Ciclos del tiempo y karma
La palabra kalachakra significa ciclos del tiempo, y en el sistema de Kalachakra se presentan estos tres ciclos: externo, interno y alterno. Los ciclos externos e internos abordan el tiempo como lo conocemos habitualmente, mientras que los ciclos alternos son prácticas para obtener la liberación de éstos dos. Las estructuras de los ciclos internos y externos son análogas, similar al paralelismo entre el macrocosmos y el microcosmos que se estudia en la filosofía occidental. Esto significa que las mismas leyes que gobiernan el universo también se aplican a los átomos, al cuerpo y a nuestra experiencia de la vida. Las prácticas de los ciclos alternos también siguen esta estructura, a fin de que nos permitan involucrarnos con ellas y superar estas fuerzas de una manera eficiente. Tal mimetismo es, de hecho, una de las características distintivas del método del anutarayoga tantra.
El tiempo, en el budismo, se define como una medida de cambio. Por ejemplo, un mes es la medida de cambio involucrada, ya sea externamente, en la luna circulando a la tierra, o internamente, en una mujer que va de una menstruación a otra. Estos cambios son cíclicos en tanto que el patrón se repite, aunque los eventos de cada ciclo no son completamente iguales. Externamente, el universo pasa por ciclos cósmicos, astronómicos, astrológicos e históricos. A nivel interno, el cuerpo pasa por ciclos fisiológicos, muchos de los cuales a su vez se asocian con ciclos mentales y emocionales. Además, así como los universos se forman, se expanden, se contraen, desaparecen y se forman una vez más, los individuos pasan a través de continuos renacimientos, con repetidas concepciones, crecimiento, envejecimientos y muertes.
Normalmente, el paso del tiempo ejerce un efecto debilitante. A medida que envejecemos, nuestra vista, oído, memoria y fuerza física se debilitan gradualmente y con el tiempo morimos. Debido al apego compulsivo y a la confusión acerca de quiénes somos y cómo existimos, renacemos sin ningún tipo de control sobre su proceso o sus circunstancias, y cada vez tenemos que reaprender todo lo que ya sabíamos. Conforme cada una de nuestras vidas se despliega a lo largo del tiempo, los potenciales kármicos de nuestras acciones previas maduran en momentos astrológicos, históricos y de ciclos de vida apropiados, en los diversos eventos que experimentamos. Algunos son agradables, pero muchos no lo son; parece que tenemos poca opción sobre lo que sucede en la vida.
En resumen, los ciclos internos y externos del tiempo delinean el samsara (renacimiento incontrolablemente recurrente, lleno de problemas y dificultades). Estos ciclos son motivados por impulsos de energía, conocidos en el sistema de Kalachakra como “vientos del karma”. El karma es una fuerza íntimamente conectada con la mente y surge debido a la confusión acerca de la realidad. Al imaginar que nosotros, los demás y todo lo que nos rodea existe en la forma en la que nuestra mente hace que aparezca (como si tuvieran identidades concretas y permanentes, establecidas desde el interior de cada ser o cosa) actuamos sobre la base de esta confusión con apego, ira o terca obstinación. Pensamos, por ejemplo, “yo soy definitivamente de esta manera, esos objetos y personas son ciertamente así, debo poseer esas cosas como mías y deshacerme de aquellas que me molestan”, y así sucesivamente. Cualquier acción física, verbal o mental cometida sobre la base de esa forma de pensar tan rígida y confusa acumula hábitos y potenciales kármicos. Bajo las circunstancias adecuadas, estos potenciales o “semillas kármicas” maduran en la forma de impulsos imperiosos de repetir estos actos y de involucrarnos en situaciones en las que nos ocurren acciones similares. Podemos fácilmente ver ésto si examinamos cuidadosamente la conducta impulsiva detrás de los acontecimientos personales e históricos que experimentamos. ¿Cuántas personas van de un mal matrimonio a otro y cuántos países de una crisis a otra?
