¿Qué es la muerte?
Cuando hablamos de impermanencia, automáticamente siempre surge el tema de la muerte. ¿Por qué la muerte? ¿Cuál es la definición de muerte? ¿Algún voluntario?
Un final de la vida.
Bien.
Cuando esta experiencia encarnada termina.
Bien.
Cuando la conciencia abandona el cuerpo.
Muy bien. Estupendo. ¡Seguro que todos obtuvieron A+! Por supuesto, cuando la conciencia abandona el cuerpo, podemos decir que la persona está muerta. Aquí hay un poco de dificultad, porque tenemos que creer en la conciencia y que esta conciencia puede salir. ¿Qué dijiste?
Un final de la vida.
Está bien, pero eso es un poco como el “alma” se disuelve, la disolución de los elementos burdos. Para mí, la muerte es cuando ya no existe la capacidad de disfrutar o experimentar las apariencias de esta vida. Tu familia, ya no es tu familia. Algo que te perteneció, ahora ya no es tuyo. Decimos: “Este es mi derecho”. Ahora, ya no tenemos más derechos. Esto es algo que todas las personas pueden aceptar. No más derechos.
Quizás hayan leído o escuchado enseñanzas sobre los Tres principales aspectos del camino de Lama Tsongkapa. Permítanme parafrasear. Lama Tsongkapa dice: “Las libertades y oportunidades de esta vida son raras y no hay tiempo que perder. Reflexiona sobre esto una y otra vez para disipar el apego a esta vida, para disipar el apego a vidas futuras. Contempla repetidamente los efectos infalibles del karma y los sufrimientos del samsara”.
En resumen, necesitamos superar el apego a esta vida y el apego a las próximas vidas. No sé, tal vez ustedes sean los expertos en inglés, pero cuando hablamos de apego en general, ¿es siempre negativo o puede ser positivo? ¿Suele ser negativo? Es muy discutible. En tibetano, cuando decimos döpa, deseo, eso no es negativo en sí mismo. Necesitamos chag, el tibetano para “aferrarse”, lo que nos da un apego aferrado. Entonces se vuelve negativo. ¿Están de acuerdo, algo así?
¡Es por eso que todas las cosas que tengamos en esta vida, deberíamos disfrutarlas! Podemos tenerlas, ¡a menos que estemos aferrados a ellas! Su Santidad el Dalái Lama ama los relojes. A algunos de mis amigos más cercanos, Rinpoches, les encantan muchos dispositivos. ¡Y luego estos grandes maestros hablan sobre las desventajas del apego y todo, mientras necesitan tantas cosas! Entonces, a veces es confuso. Deberíamos tratar de ver si tienen este apego aferrado o no. ¿Tienen tristeza o expectativas de las cosas? Y una vez que tienen algo, ¿se vuelven completamente locos? Una vez que lo pierden o ya no lo tienen, ¿se ponen tristes? Esos son los comportamientos que podemos observar para saber si alguien tiene apego aferrado o no. Si no, estamos a salvo.
Superar el pensamiento “no moriré”
(7) Amigos del pasado, similares a nosotros en edad y fuerza, han sido tomados, repentinamente, por el Señor de la Muerte. Entonces, ¿con qué confianza podemos afirmar que no temeremos cuando llegue el momento de la muerte?
Una de las consecuencias más negativas de creer que no moriremos es el exceso de confianza. A través de esto, hacemos muchas cosas negativas. A veces, cuando los grandes maestros escuchan o se enteran de que sus amigos cercanos o maestros han fallecido, se preocupan. Se convierte en una señal para que refuercen su práctica. En cuanto a nosotros, hacemos plegarias de apoyo cuando las personas fallecen. Coloco una pequeña ofrenda en el altar y realizo plegarias. No tiene mucho efecto para mí y quizás tampoco para ustedes.
Es posible que tengan la misma experiencia. Encendemos la televisión y vemos un ataque terrorista en el que han muerto personas inocentes y pensamos: “Oh, qué triste”. Es triste “allá fuera”, pero nada triste “aquí dentro”. No pensamos: “Quizás me pase algo terrible a mí también, quizás no por esa explosión, pero tal vez cuando esté de viaje”. Este pensamiento nunca viene a nosotros, porque tenemos demasiada confianza.
