Recordación (presencia mental) de los agregados con consideración correcta

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Los cinco agregados

Entonces, ahora la práctica Mahayana de los cuatro emplazamientos cercanos de la recordación. La forma en que presentaré esto es la forma en que Su Santidad el Dalái Lama lo explica, basado en varios comentarios tibetanos a la literatura india del Prajnaparamita, que es donde se encuentra.       

El emplazamiento cercano de la recordación se practica inicialmente para corregir las cuatro formas distorsionadas de prestar atención a los cinco agregados: las cuatro consideraciones incorrectas. Los cinco agregados son un esquema para clasificar lo que constituye cada momento de nuestra experiencia.         

  1. En cada momento de nuestra experiencia hay alguna forma de fenómeno físico: imágenes, sonidos, olores, sabores, sensaciones físicas o simplemente el cuerpo mismo. Eso está ahí todo el tiempo.          
  2. No estoy haciendo esto en el orden tradicional, pero luego hay un tipo de conciencia, conciencia primaria que simplemente se da cuenta de la naturaleza esencial de algo. Por ejemplo, que es algo visible, un sonido, un olor, un sabor, una sensación física o un objeto mental. Eso es lo único que hace esa conciencia; es como el canal en el que se está. ¿Estoy en el canal de la visión, en el canal de la audición o en el canal del pensamiento?      
  3. Luego está la distinción, que generalmente se llama “reconocimiento”, pero en realidad no es reconocimiento. El reconocimiento es demasiado, ya que implica haber experimentado algo antes y luego recordarlo. La distinción es solo que eres capaz de distinguir algún rasgo característico que te permite, dentro de un campo sensorial, distinguir un objeto de otro objeto. De lo contrario, todo el campo sensorial son solo formas de colores o píxeles. Pero, según la explicación Gelug, no solo estamos viendo píxeles de colores; no solo estamos viendo formas de colores, también estamos viendo objetos convencionales. Entonces, ¿cómo distinguimos los píxeles y las formas coloreadas de esta persona de la pared, la alfombra y los cojines? Eso es lo que hace la distinción. No tenemos que saber qué es algo. Eso es reconocer. Esto es solo para distinguir un objeto específico dentro de un campo sensorial; es muy básico.          
  4. Luego está sentir un nivel de felicidad o infelicidad. Tener sensaciones marca la diferencia entre una mente y una computadora. Una computadora no experimenta cosas. Experimentar significa experimentar algo con felicidad o infelicidad. Una computadora no se siente infeliz cuando comete un error, no se siente feliz cuando hace un cálculo correcto; la mente sí. Entonces, hay un nivel de felicidad allí.        
  5. Luego, están todas las otras variables que afectan, incluido el resto de los factores mentales: concentración, atención, etc., interés, más todas las emociones positivas y negativas. También se incluyen aquí las cosas no estáticas que no son ni formas de fenómenos físicos ni formas de darse cuenta de algo - lo más importante, el “yo” convencional. Cada momento se compone de al menos algunas cosas de cada uno de estos cinco grupos. Estos grupos no existen en algún lugar de una caja. Es solo un sistema clasificatorio de categorías.         

Prestar atención

Hay una forma correcta de prestar atención a algo. El término “prestar atención” (yid-la byed -pa) también es la palabra para “darse cuenta”. ¿Cómo le prestas atención a algo?    

  • Hay una variable para prestar atención que tenemos cuando aprendemos a enfocarnos. Podemos prestar atención a algo en términos de siempre regresar la atención cuando se distraiga o entre en sopor; podemos prestar atención de tal forma que simplemente permanezca en algo con mucho esfuerzo; o podemos prestar atención sin esfuerzo.
  • Hay otro tipo de atención de cómo consideramos algo. Podemos considerarlo correctamente o incorrectamente. La palabra tibetana significa literalmente “tomar en cuenta”, cómo se toma en cuenta algo. Por lo tanto, podemos tomar correctamente algo que es no estático -que cambia de un momento a otro- y considerarlo como no estático, o podemos tomarlo incorrectamente como estático, como si nunca cambiara.

