El significado del tantra
La palabra tantra (rgyud) significa continuidad ininterrumpida. Hay tres niveles de tales continuidades o continuum:
- La continuidad ininterrumpida base es el continuum mental individual (flujo mental) de cada uno de los seres limitados (seres sensibles), con todos los factores de su naturaleza búdica (khams de-bzhin snying-po) que posibilitan la iluminación.
- El camino del continuum ininterrumpido es la continuidad de las prácticas mahayana con figuras búdicas (yi-dam, deidades tántricas), que pueden mantenerse sin final debido a que las figuras búdicas nunca se desgastan o envejecen, y nunca mueren.
- El continuum ininterrumpido resultante es la continuidad interminable de los cuerpos iluminados de un buda.
La práctica del camino de un continuum purifica las manchas efímeras del continuum base de una persona de tal forma que lo transforma en un continuum resultante. Los textos que discuten estos temas también son tantras.
Las clases de tantra
Los tres linajes budistas tibetanos del nuevo periodo de traducción (sakya, kagyu y gelug) dividen el tantra en cuatro clases:
- Kriya (práctica ritual con una figura búdica) – que enfatiza prácticas rituales externas tales como abluciones, dietas y ayuno.
- Charya (práctica conductual con una figura búdica) – que enfatiza por igual el comportamiento externo y los métodos internos.
- Yoga (práctica integrada con una figura búdica) – que enfatiza métodos internos de yoga.
- Anutarayoga (práctica incomparablemente integrada con una figura búdica) – que enseña métodos especiales y más avanzados de práctica interna.
El linaje nyingma, del periodo antiguo de traducción, transmite seis clases de tantra, los mismos tres primeros y, correspondientes a estados progresivamente más avanzados de anutarayoga:
4. Mahayoga (práctica grandiosamente integrada con una figura búdica) – que enfatiza la visualización.
5. Anuyoga (práctica subsecuente integrada con una figura búdica) – que enfatiza el trabajo con los sistemas sutiles de energía.
6. Atiyoga (práctica supremamente integrada con una figura búdica) o dzogchen (rdzogs-chen, la gran completud) – que enfatiza los niveles más sutiles de actividad mental (mente).
Preliminares
Todas las clases de tantra requieren de alcanzar cierto nivel de competencia espiritual con prácticas preliminares (sngon-'gro, "ngondro") como preparación previa a emprender sus caminos. Estas incluyen lograr un nivel de estabilidad en los preliminares que son comunes con la práctica sutra del bodisatva, así como completar cierta cantidad de prácticas especiales que no se comparten con el sutra.
Preliminares comunes
Los preliminares en común con la práctica sutra del bodisatva suponen la consecución de los cuatro pensamientos que voltean la mente hacia el Dharma (blo-ldog rnam-bzhi). Estos son la valoración de:
- Un preciado renacimiento humano.
- La muerte y la impermanencia.
- La leyes de la causa y el efecto conductuales (sct. karma).
- Las desventajas del renacimiento incontrolablemente recurrente (sct. samsara).
Todas las clases de tantra requieren también antecedentes estables en las otras prácticas sutra del bodisatva. De hecho, el tantra, es un método para combinar y practicar simultáneamente todas ellas. Las prácticas del sutra incluyen:
- Dirección segura (refugio).
- Determinación de ser libres (renuncia).
- Autodisciplina ética.
- Concentración.
- Conciencia discriminativa (shes-rab, sct. prajna) de la vacuidad (sct. shunyata, vacío)
- Amor y compasión.
- Bodichita (un corazón dedicado a la iluminación y a ayudar a otros).
- Las otras actitudes de largo alcance (sct. paramita, perfecciones) de generosidad, paciencia y perseverancia gozosa.
Preliminares no comunes
Para purificar las fuerzas negativas internas (sdig-pa, sct. papa, potenciales negativos) y acumular potenciales positivos (bsod-nams, sct. punya, potenciales positivos, mérito), la práctica del tantra también requiere de, al menos, cierta cantidad de preliminares especiales que no se comparten con la práctica del sutra. Generalmente implican cien mil repeticiones de:
- Postraciones, aunadas a un verso para tomar dirección segura y reafirmar la bodichita.
- El mantra de las cien sílabas de Vajrasatva (rDo-rje sems-pa), para purificación.
- Ofrendas de mandala, que simbolizan el dar todo para la consecución de la iluminación en beneficio de otros.
