El refugio definitivo está en las cesaciones verdaderas y en los verdaderos estados mentales que son el camino
Tomar refugio es un proceso activo de darle una dirección segura y significativa a nuestra vida, tal como está indicado por las Tres Joyas Raras y Preciosas: Buda, Dharma y Sangha. Hay varios niveles de entendimiento de estas tres, pero en el nivel más profundo, la Joya del Dharma se refiere a las cesaciones verdaderas y a los verdaderos estados mentales que son el camino; la Joya del Buda son aquellos que han alcanzado la joya del Dharma completamente, y la Joya de la Sangha son aquellos que la han alcanzado en parte.
El primer aspecto de esta Joya más profunda del Dharma, la tercera verdad noble, se refiere a las verdaderas cesaciones de todas las deficiencias, emociones perturbadoras, tendencias, confusión y compulsividad del karma que ocurre en nuestra actividad mental. Esto significa que se van por siempre y que nunca pueden surgir de nuevo. Esto es posible porque nuestra actividad mental no está contaminada innatamente por este lado perturbador, que está basado en la confusión.
El otro aspecto de esta Joya del Dharma más profunda, la cuarta verdad noble, se refiere a los caminos verdaderos. Estos significan los verdaderos caminos del entendimiento, realización y todas las demás buenas cualidades, tales como el amor y la compasión, que se pueden desarrollar en nuestra actividad mental. Esto es porque nuestra actividad mental tiene todos los potenciales y habilidades para entender cualquier cosa, para tener amor e interesarse por absolutamente cualquiera, y así sucesivamente. Este es el caso incluso aunque ahora, por nuestro hardware limitado (básicamente nuestro cuerpo y mente limitados) solo entendamos un poco y, con frecuencia, sea confuso. Y usualmente nos interesamos solo por nosotros mismos. Quizá lo ampliemos a nuestra familia y seres queridos, pero no a todos. Es limitado.
Cuando hablamos sobre todo esto en términos de la naturaleza de la actividad mental y de nuestra experiencia personal, necesitamos una gran cantidad de pensamiento para poder convencernos de que estas cesaciones verdaderas y estos verdaderos estados mentales que son el camino, son posibles. Solo entonces podremos concebir a los budas como aquellos que lo han logrado por completo y a la Arya Sangha como aquellos que lo han conseguido en parte. De otro modo, si pensamos que es imposible lograrlos, ¿cómo podría ser posible que haya budas y que la Arya Sangha tenga sus logros? Y si nunca han realizado la Joya del Dharma, ¿cómo podríamos hacerlo nosotros?
La naturaleza de la actividad mental
Para investigar si es posible alcanzar la Joya del Dharma, es importante observar la naturaleza de la actividad mental, dado que las cesaciones verdaderas y los verdaderos estados mentales que son el camino ocurren con la actividad mental. La actividad mental, o la mente, es la experiencia momento a momento, subjetiva e individual, de algo. Incluso si es experimentar el sueño, o experimentar estar inconsciente, o incluso experimentar la muerte, siempre hay una experiencia de algo. Más precisamente, es el surgimiento de un holograma mental complejo de un objeto o pensamiento junto con una sensación de algún nivel de felicidad o infelicidad y una mezcla de emociones hacia éste. Este surgimiento es equivalente a un involucramiento cognitivo con el objeto o pensamiento, y ocurre sin un “yo” o una “mente” separados haciendo que ocurra u observándolo. Esta es la naturaleza convencional de la actividad mental.
Nuestra actividad mental individual, subjetiva, también puede ser descrita desde un punto de vista físico. Hay algo de energía o una base física para esta, como un cerebro y un cuerpo. Esta energía, de algún modo, irradia, y de esta manera tenemos comunicación. En la jerga budista, a esto usualmente se le refiere como habla. Pero el habla no significa necesariamente solo palabras. Son todas las formas de comunicación.
Si la naturaleza innata de la actividad mental es que da surgimiento a los hologramas mentales, esto significa que podría dar surgimiento a un holograma mental de cualquier cosa. De hecho, podría dar surgimiento al holograma mental de todo. El involucramiento cognitivo podría ser confusión, por supuesto, pero también podría ser con completo entendimiento, amor y paciencia, y todas las otras cualidades positivas también.
Cuando hablamos sobre la naturaleza innata convencional de la mente, estamos hablando de la estructura de cómo funciona, esto es, con el mero surgimiento de un holograma mental y un involucramiento mental. “Innato” significa que es una parte integral de esta actividad mental. No estamos hablando del contenido real, o de a qué tipo de holograma da surgimiento, o qué nivel de involucramiento cognitivo hay.
El contenido podría estar limitado, como que solo somos capaces de percibir lo que está directamente enfrente de nuestra nariz. Con frecuencia hay muchas proyecciones allí también y el involucramiento podría ser con mucha confusión. Pero estos son ejemplos de limitaciones del contenido. Estos no limitan o afectan la estructura de lo que está ocurriendo con la actividad mental. La estructura continúa siendo la misma a pesar del contenido.
Las limitaciones del hardware humano
Si preguntáramos cuál es el problema aquí, el problema es que las limitaciones de nuestra actividad mental están condicionadas por nuestro hardware limitado. Miren a este hardware limitado del cuerpo humano, a pesar de ser el tipo óptimo de hardware que podríamos obtener en un renacimiento. Primero, comenzamos como un infante y, como un bebé, no entendemos nada. No podemos realmente comunicarnos. Lo único que podemos hacer es llorar. A medida que crecemos y avanzamos a través de la adolescencia, estamos bajo la influencia de todas nuestras hormonas y, por lo tanto, tenemos un fuerte deseo sexual y nos ponemos agresivos. Todas estas cosas son grandes limitaciones, ¿o no?
Nuestro cuerpo se enferma y, conforme envejecemos y envejecemos, comienza a descomponerse. No podemos recordar bien las cosas y nos confundimos. Es una gran limitación del hardware. Otras limitaciones incluyen solo ser capaces de ver cosas que están directamente en frente de estos dos hoyos en la parte delantera de nuestra cabeza. No podemos ver cosas fuera de este rango y ciertamente no podemos ver nada más allá de lo que está ocurriendo ahora mismo.
Todas estas limitaciones con respecto a aquello de lo que podemos darnos cuenta y qué tanto involucramiento cognitivo podemos tener con eso, son básicamente problemas del hardware. Porque estamos confundidos y porque pensamos que lo que percibimos es la totalidad de la realidad; entonces, mediante un mecanismo muy complejo conocido como los doce eslabones de surgimiento dependiente, perpetuamos el hecho de tener más y más de este hardware limitante, vida tras vida.
Sin embargo, si solo pensamos en términos de la estructura de nuestra actividad mental, esta estructura por sí misma es ilimitada. Es lo que llamamos “pura”. No está manchada por las limitaciones causadas por el hardware y la confusión. Esto significa que, cuando ocurre nuestra actividad mental sin este tipo de hardware, sin esta generación perpetua de vida tras vida con hardware limitado, entonces, dado que su estructura tiene todos los potenciales y la habilidad de percibir absolutamente todo, nuestra actividad mental puede ser con entendimiento completo, amor completo, interés completo y comunicación fantástica sin ninguna limitación. Eso sería genial ¿cierto?
No es que vayamos a solucionar el problema cometiendo suicidio para liberarnos de este hardware limitante. Por la fuerza de nuestra confusión y todas las tendencias y potenciales kármicos que hemos acumulado actuando sobre la base de esta confusión, simplemente generaremos más hardware limitado, probablemente incluso más limitante que el que tenemos ahora.