Tenemos estas palabras “permanente” e “impermanente” en el budismo que necesitamos entender correctamente en el contexto, porque puede ser muy confuso. Cuando hablamos de permanente e impermanente en el sentido Gelug, no se refieren a la variable de durar poco tiempo o durar para siempre. Eso no es de lo que están hablando. Independientemente de cuánto dure algo, están hablando de si cambia de un momento a otro o no cambia. A eso se refieren los términos. Por eso utilizo las palabras “estático” y “no estático”, que significa cambiar o no cambiar. Las cosas cambian de un momento a otro. Un continuo mental continúa para siempre, pero cambia de un momento a otro, por lo que es impermanente en ese sentido.                 

Entonces, podemos prestar atención a nuestras emociones, digamos que la infelicidad o la depresión cambian de un momento a otro y, en algún momento, llegarán a su fin. Esa es una forma correcta de tomarlas en cuenta, la forma correcta de prestarles atención o considerarlas. La forma incorrecta de prestarles atención o considerarlas es que la infelicidad va a durar para siempre y nunca cambiará. Sentimos: “Todo es horrible, nunca mejorará; no puedo lidiar con esto”. Esa es una forma incorrecta de considerar lo que sentimos.           

Entonces, cuando hablamos de la forma general e inicial de practicar los cuatro emplazamientos cercanos de la recordación, prestamos atención a nuestros agregados con cuatro consideraciones correctas y no con las cuatro consideraciones incorrectas. Eso significa considerar:   

  • Al cuerpo como sucio en lugar de limpio.
  • A las sensaciones como sufrimiento en lugar de felicidad. 
  • A la conciencia como no estática en lugar de estática.
  • A los agregados como un todo que carece de un yo imposible, en lugar de tener un yo imposible.

La práctica avanzada de los cuatro emplazamientos cercanos de la recordación se enfoca en:  

  • El cuerpo en términos de los cuatro aspectos del sufrimiento verdadero. 
  • Las sensaciones en términos de los cuatro aspectos del verdadero origen del sufrimiento.
  • La conciencia en términos de los cuatro aspectos de las detenciones verdaderas.
  • El darse cuenta que discrimina representando la distinción y las otras variables que afectan, en términos de los cuatro aspectos de las verdaderas mentes que son el camino.

Recordación en el cuerpo como sucio

La forma general e inicial de practicar el emplazamiento cercano de la recordación en el cuerpo, entonces, es enfocarse en el cuerpo con consideración correcta de él como impuro, sucio, feo, etc., en lugar de como limpio y hermoso. Esto se tiene en todas las meditaciones clásicas budistas para superar el apego, inicialmente al propio cuerpo, y luego al cuerpo de otra persona que encontramos sexualmente atractiva. Hay todo tipo de meditaciones increíbles que se hacen con eso, como imaginar el cuerpo como un cadáver en descomposición, imaginar que el cuerpo está siendo devorado por gusanos, imaginar el cuerpo con lepra y partes que se caen, imaginar que la piel se cae o se rasga en pedazos, como una película de terror. Hay todo tipo de meditaciones encantadoras que se pueden hacer –las cuales son muy fuertes y poderosas- para convencernos de que este cuerpo no es una cosa hermosa, limpia y maravillosa.       

Entonces, nos enfocamos en el cuerpo como si tuviera la naturaleza de ser sucio, lo cual es algo muy interesante de hacer en realidad. Por ejemplo, cuando lo hacemos con la mano o el pie o algo así, podemos verlo e intentar considerarlo como si fuera solo una masa de piel, sangre y músculos. ¿Cómo se verá cuando esté muerto y se sienta como un pez muerto, frío, pegajoso y comience a descomponerse y oler mal, etc.? ¿Qué es realmente lo que estamos viendo?

Esto obviamente es conceptual. Prestamos atención a la mano o al pie y distinguimos una determinada característica, como de qué está hecho, y lo vemos a través del concepto o categoría “sucio”. No es puro, no es algo hermoso. Puede que lo consideremos hermoso, pero si realmente vemos lo que es, no es muy agradable. Es solo una mano, es solo un pie. Es útil, funciona, pero hay muchas cosas que son un problema. Si nos golpeamos, nos duele. Eso es un verdadero fastidio, ¿cierto? Cuando golpeamos un palo, no le duele, pero a una mano o a un pie sí les duele. Hay muchas cosas que no son muy satisfactorias sobre esto. Esta meditación es muy útil para superar las emociones perturbadoras sobre nuestro cuerpo, especialmente si estamos muy apegados a nuestra figura, nuestro físico o nuestro rostro, a nuestro maquillaje, a cómo nos vemos y todo eso. Así pues, ese es el cuerpo como sucio. Si practicamos esto con respecto a nuestros propios órganos y características sexuales o de otra persona, puede ser muy útil, a pesar de cualquier resistencia que podamos tener debido al deseo sexual.       