- Un verso o mantra de guru-yoga (bla-ma'i rnal-'byor, "lamay neljor"), para integrar nuestro cuerpo, palabra y mente con las de los maestros espirituales, quienes son budas para nosotros.
Los mantras (sngags) son palabras y sílabas en sánscrito que se repiten tal como la etimología del término sánscrito implica, para “proteger a la mente” de negatividades. Un mandala (dkyil-'khor) es un símbolo del universo. Cien mil o más repeticiones también pueden ser requeridas para varias otras prácticas preliminares no compartidas. Por ejemplo, en la tradición gelug, cuentan como dos preliminares separados a las postraciones y a los versos para tener dirección segura y bodichita, y normalmente añaden otras cuatro, haciendo nueve preliminares en total:
- El mantra de Samayavajra (Dam-tshig rdo-rje), para purificar los vínculos cercanos (dam-tshig, sct. samaya) con nuestros maestros espirituales.
- Ofrendas de semillas de ajonjolí a Bhuji Vajradaka (Za-byed rdo-rje mkha-'gro), en forma de una fogata para quemar fuerzas negativas de nuestro continuum mental.
- Ofrendas de cuencos de agua.
- Hacer tabletas de barro (tsa-tsa) para presentar como ofrendas con la impresión de una figura búdica o un maestro del linaje.
Todas las tradiciones tibetanas requieren los preliminares básicos del sutra, tales como adoptar una dirección segura y lo que la tradición gelug llama “las tres principales vías de la mente” (lam-gtso rnam-gsum): renuncia, bodichita y un entendimiento preciso de la vacuidad. Necesitamos ser capaces de generar estas vías de la mente al menos artificialmente (bcos-ma), lo que significa esforzarnos por tener un estado conceptual exacto de ellos basado en una línea de razonamiento válida. Una vía de la mente no necesita ser no conceptual para ser sincero ni para que lo sintamos en un nivel emocional.
Antes de recibir una iniciación, la tradición gelug recomienda, al menos, haber empezado la práctica de las cien mil repeticiones de cada uno de los preliminares especiales, con el entendido de que se continuará con dicha práctica después de la iniciación. Las tradiciones no gelug recomiendan completar al menos una serie de cien mil repeticiones de cada uno de los preliminares especiales antes de recibir una iniciación. Sin embargo, todas las tradiciones enfatizan la práctica continuada de los preliminares especiales como una parte de la práctica diaria en curso.
Tres tipos de ceremonia de iniciación
Una vez completada cierta cantidad de prácticas preliminares, el compromiso real con la práctica tántrica requiere una ceremonia de iniciación. Existen tres tipos:
- Empoderamiento (dbang, "wang," iniciación).
- Autorización subsiguiente (rjes-snang, "jenang," permiso).
- Conjunto de mantras (sngags-btus).
Empoderamiento
La visualización de nosotros mismos como figuras búdicas requiere de recibir un empoderamiento de antemano. El empoderamiento nos permite tener éxito en nuestra práctica al:
- Establecer un lazo estrecho con un maestro tántrico como fuente viva de inspiración (byin-rlabs, bendiciones).
- Unirnos con la tradición viva, que se rastrea hasta el Buda.
- Conferirnos votos que necesitamos para mantenernos puros, con el fin de dar forma apropiada a nuestro comportamiento y a nuestra práctica.
- Purificar aún más varias fuerzas negativas internas
- Activar los factores de nuestra naturaleza búdica.
Incrementar dichos factores al dejar un legado (sa-bon, al plantar “semillas”) en nuestro continuum mental de la experiencia consciente de estados específicos de mente e incorporarlos durante el ritual (tales como la conciencia gozosa de la vacuidad en el anutarayoga gelug o de nuestra naturaleza búdica en las no gelug).
En realidad no recibimos empoderamiento a menos que nosotros:
- Tengamos respeto y confianza en el método tántrico, óptimamente al tener un buen entendimiento del mismo.
- Tengamos completa confianza, basada en evidencia incuestionable, de que nuestros maestros tántricos tienen la habilidad de dirigirnos en forma correcta por el camino tántrico.
- Nos sintamos enormemente inspirados por nuestros maestros tántricos.
- Tomemos y prometamos mantener puros los votos que nos son conferidos.
- Participemos activamente en el proceso de visualización, lo mejor que podamos.
