Repaso del karma y los cuatro tipos de resultados kármicos

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Breve repaso

Definición de karma

Hemos estado discutiendo el karma, o más completamente, los impulsos kármicos, como una compulsividad que está asociada con nuestras formas de actuar, hablar y pensar. El impulso kármico para una acción de la mente es el impulso apremiante que conduce a que pensemos y decidamos hacer o decir algo. El impulso kármico de una acción del cuerpo es el impulso kármico compulsivo que es el movimiento del cuerpo como un método implementado para causar que la acción suceda. El impulso kármico de una acción del habla es el impulso kármico compulsivo que es la emisión de los sonidos de las sílabas y palabras como un método implementado para causar que ocurra la acción. En el caso de los impulsos kármicos de acciones del cuerpo y del habla, ambos tienen formas reveladoras y, cuando están fuertemente motivados, también tienen formas no reveladoras.  

Camino kármico

También revisamos brevemente los caminos de los impulsos kármicos, los cuales son equivalentes a las acciones kármicas, y vimos que el karma no es lo mismo que una acción. Un camino kármico consiste en:  

  • Una base hacia la cual está dirigida nuestra acción, por ejemplo, una persona.
  • Un marco mental motivador, el cual consiste en una distinción de la base de otras posibles bases, una intención de lo que deseamos hacer a esa base o con esa base, y la emoción motivadora constructiva o destructiva. 
  • Una implementación de un método para causar que la acción ocurra.   
  • Un final o resultado de la acción cuando alcanza su meta.

El camino kármico y, por lo tanto, una acción, es un fenómeno de imputación que solo puede existir y ser conocido junto con todos estos componentes. La fuerza de los resultados de la acción y el tipo de acción que terminará siendo depende de cuántos de estos factores estén completos. Por ejemplo, si apuntamos para matar a alguien, fallamos y matamos a alguien más por error, la fuerza del resultado kármico no es tan fuerte como si hubiéramos matado a la víctima que pretendíamos matar. Si solo atinamos a la pierna de la persona y no muere, no hemos logrado nuestro objetivo de matarla. Nuestra acción se ha convertido en lastimar a alguien. Otro ejemplo es si le gritamos cosas desagradables a alguien y no nos escucha, entonces la acción de hablar de forma abusiva no está completa. Se ha convertido en charla ociosa. 

Formas reveladoras y no reveladoras 

En las acciones kármicas de cuerpo y habla, el movimiento del cuerpo y la pronunciación de los sonidos del habla como métodos implementados para causar que las acciones sucedan, son formas reveladoras. Son formas de fenómenos físicos que revelan el estatus ético de la motivación que conducen a las acciones, aunque no la motivación específica. La forma reveladora termina cuando el camino kármico alcanza su conclusión.

Las acciones kármicas del cuerpo y del habla que son fuertemente motivadas también tienen formas no reveladoras. Estas son formas sutiles de fenómenos físicos que solo puede ser conocidas por conciencia mental. Su continuidad inicia con el comienzo de una forma reveladora, pero continúan con el continuo mental después de que el camino ha cesado y solo se pierden cuando, por ejemplo, son abandonadas. Por ejemplo, la restricción de votos, como una forma no reveladora, causa que nos refrenemos en cada momento de cometer una acción de la que hemos prometido refrenarnos. 

Tanto las formas reveladoras como las formas no reveladoras son fenómenos no estáticos – cambian momento a momento conforme desempeñan sus funciones. Los caminos kármicos de las acciones de la mente no tienen ni formas reveladoras ni formas no reveladoras. 

Repercusión kármica  

También hablamos de la repercusión kármica, que incluye los potenciales kármicos, los entramados kármicos, las tendencias kármicas y los hábitos kármicos constantes. El potencial kármico (o fuerza kármica) solo puede ser destructivo o constructivo manchado. Así, hay potencial kármico positivo y potencial kármico negativo. 

En el caso de las acciones kármicas de la mente, el camino kármico como un fenómeno de imputación es un potencial kármico. Pero, dado que el impulso kármico apremiante (el impulso mental) que conduce el camino no es parte del camino, el impulso kármico no es un potencial kármico. Cuando el camino kármico alcanza su conclusión, el potencial kármico atraviesa una fase de transición y se vuelve un potencial kármico que tiene la naturaleza esencial de una tendencia kármica. 