A pesar de que la causa más profunda de tener este hardware limitado es nuestra confusión, aun así, la mente es capaz del entendimiento correcto. La confusión no puede ser validada, mientras que el entendimiento correcto puede serlo. Esto significa que, a través de la revalidación repetida y de la total familiaridad, podemos reacondicionar nuestra actividad mental de modo que el entendimiento correcto desplace a la confusión y logremos una verdadera cesación de toda la confusión y de todos los factores perturbadores derivados de eso.
Mientras más entendimiento y convicción tenemos de cómo el entendimiento correcto puede reemplazar a la confusión, más nos convencemos de que es posible, basándonos en la pureza innata de esta actividad mental y en sus habilidades innatas, realmente alcanzar una verdadera cesación, la tercera verdad noble, y la cuarta verdad noble, los verdaderos estados mentales que son el camino. La tercera y cuarta verdades nobles son el Refugio del Dharma más profundo.
¿Podría haber habido alguna vez un Buda?
Basándonos en esta lógica, podemos tener confianza de que hay tal cosa como un Refugio en el Dharma, que hay tal cosa como las cesaciones verdaderas y los verdaderos estados mentales que son el camino, y que es posible alcanzarlos. Por supuesto, puede surgir la pregunta de, si es posible alcanzarlos, ¿significa esto necesariamente que alguien realmente los ha alcanzado? Esta no es una pregunta fácil de responder, debo decir. Esta es la pregunta real. ¿Podría haber habido alguna vez un Buda y por qué no hay muchos de ellos ahora? Incluso, aunque quizá los tibetanos digan que hay muchos de ellos ahora ¿podemos realmente creer esto? Debo decir que es una pregunta difícil de responder.
Ahora, necesitamos analizar. Su Santidad el Dalái Lama y los grandes maestros siempre enfatizan que debemos analizar. Entro en todo este detalle porque, si hablamos de una aplicación práctica del refugio en la vida cotidiana, si no creemos realmente que hay tales cosas como el Buda, el Dharma y la Sangha en el nivel más profundo, ¿cómo podríamos, de hecho, darle a nuestra vida este refugio? Nos dirigimos a un objetivo, la liberación o la iluminación, pero ni siquiera creemos que es posible. Todo el asunto se vuelve hipócrita si no confiamos en que, de hecho, hay un Buda, Dharma y Sangha, y que podemos ir en la dirección segura indicada por ellos.
Verán, esto es lo que pienso que sabotea el ser capaces de tener este refugio como algo central, como la cosa más importante de nuestra vida. Ya sea que no tengamos idea de lo que el refugio realmente significa o, incluso si sabemos lo que significa, no creemos que realmente sea posible alcanzar estos estados de refugio. Incluso si creemos que es posible, no sabemos cómo poner en práctica esto en nuestra vida. De nuevo, es por esto que estoy detallando un poco este lado analítico, y no del lado de enlistar las cualidades del Buda, Dharma y Sangha.
Veamos a dónde podemos llegar con nuestro análisis hasta ahora. Hemos afirmado que las manchas que están contaminando nuestra actividad mental – esta es la jerga budista usada para describirlas – pueden ser removidas para siempre y todas sus cualidades positivas y potenciales pueden ser completamente realizados. Necesitamos agregar a esto la afirmación budista del tiempo sin principio. Ahora, si podemos tomar prestado de la jerga científica – aunque quizá de manera imprecisa – sobre la base de estas afirmaciones, hay una probabilidad estadística de que alguien, de hecho, haya alcanzado todas estas cesaciones verdaderas y verdaderos estados mentales que son el camino. No podemos decir que no hay posibilidad de que esto nunca haya ocurrido, dado que es teóricamente posible, y que el tiempo no tiene principio.
De esta línea de razonamiento, la probabilidad de que haya podido haber un buda es muy alta y, además de esto, hubo alguien a quien todos los textos llaman el “Buda”. Entonces, investigamos qué es lo que este Buda enseñó respecto de cómo alcanzó las verdaderas cesaciones y los verdaderos estados mentales que son el camino que lo convirtieron en un Buda iluminado. Cuando ponemos estas enseñanzas en práctica, comenzamos a experimentar los resultados que el Buda dijo que eran alcanzables. Basándonos en esta lógica, podemos comenzar a estar convencidos de que, de hecho, hubo un Buda.
Ahora, el budismo es bastante diferente de otras filosofías indias en el sentido de que el budismo no dice que todos inevitablemente alcanzarán la liberación y la iluminación. Todos pueden alcanzar la liberación y la iluminación porque la naturaleza básica de nuestras actividades mentales individuales es pura, pero eso no significa que todos necesariamente alcanzarán la liberación y la iluminación. La razón para esto es que, dado el tiempo infinito sin principio, si todos pudieran alcanzar la liberación y la iluminación, ya lo habrían hecho. Pero ese obviamente no es el caso. Por lo tanto, aunque todos pueden alcanzar la liberación y la iluminación, esto no significa que todos necesariamente lo harán.
Pero, si hay una probabilidad estadística de que alguien transitó por todo el camino en este proceso de purificación y se convirtió en un buda, entonces también hay una probabilidad estadística de que están aquellos que han recorrido una parte del camino, aunque no han terminado el proceso. Esta sería la Arya Sangha. Si otros pudieron hacerlo, dado que el budismo también afirma que todos somos iguales, existe la probabilidad estadística de que también podemos alcanzar la liberación y la iluminación. Por lo tanto, no es tan solo un deseo ilusorio el darle esta dirección a nuestra vida, trabajar para alcanzar la Joya del Dharma definitiva en nuestra continuidad mental en el modo en que los budas lo han hecho y de la forma en que la Arya Sangha lo está haciendo.
La posibilidad de que nunca haya habido un Buda Iluminado
Hay una cosa más que me gustaría agregar sobre nuestra discusión respecto de si ha habido alguna vez o no un buda. En términos de probabilidad estadística, también está la posibilidad de que nunca haya habido algún buda. Esto presenta un problema muy interesante. Podemos analizarlo desde varios puntos de vista.
En términos de probabilidad, existe una probabilidad de que haya habido un buda, que hayan podido haber dos, puede que hayan habido tres, puede que hayan habido cuatro, cinco – así hasta el número finito de seres sintientes. Así que, hay una probabilidad más grande, en términos de todas estas posibilidades, que la única posibilidad de que nunca haya habido algún buda.
Esta es una forma de verlo, pero hay otra forma de analizarlo. Una de las características de un buda es que un ser iluminado ejerce una influencia iluminadora, la cual, como un imán, atrae a otros hacia la liberación y la iluminación inspirándolos a trabajar hacia estos objetivos. Además, uno de los aspectos de la naturaleza búdica que todos tenemos es que nuestro continuo mental puede ser afectado por esta influencia iluminadora para crecer a través de un camino espiritual. Así que, si nunca hubo un buda y, por lo tanto, nunca hubo una influencia iluminadora de un buda, ¿cómo podría alguien alguna vez haber hecho progreso espiritual a través del camino budista? Pero, obviamente, ha habido personas que han trabajado en el camino budista y que han hecho progreso espiritual. Podemos verlo incluso en nosotros mismos si probamos las enseñanzas.
