Detalles de la astrología tibetana: 7 Las efemérides tibetanas

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Cálculos para las posiciones de los cinco planetas, el sol, la luna y los nodos 

El curso de los astro-estudios tibetanos en la División Astrológica del Instituto Médico y Astrológico en Dharamsala, India, dura cinco años. Todo se calcula a mano de la forma tradicional, en una pizarra de madera cubierta con hollín sobre la que se escribe con un estilógrafo. No hay efemérides reales recopiladas en las cuales buscar cifras. Uno de los principales aspectos del entrenamiento son las matemáticas relacionadas con todos estos cálculos. 

El sistema Kalachakra, como los sistemas hinduistas, brinda fórmulas para determinar lo que se conoce como los cinco planetas y las cinco características inclusivas del calendario (gza’-lnga lnga-bsdus). El último conjunto es: 

  • El día lunar (gza’)
  • La fecha del mes lunar (tshe)
  • La constelación de la luna (skar)
  • El periodo de combinación (sbyor-ba) 
  • El periodo de acción (byed-pa). 

En aras de las efemérides, el almanaque y los horóscopos, las cinco características inclusivas, así como las posiciones del sol, la luna, Rahu y Kalagni se calculan en términos de días lunares, mientras que los cinco planetas, a saber, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, en términos de días solares. 

La posición del sol, como la de los otros planetas, se calcula de acuerdo con un modelo matemático, al igual que en el caso del sistema griego antiguo. Así, es diferente al lado chino, el cual derivó la posición y el movimiento de los cuerpos celestes sobre la base, principalmente, de la observación. Las matemáticas chinas, cuando se aplican algunas veces, son principalmente algebraicas, como las árabes. La observación fue también una característica prominente de la astronomía árabe, y fue a través de la influencia árabe que se construyeron los observatorios en la India en el siglo XVIII. En la astronomía hindú temprana, como en la tibetana, excepto al examinar la sombra de un palo de gnomo (thur-shing) para calcular el ascendente (tat-kal) con el fin de usarlo en ciertos pronósticos, la observación no tenía un rol principal. Un palo de gnomo es un palo colocado verticalmente en la tierra. Sobre la base de la longitud de la sombra que proyecta y qué tan al norte está nuestra posición en la tierra, se pueden derivar cifras que pueden sustituir aquellas de un reloj para determinar el ascendente.  

Comparación con los cálculos hinduistas — Las cuatro eras mundiales

Los enfoques del Kalachakra y el hinduismo en torno a los cálculos de las posiciones de los planetas son un tanto diferentes. En el sistema hindú, el universo comienza con una conjunción universal, en otras palabras, con todos los planetas en el mismo punto. Los eones están divididos en cuatro eras mundiales, llamados “yugas” en sánscrito, cuyos nombres se derivan de un juego de dados. Estos son el completo, el tercero, el segundo y el arruinado o “kaliyuga,” según si en el dado del juego sale cuatro, tres, dos o solamente uno, en cuyo caso se pierde. Estas cuatro eras se repiten y cada una dura, de acuerdo con la versión más popular encontrada en el Sistema de Principios del Sol (Suryasiddhanta), 1,080,000 años. Las conjunciones universales se repiten al inicio de cada uno de estos cuatro eones, con el inicio del más reciente kaliyuga en el 3,102 a.e.c. de acuerdo con este sistema, el año de la guerra que se aborda en la epopeya india Mahabharata.

Además, se da el número de vueltas que cada planeta da alrededor del zodíaco durante un eón. Cada sistema hindú de astronomía difiere ligeramente con respecto a la duración de una era, cuándo empezó la última y cuántas vueltas da cada planeta durante una de ellas. Pero, en general, al resolver la proporción de cuántos días han pasado en el eón comparado con el número de días en el eón, se puede calcular el número de vueltas que cada planeta ha dado, su posición y el valor medio de cuán lejos viaja cada uno en un día. Los números involucrados en tales cálculos son, entonces, muy grandes e inmanejables. 

