22 Puntos a entrenar

Punto 7

El punto siete, el último punto, consiste en veintidós puntos para entrenarnos en limpiar nuestras actitudes.

(1) Hacer todos los yogas con una.

Lo que sea que estemos haciendo, es importante que lo hagamos para ser capaces de ayudar a otros. Un ejemplo utilizado con frecuencia en la India, en donde la gente a menudo tiene gusanos, es la inspiración: “Que cuando coma, pueda nutrir a todos los microorganismos presentes en mi cuerpo”. Aun si no podemos mantener este tipo de motivación a lo largo de la comida, comenzamos así. El verso de aspiración escrito por Nagáryuna es siempre muy útil: “Tomo esta comida, no por apego ni por codicia, sino como una medicina para ayudar a otros”.

(2) Anular lo que está distorsionado con una.

Esto puede explicarse de varias formas, una de las cuales es deshacernos de todas las emociones perturbadoras que tenemos a través del tonglen -asumir las emociones perturbadoras y los sufrimientos de los demás. Esto no significa que, al tomar el enojo de otros, nos enojamos más. Por el contrario, como en todas las enseñanzas de tonglen, no nos aferramos sólidamente en nuestro interior a lo que asumimos de otros, sino que utilizamos nuestra habilidad para superar estas cosas, para verdaderamente superarlas.

También puede ser útil ver que, cuando surgen nuestras emociones perturbadoras, es una buena señal porque, para deshacernos de los sentimientos perturbadores ocultos, primero necesitan salir a la superficie. Hacemos que aflore todo nuestro enojo reprimido y demás, para poder deshacernos de ellos. Es un poco como cuando iniciamos la práctica de zhinay; cuando al principio intentamos aquietarnos, notamos más y más vagabundeo mental. De hecho, no es que realmente exista más discursividad en nuestra mente, es sólo que nunca antes la habíamos notado. De la misma manera, cuando entrenamos nuestras actitudes y empezamos a observar nuestra mente, descubrimos mucho enojo y apego que realmente nunca habíamos notado. De hecho, esta es una muy buena señal.

(3) Al comienzo y al final, tener las dos acciones.

Las dos acciones son, al principio, tener la intención de ayudar a otros, y al final, dedicar la fuerza positiva. Esto puede ser nuevamente ilustrado con Gueshe Ben Kungyal y sus piedras blancas y negras. En el momento en el que nos despertamos en la mañana o antes de hacer algo difícil, necesitamos establecer la firme intención de siempre valorar a los demás y no ser egoístas. Al final del día revisamos cómo lo hicimos, dedicando el potencial positivo de nuestras acciones constructivas, y nos arrepentimos y nos purificamos de las negativas.

(4) Cualquiera de las dos que ocurra, actuar pacientemente.

Sea que se presenten la felicidad o la infelicidad y el sufrimiento, sin importar que nos encontremos con circunstancias afortunadas o desafortunadas, es preciso que seamos pacientes y constantes en desear dar felicidad a otros y tomar sus problemas. Cuando las cosas van bien, es importante no ser orgullosos, arrogantes, ni presumidos, y cuando las cosas salen mal, es importante no deprimirnos ni sentir que no podemos hacer nada. Si tenemos riqueza, podemos utilizarla realmente para ayudar, pero si no tenemos nada, al menos podemos utilizar nuestra imaginación para dar.

(5) Salvaguardar las dos a costa de mi vida.

Esto se refiere a los compromisos que asumimos, específicamente las prácticas de vínculo estrecho para entrenar a nuestra mente. Necesitamos salvaguardarlos muy fuertemente, tan fuertemente, de hecho, que el texto dice que lo hagamos aun a costa de nuestra propia vida. Esa es la razón por la que es muy importante revisar los votos budistas antes de tomarlos, porque muchas personas saltan a prácticas avanzadas y toman iniciaciones sin tener una idea clara de cuáles son los compromisos, ni si podrán mantenerlos. Solamente quieren hacerlo porque todos los demás lo hacen, y quieren ser practicantes “avanzados”.

