(1) Cualquier generosidad, ofrendas a los Dichosamente Idos (Budas) y similares, así como acciones positivas que haya acumulado durante miles de eones – un (momento de) odio las destruirá todas.
(2) Como no hay fuerza negativa similar al enojo ni prueba similar a la paciencia, meditaré, por lo tanto, en la paciencia, con esfuerzo y de diversas formas.
(3) Cuando la espina del enojo se alberga en mi corazón, mi mente no encuentra paz alguna, no obtiene ninguna alegría ni placer, no duerme y se vuelve inestable.
(4) Aun aquellos a quienes prodiga riquezas y honores y aquellos que se han vuelto dependientes de él, llegan a ser provocados al punto de asesinar al amo que está poseído por el enojo.
(5) Amigos y familiares se disgustan con él y, aunque él puede reunir (a otros) con regalos, no se le considera con confianza o respeto. En breve, no hay manera alguna en que una persona iracunda esté en una situación feliz.
(6) Por lo tanto, el enemigo, la ira, crea sufrimientos tales como esos y similares, mientras que aquel que toma medidas drásticas y destruye su ira, será feliz en esta (vida) y en otras.
(7) Al encontrar su combustible en el desagradable estado mental que surge de producir cosas que no quiero e impedir lo que deseo, el enojo, una vez encendido, me destruye.
(8) Por lo tanto, erradicaré por completo el combustible de ese enemigo, ya que este enemigo no tiene otra misión que lastimarme.
(9) Sin importar lo que suceda, nunca le permitiré que perturbe mi buen humor. Porque, si he caído en el mal humor, lo que quiero no sucederá y mi comportamiento constructivo se desmoronará.
(10) Si puede remediarse, ¿por qué ponerse de mal humor al respecto? Y si no puede remediarse, ¿de qué sirve ponerse de mal humor al respecto?
(11) El sufrimiento, el desprecio, el abuso verbal y la deshonra no son cosas que desee ni para mí ni para mis amigos; pero para mis enemigos, es todo lo contrario.
(12) Es raro que ocurran las causas para la felicidad, mientras que las causas para el sufrimiento son más que abundantes. Pero, sin sufrimiento alguno, no habría determinación de liberarse; por lo tanto, mente, necesitas pensar para ser firme.
(13) Si los devotos de Durga y la gente de Karnataka soportan inútilmente los tormentos de quemarse y cortarse a sí mismos y similares, entonces ¿por qué soy tan cobarde al buscar la liberación?
(14) No hay nada que no se vuelva más fácil una vez que te has acostumbrado a ello; así, al acostumbrarse a dolores menores, los grandes dolores, definitivamente, se tornarán soportables.
(15) ¿No ves (esto) con problemas, (soportados) sin un (gran) propósito, provenientes de serpientes y mosquitos, incomodidades como el hambre y la sed, así como erupciones y similares?
(16) (Así), no seré frágil con respecto a cosas como el calor y el frío, la lluvia y el viento, tampoco con la enfermedad, el cautiverio, las golpizas y similares; porque si actuara de esa forma, el daño sería peor.
(17) Hay algunos que, al ver su propia sangre, desarrollan un valor y una determinación excepcionales; y hay algunos que, al ver la sangre de otros, se desploman y desmayan.
(18) Eso proviene de que su estado mental sea de tipo decidido o cobarde. Por lo tanto, debo despreciar los dolores y no dejarme abatir por el sufrimiento.
(19) Aun en agonía, alguien habilidoso nunca permitiría que la serenidad de su mente sea agitada; y en una guerra que se libra contra las emociones perturbadoras, los cardenales abundan al enfrentar la batalla.
(20) Aquellos que, al haber despreciado el sufrimiento, destruyen a sus enemigos, el enojo y demás, son los héroes que han ganado la victoria; el resto (simplemente) asesina cadáveres.
(21) Además, el sufrimiento tiene ventajas; con la agonía, la arrogancia desaparece; la compasión crece por aquellos que deambulan en el samsara recurrente; la conducta negativa es evitada y existe gozo en ser constructivo.
