Impulsos kármicos versus impulsos no kármicos

Las limitaciones con respecto a los cinco sistemas de orden natural según el Teravada 

Permítanme explicarles un poco sobre los impulsos kármicos y no kármicos para que tengamos una idea sobre de qué estamos hablando en realidad cuando hablamos de karma y la cuestión de la elección. En el Teravada, por ejemplo, hay limitaciones con respecto a cinco sistemas de orden natural. Estos son los cinco niyamas en Pali. 

  • Primero están las limitaciones con respecto a las estaciones. Esto se refiere a las leyes del universo que gobiernan aspectos como el cambio de estaciones, las temperaturas y el clima. Las fuerzas involucradas con estos fenómenos naturales no son kármicas.  
  • Luego hay limitaciones con respecto a las semillas de las plantas. Se trata de los principios de la botánica que rigen el crecimiento de las plantas, como las semillas de cebada, se convierten en plantas de cebada y no en plantas de trigo. Esto tampoco es kármico.  
  • Las siguientes son las limitaciones con respecto al karma. Esto se refiere a las leyes mismas del karma, tal como que los impulsos kármicos destructivos maduran en sufrimiento y los constructivos madura en felicidad mundana.  
  • El cuarto son las limitaciones con respecto a la mente. Esto abarca los principios de la ciencia cognitiva que gobiernan la secuencia de momentos que están involucrados en el proceso de la percepción sensorial. El Teravada tiene una descripción increíblemente compleja de la secuencia de momentos involucrados en percibir información, discriminarla, captar un concepto, pensar en ello, etc., y hay un orden. Sería nuestro equivalente de todos los pasos de cómo funciona el cerebro. Eso tampoco es karma.  
  • Luego están las limitaciones con respecto al Dharma. Esto se refiere a las enseñanzas del Buda, todas se enmarcan dentro de los límites de los cuatro sellos que el Buda define en sus enseñanzas. Estos son la impermanencia (no estatismo), el sufrimiento, la falta de un yo imposible y la paz del nirvana. Estos tampoco son kármicos.  

De esta manera, el sistema Teravada describe las limitaciones con respecto a los cinco sistemas de orden en el universo, como el cambio de estaciones, el crecimiento de las plantas, los impulsos apremiantes del karma, el funcionamiento del cerebro y la naturaleza de todos los fenómenos. Todos ellos implican impulsos invisibles que automáticamente conducen al cambio. Pero solo los impulsos que conducen nuestro comportamiento son kármicos. Son los únicos que están incluidos en la segunda verdad noble como verdaderos orígenes del sufrimiento.

Impulsos kármicos y no kármicos según el Sautrántika 

El sistema Sautrántika, presentado por Vasubandhu, diferencia los impulsos ejecutantes de los impulsos esforzados. 

  • Un impulso ejecutante es el factor mental de un impulso apremiante que conduce una conciencia mental o sensorial y a los factores mentales que la acompañan a moverse hacia un objeto y conocerlo. Los impulsos ejecutantes abordan los mismos fenómenos que el orden cognitivo Teravada, aunque los dos sistemas no son equivalentes. Los impulsos ejecutantes no son kármicos.
  • Los impulsos esforzados son los kármicos e implican un esfuerzo consciente. Son el factor mental de un impulso apremiante que conduce a la conciencia mental y a los factores mentales que la acompañan a pensar y decidir cometer una acción kármica específica con el cuerpo o el habla, o que conduce a la conciencia del cuerpo y a los factores mentales que la acompañan a involucrar al cuerpo o al habla en cometer esa acción kármica.  

Motivación 

Cuando hablamos de impulsos apremiantes que conducen a una conciencia mental o sensorial ya sea a conocer un objeto o a cometer una acción kármica, naturalmente también debemos considerar lo que se entiende por motivación. 

¿Qué significa motivación en el budismo? Este también es un tema muy difícil y complejo. A menudo en Occidente usamos “motivación” para referirnos a por qué hacemos algo. Por ejemplo, nuestra motivación para ir a la universidad podría ser poder conseguir un buen trabajo y mantener a nuestra familia. Ese no es el significado de lo que solemos traducir en el budismo como "motivación". La motivación en inglés proviene de la misma raíz que movimiento, y esta es realmente la connotación tanto de la palabra sánscrita (samutthāna) como de la palabra tibetana (kun-slong). Ambas significan algo que hace que surja algo más. Es mejor pensar en la motivación como un "motivador".

En el contexto de la presentación Vaibáshika del karma, y específicamente la presentación de las diez acciones destructivas y las diez acciones constructivas, Vasubandhu diferencia dos motivadores: un motivador causal y un motivador contemporáneo. 