Antes de pedirles a los maestros prácticas avanzadas, necesitamos preguntarnos acerca de nuestra propia ética. ¿Podemos realmente mantener autodisciplina? ¿Somos capaces de mantener los compromisos? Si no, entonces definitivamente no deberíamos solicitar prácticas avanzadas. Muchas personas quizás hagan una puya de Chenrezig una vez a la semana, pero la consideran un verdadero sufrimiento y no están en absoluto entusiasmadas con ella. Sin embargo, cuando un gran lama los visita, están ansiosos por tomar cualquier gran iniciación que se ofrezca, sin importar qué tan larga sea la práctica diaria de la sadhana. Si nos agobia hacer algo una vez por semana, ¿cómo podremos hacerla todos los días?

(6) Entrenar en las tres cosas difíciles.

Cuando las emociones perturbadoras surgen, hay tres cosas difíciles. La primera es reconocer la emoción y recordar cuál es la fuerza oponte para deshacernos de ellas. La segunda es realmente aplicar los oponentes, y la tercera es mantener la presencia mental de estos oponentes para que las emociones perturbadoras no sigan surgiendo. En otras palabras, necesitamos romper la continuidad de las emociones perturbadoras, y de actitudes perturbadoras, tales como el egoísmo.

(7) Tomar las tres causas mayores.

Las tres causas mayores son aquellas para ser capaces de practicar este entrenamiento de nuestras actitudes. La primera es encontrar un maestro espiritual que pueda darnos enseñanzas e inspirarnos a seguirlas; la segunda causa es realmente practicar las enseñanzas; la tercera es poseer las circunstancias favorables para practicarlas. Las circunstancias favorables son básicamente estar satisfechos con tener comida modesta, casa modesta, ropa modesta, etc., y no solamente estar preocupados por cuánto más podemos obtener para . Si ganamos una cantidad suficiente de dinero, por ejemplo, necesitamos estar satisfechos con eso en lugar de solo querer más y más, de tal forma que podamos utilizar nuestra energía para enfocarnos en ayudar a los demás.

(8) Meditar en las tres cosas que no declinan.

La primera cosa que no declina es la convicción en las buenas cualidades de nuestro maestro y el aprecio por su bondad. Si tenemos esto, entonces lo transferimos a todos los demás. Podemos reconocer las buenas cualidades de las otras personas y, por lo tanto, las respetamos. También apreciaremos la bondad de otros, aun si no hacen nada directamente para ayudarnos. Ellos nos ayudan simplemente por el hecho de estar disponibles para que nosotros los ayudemos a ellos.

Uno de los grandes obstáculos para desarrollar la bodichita es que con frecuencia menospreciamos a los demás. Vemos solamente sus cualidades negativas y sentimos que somos mejores que ellos. Por ejemplo, si un gran académico o un gran profesor es muy letrado, pero también es arrogante, entonces su conocimiento realmente no beneficia a nadie, ni siquiera a ellos mismos, mucho menos a otros. Todos sienten rechazo por su arrogancia y nadie quiere escucharlo. Cuando rechazamos con orgullo las opiniones y pensamientos de otras personas, no estamos abiertos para aprender de nadie más. Imponemos nuestras ideas a otros, aun si estamos equivocados, y rechazamos los consejos de todos. Si somos humildes y escuchamos a otros, entonces podemos aprender incluso de personas con muy poca educación, como los niños. Si vemos las buenas cualidades de otra persona, incluso de un niño, si el niño dice algo que tiene mucho sentido, lo valoramos. Ver las buenas cualidades y apreciar la bondad nos abre para aprender de todos. Lo opuesto a esto es ignorar o rechazar las palabras de otras personas y solamente proteger y defender nuestras propias posiciones.

La segunda cosa que no declina es la voluntad de practicar, así que es importante no sentir que el entrenamiento en valorar a otros es algo forzado. Es importante no pensar: “¡debería hacer esto para ser bueno, si no lo hago soy una mala persona!”. Cuando las personas son forzadas a hacer algo, por lo general, se rebelan y hacen lo opuesto. Si realmente reflexionamos en las ventajas de valorar a otros y en las desventajas del egoísmo, entonces naturalmente tendremos un gran entusiasmo por la práctica y estaremos totalmente dispuestos a hacerla.

La tercera cosa que no declina es que nuestros compromisos y prácticas de vinculación estrecha sean estables y constantes.

(9) Poseer los tres inseparables.