(22) Así como no enfurezco con grandes fuentes de sufrimiento, por ejemplo, con la bilis, entonces ¿por qué enfurecerme con aquellos con mentes limitadas? Todos ellos, también, son provocados por condiciones.
(23) Por ejemplo, sin ser deseada, su enfermedad surge; y, de la misma manera, sin ser deseadas, (sus) emociones perturbadoras también surgen con fuerza.
(24) Sin pensar “voy a enfurecer”, la gente simplemente enfurece; y sin pensar, “surgiré”, la ira surge igualmente.
(25) Todos los errores existentes y los diversos tipos de comportamiento negativo – todos surgen de la fuerza de las condiciones: ninguno está bajo su propio poder.
(26) Una colección de condiciones no tiene la intención: “crearé”; y aquello creado no tuvo la intención: “seré creado”.
(27) Los predilectos (los Samkyas) llaman “materia primordial” y a lo que imaginan ser “el yo” – no piensan con algún propósito: “llegaré a ser (para causar algún daño)”, y luego acontecen.
(28) (De hecho), como no han surgido, no existen, entonces ¿qué podría haber tenido el deseo de surgir? Y, ya que (un yo sensible estático) sería algo que estuvo permanentemente ocupado con un objeto, nunca cesaría (de estarlo).
(29) Pero si el yo fuera estático (y no sensible, como afirma el Nyaya), obviamente no tendría acciones, como el cielo; así que, aunque se encontrara con otras condiciones, ¿qué actividad podría tener algo inmutable?
(30) Si incluso en el momento de la acción, (permanece) como antes, ¿qué podría haber sido hecho por él desde la acción? Y si hubiera algo llamado: “esta es su acción”, ¿cuál de ambos es el que los conecta?
(31) Así, todo está bajo el poder de otros, y los poderes bajo los que ellos están, tampoco están bajo su (propio) poder. Al haber entendido esto, no me enojaré con fenómeno alguno – son como emanaciones mágicas.
(32) Y si entonces dijera: “Evitar (el enojo) sería, ciertamente, inadecuado, porque ¿quién (o qué) puede evitar qué?”. Afirmaría que no es inadecuado, ya que, en dependencia de eso, la continuidad del sufrimiento puede ser cortada.
(33) Por lo tanto, al ver a un enemigo o incluso a un amigo, actuar inapropiadamente, permaneceré tranquilo, al haber reflexionado que eso surge de condiciones tales como estas.
(34) Si a todos los seres encarnados le resultaran las cosas a su gusto, entonces, como nadie desea sufrir jamás, nunca sucedería que alguien sufriera.
(35) La gente incluso se lastima a sí misma con cosas como espinas y con actos tales como rechazar comida, por negligencia y en un arrebato de ira, al desear obtener mujeres y similares.
(36) Hay quienes se destruyen a sí mismos colgándose, saltando de acantilados, ingiriendo veneno y alimentos dañinos, y mediante actos negativos (al generar peores estados de renacimiento).
(37) Cuando la gente mata incluso a su amado yo, por estar bajo el poder de las emociones perturbadoras, ¿cómo podrían no causar daño a los cuerpos de otros?
(38) Cuando no pueda ni siquiera desarrollar compasión, de vez en cuando, por aquellos que, con el surgimiento de sus emociones perturbadoras, procedieran con actos tales como suicidarse, por lo menos no me enfureceré (con ellos).
(39) (Incluso) si actuar con violencia hacia otros fuera la naturaleza funcional de la gente infantil, aun así, sería tan inapropiado enfurecerse con ellos como lo sería contrariarse con el fuego por su naturaleza funcional de quemar.
(40) Y aunque, en lugar de eso, dicha falta fuera pasajera y los seres limitados fueran amables por naturaleza, bueno, aun así, sería tan inadecuado enfurecerse como lo sería contrariarse con el cielo por el humo (penetrante) que se eleva (en él).
