Detalles de la astrología tibetana: 3 Signos animales y elementos

En el sistema de cálculo de los elementos, el calendario se correlaciona con ciclos de 60 años, con cada año regido sucesivamente por uno de los 12 animales. En el orden chino clásico de enlistarlos, en términos de los animales utilizados en el sistema tibetano, son: 

• Rata
• Toro
• Tigre
• Un tipo de liebre grande (yos)
• Dragón
• Serpiente
• Caballo
• Oveja
• Mono
• Pájaro
• Perro
• Cerdo. 

Sin embargo, en el sistema tibetano, la secuencia inicia con el cuarto de estos, la liebre, cuya razón discutiremos en breve. Así, el lugar en la secuencia en la que inicia el ciclo de 60 años es diferente. De hecho, para los años, días y horas, los tibetanos inician la secuencia con la liebre, pero para los meses inician con el tigre. Es un poco complicado. 

En las diversas culturas que han adaptado esta secuencia de 12 animales, hay cierta variación en términos de los animales usados: 

• La variante mongola del sistema tibetano – vaca en lugar de toro; gallina en lugar de pájaro.  
• China – buey en lugar de toro; principalmente, cabra en lugar de oveja; gallo en lugar de pájaro. 
• Vietnamita – gato en lugar de liebre. 
• Turca – pez en lugar de dragón; jabalí en lugar de cerdo; como los mongoles, vaca en lugar de toro; como los chinos, gallo en lugar de pájaro. 

Esta lista de 12 animales está entrelazada con un elemento de empoderamiento para el año, el cual pertenece al clásico conjunto chino de cinco: 

• Madera
• Fuego
• Tierra
• Hierro
• Agua. 

De acuerdo con la cosmovisión china, estos cinco son agentes o principios activos que afectan la sustancia material del mundo, en lugar de ser los constituyentes materiales reales del universo, como lo son los elementos griegos e indios. 

En el idioma chino, metal se lista en lugar de hierro. Dado que la palabra china “metal” también es la palabra común para oro, los uigures de Turquestán Oriental, traduciendo del chino, usaron el término “oro” en su listado de los cinco elementos. Cuando los uigures posteriormente sustituyeron el término “hierro”, por ejemplo, en el siglo XIV, eso es indudablemente debido a la influencia tibetana. En tibetano, la palabra hierro es usada en la combinación de dos palabras que significa metal en general, pero la palabra por sí sola solo significa hierro. El equivalente mongol también significa hierro. 

Cada elemento rige dos años seguidos, el primero es un año masculino y el segundo es un año femenino. Así, toma 60 años que se repita una combinación específica, tal como el año madera-masculino-rata, por ejemplo, el primero en la lista china clásica, o el año fuego-femenino-liebre, el primero en el tibetano. 

En la variante mongola del sistema tibetano, cuando algunas veces el nombre del año se da en mongol, el color del elemento de empoderamiento es usado en lugar del nombre del elemento mismo. 

• Madera – azul
• Fuego – rojo
• Tierra – amarillo
• Hierro – blanco 
• Agua – negro. 

Esta asignación de colores es ligeramente diferente a la tibetana que se usa en otros contextos, en donde madera es verde y agua puede ser negro o azul. Asimismo, en lugar de llamar años femenino y masculino a los dos años empoderados por un elemento, en mongol, al primero de los dos se le asigna la forma adjetiva simple del color y al segundo una forma derivada del adjetivo, como rata azul, vaca azulada, tigre rojo, liebre rojiza, etc. Sin embargo, cuando los mongoles escriben en tibetano, utilizan el estilo de nomenclatura tibetano. 

El sistema astrológico tibetano no emplea el sistema chino clásico de 10 troncos celestiales y 12 ramas terrenales, que los chinos correlacionan con el ciclo de 60 años y que enfatizan mucho más en su calendario y astrología. Los 10 troncos y las 12 ramas avanzan uno a la vez en secuencia para formar pares, así: 

• Tronco 1 rama 1
• Tronco 2 rama 2, hasta 
• Tronco 10 rama 10, luego 
• Tronco 1 rama 11
• Tronco 2 rama 12
• Tronco 3 rama 1, y demás. 

Los mayas tenían un esquema similar entrelazando 13 números y 20 nombres para enumerar los días.

Los troncos son alternativamente yang y yin, y después fueron correlacionados con los 5 elemento chinos en el orden mencionado hace apenas un momento, con cada par consecutivo de yang y yin ligado con un elemento, empezando con la madera. Esto concuerda con que los años tibetanos están en pares, masculino y femenino, para cada elemento a la vez. Además, las 12 ramas también son alternativamente yang and yin. Para ambas series, los números impares son yang y los pares son yin. 

