El nombre de este texto es La rueda de las armas afiladas que golpea eficazmente el corazón del enemigo.
Te rindo homenaje de corazón, Yamantaka; tu ira se opone al Gran Señor de la Muerte. [1] [notas elaboradas por Gueshe Ngawang Dhargyey: ver al final del texto]
(1) En junglas de plantas venenosas se pavonean los pavos reales, aunque cerca se encuentran bellos jardines medicinales. Las manadas de pavos reales no encuentran placenteros los jardines, sino que prosperan con la esencia de las plantas venenosas.
(2) De manera similar, los valientes bodisatvas [2] permanecen en la jungla de los intereses mundanos. Sin importar cuan gozosos sean los jardines de placer de este mundo, estos valientes nunca son atraídos por los placeres, sino que prosperan en la jungla del sufrimiento y el dolor.
(3) Pasamos toda nuestra vida en busca de disfrute, pero temblamos de miedo ante el mero pensamiento del dolor; así, en tanto somos cobardes, seguimos siendo desdichados. Pero los valientes bodisatvas aceptan el sufrimiento con alegría y obtienen de su valor un gozo real y duradero.
(4) Ahora, [3] el deseo es aquí la jungla de plantas venenosas. [4] Solo los valientes, como los pavos reales, pueden prosperar con tal alimento. Si seres cobardes, como los cuervos, por su codicia lo probaran, podrían perder la vida. [5]
(5) ¿Cómo puede, alguien que se atesora a sí mismo más que a los demás, tomar la lujuria y demás venenos peligrosos como alimento? Si, como los cuervos, tratara de utilizar otros engaños, [6] probablemente perdería la oportunidad de liberarse.
(6) Y así, los bodisatvas son equiparables a pavos reales: se alimentan de los engaños, esas plantas venenosas. Al transformarlas en la esencia de la práctica, prosperan en la jungla de la vida cotidiana. Siempre aceptan cualquier cosa que se les presente, mientras destruyen el veneno del deseo aferrado.
(7) El deambular incontrolable por los ciclos de existencia es causado por nuestro aferramiento al ego como algo real. Esta actitud ignorante presagia al demonio de la preocupación egoísta, solo por nuestro bienestar: buscamos algo de seguridad para nuestros propios egos; queremos solamente placer y evitamos cualquier dolor. Pero ahora debemos apartar cualquier compulsión egoísta y tomar gustosamente las dificultades por el bienestar de los demás.
(8) Todos nuestros sufrimientos provienen de nuestros hábitos de engaños egoístas que atendemos y actuamos. Como todos compartimos este trágico infortunio que brota de nuestras maneras estrechas y egocéntricas, debemos tomar todos nuestros sufrimientos y las miserias de otros y extinguir nuestros deseos de preocupación egoísta.
(9) Si el impulso de buscar nuestro propio placer surgiera ahora, debemos hacerlo a un lado y, en su lugar, complacer a otros; porque, aun si los seres queridos se levantaran en nuestra contra, debemos culpar a nuestro egoísmo y sentir que es nuestro deber.
(10) Cuando nuestros cuerpos están doloridos y afligidos por el gran tormento de terribles enfermedades, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos lastimado los cuerpos de otros; de ahora en adelante, tomemos cualquier enfermedad que ellos tengan.
(11) Deprimidos y desolados, cuando sentimos angustia mental, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos perturbado profundamente las mentes de otros; de ahora en adelante, tomemos sobre nosotros este sufrimiento.
(12) Cuando el hambre o la violenta sed nos abruman, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos conservado lo que teníamos sin compartirlo; hemos saqueado, robado e incitado a la gente. De ahora en adelante, tomemos de ellos el hambre y la sed.
(13) Cuando carecemos de cualquier libertad y debemos obedecer a otros, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos despreciado a los humildes y los hemos usado como sirvientes para nuestros propósitos egoístas; de ahora en adelante, ofrezcamos nuestros servicios a otros con humilde devoción de cuerpo y vida.
(14) Cuando escuchemos solamente lenguaje abusivo y ofensivo, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos dicho muchas cosas sin pensar; hemos calumniado y causado el fin de muchas amistades. De ahora en adelante, censuremos todo comentario desconsiderado.
(15) Cuando nacemos en condiciones opresivas y miserables, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos tenido siempre una perspectiva negativa; hemos criticado a otros, viendo solo sus fallas. De ahora en adelante, cultivemos sentimientos positivos y veamos lo que nos rodea como inmaculado y puro.
(16) Cuando nos vemos separados de los amigos y de aquellos que pueden ayudarnos, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora les hemos quitado a otros sus amigos y buenos sirvientes por quererlos para nosotros mismos; de ahora en adelante, nunca causemos que los amigos cercanos se separen.
(17) Cuando los venerables gurús supremos nos encuentran desagradables, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora nos hemos apartado de las enseñanzas y de los gurús, prefiriendo el consejo erróneo de amigos; de ahora en adelante, terminemos nuestras relaciones dependientes con aquellos que nos apartarían del camino.
(18) Cuando somos culpados injustamente por las fechorías de otros y falsamente acusados de fallas que no tenemos, y somos siempre objeto de abuso verbal, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos despreciado y menospreciado a nuestros gurús; de ahora en adelante, nunca acusemos a otros falsamente y démosles total crédito por las virtudes que poseen.
(19) Cuando las cosas que requerimos para consumo y uso diario se destruyen, gastan o estropean, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos sido descuidados con las posesiones de otros; de ahora en adelante, démosles lo que necesiten.
(20) Cuando nuestra mente está oscurecida y nuestro corazón infeliz, nos aburre el actuar virtuoso y nos emociona el vicio, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos llevado a otros a cometer actos no virtuosos; de ahora en adelante, no volvamos a proveer las condiciones que les hagan seguir sus rasgos negativos.
