Repaso
Ayer hablamos sobre el significado del tantra, un flujo de continuidad que permanece para siempre. Hay un nivel básico: nuestro continuo mental con los factores de la naturaleza búdica. Estos incluyen nuestros entramados de fuerza positiva y conciencia profunda, y la naturaleza relativa y más profunda de nuestra mente. En el nivel básico, dan surgimiento a nuestro renacimiento incontrolablemente recurrente, el samsara. En el nivel del camino, estos factores de naturaleza búdica ya no dan surgimiento al renacimiento samsárico ni a las experiencias samsáricas de nuestra vida ordinaria. En cambio, dan surgimiento a aquellas cosas que son similares al resultado que queremos lograr y que nos ayudarán a lograr ese resultado. Estas son las figuras búdicas, o yidams, por ejemplo, y nuestra comprensión de la vacuidad. Luego, en el nivel resultante, estos factores de naturaleza de buda se transformarán y darán surgimiento a los cuerpos iluminadores de un buda. Tantra significa esta continuidad de nuestros factores de naturaleza búdica en cada uno de estos tres niveles.
El tantra también tiene esta connotación de un telar en el que entretejemos todas las diferentes comprensiones profundas y entendimientos que hemos desarrollado en el camino del sutra. En el camino del sutra, estamos trabajando con énfasis en las causas que producirán los Cuerpos de un buda, mientras que en el tantra estamos trabajando en algo similar al resultado: las llamadas "purezas". Esto implica imaginarnos a nosotros mismos ya en la forma de estas figuras búdicas que tienen todas las cualidades de un buda, como la influencia iluminadora para poder beneficiar a todos los seres. Nuestro discurso tiene una forma iluminadora representada por los mantras. Nuestro entorno es puro como el de los mándalas. Nuestra mente es pura en términos de comprender la vacuidad y tener bodichita. Nuestra forma de disfrutar las cosas es pura, sin perturbaciones de apego, aferramiento, etc.
Tenemos todas estas purezas que imaginamos en nuestra práctica del tantra. Imaginar que las tenemos ahora está muy en concordancia con la bodichita, con la que nos enfocamos en nuestra propia iluminación individual que aún no han acontecido, pero que puede acontecer sobre la base de estos factores de naturaleza búdica. Por lo tanto, queremos renunciar al nivel básico de nuestro cuerpo, palabra, mente, entorno, actividades y formas de disfrutar, y pasar al nivel puro del resultado a través del nivel del camino. La vacuidad o vacío de nuestra mente, así como su naturaleza convencional, permiten esta transformación.
Todos estos puntos que hemos estado discutiendo embonan y el tantra es una forma de entrelazarlos muy bien para que todos se combinen en un paquete que generamos en un solo estado mental en un momento dado. Esto es lo que anhelamos hacer con el logro de la iluminación.
Superar los doce eslabones de surgimiento dependiente
En el nivel básico, experimentamos no solo el sufrimiento del sufrimiento, nuestra infelicidad, y el sufrimiento del cambio, nuestra felicidad ordinaria que nunca dura, nunca satisface, etc., sino también, lo que es más importante, el tercer tipo de sufrimiento: el sufrimiento que todo lo impregna. Esto se refiere a nuestro renacimiento incontrolablemente recurrente con los llamados cinco agregados "manchados". Los cinco agregados manchados incluyen todos los factores cambiantes que conforman cada momento de nuestra experiencia. Son la base para que podamos experimentar los dos primeros tipos de sufrimiento: nuestra infelicidad o felicidad ordinarias, por decirlo en términos simples.
Nuestros cinco agregados están “manchados” de ignorancia; en otras palabras, nuestra confusión sobre la realidad, nuestro no saber cómo existen las cosas y cómo existimos nosotros o conocerlas de manera inversa. Esta ignorancia genera una mayor perpetuación de estos agregados, también manchados de ignorancia. Los doce eslabones de surgimiento dependiente describen cómo ocurre este proceso y es muy importante entender cómo funcionan, lo que significa cómo funciona el samsara, que es lo que pretendemos transformar con el tantra.