Los potenciales kármicos, de hecho, dan lugar a una amplia gama de impulsos que afectan nuestras vidas. Los potenciales kármicos colectivos de las acciones previas de un gran número de seres, incluidos nosotros mismos, dan surgimiento, por ejemplo, al impulso de que un universo evolucione con ambientes específicos y formas de vida, en los cuales esos seres y nosotros renaceremos posteriormente. Estos potenciales colectivos también dan surgimiento a los impulsos que conducen las leyes físicas y biológicas que rigen ese universo (que van desde los patrones climáticos de sus planetas hasta los hábitos de ciclo de vida de cada una de las especies que los habitan). También representan los impulsos de la conducta instintiva diaria de cada forma de vida.
En este contexto, los potenciales kármicos individuales, en la coyuntura apropiada de los ciclos internos de cada ser (concretamente después de cada muerte) dan surgimiento al impulso de tomar renacimiento en un entorno específico y con un cuerpo en particular. Este impulso es relativo a un punto evolutivo determinado en el ciclo externo de un universo. No podemos renacer como un dinosaurio en un bosque primitivo, porque esta forma de vida y este hábitat ya están extintos. Todos estos factores que maduran del karma, trabajan juntos armoniosamente para ofrecer un “contenedor” dentro del cual experimentamos la maduración de otros potenciales kármicos personales en la forma de una conducta impulsiva detrás de los eventos de la vida. Si se nace en una nación en guerra, impulsivamente nos convertimos en soldados, bombardeamos las aldeas enemigas y un día somos asesinados en batalla. Los muchos niveles de los ciclos del tiempo internos y externos se entrelazan de manera compleja.
En resumen, el tiempo no tiene principio ni final. Siempre ha habido y habrá cambio, el cual puede ser etiquetado con el paso del tiempo. Continuamente surgen y desaparecen universos, civilizaciones y formas de vida animadas. La forma que tomen depende de las acciones y, por lo tanto, de las mentes de los que las preceden. Es por esto que hay un ajuste armonioso entre los cuerpos y las mentes de los seres y su entorno. Alguien nace como un pez para experimentar eventos de vida en el agua, o como humano, en el aire, no viceversa. Sin embargo, debido a que las mentes de los seres están bajo la influencia de la confusión, los cuerpos, las mentalidades y los ambientes que son el resultado de las acciones kármicas que han cometido, tienen un efecto constrictivo y perjudicial en ellos. Estos factores limitan su capacidad para beneficiarse a sí mismos y a los demás. Las personas que vivieron durante las plagas de la época medieval poco pudieron hacer para contrarrestar los horrores que enfrentaron.
La liberación de los ciclos del tiempo
Los ciclos alternos del tiempo implican una serie gradual de prácticas meditativas del anutarayoga tantra. Sirven, no sólo como una alternativa para los ciclos internos y externos, sino como una manera de obtener la liberación completa de ellos. Sin embargo, la posibilidad de obtener la liberación del tiempo, no implica que el tiempo en realidad no exista, o que alguien pueda vivir y beneficiar a otros fuera del tiempo. El tiempo, como una medida de cambio, se produce también como una medida de los ciclos de las acciones de un buda. La liberación del tiempo significa deshacernos de la confusión y de sus instintos, que repetidamente dan surgimiento a los impulsos, o karma, que nos dejan a merced de los estragos del tiempo. Una vez libres, ya no somos afectados negativamente por la oscuridad invernal externa, los eclipses, las guerras y demás eventos que ocurren periódicamente. Tampoco estamos limitados por el tipo de cuerpo que está bajo el control de las fuerzas biológicas periódicas como el hambre, los impulsos sexuales, el cansancio o el envejecimiento. Como resultado de la plena comprensión de la realidad, en lugar de ello se torna posible generar ciclos de formas que beneficien a los demás, más allá de cualquier limitación impuesta por el tiempo.
Este proceso empieza con la iniciación de Kalachakra. Adecuadamente empoderados, nos involucramos en la práctica de meditación de los estados de generación y, después, del estado completo, en la forma de la figura búdica llamada Kalachakra. A través de estos dos estados podemos acceder y utilizar el nivel más sutil de nuestra mente para ver la realidad. El permanecer continuamente enfocados en la realidad elimina para siempre la confusión y sus instintos, trayendo así la liberación de los ciclos externos e internos del tiempo. Esto es posible debido a que nuestro tantra de la base, nuestra mente de luz clara individual, subyace cada momento de experiencia y, como el tiempo, no tiene fin. Una vez que nuestra mente más sutil está libre de la causa más profunda que da surgimiento a los impulsos de energía que perpetúan los ciclos del tiempo y nos encadenan a ellos, da surgimiento, en su lugar, a los cuerpos de un buda en la forma de Kalachakra.