(21) Cuando nuestra mente está perturbada y sentimos gran frustración porque las cosas nunca salen como deseamos, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos causado interferencias perturbadoras cuando otros estaban enfocados en acciones virtuosas; de ahora en adelante, dejemos de causar dichas interrupciones.
(22) Cuando nada de lo que hacemos complace a nuestros gurús, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos fingido modales piadosos con nuestros gurús, pero sin su presencia hemos regresado a las transgresiones. De ahora en adelante, tratemos de ser menos hipócritas y tomemos las enseñanzas sinceramente en serio.
(23) Cuando otros encuentran errores en todo lo que hacemos y la gente parece ansiosa por culparnos solo a nosotros, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos sido desvergonzados, desinteresados por los demás, hemos pensado que nuestras acciones no tienen la menor importancia; de ahora en adelante, detengamos nuestro comportamiento ofensivo.
(24) Cuando nuestros sirvientes y amigos están molestos por nuestros hábitos y después de un tiempo no pueden permanecer en nuestra casa, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos impuesto nuestros malos hábitos sobre otros; de ahora en adelante, cambiemos y mostremos solo amabilidad.
(25) Cuando todos los que están cerca se convierten en nuestros enemigos, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos guardado rencores con enojo, con pensamientos sobre métodos maliciosos para causar dolor a otros; de ahora en adelante, tratemos de ser menos hipócritas y no pretendamos ser bondadosos cuando albergamos sentimientos bajos.
(26) Cuando sufrimos enfermedades e interferencias similares, especialmente cuando la gota ha hinchado nuestras piernas, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora, sin vergüenza y sin autocontrol, hemos robado y dado mal uso a lo que otros han dado; de ahora en adelante, no volvamos a tomar nada que se ofrezca a las Tres Joyas de Refugio [7] como si fuera nuestro.
(27) Cuando nos golpean enfermedades y ataques sin aviso alguno, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora, hemos roto nuestras palabras de honor prometidas; [8] de ahora en adelante, evitemos tales acciones no virtuosas.
(28) Cuando nuestra mente se obnubila cada vez que estudiamos, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora habíamos pensado que el estudio del Dharma carecía de primordial importancia y podía ser ignorado; de ahora en adelante, construyamos el hábito de la sabiduría para escuchar y reflexionar sobre lo que el Buda enseñó.
(29) Cuando el sueño nos agobia al hacer prácticas virtuosas, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos acumulado causas para que obstáculos entorpezcan nuestra práctica de acciones virtuosas, (no hemos mostrado respeto alguno por las enseñanzas escriturales, nos hemos sentado en nuestros libros y hemos dejado textos sobre el piso; también hemos menospreciado a aquellos con visión profunda). De ahora en adelante, por el bien de nuestra práctica de Dharma, aguantemos con gusto todas las adversidades que enfrentemos.
(30) Cuando nuestra mente divaga en gran medida y corre hacia los engaños, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos rechazado meditar plenamente sobre los defectos que impregnan este mundo transitorio; de ahora en adelante, trabajemos para renunciar a esta existencia (y ver la naturaleza impermanente de las cosas).
(31) Cuando todos nuestros asuntos, tanto religiosos como mundanos, enfrentan problemas y caen en la ruina, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora habíamos creído que la causa y el efecto [9] podían tomarse a la ligera; de ahora en adelante, practiquemos con paciencia y fuerza.
(32) Cuando parece que nunca son fructíferos los ritos que realizamos, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora habíamos confiado en los dioses de este mundo o en acciones poco hábiles para darnos alivio; de ahora en adelante, tomemos otra dirección y dejemos atrás nuestras acciones no virtuosas.
(33) Cuando ninguno de nuestros deseos se realiza, aunque hemos hecho plegarias a las Tres Joyas Preciosas, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora habíamos tenido un compromiso imperfecto con el Buda, cuyas enseñanzas merecen total confianza; de ahora en adelante, pongamos nuestra confianza exclusiva en el Buda, en sus enseñanzas y en su comunidad.
(34) Cuando el prejuicio, la polio o los ataques nos tienen lisiados y fuerzas externas o males se levantan en nuestra contra, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta el momento hemos acumulado grandes dotaciones de acciones no virtuosas, rompiendo nuestros votos y ofendiendo a los protectores en nuestras prácticas, desde la devoción al gurú hasta el tantra; [10] de ahora en adelante, desterremos todas las opiniones prejuiciosas.
(35) Cuando no tenemos control de hacia dónde debemos viajar y siempre debemos vagar como desamparados sin hogar, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos perturbado a venerables gurús y a otros, forzándolos a salir de sus hogares o sus asientos; de ahora en adelante, nunca causemos perturbaciones a otros, desalojándolos cruelmente de donde residen.
(36) Cuando las cosechas de nuestros campos son continuamente azotadas por sequías, inundaciones y granizo, insectos y heladas, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos fallado en cumplir nuestras promesas; de ahora en adelante, mantengamos puros todos nuestros votos éticos.
(37) Cuando, siendo pobres, estamos llenos de codicia y deseos, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos sido avaros, reacios a compartir, las ofrendas que hemos hecho a las Tres Joyas han sido escasas; de ahora en adelante, demos con un corazón generoso.
(38) Cuando nuestros cuerpos son feos y otros nos atormentan, burlándose de nuestros defectos y nunca mostrándonos respeto, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos hecho imágenes [11] carentes de belleza, al desahogar nuestro enojo hemos representado escenas desagradables. De ahora en adelante, imprimamos libros y hagamos estatuas agradables, y no seamos irascibles, sino de buen ánimo.
(39) Cuando el apego y el enojo nos perturban y molestan, sin importar cuanto intentemos reprimirlos, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora nos hemos aferrado a la perspectiva incorrecta, apreciándonos obstinadamente solo a nosotros mismos; de ahora en adelante, desarraiguemos por completo el egoísmo.