En términos de los doce eslabones, nuestra ignorancia genera emociones perturbadoras, que conducen a los impulsos kármicos de cometer acciones basadas en ellas, que luego dejan repercusiones kármicas en nuestro continuo mental en el aspecto de nuestros entramados de fuerza positiva y fuerza negativa. Una parte de esta repercusión kármica es activada más adelante por más emociones perturbadoras para "arrojar" a ese continuo mental a un renacimiento posterior. En ese renacimiento, esa repercusión kármica madura no solo en nuestro cuerpo, palabra y mente, sino también en nuestras actividades de cuerpo, palabra y mente, nuestra experiencia de nuestro entorno y los niveles de felicidad o infelicidad con los que experimentamos cada momento. Estos son los fenómenos del nivel base que, con la práctica del camino del tantra, imaginamos que están en formas puras y que, en el nivel resultante, están en las formas puras de un buda. Todo el proceso de transformación en el tantra, específicamente en el tantra anutarayoga, implica transformar este ciclo repetitivo de muerte, bardo y renacimiento que ocurre a través del mecanismo de los doce eslabones.
Si entendemos eso, entonces con la clase superior de tantra, en lugar de activar esta repercusión kármica que solo nos impulsará a un nuevo renacimiento con una base para más y más sufrimiento, queremos enfocarnos en la vacuidad con un estado mental dichoso y no con nuestros tipos ordinarios de sensaciones. De esa manera, podemos producir la generación de los Cuerpos de Forma de un buda a partir del entramado de fuerza positiva que tenemos como factor de la naturaleza búdica, cuando lo hemos dedicado con bodichita a nuestra iluminación. Es a partir de nuestro entramado de conciencia profunda que alcanzamos la mente Dharmakaya de un buda.
Karma
Cuando hablamos de las repercusiones kármicas y los entramados de potencial positivo y negativo, puede ser útil aclarar algunos posibles malentendidos sobre el karma. El karma a menudo se traduce como "acciones". Probablemente esto se deba a que la palabra tibetana es la palabra coloquial para "acciones". Sin embargo, si lo tomamos literalmente, entonces si el causante de los problemas del que debemos deshacernos son nuestras acciones, entonces lo único que tenemos que hacer es dejar de hacer cualquier cosa y entonces estaremos libres de sufrimiento y karma. Ese, obviamente, no es el significado.
Al observar las definiciones y explicaciones de los textos de los grandes maestros budistas indios, vemos que el karma se refiere a la compulsividad de nuestras acciones. Según una serie de comentarios, el karma es estrictamente un estado mental: el impulso imperioso que nos lleva a pensar, hablar o actuar compulsivamente bajo la influencia de la ignorancia y las emociones perturbadoras. Según otro conjunto de comentarios, este es el caso de las acciones de la mente, pero para las acciones del cuerpo y el habla, el karma se refiere a los movimientos compulsivos del cuerpo o expresiones compulsivas del habla con las que llevamos a cabo nuestras acciones del cuerpo o del habla. En cualquier caso, actuamos compulsivamente bajo la influencia de emociones perturbadoras como la codicia, el apego, la ira, la hostilidad, la confusión, la mentalidad cerrada, etc. Esto conduce no solo a un comportamiento destructivo compulsivo, sino también a un comportamiento constructivo compulsivo. La compulsividad está ahí debido a las tendencias y hábitos previos que hemos construido.
Por ejemplo, podemos hacer el bien compulsivamente, lo que, para usar un término occidental, es bastante neurótico. Es perfeccionismo, con el que nos sentimos obligados, por ejemplo, a limpiar nuestra casa o lavarnos las manos una y otra vez u ofrecer ayuda a todos, aunque no la quieran o no la necesiten. Podríamos estar escribiendo y nunca estar satisfechos con lo que escribimos. Siempre lo estamos corrigiendo más y más, sin poder terminar nunca. Esta es la compulsividad del karma y es el problema del karma. El karma, impulsado por la ignorancia y las emociones perturbadoras, produce el nivel básico, el samsara, del que nos esforzamos por purificarnos con el tantra con el fin de alcanzar la iluminación.
La mente o actividad mental
A medida que ocurre el ciclo de la muerte, el bardo y el renacimiento, la mente pasa por diferentes niveles. La muerte es lo más sutil, luego viene el bardo y, luego, con el renacimiento, la mente está en su nivel más burdo. Con la iluminación, la mente permanece siempre en su nivel más sutil. Pero, ¿qué es la mente?
