Introducción y fuente
Sin ningún esfuerzo o planes preconcebidos, las facultades físicas, verbales y mentales de un buda ejercen espontáneamente una influencia iluminadora ('phrin-las, sct. samudacara, actividad de buda) sobre los demás, que continúa sin interrupción y se extiende a todos sin parcialidad. Maitreya ha dado nueve ejemplos en su texto La continuidad interminable (rGyud bla-ma, sct. Uttaratantra) para comprender cómo opera esta influencia sin esfuerzo.
Los nueve ejemplos
(1) La naturaleza esencial (ngo-bo) de las facultades físicas iluminadoras de un buda nos recuerda a Indra, un Rey de un Reino Divino de los Treinta y tres Dioses. Sin ningún esfuerzo ni pensamiento consciente por parte de un señor tan divino y poderoso, su forma física se refleja en la tierra cuando su superficie es suave y pulida como un berilo. Cuando los humanos contemplan su imagen reflejada, están tan encantados que desarrollan el deseo de lograr una forma tan magnífica y majestuosa. Del mismo modo, cuando contemplamos los treinta y dos signos excelentes (mtshan-bzang, marcas principales) y las ochenta características ejemplares (dpe-byad, marcas menores) del cuerpo de un buda reflejados en nuestra conciencia, cuando nos hemos purificado y aclarado nuestra mente, automáticamente deseamos lograr lo mismo y seremos influenciados para construir las causas de ello.
(2) La naturaleza esencial de las facultades verbales iluminadoras de un buda nos recuerda un gran tambor de los seres divinos (los dioses). En un Reino Divino de los Treinta y tres Dioses, hay un tambor magnífico que, sin nadie que lo toque, resuena automáticamente para despertar a los seres divinos de su letargo para que luchen contra los aspirantes a divinos (asura, anti-dioses) que atacan su reino. Esto lo hace transmitiendo continuamente el mensaje de los cuatro sellos distintivos del Dharma (chos-kyi sdom-pa bzhi), también conocidos como los cuatro puntos de sellado para etiquetar una perspectiva como basada en palabras iluminadoras (lta-ba bka'-btags -gyi phyag-rgya-bzhi). Estos cuatro son que (a) todos los fenómenos afectados son impermanentes (no estáticos), (b) todos los fenómenos manchados son problemáticos, (c) todos los fenómenos están vacíos y carecen de un “alma” imposible, mientras que (d) una liberación de nirvana es una pacificación y algo constructivo. Del mismo modo, el discurso iluminador de un buda, sin ningún esfuerzo, inspira a todos a elevarse por encima de la falta de darse cuenta, a luchar contra sus actitudes perturbadoras y negatividades, y alcanzar un renacimiento superior o un estado superlativo de liberación o iluminación.
(3) La naturaleza esencial de las facultades mentales iluminadoras de un buda recuerda a las nubes del monzón. Durante el verano en la India, las nubes monzónicas cubren el cielo y arrojan una lluvia continua y constante por todas partes. De esta forma, sin intención de hacerlo, hacen que los campos den sus cosechas. Del mismo modo, la conciencia omnisciente y el intenso interés amoroso de la mente iluminadora de un buda alcanza a todos los seres en todas partes, y espontáneamente llueve Dharma para hacer que una cosecha de cualidades positivas crezca en la mente de todos.
(4) La influencia iluminadora de las facultades físicas y verbales de un buda tomadas en conjunto nos recuerda a un gran Brahma divino. Un Brahma es el primer ser divino que aparece en cualquier sistema de mundos y vive en el plano de las formas etéreas (reino de la forma). Sin dejar nunca su dominio, se manifiesta sin esfuerzo en los reinos de los seres divinos en el plano de los deseos sensoriales (reino del deseo). Por su apariencia y palabras, los inspira a superar sus deseos de deleites sensoriales y trascender a su plano superior de existencia. Del mismo modo, un omnisciente, sin dejar nunca su Dharmakaya (corpus que lo impregna todo), se manifiesta sin esfuerzo en innumerables reinos y, por la influencia iluminadora de sus facultades físicas y verbales, saca a todos de su existencia samsárica incontrolablemente recurrente.
(5) La influencia iluminadora de sus facultades mentales es como el sol. Sin ninguna intención consciente, el sol permanece en el cielo e ilumina en todas direcciones para eliminar la oscuridad y estimular el crecimiento. Asimismo, las facultades mentales iluminadoras de un buda permanecen en la esfera de un Svabhavakaya (un corpus de naturaleza esencial) y, sin embargo, hacen brillar la luz de la conciencia más profunda de todo en todas las direcciones. Esto irradia tanto de día como de noche hasta los rincones más sombríos de la existencia para eliminar la oscuridad del no darse cuenta y producir todo el crecimiento espiritual.