Recordación en las sensaciones como sufrimiento

Con respecto a las sensaciones, distinguimos una cierta característica de ellas y les prestamos atención como siendo de la naturaleza del sufrimiento, lo cual significa que son insatisfactorias. Cuando somos infelices, es insatisfactorio; no lo queremos. Cuando tenemos felicidad, es insatisfactorio, nunca estamos satisfecho con eso, siempre queremos más y no dura. Estas sensaciones son problemáticas. No es agradable cuando somos infelices; e incluso cuando estamos felices, no es agradable porque no dura. Nunca tenemos suficiente y están cambiando todo el tiempo; no podemos confiar en ellas, así que son un problema. Son sufrimiento, así que las distinguimos y las consideramos de esa manera. Nos enfocamos en nuestras sensaciones de felicidad e infelicidad con esa comprensión.   

Recordación en la mente como no estática

La mente se refiere a los seis tipos de conciencia primaria. Eso es ver, oír, oler, saborear, sensaciones físicas y conciencia mental como pensar, soñar o imaginar. Hay muchos tipos diferentes de funcionamiento mental. Todos ellos son no estáticos, lo que significa que cambian de un momento a otro; están conociendo diferentes objetos todo el tiempo.        

Podemos comprender esto también con respecto a las emociones perturbadoras que acompañan a la conciencia; entendemos que esas también van y vienen, cambian de un momento a otro. Incluso cuando tenemos enojo, apego, celos, ingenuidad, arrogancia o cualquiera de estas, todas las actitudes egoístas y demás están cambiando de un momento a otro. No son estados mentales inmóviles, estáticos y siempre iguales. Nos enfocamos en que nuestra mente y conciencia son así.                   

Recordación en que todos los fenómenos carecen de un yo imposible

El cuarto emplazamiento cercano de la recordación se refiere a los fenómenos, esto es, a los diversos tipos de factores mentales y los cinco agregados en general. Carecen de un alma imposible o del “yo” de una persona, en lugar de tener un alma imposible. Un alma imposible significa un “yo” como algo separado, sólido, que ve las cosas desde afuera. Este es un peligro en el estilo Mahasi del vipáshana, el estilo observador: observar la respiración, observar las sensaciones físicas, etc. El peligro es que te disocias; sientes que hay un yo separado que está viendo estas cosas, se vuelve dualista. Existe un gran peligro de que la meditación se vuelva así.        

Algunos de ustedes pueden haber experimentado algo similar a eso si alguna vez han consumido marihuana o hachís. Se siente como si hubiera un “yo” sentado en la parte posterior de nuestra cabeza simplemente viendo lo que está pasando y existe la actitud de “no me molestes, no me fastidies. Solo estoy sentado aquí; recostado y mirando”. Esta dualidad no corresponde con la realidad. 

Disociación

Tener la sensación de observar, este síndrome de disociación, en realidad es un trastorno psicológico muy difícil. Hay algunas personas se trastornan mucho psicológicamente debido a esa experiencia con las drogas. Por supuesto, se podría obtener eso de la meditación, pero es más fuerte con las drogas. El consejo para eso es darse cuenta de que no existe un “yo” separado de lo que se está experimentando y luego atravesar las diversas refutaciones de que es imposible que el yo exista así. Aunque se sienta así, eso no corresponde con la realidad. No hay un “yo” sentado en nuestra cabeza viendo todo. ¿Dónde está? Desde el punto de vista de la ciencia del cerebro, no hay lugar en el cerebro donde haya un pequeño “yo” sentado y viendo todo. Entonces, a través de la comprensión, dejamos de creer en él, aunque se sienta así. Si dejamos de creer en él, eso le quita la fuerza y, con el tiempo, dejará de aparecer y dejará de parecer así.   