Cuando estos troncos y ramas se combinan en un ciclo de 60 años, resulta que los troncos yang siempre se emparejan con ramas yang y yin con yin. Esto también corrobora la asignación de los años masculino y femenino en el sistema tibetano. Sin embargo, estas afiliaciones de yang y yin de las 12 ramas no coinciden con la de los 12 animales en el sistema chino clásico y, por lo tanto, no puede hacerse una equivalencia completa entre las dos series de 12. 

En la astrología china clásica, los troncos y las ramas se usan en combinación mutua para los años, meses, días y horas, mientras que los 12 animales se usan solo con el año y la hora y, en combinación con uno de los 55 elementos, solamente para el año y solo algunas veces. Por otro lado, en el sistema tibetano del material derivado de los chinos, el ciclo animal es usado para los años, meses, días de la semana y horas lunares, y siempre en combinación con un elemento. Se debe tener en cuenta que “hora” aquí significa un periodo astrológico del día de dos horas. 

El único lugar en donde los troncos y las ramas se encuentran directamente utilizados en el Tíbet es en el sistema de pronosticación llamado adivinación Gesar. Este es, en realidad, el popular sistema chino que se encuentra en los templos budistas a lo largo de todas las áreas culturales chinas en Asia. 60 palos, cada uno con una de las combinaciones de tronco y rama, se colocan en un recipiente y se giran hasta que uno se cae. Entonces, se le pide a un sacerdote que, a partir de ello, interprete la respuesta a la propia pregunta. Entre los chinos, esta forma de adivinación ha sido mucho más popular que la del I Ching. 

En China, este sistema de pronosticación estaba asociado con Guan Yu (關羽, 关羽), también conocido como Guan Di (關帝,关帝), un general del siglo II e.c. que se hizo famoso con la novela Romance de los tres reinos. Fue deificado por los chinos y ampliamente venerado durante la Dinastía Ming, particularmente en el siglo XVI. Los manchúes lo proclamaron como su Dios de la Guerra y la deidad protectora de su Dinastía Qing que, a partir de mediados del siglo XVII gobernó China, Mongolia y, más adelante, Turquestán Oriental, y clamaron ejercer influencia sobre el Tíbet, aunque fue mínima. 

Bajo el gobierno del emperador manchú Kangxi, a principios del siglo XVIII, Guan Yu fue identificado con Gesar de Ling, el héroe de la gran epopeya de los tibetanos, mongoles y uigures budistas, Gesar. Esto era parte de la política manchú de tratar de ganarse el favor de estos tres pueblos alabando sus costumbres y creencias y adaptándolas a las chinas con el fin de neutralizar su nacionalismo y volverlos a todos de una sola cultura, principalmente china. Los manchúes construyeron muchos templos de Gesar, algunas veces llamados templos chinos, en Lhasa, Urga (la actual Ulán Bator), Amdo, Mongolia interior y las fronteras chino-mongolas-tibetanas, en todas las que posteriormente se practicó la adivinación Gesar. 

Así, el sistema chino de los 10 troncos y las 12 ramas nunca se volvió realmente parte del sistema astrológico tibetano, ni estuvo integrado con otros materiales derivados de los chinos. Los pilares siguieron siendo los 12 animales y los 5 elementos. Para la adivinación, los tibetanos siempre han preferido sus propios sistemas budistas que involucran tres dados o las cuentas de un rosario. La adivinación tántrica se hace en el contexto meditativo tántrico de visualizarse a uno mismo como una figura de Buda e invocar a otra figura de Buda especial, a menudo Palden Lhamo o Tara. Solo puede practicarse tras haber completado el retiro meditativo formal en esa figura con la recitación de cientos de miles de mantras.

Los cinco elementos tienen cuatro conjuntos de relaciones entre sí; unos serán la madre, el hijo, el enemigo o el amigo de otros específicos. 

• En la secuencia madera, fuego, tierra, hierro, agua, el hijo de cada elemento es el que le sigue inmediatamente. El hijo del agua es la madera, así que la secuencia debe concebirse como un círculo. 
• La madre de cada elemento es la que le precede, por ejemplo, la madre del fuego es la madera. 
• El amigo de cada uno es el que está después del siguiente, por ejemplo, el amigo de la madera es la tierra. 
• El enemigo de cada uno es uno antes del elemento anterior, así que el enemigo del fuego es agua. 

