Hay dos conjuntos principales de oscurecimientos (sgrib-gnyis; dos obstáculos mentales):
- Oscurecimientos emocionales (nyon-sgrib, sct. kleshavarana), los cuales impiden la liberación.
- Oscurecimientos cognitivos (shes-sgrib, sct. jneyavarana), los cuales impiden la omnisciencia.
De acuerdo con las afirmaciones Prasánguika Gelug, los oscurecimientos emocionales que impiden la liberación se refieren a todas las emociones y actitudes perturbadoras (emociones aflictivas) así como al aferramiento a la existencia verdaderamente establecida (bden-'dzin; aferramiento a la existencia verdadera) de todos los fenómenos. Ambas son formas de darse cuenta de algo. También se incluyen entre los oscurecimientos emocionales las tendencias (sa-bon, sct. bija) de las emociones y actitudes perturbadoras, y las tendencias a aferrarse a la existencia verdaderamente establecida.
La traducción literal del término que aquí se traduce como “tendencias” es “semillas”. Estas se refieren a los rastros de las emociones perturbadoras y el aferramiento que se quedan en el continuo mental con la cesación de un momento de una emoción o actitud perturbadora o la cesación de un momento de aferramiento a la existencia verdaderamente establecida. Estos rastros actúan como una fuente de la continuidad de las emociones y actitudes perturbadoras y de la continuidad del aferramiento a la existencia verdaderamente establecida.
Sin embargo, de acuerdo con una explicación oral dada por Tsenshap Serkong Rinpoche, así como una semilla de arroz es un grano de arroz que puede dar surgimiento a futuros cultivos de arroz si se encuentra con las condiciones adecuadas, asimismo, las tendencias de las emociones y actitudes perturbadoras y las tendencias del aferramiento a la existencia verdaderamente establecida son en sí mismas emociones y actitudes perturbadoras y este tipo de aferramiento. Basó su explicación en su entendimiento del texto de Tsongkhapa Esencia de Excelente Explicación de los Significados Interpretable y Definitivo (Drang-nges legs-bshad snying-po).
Las tendencias de estas ilusiones no son lo mismo que los hábitos constantes (bag-chags, sct. vasana; instintos) de y para ellos. El término "hábito constante" es sinónimo de los términos “hábito” (goms) y “raíz” (rtsa-ba). De acuerdo con la explicación de Tsenshap Serkong Rinpoche, la diferencia entre una tendencia y un hábito constante es como la diferencia entre una semilla de arroz y la raíz de una planta de arroz. Una semilla de una planta de arroz aún es un grano de arroz, mientras que la raíz de una planta de arroz no es arroz. De manera similar, las tendencias de las emociones y actitudes perturbadoras y del aferramiento a la existencia verdaderamente establecida aún son formas de darse cuenta de algo, mientras que los hábitos constantes de y para ellos son variables que afectan no congruentes (variables que afectan que no son ni formas de fenómenos físicos ni maneras de darse cuenta de algo). La afirmación Prasánguika Gelug más común es que tanto las tendencias como los hábitos constantes son variables que afectan no congruentes: ninguno es una forma de darse cuenta de algo.
Sin embargo, la explicación de Tsenshap Serkong Rinpoche y la visión prevaleciente del Prasánguika Gelug concuerdan en que los oscurecimientos cognitivos que impiden la omnisciencia no tienen lugar común (gzhi-mthun, común denominador) con fenómenos que son formas de darse cuenta de algo. No hay ningún fenómeno que sea tanto este tipo más sutil de oscurecimiento como una forma de darse cuenta de algo. Este segundo conjunto de oscurecimiento incluye los hábitos constantes para las emociones y actitudes perturbadoras y los hábitos constantes de aferrarse a la existencia verdaderamente establecida.