Consejos sobre la meditación con respecto a un “yo” sólido e imposible

En algunos estilos de meditación que se enfocan en la respiración, se nos pide que hagamos comentarios. Podríamos comentar como un locutor de radio en un evento deportivo: “Ahora estoy inhalando y ahora estoy exhalando”; o como un comentarista que dice: “Ahora lo estoy haciendo bien; ahora lo estoy haciendo muy mal”. Luego se analiza. ¿Hay un “yo” que está sentado en la parte de atrás de mi cabeza, grabando con un micrófono o comentando lo que está sucediendo, o es simplemente un pensamiento, una cognición mental, para usar una palabra técnica, que tiene como objeto el sonido de una palabra? Eso es todo lo que es, pensamiento verbal, y no hay un “yo” que en realidad esté hablando como el autor de esa voz en nuestra cabeza. Necesitamos asimilar eso. No hay nadie hablando dentro. Es solo un pensamiento que tiene como objeto una representación mental del sonido de una palabra. Eso es todo lo que es.   

Piensen en eso por un momento. ¿Tiene que haber alguien que realmente esté hablando? No es que alguien más sea quien está hablando. No es como si hubiera un demonio o Satanás hablando dentro de nosotros. Está sucediendo dentro de nuestra experiencia, estamos experimentando esto, pero no hay un pequeño “yo” sentado allí, como una figura de dibujos animados hablando dentro de nuestra cabeza.   

[pausa]

El problema no son necesariamente los comentarios mentales. Podemos ver los comentarios mentales como simples pensamientos, sin un “yo” separado que los esté creando, pero también necesitamos verlos sin la sensación de un “yo” separado que los está viendo, porque entonces se vuelve aún más dualista. Entonces, lo que necesita acompañar al pensamiento verbal es la comprensión de que esto es simplemente el surgimiento de un sonido mental, pero no hay un “yo” separado que tenga esa comprensión. Por supuesto, yo tengo el entendimiento, no es otra persona, pero no hay un “yo” separado disociado de todo el proceso, viendo que suceden todas estas cosas, como en un laboratorio. La comprensión necesita ser parte de lo que sucede con el pensamiento verbal.      

Esto es lo que se necesita entender con relación a las cuatro verdades nobles. ¿Quién es el que está experimentando sufrimiento? ¿Quién es el que está experimentando la causa del sufrimiento, la llamada ignorancia o no darse cuenta? ¿Quién experimentará la verdadera detención y quién tiene el entendimiento que la producirá? ¿Es este “yo” que está totalmente separado de todo y puede liberarse y existir en algún reino trascendente, como dirían algunos de estos sistemas indios? ¿Es un “yo” que se puede conocer completamente por sí mismo? ¿Es un “yo” que está en algún lugar dentro, algo especial dentro de “mí”? ¿Qué es?           

Convencionalmente soy yo, no es otra persona la que está experimentando esto, pero no es este “yo” falso e imposible quien lo está experimentando. Entonces, como parte de esta comprensión, casi como un factor adicional a los dieciséis aspectos de las cuatro verdades nobles, existe la comprensión de quién los está experimentando. Ahí es donde entra la comprensión de la vacuidad y esa es una parte crucial de la comprensión. No es tanto que nos estemos enfocando en la vacuidad de los verdaderos problemas, las causas verdaderas, etc. Claro, necesitamos entender eso en la presentación Mahayana, pero debido a que estas prácticas son compartidas con el Hinayana, lo crucial es la vacuidad del “yo”. No culpamos de todos nuestros problemas a otra persona ni a cosas externas. Por ejemplo, pensar: “Me enojé mucho por lo que hiciste”. Una forma de afrontarlo es analizar quién eres y cómo existes, pero lo principal soy “yo”, soy el que se enojó. Pero, ¿quién se enojó? ¿Quién es el que estaba experimentando enojo? Yo soy al que no le gusta y quiere que esto se vaya.            

Todo este problema de la disociación es un muy buen ejemplo de qué es lo que necesitamos refutar, en qué necesitamos trabajar. Es posible que no hayamos obtenido visiones erróneas al aprender un sistema indio no budista. Es posible que nunca hayamos oído hablar de ninguno de estos sistemas, pero podemos empezar a apreciar algunos de los factores que están involucrados en sus afirmaciones a partir de nuestras experiencias. Este es uno de ellos, esta disociación: la creencia de que el “yo” no es una imputación sobre los agregados, sino algo totalmente separado de ellos, que los observa. Este “yo” está dentro de mi cuerpo como habitante, como una criatura alienígena, dentro del cerebro, en el panel de control, moviendo los brazos y las piernas, recibiendo la información que está en la pantalla y en los altavoces, la cual proviene de los ojos y de los oídos, que luego tiene un micrófono y habla, es el jefe; intenta tener el control, pero está fuera de control.  

