Nuestras vidas son muy complejas. Llevamos muchas vidas: una vida familiar, una vida social, una vida laboral, una vida escolar, una vida deportiva, una vida espiritual y mucho más. Tenemos tantas relaciones – con nuestra pareja, amigos, padres, hijos, las personas con las que trabajamos e incluso con la sociedad en general. Cuando tenemos problemas con cualquiera de ellos y solo nos quejamos nos sentimos terriblemente. Nuestra vida parece tan fragmentada y desunida. Pero al identificar y enfocarnos en los puntos positivos de cada uno de ellos, podemos aprender a ponerlos todos en armonía, de tal forma que nuestra vida funcione como un todo y nos sintamos más plenos.