(40) Cuando siempre nos rehúye el éxito en nuestra práctica, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora, en lo profundo, nos hemos aferrado a nuestro ego, completamente inmersos en actitudes egocéntricas; de ahora en adelante, dediquemos todas las acciones virtuosas que realicemos a que otros prosperen.
(41) Cuando nuestra mente está desenfrenada, aunque actuemos con gran virtud, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora, nos hemos involucrado en aquellas ambiciones mundanas que buscan nuestro propio éxito en esta vida; de ahora en adelante, trabajemos con esfuerzo unipuntual para alimentar el deseo de alcanzar la lejana orilla de la libertad.
(42) Cuando, después de llevar a cabo una acción virtuosa, sentimos profundo arrepentimiento o dudamos de su efecto, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos sido inconstantes e, incitados por motivos viles, hemos cortejado solo a aquellos que tienen poder o riqueza; de ahora en adelante, actuemos con completa autoconciencia, poniendo mucho cuidado en la forma en que hacemos amigos.
(43) Cuando aquellos con ambición recompensan la amistad de confianza atrayéndonos con sus intrigas retorcidas, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora, por ambición, hemos actuado con arrogancia; de ahora en adelante, disminuyamos nuestro orgullo egocéntrico.
(44) Cuando la fuerza de la atracción o la repulsión colorea todo lo que escuchamos y decimos, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos ignorado lo que ha causado todos nuestros problemas: el engaño masivo que mora en nuestro corazón; de ahora en adelante, tratemos de abandonar todos los obstáculos: notemos su surgimiento y examinémoslos bien.
(45) Cuando los demás siempre producen una respuesta hostil, sin importar cuan bien intencionadamente actuemos hacia ellos, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. Hasta ahora hemos retribuido la bondad amorosa con malicia; de ahora en adelante, aceptemos siempre los favores de otros, gentilmente y con el más humilde respeto.
(46) En breve, entonces, cuando sufrimientos desafortunados que no hemos deseado se estrellan contra nosotros como un trueno, es como el herrero que se quita la vida con una espada fabricada por él mismo. Nuestro sufrimiento es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. [12] De ahora en adelante, tengamos siempre cuidado y conciencia para nunca actuar de formas no virtuosas.
(47) Todos los sufrimientos que hemos soportado en las vidas que hemos tenido en los tres estados inferiores, [13] así como nuestros dolores del presente y del futuro, son como el caso del herrero de flechas que después fue asesinado por una flecha que él mismo fabricó. Nuestro sufrimiento es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. De ahora en adelante, tengamos siempre cuidado y conciencia para nunca actuar de formas no virtuosas.
(48) Cuando los problemas y preocupaciones de la vida familiar nos afligen, es como el caso del niño que fue cuidado con amor y más tarde mató a sus padres. Nuestro sufrimiento es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por los errores que hemos cometido. De ahora en adelante, es adecuado vivir puramente como monjes o monjas en todas nuestras vidas.
(49) Dado que es cierto lo que he dicho sobre el interés egocéntrico, ahora reconozco claramente a mi enemigo. Reconozco claramente al bandido que saquea, al mentiroso que cautiva fingiendo ser parte de mí. ¡Oh, qué alivio haber conquistado esta duda!
(50) Así que ahora, Yamantaka, haz girar con gran poder la rueda de las armas afiladas de las buenas acciones. Hazla girar tres veces, [14] en tu aspecto enérgico, tus piernas separadas por los dos grados de verdad, con los ojos centelleantemente abiertos para la sabiduría y medios (hábiles).
(51) Mostrando tus colmillos de los cuatro grandes oponentes, [15] devora al enemigo: ¡nuestra cruel preocupación egoísta! Con tu poderoso mantra [16] de valorar a los demás, ¡demuele a este enemigo que acecha desde dentro!
(52) Corriendo frenéticamente por la enredada jungla de la vida, somos perseguidos por las armas afiladas de errores que hemos cometido que regresan sobre nosotros; estamos fuera de control. Este astuto villano mortal: el egoísmo interior que nos engaña a nosotros y también a los demás, ¡captúralo, captúralo, feroz Yamantaka, invoca a este enemigo, tráelo ahora!
(53) ¡Golpéalo, golpéalo, arranca el corazón de nuestro aferramiento al ego, nuestro amor por nosotros mismos! ¡Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta! ¡Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final!
(54) ¡Hum!¡Hum! Muestra todos tus poderes, oh poderoso protector. ¡Dza!¡Dza! Ata a este enemigo; no lo dejes suelto. ¡P’at!¡P’at! [17] Libéranos con tu poder; oh gran Señor vencedor de la Muerte. ¡Corta!¡Corta! Rompe el nudo del interés egoísta que nos ata por dentro.
(55) Aparece Yamantaka, oh protector enérgico; tengo aún más súplicas que hacerte. Este saco de cinco venenos, [18] errores y engaños nos arrastra hacia las arenas movedizas de las dificultades diarias de la vida, ¡córtalo, córtalo, hazlo jirones!