(41) Al haber dejado de lado la verdadera (causa de mi dolor), una vara o similar, si me enfurezco con la persona que la blandió, bueno, de hecho, él fue incitado por el enojo, así que él (también) es secundario. Sería más adecuado enfurecerme con su enojo.
(42) Previamente, debo haber infligido tanto dolor a los seres limitados; por lo tanto, es adecuado que el daño venga a mí, quien he sido una causa de violencia hacia los limitados.
(43) Tanto su arma como mi cuerpo son las causas de mi sufrimiento. Ya que el sacó un arma y yo un cuerpo, ¿con quién debería enfurecerme?
(44) Cegado por el deseo vehemente, me he aferrado a un forúnculo doloroso con forma humana que no puede soportar ser tocado; así que, cuando es herido, ¿con qué debería enfurecerme?
(45) Yo, infantil, no deseo sufrir y, aun así, estoy obsesionado con la causa de mi sufrimiento. Ya que es mi propia culpa el ser dañado, ¿por qué guardar rencor a alguien (más)?
(46) Es como, por ejemplo, los guardias de los reinos sin gozo y el bosque de hojas afiladas: este (sufrimiento también) es producido por mi comportamiento kármico impulsivo; así que ¿con qué debería enfurecerme?
(47) Incitados por mi propio comportamiento kármico, aquellos que me lastiman llegan a mi camino y, si por sus (acciones), estos seres limitados cayeran en los reinos sin gozo, con toda seguridad, ¿no he sido yo quién los ha arruinado?
(48) Basada en ellos, mi fuerza kármica negativa se limpia en gran medida, debido a mi paciencia; pero, basados en mí, ellos caen en los reinos sin gozo, con dolor duradero.
(49) Dado que yo estoy, de hecho, causándoles daño y ellos son quienes me benefician, ¿por qué, mente irracional, haces lo contrario y te enfureces?
(50) Si tengo la ventaja de desear (ser paciente), no iré a un reino sin gozo; pero, aunque me estoy protegiendo (de esta manera), ¿qué les sucede a ellos en este asunto?
(51) Y si, en lugar de eso, yo les devolviera el daño, ellos tampoco estarían protegidos, mientras que, mi (otro) comportamiento del bodisatva, también declinaría y, en consecuencia, aquellos atribulados estarían perdidos.
(52) Por ser inmaterial, nadie puede destruir mi mente por ningún medio; pero debido a su implicación obsesiva con mi cuerpo, es lastimada al sufrir (en conexión) con el cuerpo.
(53) (Aunque) los insultos, el lenguaje cruel y las calumnias no dañan mi cuerpo, entonces ¿por qué, oh mente, te enfureces tanto?
(54) La aversión que otros me tengan – eso no me va a aniquilar, ni en esta, ni en otra vida; entonces ¿por qué la considero despreciable?
(55) Si no lo deseo porque obstaculizaría mis ganancias materiales; bueno, aunque tenga que deshacerme de mis ganancias materiales en esta vida, mis fuerzas kármicas negativas permanecerán aseguradas.
(56) De hecho, morir hoy sería mejor para mí que una larga vida con una forma inapropiada de sustento; pues, incluso al haber vivido un largo tiempo, aun así, existirá el sufrimiento de la muerte para alguien como yo.
(57) Alguien que despierta después de haber experimentado cien años de felicidad en un sueño y alguien más que despierta después de haber experimentado tan solo un momento de felicidad:
(58) Una vez que han despertado, esa felicidad no regresa, después de todo, para ninguno de los dos. (De manera similar), se reduce exactamente a lo mismo para alguien que ha vivido durante mucho tiempo y alguien que ha vivido poco tiempo.
(59) Aunque haya obtenido abundantes ganancias materiales e incluso haya disfrutado diversos placeres durante mucho tiempo, aun así, seguiré adelante con las manos vacías y desnudo, como si me hubiera robado un ladrón.
(60) Supongamos que dijera: “Mientras viva de mi ganancia material, consumiré mi fuerza kármica negativa y llevaré a cabo acciones positivas”. Bueno, si en aras de la ganancia material enfureciera, ¿acaso no se consumirá mi fuerza kármica positiva y surgirá mi fuerza kármica negativa?