Cuando hablamos de mente en el budismo, no estamos hablando de una "cosa". Es mucho más fácil de entender si concebimos la mente en términos de actividad mental. Hay una cierta actividad cognitiva que ocurre todo el tiempo, momento a momento. Esto generalmente se define como claridad y darse cuenta, y a veces se agrega la palabra "mera", que significa "solamente". Veamos cada uno de estos términos.
La claridad es el aspecto de la actividad mental que da surgimiento a la apariencia mental de algo, algo así como un holograma mental. Eso es lo que realmente está sucediendo con la actividad mental, incluso desde un punto de vista occidental. Por ejemplo, con la vista, tenemos fotones que llegan y golpean las células fotosensibles en nuestra retina, se traducen en impulsos eléctricos y químicos, los cuales viajan a varias regiones del cerebro y, de alguna manera, surge lo que experimentamos como un holograma mental visual, algo visible.
Sin embargo, el surgimiento de un holograma mental no es como el surgimiento de una imagen en un espejo. También hay un aspecto cognitivo, un involucramiento cognitivo de saber o no saber qué es algo, alguna emoción, una sensación de felicidad o infelicidad, etc. Este es el aspecto del darse cuenta de la actividad mental.
Un surgimiento mental y un involucramiento mental no son dos actividades consecutivas. No es que primero surge algo visible y luego lo vemos, o primero surge un pensamiento y luego lo pensamos. El surgimiento y el involucramiento son una y la misma actividad, descrita desde dos puntos de vista. También hay un componente energético relacionado con la actividad mental. Esta energía se llama "viento" en el lenguaje figurativo del Dharma. Esto describe la actividad mental desde el punto de vista de la energía física. La base física general del cerebro, el sistema nervioso, etc., es el equipo con el que se produce la actividad mental.
La mente, entonces, es la experiencia individual y subjetiva de algo, que los científicos describen, desde una perspectiva material y objetiva, en términos del funcionamiento del cerebro. Estas dos descripciones no son contradictorias. La palabra "mera" o "solamente" en la definición se refiere al hecho de que únicamente estos aspectos están involucrados con la actividad mental. No hay un "yo" separado que lo haga suceder o que lo observe. La ciencia estaría de acuerdo.
La transformación de la actividad mental
Durante el ciclo de muerte, bardo y renacimiento, los diferentes niveles de actividad mental que ocurren tienen diferentes niveles de viento de energía que los sustentan. Así como los vientos de energía del nivel más burdo de la mente son los más burdos, los del nivel más sutil de la mente son los más sutiles. Durante la muerte, la actividad mental y los vientos de energía son los más sutiles; durante el bardo, ambos son meramente sutiles, y con el renacimiento, ambos se vuelven burdos.
Este nivel burdo de actividad mental y viento de energía ocurre con la cognición sensorial: ver, oír, etc. Los hologramas mentales que surgen entonces están hechos de vientos de energía burda. El nivel sutil de ambos ocurre con la cognición conceptual, que ocurre al pensar, imaginar, visualizar y soñar. También ocurre durante el bardo. Los hologramas mentales están hechos de vientos de energía sutil. La mente más sutil, llamada "mente de luz clara", y el viento de energía más sutil se manifiestan en la muerte. Entonces, los hologramas mentales están hechos de este viento de energía más sutil. A medida que renacemos a través del mecanismo de los doce eslabones, nuestra actividad mental y vientos de energía tienen altibajos repetidamente, de lo burdo a lo sutil y viceversa, impulsados por la ignorancia, el karma y las emociones perturbadoras. Este es el nivel básico que queremos transformar y del que queremos deshacernos.
La diferencia general entre luz clara y rigpa
Mucha gente está involucrada con el dzogchen, así que debo señalar, como un comentario aparte, la diferencia entre luz clara y rigpa. La luz clara es este nivel mental más sutil, con o sin las manchas de las repercusiones kármicas y los hábitos y tendencias de la ignorancia y las emociones perturbadoras. Estas manchas no forman parte de la naturaleza esencial de nuestra actividad mental. Son fugaces y se pueden quitar.
En el nivel base, la mente de luz clara que experimentamos al morir todavía tiene estas manchas fugaces. En los niveles avanzados del camino, las manchas fugaces se eliminan parcialmente. En el nivel resultante, se han ido para siempre. Pero en los tres niveles, la naturaleza esencial de nuestra actividad mental es pura. Ese aspecto puro e inmaculado es rigpa, "conciencia pura".