(56) Somos arrastrados a los sufrimientos de renacimientos miserables, pero sin pensar en el dolor, perseguimos su causa. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(57) Tenemos grandes expectativas de logros rápidos, sin embargo, no deseamos trabajar en las prácticas que involucran. Tenemos muchos proyectos buenos que planeamos cumplir, sin embargo, ninguno de ellos termina siendo realizado. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(58) Nuestro deseo de ser felices es fuerte en todo momento, sin embargo, no acumulamos mérito para producir este resultado. Tenemos poca resistencia a las dificultades y al sufrimiento, sin embargo, presionamos sin piedad por las cosas que deseamos. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(59) Con relativa facilidad desarrollamos nuevas amistades, sin embargo, ya que somos insensibles, ninguna de ellas dura. Estamos llenos de deseo por comida y ropa fina, sin embargo, al no ganarlas, robamos y conspiramos. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(60) Somos expertos en alabar a otros para obtener favores, sin embargo, siempre nos quejamos, estamos tristes y deprimidos. No podemos soportar apartarnos del dinero que hemos reunido; lo acumulamos cual avaros y sentimos que somos pobres. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(61) Hemos hecho muy poco para beneficiar a otros, sin embargo, siempre les recordamos todo lo que por ellos hemos hecho. Nunca hemos logrado nada en nuestra vida, sin embargo, alardeando y fanfarroneando, estamos llenos de vanidad. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(62) Tenemos muchos grandes maestros y profesores para guiarnos, sin embargo, eludiendo nuestro deber, ignoramos lo que ellos enseñan. Tenemos muchos discípulos, pero nunca los ayudamos, no podemos molestarnos en darles consejo. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(63) Prometemos hacer muchas obras gloriosas, sin embargo, en la práctica damos a los demás una ayuda mínima. Nuestra fama espiritual se ha extendido por todas partes, pero por dentro todos nuestros pensamientos son repulsivos, no solo para los dioses, sino también para los demonios y fantasmas. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(64) Hemos leído muy poco, escuchado solo unas cuantas enseñanzas, sin embargo, hablamos sobre la vacuidad con la autoridad de un experto. Nuestro conocimiento de las escrituras es lamentablemente deficiente, pero decimos lo que queremos inventándolo irreflexivamente. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(65) Tenemos muchos asistentes y gente a nuestro alrededor, pero nadie nos obedece ni presta atención a lo que decimos. Sentimos que tenemos amigos en posiciones de poder, sin embargo, cuando necesitamos ayuda, nos encontramos solos. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(66) Hemos ganado un estatus noble y rangos de prestigio, sin embargo, nuestro conocimiento es más pobre que el de un fantasma. Somos considerados grandes gurús, sin embargo, ni los demonios albergan un odio, un deseo aferrado o una perspectiva tan estrecha como la que parecemos tener. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(67) Hablamos de teorías y de las más avanzadas enseñanzas, sin embargo, nuestra conducta cotidiana es peor que la de un perro. Somos educados, inteligentes y versados en grandes conocimientos, sin embargo, lanzamos al viento la base ética de la sabiduría. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(68) Aunque nunca lo admitiríamos, tenemos deseos egoístas y un horrible enojo que nos pudre por dentro; no obstante, criticamos a otros sin provocación alguna y, santurronamente, los culpamos de fallas que nosotros poseemos. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(69) Vestimos ropas color azafrán, sin embargo, buscamos protección y refugio en espíritus y dioses de este mundo. Hemos prometido mantener votos solemnes de moral estricta, sin embargo, nuestras acciones concuerdan con las formas malignas de los demonios. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(70) Nuestro placer y felicidad proviene de los budas, los gurús, las enseñanzas y aquellos que viven de acuerdo con estas, sin embargo, seguimos haciendo ofrendas a fantasmas y espíritus. Toda nuestra guía proviene de las enseñanzas, sin embargo, engañamos a quienes dan este consejo. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(71) Buscamos tener hogares en reclusión monástica, sin embargo, atraídos por las distracciones nos aventuramos a la ciudad. Los discursos que escuchamos nos enseñan la práctica más noble, sin embargo, pasamos todo nuestro tiempo adivinando la fortuna con los dados. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(72) Renunciamos a nuestros votos monásticos, el verdadero camino para ganar la liberación; preferimos casarnos, tener hijos y hogares. Lanzamos al viento esta rara oportunidad para ser felices y perseguimos más sufrimiento, más problemas y aflicciones. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(73) Desechando nuestra práctica para obtener la liberación, deambulamos buscando placer o ganancia. Hemos obtenido cuerpos humanos con dones preciosos, sin embargo, solo los utilizamos para obtener renacimientos infernales. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(74) Ignorando los efectos que las enseñanzas pueden traernos, viajamos por negocios con fines de lucro y ganancia. Dejando atrás todas las sabias enseñanzas de nuestro gurús, recorremos diferentes lugares en busca de diversión. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(75) Atesoramos lo que tenemos, nunca dispuestos a usarlo, y vivimos de la comida y ropa de nuestros amigos. Dejamos a un lado la riqueza de la herencia de nuestro padre, tomando de otros tanto como podamos. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(76) Es asombrosa la poca resistencia que tenemos para practicar la meditación, sin embargo, fingimos haber obtenido poderes especiales para engañar a otros. Nunca nos ponemos al día con los senderos de la sabiduría profunda, sin embargo, corremos de aquí para allá con innecesaria gran prisa. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(77) Alguien nos da un consejo desde lo más profundo de su corazón, que es para nuestro propio bien, pero es duro para nuestros oídos, y con enojo lo vemos como nuestro enemigo. Sin embargo, cuando alguien sin ningún sentimiento auténtico por nosotros, engañosamente nos dice lo que queremos escuchar, sin gusto ni discernimiento somos amables a cambio. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(78) Cuando otros nos consideran amigos cercanos y queridos y nos relatan confidencialmente todo lo que saben, revelamos sus secretos profundos especialmente a sus enemigos. Cuando tenemos un buen amigo que está constantemente con nosotros, localizamos sus puntos débiles para poder atormentarlo. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(79) Nuestra envidia es fuerte, siempre somos escépticos y dudamos del sentido de cualquier cosa que se dice. Somos quisquillosos, irascibles y difíciles de tratar, provocando un comportamiento desagradable en los demás. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(80) Cuando alguien nos pide hacer algo por él, nunca somos complacientes, sino que pensamos en métodos ingeniosos y tortuosos para hacerle algún daño. Cuando otros ceden y concuerdan con nuestro punto de vista, nosotros no lo aceptamos, discutimos aún más. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(81) No ponemos atención a lo que otros nos dicen, somos un reto para los demás, les ponemos los nervios de punta. Nuestros sentimientos se hieren al más mínimo comentario y guardamos rencores fuertemente, nunca perdonamos. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(82) Siempre estamos celosos de aquellos con alta posición; sentimos que los venerables gurús son amenazas que hay que evitar. Abrumados por el apego y regidos por nuestras pasiones, pasamos todo nuestro tiempo atraídos por amores jóvenes. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(83) No pensamos en las amistades como compromisos a largo plazo, tratamos a los viejos compañeros con desconsiderada negligencia. Y al hacer nuevas amistades con extraños, tratamos de impresionarlos con maneras grandilocuentes. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(84) Carecemos de clarividencia, pero mentimos, fingiendo poderes y luego, cuando se demuestra que estamos equivocados, debemos soportar todos los reclamos. Tenemos poca compasión por los que están cerca de nosotros; cuando se equivocan, arremetemos contra ellos. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(85) Tenemos poca educación y conocimientos limitados, nos sentimos inseguros cada vez que hablamos. Nuestro aprendizaje de las escrituras es tan escaso que, cuando escuchamos enseñanzas nuevas, dudamos que sean verdad. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(86) Al hacer de la ira y la pasión un hábito, llegamos a despreciar a todos lo que nos encontramos; y al hacer del resentimiento envidioso un hábito, atribuimos frutos a otros, negando su valor. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(87) No seguimos los procedimientos de estudio adecuados, decimos que es innecesario leer los vastos textos. Sentimos que no es valioso aprender de los gurús, menospreciamos las enseñanzas orales y creemos saber más. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(88) Fallamos al explicar lo que enseñan Las tres canastas [19], pero en cambio insistimos en teorías que nos hemos inventado. Carecemos de una profunda convicción y fe en las enseñanzas, cualquier cosa que decimos deja a los discípulos confundidos. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(89) No despreciamos las acciones imprudentes e inmorales, sino que disputamos e intentamos encontrar fallas en las excelentes enseñanzas y las obras de los grandes maestros. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(90) Nunca nos apenamos cuando actuamos de manera vergonzosa, solo las acciones respetables nos avergüenzan. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(91) Todas las cosas que deberíamos hacer, no las hacemos ni una sola vez, porque el comportamiento inadecuado toma todo nuestro tiempo. Pisotéalo, pisotéalo, baila sobre la cabeza de este concepto traicionero de la preocupación egoísta. Arranca el corazón de este carnicero egocéntrico que masacra nuestra oportunidad de obtener la liberación final.
(92) Oh, poderoso destructor de los demonios del egoísmo. Con cuerpo de sabiduría desencadenado de todas las ataduras, Yamantaka, ven a blandir tu garrote con cabeza de calavera, de sabiduría sin ego de la vacuidad y el gozo. Sin ningún recelo, empuña ahora tu arma feroz y hazla girar enérgicamente tres veces [20] alrededor de tu cabeza.
(93) ¡Con toda tu fiereza, ven, aplasta a este infame enemigo! ¡Haz estallar los conceptos del ego con el gran poder de tu sabiduría! Con tu compasión ilimitada, protégenos de sufrir las miserias causadas por nuestras acciones egocéntricas; ¡destruye nuestro egocentrismo de una vez por todas!
(94) Con todos los sufrimientos que otros experimentan, asfixia completamente nuestra preocupación egoísta. Los sufrimientos de los demás surgen de cinco venenos; así, cualquier engaño que aflija a otros seres, tómalo para sofocar los engaños del yo.
(95) Aunque no tenemos duda alguna, pues reconocemos plenamente la causa y la raíz de los errores que todos cometemos, si aún queda en nuestra mente una parte que tienda a apoyar este engaño del yo que tenemos, destruye entonces el firme aferramiento de esta parte de nuestra mente que, en contra de nuestros verdaderos deseos, aún nos sigue engañando.
(96) Ya que todo lo que es erróneo se puede rastrear a una fuente, la preocupación por nosotros mismos a quienes más valoramos, ahora debemos meditar en la bondad de los demás. Al aceptar el sufrimiento que nunca desearon, debemos dedicar nuestras virtudes enteramente a los demás.
(97) Que aceptando nosotros mismos las acciones engañosas y no virtuosas que otros hayan cometido en el pasado, en el presente y en el futuro con mente, palabra y cuerpo, puedan los engaños de los demás, así como los nuestros, ser las condiciones favorables para obtener la iluminación, tal como los pavos reales comen veneno y prosperan.
(98) Así como los cuervos pueden ser curados cuando ingieren veneno con un poderoso antídoto administrado oportunamente, dirijamos a todos los demás todo nuestro mérito virtuoso, que esto pueda reavivar sus posibilidades de liberación. ¡Que todos los seres sensibles alcancen pronto la budeidad!
(99) Hasta el momento en que todos los seres maternales y yo obtengamos las condiciones perfectas para ser budas, aunque la fuerza de nuestras acciones pueda causar que deambulemos por diferentes reinos en los seis estados de renacimiento, que siempre podamos ayudarnos unos a otros a mantener nuestro objetivo fijo en la orilla de la iluminación.
(100) Entonces, incluso por el bien de tan solo un ser sensible, que podamos gustosamente nacer en los tres estados inferiores. Que con la conducta iluminadora que nunca se debilita, podamos guiar a todos los seres con renacimientos miserables fuera de sus sufrimientos y de las causas del dolor.
(101) Que tan pronto como estemos dentro de su reino, puedan los guardias de los infiernos vernos como gurús. Que las armas de tortura que sostienen se conviertan en flores; que se calme todo el daño y crezcan la paz y la felicidad.
(102) Y entonces, que hasta los seres infernales desarrollen clarividencia y tomen renacimientos superiores como humanos o dioses. Que, al desarrollar fuertemente el deseo de ser budas, puedan retribuir nuestra bondad prestando atención a las enseñanzas y considerándonos como gurús con confianza segura.