Obviamente, esto requiere una reflexión más profunda sobre qué es la inspiración y sobre cuál es la importancia de estar inspirados o estimulados para mejorar nuestras situaciones mediante el ejemplo de alguien más o mediante sus enseñanzas. ¿Es posible hacer progreso sin esto? Necesitamos pensar un poco sobre esto. Si decimos que aquellos que han hecho progreso podrían haber recibido la influencia iluminadora meramente por parte de maestros que no eran budas – bueno, ¿de dónde obtuvieron su influencia iluminadora estos maestros que aún no estaban iluminados? Y si hubo un primer Buda, ¿de dónde obtuvo la inspiración ese Buda? ¿Acaso siempre hubo budas que ejercieron esta influencia iluminadora o la influencia iluminadora provino de maestros espirituales que aún no estaban iluminados? Mediante este tipo de razonamiento, podemos llegar a la conclusión de que nunca hubo un primer Buda, especialmente dado que el tiempo no tiene principio.
Luego, necesitamos observar lo que el Buda Shakyamuni enseñó. Si ponemos en práctica estas enseñanzas a cualquiera que sea el nivel que seamos capaces, entonces, empíricamente podemos saber, desde nuestra propia experiencia que, de hecho, funcionan para producir los resultados afirmados. Ayudan a disminuir nuestro sufrimiento y nuestros problemas. No estamos hablando aquí sobre los métodos que el Buda enseñó que son compartidos por casi todas las filosofías y sistemas indios, como los métodos para alcanzar la concentración y demás. Estas no son enseñanzas exclusivamente budistas. Pero lo que es específicamente budista son las cuatro nobles verdades – en general, tanto para el Hinayana como para el Mahayana – y dentro del contexto Mahayana, las enseñanzas sobre la vacuidad. Cuando ponemos estas enseñanzas en práctica, experimentamos que, mientras más entendemos sobre la vacuidad y más aplicamos este entendimiento en nuestra vida diaria, nuestros problemas disminuyen. Realmente funcionan.
Además, si revisamos los pasos graduales que el Buda enseñó para alcanzar la liberación y la iluminación, encontramos empíricamente, al recibir tantas como podemos, que todas funcionan para producir los resultados afirmados. Si este es el caso, entonces, según lo encontramos en la discusión de este punto en los textos budistas, ¿hay alguna razón para que el Buda hubiese mentido acerca de los pasos subsecuentes para completar el camino y alcanzar la iluminación? Después de todo, la única motivación para que el Buda alcanzara la iluminación era su equitativa compasión sin límites por todos los seres limitados. Su iluminación no habría sido posible sin ese nivel de compasión. Siendo tan compasivo como para ayudar a todos los seres a salir de sus sufrimientos, no hay razón para que el Buda haya intentado engañarnos cuando declaró: “He alcanzado la iluminación, la tierra es mi testigo”. No hay razón para que el Buda haya mentido. Este es el argumento clásico. Además, si revisamos toda la actividad del Buda, no concuerda con que el Buda haya mentido sobre este aspecto, dado que todo el resto de lo que hizo fue benéfico y honesto.
Pero, si analizamos más esto – y ahora estoy analizando mientras hablo – podríamos sugerir otra objeción. Si revisamos las últimas etapas del camino, aprendemos que, si pudiéramos tener el entendimiento de la vacuidad perfectamente, no conceptualmente, todo el tiempo, entonces nuestra ignorancia, nuestra falta de darnos cuenta, nunca surgiría de nuevo. Así es como obtenemos la verdadera cesación de la causa más profunda de nuestros sufrimientos y alcanzamos la liberación. Y si nuestra cognición no conceptual de la vacuidad es lo suficientemente fuerte al tener a la bodichita de respaldo, alcanzamos el conjunto completo de cesaciones verdaderas de todos los oscurecimientos y alcanzamos la iluminación.
Ahora, esta es mi objeción. ¿Qué tal si el Buda tuviera el entendimiento no conceptual de la vacuidad solo una gran cantidad del tiempo – mucho más de lo que nosotros podríamos haber alcanzado hasta ahora – y él vio que mientras más tenía esta cognición no conceptual, más débil se volvían su confusión, emociones perturbadoras y sus comportamientos kármicos compulsivos, y menor era el sufrimiento que él experimentaba? ¿Qué tal si él meramente infirió que, si tuviera esta cognición no conceptual de la vacuidad todo el tiempo, se liberaría de la verdadera causa del sufrimiento para siempre? Esto no significa necesariamente que él haya alcanzado realmente este estado final. Él podría meramente haber inferido su existencia, y este habría sido un entendimiento inferencial válido. Él no habría necesitado alcanzar la iluminación. Esto es lo más lejos que he llegado en mi análisis, porque no se me ha ocurrido una respuesta a esta objeción.
Pero creo que es una objeción importante a atender, especialmente en términos de la relevancia del refugio en nuestra vida diaria. Este es el punto de cuestionar si alguien se ha convertido alguna vez un buda. ¿Es posible siquiera alcanzar la budeidad? Y si nunca hubo realmente un buda y es imposible alcanzar la iluminación, entones ¿qué hacemos cuando tomamos refugio en el Buda, el Dharma y la Sangha? ¿Estamos tomando como nuestra fuente de dirección segura algo que es imposible? ¿Es acaso como intentar convertirse en el ratón Mickey? ¿O qué es? ¿Acaso nuestra práctica budista realmente va más en la dirección de solo intentar mejorar tanto como sea posible? Y si es así y seguimos el camino budista sin creer que podríamos alguna vez iluminarnos completamente – o incluso liberarnos, en este caso – entonces bien. Pero creo que tenemos que ser claros respecto de lo que estamos haciendo al practicar el budismo y no engañarnos a nosotros mismos: ¿Por qué estamos realmente esforzándonos y qué es lo que realmente creemos que es posible?
Es importante, cuando tomamos refugio, que esta dirección, este refugio, sea seguro y estable en nuestra mente, sin ninguna duda. Lo que estoy introduciendo aquí son los tipos de dudas que podrían surgir. Creo que muchos de nosotros nunca cuestionamos realmente la posibilidad de alcanzar la liberación y la iluminación. En cierto sentido, simplemente lo aceptamos. Pero, luego de un rato, comenzamos a cuestionar. Lo que ocurre, entonces, es que nos rendimos y decimos que aquello por lo que estamos esforzándonos es imposible. Nadie nunca lo ha alcanzado, así que ¿quién soy yo para engañarme a mí mismo pensando que puedo alcanzarlo? Así que nos rendimos. O aceptamos que alcanzar la iluminación es, de hecho, imposible, pero estamos satisfechos con ir tan lejos como sea posible en esta dirección. Puede que estemos convencidos, lógicamente, de que teóricamente es posible alcanzar la liberación y la iluminación. Hay suficientes líneas de razonamiento y métodos para, de hecho, obtener un entendimiento inferencial válido de que la iluminación es, en verdad, teóricamente posible. Pero la pregunta es, en un nivel práctico ¿es realmente posible? Y esta es una dialéctica muy interesante entre lo que es teóricamente posible y lo que es realmente posible.
El único modo en el que podemos estar convencidos de que es prácticamente posible obtener la iluminación es alcanzarla nosotros mismos. Después de todo, los textos dicen que solo un buda puede reconocer a otro buda. Así que, ¿cómo sabemos siquiera que alguna otra persona es realmente un buda? ¿Sólo porque ellos dicen que son budas? Mucha gente loca dice que son budas. Sólo podemos saber por inferencia si alguien más es un buda porque, a menos que nosotros seamos un buda, no podemos saberlo directamente.
Podríamos decir: “Teóricamente, puedo inferir que debe haber un buda”. Pero para poder realmente estar convencidos, tenemos que convertirnos en budas nosotros mismos, y así decidimos trabajar en tal dirección. Esta puede ser la solución a todas nuestras objeciones respecto a si ha habido alguna vez un buda y si la iluminación es siquiera posible.