  • El motivador causal es la conciencia mental en una de las tres acciones kármicas de la mente que implican pensar y decidir cometer una acción kármica específica del cuerpo o del habla. Vasubandhu lo llama el "involucrador inicial" del cuerpo o del habla.  
  • El motivador contemporáneo es la conciencia del cuerpo en una de las tres acciones kármicas del cuerpo o cuatro acciones kármicas del habla que han sido pensadas y decididas. Vasubandhu lo llama el “involucrador posterior” del cuerpo o del habla.

La conciencia motivadora va acompañada, por supuesto, de los factores mentales de un impulso, una intención, una distinción y una emoción, pero estos no se consideran motivadores en esta presentación. Sin embargo, la conciencia –ya sea mental o sensorial– no es lo único que motiva o, literalmente, causa que surja una acción. Asanga habla de las emociones y los impulsos kármicos como los motivadores que hacen que surjan las acciones. Él llama a las emociones motivadoras los "motivadores fundamentales o primarios". Se refiere a las emociones y actitudes naturalmente destructivas o naturalmente constructivas o naturalmente no especificadas que causan que surja una acción o un estado mental. La emoción motivadora podría ser naturalmente destructiva (digamos ira o codicia) y hacernos cometer una determinada acción o pensar en cometerla. O podría ser un estado mental naturalmente constructivo, como la ausencia de ira (estar imperturbable) o la creencia en un hecho que podría hacernos pensar, hablar o actuar de manera constructiva. O podría ser una actitud no especificada, como considerar a nuestro coche como “mío” cuando lo conducimos. 

Las emociones motivadoras que acompañan a las conciencias motivadoras causal y contemporánea pueden ser diferentes entre sí. A menudo son diferentes. Podríamos pensar en fumigar nuestra casa para deshacernos de las cucarachas y, al pensar en hacerlo y decidir hacerlo, podríamos hacerlo sin necesariamente odiar a las cucarachas. Pero cuando realmente nos involucramos en matarlas, podemos tener una fuerte hostilidad y ser muy agresivos. Incluso durante el transcurso de una acción corporal o verbal, nuestra emoción motivadora puede cambiar. Podemos empezar a golpear a alguien mientras tenemos un gran enojo hacia él, pero cuando empieza a rogarnos que paremos, nuestro enojo puede debilitarse gradualmente e incluso convertirse en compasión hasta que finalmente dejamos de hacerlo. 

Asanga habla de los impulsos kármicos también como motivadores. Como hemos visto, los impulsos kármicos hacen que surja una acción, o la motivan, al propulsar a la conciencia y a los factores mentales que la acompañan, incluida la emoción motivadora, durante el curso de una acción kármica de la mente, el cuerpo o el habla. 

Drolungpa, uno de los primeros maestros kadampa, incluso habla de la intención acompañante como el motivador de una acción kármica. Por lo tanto, hay muchas explicaciones de lo que motiva una acción kármica en el sentido de qué causa que surja. Por ejemplo, cuando hablamos de la bodichita como nuestra motivación, la bodichita es una conciencia principal (gtso-sems). Una conciencia principal es una combinación de una conciencia y los factores mentales que la acompañan. Entonces, la bodichita es una combinación de una conciencia mental motivadora, una emoción motivadora (amor y compasión) y una intención motivadora (el deseo o intención de beneficiar a todos los seres y alcanzar la iluminación para hacerlo mejor).

Tres tipos de impulsos kármicos según el Sautrántika 

Volvamos a la presentación Sautrántika de Vasubandhu. Allí, Vasubandhu presenta tres tipos de impulsos kármicos: 

  • El impulso kármico que propulsa a la conciencia mental a “seguir un curso” a lo largo de una línea de pensamiento sobre si se debe realizar una acción específica del cuerpo o del habla.
  • El impulso kármico que propulsa a la conciencia mental a “decidir” cometer esa acción.
  • El impulso kármico que propulsa a la conciencia corporal a “mover” el cuerpo o el habla para implementar un método para causar que se lleve a cabo la acción.  

Los primeros dos tipos de impulsos kármicos –los que conducen el curso y la decisión– propulsan al motivador causal, la conciencia mental, a involucrarse inicialmente con el cuerpo o el habla. El tercer tipo de impulso kármico –el que conduce el movimiento– propulsa al motivador contemporáneo, la conciencia corporal, a involucrar posteriormente el cuerpo o el habla. 

