En el sistema Prasánguika Gelug, un entramado transitorio se refiere a nuestro “yo” válidamente conocible, ya que es un entramado en cambio continuo de partes, facetas y momentos. Una perspectiva engañosa respecto a un entramado transitorio se enfoca en nuestro “yo” válidamente conocible y lo considera como nuestra alma imposible —burda o sutil— que guarda una cierta relación con nuestros agregados. En términos generales, considera al “yo” válidamente conocible como un “yo” imposible, o como un “yo mismo, el poseedor” imposible con relación a los agregados.
El hecho de que una perspectiva engañosa respecto a un entramado transitorio surja sobre la base del aferramiento a un alma imposible burda (una que existe de forma encontrable y que es autosuficientemente conocible), o que surja basada en el aferramiento a un alma imposible sutil (simplemente una que existe de forma encontrable) no supone ninguna diferencia en la siguiente cuestión. En ambos casos, la perspectiva engañosa tiene formas tanto basadas en la doctrina como que surgen automáticamente. Esto se debe a que el aferramiento a un alma imposible burda o sutil, tal como lo define el sistema Prasánguika, se da tanto en las formas basadas en la doctrina como en las que surgen automáticamente. Por lo tanto, en el sistema Prasánguika, tanto las perspectivas engañosas respecto a un entramado transitorio basadas en la doctrina como las que surgen automáticamente, se refieren a ambos niveles de alma imposible.
- Según el sistema Prasánguika Gelug, “basada en la doctrina” se refiere a las emociones y actitudes perturbadoras que son consecuencia de aprender y aceptar también las enseñanzas de un sistema de principios budistas no Prasánguika.
Perspectiva engañosa burda basada en la doctrina respecto a un entramado transitorio: las veinte perspectivas engañosas
Al igual que en los sistemas no Prasánguika, las veinte perspectivas engañosas respecto a un entramado transitorio ocurren solamente con el aferramiento al alma imposible burda de una persona basado en la doctrina. Por lo tanto, las veinte formas no ocurren con el aferramiento burdo que surge automáticamente, o con el aferramiento sutil —ya sea basado en la doctrina o que surge automáticamente—.
Al igual que en los sistemas no Prasánguika, el Prasánguika también divide las veinte perspectivas engañosas respecto a un entramado transitorio en cuatro puntos con respecto a cada uno de los agregados. Por ejemplo, con respecto a nuestro cuerpo, podemos considerar a nuestro “yo” válidamente conocible como:
- Un “yo” encontrable autosuficientemente conocible (un “yo” encontrable conocible válidamente y por imputación, según la definición común) que es este cuerpo.
- Un “yo” encontrable autosuficientemente conocible, que es el poseedor de este cuerpo.
- Un “yo” encontrable autosuficientemente conocible, que es el controlador o jefe de este cuerpo.
- Un “yo” encontrable autosuficientemente conocible que es el habitante de este cuerpo.
La primera postura considera al “yo” válidamente conocible no encontrable como un “yo” encontrable válidamente conocible que es alguno de los agregados. Esta es la posición Vatsiputriya (gNas-ma'i bu-pa). La escuela Vatsiputriya, una de las dieciocho escuelas Hinayana, ni siquiera afirma que un “yo” encontrable válidamente conocible que es idéntico (“uno”) a uno de los agregados encontrables, sea conocible de forma imputada. Según esta escuela, el “yo” válidamente conocible es autosuficientemente conocible y, por consiguiente, la escuela Vatsiputriya no establece la ausencia de un alma sutil imposible de una persona.
Los demás sistemas, con excepción del Prasánguika, afirman que el “yo” válidamente conocible es un “yo” encontrable válidamente conocible por imputación, que es imputado sobre el entramado encontrable o la continuidad encontrable de los cinco agregados. O afirman que es un “yo” encontrable que es imputado sobre un miembro específico encontrable de uno de los agregados —es decir, sobre la conciencia mental o el alayavijñana (kun-gzhi rnam-shes, conciencia base)—, como miembros encontrables del agregado de la conciencia. Si alguna de estas posibilidades fuera correcta, el “yo” válidamente conocible, como un “yo” encontrable válidamente conocible, necesitaría ser totalmente diferente ("muchos") de cualquier otro miembro encontrable de los cinco agregados. Esto conduce a un aferramiento basado en la doctrina al “yo” válidamente conocible —como un “yo” encontrable válidamente conocible imputado sobre una conciencia mental encontrable o sobre el alayavijñana encontrable— que es el poseedor, el controlador, o el habitante encontrable de ese otro miembro encontrable de los agregados.
Perspectiva engañosa burda que surge automáticamente respecto a un entramado transitorio
La perspectiva engañosa burda que surge automáticamente respecto a un entramado transitorio, se basa en el aferramiento que surge automáticamente a un alma autosuficientemente conocible de una persona, de acuerdo con la definición común. Considera que el “yo” válidamente conocible es un alma encontrable autosuficientemente que, o bien es totalmente idéntica a los agregados encontrables, o bien, es el poseedor encontrable totalmente diferente de los agregados encontrables.
Perspectiva engañosa sutil basada en la doctrina respecto a un entramado transitorio
La perspectiva engañosa sutil basada en la doctrina respecto a un entramado transitorio se basa en el aferramiento sutil basado en la doctrina a un alma verdaderamente existente de forma encontrable. Se adquiere al aprender y aceptar las afirmaciones de la existencia verdadera encontrable, realizadas por los sistemas doctrinales budistas no Prasánguika. Sobre la base de este aferramiento, considera al “yo” válidamente conocible como un alma encontrable que, o bien es totalmente idéntica a los agregados encontrables, o bien es el poseedor encontrable totalmente diferente de los agregados encontrables.
Perspectiva engañosa sutil que surge automáticamente respecto a un entramado transitorio
La perspectiva engañosa sutil que surge automáticamente respecto a un entramado transitorio se basa en el aferramiento sutil que surge automáticamente a un alma encontrable verdaderamente existente de una persona. También considera al “yo” válidamente conocible como un alma encontrable, de la misma manera que la forma sutil basada en la doctrina.