El budismo no es solo una escuela más de Psicología
Lo que es significativo en esta larga discusión es que, aunque pudiéramos, sin estar convencidos de que es posible alcanzar las metas budistas últimas, aun así, darle esa dirección a nuestra vida sólo con la idea de que, si avanzamos más allá de donde estamos ahora, entonces -incluso si no alcanzamos la meta- será una mejora. Sin embargo, si solo pensamos en términos de mejora y no recorremos todo el camino porque pensamos que es imposible, entonces nuestra práctica budista ha involucionado en lugar de haber evolucionado. Ha involucionado en una psicología. Las enseñanzas budistas se vuelven tan solo una escuela más de psicología, y la práctica budista se convierte en otra forma de psicoterapia. Pero ciertamente no es así. Aunque podríamos practicar budismo en ese nivel, esto es lo que yo llamo “Dharma-lite”. No es lo auténtico. Por supuesto, tiene sus beneficios. No podemos decir que no hay beneficios pensar solo en términos de trabajar en nosotros mismos para mejorar esta vida, pero eso no es realmente de lo que se trata el refugio.
Un extremo que necesitamos evitar en términos del refugio es pensar en el Buda como nuestro salvador personal. Pero otro extremo es pensar que el budismo solo enseña maneras para trabajar con nuestras emociones y conductas, como una forma de psicoterapia. “Solo trabaja en ti mismo”. Suena como psicoterapia ¿o no? Necesitamos evitar este extremo porque, en cierto sentido, ignora que existen las Tres Joyas Preciosas y solo considera el Dharma. Pero, hay un Buda y hay una Arya Sangha. A diferencia de nuestro terapeuta, el Buda y la Arya Sangha son nuestros modelos a seguir. Si conociéramos personalmente a los terapeutas, probablemente encontraríamos que también tienen un montón de problemas. Además, el budismo involucra ética. La psicoterapia no involucra necesariamente entrenamiento ético. De hecho, algunas escuelas de psicoterapia quieren evitar cualquier tipo de consejo ético.
El lado devocional del refugio
El budismo tiene un lado devocional que puede ayudarnos a fortalecer nuestra toma de refugio. No es algo que debamos negar o rechazar. Este lado devocional incluye recibir inspiración y tener algún tipo de expresión ritual para nuestros estados emocionales positivos. Podríamos, quizá, dirigir nuestras prácticas devocionales hacia los budas y, en representación de la Sangha, bodisatvas como Tara y Chenrezig, y demás. Pero tenemos que evitar los peligros de convertirlos en santos y salvadores personales.
Para muchos de nosotros que no podemos relacionarnos con el Buda mismo, ya sea el Buda Shakyamuni histórico o Chenrezig, quienes los representan son los maestros espirituales – tanto históricos, como Gurú Rinpoche y Milarepa, como los presentes el día de hoy. No estamos hablando simplemente de alguien que se llame a sí mismo o sí misma un maestro o maestra espiritual. Es posible que no estén sumamente bien calificados. Estamos hablando de los más calificados, como Su Santidad el Dalái Lama. Cualquiera puede llamarse a sí mismo “lama” y convencer a otros de que lo llamen “lama” también, pero esto no significa que tengan ninguna buena cualidad. Tan solo significa que se es carismático y capaz de influenciar a otras personas, y ser ambiciosos.
Pero, en cualquier caso, este factor de inspiración es usualmente traducido como “bendición” y, creo que puede ser una traducción engañosa. La inspiración nos ayuda a darnos energía y el ánimo para, de hecho, darle esta dirección a nuestra vida. No hay nada místico al respecto. Tal inspiración es algo que obtenemos de nuestros maestros espirituales. A través de ellos podemos obtener algún tipo de entendimiento de los budas y de la Arya Sangha. A través de ellos obtenemos explicaciones sobre las enseñanzas. Aunque quizás leamos sobre el Dharma en un libro o en el internet, usualmente no es tan claro. Por lo general, necesitamos a alguien que nos explique y responda nuestras preguntas. No es tan solo eso, necesitamos también a alguien que encarne aquello que anhelamos, de modo que tengamos una idea mucho más realista en torno a qué es de lo que están hablando todas estas enseñanzas.
[Ver: "Bendiciones" o inspiración]
Tener un modelo a seguir
Para darle esta dirección segura a nuestra vida en un nivel práctico de la vida diaria, creo que es realmente importante tener un modelo a seguir con el cual relacionarnos. Quizá para algunos es difícil relacionarse con Gurú Rinpoche como modelo a seguir. Gurú Rinpoche nació de un loto y fue capaz de pasar a través del fuego y no ser quemado. Es muy difícil relacionarse con tal modelo a seguir ¿o no? Ciertamente, no estoy de ninguna manera intentando disminuir la importancia de Gurú Rinpoche y que el ejemplo de Gurú Rinpoche puede ser inspirador para muchas personas, pero para algunas personas es muy difícil establecer relación con él en un nivel personal. ¿Cómo es esto relevante para mí como modelo a seguir de lo que puedo hacer? Es por eso que nuestros maestros espirituales ordinarios, y, por supuesto, los realmente avanzados, son un modelo con el cual podemos relacionarnos un poco mejor. Incluso si no podemos relacionarnos con alguien como Su Santidad el Dalái Lama, hay maestros espirituales menos realizados con los cuales quizá podamos relacionarnos un poco más fácilmente.
Lo que encuentro muy interesante es que Su Santidad el Dalái Lama ha dicho que, para él, el modelo que intenta seguir y que lo inspira es el modelo a seguir del Buda Shakyamuni mismo. Su Santidad muy comúnmente enseña en una audiencia de cientos de miles de personas o más. Obviamente, nosotros nunca hemos tenido ese tipo de experiencia. Él influye a tantas personas alrededor del mundo y, para poder hacer esto, él obtiene inspiración del modelo a seguir mucho más avanzado de un Buda que es capaz de enseñar a todos simultáneamente. Cada uno de nosotros puede tener modelos a seguir cada vez más avanzados conforme progresemos, hasta llegar al Buda. Incluso para Su Santidad el Dalái Lama, el papel de la inspiración de sus maestros espirituales, o del Buda mismo, es muy importante y central.
¿Qué significado tiene el refugio en nuestra vida?
¿Qué hemos establecido hasta ahora? Hemos establecido esta dirección segura última que estamos intentando darle a nuestra vida. En un lenguaje muy simple, estamos trabajando con nosotros mismos para deshacernos de nuestras deficiencias y de nuestros aspectos perturbadores, y para realizar todos nuestros potenciales positivos. He dado alguna indicación sobre cómo podríamos comenzar a pensar o analizar y, espero, convencernos de que es posible recorrer todo el camino. Podemos deshacernos de todo el lado perturbador y desarrollar todo el lado positivo de nuestra actividad mental. Es posible. Hay budas que lo han hecho y, no solo eso, ellos han enseñado cómo hacerlo nosotros mismos. Existe la Sangha Arya, aquellos que lo han hecho en parte y que aún están trabajando en esa meta. Están los maestros espirituales, que quizá no han alcanzado la etapa Arya de las verdaderas cesaciones y los verdaderos estados mentales que son el camino; sin embargo, ellos están más avanzados en el camino de lo que estamos nosotros. Mediante todos ellos, dependiendo de nuestro nivel, podemos obtener inspiración y tener auténticos modelos a seguir. Cada uno de nosotros es capaz de recorrer todo el camino en esta dirección. Con la ayuda del maestro espiritual y con mucho trabajo duro, seremos capaces de realmente alcanzar este objetivo de la liberación y, en un sentido Mahayana, la iluminación.