Etapa de generación y etapa completa del tantra anutarayoga
En la práctica del tantra auténtico, específicamente en el tantra anutarayoga, emulamos este proceso de muerte, bardo y renacimiento. Para la muerte, emulamos bajar al nivel de luz clara de la actividad mental, que hemos descrito como bajar la escalera del samsara al sótano. Una vez allí, no queremos volver a subir esa escalera del samsara, lo que normalmente haríamos por nuestros hábitos de ignorancia al activar las tendencias kármicas que están manchando este nivel de luz clara. Para evitar eso, nos enfocamos en la vacuidad al emular este nivel mental de luz clara. Hacer esto nos permite emular, en cambio, que subimos la escalera del nirvana hacia la iluminación.
El tantra anutarayoga tiene dos etapas de práctica, la etapa de generación y la etapa completa, a veces traducida como la "etapa de desarrollo" o "etapa de creación" y la "etapa de compleción". En la etapa de generación, que es lo primero, en realidad no podemos llegar al nivel de luz clara, por lo que simplemente nos imaginamos haciéndolo. Además, solo tenemos un nivel conceptual de comprensión de la vacuidad y solo un cierto nivel de bodichita elaborada. A partir de simular una cognición de luz clara de la vacuidad, imaginamos que surgimos en la forma de una figura búdica, un yidam similar a los Cuerpos de Forma que lograremos. Esto generalmente se hace en dos pasos: primero en una forma simple y luego en una más compleja, como Sambogakaya y Nirmanakaya.
En la etapa completa, las herramientas ahora están listas - ahora hemos alcanzado un estado conjunto de shámata y vipáshana - para poder acceder y manipular las energías sutiles de nuestro sistema de energía sutil - los chakras y canales - para que finalmente podamos para acceder al nivel de luz clara de la mente con una cognición no conceptual de la vacuidad. Entonces podemos generar un facsímil de un cuerpo de forma a partir de los vientos de energía más sutiles, aunque todavía necesitamos lograr una verdadera detención de las manchas que aún oscurecen nuestra mente de luz clara.
Todo esto tiene que ver con la definición de actividad mental: la actividad mental da surgimiento a apariencias cognitivas con cierto involucramiento cognitivo. En lugar de que nuestra actividad mental dé surgimiento a nuestras apariencias ordinarias, queremos que dé surgimiento a una apariencia pura de una figura búdica, su mándala y el entorno que la rodea. No solo nos estamos generando en el aspecto de estas apariencias puras basadas en los potenciales de nuestros propios factores de naturaleza búdica para dar surgimiento a nuestra propia iluminación que aún no ha acontecido, sino que también podemos imaginar a todos los demás con estas apariencias puras de una figura búdica, etc., sobre la base de sus factores de naturaleza búdica. ¿Ven cómo, de esta manera, todo esto se relaciona también con el amor, la compasión y la ecuanimidad?
Hay muchas formas de trabajar con esto. Podemos ver las diversas explicaciones. El Sakya, por ejemplo, habla de la inseparabilidad de samsara y nirvana. Esto se refiere a la capacidad del nivel de luz clara para dar surgimiento a apariencias tanto samsáricas como nirvánicas. Ambos tipos de apariencia tienen la misma naturaleza de ser una apariencia cognitiva. Ambos surgen igualmente de la función común de creación de apariencias de la actividad mental. Debido a esto, cuando estamos haciendo estas visualizaciones de que todo es puro a nuestro alrededor, no es que no podamos cruzar una calle porque no podemos ver los autos. Lo que experimentamos es casi como una superposición en la que podemos ver los niveles samsárico y nirvánico simultáneamente, y luego se trata de en cuál ponemos el énfasis. De lo contrario, no podemos funcionar.
Como se enfatiza en las enseñanzas sobre la vacuidad, necesitamos entender la vacuidad como que significa surgimiento dependiente. No se contradicen. La vacuidad no obstruye la funcionalidad de las cosas; más bien, permite que las cosas funcionen. Hacer estas visualizaciones no debería ser un método para acabar con todo lo que sucede a nuestro alrededor. Sin embargo, es una forma de ver lo que es posible desde el potencial que el entorno y todos tienen, en lugar de superponer nuestra visión habitual imposible de cómo existen las cosas.