Recuerden que el Sautrántika diferencia los impulsos que propulsan a una conciencia sensorial o mental a conocer un objeto y los impulsos que propulsan a la conciencia mental o corporal a cometer una acción de la mente, el cuerpo o el habla. Los primeros son impulsos ejecutantes y no impulsos kármicos. Los últimos son impulsos esforzados y son impulsos kármicos. Sin embargo, ambos son el factor mental de un impulso. Ambos propulsan a la conciencia y a los factores mentales acompañantes, como un imán que arrastra limaduras de hierro o una locomotora que tira de un tren. 

Además, podemos distinguir los impulsos esforzados y los ejecutantes en términos de lo que implican: 

  • Los impulsos esforzados son los impulsos involucrados en las diez acciones destructivas y las diez acciones constructivas. Inicialmente y posteriormente involucran al cuerpo o al habla en la realización de una acción.  
  • Los impulsos ejecutantes son los impulsos relacionados con la cognición sensorial o mental de un objeto. Involucran a un sensor cognitivo en conocer un objeto.

Aunque una conciencia conducida por un impulso y acompañada por una intención y una emoción está involucrada en la cognición sensorial o mental de un objeto y se podría decir que todos estos son motivadores de la cognición en el sentido de que causan que surja, aun así, los impulsos ejecutantes no son kármicos. No se incluyen en la segunda verdad noble, las causas verdaderas del sufrimiento,  

Solo un último punto aquí, que es muy interesante. Podemos aplicar esta distinción entre un motivador causal y un motivador contemporáneo a la bodichita. El estado de deseo de la bodichita, con el que pensamos y decidimos trabajar hacia la iluminación para beneficiar a todos los seres, sería como una etapa motivadora causal para el desarrollo de la bodichita. El estado comprometido de la bodichita, con el que realmente nos involucramos en las acciones que nos llevarán a la iluminación, sería como la etapa motivadora contemporánea para su desarrollo. 

Impulsos kármicos y no kármicos según el Chitamatra

En el contexto del sistema Chitamatra, Asanga habla de cinco tipos de impulsos. Enumerémoslos rápidamente para no tener que repetir este tema mañana. 

  • Los impulsos observacionales son aquellos involucrados en la cognición sensorial, por lo que son similares a los impulsos ejecutantes explicados por Vasubandhu en el contexto del sistema Sautrántika.
  • Luego están los impulsos ejecutantes. Asanga usa el mismo término en sánscrito que Vasubandhu usa para los impulsos involucrados con la cognición sensorial, sin embargo, el significado es diferente. Aquí, los impulsos ejecutantes son los impulsos involucrados cuando algo desempeña su función, como el elemento tierra que funciona para sostener algo sobre él o una forma visual que funciona para ser un objeto de cognición visual.  
  • Los siguientes son los impulsos esforzados. Estos son los impulsos involucrados con acciones del cuerpo, el habla y la mente que están precedidos por un objetivo previsto.
  • Luego están los impulsos transformacionales. Se trata, por ejemplo, de una pieza de oro que se transforma en una joya, o del agua que se transforma en hielo.  
  • Por último, están los impulsos de logro, que son aquellos involucrados con las mentes que son el camino del arya que producen el logro de la liberación.   

Asanga dice que la mayoría de los impulsos que se aceptan como impulsos kármicos y se incluyen entre los verdaderos orígenes del sufrimiento son impulsos esforzados. Ahora bien, para entender lo que significa la palabra “la mayoría”, debemos revisar el comentario de Jinaputra Yashomitra. Allí dice que algunos impulsos de logro y ejecutantes también pueden incluirse como verdaderos orígenes del sufrimiento. 

Ni Jinaputra Yashomitra ni Gyaltsab Je en su subcomentario a este pasaje dan ejemplos de estos dos tipos de impulsos que también podrían incluirse como orígenes del verdadero sufrimiento. En términos de impulsos de logro, mi conjetura es que la maduración de potencial kármico negativo en el logro de un renacimiento en uno de los peores estados de renacimiento se incluiría como un origen verdadero del sufrimiento. En términos de los impulsos ejecutantes, mi conjetura es que el potencial kármico negativo que desempeña la función de ser una causa de sufrimiento también se incluiría como un origen verdadero del sufrimiento. 

Acciones no obstructivas y no especificadas  

Comer es una acción no obstructiva y no especificada. No está especificada, lo que significa que comer en sí mismo no es constructivo ni destructivo; adquiere el estatus ético de la emoción o actitud motivadora que la acompaña. Podríamos estar comiendo solo por codicia, por lo que es destructivo. Podríamos comer sin estar apegados a la comida; eso es constructivo. O podríamos estar comiendo simplemente porque es hora de comer; eso no está especificado y es neutro. Comer en sí mismo tampoco es un obstáculo: no obstaculiza el logro de la liberación. No necesitamos dejar de comer para alcanzar la liberación. Sin embargo, para alcanzar la liberación necesitaríamos purificarnos de los potenciales negativos acumulados al matar involuntariamente a pequeñas criaturas mientras comemos.

