Los últimos 5 puntos del entrenamiento mental, la bodichita más profunda

Desarrollar amor y compasión 

Incluso en el mundo material, no podemos poner todos nuestros esfuerzos en un movimiento fuerte y esperar obtener resultados inmediatos. En cambio, tenemos que trabajar progresivamente en etapas. Esto es cierto en términos de trabajar en nuestra mente y trabajar en nuestras actitudes. Para mejorar nuestras actitudes, tenemos que trabajar poco a poco a través de etapas. Por ejemplo, si tenemos mucha ira, primero tenemos que aprender a reconocer nuestra ira y luego tratar de ver todos los inconvenientes de enojarnos, darnos cuenta de que, desde cualquier punto de vista que tomemos, la ira es desventajosa.

Si tenemos mucha ira y no nos hemos entrenado adecuadamente, entonces cuando tratamos de aplicar los cuatro poderes oponentes con demasiada fuerza, no somos capaces de manejarlo. Como dicen los psicólogos y psiquiatras occidentales, si tratamos de reprimir nuestra ira, eso causará una gran cantidad de energía frustrada y daño. En su lugar, sugieren que tratemos de liberar esa ira de una manera más relajada para evitar los problemas de acumular ira reprimida dentro de nosotros.

Hasta cierto punto, creo que tienen razón, porque en ciertas circunstancias necesitamos desahogar nuestra ira de manera pacífica si aún no estamos listos para aplicar los oponentes para deshacernos de ella. Sin embargo, necesitamos diferenciar dos casos distintos de sentir ira o arrogancia. Una situación es simplemente que, si no desahogamos la ira y soltamos la energía, terminamos con muchos problemas. Luego hay otras situaciones en las que ese desahogo sólo acumula el mal hábito de ser indulgentes con nosotros mismos y siempre permitirnos enojarnos. Creo que tenemos que distinguir las circunstancias para cada situación y, por supuesto, siempre es mejor controlar nuestra ira o nuestra arrogancia. Tenemos que aprender a no tener que dejar salir esas emociones en absoluto, sino cuidarlas internamente sin crear más problemas para nosotros mismos.

Uno de los principales métodos a utilizar es pensar en la sensación opuesta a la que está dando problemas. Por ejemplo, si tenemos ira, lo contrario de eso es el amor a los demás. Así que, si nos encontramos enojados con alguien, podemos tratar de sentir interés amoroso y sincero por él o ella. Y cada vez más, nos damos cuenta de las ventajas de tener una actitud amorosa y las desventajas de estar enojados, y de esta manera somos capaces de aplicar este oponente.

Incluso si somos incapaces de aplicar el sentimiento oponente en la situación – en este caso, amor – cuanto más nos familiarizamos con las desventajas e inconvenientes de la ira encontraremos que, cuando surge una situación en la que comenzamos a enojarnos, la fuerza de la misma se vuelve cada vez menor. De esta manera, pasamos por diferentes etapas de ser capaces de manejar y deshacernos de la ira.

Lo mismo es cierto para desarrollar la compasión por los demás. Antes de que podamos tener compasión por los demás y el deseo de que estén libres de sus problemas, primero tenemos que pensar en nuestros propios problemas, en cómo no los queremos y cómo nos gustaría deshacernos de ellos. Entonces podremos desarrollar simpatía y compasión por los demás basándonos en nuestros propios sentimientos, provenientes de nuestra propia experiencia. Todos estos estados mentales positivos son cosas que trabajamos gradualmente, por etapas.

Si decimos que deseamos que otra persona esté libre de problemas y sufrimientos, y nosotros mismos no reconocemos realmente las dificultades de nuestros propios problemas y sufrimientos, ¿cómo podemos desarrollar un deseo sincero de que otros estén libres de sus problemas? Si observamos a una persona que es feliz y está satisfecha, es bastante difícil desarrollar un sentimiento de compasión por ella, el deseo de que esté libre de problemas. Sin embargo, si vemos a alguien que obviamente está experimentando dificultades, es mucho más fácil desarrollar simpatía y este deseo hacia ella. Esto, por supuesto, se basa en nuestra propia comprensión de lo que es un problema, basado en nuestra propia experiencia de ellos.

La compasión por alguien es en realidad un tipo de actitud que se puede ver de dos maneras. Si está dirigida hacia otra persona, es simpatía y compasión; si se dirige hacia nosotros mismos, es lo que llamamos "determinación de estar libres de nuestros problemas" o "renuncia". Es el deseo de estar separados del sufrimiento y de los problemas dirigido, ya sea hacia nosotros mismos, que es la renuncia, o hacia los demás, que es la compasión.

Cuando pensamos en el sufrimiento, como renacer en algunos de los peores estados del renacimiento –los reinos sin gozo y demás– no podemos asumir que esto es algo muy alejado, algo descabellado que no tiene relación con nosotros, o que no hay necesidad de lidiar con ello. Necesitamos darnos cuenta de que las causas de renacer en los peores estados– todos los diversos tipos de potenciales negativos – se construyen y almacenan en nuestra propia continuidad mental. Dependiendo de los potenciales negativos en nuestra propia mente, es muy posible que en cualquier momento podamos caer a uno de los peores estados de renacimiento. Por lo tanto, es muy importante pensar en términos de causa y efecto conductual.

Tenemos que reflexionar sobre lo afortunados que somos de tener un preciado renacimiento humano, una preciada vida humana con abundante libertad y descanso para desarrollarnos espiritualmente. Al tener esta oportunidad de oro, es muy importante no desperdiciarla. Así que pensamos primero en nuestra preciada vida humana, en lo difícil que es alcanzarla y en lo fácil que es perderla. Esto nos lleva al pensamiento de la muerte y la impermanencia, ya que podemos morir en cualquier momento y no sabemos cuándo. Por lo tanto, conservamos un poderoso darse cuenta de las cuatro realidades de los nobles: la naturaleza de los verdaderos sufrimientos, sus verdaderos orígenes, la posibilidad de obtener una verdadera detención de estos sufrimientos, y los verdaderos caminos de la mente que podemos desarrollar para lograrlo. Así es como aprovechamos esta preciada vida, entrenando y construyendo todos estos estados mentales.

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