Esto significa que nuestro cuerpo, palabra y mente sean meticulosos y dedicados a la práctica de pensar en los demás y ayudarlos. El ejemplo que se utiliza para el cuerpo es no estarse agitando todo el tiempo, sino permanecer atentos y serenos. No permitir que nuestra palabra solamente balbucee todo el día sin sentido, sino dirigirla para ayudar a otros. La mente necesita llenarse con pensamientos de ayudar a otros en lugar de llenarse con toda clase de pensamientos locos. Sin importar en qué actividad estemos involucrados, ya sea de cuerpo, palabra o mente, es importante que exista una conexión constructiva.

Los tibetanos dicen que, cuando dormimos, debemos intentar no solo dormir como un buey, que simplemente se deja caer en el suelo. En lugar de eso, antes de ir a dormir se recomienda hacer tres postraciones para reafirmar nuestra dirección segura en la vida y nuestro objetivo de la bodichita. Si mantenemos la aspiración: “Pueda yo dormir para refrescarme de tal forma que continúe en esta dirección”, entonces incluso el dormir puede convertirse en un acto extraordinario.

(10) Actuar puramente, sin parcialidad hacia los objetos.

Esto significa que es preciso que entrenemos con todos, no solamente con nuestros amigos o familiares. Es similar al punto seis del artículo anterior. Esto no solo aplica a las personas, sino también a los animales. Algunas personas pueden ser muy amables con los gatos y los perros, pero no tienen esa misma actitud con los insectos o roedores. Esto es parcialidad; solamente somos amables con los animales que nos gustan y desdeñosos o activamente hostiles con los que no nos gustan.

Es difícil, pero, de hecho, cuando hablamos de llevar a todos los seres a la iluminación, es importante darnos cuenta de que ningún ser tiene una identidad inherente, permanente, en términos del estado de renacimiento particular en el cual están ahora. Nadie es inherentemente un ser humano, una cucaracha, un hombre o una mujer. Todos tenemos continuidad mental sin principio, y todos hemos tomado innumerables estados de renacimientos dependiendo de nuestro karma. Por supuesto, necesitamos relacionarnos con los demás a nivel convencional como son ahora -un humano, un perro, una cucaracha- pero, en el nivel más profundo, vemos que todos tienen naturaleza búdica. Pueden haber sido nuestra madre en nuestra vida anterior y podrían serlo también en la próxima vida. De esta forma, podemos empezar a ampliar nuestra práctica a todos los seres.

Este deseo de valorar a otros y beneficiarlos necesita unirse al entendimiento de la mente sin principio y la naturaleza de Buda. Esta es la razón por la que la práctica de valorar a otros y superar el egoísmo comienza con el desarrollo de la ecuanimidad, donde vemos a todos como nuestras madres. Esto nos lleva de vuelta a la base de la mente sin principio y al hecho de que todos son iguales desde esa perspectiva.

(11) Valora (el aplicar) amplio y profundo entrenamiento hacia todo.

Entrenar a nuestra mente significa que tenemos que hacerlo hacia todo, eso significa tanto objetos inanimados como seres. No solo no debemos enojarnos con la gente, sino tampoco con el auto cuando no arranca o con el autobús cuando se hace tarde. Necesitamos evitar apegarnos, no solamente a las personas, sino también al helado y al dinero. Es preciso que lo hagamos desde el fondo de nuestro corazón, no sólo superficialmente.

(12) Siempre medita hacia aquellos apartados (como cercanos).

Hemos de aplicar todas estas prácticas con nuestros padres y las personas con las que vivimos. A menudo la gente practica meditación para generar sentimientos de amor hacia todos los seres, pero ¡no se llevan bien con sus padres! Así que este punto es importante, necesitamos invertir mucho esfuerzo en ello. Necesitamos trabajar con aquellos con quienes con quienes estamos estrechamente conectados, y también con aquellos por quienes sintamos una atracción inmediata o un disgusto a primera vista, porque ahí hay una fuerte conexión kármica.

(13) No ser dependiente de otras condiciones.