De igual manera, dado que posteriormente se observaron discrepancias en las posiciones de los planetas, en algunas ocasiones se hicieron factores de corrección, llamados “correcciones seminales”, en el sentido de sumar o restar unas pocas vueltas por eón para cada uno de los planetas. Siempre se consideró que la posición del sol era correcta. Sin duda, una de esas correcciones se agregó indudablemente a este Sistema de Principios del Sol alrededor del siglo X u XI.  

En el sistema budista Kalachakra, los cálculos también se hacen en términos de las constantes de movimiento diario (rtag-longs) para los planetas, en otras palabras, cuán lejos se mueven cada día. Sin embargo, no se hace ninguna mención de la derivación de estas constantes, dado que no hay ninguna afirmación de conjunciones universales recurrentes. Como se mencionó al inicio de esta conferencia, hay dos sistemas Kalachakra de cálculos matemáticos, el sistema de principios completo (grub-rtsis) que se deriva del Tantra de Kalachakra Raíz reconstruido, basado en fragmentos citados en otros textos, y el sistema resumido (byed-rtsis) del Tantra de Kalachakra Abreviado y su comentario, Luz inmaculada. Tanto Luz inmaculada como el Tanta de Kalachakra Abreviado apareció en la India en sánscrito a inicios del siglo XI. En Luz inmaculada, dice que una “corrección seminal” debe hacerse al sistema antiguo y, de hecho, la constante de movimiento diario del sol en el Tantra de Kalachakra Abreviado es diferente de la reconstruida a partir de los fragmentos del Tantra de Kalachakra Raíz. Así, parecería que las correcciones aparecieron tanto en los sistemas budistas como en los principales sistemas hinduistas aproximadamente al mismo tiempo, aunque en el hinduista no fue la constante para el sol la que fue ajustada, sino la de los otros planetas. Por lo tanto, al menos históricamente, no es extraño que existan dos versiones de la constante de movimiento diario del sol (nyi-rtag) en el sistema Kalachakra.

Dado que los budistas no afirman conjunciones universales al inicio de las eras mundiales, los cálculos para las posiciones de los planetas se hacen de manera diferente a las de los hindúes. Se emplean ciclos de 60 años, de acuerdo con los ciclos “prominentes” de Júpiter mencionados anteriormente, y se deben tener en cuenta las posiciones del signo de origen de donde surgió cada planeta en primer lugar, dado que este fue el punto de partida de sus vueltas, y también la posición en la que cada uno está al final del ciclo previo de 60 años. Estos cálculos se discutirán con más detalle en un momento. 

El esquema hindú de las cuatro eras mundiales, que terminan en un kaliyuga, aunque por lo general no se encuentran en otros textos budistas, se emplea en el sistema Kalachakra. Sin embargo, la duración de cada una es mucho menor que en cualquier otro de los sistemas hinduistas. De acuerdo con el Kalachakra, las enseñanzas del Buda durarán 5,104 años, empezando desde el 880 a.e.c., que es cuando se fecha el parinirvana o muerte del Buda. En todos los sistemas budistas que no son del Kalachakra, esta cifra es de 5,000 años. Este periodo de 5,104 años se divide en dos ciclos de las cuatro eras mundiales, y cada una de ellas termina en un kaliyuga. En la actualidad, estamos en el kaliyuga del primer ciclo, y esto inició en el año 1,598 e.c. En la historia tibetana, ese fue el inicio de un periodo de gran guerra civil. 

Al final del kaliyuga actual, en el 2,424 e.c., la guerra prevista ocurrirá con las fuerzas de los invasores no índicos (kla-klo, sct. mleccha), durante la cual llegará ayuda del Shambala para derrotarlos y luego empezará una nueva era plena o dorada. Lo que es bastante curioso es que el año de esta guerra y el posterior inicio de una nueva era dorada coincide muy estrechamente con el inicio de la llamada Era de Acuario, según se calcula a partir de la precesión del equinoccio. Aunque los dos sistemas derivan una fecha para la llamada “nueva era” de manera bastante independiente, resulta que ambas son casi la misma.  