Al convencerse de todo esto, entonces el refugio o la dirección segura realmente se vuelve el propósito central de nuestra vida, significativo para nosotros todo el tiempo. Pero para esto, necesitamos realmente convencernos y necesitamos estar inspirados por nuestros modelos a seguir. Necesitamos que nuestro refugio de hecho se vuelva relevante en nuestra vida. Cuando tenemos algún episodio difícil en nuestra vida, necesitamos no ser desalentados por él. Necesitamos darnos cuenta de que somos capaces de manejarlo. Será posible. Quizá ahora no sea tan fácil, pero al darle esta dirección segura a nuestra vida, podremos superar gradualmente nuestra ira, por ejemplo. Podremos superar todas estas dificultades que enfrentamos. Vamos a trabajar en ello.
Cuando los problemas surgen en nuestra vida diaria, no vamos a negarlos. No es que vamos a intentar olvidarlos y volcarnos en el alcohol, las drogas, el sexo, la televisión o lo que sea para, de alguna manera, hacer que las cosas estén un poco mejor. En cambio, tenemos esta dirección segura en nuestra vida. Realmente vamos a recurrir a métodos budistas para intentar lidiar con la situación. Si hacemos esto, esa es una indicación clara de que en verdad tenemos esta dirección en nuestra vida. Entonces hemos realmente tomado refugio.
Tomemos unos minutos para reafirmar el terreno que hemos cubierto hasta ahora. Creo que parte de esta reflexión necesita ser sobre: si nos consideramos budistas ¿tiene el refugio algún significado realmente en nuestra vida? ¿Qué significa para nosotros? ¿Tiene un sentido similar al que hemos estado discutiendo, o es algo muy trivial y algo así como una cosa aledaña a nuestras vidas? ¿No significa mucho? Si no significa mucho, esto es muy triste. Nos estamos perdiendo un montón.
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Lo que es especial sobre el budismo: el objetivo y el método
El siguiente punto que quiero mencionar es que podríamos creer en cualquier sistema como si fuera el que enseña la verdad. Podríamos estar motivados por cualquier tipo de líder espiritual carismático de cualquier tradición. ¿Qué es lo diferente aquí con el budismo? Tenemos que revisar dos cosas: los objetivos budistas y los métodos para alcanzarlos. Puede haber muchas religiones que nos enseñen que el objetivo es ir al cielo. Podríamos creer en esta religión, confiar en sus enseñanzas y, al seguirlas, tener un camino espiritual muy benéfico. O podríamos tener como objetivo la liberación del renacimiento incontrolablemente recurrente – lo cual, por supuesto, asume que hay renacimiento. Está ese tipo de objetivo, pero la mayoría de las religiones indias enseñan eso. En el budismo, tenemos la iluminación, lo que significa que trabajamos hacia la iluminación para estar en condiciones óptimas de ayudar a otros a alcanzar este objetivo de la liberación. No puedo pensar en otro sistema indio que enseñe esto.
Pero, respecto a lo que estos otros sistemas indios consideran como liberación, los métodos para alcanzarla, las causas para no estar liberados, las causas para tener un renacimiento incontrolablemente recurrente – para el cual incluso ellos también utilizan la palabra “samsara” – desde un punto de vista budista, son solo parciales. El entendimiento que ellos enseñan no es tan correcto. Para realmente tener este refugio, esta dirección segura en nuestra vida, debemos estar convencidos, no solo de todo lo que hemos discutido hasta ahora, eso es una parte de esto. La parte adicional, y una parte muy importante, es estar convencidos de la validez del método que el Buda enseñó para alcanzar la meta. El método budista involucra el entendimiento de lo que llamamos “vacuidad” o “vacío” y las variadas formas para desarrollar la compasión. Necesitamos conocer correctamente lo que son y convencernos de que realmente funcionan.
Por lo tanto, para realmente darle esta dirección a nuestra vida en un nivel cotidiano, también necesitamos algún entendimiento del método involucrado cuando trabajamos con nosotros mismos, y necesitamos estar convencidos de que será realmente efectivo. Además, deberíamos tener una idea clara de cuál es la meta que pretendemos alcanzar y, como hemos estado discutiendo, que es realista alcanzar esta meta por medio de los métodos que el Buda enseñó.
La necesidad de la renuncia y un entendimiento correcto de la vacuidad
Ahora necesitamos traer a colación los tres caminos principales como son discutidos por Tsongkapa. El primero es la determinación de ser libres, o lo que es llamado “renuncia”. Para ir en la dirección segura del refugio, necesitamos identificar nuestra situación de sufrimiento y sus causas y, teniendo pavor del hecho de que, si no hacemos nada, seguirá para siempre, realmente renunciemos a ellos. Necesitamos saber que esto es de lo que queremos salirnos y estar determinados a liberarnos. Sin esta renuncia, el refugio no tiene mucho sentido ¿cierto? Darle esa dirección a nuestra vida no hace ningún sentido. ¿Para qué lo estamos haciendo?
El segundo camino principal es un correcto entendimiento de la vacuidad. La vacuidad, para ponerlo muy simple, se refiere al hecho de que imaginamos todo tipo de cosas imposibles sobre cómo todo existe, pero lo que imaginamos y en lo que creemos es basura. No corresponde a nada real. “Vacuidad” significa una ausencia, una ausencia total, de un objeto de referencia verdadero de las fabricaciones mentales de nuestras imaginaciones.
Por ejemplo, cuando alguien nos está tratando muy mal y de manera muy repugnante y demás, nos parece que ese es el único modo en que la persona existe. Son personas realmente repugnantes. Esto es lo único que nos aparece producto de nuestro hardware limitado. Nuestro juicio está basado meramente en lo que vemos sucediendo en frente de nuestros ojos ahora mismo. Es una persona repugnante. Pareciera que ser una persona repugnante es su verdadera identidad, independiente de los millones de factores que han influenciado el modo en que esta persona se ha desarrollado – su familia, sus experiencias de vida, la situación económica del mundo, sus vidas pasadas, etc. Y pareciera que siempre es y será una persona repugnante. Imaginamos y creemos que esta apariencia de alguien existiendo “inherentemente” como una persona repugnante, solo por el poder de cómo está actuando ahora, es su identidad verdadera sólida. Está verdaderamente establecida como repugnante.
Bueno, tal persona, o más correctamente, tal apariencia de una persona no corresponde a nada real. Nadie existe de ese modo. Esa es una fabricación mental de nuestras imaginaciones. La fabricación mental es que realmente existe de este modo, el modo en que aparecen. Pero se nos aparecen de este modo simplemente producto de nuestro hardware limitado y debido a nuestra confusión. Y debido a, producto de la confusión y de no conocer nada mejor, creemos en nuestra fantasía de que es realmente una persona repugnante, y entonces nos enojamos con ella, le gritamos y demás. No tenemos tolerancia hacia ella y no hay entendimiento.
El entendimiento de la vacuidad nos ayuda a evitar los extremos en términos del refugio
¿Cómo aplica esto a nuestro tema del refugio? Cierto entendimiento de la vacuidad nos ayudará a evitar el peligro de convertirnos en unos perfeccionistas mientras intentamos superar nuestras limitaciones y realizar nuestros potenciales. Aparece erróneamente ante nosotros que somos un “yo” sólidamente existente en bastante mala forma. Imaginamos que esa es nuestra verdadera identidad y, para superar eso, necesitamos ser perfectos. Este “yo” sólido tiene que ser perfecto. Todas estas limitaciones y demás son simplemente horribles. Para usar la terminología cristiana, son obra del Diablo. Necesitamos deshacernos de ellas. Convertimos a nuestros defectos en un tipo de cosa sólida que el “yo” que tiene que ser perfecto debe superar.