Estas relaciones se usan ampliamente en los astro-cálculos derivados de los chinos, así como en el material derivado de los chinos para la astrología médica que se encuentra en el sistema médico tibetano. En breve se verá un ejemplo del sistema astrológico con el cálculo de la progresión anual del elemento natal de una persona. En el sistema médico, hay una influencia estacional sobre el pulso. Cada estación se correlaciona con uno de los cinco elementos chinos, al igual que con los órganos vitales y huecos, y sus pulsos. Como consecuencia de esto, en la astrología médica pueden hacerse predicciones acerca del curso general del futuro durante una estación en particular interpretando los pulsos de los diversos órganos en términos de que sus elementos regidores sean la madre, el hijo, el enemigo o el amigo del elemento regidor de esa estación. 

En la medicina clásica china, como consecuencia de que se correlacione a los órganos con los elementos, entonces, si surge una enfermedad en un órgano de un elemento, es probable que dé surgimiento a complicaciones en los órganos que son de su elemento hijo. De la misma forma, las medicinas que fortalecen un órgano de un elemento tendrán un efecto beneficioso sobre los órganos de su elemento hijo también. No se afirma este principio en la medicina tibetana. 

Estas cuatro relaciones también están involucradas, con cada elemento correlacionado a un cordel de diferente color, en los cálculos para tejer construcciones especiales en forma de red que se utilizan para albergar figuras meditativas y también para alejar a los obstáculos, tanto en el sistema budista tibetano como en el bon. En este último, las redes de armonización del espacio (nam-mkha’) son similarmente tejidas para equilibrar los diversos elementos de la propia carta natal. 

Además de una combinación natal de animal y elemento para el propio año de nacimiento, también se deriva una combinación progresiva para cada año de edad, pero calculada de manera diferente para hombres y para mujeres. De hecho, la mayoría de los cálculos derivados de los chinos se hacen de manera diferente para hombres y para mujeres. 

• Para todos los varones, el tigre se toma como el animal de progresión para la edad uno. Esto es como la secuencia de los meses empezando con el tigre, lo cual se explicará un poco más adelante. A cada año sucesivo se le asigna el siguiente animal en orden ascendente, así que después de tigre, liebre, dragón, serpiente y demás. 
• Para todas las mujeres, la edad uno es el mono, que es el 7º. animal adelante, en otras palabras, el opuesto al tigre. Cada año sucesivo es regido por el siguiente animal en orden inverso, así que luego viene la oveja, el caballo, la serpiente y demás. 

Entonces, todas las personas del mismo género tienen el mismo animal de progresión para el mismo año de edad. 

Sin embargo, el elemento de empoderamiento de progresión, se deriva del elemento natal y, entonces, es diferente dependiendo del año de nacimiento. 

• Para los varones, el elemento hijo del elemento natal es para las edades uno y dos, luego su hijo para las edades tres y cuatro, etc. 
• Para las mujeres, el elemento madre del elemento natal es para la edad uno, luego su madre para las edades dos y tres, su madre para las edades cuatro y cinco, y así sucesivamente. 

Cada combinación natal tiene una interpretación, y la progresiva se analiza con relación al elemento natal para predecir cómo será ese año en particular. 

Debe tomarse en cuenta que la propia edad, tanto en los sistemas chino como tibetano, se refiere al número de años de calendario durante los cuales se ha estado vivo, independientemente de cuán corto pueda haber sido ese periodo en un año en particular. En ambos sistemas, en un nivel popular, el año calendario a partir del cual se cuenta la edad empieza en el año nuevo tibetano o chino, el cual aproximadamente corresponde a algún momento de febrero, aunque los dos años nuevos casi nunca coinciden. Esto se discutirá más adelante. Sin embargo, para fines astrológicos precisos, la edad se cuenta desde el inicio del onceavo mes tibetano, en el sistema de elementos tibetano derivado del chino, y desde el solsticio de invierno en el propio sistema clásico chino. Estos dos puntos también están aproximadamente juntos, pero de nuevo, casi nunca coinciden. Entonces, la edad tibetana no es un concepto equivalente a la idea europea de la edad, la cual cuenta el número de años que han pasado desde el nacimiento. 

