La motivación para trabajar con los cinco agregados
Comenzamos nuestra discusión explorando por qué queremos aprender sobre los cinco agregados que conforman cada momento de nuestra experiencia. ¿Cuál es su importancia?
Es un enfoque muy estándar en el budismo examinar primero los beneficios de aprender o desarrollar algo. Una vez convencidos, tendemos a tener un interés genuino en conocerlo y desarrollarlo. Esta guía se aplica tanto a por qué querríamos desarrollar el amor, la compasión y el deseo de ayudar a los demás, como a por qué querríamos desarrollar una comprensión clara y correcta de la realidad. Si conocemos los beneficios de cada uno de estos factores, así como las razones para desarrollarlos, podemos poner todo nuestro corazón en el esfuerzo y proceder con confianza. Ese interés, entusiasmo y convicción por hacer algo, como la meditación, y saber cómo y por qué es beneficioso, es lo que nos sostiene durante todo el proceso de realmente hacerlo.
La referencia budista tradicional establece que seguir esta guía motivacional es útil al principio, en la mitad y al final de cualquier estudio o práctica. En otras palabras, es útil para entrar realmente en una práctica, para poder continuar la práctica y para poder completar la práctica. A menudo, nos cansamos de practicar, de meditar o de ir a clase. Si reafirmamos esta motivación, que incluye nuestro objetivo, la emoción detrás de él y la comprensión de los beneficios de la práctica, la meditación o la clase en sí, continuaremos hasta el final. Por supuesto, podemos cansarnos, pero no actuamos en consecuencia y simplemente nos detenemos.
Además, es fundamental que nuestra motivación sea sincera, que sea lo que realmente sentimos y creemos profundamente. Por ejemplo, si anhelamos la liberación y la iluminación, pero no tenemos idea de lo que realmente significan y ni siquiera estamos convencidos de que sea posible alcanzarlas, ¿cómo podemos aspirar sinceramente a alcanzarlas? En ese nivel, en cambio, podemos tener la aspiración de algún día anhelar la liberación y la iluminación para, con el tiempo, entender lo que son y estar convencidos de que es posible alcanzarlas. Además, en general, podemos esforzarnos por comprender que no solo es viable, sino que también es posible que cada uno de nosotros lo logre. Podemos aspirar a trabajar hacia ese objetivo, pero ahora, quizás, nuestro objetivo es mejorar la calidad de nuestra vida. Quizás eso es lo que sentimos sinceramente y por eso queremos aprender sobre el Dharma.
Lo mismo es cierto en términos de desarrollar una motivación para mejorar nuestros futuros renacimientos y asegurarnos de que sean con preciados renacimientos humanos. Si no estamos realmente convencidos de que existe el renacimiento y no entendemos realmente lo que significa, ¿cómo podemos aspirar sinceramente a beneficiar nuestros renacimientos futuros? Se convierte solo en palabras.
Siempre es crucial dentro de la práctica del Dharma ser completamente honestos con nosotros mismos. En esa situación, la motivación honesta es que estamos trabajando genuinamente para beneficiar esta vida, mejorar la calidad de nuestra vida debido a los muchos problemas y dificultades que enfrentamos. Entendemos el camino budista y los otros niveles de motivación - mejorar futuros renacimientos, obtener la liberación y alcanzar la iluminación- y consideramos nuestra motivación actual como un trampolín en el camino. Tenemos la intención de tratar de desarrollar estas motivaciones más avanzadas, pero aún no lo hemos logrado. Sin esta honestidad, nuestra práctica no es realmente genuina. Nuestro corazón no está realmente en eso.
Sin embargo, es esencial que nuestro objetivo final sea la liberación y la iluminación. Es cuando tenemos ese objetivo final de liberación e iluminación, como se define en el budismo, que nuestra práctica se convierte realmente en una práctica budista. De lo contrario, si seguimos métodos y enseñanzas budistas solo para mejorar esta vida, sin este objetivo final, entonces no somos realmente practicantes budistas. Estamos utilizando el budismo como un tipo de psicología y está bien, siempre que reconozcamos que lo estamos utilizando como una forma de terapia psicológica.
Del mismo modo, si estamos adoptando los métodos budistas simplemente para mejorar nuestras vidas futuras, sin el anhelo final y el entendimiento de la liberación y la iluminación, entonces, nuevamente, no estamos siguiendo el budismo. Si tuviéramos fe en una religión occidental, quizás desearíamos aprender a ir al cielo. Una motivación para mejorar las vidas futuras no es muy diferente del deseo de ir al cielo, pero no es budista. Para que sea budista, debe ser un trampolín en el camino hacia la liberación y la iluminación.
¿Qué es la liberación? Significa la libertad del renacimiento incontrolablemente recurrente. Por supuesto, anhelar la liberación depende de entender y de creer en el renacimiento. Sin embargo, incluso si entendemos el renacimiento correctamente, como se explica en el budismo, y creemos que es verdad, si solo queremos una preciosa vida humana una y otra vez, y no queremos detener el renacimiento porque en realidad estamos bastante apegados a esta vida y queremos muchas más como esta, entonces, de nuevo, eso no es muy budista.