Los modelos griego, hindú y Kalachakra para el movimiento planetario 

Ahora exploremos brevemente los modelos matemáticos utilizados para los cálculos de la posición de los planetas. Incluso desde un punto de vista simplemente de la historia de la ciencia, esto es muy interesante. Los antiguos griegos usaron principalmente la geometría, a saber, diferentes proporciones geométricas, para determinar y describir el movimiento de los planetas. Los epiciclos, una serie de círculos más pequeños a lo largo de la circunferencia de un círculo mayor, fueron utilizados para corregir las discrepancias en la velocidad del planeta. Los epiciclos giran en dirección opuesta a la del círculo, de tal forma que en un lado del círculo el movimiento del epiciclo giratorio está en la misma dirección y así se suma al movimiento a lo largo del círculo, mientras que en el lado contrario está en la dirección opuesta y debe restarse.

En los sistemas hindúes, la función seno fue desarrollada de tal forma que el mismo tipo de corrección con epiciclos giratorios podría hacerse utilizando métodos trigonométricos en lugar de solamente métodos geométricos. Pero, mientras que en el sistema griego antiguo de Ptolomeo se concibe que los planetas viajan en la órbita de un círculo excéntrico, el cual es el círculo descrito por el movimiento a lo largo de un epiciclo conforme gira alrededor de la circunferencia de un círculo más grande y el cual tiene un centro desplazado de aquel del círculo más grande, en los sistemas clásicos hindúes no se da este desplazamiento por simple movimiento circular. Se hacen correcciones para la velocidad planetaria utilizando epiciclos giratorios, pero sin que el movimiento planetario sea en círculos excéntricos descritos por estos epiciclos. Además, estos epiciclos giratorios varían en tamaño en tanto se ubican alrededor de la circunferencia del círculo más grande que circunscriben, de tal forma que describen órbitas aproximadamente elípticas, en lugar de órbitas circulares simples para los planetas. 

Por otro lado, los cálculos en el sistema tibetano no involucran ni proporciones geométricas ni funciones trigonométricas, sino que son puramente aritméticas, como fue el caso con los antiguos métodos babilónicos. Logran las mismas correcciones que en los sistemas griego e hindú, pero sin el uso explícito de los epiciclos giratorios y sin el marco de referencia conceptual de cambiar la velocidad planetaria. En lugar de ello, las correcciones se hacen en términos de posición variable. Los planetas están algunas veces adelante o atrás de las posiciones medias predichas a partir de sus constantes de movimiento diario, y esta discrepancia es lo que se calcula.   

El movimiento planetario en general es circular. La órbita del sol es nuevamente un círculo excéntrico descrito por epiciclos (go-la), pero aquí los epiciclos no giran, afectando la velocidad, ni varían de tamaño. En lugar de ello, los epiciclos están acomodados alrededor del Monte Meru, el centro medio de las órbitas de todos los cuerpos celestes alrededor de una tierra plana, de una manera oblicua o inclinada. Más precisamente, cada epiciclo se inclina hacia abajo, siendo su punto más alto el más cercano al Monte Meru y su punto más bajo el más lejano de él, como si estuviera dispuesto alrededor de la superficie de un cono con la punta hacia arriba, proyectado en el aire y rodeando al Monte Meru. La órbita del sol, entonces, no es solamente un círculo excéntrico descrito por estos epiciclos, sino en sí misma es oblicua o inclinada. Esto es para explicar la altura y el arco variables del sol a lo largo del cielo, en diferentes ubicaciones y épocas del año. El movimiento exacto del sol durante los diferentes meses del año se describirá un poco más adelante.  

En los sistemas hindúes de astronomía, según se encontró en el siglo VI e.c., la tierra es concebida como una esfera inmóvil con el sol, la luna, los planetas y las constelaciones girando alrededor de ella. Este concepto de una tierra esférica bien puede ser una señal de la influencia griega antigua, dado que en el texto Timaeus, de Platón, la tierra ya se presenta como una esfera inmóvil alrededor de la que giran los cuerpos celestes. Basada en el argumento lógico de Aristóteles de una tierra esférica a mediados del siglo IV a.e.c. en su texto Sobre el cielo, esta teoría fue aceptada en la Grecia antigua y en todo el mundo europeo medieval posterior. Sin embargo, a un nivel popular, la tierra fue concebida como plana antes de que Colón descubriera América a finales del siglo XV. Esta concepción de una tierra esférica nunca se encontró en los sistemas budistas. Tampoco concibieron que los planetas o las estrellas estuvieran ubicadas en ocho esferas concéntricas de diámetro creciente alrededor de la tierra, como Ptolomeo. 