- Obtengamos experiencias conscientes de los estados mentales o entendimientos profundos específicos descritos por nuestros maestros tántricos durante la ceremonia, en cualquiera que sea el nivel en el que podamos hacerlo en ese momento.
Sadanas, pujas y tsog
Una vez recibido el empoderamiento, podemos entonces practicar una sadana (sgrub-thabs). La palabra sadana significa un método de actualización, que se refiere a la actualización de nosotros mismos como figura búdica por la que hemos recibido el empoderamiento. Otros nombres para sadana son "autogeneración" (bdag-bskyed) y, en anutarayoga, "práctica previa para la realización" (mngon-rtogs).
Llevar a cabo una sadana implica la recitación (kha-'don) de un texto ritual de meditación que describe el proceso de auto visualización y una serie compleja de prácticas posteriores basadas en tal auto generación, tales como recitar mantras y hacer ofrendas. Llevar a cabo la serie completa de visualizaciones y meditaciones en la sadana semeja a realizar un trabajo físico extenuante en artes marciales o en un entrenamiento de ballet.
Ni la sadana ni el guru-yoga son lo mismo que una puya (mchod-pa). Una puya es un ritual de ofrecimiento durante el cual hacemos ofrendas a nuestros maestros tántricos visualizados como inseparables de las figuras búdicas. Si hemos recibido el empoderamiento, también nos visualizamos a nosotros mismos como figuras búdicas durante la puya; de no ser así, no lo hacemos. Si no hemos recibido el empoderamiento, sólo podremos asistir y observar el ritual, pero sin participar en él como miembro de la ronda ceremonial de ofrecer un abundante festín (tshog-'khor, ganacakra).
Durante una puya, ofrecemos tsog (tshogs), un abundante festín ritual, que usualmente incluye un torma (gtor-ma) (un cono esculpido de cebada tostada y mantequilla) como el alimento tsog real que es ofrecido al maestro tántrico. En anutarayoga, el festín también incluye alcohol especialmente consagrado y carne, que representan la transformación y uso de los agregados, elementos y energías sutiles en nuestro cuerpo por alcanzar la realización. Después de que el maestro tántrico y los otros participantes prueban las ofrendas, el alcohol y la carne, cada uno devuelve pequeñas porciones de las sobras, que el asistente del maestro reúne en un plato y ofrece afuera a los espíritus guardianes regionales. Al final de la ceremonia, los participantes comen o llevan a casa las sobras restantes de comida. Es una degeneración de la práctica que los participantes consuman el alcohol restante, como si el tsog fuera una excusa para emborracharse.
Autorización subsiguiente
Después de haber recibido el empoderamiento de una figura búdica específica, podemos también recibir una autorización subsiguiente para la figura:
- Para fortalecer aún más los factores búdicos activados previamente.
- Para “regar” las semillas plantadas previamente.
- Para reafirmar nuestros votos.
La mayoría de las autorizaciones subsiguientes contienen al menos tres partes:
- Elevación (byin-rlabs, bendición) del cuerpo.
- Elevación de la palabra.
- Elevación de la mente.
A menudo, podremos una autorización subsiguiente de un empoderamiento por los objetos rituales utilizados en la ceremonia. Los empoderamientos usualmente tienen la representación de un mandala (la residencia de una figura búdica), colocada dentro de una estructura similar a un castillo, construido sobre un estrado. Los participantes reciben vendas para los ojos de listón rojo para colocar en su frente durante ciertas partes de la ceremonia, lazos para atarse alrededor de los brazos y dos juncos de hierba kusha para colocar debajo de sus almohadas y colchones para examinar sus sueños la primera noche.
Las autorizaciones subsiguientes no utilizan ninguno de estos objetos. Especialmente en las tradiciones gelug, kagyu y nyingma, su marca distintiva es una torma sobre una mesa junto al maestro tántrico. Coronando la torma hay una pintura de la figura búdica encajada en un palo con una pequeña sombrilla sobre la pintura. Durante la ceremonia, el maestro tántrico toca la coronilla de las cabezas de sus discípulos con la torma, mientras se toca una campana ritual.
Si recibimos una autorización subsiguiente sin algún empoderamiento previo, sólo visualizaremos la figura búdica delante de nosotros o sobre la coronilla de nuestra cabeza. No nos visualizaremos a nosotros mismos como la figura. Sin embargo, si hemos recibido el empoderamiento para una figura búdica de una clase de tantra en particular -por ejemplo, Avalokiteshvara de los mil brazos (sPyan-ras gzigs Phyag-stong) para kriya o kalachakra (Dus-'khor) en anutarayoga- nos visualizaremos a nosotros mismos como cualquier otra figura de esa clase o de una clase menor, como Tara Blanca (sGrol-dkar), sólo con la autorización subsiguiente para esa otra figura. En este caso, no necesitamos un empoderamiento completo para Tara Blanca.