Es por eso que Konchog Tenpe Dronme dio este muy buen ejemplo: esta comparación con personas similares en edad y, tal vez más fuertes en salud que nosotros, que han muerto. Tal vez estemos mentalmente muy en paz, y luego, de repente, alguien fallece. Estamos impactados al escuchar esa noticia. ¿Qué sucedió? Estaba más sano que yo. Todo eso nos viene a la cabeza, ¿verdad? La gente dice que la vacuidad es muy profunda, pero los grandes maestros Kadampa dicen que la impermanencia es muy profunda. Para la gente común como nosotros, una vez que nos enteramos de personas fuertes y saludables más jóvenes que nosotros o de la misma edad que fallecen repentinamente, automáticamente reaccionamos: “Esto no puede ser correcto, es increíble”.
Automáticamente tenemos esta respuesta interior. Por eso la impermanencia puede llamarse profunda. ¿Están de acuerdo? Hay una gran diferencia en cuanto a por qué la vacuidad y la impermanencia son profundas. Mañana podemos discutir por qué la vacuidad es profunda. Es muy importante que, cuando nos enteramos de noticias terribles que suceden en todo el mundo, no las veamos como algo lejano. La forma de practicar de los grandes maestros Kadampa es inspiradora. Cuando escuchan este tipo de noticias, su respuesta no es común. Miran su propio cuerpo hecho de carne y huesos y dicen: “Por supuesto que esto sucederá, porque estamos hechos de esta cosa burda sin sentido. Me siento incómodo y enfermo, bueno, por supuesto. Esta casa de huéspedes, este cuerpo que tengo, es la fuente de todo el sufrimiento. Con toda seguridad, sufriré”. ¡Esta forma de aceptar la realidad es fuerte! Los seres comunes como yo, solo podemos imitar esta respuesta, pero cuando llegue realmente el momento, ¡olvídenlo!
Uno de mis amigos en Canadá tenía noventa años. Era un antiguo monje y había recibido tantas enseñanzas de grandes maestros como Su Santidad el Dalái Lama, Kyabje Ling Rinpoche, Trijang Rinpoche y todos esos grandes maestros. Y estaba muy orgulloso de ser tibetano. Hizo todos sus compromisos sin mucho conocimiento. Cuando hablábamos de budismo, quería sacarle algo. Parecía un verdadero practicante y estaba muy orgulloso. Le hice muchas preguntas. Llegó al punto en el que dijo: “No tengo respuestas detalladas, pero estoy muy seguro de que cuando muera, moriré con orgullo con las bendiciones de Su Santidad el Dalái Lama y otros. Soy una persona muy afortunada. Incluso si muero esta noche, moriré con una sonrisa”. Pensé: “Está bien, bueno, esa es una forma de morir”. No más preocupaciones, no más apegos, irse tranquilamente.
Dos años después recibí noticias de algunos de sus familiares. Dijeron que estaba en el hospital en una situación crítica y no podía hablar. Sin importar quién se le acercaba, empezaba a llorar. No sé si esto fue por felicidad, tal vez no. A veces nos confiamos demasiado.
Por eso, en la vida cotidiana, cada vez que escuchemos noticias o nos encontremos con algo en nuestra familia de alguien que está muriendo, tengamos este ejemplo en nuestra mente. Es una bendición para nuestra práctica. Necesitamos este tipo de ejemplos. Es por eso que Konchog Tenpe Dronme está dando este ejemplo aquí.
Usar la muerte para dar un sentido de urgencia a la práctica del Dharma
(8) Incluso las ovejas, entre las criaturas más tontas, se alarman al ver a sus compañeras masacradas. Entonces, al no aplicar su ejemplo a nosotros mismos, ¿acaso no somos más insensibles que tales bestias?
¿Por qué ovejas? ¿Tienen alguna idea? ¿Por qué se considera aquí a las ovejas como una de las criaturas más tontas?
¿Porque siguen ciegamente?
De acuerdo, siguen ciegamente.
Porque incluso si van a matar otras ovejas, la oveja todavía está... Lo sabe, pero...
¿No tiene miedo? No, no es eso. Este es un ejemplo de que incluso las ovejas tienen miedo. A veces no estoy seguro de si muchos de los ejemplos tienen sentido para los no tibetanos. Veo a las ovejas como muy tontas por la forma en que luchan. Cuando pelean, se dan cabezazos entre sí, y luego se separan y vuelven a golpear. Esta es su forma de luchar. Para nosotros, eso se ve muy tonto. No sé si eso tiene sentido para ustedes o no, pero así es como se usan las ovejas como ejemplo.