(61) Si el propósito mismo por el que vivo se desmoronara, ¿de qué serviría una vida cometiendo tan solo acciones negativas?
(62) Bueno, supongamos que dijera: “La ira hacia alguien que (me) calumnia se debe a que hace que los seres limitados pierdan (su confianza)”. Bueno, entonces, ¿por qué no te enfureces de la misma manera con alguien que difama a alguien más?
(63) Si puedes tolerar la desconfianza (cuando va dirigida a alguien más), porque esa falta de confianza depende de otro; entonces ¿por qué no tener paciencia con alguien que (me) calumnia, ya que eso depende del surgimiento de las emociones perturbadoras?
(64) Mi enojo es inapropiado aun hacia aquellos que injurian y destruyen imágenes, estupas y al sagrado Dharma, pues no es posible dañar al Buda y al resto.
(65) Y evitaré mi furia hacia aquellos que lastiman a mis maestros espirituales, a mis familiares y demás, y a mis amigos también, al haber visto que esto surge de condiciones, tal como en el caso anterior.
(66) Ya que el daño es infligido en los seres encarnados tanto por aquellos con mente como por las cosas sin mente, ¿por qué señalar y resentirse (solo) con aquellos con mente? Por lo tanto, ¡sé paciente con el daño!
(67) Algunos comenten fechorías por ingenuidad y, debido a la ingenuidad, otros enfurecen: ¿cuál de ellos podemos decir que no tiene falla y cuál de ellos comete una falla?
(68) ¿Por qué cometiste previamente esas acciones impulsivas por las que hoy otros me causan daño? Ya que todo depende del comportamiento kármico, ¿por qué guardo rencor contra este?
(69) Al ver que es así, me esforzaré en acciones positivas de cualquier manera, a través de las cuales todos se volverán bondadosos entre sí.
(70) Por ejemplo, cuando el fuego de una casa en llamas avanza hacia otro hogar, es adecuado quitar y desechar cualquier cosa dentro de ella que pueda causar que el incendio se propague, como paja y similares.
(71) De igual forma, cuando el fuego del enojo se propague, debido a que mi mente está apegada a algo, me desharé de él en ese instante, por miedo a que mi fuerza positiva se queme.
(72) ¿Por qué sería desafortunado un hombre a punto de morir si, al amputarle la mano, salvara su vida? Así que ¿por qué sería yo desafortunado si, a través de sufrimientos humanos, me salvara de los reinos sin gozo?
(73) Si soy incapaz de soportar incluso este sufrimiento menor del presente, entonces ¿por qué no alejo la ira que sería la causa de dolores infernales?
(74) Como resultado de mi (ira) apasionada, he experimentado quemaduras y similares miles de veces en los reinos sin gozo; pero (a través de ello), no me he beneficiado ni a mí mismo ni a los demás.
(75) Pero, dado que se obtendrán grandes beneficios de esto, que no es ni una fracción del daño, solo es apropiado deleitarse en el sufrimiento que disipa (todo) el daño a los seres errantes.
(76) Si otros obtienen el placer del gozo al alabar a quien (me desagrada), que posee buenas cualidades, ¿por qué, oh mente, no te alegras de la misma manera, alabándolo también?
(77) Ese placer del gozo tuyo, sería un surgimiento de placer que no es vergonzoso, algo permitido por Aquellos con Buenas Cualidades, y excepcional, también, para reunir a otros.
(78) Si no te gustara este placer suyo: “¡Semejante placer sería solo suyo!”. Entonces, al dejar (también) de pagar jornales y similares, (tu) ruina vendrá, tanto la visible como la invisible.
(79) Cuando tus cualidades positivas están siendo alabadas, deseas que los demás también se complazcan; pero, cuando las cualidades positivas de otros están siendo alabadas, no deseas complacerte también.
(80) Al haber desarrollado el anhelo por la bodichita mediante desear la felicidad para todos los seres limitados, ¿por qué, entonces, te enojas ante la felicidad que los seres limitados han encontrado por ellos mismos?