Pase lo que pase, necesitamos trabajar con nuestras actitudes. Si esperamos hasta obtener las condiciones perfectas para practicar, podríamos esperar por siempre. Un gran maestro tibetano dijo que las personas muestran una cara espiritual cuando todo va bien, pero muestran su verdadero rostro en circunstancias adversas. Todo es bonito y fácil cuando las cosas van bien, pero cuando las cosas van mal, muchas personas se deprimen y salen a emborracharse, en lugar de volcarse a su práctica. Sin importar cómo estén las cosas, necesitamos ser constantes en nuestra práctica.

Nagáryuna dijo que no podemos ser sacados del samsara como un pescador saca un pez del agua. Los grandes lamas y budas no pueden simplemente sacarnos de nuestras situaciones difíciles, pero pueden ayudarnos e inspirarnos. No pueden chasquear los dedos y, repentinamente, desaparecer nuestro egoísmo y nuestros problemas. Por el contrario, necesitamos plantar bien los pies en la tierra y esforzarnos. Si no hacemos nada y esperamos que el gurú haga todo, entonces nada pasará.

(14) Practicar principalmente ahora.

Un lama dijo que no deberíamos ser como un turista profesional en el samsara, pensando que tenemos mucho tiempo para andar por ahí y experimentarlo todo. ¡No lo tenemos! Es importante que trabajemos con nuestras actitudes ahora y esforzarnos en ello, desarrollar la bodichita y alcanzar la iluminación.

Es útil imaginar que estamos básicamente en una tregua temporal de los reinos inferiores. Estamos en unas breves vacaciones de ser una cucaracha o un perro, y deberíamos utilizar este tiempo de forma efectiva. Nuestro interés principal debería ser el Dharma y tratar de superar nuestro egoísmo, en lugar de estar involucrados en objetivos mundanos que incrementan nuestro egoísmo.

También necesitamos tener en mente las vidas futuras, que es algo en lo que muchos de nosotros no pensamos o ni siquiera creemos. Si practicamos ahora y no hacemos un buen progreso, nos desanimamos. Luego escuchamos del tantra y se nos dice que podemos alcanzar la iluminación en esta misma vida, ¡lo cual suena muy tentador! Sin embargo, la mayoría de los practicantes tántricos no alcanzarán la iluminación en esta vida, dado que eso es muy raro. Podemos esforzarnos para lograrlo, pero no debemos pensar que, si no lo logramos, hemos perdido nuestra oportunidad para siempre. Pensamos en términos ser capaces de continuar nuestra práctica vida tras vida. No es un asunto de hacerlo todo o nada ahora. Todo esto necesita un entendimiento correcto de lo que el budismo quiere decir con “vidas futuras”, que no es de ninguna manera simplista.

(15) No poseer entendimientos inversos.

Hay seis diferentes tipos de entendimientos inversos que necesitamos evitar:

Compasión inversa. Es en la que, en lugar de sentir compasión por las personas bien vestidas que actúan destructivamente, sentimos compasión por los practicantes vestidos con harapos que realmente están haciendo cosas constructivas: “¡Oh, estos pobres meditadores que viven en cuevas, no tienen nada para comer!”. Es bueno darles algo para comer si tienen hambre, pero las personas que realmente tienen problemas son los acaudalados hombres de negocios que van por ahí engañando a todos. Ellos son los que están actuando de una forma que les traerá más y más sufrimiento, mientras que el meditador está creando felicidad futura y, en última instancia, liberación para sí mismo. Existe una historia sobre tres hermanas adineradas que vieron a Milarepa y dijeron: “¡Oh, sentimos tanta pena por ti!”, y Milarepa respondió: “No, de hecho, yo siento pena por ustedes; ustedes son el objeto de compasión, no yo”.

Paciencia inversa. Esto es tener paciencia y tolerancia hacia nuestras actitudes perturbadoras y nuestro egoísmo en lugar de tener paciencia con los que se enojan con nosotros. Luego, están aquellos que no tienen paciencia para sentarse en una clase de Dharma o para hacer prácticas de meditación, pero tienen una gran paciencia para hacer fila durante horas para comprar boletos para un concierto de rock. ¡Eso es paciencia inversa!

Intención inversa. Es cuando nuestra intención principal son las ganancias mundanas, el dinero, los placeres y demás, en lugar de querer obtener felicidad interna.

Gusto inverso. Es querer visitar lejanas tierras exóticas o probar drogas y sexo exóticos, en lugar de querer probar la experiencia espiritual de escuchar las enseñanzas, pensar y meditar sobre ellas.