Conjunto de mantras
Después de recibir un empoderamiento para una figura búdica específica, también es posible recibir un conjunto de mantras para esa figura, hayamos o no recibido la autorización subsiguiente para ella. Para una ceremonia de conjunto de mantras, las vocales y las consonantes (a-li ka-li) del alfabeto sánscrito se escriben con un polvo de color en la superficie de un espejo de metal, usualmente con cada letra en un cuadrado separado en una cuadrícula. Durante el ritual, el maestro tántrico lee, una por una, el lugar en el que se localiza la vocal y la consonante en la cuadrícula por cada sílaba del mantra principal de la figura (por ejemplo, las coordenadas verticales y horizontales de los cuadrados que las contienen). Después de cada sílaba, un asistente toma un poco del polvo de color del espejo y lo usa para escribir la sílaba en la superficie de otro espejo de metal. Por medio de este ritual, obtenemos la firme convicción en la exactitud del mantra.
Votos
Los votos (sdom-pa) establecen límites que prometemos no trasgredir. Están formulados en términos de dos tipos de “acciones innombrables” (kha-na ma-tho-ba) que prometemos evitar.
- Las acciones naturalmente innombrables (rang-bzhin-gyi kha-na ma-tho-ba) son naturalmente destructivas (mi-dge-ba, no virtuosos), como quitar la vida.
- Acciones innombrables prohibidas (bcas-pa'i kha-na ma-tho-ba) son acciones éticamente neutras (lung ma-bstan, no especificas) prohibidas por el Buda por ser perjudiciales para cierto tipo de practicantes. Un ejemplo de esto es la prohibición para los monjes y las monjas de comer después del mediodía, porque tiende a entorpecer la mente para la meditación vespertina.
En la tradición gelug, los practicantes que desean recibir un empoderamiento o una autorización subsiguiente necesitan de antemano tomar y mantener puros cierto nivel de votos laicos o monásticos pratimoksha (liberación individual). Si no lo han hecho, entonces necesitan tomar cierto nivel de votos laicos pratimoksha durante la ceremonia. Las tradiciones no gelug requieren de al menos tomar y mantener puros los votos de refugio, que también pueden tomarse por primera vez durante la ceremonia.
Todo empoderamiento, autorización subsiguiente y conjunto de mantras implica tomar los votos del bodisatva, los cuales nos previenen de cometer acciones no virtuosas (nyes-pa) que nos impedirían ser de la mejor ayuda para otros. Por ejemplo, supongamos que, para atraer estudiantes, alardeamos de nosotros mismos al tiempo que criticamos a otros, por nuestro apego a obtener dinero, amor, fama o atención. Hacemos votos para alejarnos de ese tipo de comportamiento imperfecto porque nos aleja de estar en condiciones de ayudar a otros efectivamente, porque nuestras prioridades son egoístas.
Los empoderamientos, autorizaciones subsiguientes y conjunto de mantras para las dos clases más elevadas de tantra también implican tomar votos tántricos, los cuales son para alejarnos de acciones no virtuosas que nos impidan tener éxito en nuestra práctica tántrica. Por ejemplo, supongamos que tenemos una mala impresión de nuestros maestros y sentimos que son pretenciosos, hipócritas e incompetentes. Tal actitud crea obstáculos para seguir las prácticas que ellos nos enseñan, porque, pensando de tal manera, carecemos de confianza en las instrucciones que nos brindan. Sin confianza, no podemos practicarlas efectivamente ni obtener realizaciones. Tal confianza proviene de examinar cuidadosamente las cualidades del maestro antes de recibir una ceremonia de iniciación de esa persona, de tal forma que estemos libres de indecisiones y dudas.
No recibimos votos por primera vez por simplemente asistir a un empoderamiento o a una ceremonia de autorización subsiguiente. Para recibir los votos, es preciso tomarlos conscientemente y prometer mantenerlos tan puros como sea posible. Prometemos mantener los votos de pratimoksha por el resto de esta vida. Por otro lado, prometemos mantener los votos tántricos y del bodisatva durante todas nuestras vidas, hasta alcanzar la iluminación.