La difusión del Kalachakra
Antes de decidir tomar el empoderamiento de Kalachakra, es útil conocer el origen de estas enseñanzas y la historia de su difusión. Así tendremos la confianza de que estos métodos han sido probados y han demostrado su eficacia a través del tiempo.
Según la tradición, el Buda enseñó el tantra de Kalachakra hace más de dos mil ochocientos años en la actual Andhra Pradesh, en el sur de la India. Estas enseñanzas estaban dirigidas principalmente a los gobernantes de la tierra del norte de Shambala, quienes las conservaron en su país. En el siglo X, dos maestros indios intentaron llegar a Shambala en dos expediciones separadas. En el camino, cada uno experimentó una visión pura de esa tierra en la que recibieron la transmisión del empoderamiento de Kalachakra y el corpus de material. Cada uno difundió estas enseñanzas en la India, con sólo pequeñas diferencias en su presentación. Aunque el Kalachakra es uno de los últimos sistemas tántricos en emerger históricamente, rápidamente alcanzó popularidad y prestigio en las universidades monásticas de la llanura central del Ganges y, poco después, en las de Cachemira. Con el tiempo surgieron cuatro estilos de práctica. Maestros de estas regiones enseñaron el Kalachakra en el norte de Birmania, la península de Malasia e Indonesia, pero se extinguieron en estas zonas en el siglo XIV.
Acompañados de traductores tibetanos, los maestros indios transmitieron el Kalachakra en el Tíbet. Se hicieron tres transmisiones principales entre los siglos XI y XIII, en las que cada linaje transmitió una diferente combinación de aspectos de las cuatro versiones indias, y además introdujeron pequeñas diferencias debido a la traducción. Los linajes, combinando diferentes componentes de estas tres transmisiones, han transmitido las enseñanzas hasta el presente a través, primero, de las tradiciones sakya y kagyu, y después también a través de la tradición guelug. Dado que la escuela nyingma del budismo tibetano transmite sólo los textos indios que llegaron al Tíbet y fueron traducidos antes de principios del siglo IX, no hay linaje nyingma directo de Kalachakra. Sin embargo, maestros nyingma posteriores han recibido y conferido el empoderamiento de Kalachakra de otros linajes, especialmente el del rimey del siglo XIX o movimiento no sectario, y se han escrito comentarios sobre todos los aspectos de las enseñanzas. Además, existe un estilo Kalachakra del dzogchen o la práctica de la gran completitud.
Entre las cuatro tradiciones tibetanas, el Kalachakra es más importante dentro de la guelug. El estudio, la práctica y los rituales de Kalachakra primero recibieron especial atención en el siglo XV en Tashilhunpo, el monasterio de los primeros Dalái Lamas y posteriormente de los Panchen Lamas, en el Tíbet central. A mediados del siglo XVII se extendió a lo que los manchúes pronto llamaron “la Mongolia interna”, en donde los mongoles construyeron la primera universidad monástica dedicada específicamente a Kalachakra. A mediados del siglo XVIII existían colegios de enseñanza de Kalachakra en la corte imperial manchú en Beijing, luego en Tashilhumpo, Amdo (noreste del Tíbet) y la llamada “Mongolia externa”. Durante el siglo XIX, los tibetanos y mongoles de la Mongolia externa e interna enseñaron el Kalachakra a los mongoles buriatos de Siberia y ellos, a su vez, a principios del siglo XX, lo transmitieron a los mongoles de Kalmukia en el río Volga y al pueblo turco siberiano de Tuvá. Al igual que en otras áreas mongolas y de Amdo, grandes sectores de los monasterios más importantes de estas regiones, se dedicaron a la práctica de Kalachakra.
