Ofrecer la victoria a los demás

Aceptar la derrota y ofrecer la victoria a los demás 

(5) Cuando otros, por envidia me traten injustamente con regaños, insultos y más, pueda yo aceptar la derrota y ofrecer la victoria a los demás.

Esta es la famosa frase por la que Gueshe Chekawa se conmovió tanto: Pueda yo aceptar la derrota y ofrecer la victoria a los demás. Esta práctica se puede entender en muchos niveles diferentes. Por ejemplo, si estamos en una discusión o, como dice aquí, cuando otros, por envidia, me traten injustamente con regaños, insultos y más, en lugar de enfadarse, simplemente decimos: "Gracias por señalarme esto". Si alguien realmente nos critica, solo ofrezcámosle la victoria. En otras palabras, no reaccionar negativamente a las críticas pone fin a cualquier discusión o disputa. Este tipo de reacción es especialmente beneficiosa cuando la otra persona está muy perturbada emocionalmente, ya que realmente no tiene sentido discutir con ella.

¿Significa esto entonces que dejamos que todos nos abofeteen? Este tipo de aquiescencia no es lo que se quiere decir en este verso. En cambio, refleja la importancia de evaluar si nuestra reacción va a tener un efecto positivo en una situación o si solo va a empeorar las cosas.

Por ejemplo, hace algún tiempo le di a un amigo una cantidad considerable de dinero para que hiciera algo por mí, pero se quedó con el dinero y se lo gastó en sí mismo. Sé que nunca podrá devolverme el dinero. ¿Cuál es la mejor manera de lidiar con este tipo de situación? ¿Es estar constantemente enojados con la persona o enfermarnos de ira? O es simplemente decir: "Tómalo, es tuyo". Es como cuando alguien roba algunas cosas de nuestra casa. Probablemente nunca vamos a recuperar nuestras cosas, así que es mejor simplemente desear que la otra persona las disfrute.

Las enseñanzas sobre el karma son muy útiles a considerar en el ejemplo anterior: cuanto más sufrimiento causamos otra persona (al reportar a mi amigo a la policía, por ejemplo) las consecuencias son más pesadas para nosotros mismos. Además, si estamos muy molestos por las acciones de alguien, eso solo hace que las consecuencias kármicas sean mucho peores para esa persona, ya que nos ha causado más sufrimiento por su acción. En el caso de mi amigo, quien realmente me agradaba mucho, pensé: "Bien, disfruta del dinero; se ha ido y no hace una gran diferencia en mi vida”. Al adoptar este enfoque, al menos podría tratar de reducir las consecuencias kármicas tanto para él como para mí.

Este ejemplo ilustra una forma de aplicar la práctica, aceptar yo la derrota y ofrecer la victoria a los demás. Este enfoque es especialmente aplicable cuando estamos en una discusión con alguien. Por ejemplo, dicen algo realmente ridículo y sabemos que no nos van a escuchar. Básicamente, no tiene sentido discutir. Si los dejamos ganar simplemente se irán.

Hay muchos niveles para entender esta práctica de ofrecer la victoria a los demás. En otro ejemplo simple, podría ser dejar que alguien reciba el pedazo más grande de pastel y aceptar nosotros la derrota al tomar la rebanada más pequeña.
O podrían ser situaciones como las que se refieren en el verso, cuando la gente está celosa y envidiosa de nosotros. Shantideva aconseja:

(VI. 53) Los insultos, el lenguaje cruel y las palabras difamatorias no lastiman mi cuerpo, así que, ¿por qué, oh mente, te enfureces tanto?

Si otras personas quieren decir algo estúpido, déjenlos decir algo estúpido. Les damos la victoria practicando la paciencia y permaneciendo en silencio. No hay razón para enfurecerse. Las palabras realmente no pueden hacernos daño.

El círculo completo de las acciones kármicas negativas del pasado

Otra forma de tratar con el hecho de que otras personas nos digan cosas desagradables es pensar que esto procede de nuestro propio karma negativo, de las cosas negativas que hemos hecho en el pasado. Cuando consideramos la situación de esta forma, podemos ofrecer más fácilmente la victoria a los demás y no culparlos. Tenemos muchos ejemplos de esta práctica en la "Rueda de las armas afiladas" de Dharmarakshita:

(14) Cuando escuchemos solamente lenguaje abusivo y detestable, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por las acciones dañinas que hemos realizado. Hasta ahora hemos dicho muchas cosas sin pensar; hemos calumniado y causado que muchas amistades terminen. De hoy en adelante censuremos toda afirmación desconsiderada.