Los hábitos de nuestra confusión hacen que esta meta que estamos intentando lograr, esta meta de alcanzar las Tres Joyas, aparezca como algo fantástico, una cosa sólidamente existente allí afuera. O bien realmente quiero alcanzar la meta porque es fantástica, o me rebasa completamente y es imposible que yo pueda alcanzarla.
Este es un peligro que comúnmente les ocurre a algunos practicantes del Dharma. Se aproximan al Dharma como un perfeccionista, y se vuelven muy rígidos e inflexibles, y, de hecho, muy infelices. Interpretan todo de manera totalmente literal. Son increíblemente estrictos consigo mismos. Usualmente esto va acompañado por una baja autoestima, “no soy lo suficientemente bueno”, y se castigan psicológicamente. Es una forma muy neurótica de practicar el Dharma que tan solo trae mucha infelicidad a través del camino. En esta aproximación errónea, incluso convertimos nuestra motivación en una gran cosa sólida. “¡Oh, yo tengo amor por todas las personas!” y todo eso. “Tengo que ser tan cariñoso y maravilloso”. De nuevo, no podemos vivir acorde a estas expectativas y, de nuevo, nos castigamos por no ser perfectos.
Podríamos, por supuesto, discutir todo esto en términos de la meditación analítica sobre la vacuidad, pero ¿qué significa esto realmente en un nivel práctico? ¿Qué tal si no tenemos tal entendimiento profundo sobre la vacuidad? En un nivel práctico, creo que solo significa que no hacemos un gran asunto de nuestra práctica del Dharma. Solo la hacemos. Trabajamos en nosotros mismos. Intentamos ser más pacientes. Tan solo lo hacemos sin esta fabricación mental de un “yo” que tiene que ser perfecto y sin ninguno de estos pensamientos sobre tener que ser esto o hacer aquello perfectamente. Cuando estos pensamientos surgen, simplemente intentamos entender que es basura. Es solo convertir el Dharma en un gran viaje neurótico infeliz, y no queremos convertir al Dharma en un gran viaje del ego. Esto es en lo que se convierte usualmente el perfeccionismo.
Cuando decimos, “solo hazlo”, no significa solo hazlo en un modo mecánico, sin emociones, porque ese también es otro extremo en el cual podemos ir. Por ejemplo, mecánicamente podríamos tener el hábito de hacer tres postraciones y preparar los cuencos de agua cuando nos levantamos por la mañana. Puede ser totalmente mecánico, y simplemente lo estamos haciendo. No estamos pensando en términos de un “yo” sólido y de “soy un practicante tan santo. Tengo estos cuencos de agua y una vara de incienso”. Somos mecánicos en nuestra práctica. Necesitamos tener una motivación, sin hacer un gran asunto de la motivación. Es por eso que tenemos esta lista entera de cosas que hacer para ser capaces de entrenarnos en tener esta dirección positiva, esta dirección segura en nuestra vida.
[Ver: Acciones de entrenamiento para tomar refugio]
Pero, tan sólo como una pequeña introducción, una de estas cosas es, de hecho, tener un maestro espiritual. Con esto, recibimos algo de inspiración y tenemos un modelo a seguir. Además, de hecho, nos recordamos cada día esta dirección en la que estamos yendo, y en los beneficios de tener esta dirección en esta vida, de modo que tenemos cierta motivación. De este modo, intentamos evitar los extremos en los que podríamos ir que nos impedirían tener una dirección segura en nuestra vida. Hacemos esto de un modo práctico, con los pies en la tierra, de un modo beneficioso, y no de un modo neurótico o trivial. No hacemos esto de un modo sectario tampoco. El sectarismo también está basado en imaginar y en creer en un “yo” sólido y “en mi tradición sólida es un asunto tan grande. Yo estoy siguiendo el camino correcto; tú no estás siguiendo el camino correcto”.
Tengo algunos estudiantes que han discutido conmigo el problema de la arrogancia y el orgullo en torno a ser un budista: “¡He encontrado la luz! ¡He encontrado el verdadero camino! Estoy mucho mejor que mis amigos con los que fui a la escuela, que solo están perdidos en las preocupaciones mundanas”. Puede que nos sintamos mejor que otros e incluso desarrollemos compasión por ellos, pero este es más bien un tipo de lástima y de menosprecio. De nuevo, el problema aquí no es tener cierto entendimiento de la vacuidad. Quizás hagamos un gran asunto de “mí” y de lo que hemos hecho, la dirección que le hemos dado a nuestra vida, y luego nos sentimos orgullosos y arrogantes en términos de eso. Otros no tienen esto, así que los otros son, de alguna manera, inferiores a nosotros. Si no tenemos cuidado, podemos irnos en una dirección muy pesada de: “¡He encontrado la luz! ¡He encontrado el verdadero camino! Voy a salvarme y tú te irás al infierno”. Hay muchos problemas que podríamos desarrollar por tales actitudes arrogantes.
La importancia de la renuncia en la toma de refugio
Para repasar, necesitamos renuncia y algo de entendimiento sobre la vacuidad para tener esta dirección segura en nuestra vida de manera estable y no neurótica. La renuncia no es meramente rendirse e intentar salir de algunos problemas y de sus causas, y querer mantener otros, como nuestra actitud agresiva y discutidora, porque hacen la vida más interesante. Esta podría ser una aproximación ingenua. Otra podría ser que no renunciamos a ciertos tipos de apegos que tenemos, porque sucede que nos gusta el sexo, las redes sociales, la televisión o lo que sea.
Por supuesto, de nuevo, queremos evitar ser unos fanáticos y dejar absolutamente todo lo que nos causa dificultades en la vida cuando no estamos listos para hacerlo. Recuerden, la renuncia no significa que nunca tengamos ninguna de las cosas que nos gustan, sino que estamos hablando de soltar el apego a ellas y la adicción a pensar que son fuentes de felicidad última. Queremos deshacernos de ese modo defectuoso de pensar y estamos determinados a trabajar en esto lentamente, lentamente, pero constantemente.
Puede que no seamos capaces aún de renuncia completa, pero queremos tenerla como nuestra meta. Esta es la razón por la que he usado la palabra “dirección”. Esta es la dirección en la que vamos – incluso si no completamente en esta vida, pero en alguna vida futura. Estamos trabajando en ello.
La necesidad de la bodichita
En cuanto al tercero de los caminos principales, la bodichita, esto es relevante para tomar refugio cuando le damos esta dirección a nuestra vida como practicantes Mahayana. En general, sin embargo, el refugio es tradicionalmente discutido dentro del contexto de tener como objetivo la liberación. Es practicado en común sea que sigamos los caminos Hinayana o Mahayana. Las verdaderas cesaciones y los verdaderos estados mentales que son el camino que anhelan, en el contexto del refugio, refieren a aquellos involucrados en obtener la liberación del samsara incontrolablemente recurrente. Un arhat es alguien que está liberado, y convertirse en un arhat es el objetivo en el Hinayana. Pero también podemos tomar refugio cuando se anhela, con bodichita, la iluminación completa.