Este entusiasmo de los mongoles, de los habitantes de Amdo y de Tuvá por Kalachakra es quizás debido a la identificación de estos países con la legendaria tierra del norte de Shambala. Durante más de un siglo, muchos rusos también han adoptado esta creencia como resultado de su contacto con los buriatos y los calmucos. Madame Blavatsky y Nikolai Roerich, por ejemplo, le dieron a Shambala un papel prominente en las tradiciones esotéricas que respectivamente fundaron: la teosofía y el agni yoga. Agvan Dorjiev, el buriato enviado por el XIII Dalái Lama a la corte imperial rusa, convenció al último zar, Nicolás II, de que autorizara la construcción de un templo budista en San Petersburgo, explicando la conexión de Rusia con Shambala.
El Kalachakra ha recibido importante atención en los institutos médicos y astrológicos de las cuatro tradiciones budistas tibetanas dentro del Tíbet mismo, Mongolia y otras partes de Asia Central. Esto se debe a que los cálculos para elaborar el calendario tibetano y determinar las posiciones de los planetas, así como una gran parte de la astrología tibetana y una cierta parte del conocimiento médico tibetano, se derivan de las enseñanzas del Kalachakra interno y externo. El calendario mongol, así como los sistemas astrológicos y médicos, se derivaron posteriormente de los tibetanos. Así, el Kalachakra es el equivalente budista del “santo patrono” de estas ciencias
Kalachakra y la línea de los Dalái Lamas
Muchas personas se preguntan cuál es la conexión entre su Santidad el Dalái Lama y el Kalachakra, y por qué da esta iniciación tan a menudo. Su Santidad niega con modestia que haya una relación especial entre el linaje de los Dalái Lama y el Kalachakra, a pesar de que los Dalái Lamas son considerados encarnaciones de uno de los gobernantes de Shambala. Sin embargo, el I, II, VII, VIII y el actual XIV Dalái Lama han tenido un gran interés en el sistema de Kalachakra. Desde la época del VII Dalái Lama a principios del siglo XVIII, el ritual de Kalachakra y las prácticas de meditación han sido la especialidad del Monasterio de Namgyal, el monasterio personal de los Dalái Lamas en el palacio de Potala, en Lhasa.
No hay ninguna restricción en el número de veces que el empoderamiento de Kalachakra puede ser otorgado durante la vida de un maestro, y no hay ninguna razón especial por la que Su Santidad, el actual Dalái Lama, lo confiera con tanta frecuencia. Su Santidad ha dicho que está feliz de otorgarlo cuando se le solicita, siempre que las circunstancias sean propicias. Desde 1970, ha conferido el empoderamiento en numerosos lugares de la India, así como en América del Norte, Europa, Mongolia y Australia. Otros grandes maestros de las tradiciones guelug, kagyu, sakya y nyingma lo han conferido ampliamente también. No hay grandes diferencias según el linaje del que se recibe la iniciación de Kalachakra. Todos ellos nos capacitan o empoderan para estudiar y practicar la amplia gama de sus enseñanzas.
Kalachakra y la paz mundial
Siempre escuchamosque el empoderamientode Kalachakraespor la paz mundial. Algunas personas, incluso, eligen el Kalachakraen lugar de otrossistemas delanutarayogatantra debido a esta asociación.Pero¿cuál es exactamentela conexión entre elKalachakray la paz, y por quéasiste mucha gente? Aunque los empoderamientos para otros tantrasestán contempladossólo para un pequeño númerode discípulosa la vez, hay unatradición históricade conferirla iniciación de Kalachakraa grandes multitudes. El Buda, inicialmente, se la dio alrey deShambalay a su séquito denoventa y seisgobernantesmenores. Con el tiempo, sus descendientesse la confirieron atoda la poblaciónde Shambala, con el fin deunirlos contrala amenaza deuna posible invasióny evitarla aniquilación. Este es el origende la asociacióndel empoderamiento de Kalachakraconla paz mundial, y de la tradición de conferirlaaun gran número departicipantes.
De acuerdo con la presentación de Kalachakra de los ciclos históricos, las hordas bárbaras periódicamente invaden el mundo civilizado y tratan de eliminar todas las posibilidades para la práctica espiritual. Una invasión futura se prevé para el año 2424 de nuestra era común, cuando se dice que habrá otra brutal guerra mundial. En ese momento llegará la ayuda de Shambala para derrotar a los bárbaros. Una nueva edad de oro iniciará, con todo propicio para la práctica espiritual, en particular de Kalachakra. Todos los que hayan recibido previamente la iniciación de Kalachakra renacerán en ese momento del lado victorioso. La motivación superior para recibir el empoderamiento es ser capaz de practicar los métodos de Kalachakra ahora, con el fin de alcanzar la iluminación en esta misma vida. Sin embargo, la gente tradicionalmente ha asistido en tropel a la iniciación con la motivación de plantar las semillas kármicas para conectarse a sí mismos con esta futura edad de oro, y con el fin de completar su práctica entonces.