(81) (Al haber dado tu palabra) de que deseas que los seres limitados alcancen la budeidad, honrada a través de los tres reinos, entonces ¿por qué al ver que se les muestra, meramente, un mínimo de respeto, ardes por dentro?
(82) Si hubiera alguien necesitado de cuidados que ha de ser cuidado por ti y a quien has de proveer, y ese miembro de la familia consiguiera su propio sustento ¿acaso no estarías complacido o, por el contrario, estarías enfurecido?
(83) ¿Cómo podría alguien que no desea (ni siquiera) eso para los seres errantes, ser alguien que les desea ser budas? ¿Dónde está la bodichita en alguien que se enfurece ante las ganancias de otros?
(84) Así, sea que lo reciba de él o permanezca en casa del benefactor, de ninguna forma será tuyo, así que ¿qué importa si se lo dan (a él) o no?
(85) ¿Desechar tu fuerza positiva o la fe (que otros tienen en ti), e incluso tus propias buenas cualidades? ¿Para qué? ¿No aferrarte a lo que podría brindarte ganancia? Dime ¿con quién no te enfureces?
(86) No solo no lamentas las cosas negativas que has llevado a cabo, sino que ¿quieres competir contra aquellos que han llevado a cabo acciones positivas?
(87) Aun si tu enemigo carece de gozo alguno, ¿qué hay ahí de lo que pudieras complacerte? El mero deseo en tu mente no se convertirá en la causa de daño (alguno) hacia él.
(88) Incluso si su sufrimiento surgiera por tu deseo, aun así ¿qué hay ahí para que te complazcas? Si dices que te sentirías satisfecho, ¿hay algo más vil que eso?
(89) Este anzuelo, lanzado por un pescador, las emociones perturbadoras, es tremendamente afilado. Al obtenerte (a ti) a partir de ellas, oh mente, los guardias del reino sin gozo seguramente me cocinarán en los calderos del infierno.
(90) Alabanzas y fama, (estas) muestras de respeto, no traerán fuerza positiva, no traerán una larga vida, no traerán fuerza corporal, ni libertad de la enfermedad; tampoco traerán placer físico.
(91) Si me diera cuenta de cuáles son mis propios intereses ¿qué de mis propios intereses encontraría en ellos? Si solo deseara la felicidad mental, tendría que dedicarme a las apuestas y similares, y a la bebida también.
(92) En aras de la fama, (las personas) regalarían sus riquezas o conseguirían que las mataran; pero ¿de qué sirven las palabras (de fama)? Una vez que han muerto, ¿a quién complacerán?
(93) Ante el derrumbe de su castillo de arena, un niño llora desesperado: de manera similar, ante la pérdida de las alabanzas y la fama, mi mente muestra el rostro de un niño.
(94) Dado que una palabra espontánea es algo que carece de mente, es imposible que tenga la intención de alabarme. Pero, al proclamar: “El otro (que me ofrece alabanzas) está encantado conmigo”, si considero eso (también) una causa para deleitarme;
(95) Bueno, ya sea que se dirija a alguien más o a mí, ¿de qué me sirve la alegría de otra persona? Ese placer de la alegría es solo suyo; no obtendré (ni siquiera) una porción del mismo.
(96) Si me deleito de su placer (conmigo), de hecho, tendría que hacerlo así en todos los casos. ¿Cómo es, entonces, que no me complazco cuando tiene el placer de la alegría con alguien más?
(97) Entonces, la alegría surge en mí (simplemente debido a): “¡Yo estoy siendo alabado!”. Pero ahí, de hecho, dado que (pensar) de esa manera no tiene sentido alguno, se reduce a nada más que el comportamiento de un niño.
(98) Ser alabado y asuntos similares me causan distracción; causan que mi repulsión (al samsara) se desintegre también. Me vuelvo celoso de quienes tienen buenas cualidades y eso me hace destruir el éxito.