Interés inverso. En lugar de animar a los demás a interesarse por las prácticas espirituales, animarlos a hacer más dinero en los negocios y demás.

Regocijo inverso. Nos regocijamos si nuestro enemigo o alguien que no nos gusta se mete en problemas o tiene dificultades, en lugar de regocijarnos en nuestras acciones positivas y las de otros.

(16) No ser intermitente.

"Intermitente" quiere decir practicar un día sí y el otro no. ¡Necesitamos ser constantes! Asimismo, si no somos fuertes en una práctica, no debemos simplemente saltárnosla y continuar con otra, sino ser constantes como un gran río.

(17) Entrenar resueltamente.

Si vamos a trabajar para superar nuestro egoísmo, debemos hacerlo de principio a fin. Mi madre solía decir: “Hazlo de principio a fin, sin distracciones”. Sólo hazlo. No queremos estar en un estado mental de medio querer practicar y medio no querer practicar. Necesitamos ir directo al corazón del asunto y no perder el tiempo.

(18) Liberarme a través de la investigación y el escrutinio.

Necesitamos revisar cuidadosamente, tanto a nivel burdo como a nivel minucioso, para ver si hemos cambiado nuestras actitudes. ¿Estamos solo reprimiendo el egoísmo o realmente lo hemos desenraizado? Otro significado es investigar las enseñanzas de una forma no superficial. Si observamos en forma general y cuidadosa, tendremos una idea clara de lo que se necesita hacer. Entonces, podemos hacerlo sin dudar.

(19) No meditar con un sentido de pérdida.

A menudo, en nuestra práctica damos todo mentalmente, pero en la vida real, cuando las personas vienen a recibir, retenemos; a esto se le llama practicar con un sentido de pérdida. Cuando regalamos cosas, pertenecen a las otras personas y no a nosotros. Cuando vivía en la India, tenía un hermoso jardín con flores, y en la meditación ofrecía flores a todos. Pero cuando los niños locales venían a recoger flores y las llevaban a sus hogares, noté que me ponía muy tenso. Esto es a lo que se refiere un “sentido de pérdida”.

Tampoco debemos recordarles a los demás los favores que hemos hecho para ellos o cuánto hemos sacrificado para ayudarlos. Aún más importante, nunca debemos alardear de nuestras propias prácticas, contándole a los demás que hicimos 100,000 postraciones o lo que sea. Acumulamos fuerza positiva al hacer las postraciones, sin decirle a los demás. Si hacemos algún retiro largo y salimos solo para menospreciar a nuestros antiguos amigos: “pobres criaturas lastimosas del samsara”, ¡entonces algo hicimos mal! Solamente practiquemos con sinceridad, sin sentir pena por nosotros mismos y sin inflarnos de orgullo.

(20) No restringirme con hipersensibilidad.

No debemos enojarnos a la menor provocación. Necesitamos ser capaces de tomar el abuso, aun en público. El consejo de Shantideva es que, incluso si alguien nos está gritando, sólo permanezcamos quietos, como un tronco. Con el tiempo, a la otra persona se le agotarán las cosas desagradables que decirnos o se aburrirá y se detendrá. Es necesario hacer esto con una motivación pura, no pensando en cómo nos vamos a vengar después.

(21) No actuar meramente por un corto período.

Esto significa no ser volubles, siempre cambiando de parecer. El más mínimo halago nos hace felices, pero que alguien nos mire con el ceño fruncido nos deprime. Si actuamos así, entonces los demás nos considerarán inestables y desequilibrados, y eso obstaculizará nuestra habilidad para ayudarlos. Shantideva nos da el mejor consejo: sean de fácil trato con las personas, no pasen todo el día en chismes y charla ociosa, pero tampoco estén completamente en silencio. Si no hablamos con las personas con las que vivimos, ¡eso puede ser más perturbador que tener la música a todo volumen! Es bueno ser flexibles, lo cual nos permitirá practicar toda nuestra vida, y no solo durante un corto periodo.

(22) No desear gratitud (alguna).