Como mencioné anteriormente, Vasubandhu, en el contexto del sistema Vaibáshika, que es Hinayana, especifica que tomar una vida debe ser deliberado y decidido de antemano para que sea certero que tenga consecuencias kármicas Tomar una vida sin haberlo deliberado y decidido de antemano es no kármico y no es un origen verdadero del sufrimiento. Esto se especifica porque los sistemas Hinayana no aceptan que los potenciales kármicos puedan ser purificados. Sus resultados tendrán que ser experimentados, aunque sea en una forma menor, como lo ejemplificó cuando el Buda se astilló el pie. Esta estipulación de las acciones no intencionales, como matar criaturas diminutas en el proceso de comer, se hizo para contrarrestar la posición jainista. El jainismo afirma que la digestión, caminar, encender un fuego, etc., que implican quitar involuntariamente la vida a pequeñas criaturas, son acciones kármicas y obstruyen la liberación. Por lo tanto, para lograr la liberación, necesitamos, al final, quedarnos quietos y morir de hambre.

Mahavira, el fundador del jainismo, llegó 50 años antes que el Buda. Y aunque el Buda intentó las severas prácticas ascéticas que había enseñado Mahavira y otros maestros de su tiempo, las rechazó cuando rompió su ayuno. El Buda vio que tenemos que comer, incluso si comemos solo porque es hora de comer. Pero al ser un fenómeno no especificado, el estatus ético de nuestra alimentación depende de nuestra emoción o actitud motivadora. Podemos convertir el comer en una causa para la iluminación, por ejemplo, comiendo para tener la fuerza para alcanzar la iluminación y beneficiar a todos. 

En lo que debemos trabajar no es solo en comer sin emociones perturbadoras, como el apego y la codicia, que harían que comer fuera destructivo; también necesitaríamos trabajar para eliminar la perspectiva engañosa hacia un entramado transitorio que acompaña nuestra alimentación, ya sea que comamos con codicia, sin apego a la comida o simplemente porque es la hora de comer. Con tal perspectiva engañosa, mientras comemos consideramos a nuestros agregados como “yo” y “míos”, por lo que pensamos en términos de “mi cuerpo”, “mi hambre”, “mi comida”, “mi dieta”, etc.  

Entonces, comer en sí no es un problema; esta perspectiva engañosa es el problema. Comer no obstruye el logro de la liberación; esta perspectiva engañosa obstruye su logro. La perspectiva engañosa hacia un entramado transitorio es un fenómeno no especificado. Puede ser la actitud motivadora que hace que surja cualquier acción destructiva, constructiva o no especificada y que acompaña a la acción. Para alcanzar la liberación, tenemos que abandonarla, lo que significa deshacernos de ella para que nunca vuelva a ocurrir. Sin embargo, para alcanzar la liberación no es necesario que dejemos de comer para siempre. 

Hay otras cosas que no obstruyen el logro de la liberación y la iluminación, por ejemplo, la cognición conceptual. Antes de alcanzar la iluminación, la bodichita es conceptual. No obstruye el logro de la liberación o la iluminación; más bien, es una causa para su logro. Esta es la posición Gelugpa respecto de la cognición conceptual. No es algo de lo que debamos deshacernos aplicando fuerzas oponentes. Automáticamente nos liberaremos de toda cognición conceptual, incluida la bodichita conceptual, cuando hayamos alcanzado la iluminación, del mismo modo que automáticamente nos liberaremos de comer cuando alcancemos la iluminación. Un buda no tiene que comer, pero no es algo que tengamos que esforzarnos por disminuir, mientras estamos en el camino hacia la budeidad, para poder deshacernos de ello. En lo que sí debemos trabajar es en disminuir y, con el tiempo, detener nuestro pensamiento y alimentación con una emoción motivadora destructiva. Por lo tanto, intentaríamos disminuir la alimentación destructiva, como cuando comemos simplemente por codicia o por ira. “No quiero que te quedes con el pastel; no tengo hambre, pero me lo comeré porque no quiero que tú lo comas”. 

Solo debería añadir un pequeño punto y es que, cuando estudiamos cosas como el karma, no debemos esperar obtener una explicación lineal. Vamos a reunir piezas del rompecabezas y nuestra tarea es armarlas nosotros mismos. Obtendremos diferentes piezas del rompecabezas en diferentes momentos, pero todas encajan.

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