En el caso de las acciones kármicas de cuerpo y habla, nuevamente, el camino kármico como un fenómeno de imputación, es un potencial kármico. Sin embargo, los impulsos kármicos compulsivos, los cuales son formas reveladoras y no reveladoras, son partes del camino kármico y, por lo tanto, también son potenciales kármicos. Cuando el camino kármico alcanza su final, el potencial kármico que es la forma reveladora se vuelve un potencial kármico que tiene la naturaleza esencial de una tendencia kármica. La forma no reveladora continúa como un potencial kármico después de que el camino alcanza su conclusión y atraviesa su fase de transición solamente cuando es abandonada – por ejemplo, cuando uno renuncia a sus votos.

Un entramado de potencial kármico – específicamente, un entramado de potencial positivo – es un fenómeno de imputación sobre la base de todo el potencial kármico positivo en el propio continuo mental. Los potenciales kármicos individuales se entrelazan de tal forma que se refuerzan mutuamente. Mientras más frecuentemente llevamos a cabo una acción constructiva, más potencial kármico construimos y más fuerte se vuelve el entramado kármico. 

El segundo tipo de repercusión kármica son las tendencias kármicas. Son fenómenos no especificados, ni destructivos ni constructivos. Pueden ser de cualquiera de los dos tipos dependiendo de otros factores que acompañarán su maduración. Estas son las llamadas “semillas del karma”. 

Tanto los potenciales kármicos como las tendencias kármicas dan resultados de forma intermitente, lo cual significa que solo algunas veces y no todo el tiempo. Sin embargo, también tenemos hábitos kármicos constantes, los cuales dan sus resultados en cada momento de nuestra existencia hasta que alcanzamos la iluminación. Producen nuestro darse cuenta limitado, nuestra mente limitada. 

Esta es una gran cantidad de información y, a menos que la repasemos y trabajemos con ella durante un largo tiempo, es difícil recordarla toda. Si solo nos quedamos con la idea principal de que es muy complicado y que el karma y su repercusión tiene muchas partes que están cambiando a cada momento, fortaleciéndose y debilitándose, eso es suficiente para empezar. 

Introducción a los resultados kármicos

Ahora necesitamos agregar una lista más acerca del karma, la lista de los diversos tipos de resultados kármicos. Cuando hablamos del karma y de quién es la culpa, lo que experimentamos es tanto los impulsos kármicos como sus resultados. Los impulsos kármicos producen la repercusión kármica, y la repercusión kármica madura en resultados kármicos.  

Por supuesto, el karma no lo explica todo. Hay más cosas involucradas con lo que experimentamos que solo los factores kármicos. Por ejemplo, están las tendencias de nuestras emociones, tanto las perturbadoras como las positivas. Estas tendencias también son fenómenos de imputación que van con nuestro continuo mental y dan resultados intermitentes que contribuyen al increíble entramado de variables involucradas con lo que experimentamos a cada momento. 

También hay causas materiales de algunos componentes de nuestra experiencia como, por ejemplo, el esperma y el óvulo de nuestros padres que dan surgimiento a nuestro cuerpo. Estas son cosas que otras personas hacen como resultado de su repercusión kármica. Uno de los resultados kármicos de nuestra repercusión kármica es ser arrastrados a experimentar el ser tomados como la base en los caminos kármicos de otros. Pero nuestra repercusión kármica no causa que otros que otros nos hagan lo que nos hacen; su repercusión kármica causa que ellos hagan lo que hacen. Por lo tanto, lo que necesitamos superar es esta visión muy estrecha, restringida, del “yo” como el culpable de lo que le sucede al “pobrecito de mí”. Necesitamos deconstruir toda la imagen para obtener una visión más amplia.  

Lo que sea que nos sucede a nosotros es algo que surge en dependencia – recuerden el término “surgimiento dependiente” – de un increíble número de factores que están cambiando todo el tiempo, y cada variable es afectada por diferentes causas y condiciones. Incluso si no conocemos todas estas variables, el solo apreciar la complejidad de la causalidad de lo que experimentamos nos ayuda a aligerar esta idea constrictiva de “yo, pobre de mí, yo tengo la culpa; soy tan culpable”.