Prácticas de vínculo cercano y promesas de práctica continua
Los empoderamientos también implican asumir cierto grupo de prácticas de vínculo cercano (dam-tshig, sct. samaya, plegarias, palabras de honor). Las prácticas de vínculo cercano son formuladas en términos de acciones constructivas o éticamente neutras, conducentes para la práctica espiritual, que prometemos adoptar.
Al seguir las prácticas de vínculo cercano nos vinculamos estrechamente con:
- Cierta clase de tantra, como el anutarayoga.
- Una subdivisión específica de anutarayoga, como el tantra madre (ma-rgyud), o
- Una de las familias búdicas (sang-rgyas-kyi rigs).
El tantra madre enfatiza métodos para obtener el conocimiento no conceptual más sutil de la vacuidad. Una familia búdica es un aspecto de la naturaleza búdica representada por la principal figura búdica masculina (conocida en las lenguas occidentales como un "dyani-buda"). Las familias búdicas también contienen figuras adicionales, incluyendo budas femeninos y bodisatvas masculinos y femeninos.
Los empoderamientos y autorizaciones subsiguientes usualmente implican también promesas de práctica continua (khas-len, compromisos) por el resto de esta vida. Estas pueden incluir una o más de las siguientes:
- Compromiso diario de recitación de cierto número de repeticiones de mantras.
- Compromiso diario de recitación de una sadana.
- Compromiso bimensual de ofrecimiento de tsog (particularmente en el tantra madre).
- Compromiso de retiro.
Retiros tántricos y puyas de fuego
El compromiso de retiro usualmente implica realizar un retiro de maleabilidad (las-rung). Completar tal retiro, con su correspondiente puya de fuego (sbyin-sreg), moldea a nuestra mente y la pone al servicio de la figura búdica y de su práctica. Maleabilidad significa ser capaz de tomar el auto empoderamiento (bdag-'jug, auto iniciación) para purificar y renovar nuestros votos, para ser capaces de realizar otros rituales con una figura búdica y, si cumplimos con requisitos adicionales, para conferir cualquiera de las tres ceremonias de iniciación a otros.
Durante un retiro de maleabilidad, repetimos los mantras de la figura búdica principal varios cientos de miles de veces cada uno, dependiendo de la práctica y del número de sílabas en el mantra. También repetimos los mantras de las figuras asociadas al mandala diez mil veces cada una. Hacemos esto en el contexto de cuatro, tres, dos o una sesión al día. Durante cada sesión, recitamos la sadana, omitiendo ciertas pequeñas partes en sesiones específicas.
Si practicamos cuatro sesiones al día, restringimos nuestros movimientos dentro de un perímetro limitado alrededor de nuestra casa y restringimos a las personas con quienes nos vemos durante el retiro. Si practicamos menos de cuatro sesiones al día, no necesitamos restringir nuestros movimientos o contacto con otras personas. Solamente necesitamos llevar a cabo cada sesión en el mismo lugar, en el mismo asiento.
Una puya de fuego es una ofrenda de un gran número de sustancias específicas que son arrojadas a una fogata durante un elaborado ritual. Nos visualizamos a nosotros mismos en la forma de una figura búdica y visualizamos el fuego en la forma de Agni (Me'i lha), la deidad del fuego común para el budismo y el hinduismo, con la figura búdica de nuestra práctica en el corazón de Agni. La puya de fuego quema o purifica cualquier error que hayamos cometido durante nuestros retiros y nos une más estrechamente con la figura búdica.
Transmisiones orales y discursos tántricos
Además de los tres tipos de ceremonias de iniciación, necesitamos recibir la transmisión oral (lung) y el discurso (khrid, "tee") de una sadana antes de involucrarnos en su práctica intensiva o antes de hacer su retiro de maleablilidad.
Durante una transmisión oral, nuestro maestro tántrico lee en voz alta, por lo general extremadamente rápido, ya sea la sadana o el discurso del texto explicativo. Escuchar la recitación de estos textos por parte de alguien que a su vez la ha recibido, nos transmite su linaje ininterrumpido desde el origen.
La tradición de transmisión oral se deriva de tiempos de Buda dado que, durante cuatro siglos después de su muerte, ninguna de sus enseñanzas se había pasado por escrito. Diferentes grupos de monjes memorizaron diferentes enseñanzas y las transmitieron a las siguientes generaciones recitándolas al unísono en voz alta repetidamente hasta que sus discípulos también las aprendieron de memoria, sin error alguno. La recitación grupal aseguró que la memoria fallida de un monje no corrompiera el texto.
