Hay tres tipos de repercusión kármica. La primera es la fuerza kármica o potencial kármico. Estos términos son dos formas diferentes de referirnos a la misma cosa. Hay dos tipos y generalmente se traducen como “mérito” (bsod-nams) y “pecado” (sdig-pa) o algo así, pero estos realmente no son términos muy apropiados. Son prestados de las religiones occidentales y realmente no se ajustan a las definiciones. A continuación, tenemos las tendencias kármicas (sa-bon). Esto literalmente significa “semillas” del karma. Entonces, tenemos hábitos kármicos constantes (bag-chags). Esto es un poco complicado, como lo son la mayoría de los temas en el budismo tibetano.
Fuerza o potencial kármico
Primero revisemos la fuerza kármica o potencial kármico. Uso los dos términos diferentes dependiendo de lo que estamos tratando de explicar acerca de ellos. Desde el punto de vista de que es la fuerza de un camino kármico y la fuerza resultante de él, es una fuerza kármica. El potencial kármico lo está viendo desde el punto de vista de ser un potencial de producir un resultado. En cualquier caso, hay diferentes razones para no elegir la terminología habitual. Sin embargo, pienso que los términos “fuerza” y “potencial” son una terminología más neutra que elimina cualquier tipo de juicio moral y culpa, o la tendencia con “mérito” de tener la sensación de que somos maravillosos porque hemos ganado algo. Para facilitar un poco la discusión del tema, vamos a referirnos a ellos solo con un término, “potencial kármico”. El potencial kármico siempre es destructivo o constructivo manchado.
Hay dos fases de potencial kármico. Uno es durante el camino del impulso kármico y el otro continúa como un fenómeno de imputación sobre la base del “yo” convencional que es, a su vez, un fenómeno de imputación sobre la base de un continuo individual de los cinco agregados.
Un camino kármico (las-lam) consiste en una base para una acción, distinguir esa base, una intención, una emoción acompañante, la implementación de un método para causar que suceda la acción, y alcanzar la conclusión pretendida de la acción. Por lo tanto, un camino kármico es equivalente a una acción kármica.
Los fenómenos de imputación son fenómenos que no pueden existir ni ser conocidos de forma separada de su base. Algunos son estáticos, como las categorías (una categoría no puede existir o ser conocida conceptualmente de forma separada de un elemento individual que encaje y represente a la categoría), y algunos son no estáticos. Entre los no estáticos, algunos son formas de fenómenos físicos, como toda una computadora y sus partes; algunas son formas de darse cuenta de algo, como un estado de ánimo y sus factores mentales componentes; y algunos no son ni una forma de fenómeno físico ni una forma de darse cuenta de algo, como la fase del potencial kármico que es un camino kármico y sus componentes. El término técnico es “una variable que afecta no congruente”, un horrible término técnico, pero así es literalmente como se traduce. No es congruente, lo cual significa que no comparte cinco cosas en común con las formas de darse cuenta de las cosas que acompaña. No hay necesidad de entrar en esto, dado que vuelve las cosas más complicadas. Solo dejemos el potencial kármico que es un camino kármico como un fenómeno de imputación no estática que no es una forma de fenómeno físico ni una manera de darse cuenta de algo.
Por ejemplo, vimos un partido de fútbol. ¿Qué vimos? Vimos un momento a la vez de muchos jugadores moviéndose alrededor y haciendo cosas. El juego de fútbol que vimos era un fenómeno de imputación sobre la base de todo eso. El juego no podría haber existido o ser conocido de forma separada de todo eso como su base. Aunque los jugadores y sus movimientos fueron formas de fenómenos físicos, el juego nunca fue una forma de fenómeno físico ni una forma de darse cuenta de algo. El juego fue no estático porque cambió de momento a momento y, desde el punto de vista Gelugpa, el juego fue algo que vimos de forma no conceptual momento a momento.
Otro ejemplo es la edad. La edad es una secuencia de haber estado vivo por cierta cantidad de momentos y es un fenómeno de imputación en ese espacio de momento. Otro ejemplo es la velocidad, en donde un objeto está aquí y luego está allá y luego allá, y entonces hay velocidad como un fenómeno de imputación sobre la base de la secuencia de diferentes posiciones del objeto en tiempo y espacio. Otro ejemplo es un número en una secuencia, o el orden en una secuencia, tal como que esta es la tercera conferencia del día de hoy. Esa es una imputación de dónde está en la secuencia o el orden. No es una forma de fenómeno físico ni una manera de darse cuenta de algo. Es un número tres de tres, pero podríamos agregar otra conferencia y entonces se convierte en el número tres de cuatro. Fue la última conferencia del día, pero luego podría ser la penúltima del día. Puede cambiar.