La bodichita es el estado mental que se enfoca en nuestra aún no obtenida iluminación individual que somos capaces de obtener producto de la pureza innata de nuestra actividad mental. Anhela lograr estas verdaderas cesaciones y estados mentales que son el camino de ese estado iluminado para beneficiar a todos los seres sintientes. Por analogía, podríamos enfocarnos en nuestra liberación aún no alcanzada, aún no acontecida, que también somos capaces de obtener, y podríamos anhelar alcanzarla para terminar todo nuestro sufrimiento con el renacimiento samsárico. El modo de alcanzar esto no es tan sólo un entendimiento de las descripciones de la vacuidad en el Hinayana, sino también con amor y compasión. A lo largo del camino Hinayana, vamos a ayudar a otros tanto como sea posible, porque en este camino, también, necesitamos acumular potencial positivo o fuerza positiva. Esto se logra mediante las prácticas de amor y compasión. Por lo tanto, no deberíamos pensar que tales prácticas están ausentes de la práctica Hinayana. No lo están.
Pero también podemos darle esta dirección a nuestra vida en un sentido Mahayana. No estamos simplemente anhelando la liberación; estamos anhelando la iluminación. No es que solo vamos a practicar el amor y la compasión tanto como podamos a través del camino, sino que, cuando alcancemos la iluminación, de hecho, ayudaremos a otros tanto como sea posible.
Para repasar, la renuncia agrega la dimensión de aquello de lo que queremos deshacernos, aquello que queremos superar al ir en esta dirección. Ya sea anhelando la liberación o, con bodichita, anhelando la iluminación, nos da la meta. ¿Qué vamos a hacer para alcanzar esta meta? Un aspecto de lo que nos ayudará es desarrollar más amor y compasión, y otro es obtener un entendimiento correcto de la vacuidad. Esto nos presenta los modos en los cuales somos capaces de obtener estas metas de un modo realista y cuáles serán realmente los aspectos principales que superarán nuestras limitaciones. ¿Cómo practicamos estos métodos en un modo no neurótico? Lo hacemos mediante la guía, inspiración y ejemplo de nuestros maestros espirituales – tengan en cuenta: maestros espirituales apropiadamente calificados.
Temer a peor sufrimiento como motivación para tomar refugio
Se me ocurre otro punto más que me gustaría compartir con ustedes. Cuando revisamos la presentación tradicional de las causas para el refugio o de darle una dirección segura a nuestra vida, es el miedo de experimentar aún más sufrimiento en el futuro y la confianza en que hay un modo de evitar empeorarnos las cosas. Hemos discutido cómo esto puede ser generado de un modo no neurótico. Cuando hacemos esto en un contexto Mahayana, hay una tercera causa para ir en esta dirección: compasión por otros. Queremos ir en esta dirección segura para ayudar a otros a superar su sufrimiento.
En Berlín, donde vivo, tengo un curso semanal sobre el lam-rim (las etapas graduales del camino). Pueden escucharlo entero. Está en mi sitio web y también disponible como podcast. Cuando comenzamos el tópico del karma, le pedí a las personas que se examinaran honestamente: “¿Por qué no hacen trampa? ¿Por qué son honestos? ¿Por qué no son deshonestos? ¿Es por la razón que se da en los textos del Dharma, porque tienes miedo de las consecuencias negativas de ser deshonesto, tales como peores renacimientos y cosas terribles como estas? ¿Cuál es realmente la razón por la que no haces trampa?”. Esto es asumiendo que no hacen trampa o roban, por supuesto.
Podemos hacernos la misma pregunta en términos de por qué trabajar en nosotros mismos. ¿Es porque realmente tememos peores renacimientos y ese tipo de cosas si no lo hacemos? Tómense un minuto o dos para examinar esto honestamente.
[pausa]
Lo que la mayoría de las personas reportaron, incluyéndome a mí, fue que somos honestos y no hacemos trampa porque es lo correcto. Simplemente se siente bien. No se siente bien hacer trampa o mentir o ser deshonestos. Nos hace sentir inquietos. Nos sentimos más cómodos siendo honestos. ¿Por qué trabajar en nosotros mismos para intentar mejorar? ¿Qué más hay para hacer en la vida? Esta es la única cosa que realmente parece tener sentido. De nuevo, pareciera ser lo correcto a hacer. Todo lo demás simplemente trae más problemas. ¿Cómo quiero pasar mi vida? ¿Viendo más televisión o qué?
Esto se vuelve muy interesante, de hecho. ¿Qué tan relevante es la discusión sobre el Dharma para nosotros en términos de temer las consecuencias en el futuro si no practicamos, y tener confianza de que hay una salida de esto? Este no es un asunto fácil de responder, debo decir. Quizá ir en esta dirección simplemente parece ser lo correcto, incluso si no hemos pensado en estas cosas. Pero para que el hecho de que vayamos en esta dirección sea estable, creo que también necesitamos examinar la relevancia y la practicidad de las motivaciones clásicas que se explican. ¿Son cosas que realmente sentimos? ¿Cómo funciona?
Ir en la dirección del Buda, Dharma y Sangha porque simplemente parece lo correcto también podría funcionar. Pero, subyaciendo a esto, creo que debe haber al menos algún tipo de confianza en todas las cosas que hemos discutido: hay una meta – liberación e iluminación – y es posible alcanzarla y vale la pena trabajar hacia ella. Para hacerlo, necesitamos liberar a nuestra mente de todas las actitudes alborotadoras y de las emociones perturbadoras que impiden estos logros. Si tenemos confianza en todo esto y, luego, basándonos en ello, ir en esta dirección parece lo correcto, creo que podría funcionar. De otro modo, no sé si hay mucha profundidad en meramente ir en esta dirección porque parece lo correcto.
Para clarificar, lo que estoy diciendo es que, sin un entendimiento subyacente, sin alguna motivación emocional subyacente, sin mencionar todo este otro lado devocional de estar inspirados, el solo hecho de ir en esta dirección simplemente porque “parece lo correcto” no tiene la profundidad y fuerza que podría tener con estos otros factores reforzándolo. Hacer algo simplemente porque parece lo correcto puede ir en la dirección de querer hacer cosas buenas y ser una buena persona. Pero hay algo de peligro en convertirse en un perfeccionista fanático con esto, como hemos señalado antes.
Si analizamos un poco más profundamente qué es lo que significa que se sienta bien, entonces pienso que tendríamos que decir que nos sentimos mucho más felices actuando de este modo. Si engañáramos y fuéramos deshonestos, o si sintiéramos que estamos desperdiciando nuestra vida y que no vamos a ninguna parte, nos sentiríamos incómodos e infelices. Esto reafirma uno de los principios más básicos que tenemos en el budismo: todos quieren ser felices y nadie quiere ser infeliz. Tener esta dirección segura en nuestra vida nos trae más felicidad; mientras que carecer de una dirección segura y sensata en nuestra vida o no tener ninguna dirección en absoluto nos trae más infelicidad. Esta dirección segura implica seguir el Dharma y ser honestos.
Ahora, por supuesto que podemos objetar y decir, bueno, hay algunos criminales que hacen trampa y todo tipo de cosas ilegales, y se sienten muy bien sobre esta dirección en su vida. Se salieron con la suya respecto de estos crímenes. Pero entonces tendríamos que analizar más profundamente cuánto duran sus sensaciones de satisfacción y si están basadas en un entendimiento válido de la causa y efecto conductual.