Shambala
Dado queShambalajuega un papel prominenteen el sistema deKalachakra, la mayoría de las personastienen curiosidad por saberlo que esShambalaen realidad y en dónde se encuentra. Surge, sin duda, de una distorsióndel nombre "Shambala", que el escritor románticooccidentalJames Hiltonha derivadoel mito de Shangri-la(un paraíso escondidoen la tierra). Aunque puede haberen estemundo un lugar representativo deShambala, éste noes en realidad la tierra legendaria. Shambalano se puede encontraren este planeta oincluso enun mundo lejano. Es, sin embargo, un reino humanoen el que todoes propiciopara la práctica espiritual, en particular de Kalachakra.
Los maestros de meditación han escrito guías, tanto en sánscrito como en tibetano, para llegar a Shambala. Ellos describen el viaje como físico sólo hasta cierto punto. El peregrino posteriormente deberá repetir millones de mantras y otras prácticas especiales con el fin de llegar a la meta final. El viaje a Shambala es, sobre todo, un viaje espiritual. El objetivo de recibir la iniciación de Kalachakra no es llegar a o renacer en Shambala sino, al igual que en todas las otras prácticas budistas mahayana o del "gran vehículo", es alcanzar la iluminación aquí y ahora para el beneficio de todos. El empoderamiento planta las semillas que nos permiten alcanzar este objetivo y nos ayuda a purificar algunos de los obstáculos internos más burdos que impedirían su consecución.
Evaluar nuestra preparación para recibir el empoderamiento
Supongamos que desarrollamos interés en Kalachakra sobre la base de conocer algo acerca de los contenidos especiales de sus enseñanzas, su historia y su relación con la paz mundial. Todavía tenemos que decidir si en realidad estamos listos para recibir el empoderamiento y embarcarnos en su práctica, o si es mejor asistir como un observador bien informado y admirativo. El camino más razonable es basar nuestra decisión en qué tan bien preparados estamos. Aunque cientos de miles de postraciones, repeticiones del mantra de las cien sílabas de Vajrasatva y demás son extremadamente útiles, la preparación principal es el entrenamiento en el lam rim (las vías graduales de comportarse, comunicarse, pensar y sentir que conducen a la iluminación).
AlphaEl primer paso es tomar la dirección segura, sensata y positiva en la vida, indicada por los budas, sus enseñanzas, y por la comunidad de aquellos muy avanzados en esa dirección. Este término generalmente se traduce como "tomar refugio", y se refiere a la dirección de trabajar en nosotros mismos para superar los problemas y obtener las cualidades necesarias para beneficiar a otros tanto como sea posible. Poner esta dirección en la vida significa conducir nuestra vida sobre la base del entendimiento y la confianza en las leyes de la causa y efecto conductual. Para evitar el sufrimiento y los problemas, nos abstenemos de actuar de manera destructiva y para experimentar felicidad, actuamos de una manera constructiva.
La preparación más importante para el tantra es esforzarse por desarrollar las tres actitudes principales del camino o perspectivas de la vida: la renuncia, la bodichita y el entendimiento de la vacuidad. La renuncia es la disposición de renunciar a los problemas y sus causas, y se basa en una fuerte determinación de liberarse del sufrimiento que generan. Por ejemplo, por estar totalmente disgustados con estar solos y frustrados, estamos dispuestos y decididos a renunciar, no sólo a nuestras relaciones poco saludables con los demás, sino también a nuestros rasgos de personalidad negativos y a la confusa y distorsionada autoimagen que hace que nuestras relaciones sean insatisfactorias. La bodichita es un corazón que está enfocado en alcanzar la iluminación (superar todas las deficiencias y realizar todos los potenciales) por el bien de todos. Está motivada por el amor y la compasión por todos los seres, y por un sentido de responsabilidad de ayudarlos a superar sus problemas y alcanzar la felicidad duradera tanto como sea posible. La vacuidad significa una ausencia de formas fantasiosas de existencia.