(103) Y entonces, que todos los seres sensibles de los tres renacimientos superiores, perfeccionen la meditación sobre la ausencia del ego. Que, de esta manera, puedan ellos comprender la no existencia inherente del involucramiento mundano y también de la libertad. Que emplacen la concentración en ambas por igual, viendo sus naturalezas como igualmente vacías.
(104) Si practicamos estos métodos, pronto venceremos a nuestros verdaderos enemigos: la preocupación egoísta y el amor a nosotros mismos. Si practicamos estos métodos, también venceremos los falsos conceptos de ego a los que nos aferramos como reales. Así, al meditar conjuntamente en la ausencia del ego y en la sabiduría no dual de la vacuidad y el gozo, ¿cómo podría alguien no obtener las causas para conseguir el cuerpo físico de un buda y su fruto, la budeidad?
(105) Oh, mente, entiende que los temas aquí discutidos son todos fenómenos interdependientes; pues las cosas deben depender del surgimiento dependiente para tener una existencia: no se pueden sostener solas. El proceso del cambio es seductor como la magia, pues la forma física no es más que apariencia mental, como una antorcha que gira parece un círculo de fuego.
(106) No hay nada sustancial en la fuerza vital de nadie: se desmorona como un tronco remojado; y no hay nada sustancial en la duración de la vida de nadie: estalla en un instante como burbujas de espuma. Todas las cosas de este mundo no son más que apariencias cual niebla: cuando se examinan de cerca, se desvanecen y se pierden de vista. Como espejismos, estas cosas a distancia parecen hermosas, pero al acercarnos no pueden ser encontradas.
(107) Todas las cosas son como imágenes encontradas en un espejo y, sin embargo, imaginamos que son reales, muy reales; todas las cosas son como niebla o como nubes en una montaña y, sin embargo, imaginamos que son estables y firmes. Nuestro enemigo: nuestra insistencia en las identidades egoicas verdaderamente nuestras, que desearíamos fueran seguras, y nuestro carnicero: la preocupación egoísta por nosotros mismos; al igual que todas las cosas, estas aparecen como verdaderamente existentes, aunque nunca han existido realmente en absoluto.
(108) Aunque aparentan ser concretas y reales, nunca han sido reales, en ningún momento, en ningún lugar. No son cosas que deberíamos cargar con el valor supremo, ni tampoco deberíamos negarles su verdad relativa. Dado que nuestro aferramiento a los egos y al amor por nosotros mismos carecen de fundamentos sustanciales con verdadera independencia, ¿cómo podrían producir acciones que existan por sí mismas? Y entonces, ¿cómo podría este cruel círculo vicioso de sufrimiento, el fruto de esas acciones, ser real desde su núcleo?
(109) Aunque todas las cosas carecen así de existencia inherente, tal como la cara de la luna puede ser vista en una taza de agua clara que refleja su imagen, los diversos aspectos de la causa y el efecto aparecen en este mundo relativo como reflejos. Así que, por favor, en este mundo de apariencias solamente, asegurémonos siempre de que lo que hagamos sea virtuoso y evitemos todos aquellos actos que nos podrían causar gran dolor.
(110) Cuando nuestros cuerpos son carbonizados, en una horrible pesadilla, por las llamas del fin del mundo de una explosión estelar, aunque esta tragedia no esté realmente sucediendo, de cualquier forma, gritamos y sentimos gran terror. De manera similar, los renacimientos desafortunados en los infiernos o como espíritus no son reales en verdad, pero de todos modos podemos experimentar su dolor. Por lo tanto, temiendo tales sufrimientos como arder en vida, debemos cesar todas las acciones que producen tales resultados.
(111) Cuando nuestra mente delira, ardiendo con fiebre, aunque no hay oscuridad, sentimos que nos estamos cayendo cada vez más profundamente en un pozo negro, con las paredes estrechándose entre más profundo caemos. De manera similar, aunque nuestra oscura ignorancia carece de existencia inherente, no obstante, debemos, por todos los medios, liberarnos de su constricción estranguladora poniendo en práctica los tres tipos de sabiduría [21].
(112) Si cuando los músicos tocan una bella melodía, examináramos el sonido que producen, veríamos que no existe por sí mismo. Pero cuando no estamos haciendo un análisis formal, aún hay una hermosa melodía para ser escuchada, que es simplemente una etiqueta en las notas y en los ejecutantes, es por eso que la música hermosa puede aligerar corazones tristes.
(113) Cuando examinamos de cerca los efectos y sus causas, vemos que ambos carecen de existencia inherente: no pueden sostenerse solos, ni completos ni en partes; sin embargo, parece que existen eventos que surgen y cesan independientemente, los cuales, de hecho, están condicionados por diversas fuerzas, componentes y partes. Es en este preciso nivel en el que experimentamos nacimiento, nuestra muerte y lo que sea que la vida nos depare. Así que, por favor, en este mundo de apariencias solamente, asegurémonos de que lo que hagamos sea virtuoso y evitemos todos aquellos actos que nos pueden causar gran dolor.
(114) Cuando una vasija ha sido llenada por el goteo de agua, las primeras gotas no la llenaron solas, ni tampoco la llenaron las últimas gotas. Fue llenada por una colección interdependiente de causas y fuerzas que se unieron: el agua, el vertedor, la vasija y demás cosas.
(115) Es precisamente lo mismo cuando nos toca experimentar placer y dolor: los resultados de nuestro pasado. Los efectos nunca provienen de las primeras acciones causales, ni surgen de los últimos actos. Tanto el placer como el dolor provienen de colecciones interdependientes de fuerzas y causas combinadas. Así que, por favor, en este mundo de apariencias solamente, asegurémonos de que lo que hagamos sea virtuoso y evitemos todos aquellos actos que nos pueden causar gran dolor.
(116) Cuando no hacemos disecciones formales con lógica y simplemente dejamos que los hechos de la vida fluyan libremente, aunque experimentamos sensaciones de placer, en la verdad última esta experiencia de felicidad carece de auto-existencia inherentemente real. Sin embargo, en el nivel operativo diario, esta apariencia ilusoria tiene una verdad relativa. Por desgracia, para personas de mente lenta, comprender plenamente este profundo significado será difícil.