El “yo” convencional que toma refugio
La última pregunta que necesitamos hacer es ¿quién es el “yo” que quiere ser feliz y no infeliz, y entonces le da una dirección segura de refugio a su vida? Es el “yo” convencional, el mero “yo”. Tenemos un continuo de actividad mental. No debería decir que tenemos uno, como si hubiera un “yo” separado que lo posee, ya sea en la manera de “yo tengo una vaca” o “yo tengo un brazo” – ya sea poseer algo que es parte de mí o que no es parte de mí. Más bien, para ser más precisos, deberíamos decir que hay un continuo individual de actividad mental que genera momentos consecutivos de experiencia basados en la causa y efecto conductuales, karma. Debido a esto, hay una secuencia lógica de lo que es experimentado con esta actividad mental. Siendo individual y subjetiva, cada continuo mental sirve como base para la imputación de una persona, un sí mismo.
Una persona, un “yo” convencional, entonces, es una imputación en un continuo individual de actividad mental, tal como una película es una imputación en un continuo individual de escenas. Existe convencionalmente, como en: “estoy experimentando lo que está ocurriendo momento a momento y estoy dando una dirección segura a mi vida”. Pero ¿cómo establecemos que este “yo” convencional existe? No puede ser encontrado en ninguna parte de su base. Pero puede ser mentalmente etiquetado con el concepto o categoría de “yo” y designado con la palabra “yo”. El concepto y la palabra refieren a aquel “yo” convencional. Así que, a pesar de que este “yo” convencional no puede ser encontrado existiendo sólidamente en ningún lado, podemos establecer su existencia como meramente a lo que el concepto y la palabra “yo” se refieren.
El problema es que los conceptos y las palabras implican objetos que existen verdaderamente como si encajaran en sus categorías. Pero no hay nada que realmente exista de este modo. No hay tal cosa como verdaderamente existente, un “yo” auto-establecido que corresponda al concepto y la palabra “yo”. Es crucial, entonces, que diferenciemos a lo que una etiqueta mental, un concepto, se refieren, y lo que corresponde a una etiqueta mental o concepto.
Déjenme explicar la diferencia con un ejemplo. En cada momento experimentamos algún nivel de sensación. Podemos etiquetarlo mentalmente a todos con un concepto, la categoría “felicidad”, y designarlos a todos con la palabra “felicidad”. Todos serían instancias de sentirse feliz, aunque, obviamente, lo que sentimos cambia de momento a momento. La intensidad y la cualidad de la felicidad que sentimos es levemente diferente en cada momento. Cuando decimos “me siento muy feliz”, se refiere a algo. Estamos de hecho sintiendo algo, pero no hay una “felicidad” sólida, que exista de forma separada, que corresponda a esta etiqueta mental, concepto, categoría o palabra, que exista de manera que pueda ser encontrada en algún lado, con la que estoy de algún modo conectándome y que ahora estoy sintiendo.
Las etiquetas mentales, equivalentes a categorías y conceptos, son fenómenos estáticos. Como cajas mentales, no son afectadas por nada; son conceptos fijos. Aunque pueden ser reemplazados por conceptos más nuevos, no crecen orgánicamente. Cuando hablamos sobre cosas que corresponden a etiquetas mentales – correspondiendo a conceptos fijos y categorías estáticas – estos serían objetos que realmente existen como si cupieran en estas cajas mentales. Pareciera ser que están en estas cajas, que pueden ser encontradas allí, pero esto no corresponde a nada real. Nada existe de este modo. De manera similar, nada existe como una entrada en un diccionario, lo que implican las palabras convencionales para esas cosas.
Cuando hablamos sobre la vacuidad, estamos hablando sobre una ausencia de algo que correspondería a lo que estas etiquetas mentales y palabras implican – algo establecido como verdaderamente existente en una caja fija. Sin embargo, convencionalmente podemos decir “me siento feliz”, y esta felicidad que estamos sintiendo se refiere a algo. No es absolutamente nada. Convencionalmente, estamos sintiendo algo, convencionalmente lo llamamos “felicidad” y la mayoría de las personas estarían de acuerdo también en llamarlo “felicidad”. Aunque, por supuesto, es subjetivo e individual: ¿cómo saben cómo me siento?
Es lo mismo con el “yo” o el sí mismo, la persona, el individuo – como sea que quieran llamarle. Es una imputación en un continuo de actividad mental subjetivo individual. Podemos etiquetar mentalmente este “yo” que existe convencionalmente con un concepto que tenemos de nosotros mismos como “yo” y designarlo con la palabra “yo”. Ambos se refieren a algo, a este “yo” convencionalmente existente. Pero no hay nada que corresponda a lo que implican estos conceptos, categorías y palabras “yo”. No hay un “yo” sólidamente existente como una entidad fija, que pueda ser encontrado cabiendo en la caja mental del concepto fijo que tenemos de nosotros mismos. Puede que parezca que tal “yo” está viviendo dentro de nuestro cuerpo o mente como si fuera una casa, ya sea observando o controlando lo que hacemos, decimos y pensamos, pero esta es completamente una fabricación mental. El “yo” convencional no existe en este modo imposible.
Así que, ¿qué existe convencionalmente? Hay continuos individuales de actividad mental con potenciales, con energía que se comunica hacia otros, un cuerpo como su base física, y así sucesivamente. Un individuo, “yo”, es una imputación sobre tal continuo como su base. Como su base, continúa de momento a momento, pero sin nada sólido estático que pase de momento a momento como una cinta transportadora.
Atando esto con nuestra discusión sobre el refugio, vemos que es el “yo” convencional el que puede tomar refugio, dando una dirección segura a su vida y alcanzando la liberación y la iluminación. El “yo” convencional es una imputación en un continuo mental individual, sin principio y sin final, incluso más allá de su alcanzar la iluminación. Puede ser mentalmente etiquetado con el concepto de un “yo” y con la palabra “yo”, y referirán válidamente a éste. Pero el “yo” convencional no existe como algo sólido, como una entidad separada que, habiendo tomado refugio, nunca es lo suficientemente bueno y que ahora tiene que ser perfecto.
Cuando estaba diciendo que, al haber tomado refugio, necesitamos sólo hacerlo, sólo trabajar en nosotros mismos, quería decir hacer esto sin sentir que yo soy un “yo” separado y ahora, en un modo dualista, tengo que hacer que yo mismo – como si hubiera dos “yo” aquí – trabaje en mí mismo. ¿O ahora ya son tres “yo”? “Yo tengo que hacer que yo mismo trabaje en mí mismo”. Este es un modo totalmente confuso de observarnos a nosotros mismos, como si hubiera un “yo” disciplinario que tiene que hacer que el “yo” flojo trabaje en mejorar al “yo” que no es lo suficientemente bueno. Esto es realmente neurótico.
“Tan sólo hazlo” significa darle esta dirección segura a nuestra vida con decisión, fuerza de voluntad, con atención, perseverancia y demás. Todo esto son factores mentales que necesitan acompañar nuestra actividad mental, pero sin que haya algún “yo” separado en la mesa de control apretando el botón: “ahora, trabaja más duro. Ahora voy a tomar este objeto de la caja llamada ‘fuerza de voluntad y autocontrol’ y lo conectaré con el ‘yo’ flojo que está allí”. Así no es como funciona. Cuando simplemente lo hacemos, que vayamos en una dirección segura simplemente ocurre sin que haya un “yo” separado que de hecho lo esté haciendo. Aunque, por supuesto, convencionalmente, yo lo estoy haciendo; nadie más lo está haciendo.
Así que, al final, se reduce a “¡tan solo hazlo! ¡Dale la dirección segura del Buda, Dharma y Sangha a tu vida!”. Haciéndolo así, nuestro refugio se vuelve firme.