La principal diferencia entre las tendencias y los hábitos constantes de las emociones y actitudes perturbadoras es como sigue: Las tendencias tienen la habilidad (nus-pa, potencial) de dar surgimiento a momentos posteriores de emociones y actitudes perturbadoras, pero solo ocasionalmente, no continuamente. Por ejemplo, no estamos enojados todo el tiempo, solo ocasionalmente. Los hábitos constantes carecen de la habilidad de dar surgimiento a momentos posteriores de emociones y actitudes perturbadoras. Por el contrario, funcionan como una circunstancia que sostiene la “falta de claridad” (gsal-ba med-pa) del continuo mental sobre el que son imputados; y hacen esto de forma continua, no solo ocasionalmente. En este contexto, “falta de claridad” significa la incapacidad del continuo mental de dar surgimiento simultáneamente a las dos verdades de algo, es decir, la verdad superficial (verdad convencional, verdad relativa) de su apariencia y la verdad más profunda (verdad última) de su vacuidad de existencia verdaderamente establecida.
A diferencia de las tendencias de emociones y actitudes perturbadoras, las tendencias de aferrarse a la existencia verdaderamente establecida tienen la habilidad de dar surgimiento continuamente a más momentos de, en este caso, aferrarse a la existencia verdaderamente establecida, no solo de forma ocasional. Los hábitos constantes de aferrarse a la existencia verdaderamente establecida, por otro lado, dan surgimiento de forma continua a las apariencias de existencia verdaderamente establecida. Con aferramiento, uno cree que las apariencias de existencia verdaderamente establecida corresponden a la forma en la que todo, de hecho, existe.
De acuerdo con algunas explicaciones, mientras no se hayan eliminado los oscurecimientos emocionales, una faceta de los hábitos constantes de aferrarse a la existencia verdaderamente establecida también da surgimiento continuamente a este aferramiento. Esta faceta de estos hábitos constantes es equivalente a las tendencias de aferramiento a la existencia verdaderamente establecida. Una vez que los oscurecimientos emocionales han sido eliminados, sin embargo, los hábitos constantes de aferrarse a la existencia verdaderamente establecida ya no tienen esta faceta. Los hábitos constantes ahora dan surgimiento continuamente solo a las apariencias de existencia verdaderamente establecida y ya no a ningún aferramiento a la existencia verdaderamente establecida.
En el sistema Prasánguika Gelug, “apariencias de existencia verdaderamente establecida” (bden-snang), “apariencias dualistas” (gnyis-snang) y “apariencias engañosas” (‘khrul-snang) son sinónimos. Las apariencias de existencia verdaderamente establecida son “dualistas” en el sentido de que la manera en que parecen existir es diferente a la manera en la que realmente existen. Su manera de aparecer (snang-tshul) es como su tuvieran existencia verdaderamente establecida; mientras que su manera de morar (gnas-tshul) es como desprovistas de existencia verdaderamente establecida. Por lo tanto, la apariencia de existencia verdaderamente establecida y la vacuidad (la ausencia total) de existencia verdaderamente establecida son “duales” en el sentido de que son dos fenómenos mutuamente excluyentes: en un momento de cognición en un continuo mental, la presencia y ausencia de apariencias de existencia verdaderamente establecida no pueden suceder simultáneamente. Las apariencias dualistas, entonces, son “engañosas” en el sentido de que, para una mente que tiene oscurecimientos cognitivos imputables a ella, estas apariencias de existencia verdaderamente establecida parecen corresponder a la forma en la que todo realmente existe, mientras que, de hecho, son el opuesto exacto. No corresponden en absoluto.
Los hábitos constantes de aferrarse a una existencia verdaderamente establecida (específicamente, la faceta de ellos que continuamente dan surgimiento a las apariencias de existencia verdaderamente establecida) son sinónimos de “los hábitos constantes del engaño de la creación de apariencias dualista” (gnyis-snang 'khrul-pa’i bag-chags). La equivalencia de estos dos términos se basa en el hecho de que los hábitos constantes de aferrarse a la existencia verdaderamente establecida también tienen una “faceta causadora de engaño proveniente de la creación de apariencias dualista” (gnyis-snang-gi 'khrul-cha). Esta es la faceta responsable por el hecho de que un continuo mental con oscurecimientos cognitivos imputables sobre él no puede dar surgimiento a las dos verdades de nada simultáneamente: la verdad superficial de su apariencia, sea precisa o distorsionada, y la verdad más profunda de su modo de existencia. Examinemos este punto más de cerca.