(117) Y ahora, cuando tratamos de hacer contemplación cercana sobre la vacuidad, ¿cómo podemos tener siquiera una sensación de la verdad convencional al mismo tiempo? Sin embargo ¿qué puede haber que tenga auto-existencia verdadera? Y ¿qué puede haber que carezca de verdad relativa? ¿Cómo puede alguien en cualquier lugar creer en tales cosas?
(118) Tal como los objetos de la vacuidad no existen por sí mismos, la vacuidad de los objetos mismos es igual. Evitar el vicio y practicar la virtud están, igualmente, desprovistos de toda construcción mental de que son actos independientes, autónomos. De hecho, en general, carecen por completo de toda proyección mental o toda idea preconcebida. Por lo tanto, si podemos enfocar nuestra concentración clara en la vacuidad sin que nuestra mente se extravíe, entonces, en verdad habremos llegado a ser seres maravillosos, con un vasto entendimiento del vacío más profundo.
(119) Practicando de esta manera las dos bodichitas de la verdad última y la verdad convencional, y así, al completar también sin interferencia las colecciones de mérito y comprensión profunda, que todos alcancemos rápidamente la iluminación completa concediendo lo que nosotros y todos los demás hemos deseado.
Epílogo
La rueda de las armas afiladas que golpea eficazmente el corazón del enemigo fue compuesto por el gran yogui Dharmarákshita en su retiro en la jungla donde acosan animales muy feroces. Lo que ha escrito aquí este gran yogui, poseedor de un vasto conocimiento de las escrituras, de los poderes completos de la lógica y de una profunda comprensión, es la esencia de las enseñanzas de todos sus venerables gurús. Él practicó siempre de acuerdo a esta esencia en su temible retiro en la jungla durante la era degenerada en la que vivió.
De entre sus múltiples discípulos, Dharmarákshita transmitió estas enseñanzas a Atisha, quien las practicaba dondequiera que viajaba para así domesticar a los más salvajes. Cuando Atisha desarrolló una verdadera comprensión profunda de las dos bodichitas a través de estas enseñanzas, compuso lo siguiente:
“Pasé por muchas dificultades al abandonar la realeza, pero acumulando una gran cantidad de mérito virtuoso, conocí a mi verdadero gurú, Dharmarákshita. Al mostrarme estas enseñanzas supremas cual néctar, me ha concedido soberanía sobre mi mente; de modo que ahora he obtenido todos los oponentes contundentes, al haber memorizado completamente estas palabras que él ha enseñado.
Aunque no soy partidario de un punto de vista sectario: siempre que estudio las diversas enseñanzas, me esfuerzo por ampliar mi sabiduría para ver las maravillas ilimitadas en cada tradición; sin embargo, debo admitir que estas enseñanzas en particular han sido de gran ayuda en esta era en decadencia”.
De entre sus múltiples e inimaginablemente grandes discípulos, tanto de la India como del Tíbet, Atisha transmitió estas enseñanzas al Upasaka Dromtonpa, que había sido profetizado como su discípulo más apropiado por muchas de las deidades de meditación de Atisha, tales como Tara. Atisha transmitió estas enseñanzas a Dromtonpa para apaciguar las mentes de sus discípulos del remoto Tíbet, que eran difíciles de domesticar. Este trabajo ha sido traducido del sánscrito al tibetano por el mismo paternal Atisha y su hijo espiritual Dromtonpa.
Notas elaboradas por Gueshe Ngawang Dhargyey
- Yamantaka es el aspecto poderoso o enérgico de Manjushri, la emanación de la sabiduría de los budas. El poderío de Yamantaka está dirigido al egocentrismo, a las actitudes egocéntricas, al aferramiento al ego y al aferramiento a la existencia verdadera independiente. Dichas actitudes ignorantes toman la vida de nuestra oportunidad de obtener la iluminación, por lo que el poder de Yamantaka se opone al gran Señor de la Muerte.
- Los bodisatvas o los valientes, los hijos espirituales de los budas, son aquellos seres que poseen la actitud iluminadora (bodichita) para trabajar hacia la obtención de la budeidad, esto es, la iluminación, en beneficio de todos los seres. Existen cinco puntos de similitud entre los bodisatvas y los pavos reales. Así como los colores del plumaje de los pavos reales se tornan más resplandecientes cuando comen plantas que son venenosas para otros animales, los bodisatvas brillan con felicidad gozosa al hacer uso de engaños venenosos, como el deseo y el aferramiento, en beneficio de los demás. Tal como los pavos reales tienen cinco plumas que los coronan, los bodisatvas tienen el logro de los cinco caminos graduales para la iluminación. Tal como ver la colorida exhibición de los pavos reales nos da gran placer, el ver a un bodisatva inspira nuestra mente por su bodichita. Tal como los pavos reales viven mayormente de plantas venenosas y nunca comen insectos ni causan daño a nadie, los bodisatvas nunca causan ni el más mínimo daño a otros seres sensibles. Tal como los pavos reales comen plantas venenosas con placer, cuando a los bodisatvas se les ofrecen objetos sensoriales, aunque no sienten apego por estos objetos, los aceptan con placer para permitir que el donante obtenga mérito por su ofrenda.
- Existen tres niveles de entrenamiento mental de acuerdo con los tres niveles de motivación descritos en las enseñanzas graduales del camino a la iluminación, el lam-rim. Con el nivel de motivación inicial trabajamos para la obtención de un mejor renacimiento. Con el nivel intermedio trabajamos para la obtención de la propia liberación (nirvana) del círculo vicioso de renacimientos (samsara) solo para nosotros mismos. Con el nivel avanzado, como seguidores del camino Mahayana, con la motivación de la bodichita, trabajamos para obtener la completa iluminación de la budeidad para el beneficio de todos los seres. La palabra ahora en el texto indica la importancia de la práctica de las enseñanzas con un nivel avanzado de motivación, habiendo entrenado previamente a nuestra mente en el camino gradual del lam rim.