Quizás se pueda entender más fácilmente el sistema tibetano considerando un ejemplo en términos del calendario europeo. Yo nací el 10 de diciembre de 1944. Cuando yo nací, yo tenía un año de edad, porque estuve vivo durante 1944. No importa si estuve vivo solo durante tres semanas ese año, aun así, estuve vivo durante cierto periodo en 1944. Cuando llegó el primero de enero de 1945, yo tenía dos, porque ahora estaba vivo también durante un segundo año, 1945. Este es el concepto de edad en el sistema tibetano, y esta es la razón por que la todos se vuelven un año más viejos en el año nuevo tibetano y los tibetanos en general no celebran ni cuentan los cumpleaños en la forma europea. 

Cada uno de los 12 animales en sus diversas combinaciones dentro de un ciclo de 60 años tiene un conjunto de 5 elementos asociados utilizados para lo que se llama cálculos piedra (rdel). Son: 

• Fuerza vital (srog)
• Cuerpo (lus)
• Poder o capacidad (dbang)
• Valle de la fortuna (klung) 
• Elementos del espíritu vital (bla). 

Los primeros cuatro también se encuentran en la astrología clásica tibetana, en donde el poder se refiere a la riqueza. El espíritu vital o el principio de organización en la vida es más un concepto tibetano, que se encuentra también en el bon, el cual, en conexión con la medicina tibetana, tiene que ver con una forma de enfermedad mental. 

En tibetano, “valle de la fortuna” también es llamado “caballo del valle de la fortuna” (klung-rta) y “caballo de viento” (rlung-rta). En chino, a esto se le llama un “caballo de posta”, un caballo fresco que se encuentra esperando en una posta para que el cartero continúe con su viaje, lo cual, por lo tanto, significa buena fortuna para los viajes y éxito. En tibetano, las palabras “valle de la fortuna” “viento” y el tibetano antiguo “posta” son sinónimos y, por lo tanto, se volvieron intercambiables. Esta es la razón por la que a menudo se imprimen imágenes de caballos en las banderas de oración tibetanas, y a las banderas mismas a menudo se les llama “caballos de viento”. La costumbre de las banderas de oración es una característica común que se encuentra en las culturas chamánicas del Asia Central y el bon.

En cuanto al uso de los cinco elementos piedra en la astrología tibetana, se calculan los elementos natales para el animal del propio año de nacimiento (lo-rtags) y también los cinco para un año transitorio particular, como el actual. En los linajes astrológicos seguidos en el propio Tíbet, se calcula igual para hombres y para mujeres, mientras que, en el linaje tibetano seguido en Mongolia, es diferente para los dos sexos. Entonces se puede notar qué tipo de relación del elemento natal de la piedra es el elemento de tránsito. Cada uno de los cuatro tipos de relación – madre, hijo, enemigo y amigo– además de ser lo mismo, se correlaciona con una combinación específica de una de las tres piedras abigarradas, blancas o negras, representadas por escrito a través de círculos y cruces respectivamente. 

Basados en el análisis de estas combinaciones, se puede decir:  

• De los elementos piedra de la fuerza vital, acerca de posible daño en la vida ese año. 
• De los de cuerpo, acerca de la salud y el daño físico. 
• De los del poder, acerca del éxito, tal como en los negocios. 
• De los del valle de la fortuna, acerca de la fortuna en general y los viajes. 
• De los del espíritu vital, acerca del bienestar y la estabilidad del propio principio organizador de la vida. 

Si hay relaciones difíciles durante ese año, las ceremonias religiosas y las puyas se recomiendan para contrarrestar esas disonancias. 

Cada uno de los 12 animales también tiene asociados tres días de la semana: 

• Una fuerza vital (srog-bza’) 
• Principio de vida (bla-gza’) 
• Uno mortal (gshed-bza’) 

También están asociados a ellos seis constelaciones lunares: 

• Una fuerza vital (srog-skar)
• Principio de vida (bla-skar)
• Poder (dbang-skar)
• Obstáculo (skeg-skar)
• Daño (btub-skar) 
• Uno mortal (gshed-skar). 

Al revisar en el almanaque el día de la semana lunar y la constelación de la luna, derivado de acuerdo con el sistema Kalachakra y explicado un poco después, y comparándolos con los conjuntos de días de la semana y las constelaciones asociadas al animal del año de nacimiento de un individuo, se determina qué tipos de acciones es auspicioso realizar en esa fecha y cuáles no. 

Este es un aspecto de la astrología médica y es especialmente consultado por médicos tibetanos cuando determinan cuál es el mejor día para llevar a cabo un tratamiento médico especial para un paciente, tal como la moxibustión o la acupuntura con agujas. La decisión está basada principalmente en el día de la semana. Los días de la fuerza vital y el espíritu vital se escogerán, y los mortales se evitarán.