Seguro que los animales saben cuándo se está masacrando a otros. Experimenté eso una vez en Manali, cuando estaba visitando a mi familia. Quería comer pollo, pero mis padres y mi hermano estaban ocupados con algo, así que les dije: “Quiero comer pollo, así que iré a comprar”. Fui a la carnicería y era la primera vez que estaba en un lugar tan horrible. Quizás había cuatro o cinco ovejas sin cabeza, chorreando sangre. Junto a ellas había una jaula llena de pollos. Estaban congelados en el lugar, pensé que ya los habían matado. Cuando me acerqué, vi que sus ojos parpadeaban. Ahora no podía irme con las manos vacías. Estoy lleno de compasión, ¡pero quería comer! Lo que le dije al carnicero fue: “¿Tiene carne que no sea fresca?”. “Tenemos, sí”. Fue a la nevera y sacó un pollo. ¡Cogí el pollo y luego me escapé! Estaba mirando esta carne pensando: “Ahora ya está muerto, así que está bien, puedo comer esto”. Pero todavía el parpadeo de esos pobres pollos estaba en mi cerebro, fue un gran impacto para mí.
Mi madre cocinó el pollo y preguntó: “¿Dónde encontraste este pollo?”. Mientras lo cocinaba, notó que era una hembra, tenía un huevo adentro. Fue realmente una experiencia fuerte, ¡pero aún como pollo! Sigo viendo los ojos parpadeantes del pollo. Siempre que hablo de pollo, esto es lo que surge dentro de mí. Lo mismo aplica aquí. Cuando las ovejas son masacradas una por una, no tienen sabiduría para pedir ayuda porque están muy asustadas, son animales, no son tan inteligentes como nosotros. Vamos al funeral de amigos y familiares y decimos: “Descansa en paz”. En Occidente usamos traje, en la India el atuendo para mostrar respeto es blanco. Una vez que sales del funeral, la familia del fallecido tiene el peso de la tristeza, pero nosotros no tanto.
El autor quiere que comparemos: ¿quién es más sensato? Los animales tontos son más sensatos o nosotros somos más sensatos. Si un terrorista nos toma como rehenes, ¡seguro tendríamos una sensación de urgencia! A menos que sintamos que se acabó nuestro tiempo, siempre tenemos cosas más importantes que hacer.
Una vez, en la aldea infantil tibetana, Su Santidad estaba dando una introducción al budismo a los jóvenes tibetanos. Un estudiante le hizo una pregunta: “Su Santidad, me siento muy feliz. No tengo muchos problemas en mi vida, así que ¿necesito practicar?”. Estaba pensando que Su Santidad diría: “¡Sí, por supuesto!”. En cambio, dijo: “No, no necesitas. Ya sea que desees estudiar o practicar, hazlo con seriedad”. Ese fue el consejo de Su Santidad; fue profundo para mí. Un practicante es alguien que se toma las cosas muy en serio. Los principiantes pueden tomárselo con calma, pero las personas que ya han estudiado mucho el budismo, deben tomarlo de una manera más seria. Lo tomé como un consejo directo de Su Santidad mientras lo veía en vivo en Canadá en ese momento. A través del miedo a la muerte, obtenemos muchas cualidades. Sin este miedo, no practicaremos más. Esa es la ventaja de temer a la muerte.
La naturaleza del cuerpo es morir
(9) Que la naturaleza de este cuerpo sea morir en un momento incierto puede entenderse sin referencia o citación. Pero, si con los sentidos desnudos aún no lo ves, ¡seguramente “idiota” debe ser tu designación!
Cuando hablamos de vacuidad, necesitamos mucha lógica y razonamiento. Con la bodichita, también necesitamos mucha lógica y razonamiento. Para desarrollar shámata, también necesitamos mucha investigación y trabajo duro. Pero aquí, el autor está mostrando cómo esta es una práctica que no necesita razonamiento por el poder de los hechos o razonamiento escritural. No necesitamos esto como apoyo para entender que todos moriremos y que el momento de la muerte es muy incierto. Si tu actitud sigue siendo de “no sé nada de esto y no me importa”, aquí dice que debes ser un idiota. En tibetano, se dice que eres una persona que se queda ciega después de nacer. Hay personas que nacen ciegas, por lo que parece que sus ojos pueden ver, pero no es así. Parece que están mirando objetos, pero no ven nada. Esta debería ser la traducción correcta.