- Existen dos maneras de seguir el camino Mahayana con el nivel avanzado de motivación. Siguiendo el Vehículo de la Perfección (Paramitayana), pueden pasar muchas vidas antes de que alcancemos nuestro objetivo de iluminación. Por otro lado, siguiendo el Vehículo Tántrico (Vajrayana), podemos alcanzar la iluminación durante una vida humana. La palabra aquí en el texto indica la inmediatez de practicar el camino tántrico con una motivación de bodichita especialmente fuerte.
- El sistema tántrico enseña muchos métodos para la obtención rápida de la iluminación. Entre ellos está incluido como camino el uso de los engaños normalmente venenosos. Sin embargo, para usar los engaños como camino, tal como el deseo lujurioso, primero necesitamos estar desprovistos de la actitud egocéntrica que es el apego codicioso a nuestro propio interés. Adicionalmente, necesitamos tener una sólida comprensión de la vacuidad, el hecho de que todas las cosas, incluyéndonos a nosotros mismos, carecen de una forma de existencia verdaderamente independiente. El usar los engaños como camino sin estos dos prerrequisitos es sumamente peligroso y, lejos de alcanzar la meta pretendida, podemos destruir por completo nuestra oportunidad de alcanzar la iluminación.
- En el sistema tántrico cualquiera de los engaños puede ser usado como camino real hacia la iluminación. En el Vehículo de la Perfección, los engaños solo pueden utilizarse como método para beneficiar directamente a otros cuando las circunstancias lo exijan. Sin embargo, no pueden ser practicados como un camino real.
- Las Tres Joyas del Refugio son el Buda, sus enseñanzas (Dharma) y la comunidad monástica (Sangha) de aquellos que entienden y practican estas enseñanzas. A estas Tres Joyas del Refugio también se les llama las Tres Preciadas Joyas, las Tres Joyas Supremas o la Triple Joya.
- La práctica del tantra requiere recibir las iniciaciones, esto conlleva la toma de votos sobre conducta moral y la entrega de nuestra sagrada palabra de honor de seguir las prácticas tántricas de la manera prescrita.
- La causa y el efecto describen la ley universal del karma por la cual las acciones virtuosas resultan en felicidad y las no virtuosas en sufrimiento.
- La práctica, desde la devoción al gurú hasta el tantra, define la extensión del camino gradual a la iluminación; ver nota [3].
- Las imágenes del Buda y de varias deidades meditativas que representan diversos aspectos de la iluminación de un buda, tienen un uso importante tanto en el Vehículo de la Perfección como en el Tántrico. Se usan como apoyos meditativos para el desarrollo de la concentración unipuntual (samadhi). Al usar tales imágenes como objetos de devoción, se acumula mérito para obtener el cuerpo físico de un buda.
- Nunca es posible que experimentemos las consecuencias de las acciones no virtuosas de otros. Cualquier sufrimiento que tengamos debe ser el resultado de las acciones no virtuosas que nosotros mismos cometimos en el pasado.
- Los seis reinos de existencia se dividen en los tres estados superiores y los tres estados inferiores. Los tres estados de renacimientos inferiores o desafortunados son aquellos de las criaturas infernales, de los espíritus hambrientos (pretas) y de los animales. Los tres estados de renacimientos superiores o afortunados son aquellos de los dioses, los anti-dioses (asuras) y los humanos.
- Pedimos a Yamantaka que gire la rueda de las armas afiladas tres veces, que se refieren a: (1) el nivel de la verdad relativa o convencional en que opera la bodichita convencional como medio para guiar a uno mismo y a otros a la iluminación, (2) el nivel último de la verdad en que opera la bodichita última como la sabiduría que entiende la vacuidad, y (3) la realización conjunta de ambos niveles o grados de verdad.
- Los cuatro grandes oponentes eliminan la necesidad de que experimentemos las consecuencias desafortunadas de nuestras acciones no virtuosas previamente cometidas. Estos cuatro son: (1) sentir arrepentimiento y repugnancia por nuestra falta de virtud; (2) tomar refugio en las Tres Joyas del Refugio y meditar en la bodichita; (3) ofrecer nuestra promesa de nunca volver a cometer tal falta de virtud, y (4) llevar a cabo acciones virtuosas y dedicar su mérito al beneficio de todos los seres sensibles.
- Los mantras son palabras de poder, combinaciones de sílabas sánscritas usadas como invocaciones.
- Hum, dza y p’at son sílabas semilla mántricas. La primera repetición de cada una es para la bodichita convencional, el oponente para nuestra actitud egocéntrica. La segunda repetición es para la bodichita última que destruye nuestro aferramiento al ego.
- El saco de nuestro cuerpo está lleno de los cinco engaños venenosos del deseo anhelante: la repulsión temerosa e iracunda, la ignorancia de mente estrecha, el orgullo arrogante y los celos.
- Las tres canastas (el Tripitaka) de las enseñanzas del Buda se refieren a: la moral disciplinada (vinaya), discursos sobre meditación (sutra), y filosofía y metafísica (abhidharma).
- Pedimos a Yamantaka que gire su garrote de punta de cráneo tres veces alrededor de su cabeza en representación tanto de la sabiduría de la falta de ego, común para los Vehículos de la Perfección y del Tantra, así como de la sabiduría no dual de la vacuidad y el gozo. Los tres giros de su garrote destruyen: (1) el aferramiento al yo, (2) nuestra actitud egocéntrica, y (3) nuestros profanos cuerpos de engaño producidos por estos dos tipos de ignorancia.
- Los tres tipos de sabiduría pueden referirse a las sabidurías de escuchar, contemplar y meditar, o a la sabiduría intelectual, conceptual y no conceptual.