El que los monjes que recitaban o los discípulos que escuchaban entendieran o no el significado no era relevante para la transmisión exitosa. El único punto relevante era repetir todas las palabras correctamente y evitar omisiones, adiciones o errores en el texto. Al estudiar o practicar cualquier enseñanza budista, es importante confiar en que los contenidos no han sido corrompidos. Sólo teniendo confianza en el texto de una enseñanza es que podemos investigar apropiadamente su significado. Si no entendemos algunos puntos, sabremos que el problema recae en nuestra falta de conocimiento o experiencia, y no en las palabras. Entonces, incluso hoy en día, monjes y monjas tibetanos y practicantes laicos memorizan los textos principales, y lo hacen recitándolos repetidamente en voz alta, antes de empezar el estudio o la práctica de su contenido. Más aún, ellos todavía recitan regularmente estos textos de memoria, todos juntos, en sus asambleas.
Hoy en día, que todas las enseñanzas se encuentran en forma escrita, rara vez se brinda la transmisión oral por recitación de memoria o por recitación grupal. Usualmente, la brinda una sola persona leyendo el texto en voz alta. Ocasionalmente, durante la transmisión se comparan diferentes ediciones de un texto para revisar y eliminar cualquier lectura corrompida que pudiera haber ocurrido inadvertidamente.
La tradición de trasmisión oral no se limita al material de tantra. Es la costumbre que se sigue con todos los textos budistas. Más aún, no se limita a las palabras del Buda. Los trabajos de autores posteriores indios, tibetanos y mongoles también presentan líneas de transmisión oral, iniciadas por los mismos autores.
Retiros de tres años
En las tradiciones no gelug, los practicantes con frecuencia realizan retiros de tres años, durante los cuales:
- Repiten los preliminares especiales.
- Se entrenan más intensivamente en algunas de las prácticas comunes de bodisatva del sutra, tales como actitudes purificadoras (blo-sbyong, "lojong," entrenamiento mental).
- Aprenden cómo realizar rituales, incluyendo cómo tocar los instrumentos rituales.
- Completan los retiros de maleabilidad de las figuras búdicas principales de su linaje.
Los practicantes de la tradición gelug completan las mismas prácticas, una por una, de tiempo en tiempo durante el curso de su entrenamiento. No las realizan consecutivamente en el contexto de un retiro de tres años.
Después de suficiente entrenamiento tántrico, los practicantes de todas las tradiciones podrán hacer retiros de tres años de “gran aproximación” (bsnyen-chen) de una figura búdica específica, durante el cual repiten decenas de millones de mantras y realizan un alto número de puyas de fuego extremadamente elaboradas. La meta es aproximarnos y realizarnos como la figura búdica específica (bsnyen-sgrub) y obtener logros estables (dngos-grub, sct. siddhi).
Yidams, dakinis y protectores del Dharma
Los yidams son figuras búdicas femeninas o masculinas con las que vinculamos nuestro cuerpo, palabra y mente como un método para alcanzar la iluminación. Realizamos el vínculo cercano (dam-tshig, sct. samaya) al visualizarnos a nosotros mismos como tales figuras, haciendo ofrendas, recitando mantras y ofreciendo puyas de fuego.
Las dakinis (mkha'-'gro-ma) y los dakas (mkha'-'gro) son figuras femeninas y masculinas, respectivamente, que representan y ayudan a incrementar nuestra experiencia de la conciencia gozosa de la vacuidad. Durante la sadana, imaginamos emanar a los llamados dioses o diosas de las ofrendas divinas o deidades, entregando estas variadas ofrendas a los budas, a todos los seres limitados y, en la tradición gelug, a nosotros mismos como figuras búdicas. En la práctica del anutarayoga, también los o las imaginamos en puntos críticos de nuestros sistemas sutiles de energía.
Otro nombre para los dakas es viras (dpa'-bo, héroes espirituales), y otros nombres para las dakinis son virinis (dpa'-mo, heroínas espirituales) y yoguinis (rnal-'byor-ma). Con frecuencia, los términos dakinis y yoguinis son usados de manera laxa para referirse a las practicantes femeninas y a todas las figuras femeninas en un mandala. Ocasionalmente, las dakinis también pueden servir como yidams en cuyas formas nos visualizamos a nosotros mismos, tales como Vajrayoguini (rDo-rje rnal-'byor-ma).