La naturaleza de reunirse es la separación
(10) Esta reunión de seres queridos, sirvientes y dependientes, es como un montículo formado por hojas caídas de un árbol: una ráfaga de viento las esparcirá por la colina y el valle, y una vez dispersadas, nunca volverán a coincidir.
Cada vez que Su Santidad imparte enseñanzas a una gran audiencia, siempre dirá que una vez reunidos, en ese momento, la separación ya está implícita. Todos están aquí y yo también. Algunos tenían un plan para venir, otros vinieron como hojas que se juntan con el viento, ¿verdad? Entonces, viene otro viento, y tú sigues tu propio camino y yo sigo mi propio camino. Nuestros familiares y antepasados han dejado este mundo y han dejado a la familia. Se reunieron y luego se dispersaron. Podríamos decir: “Con suerte, podríamos volver a encontrarnos”, pero no hay garantía. Esto puede ayudar a las personas a conservar una relación amigable con sus familias.
Una vez que acepten esto, cuando tengan la oportunidad de estar junto a su familia, eso les traerá más paz, pero tienen el miedo de que algún día perderán a su familia. No saben adónde irán y no saben a dónde irán sus hermanas, hermanos y padres, y no solo en relación con la muerte. En Occidente, es muy común, ¿verdad? Por lo general, una familia no se queda reunida. Sobre todo, cuando uno de los hijos consigue un trabajo, consigue su propio apartamento. En el Tíbet, las familias permanecen juntas. En la India, están todos juntos. Es realmente doloroso separarse. Pero en Occidente, no creo que sea algo tan doloroso, ¿verdad? Es especialmente triste para los tibetanos separarse de sus familias.
La transitoriedad de la vida cotidiana
El siguiente verso contiene un consejo muy fuerte. Creo que lo necesitamos, especialmente en Occidente.
(11) Las personas de diferentes lugares apiñadas en un mercado son como abejas reunidas al final del otoño, que se dispersan tan pronto como se han reunido: una enseñanza sobre la transitoriedad para los entendidos.
Hice esta práctica en Times Square, Nueva York. Fui a Times Square en 2005. Había tanta gente, mucho ajetreo. Este tipo de energía también te hace sentir fuerte y enérgico, incluso si es de noche. Me detuve en una esquina y traté de recordar esta cita. No me quedé mucho tiempo. Fui a la plaza principal, mientras algunos punyabís venían a disfrutar de la música y hacer locuras. Después de las 2 a.m., la hermosa sensación había desaparecido y lo único que quedaba era basura, vasos y botellas. Toda la hermosa energía se había ido.
Es lo mismo en una discoteca, ¿verdad? Fui allí una vez. ¡Este es un oscuro secreto mío! Uno de mis amigos me invitó. Él dijo: “Serkong, tienes que venir a una fiesta”. Accedí, pensando que era una fiesta en casa. Teníamos a nuestros compañeros de clase con nosotros, en algún lugar de Calgary. Había un gran edificio con dos grandes hombres fuertes al frente. No esperaba eso. Estaba con mis amigos y dos chicas coreanas, mis compañeras de clase. Las chicas entran gratis y pueden acceder directamente. Los chicos tienen que quedarse afuera donde hace un frío glacial, menos 20 grados. ¡Mi amigo y yo estábamos tiritando! Esperamos más de 30 minutos. Finalmente, nos dejaron entrar. Pensé: “¡Sí, lo logramos!”. Se sentía muy bien estar dentro porque hacía mucho frío afuera.
Luego había otro hombre grande frente a una puerta enorme. Abrió la puerta y lo que vi fue la cosa más loca que jamás había visto. No podía oír hablar a mis amigos. Incluso si hablaba cerca de sus oídos, no podían escuchar, la música estaba muy fuerte. Y la gente de allí no parecía conocerse muy bien entre sí, pero se volvieron muy amigables. ¡Eso es increíble! La gente me decía que tenía que beber cerveza. Les respondí: “No, no bebo cerveza. Lo siento”. Le envié un mensaje de texto a mi anfitrión para que viniera a recogerme. ¡Puedo decir que he estado en el infierno ahora! Rápidamente me escapé de la fiesta.
En ese momento, no pude practicar este verso. Quizás cuando regresen a casa, vayan a una discoteca. Seguramente irán, pero por favor traten de pensar de esta manera. Quizás después de su resaca, mediten en esto. Esta es una enseñanza muy poderosa.