La verdad superficial de cualquier fenómeno implica tanto la apariencia de lo que es como la apariencia de cómo existe. Cualquiera de estos dos aspectos puede ser preciso o distorsionado. La apariencia distorsionada de la manera de existencia de cualquier fenómeno es una apariencia de él como si tuviera existencia verdaderamente establecida; una apariencia precisa de su manera de existencia es una apariencia de él como un fenómeno que surge en dependencia, totalmente desprovisto de existencia verdaderamente establecida.
La única verdad superficial de cómo parecen existir algunos fenómenos a los que un continuo mental con oscurecimientos cognitivos puede dar surgimiento es una verdad superficial distorsionada, a saber, una apariencia de ese fenómeno como si tuviera existencia verdaderamente establecida. Por lo tanto, cuando tal continuo mental está enfocado de forma no conceptual en la verdad más profunda de ese fenómeno, por ejemplo, su vacuidad, no puede enfocarse simultáneamente ni en la verdad superficial distorsionada ni en la precisa de cómo parece existir. Esto es porque:
- Enfocarse en una ausencia de existencia verdaderamente establecida hace imposible enfocarse simultáneamente en la presencia de la apariencia distorsionada de existencia verdaderamente establecida.
- La faceta causadora de engaño del hábito constante de aferrarse a la existencia verdaderamente establecida impide el surgimiento de la verdad superficial precisa de la apariencia de cómo algo existe.
En resumen, a excepción de cuando se enfocan no conceptualmente en la vacuidad, todos los seres errantes conocen solamente apariencias dualistas, engañosas, de existencia verdaderamente establecida, y reaccionan continuamente a ellas con aferramiento a este modo imposible de existencia y con emociones y actitudes perturbadoras. Esto causa que deambulen por el samsara, el renacimiento incontrolablemente recurrente.
Los arhats, cuyas mentes aún son limitadas, solamente pueden percibir todavía las apariencias distorsionadas de existencia verdaderamente establecida cuando conocen la verdad superficial de cómo existen las cosas. Esto es porque no han liberado a sus continuos mentales de los oscurecimientos cognitivos. Aun así, dado que han eliminado para siempre todos sus oscurecimientos emocionales, no son engañados por las apariencias engañosas que perciben. Esto es porque no se aferran a que estas apariencias distorsionadas de cómo existen las cosas correspondan a cómo realmente existen.
Sin embargo, los budas ni siquiera experimentan el surgimiento de apariencias distorsionadas de existencia verdaderamente establecida en su continuo mental. Esto es porque se han liberado para siempre de los oscurecimientos cognitivos, así como de los emocionales. Sin limitación ni oscurecimiento alguno, conocen simultáneamente, de forma no conceptual, tanto las verdades superficiales precisas de todo, como sus verdades más profundas. Debido a que las verdades superficiales de cómo existe todo es un fenómeno que surge en dependencia, entonces, ante un buda, nada aparece como si estuviera autoestablecido independientemente de todo lo demás. Por lo tanto, dado que, al conocer la vacuidad, un Buda conoce simultáneamente la interconexión de todo, un Buda es omnisciente. En otras palabras, un Buda es plenamente consciente de la apariencia precisa del alcance total de lo que existe (ji-snyed-pa), mientras conoce simultáneamente la forma en que todo existe (ji-lta-ba), es decir, con una ausencia total de existencia verdaderamente establecida.
Hay más conjuntos de oscurecimientos, tales como aquellos de los Hinayana (dman-sgrib; obstáculos de propósito inferior), aquellos que provienen del karma (las-sgrib, sct. karmavarana; obstáculos kármicos), y aquellos para los logros meditativos (snyoms-'jug-gi sgrib-pa, snyoms-sgrib). Estos no deben incluirse necesariamente en las categorías de los oscurecimientos emocionales o cognitivos; sin embargo, todos son eliminados al momento en que se alcanza la budeidad.