Eso es una fantasía; puede sentirse así, pero no corresponde con la realidad. Eso es una tontería. Eso es lo que tenemos que entender; la ausencia total de tal cosa en realidad es de lo que está hablando la vacuidad. Ese “yo” sentado en mi cabeza que se queja y se preocupa todo el tiempo no corresponde a nada real. Está ausente; nunca estuvo allí. La vacuidad es una ausencia y eso es lo que está ausente. No existe tal cosa y nunca existió. No hay ninguna figura de caricatura sentada en mi cabeza que sea “yo” hablando. Y si tienes un “yo” separado que crees que va a callar a este otro “yo” que está hablando, entonces se complica aún más, como si hubiera el “yo” que es el policía y el “yo” que es el criminal y entonces eres culpable y te sientes mal. Soy el malo porque estoy diciendo “blablablá” en mi cabeza con todo tipo de pensamientos maliciosos y demás.     

Otra cosa que sucede a menudo es que, cuando estamos meditando, tratamos de enfocarnos en la respiración y nuestra atención se dispersa. Tenemos un pensamiento que llega sobre el almuerzo o lo que sea. Luego, otra voz viene a nuestra cabeza, surge en nuestra cabeza, y dice: “Deja de hacer eso y vuelve a la meditación”. Lo que es difícil de entender es que ambas voces, la que habla del almuerzo y la que dice que deje de hacerlo, son el mismo tipo de fenómeno. Ambos son solo el surgimiento del sonido mental de las palabras. No es que haya dos “yos” que estén ahí.     

Cuando tenemos estos dos comentarios, uno pensando en el almuerzo y el otro diciendo: “Idiota, deja de pensar en el almuerzo y vuelve a enfocarte en la respiración”, por un lado, podemos entender que ambos son solo sonidos verbales mentales - una representación mental de un sonido - que están sucediendo, no hay ningún tipo de “yo” separado y ciertamente no hay dos “yos” separados que digan eso, pero si nos deshacemos de eso, tal vez nos preguntemos ¿qué nos queda? Lo que nos queda es el “yo” convencional. Entonces, ¿qué es el “yo” convencional?    

El “yo” convencional

El “yo” convencional es una imputación, para usar la jerga técnica, que tiene como base el continuo de un entramado individual de agregados. No estamos hablando de algo imputado por un proceso mental. No se imputa activamente. Podemos imputar activamente una categoría, como “perro”, con una etiqueta mental, sobre un animal individual, o un nombre o la palabra “perro” con la designación sobre la categoría y el animal, pero el animal aún existe y funciona sin tener un nombre o una categoría imputados activamente sobre él por una mente conceptual. Estamos hablando de un tipo de fenómeno diferente aquí. Estamos hablando de algo que es una imputación que ocurre naturalmente sobre otra cosa: por ejemplo, un todo es una imputación sobre las partes. No es que no haya un todo si alguien no imputa activamente un todo sobre las partes. Pero, ¿qué es un todo?                   

Un todo es un fenómeno imputado que ocurre naturalmente sobre la base de partes. No se puede tener un todo sin partes, ¿cierto? Y no se pueden tener partes sin que sean partes de un todo, incluso si el todo no está presente, como simplemente tener parte de la solución a un problema. No se puede tener una palabra sin significado, de lo contrario es solo un sonido; pero si hay un significado asignado a un sonido, entonces tenemos una palabra.

Una palabra es una imputación que ocurre naturalmente sobre la base de un significado. Del mismo modo, tenemos todos estos factores cambiantes que conforman este momento, son como partes. Tenemos el cuerpo, la sensación física de la respiración que entra y sale por la nariz, la conciencia táctil, una distinción de esta sensación física de otras sensaciones físicas, como la del cojín debajo de nuestras posaderas. También hay un nivel de felicidad o infelicidad al experimentar esta sensación. También hay otros factores mentales presentes, como que la sujeción mental sea muy débil y el interés sea cero, etc. Existen todos estos factores mentales. “Yo” es un fenómeno imputado que ocurre naturalmente sobre la base de todo este entramado, de la misma manera que un todo es un fenómeno imputado que ocurre naturalmente sobre la base de partes. Este “yo” convencional simplemente está ahí de forma natural. Ese “yo” que es una imputación sobre estos agregados no es algo separado que pueda existir por sí solo, no imputado sobre nada.               