Ejemplos de impermanencia
(12) Tomen el mundo exterior de los elementos como ejemplo - no se dejen engañar por las etiquetas de “verano” e “invierno” - tampoco dura, y con cada diez días que pasan, las montañas y los valles de los ríos cambian sus colores.
Para nosotros, esta no es realmente una enseñanza. La mayoría de nosotros pensamos: “Sí, disfrutémoslo”. El verano está aquí. El otoño es el momento en que caen las hojas. En Canadá, es realmente hermoso, pero incluso los elementos y las estaciones muestran impermanencia. Esta también es una gran enseñanza.
(13) El agua de manantial azul ondea como un bailarín y produce una música agradable con su fluir, pero cuando es atrapada por la gelidez invernal, solo puede susurrar, como si sollozara de dolor.
Esta es otra forma hermosa de mostrar la impermanencia. No necesito explicar nada aquí.
(14) ¡Qué agradable es el prado con sus flores mientras baila al son de las abejas, pero todo se convierte en lamento y desolación cuando el otoño trae feroces heladas y granizo!
Con este tampoco tengo nada más que decir.
(15) El cordón de la vida es tan frágil como una cuerda de paja, en el que dos ratones - día y noche - roen; y con cada momento que pasa, nuestro encuentro con la muerte, el enemigo, se acerca.
Una vez más, nada especial que decir sobre esto. Es un poema, ¿verdad? Es muy útil. Si intentan cantarlo, obtendrán una hermosa energía. Así es como funciona, me parece.
Jóvenes y viejos, ricos y pobres: todos pueden enfrentar la muerte en cualquier momento
(16) Cuando un niño, joven y brillante, puede enfermarse hasta la muerte, ser llorado por padres cuyo cabello es blanco como una caracola y cuyas espaldas están encorvadas, dobladas como un arco, ¿quién entonces se atreve a decir que son los viejos los que se van primero?
No podemos garantizar nada. Cuando compramos algo, queremos una garantía, pero no podemos obtener una garantía para nuestra vida. ¡Por eso necesitamos un seguro de vida! Quizás me pase algo y pueda conseguir algo de dinero para dárselo a mi familia. Esta es la forma de pensar de la gente, pero eso no nos ayudará a prolongar la vida. Esto es algo que todo el mundo sabe.
La mayoría de la gente da por sentado que, cuando una persona es bastante mayor, morirá pronto, y las personas que son bebés o adolescentes, y las que tienen entre 30 y 40 años, sienten mucha energía. Pensamos: “Ahora tengo tantas cosas que hacer, todavía no estoy listo para morir”. La mayoría de la gente piensa así, ¿verdad? Eso es exceso de confianza. Esa es la razón por la que necesitamos tener este tipo de conciencia. Su Santidad da un consejo que dice: “Esperen lo mejor y prepárense para lo peor”. Siempre le dice a la gente esto.
(17) Golpeado por la adversidad, como cuando una cosecha es quemada por el granizo, el hombre rico puede lamentar su pérdida y su penosa situación, pero sus gritos de ayuda probablemente no serán respondidos ni siquiera por los pobres sirvientes que cuidó en el pasado.
Las personas con exceso de confianza que tienen riqueza, amigos, buena reputación -una vez que su reputación declina y caen en bancarrota, o surge una situación inesperada y cambia la forma en que los ve la gente - para las personas que tienen mucho ego, este es un gran problema. Cuando suceden estas cosas, no pueden soportarlo. Se sentían muy seguros de su nombre, fama y riqueza, pero cuando ya no son ricos y respetados, los demás actúan como si ya no supieran quiénes son.
Estaremos preparados para este tipo de situación si entendemos que un buen nombre y una riqueza son impermanentes y temporales. Para ayudarnos a estar preparados, podemos recitar la palabra repetidamente: “temporal, temporal”. Entonces, en el futuro, podremos enfrentar la realidad. No aferrarnos a la permanencia es algo que siempre debemos recordar. Me parece que esta es una enseñanza poderosa.
(18) El aliado de hoy puede transformarse en el enemigo de mañana, ya que las palabras descuidadas a menudo son malinterpretadas; sin embargo, esto puede proporcionar una enseñanza que pondrá fin a las falsas nociones de enemigo distante y amigo íntimo.