"Censurar" aquí significa cortar. En otras palabras, si la gente nos está diciendo cosas desagradables, abusando de nosotros y demás, eso es el resultado de nuestras acciones pasadas, de decir cosas desagradables sobre los demás y hacer que las relaciones cercanas se desmoronen. Si este es el caso, entonces, para romper el círculo kármico – esta rueda de las armas afiladas que regresa sobre nosotros – realmente tenemos que vigilar lo que decimos y cortar cualquier comentario desconsiderado.

Este enfoque no niega el hecho de que haya causas del lado de la otra persona que la hagan actuar negativamente como lo está haciendo. Entender eso nos ayuda a ser pacientes con ella. Pero este enfoque de ver las causas kármicas de nuestro lado para encontrarnos con estas personas nos da algo activo que podemos hacer en términos de modificar nuestro comportamiento para evitar futuras recurrencias de situaciones similares.

(18) Cuando hemos sido culpados injustamente por las fechorías de otros, y falsamente acusados de fallas que no son nuestras, y si somos siempre objeto de abuso verbal, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros en un círculo completo, por las acciones dañinas que hemos realizado. Hasta ahora hemos despreciado y menospreciado a nuestros gurús; de ahora en adelante nunca acusemos a otros falsamente y démosles crédito completo por las virtudes que poseen.

Este verso se refiere a cuando se nos acusa de cosas que no hemos hecho o se nos culpa de errores que no hemos cometido. Cuando esto sucede, es el resultado de haber hecho lo mismo a los demás, a nuestros maestros espirituales, por ejemplo. Podríamos haberlos criticado, menospreciado o acusado falsamente en el pasado. Es importante contrarrestar este comportamiento, como se dice en el verso, y dar a los demás todo el crédito por sus cualidades positivas, elogiarlos, etc., incluso si no nos gusta particularmente la otra persona.

(23) Cuando otros encuentran errores en todo lo que hacemos, y la gente parece ansiosa por culparnos sólo a nosotros, es la rueda de las armas afiladas regresando sobre nosotros, en un círculo completo, por las acciones dañinas que hemos realizado. Hasta ahora hemos sido desvergonzadamente desinteresados por los demás, hemos pensado que nuestras acciones no tenían la menor importancia. De ahora en adelante, detengamos nuestro comportamiento ofensivo.

Aquí hay una enseñanza similar sobre el karma. Cuando la gente encuentra la culpa en todo lo que hacemos, este es el resultado kármico de no preocuparnos por nuestras acciones y el efecto que tienen en los demás. Como dice aquí, hemos estado actuando como si "nuestras acciones no tuvieran la menor importancia". Por lo tanto, otros siempre nos culparán y encontrarán fallas en lo que hacemos. En el futuro, tenemos que detener este tipo de comportamiento ofensivo de actuar como si existiéramos en un vacío, como si nuestra conducta no afectara a nadie.

Comprender las causas kármicas de lo que nos sucede nos ayuda a aceptar la derrota y ofrecer la victoria a los demás. Cuando reconocemos las causas kármicas y entendemos por qué otros nos regañan e insultan o nos tratan injustamente, podemos dejar de hacer lo mismo con los demás.

La rueda de las armas afiladas es un texto maravilloso. Aunque es un poco largo, pues consta de 119 versos, recorre exhaustivamente todas las diferentes situaciones y causas kármicas que podrían sucedernos. El texto está en el sitio web, para aquellos interesados en leerlo.

Aceptar la derrota y ofrecer la victoria a los demás a través de servirles

Otra forma de entender el hecho de aceptar la derrota y ofrecer la victoria a los demás es que debemos entregarnos a los demás en el sentido de servirles. Damos la victoria a los demás con el fin de dejar de servir solo a nuestras propias necesidades y, en lugar de ello, servirles a los demás. Shantideva describe esto muy bien:

(III. 10) Para satisfacer los anhelos de todos los seres limitados, doy, sin sentido de pérdida, mi cuerpo y también mis placeres, y todas mis fuerzas positivas de los tres tiempos.