En resumen, lo que queremos tener en ese nivel del camino del tantra es un facsímil de lo que sucederá con el nivel resultante. En la etapa de generación, esto se hace con imaginación, imaginando o creando algo con nuestra imaginación. En la etapa completa, realmente podemos hacer que algo surja de las energías más sutiles. Además, estamos acumulando más y más fuerza positiva, no solo sentándonos allí y meditando, sino haciendo algo para ayudar a los demás, además de imaginar que estamos ayudando a todos los demás. No basta con imaginar o visualizar eso, realmente tenemos que hacer algo.
Renuncia
A través de la práctica repetida, construyendo un potencial cada vez más positivo y una conciencia profunda dedicada a nuestra iluminación, con el tiempo podemos alcanzar el estado iluminado de un buda en el que todos los llamados "oscurecimientos" que manchan nuestra mente de luz clara se han ido. Hemos logrado una verdadera detención de todos los diferentes niveles sutiles de oscurecimientos para que no vuelva a surgir ninguna apariencia impura. Pensando en esto, podemos ver muy claramente que la renuncia es parte de todo el proceso. Necesitamos renunciar a la apariencia ordinaria y al proceso ordinario de renacimiento. “Renuncia” - la palabra real en tibetano, ngejung, significa volverse cierto y definitivo. Por eso lo traduzco como una determinación de ser libre.
Como un comentario aparte, podemos preguntarnos, en el proceso de desarrollo de la renuncia, ¿cuál es el estado emocional que acompaña a la renuncia? Recuerden, tenemos cinco agregados y eso significa que cualquier estado mental es una combinación de muchos factores. Con la renuncia, ¿cuál es la emoción que la acompaña? Al trabajar con ella en un nivel práctico, podemos desarrollar un poco de enojo con nosotros mismos: “Oh, esto es tan estúpido; ¿por qué estoy involucrado en esto?”. Podemos sentirnos disgustados y hartos de algo. Eso es parte de esto; sin embargo, estar enojados con algo y enojados con nosotros mismos por ser tan estúpidos es otra emoción perturbadora.
Por ejemplo, cuando queremos dejar de fumar, podríamos pensar: “Me di por vencido y fumé otro cigarrillo. Estoy tan molesto, decepcionado y disgustado conmigo mismo”. Esta es una visión muy negativa de nosotros mismos y no es un estado mental con el que podamos desarrollar la renuncia. Un estado mental que parece funcionar es el aburrimiento. “Estoy tan aburrido de enojarme. Estoy tan aburrido de preocuparme, tan aburrido de comer compulsivamente, he tenido suficiente”. Perdemos interés y es solo por aburrimiento y pérdida total de interés que realmente renunciamos a algo. No se basa en la ira o el disgusto. De esta manera es un alejamiento más natural y es algo interesante en lo que pensar y trabajar desde nuestra propia experiencia, especialmente cuando tenemos estos problemas incontrolables y recurrentes del samsara.
En el contexto del tantra, entonces, también necesitamos desarrollar la renuncia, la determinación de estar libres de toda nuestra creación de apariencias ordinarias y nuestro aferramiento a ellas. Para hacer eso, tenemos que aburrirnos de ello, aburrirnos de volver a subir continuamente las escaleras del samsara cada vez que morimos, sin saber nunca en qué habitación del samsara terminaremos. Tenemos que perder todo interés en él.
Transformación y función de las figuras búdicas
Gran parte del tantra está involucrado con la transformación, especialmente en la apariencia del cuerpo con el que surgimos de la luz clara. Como comentamos, uno de los beneficios del tantra es que, en lugar de enfocarnos en nuestro cuerpo ordinario, nos enfocamos en nosotros mismos apareciendo como una figura búdica. Con nuestro cuerpo ordinario, no tenemos un objeto estable en el que enfocarnos. Tenemos este dolor y ese dolor y demás, mientras que una figura búdica no cambia y no tiene dolores. Con una figura de buda como nuestro objeto de enfoque, siempre volvemos a enfocarnos en lo mismo cuando nuestra mente divaga.
También es importante comprender la función de estas figuras búdicas y por qué se encuentran en estas diversas formas. Son bastante raros desde nuestro punto de vista convencional. ¿Por qué querríamos surgir con cuatro brazos o seis o veinticuatro y todas estas caras y piernas y sosteniendo todas estas cosas? ¿Es eso realmente lo que queremos hacer?