Un oponente a nuestra ingenuidad sobre el karma

Si tenemos ingenuidad – una forma de ignorancia con la que somos ingenuos sobre la causa y efecto kármico y pensamos que tenemos la culpa de todo lo que nos pasa, independientemente de cualquier otra cosa – entonces dos de los oponentes que tenemos que aplicar son la detección burda y el discernimiento sutil. Estos son factores mentales empleados en el desarrollo del shámata y el vipáshyana. Shámata es un estado mental tranquilo y estable, con concentración perfecta. No entraremos en todos los detalles. Vipáshyana es un estado mental excepcionalmente perceptivo obtenido sobre un estado de shámata. 

Con shámata, nos deshacemos del sopor mental, la divagación mental y la volatilidad mental. Al menos cierto nivel de esto es necesario para analizar nuestra experiencia en términos de karma y otras variables que afectan. Esta es la razón por la que estaba diciendo que es muy útil empezar con enfocarnos en una idea general de cuán increíblemente complejo es lo que experimentamos; está conformado por muchas partes cambiantes diferentes, todas entrelazadas, todas con sus propias causas. El solo tener shámata enfocado en eso es muy benéfico. El vipáshyana agrega sobre eso una percepción excepcional de todos los detalles, simultáneamente, dentro del contexto de la idea general. Con la detección burda nos volvemos conscientes de los principales factores involucrados, y con el discernimiento sutil añadimos detalles específicos. 

Permítanme dar un ejemplo de la diferencia entre estos dos factores mentales. Anoche fui al ballet y, además del hecho de que estuvo fantástico, realmente me dio un muy buen ejemplo de la diferencia entre detección burda y discernimiento sutil. Si estamos viendo el escenario con muchos bailarines en él, algo similar al shámata sería enfocarnos con concentración y una visión amplia de todo el escenario con todos los bailarines. Sin embargo, mientras nos concentramos en todo el escenario de todos los bailarines, es muy difícil discernir a un bailarín específico o la expresión de su rostro y todos los detalles. Si nos enfocamos en uno de los bailarines, perdemos la imagen completa. Con shámata, nos enfocamos en todo el escenario. Mientras nos enfocamos con concentración en todo el escenario, entonces, con algo similar al vipáshyana seríamos conscientes de cada uno de los bailarines simultáneamente con detección burda y, con discernimiento sutil, seríamos conscientes simultáneamente de todos los detalles de cada uno de los bailarines. No es exactamente fácil de hacer.  

Dado que la Copa del Mundo ahora se está llevando a cabo en Rusia, cuando la estemos viendo en la televisión, notemos la diferencia entre ver el campo completo y a todos los jugadores corriendo alrededor, y cómo es muy difícil enfocarse en lo que está haciendo cada jugador. Vemos la imagen general y eso sería el shámata. Lo que realmente queremos alcanzar, lo cual es mucho más avanzado, es vipáshyana encima de eso, para ser capaces de ver y conocer muy claramente a cada jugador y qué está haciendo cada uno en cada momento. 

Por lo tanto, empezar con la idea general del karma es lo suficientemente bueno. Después, añadiremos todos los detalles. Es exactamente lo mismo cuando hacemos una visualización tántrica muy complicada. Obtenemos la imagen general y luego añadimos los detalles. Es el mismo proceso. 

Descripción general de la complejidad de los tipos de causas y efectos 

Hay un análisis muy complicado de diferentes tipos de causas y diferentes tipos de efectos. Es muy sofisticado. Cada factor causal puede funcionar como muchos tipos diferentes de resultados simultáneamente. Cualquier resultado que surge es el resultado de muchas causas diferentes juntas. Nunca tenemos una correlación uno a uno, que una causa solo obtenga un solo resultado. Las relaciones de causa y efecto tampoco suceden solo una vez. Las causas pueden dar resultados muchas veces. 

Además, los resultados no se quedan dentro de la repercusión kármica como su causa, ya fijos e inmutables, y solo esperando que las circunstancias surjan para que puedan surgir. Las repercusiones kármicas son fenómenos no estáticos y son afectadas por todo lo que hacemos. Al ser afectadas por lo que hacemos después de sus causas, los resultados que pueden surgir de ellas también cambian. Ningún resultado kármico es predeterminado y fijo.    

Sin conocer todos los detalles – porque las especificidades son increíblemente complicadas – el solo tener una idea general es suficiente. Recordemos que todo el propósito de esto es deconstruir el aferramiento a que todo lo que experimentamos es muy sólido y un enorme desastre horrible. Queremos deconstruir ese aferramiento. Al entender meramente el hecho de que hay complejidad, empezamos a deconstruirlo. 