(99) Por lo tanto, aquellos que me rondan para derribar los elogios y similares ¿no están, en realidad, involucrados en protegerme de caer en peores estados de renacimiento?
(100) Para mí, que mi interés primordial es obtener libertad, la esclavitud a las ganancias materiales y a las muestras de respeto son cosas que no debo tener. Entonces, ¿cómo puedo enfurecerme con aquellos que causan que me libere de haber sido esclavizado?
(101) Yo, que entraría en (una casa) de sufrimiento, ¿cómo puedo enfurecerme con aquellos que han venido, como si provinieran de la inspiración del Buda, en la naturaleza del panel de una puerta para no dejarme pasar?
(102) “¡Pero está obstaculizando mis prácticas positivas!”. Aun así, es inapropiado enfurecerme con él. No hay ninguna prueba que iguale a la paciencia, así que ¿no tendría yo simplemente que permanecer cerca de eso?
(103) Si, de hecho, es a través de mis propias fallas que no actúo aquí con paciencia, entonces, aunque la causa para la práctica positiva se encuentra cerca, en realidad soy yo quien está causando el impedimento.
(104) Si hubiera algo que no sucedería si algo estuviera ausente, pero si algo estuviera presente, también estaría presente; esa misma cosa sería la causa de eso, así que, ¿cómo puede decirse que es un impedimento para ello?
(105) No hay impedimento para dar causado por un (monje) mendicante que ha salido (por limosnas) en el momento adecuado; y no puede decirse que la llegada de alguien que confiere votos sea un impedimento para convertirse en monástico.
(106) Los pordioseros abundan en esta vida, pero son escasos aquellos que (me) causan daño, porque nadie me causará daño si yo no los he dañado así (en vidas pasadas).
(107) Por lo tanto, estaré encantado con un enemigo que aparezca en mi casa como un tesoro, sin haber tenido que adquirirlo con fatiga, ya que se convierte en mi ayudante en el comportamiento del bodisatva.
(108) Es debido a que se actualizó a través (del encuentro) entre esta persona y yo, que un fruto de la paciencia (se produce); (así), permítanme que se lo conceda primero, ya que él fue, de esta forma, la causa (anterior) de mi paciencia.
(109) Supongamos que dijera: “Pero él no tenía la intención de que (yo) actualizara la paciencia, así que este enemigo no es alguien a quien honrar”. Bueno, ¿cómo es que el sagrado Dharma es honrado como adecuado de ser una causa para actualizarla?
(110) Supongamos que dijera: “Pero la intención de este enemigo fue causarme daño, así que no puede ser honrado”. Bueno, ¿cómo podría actualizar la paciencia si, como un doctor, su intención hubiera sido beneficiarme?
(111) Por lo tanto, ya que la paciencia surge en dependencia de sus maliciosas intenciones, este mismo es apto de ser honrado como el sagrado Dharma, porque él es una causa de mi paciencia.
(112) Así, el Sabio ha hablado del campo de los seres limitados, así como del campo del Victorioso, (pues) al haberlos hechos felices, de esa manera muchos han ido hasta la lejana orilla de la excelencia.
(113) Cuando la obtención (de los logros) del Dharma del Buda se debe igualmente (tanto) a los seres limitados como al Victorioso, ¿qué tipo de orden es que el respeto mostrado a los seres limitados no es como el mostrado al Victorioso?
(114) La preeminencia de una intención no se da por sí misma, sino debido a sus resultados, y por eso, la preeminencia de aquello que han obtenido los seres limitados, es, de hecho, la misma; y, debido a ello, son iguales.
(115) Todo lo que es honrado al tener una intención amable (hacia ellos) esa es, de hecho, la grandeza (que proviene) de los seres limitados; y toda fuerza positiva que hay en la creencia confiada en los budas, esa es, de hecho, la grandeza de los budas.
(116) Es la contribución que hacen al actualizar (los logros) del Dharma del Buda, y por ello, se confirman como sus iguales; pero, por supuesto, nadie puede ser igual a los budas en cuanto a océanos interminables de excelentes cualidades.