Junto con la cualidad esencial de tener una motivación sincera, también debemos ser honestos acerca de nuestras emociones acompañantes. Si nuestra motivación para lograr cualquiera de estos objetivos es que sería maravilloso y agradable, estos no son los tipos de emociones que enfatiza el budismo. Las emociones motivadoras que estamos tratando de desarrollar en el budismo son bastante diferentes. Son emociones como el genuino disgusto por problemas incontrolables y recurrentes y un verdadero deseo de salir realmente de esa situación. Además, realmente tenemos compasión por los demás y también queremos ayudarlos a terminar con el renacimiento incontrolablemente recurrente. Asimismo, queremos obtener un precioso renacimiento humano, un mejor tipo de renacimiento, porque estamos completamente horrorizados ante la idea de un renacimiento terrible. Realmente no queremos eso porque queremos continuar en el camino espiritual y, con el tiempo, ser de más ayuda para todos.
Si examinamos las tres motivaciones del budismo, la estructura es la misma. Con cada una de ellas, queremos deshacernos de algo. Queremos deshacernos de los renacimientos horribles, del renacimiento en general, y también queremos deshacernos del sufrimiento de todos los demás y de nuestra incapacidad para ayudarlos realmente. Estamos rechazando algo con la motivación acompañante de pensar: “Qué horrible sería experimentar peores estados de renacimiento o quedar atrapados para siempre en el samsara recurrente”. O, al sentir empatía por los demás, sentimos lo terrible que es que todos los demás estén sufriendo y no podamos hacer mucho al respecto.
Si nuestra actitud emocional básica es "¡qué maravilloso y estupendo!", entonces es de gran ayuda dirigir esa emoción y devoción que surgen naturalmente hacia el pensamiento de lo maravilloso que sería si pudiéramos evitar un peor renacimiento, obtener la liberación del samsara y realmente ayudar a todos. Entonces usamos nuestra emoción que surge naturalmente de una manera budista adecuada. Después de todo, esta es la forma en que practicamos las cuatro actitudes inconmensurables en el budismo Mahayana: ¡Qué maravilloso sería si todos estuvieran libres del sufrimiento y de las causas del sufrimiento! Qué maravilloso sería si todos tuvieran felicidad y las causas de la felicidad, etc. Necesitamos abordar el estudio de los cinco agregados dentro del contexto de este tipo de objetivo y emoción motivadoras.
Revisión
Para repasar, debemos rechazar la primera consideración incorrecta, que lo que estamos experimentando es felicidad. En otras palabras, debemos reconocer lo que significa que cada momento de nuestra experiencia tenga sufrimiento. O estamos experimentando algo que no nos gusta y de lo que queremos deshacernos, o estamos experimentando algo que nos gusta y queremos que continúe, pero no durará. No es felicidad porque si fuera realmente felicidad, sería maravilloso todo el tiempo, y no es maravilloso todo el tiempo. Lo que sentimos siempre sube y baja; a veces nos sentimos felices, a veces infelices. Nuestros sentimientos fluctúan constantemente y en cada momento de nuestra experiencia estamos perpetuando esta montaña rusa. Esto es lo que se conoce como el sufrimiento que todo lo impregna.
Del mismo modo, debemos rechazar y reemplazar la opinión de que lo que experimentamos es limpio y puro, cuando en realidad no lo es. Creemos que nuestro cuerpo es tan hermoso, pero de hecho se enferma y no salen cosas tan bonitas de él. Compramos una computadora nueva y pensamos que es maravillosa y que funcionará para siempre; pero en realidad, en algún momento se va a descomponer. Creemos que la vida será mucho mejor si tenemos una computadora, un correo electrónico y luego un teléfono celular; pero en realidad provocan una enorme cantidad de sufrimiento. Experimentamos sufrimiento cuando funcionan mal y se descomponen, o cuando nos bombardean constantemente con anuncios emergentes, correos electrónicos y spam. No olvidemos que nuestros teléfonos móviles también nos interrumpen constantemente. En estos ejemplos, la felicidad es realmente muy problemática, ¿no es así? Es muy curioso cómo a veces ahora pensamos que las vacaciones ideales serían estar desconectados, sin correo electrónico y sin nuestro teléfono celular.
También queremos eliminar la idea de que lo que sea que estemos experimentando no va a cambiar, que va a durar para siempre. Por último, queremos rechazar y reemplazar la sensación de que existe una especie de “yo” sólido con el entendimiento de que no existe tal cosa. Aunque existe lo que llamamos el "yo" convencional, no hay ningún tipo de criatura, como una entidad del espacio exterior, que esté sentada dentro de nosotros, hablando en nuestra cabeza, accionando los interruptores y las cuerdas para hacer que el cuerpo se mueva y la mente piense esto y aquello.