Normalmente, imaginamos que nosotros, los demás y todos los fenómenos existen en formas imposibles que no concuerdan con la realidad. Mentalmente fabricamos fantasías de distintos grados de sutileza y las proyectamos sobre nosotros, sobre todo y todos los que nos rodean. Por ejemplo, en un nivel nos imaginamos que hemos nacido para perder, que nunca podremos tener éxito en establecer o mantener una relación satisfactoria con nadie, y que la otra persona o las circunstancias externas no tienen la culpa cuando las cosas van mal. En un nivel más sutil, nos preocupamos por nosotros mismos, pensando que existimos como un "yo" sólido dentro de nuestra cabeza, el cual tememos que no le va a gustar a nadie y que todo el mundo rechazará. Al confundir estas fantasías con la realidad, actuamos a partir de la ignorancia y la inseguridad que ésta genera. Incluso antes de que cualquier conflicto surja, estamos tan nerviosos y avergonzados que aseguramos que la relación fracase. Nuestro comportamiento no sólo acumula y refuerza un patrón de potenciales kármicos para que surjan problemas en las futuras relaciones, sino que también provoca la maduración de potenciales del pasado en la forma de rechazos presentes.
Antes de entrar en la práctica tántrica, necesitamos entender que al menos los niveles más burdos de nuestras proyecciones no se refieren a nada real. Nadie es un perdedor nato y ninguna relación está condenada al fracaso. Este entendimiento proviene de una perspectiva de la realidad, o "visión correcta" de la vacuidad, que corresponde al menos a uno de los sistemas mahayana de principios filosóficos que el Buda enseñó (chitamatra o uno de los muchos madyámaka). De acuerdo con estos sistemas, no sólo nosotros mismos, sino todo está desprovisto de existir en formas fantasiosas. Los sistemas particulares difieren principalmente en función del nivel de sutileza de la fantasía a la que se refieren.
Como preparación adicional para el tantra, son necesarias la fe y la confianza en que los métodos tántricos en general, y particularmente los de la clase superior, el anutarayoga, constituyen los medios más eficientes y eficaces para alcanzar la iluminación. Cualquier persona que tenga esta creencia confiada, el marco mental de los tres principales aspectos del camino y los antecedentes en el lam rim,es llamado un "recipiente apropiado" para recibir el empoderamiento de Kalachakra. Debemos juzgar por nosotros mismos si estamos suficientemente preparados.
Perspectiva general de la iniciación
El proceso de iniciación se extiende por varios días; el primer día se hace una ceremonia de preparación seguida, por lo general, por dos o tres días de empoderamiento propiamente dicho. Las partes más importante de los procedimientos iniciales son tomar refugio, los votos del bodisatva y los votos tántricos. Sin estos tres, no podemos realmente recibir el empoderamiento, aunque podemos ser testigos y obtener grandes beneficios de ello. El empoderamiento mismo implica un procedimiento complejo de imaginar que nos transformamos en una serie de formas especiales, que entramos en el mandala de la figura búdica de Kalachakra, y que experimentamos en él una secuencia de purificaciones, el despertar y el aumento de potenciales para el futuro éxito en la práctica. El mandala es un enorme palacio de varios pisos, dentro y alrededor de los cuales hay 722 figuras, con una pareja principal en el centro. El maestro que confiere el empoderamiento aparece simultáneamente como todas estas figuras, no sólo como la central. De este modo, durante el proceso nos visualizamos a nosotros mismos, a nuestro maestro y a nuestro entorno de una manera muy especial.
Los pasos de la iniciación son extremadamente intrincados y, si no estamos familiarizados con ellos, las visualizaciones que se hacen pueden ser bastante desconcertantes. Pero si, como un recipiente adecuado, tomamos los votos con toda sinceridad y por lo menos sentimos, con una confianza firme, que todas las visualizaciones en realidad están ocurriendo, podemos estar seguros de que estamos recibiendo el empoderamiento. Con esta base asegurada, el siguiente paso es buscar mayor instrucción y luego intentar, tan sinceramente como sea posible, recorrer el camino completo hacia la iluminación tal como se presenta en el tantra de Kalachakra.