Por ejemplo, el “yo” sólido piensa: “Lo que estoy experimentando es muy horrible pobre de ‘mí’. Lo estoy experimentando porque soy culpable, porque es mi culpa”. Esta es una visión tan sólida de lo que estamos experimentando, que necesitamos deconstruirla y ver que lo que estamos experimentando está surgiendo de forma dependiente de muchos factores diferentes. La forma en que las cosas aparecen ante nosotros y la forma en que las sentimos no corresponde con la realidad. De eso se trata la vacuidad. Hay una ausencia total de algo que corresponda con lo que imaginamos. No hay algo que respalde nuestras proyecciones. 

Tipos de resultados kármicos

Repasaré muy rápidamente la lista de resultados kármicos.   

Resultados madurados

Los resultados madurados son siempre no especificados, lo cual significa que se pueden convertir en constructivos o destructivos dependiendo de lo que los acompañe. Por sí mismos, son éticamente neutros. Estos se refieren a los elementos no especificados en los cinco agregados del estado de renacimiento en el que renacemos. Estos elementos mismos, realmente no maduran de nuestra repercusión kármica. En lugar de ello, cuando esa repercusión se activa en el momento de nuestra muerte, surge un impulso kármico que arroja que es atraído a cierto tipo de estado de renacimiento. El impulso kármico que arroja lleva y conecta a nuestro continuo mental con el óvulo y el esperma, por ejemplo, de ese estado de renacimiento. Los agregados reales, por ejemplo, el cuerpo con el cual nacemos – sea un cuerpo humano o un cuerpo de mosca – proviene de los elementos, el ADN y demás de los padres. Ni el cuerpo humano ni el cuerpo de mosca son constructivos o destructivos. Lo crítico es lo que hacemos con nuestros cuerpos. 

Muchas cosas vienen con el paquete de nuestro cuerpo, ¿no es así? Por ejemplo, nuestras respuestas instintivas. Si tenemos un cuerpo humano y somos felices, sonreímos. Si tenemos un cuerpo de perro y somos felices, movemos la cola. Esto viene con el paquete de ADN del cuerpo. Además, el tipo de cuerpo que tenemos viene con un tipo específico de sensores cognitivos y su capacidad – ¿son ojos humanos u ojos de mosca? Las moscas ven las cosas de forma muy diferente a como las ven los humanos. También está involucrado el rango de conciencia que tenemos. Los perros pueden oler y escuchar mucho mejor de lo que pueden los humanos. 

De manera adicional, los resultados madurados incluyen el rango de las sensaciones de felicidad e infelicidad que podemos experimentar. Estas tampoco son destructivas ni constructivas. Los seres del infierno pueden experimentar sufrimientos mucho mayores que los humanos.  

Los resultados madurados también incluyen otros factores mentales no especificados, como la concentración, que van con el hardware. La capacidad de concentración que podemos tener como humano o como mosca difiere enormemente simplemente por las limitaciones del tipo de cerebro que tenemos. Básicamente, estamos hablando del hardware del cuerpo al que somos atraídos y al que somos arrojados por el karma que arroja. 

Sin embargo, no todos los componentes de los cinco agregados con los que nacemos son resultados madurados. Las emociones constructivas y destructivas, por ejemplo, no son resultados madurados, dado que los resultados madurados son solo fenómenos no especificados. Los tipos e intensidades de las emociones provienen de sus propias tendencias individuales. 

Los resultados que corresponden a su causa en nuestra conducta 

Algunas personas piensan que el segundo tipo de resultado – un resultado que corresponde a su causa en nuestra conducta – se refiere a repetir acciones que hemos hecho antes. Pero los impulsos kármicos no maduran de otros impulsos kármicos o directamente de la repercusión kármica. Siempre hay algún tipo de intermediario. 

Este resultado se refiere al factor mental de que te guste instintivamente cometer cierto tipo de acción kármica similar a lo que hemos hecho antes. Debido a que nos guste instintivamente gritarle a la gente, por ejemplo, entonces, cuando ciertas circunstancias están presentes, surge el pensamiento de gritarle a alguien. Tenemos ganas de gritarle a la persona. Luego, con la intención de querer gritarles, podemos tomar el tiempo de pensar al respecto y decidir conscientemente gritarle, pero también podemos saltarnos ese paso. Solo entonces surgiría el impulso kármico compulsivo de una forma reveladora – en este caso, la forma de las expresiones de las palabras como el método que emplearíamos para causar que suceda el acto de gritar. Con esa forma reveladora, gritamos. 