La primera fase de un potencial kármico, entonces, es el camino de un impulso kármico y es un fenómeno de imputación. En general, puede decirse que es “potencial kármico obvio”.
- En el caso del camino kármico para una acción de la mente, el impulso kármico involucrado es el impulso mental que conduce la línea de pensamiento. No es parte del camino kármico y, por lo tanto, no es considerado un potencial kármico.
- En el caso del camino kármico para una acción del cuerpo o el habla, los impulsos kármicos involucrados son las formas reveladoras y no reveladoras. Son partes del camino kármico y también son considerados potenciales kármicos. La forma reveladora es obvia y termina cuando termina la acción; la forma no reveladora es no obvia y continúa después de que termina acción.
La segunda fase del potencial kármico inicia cuando el camino de la acción alcanza su final y termina. Los potenciales kármicos obvios que fueron el camino kármico y la forma reveladora atraviesan una fase de transición, como hielo a agua, y se convierten en potencial kármico no obvio que ha asumido la naturaleza esencial de una tendencia kármica (sa-bon-gyi ngo-bor gyur-pa). Esto significa que el potencial kármico es ahora un fenómeno de imputación sobre la base del “yo” convencional, así como es una tendencia kármica, pero a diferencia de una tendencia kármica, que siempre es no especificada, aún es un potencial kármico y, por lo tanto, es destructivo o constructivo manchado.
El potencial kármico no obvio que fue la forma no reveladora durante el camino kármico de una acción de cuerpo o habla, continúa después de que el camino kármico ha terminado y, y una vez que él mismo termina por uno de diversos medios, también se convierte en un potencial kármico que ha asumido la naturaleza esencial de una tendencia kármica. Por ejemplo, la forma no reveladora que es una restricción de votos atraviesa esta transición cuando renunciamos al voto.
También hay un entramado de potencial kármico, la llamada “colección de mérito”. Es un fenómeno de imputación sobre la base de todos los potenciales kármicos individuales que hemos construido en nuestro continuo mental. Lo llamo “entramado” porque estos potenciales kármicos se refuerzan entre sí. No son solo una colección de elementos individuales como estampas en un álbum.
Tendencias kármicas
Para repasar brevemente, el potencial kármico es destructivo o constructivo manchado. Todos los caminos kármicos son un potencial kármico, pero no todos los impulsos kármicos son potenciales kármicos. Los impulsos kármicos del cuerpo y del habla son potenciales kármicos, los impulsos kármicos de la mente no son potenciales kármicos. Los potenciales kármicos continúan después de que los caminos kármicos han terminado. Continúan como potenciales kármicos que han asumido la naturaleza esencial de tendencias kármicas. En el caso del potencial kármico que es una forma no reveladora, después de que el camino kármico ha terminado, continúa primero como una forma no reveladora y solo cuando se abandona adquiere la naturaleza esencial de una tendencia kármica.
Después de que un camino kármico ha terminado, además de las formas no reveladoras y los potenciales kármicos que han adquirido la naturaleza esencial de las tendencias kármicas, también están las tendencias kármicas mismas – literalmente, “semillas kármicas”. Estos también son fenómenos de imputación no estáticos, no formas de fenómenos físicos ni maneras de darse cuenta de algo. Pero aquí hay una gran diferencia. Los potenciales kármicos son destructivos o constructivos manchados, mientras que las tendencias kármicas son no especificadas. El Buda no especificó que fueran constructivos o destructivos, así que podrían ser de cualquier tipo dependiendo del estatus ético de los otros factores que acompañan.
Nuestras acciones no especificadas son aquellas como comer a la una de la tarde porque así es como somos, y siempre almorzamos a esa hora. Eso no tendrá un potencial kármico como repercusión, pero sí tendrá una tendencia kármica de comer nuevamente a esa hora.
Por lo tanto, los tres tipos de conducta kármica, destructiva, constructiva y no especificada, tendrán una tendencia kármica, pero solo los tipos constructivo y destructivo tendrán un potencial kármico. No es solo la conducta kármica la que tiene tendencias como su repercusión. También todos los factores mentales, tales como nuestras emociones. Hay una tendencia de enojarse y una tendencia a ser compasivo.
¿Por qué tal complejidad?
La razón por la que hacemos esta diferenciación de potenciales kármicos que son destructivos o constructivos manchados y las tendencias kármicas que son no especificadas es debido al complejo análisis de causa y efecto. Hay seis diferentes tipos de causas y cuatro diferentes tipos de resultados. Nada surge de una sola causa. Muchas cosas surgen al mismo tiempo en un momento de cognición y cada una de ellas es el resultado de un conjunto diferente de causas. No es como la afirmación Chitamatra de que todos los componentes en un momento de cognición se derivan de una única tendencia kármica para ese momento de cognición. En el Prasánguika no es tan simple.
