos de las cuatro verdades nobles. Son cuatro hechos que son vistos como verdaderos por los seres altamente realizados, cualquier “arya”. Son, básicamente:

  1. Todos enfrentamos problemas en la vida.
  2. Estos problemas provienen de causas.
  3. Es posible alcanzar una completa detención de los problemas de tal forma que nunca regresen.
  4. Tal detención se alcanza con un entendimiento que elimina la causa de los problemas.

Cuando hablamos de la causa más profunda de nuestros problemas, se reduce a lo que, por lo general, se traduce como “ignorancia”. En español es mucho mejor el término “no darse cuenta”. La ignorancia implica que somos tontos, así que no es una buena palabra. No significa que seamos tontos.

Hay dos formas diferentes de no darse cuenta. Con una, no nos damos cuenta de la causa y el efecto en términos de nuestro comportamiento, esto es, que si actuamos de forma destructiva, eso causará problemas. En un nivel más profundo, estamos hablando de no darse cuenta de la realidad. Lo que sucede es que tenemos el hábito de imaginar que las cosas existen con una existencia inherente, lo cual podemos traducir también como “existencia autoestablecida”. Este es el hábito de aferrarnos a la existencia inherente. Debido a este hábito, automáticamente, a cada momento, nuestra mente hace que las cosas aparezcan como si existieran de forma inherente. Lo que esto significa es que aparecen como si hubiera algo del lado de las cosas que, por su propio poder, establece que existen como lo que aparecen, sin depender de nada más. Al no darnos cuenta de que esta forma de existencia no corresponde con nada real, tomamos las cosas como si de hecho existieran de esa manera.

Eso no es tan fácil de comprender. Ilustremos a lo que se refiere con el siguiente ejemplo. Supongamos que vamos manejando nuestro auto y hay alguien en el otro carril haciendo sonar su claxon y tratando de rebasarnos. ¿Cómo aparece esa persona ante nosotros? Aparece como un idiota que está tratando de rebasarnos. Esa persona parece existir de forma inherente como un idiota; aparece como si estuviera establecido como un idiota desde su propio lado, independientemente de todo lo demás. En otras palabras, es evidente que existe algún problema con esa persona, que lo convierte en un verdadero idiota que está tratando de rebasarnos y que toca el claxon. Escuchamos el claxon, vemos a la persona y automáticamente pensamos: “¡Idiota!”. La persona aparece de esa forma y creemos que esa apariencia corresponde con la realidad: es realmente un idiota.

Video: Gueshe Tashi Tsering — “La vacuidad en nuestra vida cotidiana”
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