Yo tengo esta experiencia, y tal vez la mayoría de ustedes también tengan este tipo de experiencia, seguramente. No necesitan asentir con la cabeza; aun así, sé que la han tenido. Tenemos a los que llamamos amigos y, con o sin intención, podríamos hacer una broma tonta que puede terminar perjudicando nuestra amistad.
Nuestras amistades están hechas de hielo muy fino. No hay garantía, incluso si nos sentimos muy convencidos de quiénes son nuestros amigos y enemigos. Por lo general, suelo hacer bromas muy sensatas, a veces no sé por qué mis amigos se las toman tan en serio, quizás porque son molestas para ellos; puedo decirlo por la forma en que me miran. Puede convertirse en una condición para perder amistades, estoy tratando de tener mucho cuidado. Los maestros Kadampa aconsejan: “Cuando estés al aire libre con otras personas, pon atención en tu boca. Cuando estés solo en el interior, pon atención a tu propia forma de pensar”. Este es un mensaje muy poderoso.
Nos encanta el chisme, ¿verdad? Mucho. Le cuentas a tu amigo un secreto profundo y le pides que no le cuente a nadie: “Eres mi amigo íntimo y te diré esto. Confío en ti”. Y luego tu amigo irá con otra persona y repetirá lo que dijiste y le dirá lo mismo. Y en algún momento, te contarán tu propio secreto. ¡Y aquí vamos de nuevo!
Es mejor ser conscientes de lo que vamos a decir, si queremos mantener pura nuestra amistad. Por supuesto, ni siquiera eso es una garantía, ya que podemos perder amigos con o sin motivación o intención. Para las personas que realmente practican la impermanencia, cuando ocurren tales situaciones, pueden aceptar la realidad muy fácilmente, no hay nada de qué sorprenderse. También podríamos luchar y convertirnos en enemigos. Algunos de mis amigos dicen: “Una vez que tienes una gran pelea con alguien, si luego se vuelven amigos, esa amistad es muy fuerte”, pero no hay garantía.
La fama y la fortuna no ayudan en el momento de la muerte
(19) Las riquezas samsáricas se consideran fortuna en abundancia; pero, así como una lámpara encendida es como un palacio para una polilla, su apariencia seductora solo sirve para engañarnos y alejarnos de la verdadera felicidad que perdura.
Hay muchas citas útiles en todas partes, pero esta es especialmente útil; esta la puedo recitar de memoria. Es muy útil para mí. Steve Jobs, antes de morir, se dio cuenta de esto. Dijo que había estado ocupado haciendo tantas cosas durante toda su vida, siempre manteniéndose ocupado; sentía que en algún momento llegaría a disfrutar de su vida. Sin embargo, finalmente se dio cuenta de que la muerte se acercaba antes de que tuviera tiempo de disfrutar de lo que había hecho.
Es lo mismo para la mayoría de nosotros. Estamos muy ocupados ganando dinero y desarrollando un buen nombre, pero no vamos a poder utilizar todo el dinero que ganamos. El buen nombre por el que trabajamos tan duro, no lo usamos de una buena manera. Desperdiciamos tantas oportunidades. Pasamos nuestra vida ganando dinero y obteniendo un buen nombre, y luego morimos.
Lo mismo ocurre con los insectos y las polillas. Saltan jugando frente a una lámpara de mantequilla, amando cómo los engaña; mueren por eso. Morimos con nuestra riqueza. Morimos con nuestro nombre. Los desarrollamos y ya está. Incluso si construimos un nombre como la Madre Teresa o Martin Luther King, Jr., estas grandes personas también mueren. Lo único que dejan en el mundo es un buen ejemplo.
Mao Zedong dijo en una de sus conferencias en una universidad: “Tienen que estudiar mucho y tener mucho éxito. No digo que tengan éxito necesariamente en un sentido positivo, también puede ser en un sentido negativo. Tienen que meterse en los libros de historia para que la gente sepa que existieron. De lo contrario, simplemente naces y luego mueres”. Estoy de acuerdo con la mitad de su conferencia, pero deberíamos tener éxito y dar un buen ejemplo a los demás. De lo contrario, vivimos, comemos y luego morimos. Eso es todo. Un insecto muere y una persona muere, es más o menos lo mismo. No me refiero a que debamos tener éxito con nuestro ejemplo a los ojos de todo el mundo, tal vez solo en Nueva York o solo dentro de nuestra familia o incluso uno o dos amigos que sientan el valor que tenemos. Eso es suficiente. Esto nos diferencia de la polilla.