(117) Si incluso pudiera verse en algún lado una partícula de las excelentes cualidades de la síntesis única de las mejores cualidades excelentes, una ofrenda de los tres planos de existencia sería inadecuada para honrarla.
(118) Ya que existe en los seres limitados una contribución que da surgimiento a los (logros) más importantes del Dharma del Buda, es adecuado que se honre a los seres limitados de acuerdo con dicha contribución.
(119) Además, aparte de hacer felices a los seres limitados, ¿qué otra retribución habría para aquellos que se hacen sus amigos sin pretensiones y los ayudan más allá de cualquier medida?
(120) Dado que los retribuiría para beneficiar a aquellos por cuyo bienestar sacrifican sus cuerpos y se sumergen en reinos sin gozo de implacable dolor, entonces, aun si estos (seres limitados) causaran gran daño, habría que hacer (por ellos) todo lo benéfico.
(121) Así que, ¿cómo puedo yo, perplejo, actuar con orgullo y no con la naturaleza de un sirviente hacia aquellos maestros, por el bien de quienes mis maestros mismos han ignorado incluso su propio cuerpo?
(122) Los Sabios se deleitan con su felicidad y se afligen con sus quebrantos; así, al (yo) brindarles gozo, todos los Sabios se regocijarán, y al causarles daño, los Sabios habrán sido heridos.
(123) Así como no podría haber placer mental por objetos deseables para alguien cuyo cuerpo está completamente en llamas, de la misma manera, no hay forma de deleitar a Los Enormemente Compasivos cuando los seres limitados han sido, de hecho, lastimados.
(124) Por lo tanto, cualquier disgusto que yo haya provocado a todos Los Enormemente Compasivos, por haber causado daño a los seres limitados, hoy admito abiertamente esa acción negativa y solicito a los Sabios que, por favor, toleren tal disgusto.
(125) De hoy en adelante, con el fin de complacer a los Así Idos (Budas), actuaré, con restricción precisa, como sirviente del mundo. Que multitudes me pateen en la cabeza o incluso me golpeen hasta la muerte, no me atreveré (a replicar). ¡Que los Guardianes del Mundo se deleiten!
(126) No cabe duda que Aquellos con Naturaleza Propia Compasiva han considerado a todos los seres errantes como (iguales) a ellos mismos. La naturaleza misma que ellos han visto como naturaleza esencial de los seres limitados, es aquella naturaleza propia de los Guardianes, así que ¿por qué no les muestro (a ellos el mismo) respeto?
(127) Solo esto es lo que complace a los Así Idos (Budas); solo esto es lo que también logra de manera perfecta mis propios anhelos; solo esto es lo que también disipa el sufrimiento del mundo; por lo tanto, que sea solo esto lo que siempre haré.
(128) Por ejemplo, aun cuando algún miembro de la corte real esté dañando al pueblo, la gente sagaz no le devuelve el daño, aunque pueda hacerlo.
(129) Porque esa persona, (al comportarse) de esa manera, no está sola: por el contrario, el poderío y fuerza del rey son su potencia militar. De la misma forma, no habrá que subestimar a una humilde persona que causa daño,
(130) Pues sus fuerzas armadas son los guardias de los reinos sin gozo y todos Los Compasivos. Así, como un plebeyo hacia un rey violento, complaceré a todos los seres limitados.
(131) Si tal rey se enfureciera (conmigo), ¿podría causarme el dolor de un reino sin gozo, que es lo que experimentaría al disgustar a los seres limitados?
(132) Si tal rey estuviera complacido (conmigo), le sería imposible concederme la budeidad, que es lo que yo lograría al complacer a los seres limitados.
(133) (Dejando de lado) ver que el futuro logro de la budeidad surge de complacer a los seres limitados, ¿no ven que, por lo menos en esta vida, lo que proviene de ello es gran prosperidad, fama y felicidad?
(134) (Asimismo), con belleza y demás, libertad de la enfermedad y con fama, alguien con paciencia, mientras aún está en el samsara, obtiene una vida extremadamente larga y los abundantes placeres de un rey chakra.