En el pensamiento europeo, fue solamente a principios del siglo XVI, que la teoría de un sol estacionario, con la tierra y los planetas girando alrededor de él, fue propuesta por Copérnico. A principios del siglo XVII, fue probado mediante la observación telescópica por Galileo, y luego Kepler derivó las fórmulas matemáticas para describir el movimiento planetario, no en círculos excéntricos, sino en elipses. 

En el sistema Kalachakra como se preservó en el Tíbet, se describe que cada uno de los planetas y las constelaciones tienen dos marchas (‘gros) o tipos de movimiento. Cada uno de ellos se mueve por medio de una órbita de viento en el sentido de las agujas del reloj o hacia la derecha, eso es de este a oeste, en su curso diario a través del cielo. Esto se llama marcha de viento (rlung-‘gros) y, en términos europeos, es su movimiento aparente debido a la perspectiva de la rotación de la tierra en el sentido contrario de las agujas del reloj sobre su eje. Este movimiento se da a una velocidad constante, nunca más rápido ni más lento. 

Cada planeta y constelación también tiene su propia marcha (rang-‘gros) la cual, excepto por el movimiento de los nodos y las fases retrógradas, es en contra del sentido de las agujas del reloj o hacia la izquierda, eso es, de oeste a este. Esto se refiere a cómo cada noche a la misma hora Marte, por ejemplo, aparece progresivamente más hacia el este, y cómo las constelaciones en el ascendente y el descendente en el amanecer y el ocaso también parecen haberse movido más hacia el este cada noche. En términos europeos, este es su movimiento aparente debido a la perspectiva de la vuelta de la tierra alrededor del sol en el sentido de las agujas del reloj. Como solía describirlo mi maestro, el finado maestro astrólogo del Instituto Médico y Astrológico Tibetano en Dharamsala, India, Gen Lodro Gyatso, el movimiento de los planetas es como el de una mosca que camina en el sentido contrario de las agujas del reloj sobre un acetato que gira rápidamente en el sentido de las agujas del reloj. 

Cálculos para las posiciones de los planetas 

Cuando se abordan las constantes de movimiento diario del sol y de otros planetas, estas se refieren a su propio movimiento de marcha. De acuerdo con ello, cada planeta tiene una posición media con relación a las constelaciones cada día. Para determinar la posición media del sol (nyi-bar), por ejemplo, en una fecha particular, se calcula cúantos años, meses y días han pasado desde el inicio del ciclo “prominente” de 60 años actual, tomando en cuenta los meses dobles adicionales (zla-zhol), lo cual se explicará más abajo. Luego, sobre la base de las constantes de movimiento mensuales y diarias del sol y tomando en consideración la posición de nacimiento del signo zodiacal del sol (skyes-khyim) y la posición restante (rtsis-lhag) de dónde estaba el sol al final del último ciclo, se calcula la posición media. 

Pero la velocidad de la marcha propia de cada planeta es afectada por otras variables, por lo que, la mayoría del tiempo, los planetas viajan más rápidamente o más lentamente y, en consecuencia, la mayor parte del tiempo están adelante o atrás de su posición media. Por lo general, la tasa de cambio por ir más adelante que su posición media es la misma que por ir más atrás. Las mismas tasas de cambio también son ciertas para cuando van cada vez más o cada vez menos detrás de su posición media. Así, los cálculos se hacen por cuadrantes (rkang) de la órbita de los planetas usando tablas de las constantes de los movimientos cuadrantes, como la del sol. La constante apropiada luego se suma o se resta de acuerdo con si los planetas están incrementando o disminuyendo su discrepancia con respecto a su posición media, y si está más atrás o más delante de ella para obtener, por ejemplo, la posición corregida del sol (nyi-dag). 