Mencionamos esto antes en términos de no esperar agradecimiento, valoración ni reconocimiento alguno por ayudar a los demás. Este punto incluye evitar los ocho dharmas mundanos, los cuales son cuatro pares de opuestos:

  • Emocionarse por recibir alguna ganancia y deprimirse al recibir alguna pérdida.
  • Emocionarse cuando las cosas van bien y deprimirse cuando las cosas van mal.
  • Emocionarse al recibir alabanzas y deprimirse al recibir críticas.
  • Emocionarse al recibir buenas noticias y deprimirse al recibir malas noticias.

Eso concluye el séptimo punto.

Versos concluyentes

(De esta forma,) transformar en un camino a la iluminación este (tiempo cuando) los cinco deterioros están desenfrenados.

Se dice que vivimos en el tiempo de los cinco deterioros:

1. El deterioro del periodo de vida. La expectativa de vida se está acortando cada vez más. Muchas personas mueren a una edad más temprana, y parece haber más enfermedades, como el SIDA, y muertes relacionadas con el consumo de drogas y accidentes. Los niños difícilmente tienen una infancia, para cuando tienen trece años, muchos de ellos ya han experimentado con drogas y sexo. De esta forma, la vida parece estarse acortando.

2. Deterioro de las emociones perturbadoras. Incluso aquellos que se vuelven monjes o monjas aún tienen muy fuerte enojo, deseo, apego, ingenuidad y demás.

3. Deterioro de perspectivas. Las personas laicas no tienen ningún respeto por los monjes y monjas. De hecho, algunas veces pareciera que nadie tiene mucho respeto por nada hoy en día. Personas que se encuentran en las posiciones políticas y espirituales más elevadas están involucradas en todo tipo de escándalos.

4. Deterioro de los seres. Somos menos capaces de cuidarnos a nosotros mismos que antes. Somos tan dependientes de la electricidad, el internet, las máquinas, las computadoras y demás, que si existe la más mínima falla difícilmente podemos lidiar con eso. Hace cincuenta años, a todos les iba muy bien sin computadoras, pero ahora nos asustamos cuando el internet no funciona durante unos minutos. Tenemos un deterioro en la buena salud, el intelecto, la forma física y demás.

5. Deterioro de los tiempos. Cada vez hay más desastres naturales. Tenemos problemas de cambio climático, enormes huracanes, terremotos y demás. Este es el momento en el que realmente necesitamos este tipo de práctica para transformar estas situaciones difíciles en unas que sean conducentes para la iluminación.

El texto continúa:

Esta esencia del néctar de las enseñanzas quintaesenciales proviene del linaje de Serlingpa.

Enseñanzas quintaesenciales son las enseñanzas sobre la bodichita y demás, que son como un néctar que concede la inmortalidad, porque conducen a la budeidad. Las enseñanzas provienen de Serlingpa, un maestro de Atisha, originario de Sumatra.

El autor concluye:

Del despertar de los residuos kármicos de haber entrenado previamente, mi admiración (por esta práctica) abunda. Y debido a esa causa, ignorando sufrimiento e insulto, solicité las instrucciones para domar mi aferramiento al yo. Ahora, aun si muero, no tengo remordimientos.

Si realmente hemos entrenado nuestra mente y actitudes y nos hemos liberado del egoísmo y la actitud autocentrada, entonces moriremos felices. Hemos acumulado las causas para continuar ayudando a otros en vidas futuras. En un nivel inmediato, moriremos en un estado mental relajado, o al menos sin arrepentimientos.

Esta es la enseñanza del Entrenamiento mental en siete puntos que recibí muchas veces de mis diversos maestros: de Su Santidad el Dalái Lama, de su maestro Serkong Rinpoche y de Gueshe Ngawang Dhargyey. Espero que puedan ser de beneficio a todos los seres.

Preguntas

¿Qué pasa si tenemos miedo de practicar alguna de estas enseñanzas?

Como mencioné, estas enseñanzas son muy avanzadas y no están dirigidas a principiantes. Antes de empezar, necesitamos tener un ego saludable, para superar la baja autoestima. El Ornamento de joyas de la liberación de Gampopa empieza con la naturaleza de buda, lo cual significa que necesitamos estar convencidos de que tenemos todas las cualidades que nos permitirán alcanzar la budeidad. Este es el punto inicial, y realmente nos ayuda a superar la baja autoestima. Sin ello, adentrarse en prácticas más avanzadas no es nada recomendable.