La relación entre el “yo” y la base de imputación no es muy fácil de entender. Para empezar, creo que lo útil es comprender que hay dos tipos de imputaciones. Hay imputaciones artificiales, hechas por el hombre, e imputaciones que ocurren naturalmente.    

El movimiento es un fenómeno imputado que ocurre naturalmente sobre la base de que un objeto físico esté en varias posiciones en una secuencia. No es que el movimiento exista por separado de que el objeto esté en diferentes posiciones. No es una imputación conceptual artificial sobre él, es simplemente cómo lo ponemos todo junto, refiriéndonos a él por completo. Entonces, lo mismo con el yo, con el “yo” convencional. Necesitamos pensar mucho para comprender que este llamado “yo convencional” es lo que experimenta las cosas, lo que experimenta hacer cosas y lo que experimenta los resultados de hacerlas. 

Entonces, ¿qué significa experimentar o experienciar? Bueno, es la diferencia entre una computadora y la mente. Hay un nivel de felicidad e infelicidad. ¿De dónde vienen estas sensaciones? ¿Cuál es su causa? Las sensaciones provienen del karma, se definen como las formas en que experimentamos la maduración de nuestro karma, y para comprender eso, tenemos toda la discusión de los doce eslabones de surgimiento dependiente, que describen el samsara y el nirvana.         

Esta presentación de que un todo es una imputación que ocurre naturalmente sobre las partes y que el yo es una imputación que ocurre naturalmente sobre los agregados es la forma Gelug de explicarlo. El Kagyu y el Nyingma dirían que estos también son imputados por la mente y la imputación es siempre un proceso activo de la mente. Aquí hay una diferencia entre Gelug, Kagyu, Nyingma y Sakya. El Gelug explica que simplemente así son las cosas: un todo está conformado por sus partes. Esa es la verdad convencional y es precisa, convencionalmente precisa.                   

Por eso es muy importante ceñirse a las explicaciones de una sola escuela y un sistema para comprender todo ese sistema. Si tenemos un sistema y luego, de repente, agregamos algo de otro sistema, entonces es como si tuviéramos un rompecabezas con todas las piezas pequeñas. No funciona si agregamos una pieza de otro rompecabezas y tratamos de hacerlo embonar; no embonan. Por lo tanto, debemos tener cuidado en términos de a qué rompecabezas pertenecen las piezas que estamos tratando de armar y asegurarnos de que todas provengan del mismo rompecabezas. De lo contrario, nos sentiremos muy confundidos.

Ese es el gran peligro de que hoy en día exista tanta información disponible de todas las diferentes tradiciones, del Internet, de todos los diferentes centros y diferentes profesores que hay. Podemos confundirnos mucho. Entonces, tratemos de entender, pero sin poner las cosas en una caja. Podemos clasificarlas de modo que, en cierto sentido, una caja sea útil, pero tengamos en cuenta que es una caja y que es solo un dispositivo para dar sentido a las cosas, ¿bien?

Observaciones finales

Lo que expliqué en términos de los cuatro emplazamientos cercanos de la recordación del Mahayana fue solo la meditación de primer nivel más general sobre estos cuatro: el cuerpo, las sensaciones, la mente, la conciencia del significado y los fenómenos. Aún no hemos llegado a la meditación que les aplica los dieciséis aspectos de las cuatro verdades nobles.      

Además, debemos comprender que cuando practicamos el Mahayana, hay niveles de práctica: la primera etapa, la segunda etapa y así sucesivamente, no simplemente entramos de lleno en todo. Eso es muy útil de seguir en nuestra práctica. Es como en el lam-rim, no saltamos al nivel avanzado de práctica para el beneficio de todos los seres cuando ni siquiera tenemos refugio o cierta comprensión de la renuncia o algo por el estilo. Si no sentimos que necesitamos salir del sufrimiento, ¿por qué habríamos de sentir que alguien más necesita salir del sufrimiento, por ejemplo? Si no queremos ser felices, ¿por qué deberíamos querer que los demás lo sean? Eso es muy importante, especialmente para las personas occidentales que a menudo tienen baja autoestima, odio a sí mismos, etc.       

Así que tenemos que practicar las cosas por etapas y construir una tras otra. Es lo mismo con estos cuatro emplazamientos cercanos de la recordación. Necesitamos practicarlos por etapas: primero de la manera general en términos de las cuatro consideraciones incorrectas y luego de la manera más avanzada con los dieciséis aspectos de las cuatro verdades nobles.  

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