En el momento de la muerte, no podemos llevar nada con nosotros
(20) En resumen, pronto llegará el Señor de la Muerte - eso es seguro -, incluso si se desconoce el momento. Y cuando él venga, no habrá escapatoria: porque mientras estás atrapado en sus terribles colmillos,
(21) Incluso el cuerpo que conoces desde hace tanto tiempo debe permanecer en su lecho, mientras continúas solo, negado incluso de mirar hacia atrás a tu riqueza, tus amigos o tus sirvientes.
Suena como una historia de terror, ¿verdad? Pero es cierto, ya sea que lo expresemos de una manera hermosa o aterradora. En el momento de la muerte, la riqueza y los amigos no pueden ayudar. Cuando te encarcelan, tal vez puedas llamar a tu jefe para que te rescaten. Pero cuando las personas tienen que enfrentarse a la realidad de la muerte, todos aquellos que parecían tan confiados, se ponen pálidos y no pueden hablar. Es un gran desafío: yo lo llamo la prueba final. En el momento de la muerte, un verdadero practicante debe estar muy tranquilo y aceptarlo como parte de la vida. Eso es lo que dice Su Santidad. La muerte es parte de la vida. Si la negamos, se convierte en un problema.
(22) Toda la ayuda a los aliados, todo el superar a los enemigos, llevado a cabo tan incansablemente a lo largo de esta vida, debe abandonarse ahora para el viaje final. ¿El único equipaje? - tus virtudes, tus defectos.
(23) Luego, en el camino desconocido de la etapa intermedia, te enfrentarás al ejército del temido Señor de la Muerte; y, engañado por las fortunas del samsara, estarás perdido, porque incluso viendo tus errores, en ese momento el arrepentimiento será inútil.
Permítanme compartir una historia. Esto sucedió con el padre de uno de mis amigos en Nepal. Le encanta apostar. Los tibetanos no suelen dormir en la habitación donde hay un altar, sino que tienen una habitación especial para todos sus objetos sagrados, pero este anciano no tenía devoción y dijo: “Esta sala del altar es muy hermosa, así que viviré aquí”.
Oh, esto no es bueno, pero él se quedó en la sala del altar de todos modos e hizo muchas cosas allí que no debería, y su familia no pudo decir nada debido a su actitud mandona. Un día, su respiración se volvió dificultosa y se desmayó. No había certeza de si estaba muerto o no. Su familia se reunió, junto con los familiares que estaban de visita, y comenzaron a llorar.
Después de unos momentos, se despertó, se sobresaltaron y no sabían qué hacer. Le preguntaron: “¿Qué pasó?” Él respondió: “Creo que estuve muerto por un minuto”. Simplemente no podían creerlo. Lentamente compartió su experiencia: “Vaya, la experiencia de mi muerte fue extraordinaria. Seguí tosiendo con algo atorado en mi garganta. No quería rendirme, pero de repente quería rendirme muy fácilmente. Y luego me desmayé. No había nada. Entonces sentí que estaba corriendo y buscando ayuda, pero estaba muy oscuro y de repente me di cuenta de que mi cuerpo físico no estaba conmigo, pero todavía sentía la necesidad de buscar ayuda. Podía escuchar algunos gritos y alguien persiguiéndome. No me atreví a mirar atrás. Sentí que lo único que debía hacer era correr. Sentí como si en algún lugar debía haber una pequeña madriguera. Si puedo encontrar un pequeño agujero, puedo esconderme allí. Me sentí tan cansado y solo dije: '¡Oh, Dalái Lama!' Entonces apareció una luz, cada vez más brillante, y luego me desperté”.
A partir de ese momento, el pobre siguió durmiendo en la sala del altar, pero de otra manera. Ya no apostaba allí y, en cambio, pasaba tiempo leyendo, practicando y escuchando las enseñanzas de los grandes maestros en preparación para la muerte. Esa fue una experiencia para compartir.
Hoy paramos aquí. Esto pone fin a las dos categorías de la pereza de estar ocupados con cosas mundanas y la pereza de no querer hacer nada. Es su tarea discernir si estas citas están en la categoría correcta. Para mí, estas dos categorías están concluidas. Mañana hablaremos de la pereza del desánimo o de sentirnos indignos. Mañana podemos terminar este texto.