Así, aunque ni los epiciclos giratorios ni las funciones trigonométricas se emplean de forma explícita, los resultados derivados puramente por aritmética describen el mismo tiempo de movimiento de aceleración y desaceleración de los antiguos griegos e hindúes, lo cual, después de todo, es descriptivo del movimiento elíptico desde el punto de vista europeo. Sin embargo, en la derivación de las tablas de las constantes de movimiento del cuadrante, pueden haberse combinado muchos pasos de los cálculos trigonométricos. 

La posición del sol se calcula como se describe arriba. La posición de la luna se deriva simple y directamente de la del sol. Toma en cuenta su propia constante de movimiento diario durante el ciclo lunar de luna nueva a luna nueva en cada signo sucesivo a medida que viaja más lejos del sol, cada día después de la conjunción de la luna nueva con el sol. Además, se debe hacer una corrección adicional para cómo la luna misma se acelera y desacelera adelante y atrás de su posición media conforme avanza a través de su ciclo lunar. El ciclo lunar no es el de aproximadamente treinta días de luna nueva a luna nueva, tal como de la luna nueva en Aries a la luna nueva en Tauro, sino que es el ciclo de 28 y un catorceavo día requerido para que la luna regrese al mismo punto en el zodíaco. La posición de la luna en el amanecer de un día lunar es conocido como la constelación en conjunción corregida de la luna (tshe-‘khyud zla-skar dag-pa) para esa fecha.   

Las posiciones de los cinco planetas están determinadas en una manera de cierta forma similar a la del sol, excepto que implican dos correcciones de posiciones en lugar de una. Los cinco planetas son los dos pacíficos (zhi-ba) de Mercurio y Venus, y los tres enérgicos (drag-pa) de Marte, Júpiter y Saturno. Una vez que se calcula su posición media a partir del conteo del día general (spyi-zhag) del ciclo de 60 años y sus constantes de movimiento diario individual dentro de su propio ciclo, se hace tanto una corrección de movimiento de un cuadrante lento, como una corrección de movimiento de un cuadrante rápido. El del cuadrante lento emplea una constante de movimiento del cuadrante punto de frenado (dal-rkang) y corrige cómo los planetas algunas veces viajan adelante o atrás de su posición media, acelerando y desacelerando alternativamente en cada cuadrante conforme orbita alrededor del zodíaco. Un planeta solo se ubica en su posición media y viaja a su propia velocidad no corregida cuando está en conjunción con su posición del signo de nacimiento. Dado que Mercurio y Venus nunca pueden estar más que un número relativamente pequeño de grados lejos del sol, solo pueden viajar alrededor del zodíaco vinculados con el sol. Así, la posición media del sol es utilizada cuando se hace la corrección del cuadrante lento para los dos planetas pacíficos. Esto no es necesario para los tres planetas enérgicos dado que ellos pueden viajar a cualquier lugar alrededor del zodíaco sin importar en dónde esté ubicado el sol.

La corrección del cuadrante rápido emplea una constante de movimiento del cuadrante de punto de velocidad (myur-rkang) y compensa cómo un planeta viaja algunas veces adelante y algunas veces detrás del sol – en otras palabras, más rápido o más lento que el sol, acelerando a medida que sale y va más adelante o más atrás del sol, y desacelerando a medida que se pone o va menos enfrente o detrás. El único momento en que no hay necesidad de esta corrección del cuadrante rápido, entonces, es cuando el planeta está en conjunción con el sol. Dado que Marte, Júpiter y Saturno alcanzan el límite extremo de esta discrepancia con el movimiento del sol cuando están en oposición al sol, para ellos este cálculo está ligado con la posición media del sol. Los dos planetas pacíficos, por otro lado, nunca pueden estar en oposición al sol y, por lo tanto, para ellos no es necesaria esta vinculación con la posición media del sol para la corrección del cuadrante rápido.