Para comprender estas figuras búdicas, debemos revisar la descripción de los cuerpos búdicos en los que se transformarán. Este es otro ejemplo de lo que a veces trato de describir como el hecho de que el proceso de aprender el Dharma es el proceso de reunir las piezas del rompecabezas. Entonces, nuestra tarea es juntar las piezas del rompecabezas. Cuantas más piezas podamos juntar, más grande será la imagen. Estas piezas encajan de muchas maneras, no solo una. Otra pieza del rompecabezas del tantra se refiere a las funciones de los cuerpos de buda. Los Cuerpos de Forma cumplen los propósitos de los demás y el Dharmakaya cumple los propósitos de uno mismo.
Podemos empezar a pensar en esto en la llamada "meditación analítica". Esto es lo que nos lleva muy lejos en nuestra comprensión y práctica: analizar, discernir y tratar de descubrir de qué se trata nuestra práctica. Su Santidad el Dalái Lama siempre dice que la meditación analítica es el tipo principal de meditación que necesitamos hacer, y la que él mismo siempre hace.
Necesitamos algo de concentración, eso es cierto, pero eso no es lo principal que produce avances en el camino. Es simplemente una herramienta y eso se desarrollará. No es necesario que esperemos hasta obtener la concentración perfecta antes de que podamos obtener comprensión. La concentración debe ser con cierta comprensión. No es solo concentración por sí misma. Un músico o un deportista pueden concentrarse. Un león que acecha a un antílope puede concentrarse. Un niño que juega un videojuego puede concentrarse. Sin embargo, la comprensión es lo que elimina la ignorancia.
Queremos ayudar a otros con estos cuerpos de forma. Esta es la única razón para surgir en forma física. Es satisfacer los beneficios y anhelos de los demás. Estamos surgiendo de esta forma porque proporciona un método para que otros superen el sufrimiento y alcancen la iluminación. Ese es su único propósito y el propósito, también, de nuestra actividad iluminadora. Prefiero llamarlo "influencia iluminadora" porque un buda en realidad no tiene que hacer nada. Como el sol, un buda ejerce esta influencia iluminadora de muchas maneras: para calmar las cosas, estimularlas para que crezcan, tener las cosas bajo control y detener enérgicamente las acciones dañinas. Estos son los cuatro tipos de influencia que querremos ejercer.
Por cierto, para el término "visualización", imaginación es una mejor forma de traducirlo. No es solo visual. Es con todos los sentidos, emociones y todo. Imaginamos que tenemos esta influencia iluminadora. Tenemos todos estos brazos, piernas y caras porque son una representación gráfica de todas las cosas que queremos tejer juntas y que otros necesitarán tejer. No nos estamos generando en el Cuerpo de Forma de un buda por nuestro propio bien, o para nuestro propio beneficio. Lo estamos generando en beneficio de otros. Eso es algo en lo que pensar y, en realidad, no es tan extraño.
Así como pensamos que podemos beneficiarnos de meditar con estas figuras, todo el mundo puede beneficiarse de ellas. Las personas son diferentes y necesitamos poder tener diferentes figuras con diferentes números de brazos, piernas y caras, porque hay muchas cosas que deben tejerse juntas.
Por ejemplo, existen los 37 factores o prácticas que conducen a la liberación o la iluminación que se dividen en los cinco caminos, como el camino de acumulación o construcción, etc. Son compartidos por el Hinayana, el Mahayana y por todas las escuelas. ¿Cómo los mantenemos en mente? Podemos hacer eso visualizándonos a nosotros mismos como una figura como Vajrabhairava, también llamada Yamantaka, que tiene 34 brazos más cuerpo, palabra y mente, representando estos 37 factores. Con la práctica de Vajrayoguini, podríamos tener 36 dakinis en un círculo alrededor de una en el medio, conformando 37. Cuando representamos estos diversos puntos en forma gráfica, debemos tener en cuenta que ayuda a otros, no solo a nosotros mismos sino a todos, practicar así. Esto es lo que otros necesitarán, estas 37 prácticas. También tenemos las 37 prácticas del bodisatva paralelas a eso. Queremos surgir de esta forma en beneficio de otros para que puedan usarlo como método y, por supuesto, en el proceso nosotros lo estamos usando también como método. Recuerden, con el tantra ya nos estamos imaginando en el nivel resultante, no en el nivel del camino, aunque hacerlo es el nivel del camino. Pensemos en esto por unos momentos.