De esta manera, a pesar de que aceptamos la pérdida sobre nosotros mismos, no rumiamos mentalmente sobre nuestra pérdida: "Pobre de mí". Al dar la victoria a los demás, practicamos la generosidad dándoles nuestro cuerpo para hacer trabajo físico por ellos, los objetos que disfrutamos, nuestra fuerza positiva, etc. Al poder dar al servir a los demás, nos acercamos más a la iluminación.

(III. 11) Regalar todo (trae) liberación con el nirvana, y mi mente está (dirigida) a alcanzar el nirvana. Como regalar todo viene junto (con la muerte), lo mejor es dar (ahora) a los seres limitados.
(III. 14) Déjenlos hacer lo que sea con (mi) cuerpo, siempre y cuando no les cause daño; pero que algo enfocado en mí nunca resulte sin sentido.

Es un deseo maravilloso. "Que cualquier contacto que alguien tenga conmigo, incluso uno negativo o casual, se convierta en una circunstancia para que aprendan de mi ejemplo de poner en práctica el Dharma, para que así avancen hacia la iluminación". Es por eso que, cada vez que vemos o conocemos a alguien, tratamos siempre de hacer aspiraciones: "Pueda alcanzar la iluminación por tu bien, para que pueda ayudarte mejor a superar todos tus sufrimientos". De esa manera, forjamos conexiones kármicas positivas con los demás.

(III. 15) Si alguien, habiéndose enfocado en mí, desarrolla una mente enojada o negativa, pueda eso siempre convertirse en una causa para satisfacer todos sus anhelos.

Estos versos describen cómo, cuando la gente tiene pensamientos desagradables hacia nosotros, se enoja, nos insulta y demás, aceptamos la derrota y deseamos: "Que esto sea una causa para satisfacer todos sus anhelos". Además, cuando alguien hace algo negativo hacia nosotros, esto significa que ya tenemos una relación kármica pasada con esta persona, y como dice en La rueda de las armas afiladas, sin duda les hemos dicho algo negativo anteriormente.

Puesto que esa relación kármica ya existe, lo que queremos hacer es cambiar el sabor de esa relación. Si nos vengamos y le decimos algo desagradable, entonces este ciclo negativo continuará y seguirá a lo largo de muchas vidas más. En cambio, tenemos la oportunidad de cambiar la naturaleza de esta relación: "Pueda esta interacción conmigo convertirse en una causa", como dice en el verso, "para satisfacer todos sus anhelos". En otras palabras, al desearle bien a la otra persona, en lugar de desearle algo terrible, cambiamos toda la estructura de esa relación.

(III. 16) Y puedan todos los que hablan mal de mí, o hagan algo más que sea dañino, o también me ridiculicen, se conviertan en alguien con la fortuna para un estado purificado.

Este verso es similar al ejemplo de mi amigo que se quedó el dinero que le di para que me arreglara algo. En lugar de enojarme con él, pensé: "Que disfrutes de esto; no me voy a enojar contigo". Al convertir la situación en un regalo en mi mente, eso condujo al deseo: "Pueda yo ser capaz de darte aún más y llevarte a un estado de iluminación".

Shantideva da otro ejemplo de "Que algo enfocado en mí nunca resulte sin sentido".

(VIII. 118) Es por eso que, por gran compasión, el Guardián Avalokiteshvara ha elevado incluso (el poder de) su propio nombre para disipar los temores de los seres errantes, (como la timidez) frente a una audiencia.

Avalokiteshvara incluso ha bendecido su nombre para que, con solo escucharlo, las personas se inspiren. Por lo tanto: "Cualquiera que me vea, lea cualquier cosa que yo haya escrito, o escuche mi nombre, que los inspire; que no sea sin sentido que me encuentren" – esta es una plegaria maravillosa. Que tengamos alguna influencia positiva en todos los que conocemos, incluso si nos encuentran con una intención negativa.

Togme Zangpo en 37 Prácticas del bodisatva también hace eco de estos pensamientos:

(12) La práctica de un bodisatva es, aun si alguien, bajo el poder de un gran deseo, roba o provoca que otro robe toda nuestra riqueza, dedicarle nuestro cuerpo, recursos y acciones constructivas de los tres tiempos.

