En los idiomas originales, el término "renuncia" tiene la connotación de adquirir la certeza de que queremos dejar algo. Para dejar nuestros problemas y sufrimiento, primero necesitamos desarrollar la determinación de liberarnos de ellos. Si realmente queremos desarrollar la renuncia, tenemos que darnos cuenta a qué renunciamos; no es meramente al sufrimiento de la infelicidad o al sufrimiento del cambio. De lo que queremos salir y de lo que queremos deshacernos es del "sufrimiento que afecta que todo lo impregna", el cual es el renacimiento incontrolablemente recurrente.