(6) El aspecto enigmático (gsang-ba, secreto, oculto) de su mente iluminadora es como el de una gema que concede deseos. Es raro encontrar una gema que conceda deseos, pero puede cumplir los sueños y las esperanzas de todos en cuanto a cosas mundanas (cosas que tienen una base perecedera). De manera similar, la conciencia omnisciente y el intenso interés amoroso de un buda son una rara joya suprema que concede los deseos de todos, incluso de logros espirituales supramundanos (cosas que están más allá de lo perecedero). Esto lo hacen indicando sin esfuerzo las medidas preventivas del Dharma. Cómo es que ambos funcionan para conceder los deseos de los demás es un enigma oculto al alcance de la comprensión de las mentes limitadas.
(7) El aspecto enigmático de su discurso iluminador es como el de un eco. El sonido de un eco surge de muchas causas juntas. Resuena sin esfuerzo y se comunica bien, pero no se puede ubicar en ningún lado. Del mismo modo, es un enigma cómo el habla iluminadora surge espontáneamente debido a las necesidades de los seres limitados y cómo comunica el Dharma a todos a lo largo y ancho sin que nunca se pueda encontrar dentro o fuera de su fuente.
(8) El aspecto enigmático de su cuerpo iluminador es como el del espacio: una falta de impedimento para la existencia espacial. Tal falta de impedimento impregna todas partes y dura para siempre, como aquello que permite sin esfuerzo que todo exista en tres dimensiones. El espacio no es una forma de fenómeno material y, sin embargo, parece estar en lo alto del cielo o muy lejos en el horizonte. Así de enigmático es cómo las facultades físicas iluminadoras impregnan en todas partes como aquello que permite sin esfuerzo que existan todas las cualidades positivas, y cómo duran para siempre, o al menos hasta que toda la existencia samsárica incontrolablemente recurrente ha llegado a su fin. No son una forma de fenómeno material y, sin embargo, parecen estar realizando las doce hazañas iluminadoras.
(9) Por último, la compasión de un buda recuerda a la tierra. Sin ningún esfuerzo o voluntad consciente, la tierra actúa como soporte y fuente de la que todo crece. Del mismo modo, la compasión de un buda funciona sin esfuerzo como el apoyo y la fuente a partir de la cual los potenciales positivos de todos pueden actuar como raíces para el crecimiento espiritual.
Resumen
En resumen, la influencia iluminadora ejercida por las facultades físicas de un buda tiene la cualidad y habilidad de poder, a través de innumerables emanaciones milagrosas, ayudar a seres limitados a alcanzar sus metas espirituales. Eso que ejerce su discurso iluminador tiene la cualidad de poder responder las preguntas de todos y eliminar todos sus problemas a través de la enseñanza de las medidas preventivas del Dharma. La influencia iluminadora ejercida por su mente omnisciente tiene la cualidad de que, a través de su poder de perfecta concentración absorta, puede eliminar las actitudes perturbadoras de todos. Esto lo hace a través de su darse cuenta de las medidas del Dharma que son apropiadas para cada ser a fin de eliminar sus oscurecimientos emocionales y cognitivos.
La influencia iluminadora de un buda nos inspira a desarrollar todas las buenas cualidades y virtudes positivas para corregirnos de todas las deficiencias. En Filigrana de Realizaciones (mNgon-rtogs rgyan, sct. Abhisamayalamkara), Maitreya ha diferenciado veintisiete tipos de influencia iluminadora, la influencia iluminadora para que nosotros:
- Tengamos pensamientos positivos y auspiciosos.
- Conozcamos los métodos para cultivar la mente de los demás.
- Obtengamos una comprensión cada vez más profunda de las Cuatro Verdades Nobles y podamos guiar a otros hacia esta comprensión.
- Nos sintamos animados e inspirados para trabajar para otros.
- Nos involucremos en la conducta del bodisatva.
- Establezcamos una base firme de autodisciplina ética para ser de beneficio significativo tanto para nosotros como para los demás.
- Logremos los diversos estados mentales espirituales que son el camino (caminos), etc.
Cualquier logro positivo que alcancemos se debe a (1) los impulsos kármicos de pensamiento, habla y conducta que surgen y actúan como potenciales positivos en nuestra continuidad mental y (2) la influencia iluminadora de los budas. Estas dos fuerzas tienen el mismo poder y, cuando van en la misma dirección, avanzamos mucho. La influencia iluminadora amplifica nuestros impulsos nobles y nos sentimos fuertemente atraídos por la acción constructiva. Pero si los dos tienen polaridad opuesta, entonces la influencia iluminadora por sí misma no puede anular nuestras negatividades. Sin embargo, cuando pasamos de ser una persona predominantemente negativa y destructiva a ser alguien más positivo, el cambio será impulsado por la influencia iluminadora que actúa como una circunstancia para hacer que los impulsos nobles y las circunstancias favorables maduren de nuestros potenciales anteriores. Esto ocurre más fácilmente a través de la mediación de reunirnos con un maestro espiritual calificado con quien tenemos un vínculo cercano o vínculo de vidas anteriores.