Las consecuencias autodestructivas de actuar compulsivamente bajo la influencia del aferramiento al yo y la actitud egocéntrica regresan para dañarnos como una rueda de armas afiladas que nosotros mismos hemos lanzado. Con una amplia presentación de situaciones dañinas que siempre nos acontecen, sus causas kármicas y las formas de comportamiento que las contrarrestarán, Dharmarákshita nos guía a la práctica del tonglen, dar y tomar. Necesitamos desarrollar la fuerza para tomar de los demás las emociones venenosas que causan su comportamiento destructivo y darles el antídoto, una comprensión correcta de la vacuidad.