Cuando revisamos las tendencias, por ejemplo, cada factor mental es un momento de cognición que proviene de su propia tendencia y cada factor puede ser de una fuerza diferente. Además, cuando vemos los resultados que maduran de los potenciales kármicos y de las tendencias kármicas, vemos que hay hasta 13 factores que pueden afectar la fuerza de lo que madura, por ejemplo, la frecuencia con la cual hemos cometido cierta acción y la intensidad de las emociones motivadoras con la que la hemos cometido.
Hay otro punto importante acerca de los potenciales y las tendencias kármicas. Dan sus resultados solamente de forma intermitente. No matamos ni ayudamos a otros ni comemos en cada momento de cada vida, hacemos esas cosas solo algunas veces. Esto también es el caso con las tendencias para los factores mentales, tal como las diversas emociones. No nos enojamos cada momento de nuestra existencia, ¿cierto? Solo algunas veces. Los potenciales y tendencias kármicas maduran solamente cuando ocurren ciertas condiciones que los desencadenan.
Hábitos kármicos constantes
El tercer tipo de repercusión kármica que tenemos se llama “hábitos kármicos constantes”. Dan surgimiento a sus resultados constantemente en cada momento y no de forma intermitente. A lo que dan surgimiento es a nuestro darse cuenta limitado. El término “ser sintiente” en realidad se refiere a alguien con un darse cuenta limitado. Un Buda no es un ser sintiente. Un darse cuenta limitado significa uno que no es omnisciente. No conocemos todo simultáneamente.
Algunas veces describo el darse cuenta limitado como una visión periscópica. En un submarino, solo podríamos ver a través de un pequeño agujero en la parte superior del periscopio. El problema del darse cuenta limitado es un problema de hardware, con el cual solo podemos ver a través de estos dos agujeros en el frente de nuestra cabeza. No podemos ver por la parte trasera de nuestra cabeza. Nuestro cerebro es limitado. No podemos entenderlo todo. Podemos entender un poco más que una mosca, que tiene un problema aún más grande de hardware. Durante esa vida tiene un cerebro de mosca. El darse cuanta limitado es un problema de hardware del cuerpo físico. Esa es la razón por la que queremos tener un cuerpo de buda que no tiene este tipo de problemas. Mientras conozcamos las cosas a través de este hardware limitado, tendremos un darse cuenta limitado. Ese es el gran problema; no somos un buda.
Es muy útil ver a nuestro cuerpo y a nuestro cerebro como un hardware limitado. Se desgastan con fecha de caducidad y ni siquiera sabemos cuándo será esa fecha de caducidad. Sin embargo, expirarán como una botella de leche. El cuerpo y el cerebro son muy limitados y darnos cuenta de eso nos ayuda a no apegarnos mucho a ellos.
Junto con ese darse cuenta limitado que nos impide ser omniscientes se encuentra el hecho de que la mente limitada hace que las cosas aparezcan como autoestablecidas y verdaderamente existentes. Esto es parte de ser limitados – al tener visión periscópica somos incapaces de ver la interconexión de absolutamente todo. En lugar de ello, todo parece desconectado y autoestablecido. Esto se debe a nuestro problema de hardware.
Conclusión
Esto cubre la repercusión kármica. Hay potenciales kármicos, tendencias kármicas y hábitos kármicos constantes. En nuestra siguiente sesión, continuaremos con los resultados kármicos y después veremos como todas esas acciones kármicas, impulsos kármicos, repercusión kármica y resultados kármicos se distribuyen entre los cinco agregados y la relación del “yo” con esos agregados. Después, podemos entender la relación entre el “yo” y la causa y efecto kármico. Cuando entendemos la relación del “yo” con eso, entonces todo el tema de la culpa se vuelve irrelevante.
Dedicatoria
Pensamos que cualquier fuerza positiva o entendimiento que provenga de esta discusión, pueda profundizarse cada vez más y actuar como una causa para que todos, no solo yo, alcancemos el estado iluminado de un Buda en beneficio de todos. Es importante, cuando hacemos una dedicatoria, que no solo la hagamos para “mí”, sino para todos. Esto es como en el capítulo diez del Bodhicharyavatara de Shantideva, Involucrarse en el comportamiento del bodisatva, en donde hace la dedicatoria de la fuerza positiva para que madure en todos, no solo en “mí, mí, mí”.