Cuando un planeta, el sol y la posición del signo de nacimiento de ese planeta están en conjunción, no hay necesidad de una corrección del cuadrante rápido o lento. Esto sucede solamente cuando el planeta ha terminado el ciclo de días de su tabla de movimiento constante diario. Para los planetas enérgicos, es el tiempo que le toma al planeta dar una vuelta alrededor del zodíaco, para Venus diez órbitas alrededor del sol y para Mercurio cien vueltas alrededor del sol. 

Junto con la posición de cada uno de los cinco planetas, se especifica una de las cuatro direcciones cardinales, refiriéndose a la orientación direccional del planeta con respecto al sol. La dirección también indica cuál de las cuatro marchas (‘gros-bzhi) o tipo de movimiento tiene el planeta – punto de frenado o marcha lenta (dal-‘gros), punto de velocidad o marcha rápida (mgyogs-‘gros), marcha original o estable (‘byung-‘gros), e inclinada, lateral o zigzagueante (‘khyog-‘gros). Esto es bastante complicado, pero debe señalarse que el movimiento retrógrado no es uno de ellos. Aunque se conoce la retrogradación, esto es, cuando un planeta parece estar retrocediendo de su movimiento normal, no se señala ni se considera importante astrológicamente. Sin embargo, en la astrología moderna europea, es bastante significativo y afecta la interpretación. La posición de los planetas de los nodos norte y sur, Rahu y Kalagni, se calculan por su constante de movimiento diario sin recurrir a una corrección del cuadrante.  

Planetas trans-saturninos 

Los planetas trans-saturninos Urano, Neptuno y Plutón no se discuten en la astrología tibetana, ni tampoco parece haber ninguna razón para presentarlos. Como se explicó, el sistema tibetano no conceptualiza que en realidad las influencias provengan de los planetas. Además, las posiciones planetarias calculadas a partir de las fórmulas matemáticas tradicionales no corresponden exactamente con las posiciones observadas de los planetas. Y aún debe investigarse si el sistema original da la información astrológica más precisa y, de no ser así, si la solución hindú moderna de restar un factor de precesión estándar de sus posiciones derivadas por métodos europeos da un mejor resultado. Si las posiciones calculadas tradicionalmente son las más útiles astrológicamente, ¿cómo se podrían incluir los planetas trans-saturninos? Sería muy difícil decidir en dónde ubicar sus posiciones. 

Parece ilógico corregirle todo el sistema europeo. Nadie afirma ser capaz de enviar un cohete a Marte apoyándose en la información astronómica tibetana. Siempre debemos revisar el propósito de cualquier sistema de información. La posición de los planetas es simbólica, como un mapa para leer la situación de los potenciales kármicos con los que se nace. La adición de más planetas al sistema realmente no encajaría. 

Astrología de los planetas

Revisemos algunas de las características de la astrología del sol, la luna, los nodos y los cinco planetas. Cuando se interpretan los periodos dentro de una vida regida por los diversos planetas, Rahu, Kalagni, Marte y Saturno generalmente son considerados duros, mientras que el sol, la luna, Mercurio, Venus y Júpiter con considerados gentiles. En una carta natal, es ligeramente diferente. Los planetas no se interpretan tanto a partir de sí mismos, aunque cada uno tiene algunas características generales. No es exactamente como un horóscopo europeo, en el cual Marte en Aries en la primera casa tiene cierta interpretación, y esto debe ser modificado al considerar a los otros planetas con los que comparte aspectos, en donde los aspectos son definidos en términos de los números específicos de grados que separan a dos planetas. 

En la astrología tibetana, para la interpretación de las cartas natales, cada planeta tiene, primero que nada, un campo (zhing) de signos que rige: 

  • Marte – Aries y Escorpión
  • Mercurio – Géminis y Virgo
  • Júpiter – Sagitario y Piscis
  • Venus – Tauro y Libra
  • Saturno – Capricornio y Acuario
  • La luna – Cáncer
  • El sol – Leo
  • Rahu – co-rige Virgo 
  • Kalagni – co-rige Cáncer. 

Esto corresponde con los regimientos en la astrología europea, excepto que a los nodos norte y sur no se les asignan regimientos en el sistema europeo, y a los planetas trans-saturninos se les asignan co-regimientos: Urano Acuario, Neptuno Piscis y Plutón Escorpión. 