Los protectores del Dharma (chos-skyong, sct. dharmapala) son figuras femeninas y masculinas que nos ayudan a protegernos de las interferencias a nuestra práctica. En el nivel más profundo, representan nuestra conciencia gozosa de la vacuidad en fuertes formas energéticas (la mejor protección contra las interferencias). Con nosotros mismos como figuras búdicas, visualizamos ciertos protectores en cada dirección alrededor o dentro de nuestros mandalas.
En prácticas de yidam específicas, también invitamos a otro cierto tipo de protectores del Dharma -como Mahakala (dGon-po) o Palden Lhamo (dPal-ldan lha-mo, sct. Shridevi)- dentro de nuestros mandalas para hacerles ofrendas y darles instrucciones para que nos asistan en nuestras actividades para la iluminación. Muchos de este último tipo de protectores fueron originalmente espíritus poderosos, ya sea espíritus secuestradores (yi-dags, espíritus hambrientos) o seres divinos (lha, divinidades) de tradiciones no budistas. Algunos eran dañinos y otros eran simplemente guardianes de cimas de montañas o de regiones locales. Grandes maestros del pasado los domesticaron y los hicieron jurar proteger al Dharma budista y a sus practicantes.
Como figuras búdicas, somos como maestros y los protectores del Dharma que desplegamos son como nuestros fieros perros guardianes. A menos que tengamos la fuerza para controlarlos y alimentarlos regularmente, podrían volverse en nuestra contra. Por esta razón, las prácticas con protectores del Dharma en las que invitamos a protectores específicos a nuestros mandalas son extremadamente avanzadas, no son para principiantes. Involucrarnos en su práctica normalmente requiere de recibir una autorización subsiguiente específica (jenangs) para ello.
Las prácticas con protectores del Dharma incluyen elaborados rituales de “cumplimiento y restauración" (bskang-gso), en los que, como figuras búdicas, les recordamos a los protectores cumplir con los juramentos que prometieron y restauramos nuestro vínculo cercano con ellos al hacer ofrendas especiales. Otro ritual común es la libación dorada (gser-skyems), en la que ofrecemos alcohol o té negro a los protectores, pero sin probarlo nosotros. También podemos simplemente invitar a los protectores a nuestros mandalas para hacer ofrendas, especialmente de tormas, y para hacer solicitudes (gsol-'debs). En occidente la gente informalmente llama a estas prácticas "puyas con protectores".
Para crear un vínculo aún más cercano con algún protector del Dharma, podemos hacer un retiro protector en el que recitemos los mantras asociados cientos de miles de veces y ofrezcamos una puya de fuego conclusiva.
Como figuras búdicas, podemos invocar ciertos protectores del Dharma, como Palden Lhamo, para que nos asista al hacer predicciones (mo, thugs-dam) con dados o con cuentas de rosario. Se requiere completar un retiro con protectores para tal práctica.
Ciertos protectores del Dharma en ciertas tradiciones budistas pueden servir también como yidams, tales como Mahakala en la tradición kagyu. Sin embargo, la mayoría de las veces no nos visualizamos como protectores del Dharma.
La velocidad del tantra
Las primeras tres clases de tantra son mucho más veloces que los métodos del sutra, porque a través de sus prácticas es posible extender la longitud de nuestra vida y, dentro de tal tiempo de vida extendido, alcanzar la iluminación. No obstante, al seguir los métodos del anutarayoga, es posible alcanzar la iluminación dentro de nuestro tiempo de vida ordinario. De hecho, podemos alcanzarla dentro de un periodo de tres años y tres fases de la luna (lo-gsum phyogs-gsum), contando una fase de luna desde la luna nueva hasta la luna llena, o de la luna llena a la luna nueva.
El periodo de tres años y tres fases de la luna no se debe tomar tan literalmente ni ser usado como falso comercial o propaganda publicitaria para atraer a la gente a la práctica del anutarayoga. Se deriva de la presentación kalachakra de la cuenta de un tipo especial de respiraciones sutiles de vientos de energía (rlung, sct. prana) durante una extensión de vida de cien años y únicamente es indicativo de un tiempo muy corto. Es propicio que los retiros de gran aproximación duren este tiempo, como también los retiros de entrenamiento básico en el anutarayoga tantra en las tradiciones no gelug.