Si podemos ralentizar esta secuencia y adquirir conciencia de cada uno de los pasos, obtenemos una enorme comprensión profunda. Nos damos cuenta de que hay espacios entre cuando tenemos ganas de hacer algo, cuando decidimos hacerlo, y cuando realmente lo hacemos. Podemos atrapar y aprovechar esos espacios para aplicar el darse cuenta que discrimina. Cuando tenemos ganas de decir algo tonto, nos damos cuenta de que es algo tonto, entonces, ¿por qué decirlo? Por lo tanto, con darse cuenta que discrimina no lo decimos. 

Los resultados que corresponden a su causa en nuestra experiencia 

Los resultados que corresponden a su causa en nuestra experiencia se refieren a la atracción inconsciente que tenemos por meternos en situaciones en las cuales nos sucede algo similar a lo que le hemos hecho a otros. Por ejemplo, somos inconscientemente atraídos a meternos en relaciones en la que la otra persona abusa verbal o físicamente de nosotros. Nuestra repercusión kármica no madura en que nos golpeen, por ejemplo, sino en entablar una relación con ese tipo de persona en primer lugar. Es el resultado de su repercusión kármica que a esa persona le guste abusar y golpear a las personas que están en una relación con ella.

Esa es una diferencia muy importante. La otra persona tiene responsabilidad por golpearnos. No es nuestra culpa que alguien nos golpee. Podemos contribuir con las circunstancias que causan que la otra persona nos pegue, como al decir o hacer algo que detona el enojo y la respuesta de la otra persona. Sin embargo, el hecho de que la persona haya respondido pegándonos se debe a su repercusión kármica. 

Los objetos que experimentamos, como el dolor de ser golpeados y los moretones que son resultado de eso, surgen de sus propias causas. Esas son causas mecánicas que surgen debido a este tipo de cuerpo que tenemos que puede experimentar dolor y generar un moretón. Tenemos nervios y una piel muy delgada.  

Pero, si tuviéramos lepra, por ejemplo, no sentiríamos dolor. 

Un ejemplo divertido de este tipo de resultado kármico en mi propia vida es que, inevitablemente, casi siempre que hay filas en la caja del supermercado o cuando paso por la aduana y me revisan el pasaporte y cosas similares, casi siempre elijo la fila más lenta. El hecho de que la fila sea lenta no es causado por mí. Sin embargo, es increíble como casi siempre elijo la peor fila. Ese es un resultado kármico. Puede haber muchos ejemplos de este tipo de resultado y, si lo entendemos así, de hecho, podemos reírnos de eso. Lo hace mucho más fácil que enojarse y maldecir. La lección que puedo aprender de ello es ser más paciente cuando tengo que esperar en una fila. 

Los resultados dominantes o abarcadores 

Junto con el impulso kármico que arroja también surge un impulso kármico completador de la activación de la repercusión kármica en el momento de la muerte. Como un resultado, el impulso kármico que arroja conecta a nuestro continuo mental con los agregados de un estado de renacimiento que está en circunstancias que son compartidas en común con otros, por ejemplo, nacer como un humano en un ambiente contaminado. 

El hecho de que el ambiente esté contaminado no es resultado de nuestro karma. Es resultado de muchas causas, por no decir que no podríamos haber ayudado a contaminarlo en una vida previa. Otro ejemplo es nacer en un lugar en donde la calidad de los productos elaborados es pobre, de tal forma que cualquier cosa que compremos se descomponga y se rompa rápidamente. Además, como un ejemplo del tipo previo de resultado, sin saberlo nos sentimos atraídos a elegir y comprar el único artículo del estante que resulta defectuoso. 

Un nivel de felicidad o infelicidad

El factor mental de sentir un nivel de felicidad es definido como la manera en la cual experimentamos la maduración de nuestra repercusión kármica. En otras palabras, la sensación es algún nivel en el espectro que abarca la felicidad y la infelicidad que acompaña nuestra experiencia de los cuatro tipos anteriores de resultados kármicos. La felicidad es lo que madura del potencial kármico constructivo y la infelicidad es lo que madura del potencial kármico destructivo. Por lo tanto, podríamos experimentar cualquiera de las maduraciones kármicas arriba mencionadas con cualquier nivel de felicidad o infelicidad, porque la sensación y la maduración kármica provienen de diferentes potenciales kármicos. 

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