Este es exactamente el punto que estaba haciendo sobre el amigo que tomó mi dinero.

(13) La práctica de un bodisatva es, incluso no teniendo la menor falta nosotros mismos, alguien fuera a cortar nuestra cabeza, aceptar en nosotros sus consecuencias negativas, a través del poder de la compasión.
(14) La práctica de un bodisatva es, aun si alguien fuera a publicar a través de los miles, millones o billones de mundos toda clase de cosas desagradables sobre nosotros, hablar en cambio sobre sus buenas cualidades, con una actitud de amor.
(16) La práctica de un bodisatva es, aun si una persona de quien hemos cuidado, valorándolo como a nuestro propio hijo, nos considerara como su enemigo, tener especial afecto por él, como una madre hacia su hijo aquejado por una enfermedad.

Cuidar a los demás como si fueran un niño enfermo

Por ejemplo, si nuestro hijo está enfermo, diciendo todo tipo de locuras y está realmente malhumorado, por supuesto que entenderíamos y tendríamos aún más amor por nuestro hijo. Reconocemos que nuestro hijo está enfermo y está actuando así porque está enfermo, cansado o lo que sea. Cuando otros a quienes hemos criado como un niño o con quienes hemos sido igualmente muy amorosos y amables, son muy desagradables con nosotros, es útil pensar que son como nuestro niño enfermo. Podemos pensar que ahora están enfermos, sufriendo de sus emociones perturbadoras. Al pensar de esta manera, podemos tener más preocupación y cuidar de ellos aún más, en lugar de enojarnos. No nos enojamos con nuestro hijo por enfermarse. Este ejemplo es otra forma de dar la victoria a los demás.

Pregunta

También encuentro que es importante mostrar límites para que la otra persona sepa: "Hasta aquí está bien, pero no más".

Sí, es verdad. Si queremos ayudar a alguien a desarrollar disciplina ética y buen comportamiento, entonces es importante establecer límites. Hubo una generación de niños en los Estados Unidos que fueron criados por padres hippies que eran totalmente permisivos y no establecieron límites. Dejaron que sus hijos fueran muy rebeldes, naturales y libres, etc. Muchos de estos niños crecieron sintiendo que sus padres no los amaban, porque los padres no mostraban suficiente preocupación, ni les enseñaban lo que era apropiado o inapropiado. Tuvieron dificultades más adelante en la vida, porque obviamente, cuando salimos al mundo, la gente no es tan tolerante con nuestro comportamiento. Claramente, es importante establecer ciertos límites para ayudar a las personas a entenderlos.

Obviamente, también hay cierto interés personal aquí. Por ejemplo, establecemos un límite para no jugar cerca de nuestro escritorio en donde está todo nuestro trabajo porque nuestro trabajo es importante para nosotros. Hay una distinción entre los límites de lo que es útil para la otra persona y lo que es útil para nosotros. Es por eso que establecer límites es siempre una tarea delicada; lo principal es examinar nuestra motivación. ¿Estamos estableciendo los límites para beneficiar a la otra persona o para beneficiarnos a nosotros mismos? A menudo, es una combinación de los dos. Eso es natural, pero al menos tenemos que tratar de que nuestra principal motivación no sea solamente beneficiarnos a nosotros mismos. Básicamente, tenemos que ser flexibles a la hora de establecer límites.

Cuando traducía para Serkong Rinpoche o recibía una lección de él y le decía: "Estoy totalmente agotado, ya no puedo traducir ni prestar atención", siempre decía: "No importa lo cansado que estés, siempre puedes hacer cinco minutos más". Siempre me empujaba otros cinco minutos. Esto fue muy útil porque es cierto que siempre podemos hacer cinco minutos más. De esa manera, construimos un fuerte carácter, determinación y fuerza.

Por supuesto, no deberíamos hacer los cinco minutos extra de una manera descuidada. Lo que sea que estemos haciendo, tenemos que hacerlo completamente. Si alguna vez decía algo incorrecto o no entendía algo, Rinpoche me gritaba para asegurarse de que estaba alerta, con su nombre favorito para mí: “Idiota” o “Gugpa, ¡idiota!". En cierto sentido, me avergonzaba para que prestara atención. Para mí, este fue un enfoque muy amable. Para otros, sin embargo, un enfoque tan fuerte y directo podría no ser tan útil.

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