¿Qué es un ego saludable? Bueno, en el budismo, intentamos deshacernos del ego inflado, no del ego saludable. Es sobre la base del ego saludable que nos interesamos por nuestra vida y por nuestra práctica y, de hecho, es por ello que nos levantamos en la mañana, vamos a trabajar y meditamos. Sin un ego saludable, no seríamos capaces de funcionar en el mundo, mucho menos practicar el Dharma, porque no tendría ningún sentido para nosotros practicar y obtener algún beneficio de ello. Un ego inflado es una distorsión de éste, pues proyectamos sobre el ego saludable el sentimiento de que: “Yo soy el más importante en el mundo y siempre tengo que salirme con la mía”. Eso es de lo que necesitamos deshacernos.

El budismo es siempre el camino medio; el logotipo más famoso del budismo es el camino medio. En términos del ego, esto significa un ego saludable, no inflado a “yo soy el centro del universo” ni tampoco desinflado a “no puedo hacer nada por mí mismo”, con el que nos sentimos abatidos y desesperanzados. Eso es sencillamente tan peligroso y extremo como el ego inflado. Siempre hablamos de evitar los dos extremos: convertir todo en cosas sólidas eternas y negar completamente todo hasta el punto del nihilismo.

¿Cómo sabemos si tenemos un ego saludable?

Necesitamos investigarnos un poco al principio, preguntarnos si realmente nos preocupamos por nosotros mismos. No de una manera egoísta, sino ¿realmente nos preocupamos de lo que experimentamos, lo que sentimos, o tenemos tan baja autoestima que simplemente no nos importa? Si no nos importa, entonces sentimos que, si actuamos destructivamente, no importa. La actitud de “nada importa” es totalmente diferente de la ecuanimidad. Empezamos a tener un ego saludable cuando tomamos alguna responsabilidad por nuestra vida, cuando nos tomamos a nosotros mismos con seriedad, cuando tomamos nuestros sentimientos y acciones con seriedad.

No necesitamos haber superado completamente la baja autoestima para ser capaces de empezar a practicar el Dharma, porque hacerlo es un proceso muy largo y difícil. Al menos podemos reconocer la actitud perturbadora como una fuente de sufrimiento y tener la idea de que es algo que deseamos superar. Luego, tenemos que determinar si se puede superar o no. Finalmente, nos involucramos en las prácticas budistas para superarla.

Sonam-tsemo, uno de los cinco fundadores de la tradición sakya, escribió un texto muy importante llamado El portal para entrar al Dharma. Él fue contemporáneo de Gampopa y enseñó que, para realmente involucrarse con el Dharma, necesitamos tres cosas.

  • Primero necesitamos reconocer el sufrimiento y los problemas en nuestra vida.
  • Después, necesitamos tener cierta determinación de ser libres.
  • Finalmente, necesitamos tener algún conocimiento básico del Dharma.

Con esto como base, nos involucraremos el Dharma porque reconocemos nuestros problemas y tenemos la motivación para deshacernos de ellos. También conocemos los métodos para hacerlo, de lo contrario, ¿por qué nos involucraríamos en ello?

Para reconocer el sufrimiento y querer liberarnos de él, necesitamos un ego saludable. Si no lo tenemos, no nos importa ni buscamos formas de mejorar. Si tenemos los tres pre-requisitos, esto indica que sí tenemos un ego suficientemente saludable como para involucrarnos con las enseñanzas.

Por supuesto que queremos mejorar nuestra situación. El texto dice: “Practica sin esperanzas ni expectativas”, pero esto se refiere a evitar el extremo de practicar el Dharma con un ego inflado, para “mí, mí, mí”. Pero eso no quiere decir irse al otro extremo, porque de ser así nunca haríamos nada. Necesitamos sentir: “No me voy a alterar por el hecho de que las cosas fluctúen mientras practico, pues aun así me importa lo suficiente como para continuar mi práctica, porque mi objetivo es la iluminación”. Sin un ego saludable no podemos ni siquiera tener ninguna meta, como la liberación o la iluminación. Sin un ego saludable no podemos aspirar a ninguna meta, mucho menos la liberación y la iluminación.

Lee y escucha el texto original "Entrenamiento mental en siete puntos" de Gueshe Chekawa.

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