Los planetas se clasifican como pacíficos o enérgicos: 

  • Mercurio, Venus y Kalagni – pacíficos
  • Marte, Júpiter y Saturno – enérgicos. 

Así, esto es diferente de su clasificación como pacífico o enérgico cuando rigen periodos en una carta progresiva, en cuyo caso Kalagni es enérgico y Júpiter pacífico. 

Los pares de planetas pacíficos y enérgicos están vinculados con cuatro de los cinco elementos indios: tierra, agua, fuego y viento. Estos son, de hecho, los mismos que los cuatro elementos que Aristóteles postuló que componen el universo y que, entonces, se encuentran en la astrología griega antigua y europea moderna. Se encuentran en la tradición hebrea mística también: 

  • Mercurio y Marte – fuego
  • Venus y Júpiter – agua
  • Kalagni y Saturno – tierra. 

Esto es diferente de las asignaciones de elementos a los días de la semana, que también son equivalentes a los nombres de los planetas:   

  • Domingo y el sol – fuego
  • Lunes y la luna – agua
  • Martes y Marte – fuego
  • Miércoles y Mercurio – agua 
  • Jueves y Júpiter – viento 
  • Viernes y Venus – tierra
  • Sábado y Saturno – tierra. 

Y todo esto es diferente de nuevo de los cinco elementos chinos asociados con los cinco planetas en el sistema chino clásico, en el cual: 

  • Marte – planeta de fuego
  • Mercurio – agua
  • Júpiter – madera
  • Venus – metal 
  • Saturno – tierra. 

En una carta astrológica, cuando uno de esos planetas está en su propio campo y el otro planeta de su mismo elemento entra a ese campo, se vuelven enemigos y chocan sin importar cuántos grados separan a los planetas. Lo único que importa es que están en el mismo signo. Lo mismo es cierto si uno del par está en su propio signo de nacimiento, y el otro entra en ese signo. Los signos de nacimiento de los planetas son: 

  • Marte – Leo
  • Mercurio – Escorpión
  • Venus – Géminis
  • Júpiter – Virgo 
  • Saturno – Sagitario 
  • El sol – Cáncer 
  • La luna – Aries
  • Rahu – Virgo
  • Kalagni – Piscis. 

Sin embargo, si estos pares de planetas están juntos en cualquier otro signo, no chocan. No es tanto que cada planeta y elemento, entonces, tenga cierta significación. Este es un sistema diferente de interpretación del europeo. 

Además, los planetas son interpretados de esta manera no solo en horóscopos personales, sino que también están involucrados en las predicciones que se dan en el almanaque tibetano para las condiciones generales de un país en términos del clima, las inundaciones, las sequías, las hambrunas, las epidemias, las guerras y demás.   

  • Para la situación en el Tíbet, las posiciones de tránsito de los nueve cuerpos celestes en los 12 signos y 27 constelaciones del 8, 15, 22 y 30 de cada mes son regularmente examinadas e interpretadas sobre la base del texto tibetano del siglo XVIII Aguamarina blanca, de Desi Sanggye Gyatso. 
  • Para la de la India, la posición de tránsito de todos los planetas en el momento exacto en que el sol entra en Aries se analiza en términos de cuatro cartas que se derivan del sistema del “surgimiento a partir de las vocales” para predecir un año completo. 
  • Por otro lado, la situación para China se predice de acuerdo con el sistema amarillo estilo chino a partir de cálculos que involucran el punto nadir de la primavera – a saber, el punto nadir del primer mes estilo chino, en un esquema llamado “toro de tierra” y no involucra a los cinco planetas. Los puntos nadir serán explicados en breve. 

Hay una tradición oral entre los nómadas tibetanos, y especialmente aquellos del altiplano norte, de predecir el clima, las hambrunas, las epidemias, las guerras y demás, por observación directa de las estrellas durante las noches del otoño y el invierno. También predicen el clima a partir del viento, las nubes, la conducta de los animales y los pájaros y demás. 

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